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Política

Hemos ganado las Eleciones Generales con mayoria absoluta.

Hemos ganado las Eleciones Generales con mayoria absoluta.

Hemos derrotado la frivolidad y la hipocresía de los intelectuales progresistas. De esos que el pensamiento único es el del que lo sabe todo y que condena la política mientras la práctica.. Desde hoy no permitiremos mercantilizar un mundo en el que no quede lugar para la cultura: Desde el 2004, no se podía hablar de moral.

Nos impusieron el relativismo: la idea de que todo es igual, lo verdadero y lo falso, lo bello y lo feo, que el alumno vale tanto como el maestro, que no hay que poner notas para no traumatizar a los malos estudiantes.

Nos hicieron creer que la víctima cuenta menos que el delincuente. Que la autoridad estaba muerta, que las buenas maneras habían terminado, que no había nada sagrado, nada admirable. El slogan era VIVIR SIN OBLIGACIONES Y GOZAR SIN TRABAS .

Quisieron terminar con la escuela de excelencia y del civismo. Asesinaron los escrúpulos y la ética. Una izquierda hipócrita que permitía indemnizaciones millonarias a los grandes directivos y el triunfo del depredador sobre el emprendedor.

Esa izquierda está en la política, en los medios de comunicación, en la economía.. Le ha tomado el gusto al poder. La crisis de la cultura del trabajo es una crisis moral. Hay que rehabilitar la cultura del trabajo.

Dejaron sin poder a las fuerzas del orden y crearon una frase: se ha abierto una fosa entre la policía y la juventud: los vándalos son buenos y la policía es mala. Como si la sociedad fuera siempre culpable y el delincuente inocente.

Defienden los servicios públicos pero jamás usan transporte colectivo. Aman mucho a la escuela pública pero mandan a sus hijos a colegios privados. Adoran la periferia pero jamás viven en ella. Firman peticiones cuando se expulsa a algún ocupa, pero no aceptan que se instalen en su casa.

Son esos que han renunciado al mérito y al esfuerzo y que atizan el odio a la familia, a la sociedad y a la república.

Hoy debemos volver a los antiguos valores del respeto, de la educación, de la cultura y de las obligaciones antes que los derechos. Estos se ganan haciendo valer y respetar los anteriores.

Propuestas, propuestas, propuestas. Mariano Rajoy está anunciando medidas concretas de cara a las elecciones, aunque el PSOE insiste en que el líder del PP “nunca dice nada”.

Propuestas, propuestas, propuestas. Mariano Rajoy está anunciando medidas concretas de cara a las elecciones, aunque el PSOE insiste en que el líder del PP “nunca dice nada”.

Una de las líneas maestras de la campaña socialista contra su rival principal, contra Mariano Rajoy, es decir que el líder del PP “nunca dice nada”, y que calla respecto a qué piensa hacer si gana las elecciones y se convierte en presidente del Gobierno. Frente a esa crítica de fondo, desde Génova se insiste en que su líder está lanzando muchas propuestas.

Como ejemplos, citan sus últimas intervenciones: en el Foro Barcelona Tribuna (Barcelona, 15 de septiembre), en el Foro Popular Reforma del Sector Público (Zaragoza, 25 de septiembre), y en el Foro Popular “Los emprendedores, protagonistas del crecimiento y del empleo” (Valencia, 1 de octubre).

Propuestas económicas

   En Barcelona, Mariano Rajoy avanzó algunas propuestas económicas de su programa de gobierno:

-- Nueva Ley de Estabilidad Presupuestaria: fijará un techo de gasto vinculante para las Comunidades Autónomas.

-- Amplia remodelación de las administraciones públicas (ayuntamientos, diputaciones, cabildos y Administración Central): que evite la duplicación de funciones y servicios.

-- Culminar la reestructuración del sistema financiero: deben primar la transparencia y el saneamiento sobre la recapitalización. En pocos meses, el mapa bancario debe quedar estabilizado y contar con un marco competitivo, bien capitalizado, sin necesidad de ayudas públicas y con acceso normalizado a los mercados de capitales.

-- Reforma tributaria para incentivar la creación de empleo, la inversión y el ahorro, que asegure un reparto equitativo de los costes de la salida de la crisis: ampliará las bases de recaudación, ayudando a la generación de empleo y el incentivo a la actividad económica; priorizará la mejora de la financiación de las empresas; favorecerá a cuantos promuevan el crecimiento económico a través de la creación de empleo, la inversión, el ahorro y la innovación.

-- Las empresas no tributarán por las plusvalías que obtengan en la venta de sus activos fijos cuando las reinviertan, para fomentar que el capital invertido se reutilice en modernización de la actividad empresarial. Estudiamos modificar la fiscalidad de los beneficios no distribuidos: que los dedicados a hacer más competitiva la empresa mediante la adquisición de nuevos activos tributen 10 puntos menos que los destinados a los accionistas.

-- El Gobierno presentará al Parlamento un plan completo, entendible por todos, por cuatro años: que desarrolle los objetivos de la legislatura y los medios que se van a utilizar para alcanzarlos

Reforma del sector público

En Zaragoza, Mariano Rajoy, desgranó algunas de sus propuestas en materia de Administración Pública:

-- Las Administraciones tienen que ser responsables. Y, con ellas, los cargos que gestionan recursos públicos. Reforzaremos los controles y endureceremos las responsabilidades exigibles para garantizar que los gestores nunca asumirán compromisos de gasto sin respaldo presupuestario.

-- Impulsaremos un Pacto Territorial por la Austeridad y la Eficiencia, que establezca una Estrategia Nacional que ponga fin a duplicidades y solapamientos entre Administraciones.

-- Estableceremos por Ley una cartera de servicios públicos básicos comunes para todos los ciudadanos, que incluirá la educación, la sanidad y los servicios sociales.

-- Aprobaremos una Ley de Unidad de Mercado que, en colaboración con las CCAA, ponga fin a los obstáculos que dificultan la libre circulación de bienes y servicios dentro del territorio nacional.

-- Cada vez que se apruebe una ley nueva tiene que quedar claro cuáles deroga y a cuáles afecta. Y saber qué costes tiene y qué efectos va a producir sobre la crisis. Nos comprometemos a que cada ley lleve una completa memoria de impacto regulatorio.

-- Objetivo: que en España sea posible constituir una empresa en 24 horas. Simplificaremos los procedimientos administrativos, eliminaremos trámites, reduciremos plazos.

-- El dinero público es de todos, su destino debe estar sometido a un control riguroso. Reforma de la Ley de Subvenciones para hacerla más exigente y objetiva. Las ayudas con cargo al dinero de los contribuyentes estarán tasadas por la Ley, no padecerán discrecionalidad y estarán sometidas al principio de libre concurrencia.

-- Aprobaremos una Ley de Transparencia, Buen Gobierno y Acceso a la Información Pública: que se sepa cómo se ejecutan las políticas públicas. Una Administración de calidad no puede ocultarse ante las demandas legítimas que plantean los ciudadanos.

-- Reduciremos la proliferación de organismos reguladores. Cambio en el sistema de nombramientos. Reforzar las mayorías del Congreso para su elección. Garantizaremos la independencia y profesionalidad de los reguladores y del Banco de España. Esos organismos, que dan credibilidad y confianza a nuestra economía, han de estar entre los mejores.

Emprendedores

En materia de emprendedores, el líder Partido Popular anunció en Valencia estas medidas:

-- Aprobar un apoyo fiscal, por importe de 3.000 euros, por la contratación del primer trabajador que no tenga la condición de socio de una empresa de nueva creación.

-- Incentivar las formas más innovadoras de financiación a los emprendedores, especialmente los ‘Business Angels’, el capital semilla, el capital riesgo o el mercado alternativo bursátil.

-- Pymes y autónomos pagarán el IVA cuando hayan cobrado las facturas. O se creará una cuenta tributaria para que las empresas puedan compensar los impuestos que deben a las Administraciones con los pagos que éstas les adeudan.

-- Reforma del mercado laboral, que dote de estabilidad al empleo para los trabajadores y flexibilidad a la empresa.

-- Completar una reforma de la negociación colectiva para acercarla a la realidad de la empresa. Potenciar los acuerdos y convenios a nivel de empresa.

-- Rebajar el Impuesto de Sociedades para pequeñas y medianas empresas sin condiciones, sólo con el criterio de la cifra de negocios. Las que facturen menos de 5 millones tributarán al 20% y las que no superen los 12 millones tributarán al 25%.

-- Corregir los elevados niveles de Déficit Público, evitando que las emisiones masivas de deuda de las Administraciones imposibiliten la capacidad de financiación del sector privado, en especial de pymes y autónomos.

-- Flexibilizar las condiciones de la Línea del ICO para financiar las deudas de Ayuntamientos con pymes y autónomos, garantizando que es accesible a todos sus destinatarios.

-- Impulsaremos, en coordinación con las CCAA, un sistema de reconocimiento mutuo de autorizaciones y de licencias, para que los emprendedores tengan todas las facilidades y aprovechen todas sus oportunidades. 

etc. etc. etc................

España, Comuna Indignada. No nos engañan ya.

España, Comuna Indignada. No nos engañan ya.
Después de ocho años soportando a Zapatero, España está suficientemente preparada para dar un salto de calidad en términos democráticos y constituirse en Comuna Indignada, nueva forma de gobierno que los señores del 15-M han desarrollado en los aledaños de la Puerta del Sol y que finalmente ha mostrado todo su potencial a las puertas del parlamento catalán.
 

Cataluña, región española siempre en la avanzadilla de la posmodernidad, ha ofrecido al mundo entero un primer esbozo de esta otra forma de hacer política que, muy probablemente, va a ser la tónica general en España en cuanto los socialistas abandonen el poder.

Rubalcaba, que a estos efectos es el que decide, está muy complacido con las actividades superdemocráticas de los indignados del 15-M, aunque haya tenido que pasar el sofoco de ver cómo los Mozos de Escuadra, auténticos genios del vergajo, sacudían el polvo de las rastas a los integrantes más conspicuos del frente catalán, el más activo en cuanto a indignación se refiere. En respuesta a "la opresión del sistema", un comando suicida de los Indignats intentó en una operación relámpago hacerse con el perro lazarillo de un diputado invidente, de CiU por más señas; y no atacaron a más diputados porque sus señorías no tienen por costumbre ir al parlamento tocando la flauta, dulce o travesera, que si no la cosa podría haber derivado en una verdadera escabechina.

Si esto es lo que hacen los jóvenes indignados cuando gobiernan los suyos, qué no harán cuando manden los farcistah o faxistas, que es como se pronuncia "PP" en la meseta y en las zonas norte y mediterránea, respectivamente. Es fácil imaginar a Rubalcaba relamiéndose de puro placer ante la perspectiva de poder dirigir desde los micrófonos de la cadena amiga las oleadas megademocráticas del pueblo contra La Moncloa, cuando esté Rajoy en ella, para protestar por los recortes sociales de una derechona que sólo piensa en la banca y las multinacionales.

Y no es que vaya a haber recortes a muy corto plazo, sino que apenas va a quedar tela presupuestaria que recortar, a tenor de la prodigalidad con que los socialistas han despilfarrado los presupuestos locales, autonómicos y estatales antes de dejar el poder, otra marca de la casa del socialismo español, para desgracia del país.

Hará bien el PP de Mariano Rajoy en prepararse para esta nueva forma de hacer política extramuros de los parlamentos oficiales, que es lo a lo que parecen aspirar los varios miles de indignados de carné que llevan la voz cantante en este movimiento callejero, porque si Rubalcaba está a favor... es difícil que el proceso pueda invertirse.

En lugar de debates en las cortes, unos porritos compartidos en la plaza pública y votaciones populares a mano alzada. Si hay que expropiar un vehículo a todos los que tengan más de un coche, lo de autorizar la okupación de todos los inmuebles no suficientemente utilizados, declarar servicio público gratuito el consumo de cerveza o promover el cultivo de marihuana en los jardines públicos se vota... y se envía el resultado a los gobernantes para que obedezcan al pueblo, al fin representado por su clase política.

¿Quién es el pueblo? Pues, naturalmente, la cúpula de los Indignados, que para eso han acreditado una conciencia social fuera de toda sospecha aguantando lluvia del cielo, vergajazos de los Mozos y, lo que es peor, diatribas interminables de las feministas coñazo que andaban acampadas por los alrededores.

Los procesos asamblearios son muy entretenidos si hay un presupuesto público detrás para sufragar los gastos de los principales intervinientes. No es lo mismo pontificar contra el capitalismo en la Puerta del Sol bajo un ídem de justicia que hacer lo propio en un lugar más confortable y mejor acondicionado gracias al maldito capitalismo: verlo implosionar mientars disfrutas de sus ventajas no debe de tener precio.

Con el PP a los mandos del país sólo hay dos posibilidades: o el gobierno de Rajoy se adapta a esta nueva forma de hacer política, transformando una nación antes seria en una Comuna Indignada, o ya se puede ir preparando para una ración abundantísima de la doctrina Rubalcaba. Al lado de la que se está preparando, lo del 13 y el 14-M... una excursión de jesuitinas.

Revisión de todas las excusas de Zapatero hasta los 5 millones de parados.

Hace ochenta años.

Hace ochenta años.

Hoy se cumple el 80 aniversario de una jornada que fue saludada con alborozo por gran número de españoles, la proclamación de la Segunda República. Por desgracia, pronto se comprobó que, tras el jolgorio, magistralmente retratado por Josep Pla, uno de los mejores escritores españoles y un periodista excepcional, se ocultaba un sinfín de motivos de preocupación. Lo que pudo ser un régimen nuevo en el que convivir con libertad y respeto, se convirtió pronto en la disculpa perfecta para masacrar al adversario, para tildar de enemigos de la República a quienes no tenían ninguna voluntad de iniciar la revolución que, por aquellos años, estaba todavía de moda. Ya en 1931, Álvaro de Albornoz, paradójico ministro de Justicia, decía “No más pactos, […] si quieren una guerra civil, que la hagan”. Una enorme tensión política comenzó a incubarse y llegó al paroxismo tras la victoria de las derechas en las elecciones de 1933, las más limpias y democráticas de cuantas se celebraron en esa década terrible. Las izquierdas pronto dieron en pensar que si podía haber una República de derechas, algo estaba equivocado, y que había que acabar con la fachada burguesa del régimen dando pasos radicales y violentos hacia el socialismo, hacia el paraíso comunista. Por desdicha, aunque las izquierdas eran plurales, se impuso entre ellas un concepto absolutamente antiliberal de la República, el deseo de un régimen que exterminase a las derechas.

Fue especialmente dramático que los escasos, pero brillantes representantes del socialismo democrático, no supieran plantarse ante sus camaradas revolucionarios, que los Besteiros no tuvieran nada que hacer y triunfase el espíritu radical y violento de la revolución asturiana de 1934. Tampoco Azaña, que representaba a una izquierda burguesa, tuvo la energía suficiente como para poner en su sitio a los que buscaban la aniquilación del adversario, y tanto empeño pusieron que se acabó en una guerra. La derecha española era entonces cobarde pero muy fuerte, y aunque tratase de evitar la contienda, se vio arrastrada por una orgía de crímenes y desórdenes que desposeyeron al régimen de cualquier legitimidad, pues la acaba perdiendo quien no está en condiciones de ejercer el monopolio de la violencia legítima y es incapaz de proteger la vida, la propiedad y los derechos de los ciudadanos.

Las circunstancias de extrema violencia política, de subversión del orden desde el propio Gobierno, el sectarismo ideológico, la persecución de la Iglesia, y la obvia amenaza de desmembramiento, hicieron inviable una solución democrática, y ocurrió lo que se debiera haber evitado, que fue imposible mantener la paz. Las Fuerzas de Seguridad, a las que habían vuelto como si nada hubiesen hecho los cabecillas de la intentona de 1934, no sólo no pudieron evitar la violencia política, sino que la practicaron y la extendieron, llegándose al inaudito caso de que agentes del Gobierno asesinasen de manera despiadada y vil al mismísimo líder de la oposición. Se creó un clima que hizo imposible evitar una guerra, algo que pocos consideraban como la primera obligación de todos. Nada menos que en junio de 1936, un editorial del socialista Claridad, afirmaba: “En España ha habido y hay muy poca guerra civil y muy poca revolución; muy poco desorden y muy poca anarquía”. No hay mucho, pues, que celebrar, salvo la certeza de que en la Transición todos hicimos mejor las cosas, aunque algunos aventureros insensatos quieran jugar ahora a olvidarlo.

Bienaventurados los progres, porque todo les será perdonado.

Bienaventurados los progres, porque todo les será perdonado.

Un progre se acerca al domicilio de un concejal del PP para saludarle amigablemente. Si es que son hasta buenos vecinos.

Es bueno ser progre, tienen una especie de no sé qué, como un halo de bondad celestial e impunidad terrenal que da verdadera envidia malsana.

Los últimos acontecimientos ocurridos en esta alegre España de finales (?) de la Era Z, son tan sintomáticos como esclarecedores: la brutal agresión al concejal de cultura del PP murciano al grito de "sobrinísimo, hijo de puta", de la que él parece ser el único culpable (por crispador y por facha); la matanza de Tucson, de la que parece ser culpable el Tea Party, siguiendo una lógica directamente opuesta al caso de Murcia; el feroz acoso sindicalista y pseudoterrorista a todo lo que se mueva tras la delgada línea roja; la vuelta de la censura en los medios de comunicación, con la excusa de las buenas maneras y tal, pero con la intención verdadera de clausurar (¿eliminar?) la libertad de información (Intereconomía, básicamente); la astracanada del pinganillo y la demonización multilingüe del que ose criticar la cosa; la prohibición de hablar bien de Israel en la tele, aunque sea en un programa turístico como "Españoles por el Mundo"; la dictadura del antitabaquismo y el atifeísmo; la doble vara de medir en las corruptelas políticas (léase Torrejón, Benidorm, Andalucía, Castilla-La Mancha…) y etcétera, etcétera, etcétera. La conclusión es, a bote pronto, la de siempre: que los progres son los buenos y los no progres son los malos. Punto.

 

Y la verdad, visto lo visto, es que a veces a uno le dan ganas de hacerse progre. No sé, tienen una especie de no sé qué, como un halo de bondad celestial e impunidad terrenal que da verdadera envidia malsana. Y si no me creen, les invito a leer lo que significa ser progre y luego díganme si no les entran ganas de progretizarse:

 

    1. El progre siempre está en posesión de la verdad absoluta. Si no piensas como él, no eres de los suyos. Y eso significa que eres un reaccionario, un facha, un ultraderechista, un fascista, un esbirro del imperialismo yanqui, un tonto de los cojones, un hijo de puta, un asesino y un cerdo capitalista, aunque no llegues ni a mediados de mes. Ya lo anunció Borges: "Hay comunistas que sostienen que ser anticomunista es ser fascista. Esto es tan incomprensible como decir que no ser católico es ser mormón."

    2. El progre odia el capitalismo, pero ama el dinero. Persigue la guita hasta la extenuación y se niega a reconocerlo también hasta la extenuación. Y si se lo haces notar te llamará cerdo capitalista, facha, etcétera hasta la extenuación. Lo reconoció el mismísimo Víctor Manuel: "Yo soy comunista, no gilipollas".

    3. El progre padece una afección psicológica bipolar relativista-absolutista: por un lado el relativismo moral, intelectual y ético y por otro el absolutismo político. En cristiano: sólo ellos tienen derecho a gobernar y todo vale para perpetuerse en el poder.

    4. La culpa siempre es del otro. Entendiendo por el otro a burgueses, católicos, yanquis, periodistas no adscritos, empresarios, judíos, oposición… Da igual que lleven 10 años gobernando o 100 asesinando, un progre nunca puede ser culpable de nada malo.

5. Atracción total por el totalitarismo. De izquierdas, claro. O islamista. O sea, las dictaduras socialistas y las teocracias fundamentalistas. En definitiva, cualquier sistema de gobierno que destruya la sociedad occidental… en la que ellos viven. Y muy bien, por cierto.

    6. El progre lo politiza todo. Todo. Una ideologización permanente y generalizada que contagia todo lo que toca: el deporte, el cine, la ciencia, la cultura, la información, el ocio, la moda, la solidaridad, la tecnología, las creencias, la justicia, las costumbres, la educación, la biología, la naturaleza, la comida, el tabaco. Es su arma favorita para llevar cada aspecto de nuestras vidas a su terreno y apropiarse de la razón absoluta a base de demagogia a discreción. Y funciona.

    7. El progre es paternalista por naturaleza. O sea, le mueve un crónico complejo de superioridad que le empuja a dirigir las vidas de los demás en todos los ámbitos: sexo, educación, familia, solidaridad, alimentación, conducción, hábitos, cultura, cine, idioma, aficiones… Se cree con derecho a decidir qué es lo mejor para nosotros. Y, lo peor, se cree que nos hace un favor.

    8. El progre está tan megaconcienciado con los males que aquejan a la sociedad y al planeta que si no te megaconciencias a su nivel, eres culpable de esos males y de muchos más. Aunque tú, en la práctica, hagas lo que ellos sólo hacen de boquilla. Es decir, tú eres malo hagas lo que hagas y ellos son buenos aunque no muevan un dedo.

    9. "Haz lo que yo digo, no lo que yo hago". Es el principal síntoma del mal genético que padecen casi la totalidad de los progres, sin posibilidad aparente de cura: la Hipogresía. Una afección endémica que crece en progresión aritmética, geométrica y astronómica; cuanto más progre, más hipogresía emana.

    10. El progre es ecologista, pacifista, feminista, jovenalista, aliancista, antiglobalista, protercermundista, gaylista y todo lo que haya en la lista. Es paritario, solidario, dialogante, demócrata de toda la vida, cultísimo, moderno y tiene un gusto impecable. Lucha por la paz universal, la fraternidad planetaria y el mejoramiento social de los humildes. Es alegre y simpático, carismático y romántico. En una palabra, es guai. O eso dice, claro.

 

Conclusión: Estos 10 puntos se pueden resumir en dos. Punto uno: el progre siempre tiene razón. Punto dos: en caso de que no la tenga, se aplicará el punto uno.

 

Y es que todo (repito, todo) vale en nombre de la Progresía, santa palabra. Aunque el progreso vaya hacia atrás. Si el progre mata, roba, destruye, miente, insulta, manipula, corrompe, prohíbe o castiga es siempre por una buena causa: la suya. Pues eso, bienaventurados los progres porque todo les será perdonado.

La multa es para amedrentar a Intereconomía y demás medios no afines al Gobierno. ¡¡¡CENSURA!!!

La multa es para amedrentar a Intereconomía y demás medios no afines al Gobierno. ¡¡¡CENSURA!!!

El Gobierno, a través del Ministerio de Miguel Sebastian (España), sanciona a INTERECONOMÍA por la emisión entre el 22 de julio y el 17 de septiembre en el proceso de la campaña de autopromoción presidida por el lema "Día del Orgullo Gay, 364 días de Orgullo de la gente normal y corriente".

Frente al atropello de la sanción impuesta por Industria al grupo de comunicación  INTERECONOMÍA, por 100.000 euros, la ardiente defensa a dicho grupo, de todos los ciudadanos de bien.

La libertad de expresión, queda en entredicho y el lobby homosexual se convierte en lobby censor: con la fuerza del Estado.

La sanción tiene su origen en la denuncia de un particular al Consejo Audiovisual Andaluz. Este lo elevó al ministro de Industria. Y Miguel Sebastián interpretó que los anuncios promocionales de Intereconomía vulneraban el art. 8.1 de la Ley del 94 que trasponía la directiva de Televisión Sin Fronteras que establece como publicidad ilícita la que “atente contra el debido respeto a la dignidad de las personas o discriminen por razones de sexo, raza, etc”.

Primero: el anuncio no supone un atentado contra la dignidad de nadie sino una crítica contra la ideología homosexual del Gobierno.

Segundo: el ‘promocional’ no es sino un ejercicio legítimo en la libertad de expresión, principio fundamental consagrado en la Constitución. ¿O es que hay temas tabú que no pueden/deben ser tratados? ¿No se dijo que las ideas no delinquen en relación a la izquierda abertzale?

Tercero: la sanción de Industria supone un ataque frontal a dicha libertad de expresión sin la que no es posible un verdadero sistema democrático.

Por eso, la sanción de Industria es gravísima porque supone el primer ejercicio de censura. Y de eso ya tenemos dilatada experiencia. ¡Nunca mais! Porque si permitimos la censura a los licenciatarios de televisiones, permitimos todo. La censura, como la libertad, es una puerta que se abre, pero nadie sabe cómo se cierra.

Por más que lo parezca... Zapatero no es un insensato .

Por más que lo parezca... Zapatero no es un insensato .

Las últimas calamidades del gobierno de España y la necesidad de los ciudadanos de soportar el peso del naufragio, han fortalecido la convicción popular (no me refiero al PP), de que el presidente Rodríguez Zapatero es un inútil, un incompetente que se encontró por carambola al frente de los destinos de la nación, un insensato que está arruinando económica, moral y políticamente a la sociedad que debería dirigir con prudencia en vez de devastarla con improvisadas y casi siempre clamorosas metidas de pata... etcétera. El magnífico escritor, periodista e historiador José Antonio Navarro Gisbert lo definía hace unos días, en este mismo periódico, como “Un grumete en el timón de la nave del Estado”. En definitiva, parece de común acuerdo señalar que estamos gobernados por un botarate sin ideas, sin más proyecto político que perpetuarse en el poder ni más estrategia para conseguir su propósito que la continua manipulación mediática.

 Sin embargo, no puedo compartir esta caracterización de RZ. Ni la comparto ni estoy de acuerdo en que este hombre carezca de un proyecto sólido y con visos de estabilidad para España. Bien al contrario, estoy convencido de que RZ tiene las ideas muy claras: qué pretende, qué clase de sociedad aspira a construir bajo su mandato y cómo conseguirlo.

 Cosa distinta es que su “plan estratégico” no consiga salir adelante, básicamente porque falla la esencia del entramado: el cimiento económico. También es cuestión aparte y que puede llevar a confusión sobre la real capacidad de RZ para ejercer su cargo, el hecho digamos “generacional” de que nos encontramos (y soportamos), a la hornada de políticos más mediocres, ignaros y en consecuencia osados en la historia reciente de España. No es ningún secreto que la formación teórica y el calado de la misma en RZ deja mucho que desear; se trata de un hombre de poco estudio, poca lectura e ínfimo provecho de la misma, no muy viajado ni muy vivido, bastante simplón en sus análisis sobre la realidad y decididamente encomendado a la “democratización de la cultura”, esa tendencia asoladora según la cual, cuanto más se propagan los contenidos culturales más se aligeran de rigor y profundidad, menos valor poseen y más inanes resultan. Por otra parte, y hablando de la formación intelectual de nuestro presidente, tampoco es ningún secreto entre sus antiguos compañeros de la facultad de Derecho de León que no era, precisamente, de los primeros de la clase. Hay quien afirma que, justo debido a su mediocridad, se ha rodeado de mediocres en el gobierno “de cuota” que preside, a fin de destacar entre todos ellos y no encontrar oposición a sus fabulosos planes y diseños de ingeniería social. Tampoco parece justo. Un gobierno que en realidad no es un gobierno sino un casting para un reality show de cuatro años de duración, emitido día a día en todos los medios, necesariamente debe contar con perjudicados de la LOGSE, indocumentados académicos reconvertidos en políticos de colmillo retorcido, señoritas con los méritos justos para trabajar de cajeras en un banco, alguna actriz no venida a menos porque nunca fue a más y señorones catedráticos de economía que aún están por entender la diferencia entre las fuerzas productivas y los medios de producción (por ejemplo).

 El presidente Zapatero no es culto porque no necesita serlo. Ya son cultos, aproximadamente, los diligentes afectos de las “fuerzas de la cultura” que lo apoyan. Sí, aciertan: los de la ceja. Tampoco sabe de economía porque, primero, esa es una asignatura en la que se pone uno al día “en dos tardes”; y segundo, porque ha aprendido del temario lo fundamental para el desarrollo de su programa político: sabe gastar. La parte de pagar y hacerse responsable del dispendio, ya la aprenderá cuando las ranas críen cola. Tampoco es un experto en relaciones internacionales porque la pertenencia de España a la UE siempre garantiza una presencia mediática importante, que es a la postre lo que interesa y, en cierto modo, lo único que cuenta. Su amistad con Obama refuerza aún más esta presunción de que la política internacional de un país es cosa de tres fotos, cuatro viajes y, llegado caso extremo, una conversación telefónica con “el jefe” del otro lado del Atlántico. En definitiva, RZ no conoce nada con exactitud, no es especialista en nada, no ha estudiado nada minuciosamente y sus conocimientos generales sobre cualquier materia son eso mismo: generales, para un 4’2 que, en su sistema educativo, supone un magnífico aprobado. Y ni sabe ni entiende ni conoce no porque sea un pelafustán, sino porque su inteligencia (eso no se lo vamos a negar), le indica acertadamente que toda aquella sapiencia es inútil para el oficio de presidente del gobierno. Lo que importa es dar bien en las fotos, hablar con fluidez y convicción, mirar a la cámara como se mira a una madre y, sobre todo, prometer lo que la gente quiere que se le prometa, decir lo que la gente quiere oír, pensar lo mismo que piensa la vecina de la esquina y reír como ríen las marujas vespertinas ante las coces al idioma, al equilibrio estético y al sentido del decoro que propina la Esteban, de 15´45 a 20´00, en su diario programa de cotillas, putánganas y mariconcios hablando a tontas y a locas.

 Resumiendo. Para hacer lo que tiene que hacer, creer en lo que cree y soñar con una sociedad donde las clases sociales no estarán abolidas pero sí difuminadas, reconvertidas en bulliciosos colectivos; donde los ricos serán cada vez más ricos y los pobres más pobres aunque eso sí, muy contentos porque gozarán de inagotables derechos, inconmensurables ayudas del Estado y permanente estado de movilización contra “los malos” que financian el invento... para ese viaje, no se necesita más bagaje intelectual que para escribir en Diez Minutos, presentar La Noria, entrevistar a Penélope Cruz o debatir con María Antonia Iglesias. RZ no es un insensato sin proyecto de sociedad ni estrategia de futuro. Es un hombre de nuestro tiempo que responde cabalmente a la inquietud espiritual del mismo. Ni siquiera tiene la culpa de que el paisaje sea éste y no otro distinto. Él no pintó el cuadro, se dedica a contemplarlo y recrearse en el arte de la nada.

 PS./ Mientras escribía estas líneas se ha producido la votación sobre “el tijeretazo” en el Parlamento. Sale adelante la propuesta del gobierno por un voto de diferencia. Tocado queda el presidente, otra vez. Y vuelve a fallarle lo de siempre para hacer realidad su programa a largo plazo: el circulante. El día que explicaron en Conocimiento del Medio que las infraestructuras económicas determinan las superestructuras ideológicas, seguro que faltó a clase. Lo de este hombre es mala suerte. Desde que gobierna, sólo una cosa le ha salido a la perfección: el Barça.