Blogia
ametralladora

ZP, ¿miedo y responsabilidad?

ZP, ¿miedo y responsabilidad?

La entrevista entre el presidente Zapatero y el lider de la oposición Mariano Rajoy ha terminado con un acuerdo: crear una comisión conjunta para la reforma constitucional y de los Estatutos. Con esta propuesta realizada por Rajoy y aceptada por Zapatero se pretende frenar el plan Ibarretxe. Este acuerdo hace unos pocos días no parecía posible, pero todo indica que la visita de Ibarretxe al Palacio de la Moncloa ha hecho cambiar –al menos en apariencia– a Rodríguez Zapatero.

En principio –ya veremos que pasa en los próximos días– el "sí" del presidente Zapatero a Rajoy pone en apuros los apoyos parlamentarios que tienen los socialistas en Madrid y en Barcelona. En este sentido hay que recordar que el acuerdo del "tripartito" tiene la obligación de no pactar con el PP; además el apoyo de ERC en el Congreso de los Diputados se condiciona a no buscar "entendimientos" con los populares. Ahora Zapatero deberá explicar su acuerdo a Patxi López, a Pascual Maragall, a Carod Rovira o a Gaspar Llamazares. Y esas explicaciones no van a ser fáciles.

El Gobierno socialista no lo va a pasar bien en los próximos meses si realmente cumple lo pactado. Este acuerdo convierte al Partido Popular en compañero obligado para cualquier reforma constitucional o estatutaria. En todo caso, y con la experiencia que nos deja estos nueve meses de legislatura, habrá que prestar permanente vigilancia para certificar que Zapatero cumpla lo dicho. Por el camino recorrido –hasta el momento– a nadie le puede sorprender que lo pongamos en duda.

Por ello, el Partido Popular deberá marcar al extremo el terreno al Gobierno. Por ahora Zapatero ha demostrado dosis enormes de sectarismo y mentira. Es cierto que ahora ZP se juega mucho y puede quemarse. Pero no es conveniente creer a un experimentado "vendedor de humo". Rajoy ha realizado una propuesta seria y sensata; pero habrá que esperar para saber si Zapatero se mueve por el miedo o por la responsabilidad. Mientras tanto los populares no deberán pasar una. Ya no valen los "juegos de magia" de los socialistas.

Por ello, el Partido Popular deberá de marcar al extremo el terreno al Gobierno. Por ahora Zapatero ha demostrado dosis enormes de sectarismo y por lo tanto de mentira. Es cierto que ahora ZP se juega mucho y puede quemarse. Pero no es bueno creer a un experimentado "vendedor de humo". Rajoy ha realizado una propuesta seria y sensata; pero habrá que esperar, para saber, sí Zapatero se mueve por el miedo o por la responsabilidad. Mientras tanto los populares no deberán pasar una. Ya no valen los "juegos de magia" de los socialistas.

31 comentarios

Luisa Palma -

Es una suerte que ZP haya comprendido, por fin, que su meliflua actitud frente a quienes se han propuesto destruir la Constitución, la nación y el modelo de Estado que tenemos le estaba dando alas y munición a Ibarretxe y su dictatorial plan-engaño que no apoyan más que el PNV, los terroristas, ERC y algún desnortado del PSE, es decir, la ínfima minoría, y con el único fin de cargarse España. Yo no sé si la «firmeza» que ahora pretende ejercer ZP tras recibir al lendakari en La Moncloa va a subsanar los errores cometidos por su parte desde que se aprobó el ataque en el Parlamento vasco, pero sí sé que en el PSOE y en el propio Gobierno hay dirigentes muy preocupados por la envergadura que se ha dejado tomar al asunto y que incluso creen que el debate en el Congreso pueda ser otro error. Y es que es difícil concebir algo así en cualquier otra democracia. Pero una vez constatado lo alucinante, lo único que cabe es actuar, por una vez, con sensatez. PSOE y PP se han de entender para frenar a los dictadores y a los fascistas, que no otra cosa son quienes proponen estas cosas, tanto en Euskadi como en Cataluña. Debería haber sido iniciativa del Gobierno sin esperar a que el PP lo ofertara una y otra vez en vano. Eso hubiese sido oponerse con firmeza. El problema es que, ciegos como están los socialistas en su afán de eliminar al PP, olvidan que lo que pueden cargarse de verdad es nuestro país, incluidos ellos mismos. Así que, ¿de qué «firmeza» estamos hablando?

Matias Jove -

La gente de Estado no teme perder el poder. Zapatero está preso de sus propias trampas. Si Rajoy fuera hombre de estado, que quizá lo sea, ayudaría a Zapatero a encontrar la salida, aunque ello pareciera alejarle momentaneamente del poder.
Vamos a ver si ambos hacen lo que deben y de ello salimos ganando los que pagamos los impuestos.

Ignacio C. -

El deshielo con el Partido Popular vendría a ser, desde esta perspectiva, una manera de asegurarse un plan alternativo. Zapatero sabe que el PP no va a aflojar en su defensa del modelo de Estado, y que los socialistas podrían sufrir una seria sangría de apoyos si cuajase en la opinión pública la idea de que son rehenes del separatismo catalán. Rajoy, por su parte, no tiene más remedio que mover pieza para dejar patente su responsabilidad prestando apoyo al Gobierno ante un reto de fuerza mayor, tal como el propio Zapatero hizo en el Pacto Antiterrorista. Por si acaso, se ha guardado la baza de la moción de censura, que algunos dirigentes del PP propusieron incluso declinar, en la reunión de Sigüenza, para dar más fuerza a su gesto de generosidad política.

Nos esperan meses muy agitados, en los que conviene desconfiar de los gestos y estar atentos a los hechos reales. Es tiempo de gambitos, amagos, fintas y regates. Tiempos de ajuste fino, negociaciones ocultas, encajes de bolillos. Algunos de los jugadores sentados ante este diabólico tablero -ETA y su entorno, Ibarretxe, los independentistas catalanes- están dispuestos a romper no sólo las reglas, sino el tablero en sí, y hasta la propia mesa si hace falta. Sería desastroso que el Gobierno olvidase que lo importante no es tanto ganar él solo la partida, sino garantizar que el juego siga siendo posible. En el caso de que la libertad, la paz y la prosperidad de España se puedan comparar con un juego.

Ignacio C. -

Es ingenuo pensar que, la víspera del encuentro con Rajoy, Zapatero e Ibarretxe pasaran cuatro horas en La Moncloa sólo para constatar su mutua discrepancia. Para rechazar el proyecto del nacionalismo vasco bastaba, cortesías incluidas, con la cuarta parte de ese extenso lapso temporal. Resulta más que probable que los dos líderes repasaran juntos cuestiones más complejas, entre las que la posibilidad de una tregua de ETA no debió de ser la menos significativa.

Ayer mismo, Zapatero hizo en San Sebastián un guiño al entorno de los terroristas. El modo en que destacados dirigentes del PSOE ponían el viernes, en privado, máximo énfasis en la importancia de la carta de falaz «mano tendida» enviada por Arnaldo Otegi a La Moncloa ofrece una relevante pista de interpretación de los acontecimientos. La ilegalizada Batasuna quiere intervenir en las próximas elecciones vascas, sin resignarse a que sus votos pasen directamente al PNV, y necesita de la comprensión del Gobierno a su más que probable intento de creación de una nueva plataforma electoral. Y al Gobierno no le vendría objetivamente mal que Ibarretxe se viese privado de los votos que necesita para conformar una mayoría absoluta con la que reforzar su órdago al Estado. Zapatero sigue soñando con convertirse, tras las elecciones vascas, en el árbitro de la situación para presentarle al nacionalismo una reforma estatutaria inspirada en el proyecto catalanista de Maragall, con el que confía -su optimismo resulta a veces irritante de puro terco- en obtener una jugada maestra.

Ignacio C. -

Como jefe del Gobierno, está obligado a liderar la respuesta del Estado al desafío secesionista, pero su política de alianzas con el separatismo catalán le deja descubierto un importante flanco de estabilidad. Por otro lado, la firmeza del PP amenaza con dejarle en evidencia frente a la mayoría de ciudadanos deseosos de que se respete el modelo constitucional; y al mismo tiempo, le requiere una respuesta diferenciada para mantener su estrategia -inspirada por Pasqual Maragall- de elaborar un nuevo marco de relaciones entre las autonomías y el Estado.

La aceptación de un nuevo consenso con el PP obedece a la necesidad de Zapatero de ofrecer una respuesta tranquilizadora a la enorme mayoría ciudadana que desea verse representada por sus dos grandes fuerzas constitucionales. Nadie puede entender que, mientras el PP coincide con el Gobierno en el apoyo a la Constitución Europea y en el rechazo al plan Ibarretxe, los aliados de la mayoría parlamentaria le den la espalda en los principales asuntos del debate político inmediato. El presidente, tan aficionado a la política gestual, tenía que hacer un gesto y lo ha hecho. Quizá sólo eso; la aceptación de una comisión para debatir las reformas estatutarias y territoriales no presupone, por más triunfalismo con que se presente, más que una disposición al diálogo. Pero no cabe echar las campanas al vuelo, porque la agenda del Gobierno tiene otros compromisos anotados.

Ignacio C. -

El desafío secesionista vasco ha convertido la escena española en un complejo tablero de ajedrez en el que, como aconseja en su tratado medieval el rey Alfonso X -apodado significativamente El Sabio-, es menester a veces sacrificar piezas para obtener un avance estratégico hacia el objetivo final. Sólo que, en las peculiares condiciones de la actual correlación de fuerzas, ese tablero no contiene sólo dos ejércitos de piezas de colores, sino un poliédrico conjunto multilateral que se parece a las desconcertantes figuras imposibles que imaginó el visionario Mauricius Cornelius Escher, el extraño artista que convirtió la lógica del espacio en una tormentosa paradoja conceptual.

La extrema complejidad del escenario obedece, probablemente, a los errores de planteamiento con que el propio Zapatero ha permitido que se desarrolle la agenda política al abrir a destiempo el debate del modelo territorial de España. La inesperada traición de Ibarretxe -traición incluso a su propia palabra, porque había prometido retirar el proyecto si lo apoyaba Batasuna- ha situado al presidente en medio de una enrevesada confluencia de intereses.

Ignacio C. -

La tarde del pasado viernes, cuando recibía a Mariano Rajoy en la mitad justa de la breve escalinata del Palacio de la Moncloa, tendiéndole la mano en un gesto inmortalizado por los fotógrafos como una especie de cordial rigodón en el que parecía ayudar a su invitado a subir los peldaños de la residencia presidencial, José Luis Rodríguez Zapatero debió de recordarse a sí mismo en un trance similar, cuando hace apenas cuatro años era él el que subía los escalones como jefe de la oposición con un pacto bajo el brazo para ofrecer a Aznar la colaboración de su partido en la lucha contra el principal problema del Estado.

Con numerosos matices diferenciales -Aznar tenía mayoría absoluta, el terrorismo golpeaba con enorme dureza y Cataluña era aún una estable balsa gobernada por el muy responsable timonel Pujol-, la escena contenía elementos bien conocidos para el presidente del Gobierno, situado ahora en una dificilísima encrucijada política. No menos difícil que para el propio Mariano Rajoy, obligado a dar un paso al frente para exponer ante la opinión pública su sentido de la responsabilidad colectiva. Como declaró al final del pasado año el propio Zapatero, tras la aprobación del plan Ibarretxe en el Parlamento de Vitoria, es la hora de los hombres de Estado.

Nieche -

Pues leer esto.
Obligado a apagar el incendio Ibarretxe, y sintiendo el aliento en el cogote de esos casi 10 millones de votos PP, el de León no está para negarle a los sindicatos la luna que le pidan. Muy al contrario, es hora de mantener el fervor de la feligresía que le aupó al poder el 14-M con medidas demagógicas de corte populista, no importa a qué precio. Es el miedo a perder el apoyo social apenas empezada la legislatura, el temor a romper ese flanco, el que propicia la salvajada conceptual de ligar las subidas del salario mínimo a la inflación pasada, en contra de la opinión del responsable de la Economía, del ministro de Trabajo, Jesús Caldera, y del propio asesor presidencial en la materia, Miguel Sebastián, conocedores todos de las consecuencias de esa decisión en cuanto a inflación y a pérdida de competitividad se refiere.

Hasta en dos ocasiones recibió José María Cuevas la llamada, cargada de preocupación, del ministro de Economía, antes del 29 de diciembre, día previsto para la firma del acuerdo a tres bandas sobre la subida del salario mínimo con cláusula de indiciación.«Esto es un disparate, José María, que aquí no podemos aceptar; además, me dicen en Trabajo que vosotros estáis de acuerdo...».

«Perdona, Pedro, ni estamos de acuerdo ni lo podremos estar nunca; la CEOE no puede firmar eso». La reunión del 29 acabó en trifulca.Según Caldera, había que madurar la decisión.

Santiago M. L. -

Rodríguez Zapatero intenta poner orden con dificultad en el enfrentamiento entre segundos niveles de Moncloa y Ferraz


Al Presidente del Gobierno parece que se le juntan los problemas. Según ha sabido ECD, Zapatero intenta poner orden estas semanas en las deterioradas relaciones entre segundos niveles de La Moncloa y la sede socialista de Ferraz. Concretamente, en el recrudecido enfrentamiento entre Rubalcaba y Miguel Ángel Barroso.

Para comprender bien lo que está sucediendo hay que remontarse al último Congreso del PSOE. Allí se produjo un momento de enorme tensión interna, con el intento de desplazar al PSC que fue respondido por Montilla con un órdago que le permitió salir fortalecido y lograr mantener su cuota de poder en la ejecutiva socialista.

Desde aquella fecha se incubó un enfrentamiento, hasta ahora más o menos larvado, entre el portavoz socialista Alfredo Pérez Rubalcaba y el actual Secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Barroso.

En estos momentos, esa tirantez parece haberse convertido ya en abierto enfrentamiento y en este hecho parece estar teniendo mucho que decir un tercer personaje: Carme Chacón. La vicepresidenta del Congreso de los Diputados formaba parte de la ejecutiva socialista en el último congreso, precisamente formando parte de la cuota catalana.

El Presidente del Gobierno parece decidido ya a tomar cartas en el asunto al comprobar que el factor humano está provocando un aumento de la tensión entre el Ejecutivo y el Partido Socialista. Zapatero quiere pacificar este asunto.
Si entre ellos no...........

Oscar Molina -

Veremos si ZP no traiciona a España como traicionó a USA. Y veremos el estatuto que está preparando Maragall, porque el adelanto de que los habitantes de Cataluña están obligados a conocer el catalán, en su aplicación práctica puede suponer el arrinconamiento y marginación de la lengua española. Y de la financiación hay mucho que hablar.
De todas formas si ZP llega a decir que se acepta el Plan Ibarreche los prisoe hubieran dicho que bueno, vale, se acepta el Plan. Todo por mantener el poder.

Daniel R.H. -

Zapatero se convenció de que con su sonrisa y talante no hacía recapacitar a Ibaretxe para que retirara su plan y no le quedó más remedio que hablar con Rajoy, que es con quién tendría que hacerlo desde un principio.

Los dos partidos mayoritarios y nacionales tendrán que poner coto a toda esta fiebre nacionalista y separatista que tienen catalanes y vascos.

Veo correcto que cada autonomía pida un mayor grado de autogobierno e intenten aumentar su competencias, pero lo de separarse de España va muy lejos, ¡con lo bien que vivimos todos con paz y tranquilidad!.

Solo le queda a Zapatero mandar a paseo al Sr. Carod, (quién dice que el plan Ibarrectxe se le queda corto) e intentar gobernar con otros apoyos, y si no lo consigue convocar elecciones, que con lo bien que nos está gestionando, seguro que arrasa.

Tarteso -

La derecha saca las acastañas del fuego al Psoe.
La pisada en la mierda de Zapatero ,pie que aun no ha sacado de ella,llamese ERC aun le costara mas de un dolor de huevos.
A este nuevo fascismo disfrazado de democracia que no respeta las leyes de todos ......ni agua.
Que se entere el PSOE de una vez.

A.U. Victor -

Nuestros políticos van muy por detrás de los deseos de la mayoría de los ciudadanos que los respaldan. Pero de momento algo es algo.
Tengo esperanzas de que ZP saque la mala uva que seguro que tiene; ningún zopenco, por mucha suerte que tenga, puede llegar donde llegó él sin aportar algo de talento por su parte. Con talante y bobería solo, no, aunque te apoyen los "cineastas"

Urquiela -

"Pero también se han creado las condiciones para un reconocimiento mutuo: de que la iniciativa corresponde al Gobierno socialista, por parte del PP, y de que el PP es un partido democrático no contaminado por taras congénitas, por parte del PSOE; uno reconoce la gravedad de la situación, y el otro, la estabilidad y la legitimidad de los apoyos parlamentarios del Gobierno."

¿PERO DE QUÉ ESTÁN HABLANDO ESTOS MIERDAS DE PRISA? MENUDAS OSTIAS QUE SUELTAN DISFRAZADAS DE "BUEN ROLLITO ESPERANZADOR".

1) La iniciativa ha sido de Rajoy, que estuvieron todo el Jueves en sigüenza definiendo un posible acuerdo.

2) El PP SIEMPRE ha sido un partido democrático, por que vivimos en democracia y es un partido. Las taras congénitas serán más acusadas en todo caso en el PSOE, cuya historia es más larga y más negra.

3) El PP siempre ha reconocido públicamente y desde el primer momento la legitimidad del gobierno. La estabilidad NUNCA, ni si quiera ahora que el PSOE les necesita para ello.

Luis A. -

ETA se ve acorralada y quiere una tregua para volver a reorganizarse.

El mismo engaño que le hicieron a Aznar cuando ganó por primera vez las elecciones.

Los delitos de sangre deben tener cadena perpetua. El asesino que le ha tomado gusto a la sangre ajena derramada es como un drogadicto, no puede vivir sin volver a matar o violar.

Son un peligro permanente para la ciudadanía democrática.

Ibarreche y José Luis Pérez, alias Carod Rovira, son los émulos de Hitler y Mussolini trasladados al siglo XXI.

Todo partido que no admite la Constitución, niega la Nación española -con 2000 años de Historia- no admite el Estado español -con 1500 años de continuidad
- debe ser considerado subersivo, antidemocrático, traidor y, por lo tanto, ilegalizado.

Esto es lo que ocurre en Suecia y EEUU, países con la tradición más antigua de democracia del mundo.

Darle el Collar de Carlos III a Mohamed VI y la Gran Cruz de Isabel la Católica a sus mujeres, es motivo para devolverla todos

Oscar -

PARECE MENTIRA QUE QUE EL SR. RAJOY SIGA CONFIANDO EN ESTE TRILERO. NO SE HARA NADA, Y ESPAÑA DESAPARECERA, PORQUE LA GRAN CAUSANTE DE ESTE DESAGUISADO EN LA CONSTITUCION ESPAÑOLA QUE GRACIAS A UN CONSENSO MUY MAL ENTENDIDO HA PUESTO A UNA NACION MILENARIA EN TRANCES DE DESAPAECER CON EL BENEPLACITO DE UNA PARTIDOS POLITICOS Y DE LA MAYORIA DE LA PRENSA RADIO Y TELEVISION. ES NECESARIA ACUDIR A LAS HEMEROTCAS PARA LEER LO QUE SE DECIA EN LA DECADA DE LOS 80 ACERCA DEL NACIONALISMO VASCO Y CATALAN. NO NOS LLAMEMOS AL ENGAÑO ESTA SITUACION ES LA CONSECUENCIA DE AQUELLOS PACTOS MISERABLES , DE AQUELLAS CLAUDICACIONES ANTE UN PNV Y CIU, QUE HAN TRAIDO ESTOS LODOS. NADIE DE LA CLASE GOBERNANTE Y DEL JEFE DEL ESTADO ESTA LIBRE DE CULPA, NO OLVIDEMOS A ESE EJERCITO? QUE ES EL GARANTE DE LA UNIDAD NACIONAL, !QUE RISA ME DA! ESTE EJERCITO ESTA MAS PLEOCUPADO DE LAS MEDALLAS DE SUS MANDO Y DEL REPARTO DE MANTAS Y PANES ES DECIR DE UNA ONG. QUE VERGUENZA QUE ESCARNIO QUE TRAICION A ESPAÑA

Adrian M.L. -

EL PP HA PRESENTADO UN DOCUMENTO DOND QUEDAN REFLEJADAS LAS PAUTAS A SEGUIR, VEAMOS: RECURSO ANTE EN CONSTITUCIONAL DEL PLAN DE ESTA CANALLA, ANULACION DEL PROYECTO DE REFORMA DEL CODIGO PENAL QUE PENALIZA LA CONVOCATORIA DEL MISMO, LA UNIDAD DE ESPAÑA Y LA CREACION DE UNA COMISION PARA LA POSIBLE REFORMA DE LOS ESTATUTOS DENTRO DE LA CONSTICUION. TODO MUY BONITO, PERO EL SEÑOR PRESIDENTE Y PALADIN DEL TALANTE NO HA FIRMADO NADA, SOLAMENTE SE HA COMPROMETIDO A LA CREACION DE UNA COMSION. ESTAMOS ANTE UN ASUNTO MUY GRAVE, LA UNIDAD NACIONALL NO PUEDE ESTAR EN MANOS DE UN ZP INEEPTO Y DE UN TIBIO SEÑOR RAJOY. ¿POR QUE EN ESE ACUERDO NO SE HA DICHO NADA DEL ARTICULO 8 DE LA CE QUE SE DIERON TODOS, (YO NO LA VOTE) ¿POR QUE NO SE APLICA YA, SIN DILACIONES EL ARTICULO QUE HABLA DE LAS SUSPENSION DE LA AUTONOMIA QUE VULNERE LOS INTERESES GENERALES DE LA PATRIA COMUN QUE ES, TODAVIA ESPAÑA? ME GUSTARIA EQUIVOCARME PERO ESTAMOS ANTE UNA COLUMNA DE HUMO, ESTAMOS ANTE UN ACUERDO MUERTE DE FACTO

Roman C. -

ETA no pude permitirse estar fuera del conflicto creado por el presidente vasco con su plan, y apuesta a la posibilidad de ser parte de las soluciones, aunque soluciones a su manera, por supuesto.

Por eso esta carta de Batasuna, formación política que es parte integrante de ETA.

Pretenden estos politico-terroristas que se dialogue con ETA, es decir, con ellos mismos, de igual a igual, tratando la "desmilitarización multilateral" pretendiendo igualar a ETA con la policía o la Guardia Civil, "puesta en libertad de los presos de la banda terrorista" sin tener en cuenta que legalmente los presos deben seguir presos y los que están fuera deben ser encarcelados, y "reconocimiento social de las víctimas".

¿A qué víctimas se refiere?

El único diálogo que se puede tener con estos criminales es en un juzgado, mientras están sentados en el banquillo de acusados.

No hay otro diálogo posible con terroristas, hay que aprender de los errores del pasado y no repetirlos....

El S. D. -

En el PSOE, sin embargo, algunos creen que es un "caramelo envenenado". Y que Zapatero no podría echarse en brazos de Rajoy, aunque éste no pida nada a cambio, sin poner en riesgo las siguientes elecciones e inmediatamente dejar de "pisar moqueta" en Cataluña. O sea, que la oferta de Rajoy es una alternativa endiablada.

Endiablada, dicho sea de paso, para los dos partidos y para los dos líderes. Quien se equivoque no será perdonado. Zapatero tiene que cumplir a la vez con su deber público como presidente y con las expectativas de poder de los suyos y de sus aliados. Y Rajoy tiene que desalojar al PSOE de La Moncloa sin por ello renunciar a la unidad de España y a la defensa del marco de convivencia que nos dimos los españoles hace veintiséis años. Difícil papeleta desde luego, cuando además hay tanto en juego.

El S. D. -

El PP se debate entre dos opciones ante la actual crisis política. Para unos, el núcleo de la cuestión está en el desafío nacionalista del Plan Ibarretxe y por consiguiente se trata de impedir su progresión, impidiendo males mayores para el país. Para otros, el verdadero problema está en la gestión de Zapatero desde el Gobierno, que ha dejado ir las cosas demasiado lejos, y por lo tanto toda solución pasa previamente por arrebatarle a Zapatero su sillón en La Moncloa.

No falta razón a ninguna de las dos posturas, que ayer sobre todo se evidenciaron en la reunión "popular" del Parador de Sigüenza. El mal es el nacionalismo vasco, por sus metas más que por sus medios; pero obviamente no sería un mal tan peligroso si el PP ocupase el poder o, dicho de otra forma, si Zapatero no fuese quien manejase el timón. Por consiguiente es comprensible que unos en Génova opten por apoyar a Zapatero frente a Ibarretxe, y otros prefieran liquidar primero las consecuencias internas del 14-M, para después afrontar con vigor al nacionalismo.

La decisión que hoy lleva Mariano Rajoy al presidente del Gobierno es resultado de estas reflexiones, aunque –hay que decirlo– con más sentido del Estado que concesiones al interés del partido. El líder "popular" ofrece al PSOE todo lo que puede perder si se enfrenta de cara de una vez por todas a los nacionalistas y evita que la agenda del país la marquen las fuerzas políticas minoritarias: apoyo institucional y garantías de gobernabilidad. A cambio, sólo le pide que cumpla con su deber. No es pequeño regalo, desde luego.

Ignacio de Loyola Crespo -

Señor Ibarretxe y adláteres, si esto ocurre serán ustedes responsables ante Dios -para los que somos creyentes-, ante la historia y sobre todo en los tribunales ante los españoles de la sangre que se vierta. Y sobre todo no se equivoque, si el plan al final se impone, al día siguiente se presentarán en sus lujosos y cómodos despachos los criminales de la capucha que son los que en esta, para ellos, guerra han puesto la pólvora y la sangre. No se equivoque señor Ibarretxe.

Ignacio de Loyola Crespo -

Francamente no puedo dejar de pensar en que pase lo que pase con el plan Ibarretxe quien va a salir ganando es ETA, quien magistralmente ha realizado su jugada, y que, curiosamente y si Dios no lo remedia, pronto tendrá importantes criminales de nuevo en la calle. Si el plan no se aprueba en las Cortes volverá a gritarse que Euskal Herría se encuentra sometida, sojuzgada al poder centralista, creciendo el enrarecimiento en las tierras de Vascongadas. ETA tendrá un buen motivo para declararse abanderado de la lucha de liberación, y volveremos a ver muertos por las calles de España.

Si el plan se aprueba dejaremos desamparados a aquellos que en el País Vasco no piensan como los impulsores de esta suicida acción y, por similitud, a aquéllos que no son vascuences de origen; quién sabe si, con el tiempo, no seremos espectadores impotentes de un nuevo desplazamiento «balcánico». Como acción al margen de la legalidad, el Gobierno se verá obligado a tomar medidas y esto provocará también ver muertos en las calles de España, ya sea por acción o reacción.

San Sebastian -

¿No presenta Ibarretxe síntomas de esquizofrenia? El concepto de ´mente dividida´, que significa la palabra, se refiere científicamente a una disociación entre las emociones y la cognición, y no, como generalmente se cree, a un desdoblamiento de la personalidad ¿Es que no hay en su conducta claros trastornos de la afectividad, alteraciones del estado de ánimo, exaltación, megalomanía y un comportamiento paranoide cuyo síntoma principal son las ideas delirantes, esas creencias falsas firmemente asentadas y resistentes por ello a la crítica? ¿No padece manía persecutoria al creerse víctima de una conspiración? ¿No sufre egocentrismo, delirios de grandeza y comportamientos rígidos e inadaptados que pueden llegar a causar daños a él mismo y a los demás? Política es lo que hicieron ayer, felizmente, Rajoy y Zapatero. Pero lo de Ibarretxe, como la propuesta de Atutxa a Marín para la creación de una comisión de parlamentarios de la Cámara vasca y el Congreso de los Diputados, y la invitación de Otegui a que el Gobierno negocie con ETA una «desmilitarización multilateral» no son cosas de política sino de pasiquiatría.

Carlos R. Braun -

No identifico ambas situaciones. Digo que la política es más complicada de lo que parece, y asumirla como una simple y automática traslación desde las preferencias sociales a la acción coercitiva de las autoridades es falso (como advierte la teoría de la elección colectiva desde Condorcet y Borda hasta Arrow y Sen) y peligroso. Un ejemplo conocido: la gente quiere más gasto público pero quiere pagar a las AA.PP. menos de lo que recibe de ellas. Este insoluble problema desemboca en que votamos a unos políticos y ellos son los que eligen, porque representan a todos. Insistió Ibarretxe en esto: Parlamento y sociedad son iguales, y, porque conoce la maniobra política de fondo del PSOE, añadió que si se va a aceptar lo que se vote en Barcelona ¿por qué no lo que se vote en Vitoria?

La respuesta correcta es: la democracia debe proteger las libertades individuales, no quebrantarlas, y por eso los poderes deben estar limitados aunque sean democráticos. Sin frenos liberales, Ibarretxe replicaría que ha leído en la prensa este titular: «Una ley a favor de los transexuales, nuevo capítulo en la política social del Gobierno». Y concluiría: si esto es lo que «la sociedad», nada menos, quiere, entonces seguiré con mi idea de que «los vascos y las vascas» quieren la independencia, y respetaré valientemente sus deseos.

Carlos R. Braun -

Por si esto no fuera lo suficientemente malo, los nacionalistas vascos exageran algo que remite al viejo adagio vox populi, vox Dei, y que la democracia corre el peligro de hipertrofiar. Porque no deberíamos agotar ni reflexión ni condena sólo en Ibarretxe. La posición de otros también lo secunda en manipular la noción de que la opinión pública es soberana y ordena la acción del Gobierno en todos los campos. Aseguró Rodríguez Zapatero que si nuestros Ejércitos abandonan Irak y acuden a socorrer a las víctimas del maremoto asiático es sencillamente porque van «adonde el pueblo quiere». El ministro Bono lo expresó con habitual demagogia: los españoles hemos visto a orillas del Índico «esas fosas llenas de cadáveres», y hemos decidido que allí deben estar nuestros soldados; las fosas llenas de cadáveres debidos al genocida Sadam Husein invitaron, en cambio, a otra cosa.

Carlos R. Braun -

LA retórica del señor Ibarretxe el jueves por la noche en La Moncloa fue interesante. Nada dijo sobre una violencia que no sólo incluye la brutalidad directa que segó cientos de vidas, sino que condiciona la sociedad y la política vasca de numerosas maneras, desde los votos batasunos que auparon el plan del tripartito hasta los ciudadanos vascos que debieron abandonar su tierra por el abanico de acosos que los obligó a hacerlo para salvar la vida, la libertad, la dignidad y todos los bienes materiales y no materiales que una sociedad abierta les habría permitido conservar. Pero en contraste con esa exclusión sectaria, el lendakari reiteró su lenguaje cariñoso e inclusivo: él está al abnegado servicio de «los vascos y las vascas» y dará «la palabra al pueblo».

Santiago M. -

Los ciudadanos globalmente votantes del PP pero muchos también del PSOE desearían involucrarse en algún tipo de movilización, alguna forma de manifestación pública. Desearían darse las manos los de un territorio con los de otro para impedir la separación, el separatismo, la ruptura. Para expresar simplemente que España no puede ser tan diferente como para que unos partidos políticos regionales organicen públicamente una rebelión contra el Estado sin que los descabecen los fiscales y las Fuerzas de Seguridad o el jefe de los sediciosos, en vez de ser detenido como conspirador sea recibido por el presidente del Gobierno con todos los honores (eso sí, muy serio).

No sólo los «populares», digo, muchos socialistas se sienten humillados y ofendidos por el entreguismo del PSOE al PNV y a Esquerra Republicana de Cataluña, pero todavía confían en que su partido tendrá que romper con ellos. Nicolás Redondo no le da mucha vida al pacto parlamentario con el que gobierna Zapatero. Rosa Díez aconseja la movilización contra el plan Ibarretxe, pero ¿mantendrá esa actitud frente al Estatuto de Maragall y Carod? En todo caso la situación puede llegar a tal grado de exasperación también entre los socialistas que los chicos de «Basta Ya» digan «basta ya» con los del Foro de Ermua.

Alberto H. F. -

Es un éxito de Rajoy porque abre la puerta a un cambio necesario en las relaciones entre las dos principales formaciones políticas nacionales. Porque una parte del problema, insoslayable, es que los dirigentes socialistas se habían convertido en buena medida en rehenes de su política de alianzas.
Los réditos de la gran operación de propaganda contra el anterior Gobierno de José María Aznar, ese «todos contra el PP» absolutamente desmesurado, devengan un lastre inevitable a la libertad de maniobra. Más aún, cuando quienes actuaron de punta de lanza en la campaña de desgaste, la mayor de las conocidas en la reciente democracia española, contra el centroderecha español, fueron los republicanos catalanes de ERC, el entorno mediático de Izquierda Unida y los nacionalistas vascos. Los mismos que ayer acusaban al Partido Popular de estar instalado en la intolerancia y en la crispación son los que se demuestran intolerantes y activos en la estrategia de la tensión.
La palabras de Carod-Rovira y de otros miembros de su movimiento, reclamando la independencia de Cataluña y sosteniendo la amenaza del referéndum de Ibarreche con otra de la misma naturaleza, son la mejor imagen de las dificultades en que se encuentra Zapatero.
La salida del laberinto sólo podía estar, por lo tanto, en la decisión ayer adoptada.
Por encima de los legítimos intereses de partido, prima el de la nación, que exige que los buenos deseos plasmados con la creación de la comisión no queden frustrados por estrategias u oportunismos electoralistas.

Alberto H. F. -

El pacto de Estado propuesto por el presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, al actual jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, presenta tres virtudes que aconsejan su inmediata aceptación: refleja la sintonía de los dos grandes partidos nacionales en la defensa de la unidad de España y el marco constitucional, sirve de seguro de riesgos para actitudes de deslealtad por parte de los nacionalismos periféricos y, por último, pero no menos importante, garantiza a un Gobierno en minoría parlamentaria, como es el actual, la libertad plena para afrontar la defensa de los principios institucionales sin la espada de Damocles de una crisis parlamentaria.
Así lo ha entendido Zapatero al aceptar la creación de una comisión bilateral entre los dos grandes partidos nacionales para estudiar ese gran acuerdo, que no sólo blinde el modelo de estado definido en la Constitución, sino que, además, sea el instrumento básico para negociar, desde el mayor consenso posible, las reformas estatutarias y los sistemas de financiación autonómicos.
De tener éxito el proyecto, significaría la vuelta al espíritu del 78, lo que, como proclamó el presidente del Partido Popular, sólo puede traer estabilidad y certidumbre a los españoles.

F. J. L. -

El problema es que mientras sus aliados estratégicos sean Maragall y Carod y mientras su propósito en el País Vasco sea distanciarse del PP y colaborar con el PNV y su luctuosa compañía en la marginación del primer partido español, es imposible creer en la seriedad de sus promesas. Porque Zapatero es de por sí muy poco sincero y porque su escuálida y desestabilizadora mayoría se sustenta en arenas movedizas. ¿Es fiable ZP? Para el PP, evidente y lamentablemente, no.

Eso, sin olvidar la frase que, con diferentes variantes, suele atribuirse a Napoleón: cuando quiero dejar que algo se paralice, nombro una comisión.

F. J. L. -

Para los que defendemos la unidad de la nación y la continuidad del régimen constitucional, inseparable de la continuidad de España, es relativamente reconfortante el optimismo de Mariano Rajoy tras su entrevista con Zapatero en la Moncloa. Reconfortante porque, tras el horrendo espectáculo de sumisión ante Ibarreche, todo lo que sea sensatez y seriedad nos parece bueno, y Rajoy representa esos valores. Pero es un confort muy relativo, porque si la confianza en la Izquierda nunca debe ser absoluta, confiar en Zapatero es como jugar a la lotería. O a la ruleta rusa. La deriva antinacional que ha tomado para mantenerse en el Poder acredita una amoralidad que impide cualquier confianza. El sectarismo atroz que sigue exhibiendo su Gobierno obliga a la máxima cautela. Todavía más a un político de natural cauteloso como el Presidente del PP.

No dudamos de que cuando Rajoy dice que Zapatero ha mostrado su acuerdo con las propuestas del líder de la Derecha española, no inventa nada. Tampoco dudamos de que a Zapatero le conviene mitigar su escandaloso fracaso ante Ibarreche sonriéndole al PP y diciendo que van a colaborar mucho en la defensa de la Nación y de la Constitución.