Cuando la izquierda no gana, quema las calles.
Como no es algo nuevo, la solución debería estar pensada ya desde hace muchos años. Sin embargo fieles a la idiosincrasia española de resolver los problemas cuando casi han desaparecido, aún seguimos dándole vueltas a las razones por las cuales la izquierdona española, (ramificada en muchas subcategorías sindicales, pseudointelectuales, estudiantiles, culturales), prefiere, cuando no gobierna, la calle al parlamento, la gasolina a la palabra, la cara oculta al rostro descubierto o la agresión al pacto. El lógico descontento de la sociedad española por la declarada incompetencia de nuestros políticos, especialmente de aquellos que ahora agitan la calle, es excusa para que toda suerte de radicalismo, alimentado por la derrota magnífica en las urnas, salga en las distintas ciudades españolas para demostrar su particular manera de comprender la democracia.
Al frente, los sindicatos españoles, UGT y CCOO, corresponsables de la dramática situación de casi seis millones de españoles, quieren encabezar y sustituir al viejo 15M en la algarada callejera. De una vez por todas habría que poner blanco sobre rojo las prebendas recibidas, los chanchullos sindicales, los millonarios fondos con los que cuentan. Sobre todo su origen, siempre público, y sujeto a unos controles no ejercidos por miedo a despertar la ira predemocrática de unos sujetos muy bien pagados muy bien comidos y muy bien aleccionados en cómo poner palos en las ruedas del Gobierno cuando no es de los suyos. Ocho años después, con alguna que otra protesta para conservar las formas, salen a la calle para decir lo que se han callado muchas veces, para señalar con el dedo las políticas erróneas del PP, ahora que los dedos ya no cuentan los billetes recibidos, para mirar con lupa la acción de un Gobierno obligado por las circunstancias a tomar medidas muy duras, mal explicadas pero duras. Aún siguen recibiendo millonarias mordidas en el único reducto socialista en el que, por la mayoría absoluta que detentan desde hace décadas, pueden cobrar sin que nadie les pregunte. La manera en la que UGT y CCOO ejerce este sindicalismo trasnochado y rico ha de terminar. El grifo más bien seco de las subvenciones debe cerrarse por completo y que sean sus afiliados, si los tienen, o los partidos políticos a los que representan, PSOE e IU, quienes financien una actividad que no es propiamente sindical, sino extensión bastarda y callejera de la política.
Que hay razones para protestar no lo discute nadie. Se discute la forma, se discute quién los lidera, se discute que siempre se proteste de manera más violenta cuando no son ellos, la izquierdona quienes gobiernan. Los que llevan a España a la ruina, a los cinco millones terriblemente largos de parados, a una educación rota en diecisiete parcelas, y a unos niveles tan bajos, que debería hacerles reflexionar siquiera un poco.
El PP ganó por mayoría absoluta. Tiene legitimidad y autoridad. Y sobre todo tiene el apoyo de una ciudadanía harta de que sindicalistas tragones, estudiantes que no lo son, socialistas derrotados y comunistas ajados ganen en la calle lo que no han ganado en las urnas. La democracia es un sistema en el que las formas dan seguridad y confianza al contenido. Cuando ambos, forma y contenido, son pisoteados por la violencia se impone la ley. De ello tendrá que dar respuesta el Gobierno de Rajoy.
8 comentarios
josemi -
madrileño -
El problema, perroflauta, es que piensas poco, y cuando piensas, piensas mal. Estás en la edad. Se te da mejor la flauta. O el diábolo. O la mentira. Porque mientes mucho. Más que hablas. Si hasta aseguras preocuparte por los cinco millones de parados. Como si te importaran. Imagino que no ignorarás que éstos ya se hallaban sin trabajo en noviembre, cuando llegó el PP ¿por qué hasta entonces no te importaron? Por cierto, ¿dónde estabas tú en aquellos tiempos? Doy por seguro que tocando la flauta. También protestas contra una reforma laboral que, a tu parecer, favorece el poder empresarial. A mi tampoco me complace, otro día te lo cuento. Solo que meses antes de esta reforma, hubo otra reformita, en este caso del PSOE, que recortó como nunca antes los derechos de los trabajadores. Tampoco te vi en barricada alguna. Supongo que estarías en la uni estudiando, o en la calle, bailando al perro al ritmo de tu flauta, o a lo peor, hasta te encontrabas en casa con papá.
Anda, se franco, di la verdad: reconoce, perroflauta, que no eres un proletario; que el obrero más cercano a ti es un pariente lejano de un tío segundo de tu cuñada. De otro modo sabrías que quienes viven de su trabajo no tienen tiempo de montar barricadas; como tampoco los parados están por la labor de favorecer a quienes con su inepcia, agravaron su situación; prefieren invertirlo en encontrar trabajo. Son así de raros. Es lo que tiene cargar con una hipoteca. Aunque tú que sabes de hipotecas, ni de proletarios, si tampoco tu padre lo es. Es, simplemente, papá. Y tu, simplemente, su hijo. Hijo de papá. Un niño pijo cualquiera al que se le consiente el divertimento de jugar a ser proletario por un día, o dos, o tres hasta que dure la tontería. O hasta que papá decida que se acabó y te matricule en una escuela de negocios como Dios manda. En unos años, las barricadas y el proletarismo servirán para que te eches unas risas. Qué menos. ¿Y de las rastas, el perro y la flauta? ¿Qué será de ellos? Pues para otras risas. Para entonces ya te habrás convertido en un fascista pata negra, esto es, del PSOE, ¿verdad, perroflauta? Tú sí que vales.
fartela -
Todos se autodeclararán inocentes; la policía, los manifestantes, los espectadores, pero la verdad será, que a partir de ese momento, puede llegar el caos y una revolución social.
¿ Es ésto lo que se persigue ?.
Fernando G. -
Cuando gobierna no puede haber nada independiente: ni jueces, ni asociaciones, ni sindicatos, ni periodistas nada.
Y cuando no gobierna se convierte en antisistema.
exPSOE -
Tenemos múltiples experiencias en ese sentido. Al presidente Adolfo Suárez se le tiró del Gobierno. Yo mismo participé en múltiples manifestaciones en aquel tiempo, -hoy soy un arrepentido-. Y se dice, por quien conoce los entresijos del 23-F, que los dirigentes del PSOE, entonces, no estuvieron ajenos a aquel complot que abortó el propio Tejero cuando se enteró del gobierno de concentración que se había preparado. Parece que el único que estuvo al margen de aquella conspiración fue el propio Suárez que era la víctima de las bofetadas que le vinieron desde dentro de su partido y desde fuera, hasta que no le quedó más opción que abandonar el gobierno pese a la legitimación que obtuvo en las urnas. La caída del PP el 11-M tampoco está clara. No tengo nada claro que no estuviera, al menos, informado el mismísimo Rubalcaba de lo que se preparó. Al menos están bajo sospecha muchos extremos claves para explicar aquel atentado, como la destrucción de las pruebas (trenes .), etc.
En este momento, como otras veces en la historia de la fallida democracia en este país, se utiliza a los inexpertos y manipulables estudiantes para agitar la calle. Los sindicatos están preparando las teas incendiarias con la inestimable presencia y ayuda de dirigentes socialistas y de la izquierda comunista que no falta ni una sola vez a los procesos de insurrección. No han dejado pasar ni los cien días de rigor para evaluar la acción de gobierno y pretenden sabotear las medidas que, legítimamente y por mandato de los electores, que votaron en su aplastante mayoría, el programa electoral del PP, se están poniendo en marcha. Salvo en lo que se refiere a la subida de impuestos, que es un incumplimiento del programa electoral, pero una medida de emergencia ante el agujero en las cuentas que se ha heredado ante el dispendio planificado del anterior gobierno para dejar el erario inservible, con gastos pintorescos y absolutamente impresentables, todo lo demás estaba anunciado y los españoles han aceptado a sabiendas de que llegaban tiempos de escasez.
¿La izquierda es democrática? La respuesta es rotunda: NO. Y por eso la consolidación del periodo abierto por la Constitución del 78 nunca podrá ser una realidad. Esa es la triste situación en la que nos encontramos.
Y lo que vendrá
Ignacio P. -
Siempre hacen esto. -
gonzalez -