EL PARECIDO PREOCUPANTE DE AMBOS. El mazazo de Touriño dispara las alarmas en casa de su "gemelo" balear.
"Cuando veas las barbas de tu vecino pelar...", le aconsejó la líder del PP de Baleares al presidente de la región. Y es que los dos casos son tan semejantes que él puede ser el próximo.
Comentaba en una conversación informal con periodistas el pasado martes a la salida de Génova 13 la líder del PP de Baleares, Rosa Estarás, una advertencia que un día antes le había lanzado públicamente al presidente de su Comunidad, Francesc Antich: "Cuando veas las barbas de tu vecino pelar, pon las tuyas a remojar". Y es que el varapalo que los gallegos dieron el pasado domingo en las urnas al tándem Emilio Pérez Touriño-Anxo Quintana ha encendido las alarmas en el Gobierno hexapartito –nada menos- del socialista Antich, que gobierna del brazo de Unión Mallorquina (UM) y el Bloque (una colación de izquierdas formada por el Partido Socialista de Mallorca, ERC, Els Verds y Esquerra Unida).
La preocupación es palpable. El propio líder del Partido Socialista de Mallorca-Entesa Nacionalista (que no es de la marca nacional PSOE pero sí uno de los socios del Ejecutivo) la expresaba en voz alta: "Representa –en alusión a la victoria por mayoría absoluta del PP gallego- un toque de atención para el pacto en Baleares", reconoció Biel Barceló.
Y es que los casos gallego y balear guardan bastantes similitudes, las suficientes como para que Antich haya tomado nota. Primero porque ambos se construyeron aprovechando que el PP se quedó a un solo escaño de la mayoría absoluta. Segundo porque se trata de gobiernos cimentados en partidos nacionalistas, con importantes discrepancias entre los socios, que a veces parecen más enemigos políticos que aliados. Y que, además, usan la lengua como arma arrojadiza contra la unidad española. Tanto se parecen ambos casos que en Baleares también hay un polémico Audi de por medio. O mejor dicho, dos. Aunque en este caso no pertenecen al presidente del Ejecutivo regional, sino a la presidenta del Parlamento, María Antonia Munar: el pasado mes de diciembre saltó a la luz pública que Munar había comprado para el Parlamento –con dinero público- dos automóviles Audi A6 por valor de más de 117.000 euros.
Es precisamente Munar la pieza clave del contubernio balear. Ella presidió UM hasta diciembre de 2007 y fue la que, con sus tres escaños, permitió que Antich volviera al poder. Volviera porque el socialista ya gobernó con un acuerdo idéntico (salvo por la inclusión de ERC en el Bloque) entre 1999 y 2003. El resultado de aquel inestable Gobierno fue que en la siguiente convocatoria electoral el PP de Jaume Matas (que había gobernado con UM entre 1987 y 1991) barrió a Antich por mayoría absoluta, lo mismo que acaba de suceder en Galicia por obra de Alberto Núñez Feijóo.
¿Puede el líder de los socialistas baleares volver a tropezar en la misma piedra en las elecciones autonómicas de 2011? En ello confían los populares y, aunque de momento es imprevisible, lo cierto es que Antich ya ha sufrido una seria advertencia en esta legislatura a cuenta de sus socios. En concreto, de la inestable UM, gravemente fragmentada entre los partidarios de Munar y los de su sucesor en la Presidencia, Miquel Nadal. Y seguirá pagando las consecuencias en los dos años que quedan para los próximos comicios.
La crisis se produjo en octubre del año pasado y tuvo nombres y apellidos: Bartomeu Vicents, hasta entonces diputado y portavoz de UM en el Parlamento autonómico. Al resultar imputado en tres causas distintas por presunta corrupción urbanística (fraude, blanqueo y estafa), el PSOE exigió a su socio de Gobierno que le expulsara. Los socialistas mantuvieron un pulso con UM a cuenta de Vicents que acabó con éste dándose de baja en el Grupo de Unión Mallorquina e integrándose en el Mixto. El problema: hasta entonces los socios sumaban 28 escaños, los mismos que el PP. Con el trasvase de uno de sus diputados, quedaron en una minoría parlamentaria que les obliga a hacer malabarismos para los restos y a recurrir al voto de Vicents para aprobar, por ejemplo, los Presupuestos.
A la inestable situación parlamentaria de Antich se suman los constantes enfrentamientos en su Ejecutivo. El más sonado se produjo hace bien poco, el pasado mes de septiembre. Y acabó con la destitución del consejero de Turismo, Francesc Buils, uno de los tres de la cuota de poner de UM (el PSOE tiene ocho y el Bloque, tres). Meses antes el rifirrafe lo había protagonizado la Ley de la Vivienda, que Unión Mallorquina se negaba a apoyar.
¿Le pasará factura todo eso y lo que quede por venir a Antich como le ha pasado a Pérez Touriño?
Ultima hora: El proceso ha puesto contra las cuerdas el pacto de gobernabilidad de las Islas, ya que Nadal amagó el lunes por la noche con dimitir como consejero e incluso con abandonar la política. En ningún caso se le aceptó la dimisión, puesto que ello conllevaría casi irremediablemente la ruptura del pacto de Gobierno. Al tiempo, la fiscalía se ha querellado contra otro alto cargo de UM, Antoni Pascual, actual vicepresidente del Consell de Mallorca, por cohecho, malversación y falsedad documental. Y sigue.......