Rubalcaba teme que el 25-M refrende la reforma laboral de Rajoy.
Mareados y con la lengua fuera por el vértigo reformista del Gobierno, los socialistas no dan crédito de que lo que ven: Rajoy no es aquel tipo que ellos caricaturizaban dormitando la siesta mientras chupaba con unción un habano interminable, sino un gestor implacable que en apenas setenta días ha dado la vuelta al país como a un calcetín. Si además, el 25 de marzo gana las elecciones en Andalucía y en Asturias, estaríamos ante el vuelco político más importante desde la Transición.
En efecto, los comicios andaluces adquieren una trascendencia nacional inédita no tanto porque el PSOE vaya a ser desalojado del cortijo después de treinta años, sino por lo que tienen de referéndum sobre la política económica y social de Mariano Rajoy. Más en concreto, sobre la reforma laboral. Una victoria contundente y por mayoría absoluta de Javier Arenas supondría también un respaldo más o menos directo a la nueva regulación del mercado de trabajo. No digamos si la victoria también se les aparece a los populares en Asturias, donde Álvarez Cascos le está haciendo más daño al Gobierno del PP que toda la izquierda asturiana junta en su día más inspirado.
Ni que decir tiene que los sindicalistas de UGT y CC OO han detectado con gran alarma esta carga de profundidad que encierran las elecciones andaluzas para sus planes de convocarle una huelga general a Rajoy antes de que termine el año. Y de ahí esa escalada de manifestaciones y algaradas estrategicamente repartidas entre la parte sindical y la parte "estudiantil", que es la que hace el juego sucio crispando el debate político. De aquí al 25 de marzo hay programadas al menos tres "manifas" de cierta entidad, además de un sinnúmero de encierros, concentraciones y paros parciales, marchas, caceroladas e "incendios" en las redes sociales.
El objetivo es crear un clima social irrespirable que anule y sustituya el protagonismo del Congreso, donde la mayoría absoluta del PP no deja lugar a las sorpresas. De ese modo, al trasladar a la calle lo que no puede ganar en la sede de la soberanía popular, el PSOE, los sindicalistas y la izquierda asilvestrada tratan de erosionar las posibilidades del PP andaluz y evitar por todos los medios que el 25 de marzo sea también interpretado como un plebiscisto favorable a la reforma laboral.
En todo caso, la convocatoria de la huelga general, que los sindicatos nacionalistas ya han fijado en sus respectivos autonomías para el día 29 de marzo, estará muy condicionada por los resultados de Andalucía y Asturias. Resultaría ridículo, aparte de suicida, que Méndez y Toxo se aventuraran antes del verano a una huelga general si el PP arrasa en ambas regiones. Tendrían que esperar al otoño. Ahora bien, si Griñán conserva el poder y el PP no gana a Cascos, los resultados se intepretarían como una moción de censura popular contra la reforma laboral y los recortes de Rajoy. Y, entonces sí, las calles entrarían en una ebullición de impredecibles consecuencias.
7 comentarios
M.C. -
Jose Gonzalez B. -
Pero, además, unas pocas lecturas, aunque esenciales, como las memorias de Alcalá Zamora, Gregorio Marañón, Salvador Maradiaga, Sánchez Albornoz, incluso las del culpable por cómplice y actuante directo en el desastre de la II República, el Presidente de la República durante del golpe de Estado que fue el Frente Popular, Azaña, nos dan las claves de cómo actúa la izquierda cuando pierde el poder.
Una mayoría absoluta de los ciudadanos de España han pedido a Rajoy con los votos que ponga remedio al desastre monumental de la herencia de Zapatero y sus gobiernos, que resuelva la hecatombe económica y sus efectos sobre el drama que sufren millones de españoles con el paro, y todos los males derivados de la ruina en la que estamos. Eso es lo que todos llamamos soberanía popular, en definitiva democracia, aunque ésta sea limitada y muy deficitaria, como todos sabemos. La Constitución ya solamente existe en el papel no en la práctica. La izquierda y sus acompañantes nacionalistas se la han cargado con la inestimable ayuda del Tribunal Constitucional. Por eso, un sector importantísimo de la sociedad que responde a las características típicas de la izquierda sociológica ha girado su voto para que alguien cargado de sentido común y de razón nos saque del marasmo.
unidad -
paseante -
Nacaital -
Luis F. -
basta ya -