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MANIFIESTO POR LA LENGUA COMÚN

MANIFIESTO POR LA LENGUA COMÚN
Desde hace algunos años hay crecientes razones para preocuparse en nuestro país por la situación institucional de la lengua castellana, la única lengua juntamente oficial y común de todos los ciudadanos españoles. Desde luego, no se trata de una desazón meramente cultural -nuestro idioma goza de una pujanza envidiable y creciente en el mundo entero, sólo superada por el chino y el inglés- sino de una inquietud estrictamente política: se refiere a su papel como lengua principal de comunicación democrática en este país, así como de los derechos educativos y cívicos de quienes la tienen como lengua materna o la eligen con todo derecho como vehículo preferente de expresión, comprensión y comunicación.
 
Como punto de partida, establezcamos una serie de premisas:         
 
1. Todas las lenguas oficiales en el Estado son igualmente españolas y merecedoras de protección institucional como patrimonio compartido, pero sólo una de ellas es común a todos, oficial en todo el territorio nacional y por tanto sólo una de ellas -el castellano- goza del deber constitucional de ser conocida y de la presunción consecuente de que todos la conocen. Es decir, hay una asimetría entre las lenguas españolas oficiales, lo cual no implica injusticia (?) de ningún tipo porque en España hay diversas realidades culturales pero sólo una de ellas es universalmente oficial en nuestro Estado democrático. Y contar con una lengua política común es una enorme riqueza para la democracia, aún más si se trata de una lengua de tanto arraigo histórico en todo el país y de tanta vigencia en el mundo entero como el castellano.
 
2. Son los ciudadanos quienes tienen derechos lingüísticos, no los territorios ni mucho menos las lenguas mismas. O sea: los ciudadanos que hablan cualquiera de las lenguas cooficiales tienen derecho a recibir educación y ser atendidos por la administración en ella, pero las lenguas no tienen el derecho de conseguir coactivamente hablantes ni a imponerse como prioritarias en educación, información, rotulación, instituciones, etc... en detrimento del castellano (y mucho menos se puede llamar a semejante atropello «normalización lingüística»).
 
3. En las comunidades bilingües es un deseo encomiable aspirar a que todos los ciudadanos lleguen a conocer bien la lengua cooficial, junto a la obligación de conocer la común del país (que también es la común dentro de esa comunidad, no lo olvidemos). Pero tal aspiración puede ser solamente estimulada, no impuesta. Es lógico suponer que siempre habrá muchos ciudadanos que prefieran desarrollar su vida cotidiana y profesional en castellano, conociendo sólo de la lengua autonómica lo suficiente para convivir cortésmente con los demás y disfrutar en lo posible de las manifestaciones culturales en ella. Que ciertas autoridades autonómicas anhelen como ideal lograr un máximo techo competencial bilingüe no justifica decretar la lengua autonómica como vehículo exclusivo ni primordial de educación o de relaciones con la Administración pública. Conviene recordar que este tipo de imposiciones abusivas daña especialmente las posibilidades laborales o sociales de los más desfavorecidos, recortando sus alternativas y su movilidad.
 
4. Ciertamente, el artículo tercero, apartado 3, de la Constitución establece que «las distintas modalidades lingüísticas de España son un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección». Nada cabe objetar a esta disposición tan generosa como justa, proclamada para acabar con las prohibiciones y restricciones que padecían esas lenguas. Cumplido sobradamente hoy tal objetivo, sería un fraude constitucional y una auténtica felonía utilizar tal artículo para justificar la discriminación, marginación o minusvaloración de los ciudadanos monolingües en castellano en alguna de las formas antes indicadas.
 
Por consiguiente los abajo firmantes solicitamos del Parlamento español una normativa legal del rango adecuado (que en su caso puede exigir una modificación constitucional y de algunos estatutos autonómicos) para fijar inequívocamente los siguientes puntos:
 
1. La lengua castellana es COMUN Y OFICIAL a todo el territorio nacional, siendo la única cuya comprensión puede serle supuesta a cualquier efecto a todos los ciudadanos españoles.
 
2. Todos los ciudadanos que lo deseen tienen DERECHO A SER EDUCADOS en lengua castellana, sea cual fuere su lengua materna. Las lenguas cooficiales autonómicas deben figurar en los planes de estudio de sus respectivas comunidades en diversos grados de oferta, pero nunca como lengua vehicular exclusiva. En cualquier caso, siempre debe quedar garantizado a todos los alumnos el conocimiento final de la lengua común.
 
3. En las autonomías bilingües, cualquier ciudadano español tiene derecho a ser ATENDIDO INSTITUCIONALMENTE EN LAS DOS LENGUAS OFICIALES. Lo cual implica que en los centros oficiales habrá siempre personal capacitado para ello, no que todo funcionario deba tener tal capacitación. En locales y negocios públicos no oficiales, la relación con la clientela en una o ambas lenguas será discrecional.
 
4. LA ROTULACIÓN DE LOS EDIFICIOS OFICIALES Y DE LAS VÍAS PÚBLICAS, las comunicaciones administrativas, la información a la ciudadanía, etc... en dichas comunidades (o en sus zonas calificadas de bilingües) es recomendable que sean bilingües pero en todo caso nunca podrán expresarse únicamente en la lengua autonómica.
 
5. LOS REPRESENTANTES POLÍTICOS, tanto de la administración central como de las autonómicas, utilizarán habitualmente en sus funciones institucionales de alcance estatal la lengua castellana lo mismo dentro de España que en el extranjero, salvo en determinadas ocasiones características. En los parlamentos autonómicos bilingües podrán emplear indistintamente, como es natural, cualquiera de las dos lenguas oficiales.
 
Firmado por Mario Vargas Llosa, José Antonio Marina, Aurelio Arteta, Félix de Azúa, Albert Boadella, Carlos Castilla del Pino, Luis Alberto de Cuenca, Arcadi Espada, Alberto González Troyano, Antonio Lastra, Carmen Iglesias, Carlos Martínez Gorriarán, José Luis Pardo, Alvaro Pombo, Ramón Rodríguez, José Mª Ruiz Soroa, Fernando Savater y Francisco Sosa Wagner. etc. etc.

26 comentarios

ofelia -

Unas 200 personas se concentraron este sábado en Vitoria frente a la residencia oficial del lehendakari Juan José Ibarretxe, en defensa de su derecho a escolarizar a sus hijos en castellano, ante la intención del Gobierno vasco de "cercenar" este derecho.

Al acto, convocado por la Plataforma por la libertad de elección lingüística, acudió el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, quien equiparó la política del Ejecutivo autonómico en este campo con la de los "talibanes". La concentración se ha producido en un momento en el que el Departamento de Educación negocia lograr los apoyos necesarios para sacar adelante la reforma de modelos lingüísticos, una posibilidad que se ha complicado después de que el PSE expresara esta semana su rechazo a la propuesta del Departamento por considerar que "subordina" toda la educación vasca al euskera.

En el transcurso del acto, tres jóvenes se situaron frente a los manifestantes portando carteles que reclamaban la desaparición del modelo A (enseñanza en castellano con el euskera como asignatura). Un agente de la Ertzaintza separó a los jóvenes de la concentración y, aunque los integrantes de esta última y los portadores de los carteles se lanzaron gritos unos a otros, no se produjeron incidentes de relevancia.

La concentración, en la que también participó el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, estuvo encabezada por una pancarta con el lema 'Ibarretxe, consulta a los padres". En un comunicado leído por una portavoz de la Plataforma se acusó a Ibarretxe de haberse "negado" a reunirse con los miembros de este colectivo, actitud por la que le acusaron de actuar con "desprecio" hacia ellos y hacia sus propios hijos.

Los miembros de la Plataforma afirmaron que tanto el euskera como el castellano "son idiomas vascos", por lo que reclamaron que se les garantice el derecho a elegir la lengua vehicular de la enseñanza de sus hijos. Acusaron al Gobierno vasco de "cercenar" este derecho, lo que consideraron que supone "un grave recorte de libertades".

Consideraron que, a través de diferentes normativas, el Ejecutivo autonómico trata de "aplicar un plan educativo sin tener en cuenta la realidad del país ni su pluralidad". Además, destacaron la idoneidad de utilizar la lengua materna como idioma vehicular en la enseñanza como garantía para la obtención de una mejor formación.

En este sentido, Basagoiti que acudió al acto junto a otros destacados dirigentes del PP vasco, apoyó las peticiones de la plataforma por considerarlas "justas" y aseguró que en Euskadi en la actualidad es una "utopía" elegir el castellano como lengua vehicular en la enseñanza. Aseguró que el Gobierno vasco "está eliminando el castellano y está obligando a establecer el idioma que apetece al consejero de Educación o al lehendakari". Además, afirmó que "de encontrarnos en Afganistán, se diría que se trata de actitudes talibanes".

Emili Avilés -

El académico Arturo Pérez-Reverte estampó su firma en el Manifiesto de la Lengua Común. "Amo esa lengua-nación con pasión extrema. Cuando me hicieron académico de la RAE acepté batirme por ella cuando fuera necesario. Y eso hago ahora. Que se mueran los feos". Y el escritor no se retracta. Y mucho más.

En su "Patente de Corso", de XLSemanal, el escritor Arturo Pérez-Reverte hace una defensa encendida de "la lengua castellana, conocida como español en todo el mundo".

A ciertos amigos les ha extrañado que el arriba firmante, que presume de cazar solo, se adhiriese al Manifiesto de la Lengua Común. Y no me sorprende. Nunca antes firmé manifiesto alguno. Cuando leí éste por primera vez, ya publicado, ni siquiera me satisfizo cómo estaba escrito. Pero era el que había, y yo estaba de acuerdo en lo sustancial. Así que mandé mi firma. Otros lo hicieron, y ha sido instructivo comprobar cómo en la movida posterior algún ilustre se ha retractado de modo más bien rastrero. Ése no es mi caso: sostengo lo que firmé. No porque estime que el manifiesto consiga nada, claro. Lo hice porque lo creí mi obligación. Por fastidiar, más que nada. Y en eso sigo.

No es verdad que en España corra peligro la lengua castellana, conocida como español en todo el mundo. Al contrario. En el País Vasco, Galicia y Cataluña, la gente se relaciona con normalidad en dos idiomas. Basta con observar lo que los libreros de allí, nacionalistas o no, tienen en los escaparates. O viajar por los Estados Unidos con las orejas limpias. El español, lengua potente, se come el mundo sin pelar. Quien no lo domine, allá él. No sólo pierde una herramienta admirable, sino también cuanto ese idioma dejó en la memoria escrita de la Humanidad. Reducirlo todo a mero símbolo de imposición nacional sobre lenguas minoritarias es hacer excesivo honor al nacionalismo extremo español, tan analfabeto como el autonómico. Esta lengua es universal, enorme, generosa, compartida por razas diversas mucho más allá de las catetas reducciones chauvinistas.

La cuestión es otra. Firmé porque estoy harto de cagaditas de rata en el arroz. Detesto cualquier nacionalismo radical: lo mismo el de arriba España que el de viva mi pueblo y su patrona. Durante toda mi vida he viajado y leído libros. También vi llenarse muchas fosas comunes a causa del fanatismo, la incultura y la ruindad. En mis novelas históricas intento siempre, con humor o amargura, devolver las cosas a su sitio y centrarme donde debo: en el torpe, cruel y desconcertado ser humano. Pero hay un nacionalismo en el que milito sin complejos: el de la lengua que comparto, no sólo con los españoles, sino con 450 millones de personas capaces, si se lo proponen, de leer el Quijote en su escritura original. Amo esa lengua-nación con pasión extrema. Cuando me hicieron académico de la RAE acepté batirme por ella cuando fuera necesario. Y eso hago ahora. Que se mueran los feos.

Quien afirme que el bilingüismo es normal en las autonomías españolas con lengua propia, miente por la gola. La calle es bilingüe, por supuesto. Ahí no hay problemas de convivencia, porque la gente no es imbécil ni malvada, ni tiene la poca vergüenza de nuestra clase política. La Administración, la Sanidad, la Educación, son otra cosa. En algunos lugares no se puede escolarizar a los niños también en lengua española. Ojo. No digo escolarizar sólo en lengua española, sino en un sistema equilibrado. Bilingüe. Ocurre, además, que todo ciudadano español necesita allí el idioma local para ejercer ciertos derechos sin exponerse a una multa, una desatención o un insulto. Métanse en una página de Internet de la Generalidad sin saber catalán, por ejemplo. De cumplirse el propósito nacionalista, quien dentro de un par de generaciones pretenda moverse en instancias oficiales por todo el territorio español, deberá apañárselas en cuatro idiomas como mínimo. Eso es un disparate. Según la Constitución, que está por encima de estatutos y de pasteleos, cualquier español tiene derecho a usar la lengua que desee, pero sólo está obligado a conocer una: el castellano. Lengua común por una razón práctica: en España la hablamos todos. Las otras, no. Son respetabilísimas, pero no comunes. Serán sólo locales, autonómicas o como queramos llamarlas, mientras los países o naciones que las hablan no consigan su independencia. Cuando eso ocurra, cualquier español tendrá la obligación, la necesidad y el gusto, supongo, de conocerlas si viaja o se instala allí. En el extranjero. Pero todavía no es el caso.

Y aquí me tienen. Desestabilizando la cohesión social. Fanático de la lengua del Imperio, ya saben. Tufillo franquista: esa palabra clave, vademécum de los golfos y los imbéciles. La puta España del amigo Rubianes. Etcétera. Así que hoy, con su permiso, yo también me cisco en las patrias grandes y en las chicas, en las lenguas –incluida la mía– y en las banderas, sean las que sean, cuando se usan como camuflaje de la poca vergüenza. Porque no es la lengua, naturalmente. Ése es el pretexto. De lo que se trata es de adoctrinar a las nuevas generaciones en la mezquindad de la parcelita. Léanse los libros de texto, maldita sea. Algunos incluso están en español. Lo que más revienta son dos cosas: que nos tomen por tontos, y la peña de golfos que, por simple toma y daca, les sigue la corriente. Pero de ellos hablaremos la semana que viene.

ciudadano -

Adhiérase al Manifiesto por una lengua común
Un grupo de escritores e intelectuales ha redactado un manifiesto para defender el castellano como lengua común de todos los ciudadanos españoles. Si lo desea, puede adherirse al mismo enviando este formulario o completando el boletín de adhesión que se publica en EL MUNDO, acompañando una fotocopia de su DNI, al número de Fax 912974798.
http://www.elmundo.es/elmundo/formularios/2008/06/manifiestolenguacomun.html

Francisco C. -

Hace falta que la gente se empiece a mover,o dentro de nada ya no podremos ni hablar en español, ni sacar la bandera, estamos perdiendo muchas libertades, a mí, por mis años, me hacen recordar los tristes tiempos del franquismo. Téniamos muchas cosas prohibidas, como ahora... ESto es increible,pensé que nunca lo volvería a vivir. Disfruté con la democracia de UCD, de González y de Aznar, pero esto es el fin de las libertades. El PSOE debería cambiar sus siglas,no son obreros ni se sienten españoles. Qué pena, no me esperaba esto del PSOE.

Tania -

Pablo Casado (NNGG)ha sostenido que para "los jóvenes es especialmente dramático no poder estudiar ni acceder a oposiciones en igualdad de condiciones en todos los territorios de nuestro país", y ha reclamado el "fin del intervencionismo que encabeza el Gobierno de Rodríguez Zapatero en todos los ámbitos de la vida personal de los ciudadanos, sobre todo en el ámbito de la lengua".

"No queremos un gobierno paternalista que nos diga en qué lengua tenemos que comunicarnos. Simplemente pedimos libertad a la hora de elegir", ha argumentado el joven político.

blanes -

Hace un par de días fue Luis Aragonés el que quiso estampar su firma al manifiesto y esta vez lo ha hecho Iker Casillas, uno de los verdaderos protagonistas de la victoria española en Viena.

El portero y capitán de la selección lo ha hecho a través del diario El Mundo y según sus propias palabras, lo hace porque cree "en el vínculo que supone nuestro idioma común y porque no quiero que ni un solo niño en mi país no pueda acceder a su derecho a educarse a través de este vínculo común". Además, ha recordado lo sucedido en los últimos días: "El pasado martes, en la visita a La Moncloa, dije que me sentía orgulloso de ser español. Esa es la sensación más fuerte que he tenido durante un mes mágico en Austria".

Casillas también ha sido protagonista de la campaña lanzada por Nuevas Generaciones (NNGG) en apoyo del manifiesto. También han sido usados como imagen Pau Gasol, Rafael Nadal, Fernando Alonso y Alberto Contador, con el lema "hoy el mundo habla español".
http://www.libertaddigital.com:6680/fragmentos/form_manifiesto_lengua_comun.php

opa -

Aparentemente en el PSOE todos están cortados por el mismo patrón, pues si el jefe dice que lo de la crisis es opinable, sale el señor de Ceuta y dice que también es opinable si nuestra lengua común está en peligro En Ceuta igual no está en peligro, pero si el pelotillero ceutí viene a MATRIX, que es lo que conozco mejor porque lo sufro cada día, es probable de que pueda opinar distinto, si quiere ser honrado en sus percepciones. Sin embargo lo peor es que el hombre no se ha enterado de que no se discute la fortaleza del castellano, sino el hecho de los ciudadanos podamos utilizarlo si queremos en todas las CCAA. Es un problema de derechos individuales, que no de fortalezas lingüisticas, pues para mi es evidente de que con un catalán confrontado con el castellano, el catalán no tiene ninguna probabilidad. Sin embargo en un clima de libertad ambas lenguas pueden convivir pacificamente sin ningún problema. El problema del PSOE de hoy es que no quiere reconocer que existan problemas. porque seguramente no tiene soluciones para ninguno de ellos.

zarabanda -

Yo, ciudadano que paga religiosamente sus impuestos al Estado, y que tengo mis derechos reconocidos y amparado en La Constitución, y que además soy libre, me rige mi libre albedrío y tengo derecho a voto, digo: que del mismo modo que yo no impongo a nadie que aprenda o hable en el idioma que quiera, puedo exigir y exijo que nadie coarte mi liberad si quiero que mis hijos estudien en el idioma que yo creo más necesario para su futuro (en este caso el español). El Estado, en lugar de mirar para otro lado, debería garantizar los derechos de todos los españoles, porque es el Estado el garante de todas nuestras obligaciones pero también de todas nuestros libertades y derechos.

barcelona -

A los progres:
Si que estan persiguiendo al español, y por derivacion, a los que lo hablamos. Van a por nosotros, asi de claro. El renegado montilla, el de los mil millones de la caixa, es el mas fanatico en ello, para ver si asi le perdonan su origen "camina llums" ( Es como los nazis-separatistas-terroristas llaman aqui a los andaluces, por si no se han enterao ). Aqui, como entres a trabajar en un organismo oficial, primero te miran el pedigree, y que hables comanche. Si eres o no bueno en tu profesion les importa un bledo. Y si ademas eres amigüito de los nazis, ademas te encargan un informe sobre la forma helicoidal de las cagarrutas de las moscas, eso si, catalanas, y te pagan 11.999 Euros. Y como se te ocurra poner un letrero en español en tu negocio, la gestapo nazi catalana te denuncia y te cosen a multas. Ademas de las coacciones y agresiones que te dedican los bestias camisas pardas nazi-separatistas-terroristas. O sea, que hay persecucion a ambos, españoles y español Los nazis solo quieren a los españoles para que vengan aqui de turismo, como extranjeros, guiris del sur que dicen aqui, para clavarles y robarles el dinero. Que lo sepais si pensais venir aqui de turismo, que estais alimentando a los nazis-separatistas con vuestro dinero.

darsena -

Son pocos los que sistemáticamente atacan nuestra lengua milenaria, el castellano, aunque ciertamente hacen más ruido del que estamos dispuestos a sufrir. Esta minoría ruidosa ha provocado que se articulen movimientos y asociaciones, a favor de la defensa de nuestra lengua común, porque hay quienes se empeñan en blandir este instrumento de comunicación, que no es más que vía de transmisión de nuestros pensamientos; como si fuera un arma arrojadiza, con no se sabe qué peregrinos propósitos. Una lengua cuesta mucho aprenderla, y cuando ya parece que la tenemos todos establecida en el territorio español, para poder entendernos en paz y concordia, ¡zas! viene el Pitágoras de turno, con ideas innovadoras, y pretende someternos con la ley del embudo, al aprendizaje de una lengua que sólo hablan y entienden unos pocos. La intolerancia está servida, y nos vemos ante la pasividad de un Gobierno, cuyo término igualdad define muy subjetivamente, y que no defiende la igualdad de derecho que tenemos todos a hablar y entendernos en una lengua común, amparada y defendida por la Constitución.

Carlos F. -

EL manifiesto a favor de la lengua común española es una advertencia para quienes viven insensibles a lo que sucede en su entorno. Personas de gran prestigio están preocupadas por lo que ocurre con el castellano en Cataluña, en el País Vasco, en Baleares y en Galicia. Tenemos todos que despertar y, especialmente, los que han de vigilar la aplicación de las normas constitucionales, porque lo que se afirma en el texto de la Gran Carta no permite las interpretaciones torticeras de ciertos personajes de la escena política: «El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho de usarla» (art. 3.1). No son admisibles las dudas ante afirmaciones tan rotundas, ni cabe negar un derecho al uso de la lengua que solemne y democráticamente se proclamó al aprobar la Constitución de 1978.
Por fortuna la España del siglo XXI no es la España del siglo XX. Mi posición, lo anticipo, es bastante optimista.
No es que yo crea que a la hora cero del año 2000 terminó una España y comenzó otra. Tal frontera no existió. Lo cierto, sin embargo, es que nos hallamos en un proceso de transformación en la forma de ser de España, que se inicia en pleno siglo XX y todavía está abierto.
Resulta demasiado frecuente repetir las tesis de grandes pensadores que consideraron lo que era España en los años treinta, cuarenta o cincuenta del siglo XX. Don José Ortega y Gasset, por ejemplo, nos dejó unas apreciaciones críticas de extraordinario valor, pero se refieren a una realidad, la España de la primera mitad del pasado siglo, que es distinta de la que ahora existe.
Un factor importante del cambio es el mejor conocimiento, desde el centro o desde la periferia, de las distintas zonas de España. Gracias a la televisión (es uno de los datos muy a tener en cuenta) y a los desplazamientos rápidos (por avión o por el ferrocarril de alta velocidad), junto a los otros componentes de una sociedad bien intercomunicada, se ha eliminado, o casi eliminado, la ignorancia respecto a lo que era España en unos sitios y en otros. El madrileño medio estaba convencido de que los andaluces, con nuestros cantares y nuestras fiestas, apenas trabajábamos, mientras que en Cataluña, con su desarrollo económico, se infravaloraba al resto de España. A mediados del siglo XX se viajaba poco y era bastante penoso atravesar los Monegros aragoneses si se quería llegar a Barcelona desde Madrid, o hacer el recorrido en sentido inverso.
Cuando hace ya más de cincuenta años me incorporé como catedrático a la Universidad de Barcelona, entre mis primeros colaboradores había alguno que nunca había estado en Madrid, no obstante sus cursos académicos en Francia o en Inglaterra. El Ebro era un auténtico muro de separación. Y en los años sesenta, siendo presidente de la Asociación Española de Ciencia Política y Derecho Constitucional, decidí que un congreso tuviese lugar en Sevilla. La mayoría de aquellos congresistas de las distintas Universidades españolas, profesores de materias que componen nuestra circunstancia vital, apenas conocían Andalucía, o la ignoraban por completo. Se vivía sin prestar atención a cuanto acontecía más allá de unas pocas docenas de kilómetros.
Resulta de la máxima importancia que en el «Manifiesto por la lengua común» se recuerde que ciertas autoridades autonómicas decretan que «la lengua autonómica es el vehículo común exclusivo y primordial de educación o de relaciones con la Administración pública». Pero los riesgos en la España del siglo XXI han disminuido considerablemente.
Necesitamos —no hay duda sobre ello— afianzar el sentimiento nacional. Se ha dicho y repetido muchas veces que al otro lado de los Pirineos se tiene una vivísima conciencia de pertenecer a una nación que entre nosotros no se registra con la misma intensidad. Al fin deseado la presente intercomunicación de las distintas zonas de España propicia una mejora de gran alcance. Observadores pesimistas (realistas, dicen ellos) atisban un horizonte de desintegración. Ciertos partidos de nacionalismos excluyentes se afanan en la negación de la unidad de España, y no podemos, ni debemos, mantenernos impasibles ante semejantes desafíos. Pero sabiendo que la España del siglo XXI, donde cayeron los muros de separación que levantó la ignorancia de unos respecto a otros (andaluces respecto a los catalanes, catalanes respecto a los castellanos, madrileños respecto a las zonas de la periferia, etc., etc.); en esta España sin distancias, los intentos de ruptura o de independencia regional tienen que afrontarse con la seguridad de que no prosperarán.
El optimismo que pretendo transmitir se apoya en datos de la realidad. Ya desaparecieron de nuestro mapa los pintoresquismos aldeanos. La mayoría recibe a diario las mismas informaciones. Y en determinados momentos, como está sucediendo en los encuentros deportivos, los gritos a favor de España se lanzan en todos los rincones del territorio nacional.
No quiero negar, sin embargo, la existencia de problemas. En especial, los de los niños a quienes no se permite estudiar en la lengua común, que, para mayor inri, es la materna de varios cientos de millones de personas. Oportuno y conveniente ha sido el admirable «Manifiesto», que denuncia una gravísima conculcación de derechos. Pienso, además, que nos faltan algunos símbolos que son buenos para avivar el sentimiento nacional, y creo que, en este sentido, ha resultado lamentable que nuestros deportistas no puedan cantar el himno nacional, como hacen los de otros países. Se detuvo, meses atrás, el proceso que llevaría a tener una letra para la Marcha Real. Las críticas de ciertos puritanos perjudicaron a lo que debió ser un estupendo resultado final. Vivimos en el terreno de los símbolos, que tanto contribuyen a mover los sentimientos, con independencia del valor literario, en este caso, de una determinada letra. «Símbolo —leemos en el Diccionario— es una figura retórica que consiste en utilizar la asociación o asociaciones subliminales de las palabras o signos para producir emociones conscientes». Una ojeada a lo que se canta por ahí, como himnos nacionales, a veces hasta ofensivos o menospreciativos, pone de manifiesto que el interés del símbolo se sobrepone a otras apreciaciones.
Hay que felicitarse del «Manifiesto por la lengua común». Pero no hemos de olvidar la carencia de símbolos para avivar la conciencia nacional, y quiero pensar que en el siglo XXI, por fortuna, los provincianismos y los localismos aldeanos tienen el futuro cerrado. La lengua común española, por muchas zancadillas que algunos se empeñen en poner, carece de rivales.

Fernando Barcelona -

Decididamente, la Historia se repite, ahora como farsa.

Francisco García Antón se pregunta irritado: "si se quiere proteger a una lengua, ¿se tiene que obligar a usarla a los que no quieren hablarla?" Contesto. Eso es lo que intentó el primer franquismo con lo de "habla en cristiano" o "habla la lengua del imperio" para proscribir el vasco, el catalán o el gallego. No consiguió nada, más bien lo contrario de lo que se propuso. Ya se sabe, el tiro por la culata. Es lógico, pues los idiomas no pueden prescribirse y proscribirse. La ironía de la Historia es que los nacionalistas españoles de hoy pretenden hacer lo mismo que el primer franquismo, pero con la vista puesta ahora en sus respectivos idiomas regionales. Infinito es el número de tontos en el mundo, como decían los escolásticos.

David T. me informa sobre algunos desarrollos de la policía lingüística de Galicia. Por ejemplo, las bandas de música de las fiestas populares se dirigirán al público en gallego. Don David me relata el caso de una amiga suya mexicana que ha venido a estudiar a una Universidad gallega. Cuál no ha sido la sorpresa de la mexicana al encontrar que una gran parte de las clases y de los apuntes están en gallego. No sé lo que ocurrirá en otras autonomías. Es como si un estudiante español se trasladara a Dublín para seguir una carrera universitaria y se encontrara con que las clases se dan en gaélico. Bueno, quizá fuera eso el ideal de una Europa multicultural. Así nos va.

José Mª Navia-Osorio anda pesaroso con el avance del intento de erradicar el castellano en las regiones bilingües. Da cuenta de la noticia de un político gallego, partidario de la enseñanza en castellano y en gallego, a quien han ensuciado el coche con pintura roja y amarilla. "Los agresores creen que el rojo y gualda es algo así como la estrella amarilla de los judíos." Don José Mª se ha metido en la internet para buscar algún traductor de español-catalán. Ha sido difícil. El traductor español-euskera no existe, pero, en cambio, ha encontrado uno de japonés-euskera.

navegante -

En España está casi ‘prohibido’ hablar castellano y sin embargo en internet es el tercer idioma con más presencia y que más se utiliza.

El español ha multiplicado por tres su presencia en la red en los últimos ocho años, gracias sobre todo al despegue de las conexiones en Iberoamérica, según pone de relieve el informe ‘La sociedad en red’ del Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y Sociedad de la Información (ONTSI).

El español es el idioma que más ha crecido en internet y ha alcanzado ya los 102 millones de usuarios, lo que le sitúa como tercera lengua en la Red por detrás del inglés (366 millones de usuarios) y el chino (184 millones), según datos presentados por la entidad pública Red.es.

Los nuevos dominios ‘.es’ que se registran actualmente en España ganan a los ‘.com’, ha añadido el director de ONTSI, Daniel Torres.

El estudio señala que en España la mitad de los hogares tienen acceso a internet, una cifra que aún no alcanza la media europea, si bien el porcentaje de quienes se conectan a través de banda ancha, un 41,5 por ciento, supera ese umbral y sitúa al país en el quinto puesto de Europa.

España se ha saltado etapas con respecto al continente y quienes se conectan por primera vez lo hacen cada vez más a través de banda ancha en vez de comenzar por banda estrecha, ha comentado Daniel Torres.

Algo menos de la mitad de los mayores de diez años que viven en España no ha utilizado nunca internet, frente a los 22 millones que sí se han conectado alguna vez, un 95 por ciento de ellos al menos una vez en los últimos tres meses.

El porcentaje de jóvenes que ha accedido alguna vez a internet es mayor en España que en Europa, si bien los porcentajes se invierten en edades más avanzadas, ha comentado Torres.

El número de personas que se conectan desde casa creció tres veces más que el de quienes se conectan en el trabajo durante el último trimestre de 2007 frente al año anterior.

de sort -

Son pocos los que sistemáticamente atacan nuestra lengua milenaria, el castellano, aunque ciertamente hacen más ruido del que estamos dispuestos a sufrir. Esta minoría ruidosa ha provocado que se articulen movimientos y asociaciones, a favor de la defensa de nuestra lengua común, porque hay quienes se empeñan en blandir este instrumento de comunicación, que no es más que vía de transmisión de nuestros pensamientos; como si fuera un arma arrojadiza, con no se sabe qué peregrinos propósitos. Una lengua cuesta mucho aprenderla, y cuando ya parece que la tenemos todos establecida en el territorio español, para poder entendernos en paz y concordia, ¡zas! viene el Pitágoras de turno, con ideas innovadoras, y pretende someternos con la ley del embudo, al aprendizaje de una lengua que sólo hablan y entienden unos pocos. La intolerancia está servida, y nos vemos ante la pasividad de un Gobierno, cuyo término igualdad define muy subjetivamente, y que no defiende la igualdad de derecho que tenemos todos a hablar y entendernos en una lengua común, amparada y defendida por la Constitución.

manel -

Rajoy, Saenz de Santamaría y Gallardón se adhieren al manifiesto, el "Manifiesto por la Lengua Común" también ha sido firmado por otros dirigentes nacionales del PP como los del PPC Daniel Sirera, y Alejo Vidal-Quadras, y aparecen también las firmas de escritores como Miguel Delibes, Luis Mateo Díez, Francisco Nieva y César Vidal .

El presidente del PP, Mariano Rajoy, anunció que su grupo parlamentario presentará próximamente una proposición de ley orgánica "que desarrolle el derecho, recogido en la Constitución, a usar la lengua castellana en toda España": El objetivo, según explicó es "garantizar el derecho de uso del castellano y el deber de conocerlo".

El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, dijo al periódico que está "de acuerdo con las reivindicaciones" del manifiesto, aunque no con la necesidad de una reforma constitucional, mientras que el socialista Joaquín Leguina se adhirió también este martes.
El presidente de La Rioja, Pedro Sanz, también suscribió el documento, que recuerda que "la lengua castellana es común y oficial a todo el territorio nacional, siendo la única cuya comprensión puede serle supuesta a todos los ciudadanos".

Francisco A. -

No se trata de defender un determinado idioma, sino de defender la libertad de elegir. No es un manifiesto a favor del español, sino a favor de la Libertad. Los nacionalistas violan los derechos fundamentales para convertir la lengua en un instrumento de incomunicación y poder crear compartimentos estancos en los que tener un poder sin control, es así de sencillo.

sandrita -

Me resulta demencial que en España se tenga que recurrir a estos métodos, en defensa de la lengua común. Sea castellano, sea español, qué más da, es nuestro idioma. Soy catalán de nacimiento y por culpa de cuatro sinverguenzas, nazionalistas,carteristas y estraperlistas, en Cataluña se está intentando acabar con el idioma en que se comunican más de 400 millones de personas, con Franco aquí se hablaba catalán y castellano y no pasaba nada. La enseñanza era en español, pero el que quería podía aprender catalán, LIBREMENTE, ahora es una imposición. Y ante toda imposición, el hombre libre va a la rebelión.

fuster -

He vivido en varios paises hermanos de America por muchos años y la verdad es que cada vez que escucho referirse a nuestra lengua por otro nombre diferente al Español me da mucha pena. El Español es grande y universal, no permitamos su degradación refiriendos a él de otra manera. En una conferencia en Colombia García Márquez (contagiado por el progresismo politicamente correcto de la izquierda Española) se refirió a nuestra lengua como castellano, ante la sorpresa de todos los presentes. En la intervención siguiente del presidente colombiano Uribe, todo se arreglo, ya que él solo habló de nuestro idioma como Español. No seamos miopes, el castellano es unicamente una aportación importante a nuestro idioma actual "el Español".

Francisco S. -

Los nacionalistas han puesto en marcha su maquinaria para que un manifiesto en defensa del castellano, que está recibiendo miles de adhesiones, no arruine los planes de inmersión lingüística de los ciudadanos de las comunidades con lenguas cooficiales. Aprovechando la presencia del ministro de Cultura, César Antonio Molina, en el Senado, y pese a que, como él recordó, no tiene jurisdicción en este asunto, el Grupo Mixto, el Vasco, Entesa Catalana y CiU, pusieron ayer el grito en el cielo por el manifiesto y exigieron al Ejecutivo que defienda «a ultranza» la diversidad lingüística para que la ciudadanía no vea las lenguas cooficiales como una «amenaza».
Después de que se apelara a su «sensibilidad cultural», Molina replicó rememorando su respeto por la «diversidad cultural», afirmando que se ha producido un cambio «radical» en este campo aunque, eso sí, admitió que hay que seguir «avanzando» en la concienciación de los ciudadanos. Pero con eso de que no tiene «jurisdicción» en este asunto ponía la pelota en el tejado de su compañera de Educación, Mercedes Cabrera. Ésta, preguntada ayer por el manifiesto de los intelectuales, respondió que «yo no tengo que apoyar nada, sólo tengo que decir lo que me corresponde como ministra de Educación y nada me hace dudar sobre la enseñanza del castellano en España», algo que por otro lado subrayó que está garantizado por la Ley Orgánica de Educación.
Todo esto mientras un histórico socialista como Joaquín Leguina apoyaba sin ambages el texto encabezado por Fernando Savater y Carmen Iglesias, y apoyado entre otros por Mario Vargas Llosa. Leguina, que dijo estar de acuerdo con todo el manifiesto, aseguró a Efe que es «una barbaridad» la política lingüística de las comunidades con lenguas cooficiales y que «todo el mundo y parte del PSOE mire para otro lado» en este asunto.
El portavoz parlamentario de Esquerra Republicana, Joan Ridao, reaccionó en la dirección opuesta, calificando de «auténtico insulto a la inteligencia» el manifiesto y acusando a sus impulsores de no haber salido «nunca del microclima castellano» y de no conocer «la realidad plurilingüe» del país.

tuconciencia -

Este lunes el Foro de Ermua manifestó su adhesión al manifiesto porque, según su presidente, Iñaki Ezkerra, se trata de una cuestión "de perogrullo" que sin embargo debe ser defendida en un país en el que "se niegan cosas que son elementales". "Hay gente que tiene unos sentimientos muy acusados con las lenguas y con las tierras y luego no los tienen con las personas".Alejo Vidal-Quadras afirma que "el contenido del Manifiesto refleja exactamente mi posición al respecto y coincide por completo con las tesis que llevo defendiendo en este ámbito desde hace dos décadas".

Galicia Bilingüe ha hecho público en la página de inicio de su web un comunicado de apoyo al "Manifieso por la lengua común", e invita a socios y simpatizantes a que también apoyen con su firma este manifiesto.

Vidal-Quadras, reelegido el pasado fin de semana como Vocal del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Popular, ha declarado que "está convencido que toda la cúpula del PP, tanto a nivel nacional como en las diferentes Comunidades Autónomas, se sumará a esta iniciativa en los próximos días, tal como yo he hecho hoy, dado que refleja fielmente el pensamiento de nuestro partido, perfectamente descrito en nuestro programa electoral, sobre la necesidad de tomar medidas efectivas para que los derechos lingüísticos de los ciudadanos españoles sean respetados en todos los puntos del territorio nacional".

"El disparate de que la lengua común haya sido expulsada del espacio oficial y público y del sistema educativo en algunas Comunidades Autónomas no sólo es inaceptable en términos de derechos fundamentales, sino que implica consecuencias profundamente negativas en los terrenos social y económico" ha recalcado Vidal-Quadras.

También el presidente del Partido Popular de Cataluña, Daniel Sirera, se ha adherido hoy al "manifiesto por la lengua común". Sirera ha afirmado que el manifiesto "coincide plenamente con lo que siempre hemos defendido en el PPC". En este sentido ha explicado que "siempre hemos hecho bandera de la defensa de la libertad de los padres de poder elegir la lengua de escolarización de sus hijos". Asimismo ha recordado que "llevamos años denunciando que la Generalidad incumple la ley de política lingüística y las sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña que la obligan a garantizar esa libertad de elección de lengua materna en las escuelas".

El presidente del PPC ha animado a todos los militantes y afiliados del partido, así como a los cargos públicos populares, a sumarse a esta iniciativa que defiende los derechos y libertades de los ciudadanos, un pilar básico para el Partido Popular.

James George -

Es vergonzoso, que tras treinta años, permitiendo a los separatistas hacer lo que les dé la real gana, tengamos que andarnos con manifiestos y puñetitas. ¿Es que acaso no están claras las leyes para pedir respnsabilidades penales?, ¿Es que acaso nuestro Rey, Presidente de Gobierno, Fiscal General del Estado, Ministro de Justicia, Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, no están para garantizar el cumplimiento de esas leyes?, ¿Es que a caso, desconocen que el artº 155 de la Constitución permite la suspensión de las autonomias?. Y ¿también desconocen el artº 102.2 de la Constitución, que permite emprender acciones penales contra el Gobierno y zETAp, por delito de alta TRAICIÖN?. ¡¡ESPAÑA Y LIBERTAD!!

nina -

La poca dignidad, la más alta traición y...en una Nación es que su idioma se vea meospreciado por los que la gobiernan. ¿A donde quieren llegar las izquierdas y las derechas que ningún gobierno ni oposición da un puñetazo sobre las Autonomías y las pone firmes ante la Ley y el más natural sentido común? ¡Que vilipendio para una pueblo al que se le está privamdo de su idioma y que ya en un tercio de su suelo se considera el español como una lengua a perseguir y a extinguir? Somos una verguenza. España delenda est, nos lo merecemos. Este gobierno no defiende ni su propio idioma. ¿A quien obedece?

narceo -

He firmado el manifiesto pues la situación es grave, pero en realidad no debería ser necesario ningun escrito sino aplicar la constitución al pié de la letra con el respaldo del, llamemosle, poder judicial.

xertiko -

El manifiesto está muy bien, yo lo he firmado. Pero lo verdaderamente grave es que en este pais las leyes simplemente no se cumplen y no pasa nada. Donde coño estan las instituciones que deben velar por los derechos de los ciudadanos y que nos cuestan un ojo de la cara. Si los ciudadanos somos los que nos tenemos que preocupar de cuestiones tan obvias, es de justicia y sentido común mandar a esta clase política y judicial a su casa,y al menos aliviaremos las cuentas del Estado en alguna medida.

Elena R. -

La iniciativa hecha pública este lunes en contra de la inmersión lingüística, a favor de una lengua común y en defensa del castellano es respaldada por Libertad Digital. Federico Jiménez Losantos, César Vidal, Pío Moa, José María Marco o Amando de Miguel, entre otros, ya se han sumado. Libertad Digital pone a disposición del lector el manifiesto y un formulario de adhesión. Una vez más vuelve a ser necesario.

(Libertad Digital) "El manifiesto por una lengua común" suscrito y presentado por un grupo de intelectuales pretende como objetivo la defensa del castellano como una lengua común. UpyD, a través de su presidenta Rosa Díez, ha sido el primer partido en mostrarse favorable a esta iniciativa y posteriormente el diario El Mundo ha hecho lo propio brindando la adhesión al escrito.

Las primeras adhesiones al nuevo manifiesto no han tardado en llegar a la redacción de LD. De momento, Federico Jiménez Losantos, César Vidal, Pío Moa, Amando de Miguel, Juan Carlos Girauta, Cristina Losada, Pablo Molina, José María Marco, Javier Rubio, Javier Somalo, Dieter Brandau, Maite Nolla y Daniel Rodríguez Herrera apoyan la iniciativa.

Libertad Digital quiere sumarse a la labor de difusión del manifiesto con la intención de sumar apoyos por lo que pone a disposición de sus lectores un formulario para que ellos también puedan apoyar con su firma la iniciativa.

Treinta años después del Manifiesto de los 2.300, de la dramática reacción que suscitó y de la implacable operación de acoso posterior, la defensa de la lengua común de los españoles vuelve a convertirse en una prioridad. En aquella ocasión, en 1981, el Manifiesto firmado entre otros por Federico Jiménez Losantos –a quién se pidió su aportación a la redacción definitiva– y Amando de Miguel fue elaborado en sus orígenes por unos militantes del PSOE hartos de la política lingüística de Jordi Pujol. Eran “intelectuales y profesionales que viven y trabajan en Cataluña”. Y ya entonces ponían negro sobre blanco la exclusión del castellano desde la propia Administración hasta la Educación, la vida pública, la cultura y la televisión con la excusa de la “normalización”.

Tras el atentado contra Jiménez Losantos por parte de Terra Lliure quedan las hemerotecas para comprobar que el único frente común que hizo la prensa fue justificarlo. Pero también es cierto que las excepciones –Tarradellas, en lo político; Pedro J. Ramírez, en la prensa– hicieron que no se cerrara página.

Ahora, aquella situación, lejos de mejorar, se ha contagiado a media España. Cataluña, el País Vasco, Galicia y Baleares son comunidades españolas en las ya resulta imposible escolarizar en castellano. Los que levantan la voz –el último ejemplo es Galicia Bilingüe– siguen recibiendo amenazas mafiosas.

darsena -

Costaba mucho llamar a la Lengua Española Lengua Española en vez de Lengua Castellana? Creo que en el resto de países donde el español es la lengua oficial, llaman a su idioma español, no castellano. Un poquito de cuidado con estos detalles, porque estos separatistas, radicales, nacionalistas están a la que salta para desprestigiar todo lo que sea español...