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Así es el pacto ofrecido por Rajoy a ZP.

Así es el pacto ofrecido por Rajoy a ZP.

El documento recoge un compromiso explícito de las dos principales fuerzas para garantizar la unidad de la Nación y la estabilidad de quien en cada momento esté en el Gobierno También apuesta por una respuesta conjunta al Plan Ibarreche

El «Pacto de Estado por la convivencia y el consenso constitucional en España» que ayer ofreció Mariano Rajoy a José Luis Rodríguez Zapatero se fundamenta en el guión seguido ya en los acuerdos autonómicos de 1981, firmados por el Gobierno de UCD y el PSOE; en los de 1992, entre el Gobierno del PSOE y el del PP; y en los de 1996, entre el Ejecutivo del PP y el PSOE. Como objetivo fundamental, más allá de la respuesta conjunta al Plan Ibarreche, se señala el del fortalecimiento de las bases esenciales de la convivencia democrática, que, para el principal partido de la oposición, son tres: la unidad de la Nación, la soberanía del conjunto del pueblo español y un modelo autonómico que garantice la igualdad.

El documento que Rajoy entregó ayer al presidente del Gobierno es una visión muy personal suya, a la que, en un primer momento, dio forma la Secretaría de Política Autonómica que dirige Soraya Sáenz de Santamaría. El borrador pasó el tamiz de la «cumbre de Sigüenza» sin sufrir grandes modificaciones y acabó de ser cerrado ayer por la mañana por el equipo de Santamaría. Cuenta con una breve exposición de motivos, centrada en resaltar el valor capital de la Constitución de 1978 como «fruto de un consenso» y «expresión de una voluntad de concordia democrática». «La Constitución nos ha dado los instrumentos para ganar en prosperidad y bienestar, y fortalecer nuestro lugar en Europa y en el mundo». Tres son las bases del Pacto:

Convivencia democrática. Se quiere fortalecer la unidad de la Nación Española, la soberanía del conjunto del pueblo español y el modelo de Estado autonómico. Este último debe garantizar la igualdad entre españoles, la solidaridad interterritorial y el mantenimiento de un Estado viable con capacidad de ejercer eficazmente las funciones de un país moderno.

Mejora para los ciudadanos. De acuerdo con el Pacto, cualquier reforma estatutaria se llevará a cabo con el acuerdo de los dos grandes partidos nacionales, tal y como se ha hecho hasta ahora, buscando asimismo el apoyo de las restantes fuerzas políticas a fin de que tenga el máximo respaldo social. Sólo se aceptarán aquellas que redunden en beneficio de los ciudadanos.

Estabilidad. Compromiso de apoyar la estabilidad del Gobierno que pudiera verse amenazada por la aplicación de los criterios contenidos en el acuerdo.

El documento del PP recuerda que no ha habido ninguna iniciativa ni reforma estatutaria que no se haya pactado, al menos, entre los dos grandes partidos nacionales. «Y así es como debería hacerse en el futuro. Nuestra Constitución y nuestros Estatutos de Autonomía lo son de todos los españoles. Cualquier reforma constitucional debe contar, como mínimo, con un nivel de apoyo similar al de su aprobación en 1978», se señala en el texto. El PP subraya que el principal acierto de ese gran pacto del 78 es el proceso descentralizador, que ha permitido unos niveles de autogobierno que colocan a España a la cabeza de los demás países.

Procedimiento para el acuerdo. Los dos partidos se comprometen a constituir una Comisión para la negociación y la concreción de las bases del Pacto, compuesto por tres miembros de cada formación política y el Gobierno. «La primera cuestión que se abordará por la Comisión será la elaboración de una respuesta conjunta al Plan Ibarreche».

En el anexo del documento se subraya que PSOE y PP coinciden en que «sólo aunando la fortaleza de las dos grandes formaciones nacionales, mostrando sus convicciones comunes, es posible hacer frente a retos como el que supone el Plan Ibarreche».

De ahí nace la disposición expresa a dar una respuesta conjunta a este proyecto, que «englobará todas las medidas, tanto políticas, legales como judiciales, que el Estado de Derecho prevé frente a los que vulneran la Constitución y el marco de convivencia. Ambos partidos consensuarán una estrategia común de respuesta, tanto en el Congreso de los Diputados y otras instancias políticas, como también ante nuestros tribunales».

Desde la premisa de que el Plan Ibarreche es inconstitucional en su contenido y separatista en su finalidad, «que no es otra que la ruptura de España», los populares proponen a Zapatero las siguientes medidas:

Recurso ante el TC, haciendo uso de la facultad prevista en el artículo 161.2 de la Constitución Española.

Inadmisión a trámite. Rechazar el proyecto del lendakari en la Mesa del Congreso.

Reforma del Código Penal. Retirar la proposición de ley orgánica que derogaría los artículos 506 bis, 521 bis y 576 bis, en trámite de enmiendas en el Congreso. Este punto alude a la anulación de la sanción con pena de cárcel para la convocatoria de un referéndum ilegal.

Caso Atucha. Instar a la Fiscalía General del Estado a que dé instrucciones al Fiscal competente para adherirse al recurso contra el auto de archivo de la querella presentada contra Juan María Atucha, y otros, por delito de desobediencia.
Conferencia de presidentes. Convocarla de inmediato.
Debate Estado de las Autonomías. Celebrarlo al inicio del periodo de sesiones.

Aprobación de los estatutos. Estudiar las modificaciones necesarias para que la modificación de los Estatutos de Autonomía requieran mayoría de 2/3, tanto en los Parlamentos Autonómicos, como disponen, entre otros, los Estatutos de Autonomía de Cataluña y Galicia, como en las Cortes Generales.
Instituciones alavesas. Favorecer su gobernabilidad.

Unanimidad en el Comité Ejecutivo. Ayer por la mañana, el Comité Ejecutivo del PP aprobó, por unanimidad, el pacto de Estado que horas más tarde Rajoy entregó al presidente del Gobierno. La reunión estuvo marcada por las intervenciones de destacados miembros de la «vieja guardia», que compartieron sus recelos sobre la disponibilidad real de los socialistas a comprometerse con su propuesta de acuerdo. Tomaron la palabra, entre otros, Juan José Lucas, Luisa Fernanda Rudi, Loyola de Palacio, Celia Villalobos y Alejo Vidal-Quadras. María San Gil destacó la necesidad, ante las elecciones autonómicas vascas, de que el PP sea capaz de canalizar la preocupación que «hay en la calle», mientras que Rajoy garantizó que jamás renunciará a las raíces ideológicas de su partido en relación a este asunto.

40 comentarios

Luis G. S. -

Pero por el camino puede haber más de una catástrofe y choques violentos, debidos a un mal uso de los tiempos políticos.
Y es conveniente que la sociedad española, y no sólo los partidos, se movilice para fortalecer y dar estabilidad a la paz democrática, única garantía de los derechos humanos y las libertades cívicas. Nada puede suplir su obligación de vigilancia, control e iniciativa, alegando esa banalidad miope, y a larga suicida, de que la política es algo que debe dejarse al cuidado de los políticos. Pues no. Lo mismo que Clemenceau dijo que la guerra es algo demasiado serio para dejársela sólo a los militares, la política incumbe a todos los ciudadanos, como se sabía ya en la Grecia clásica. Una de las características del régimen ateniense era la rotación obligatoria para los cargos públicos, que se decidían por sorteo.
En los días del gran Pericles, éste le comunicó al trágico Sóflocles que le había tocado el turno de un puesto directivo. Sóflocles quiso escabullirse, argumentando que estaba ocupado en una nueva obra de teatro y que, además, la política no era asunto suyo. Pericles le replicó que no había escapatoria y que nada puede ser asunto de un hombre que dice que la política no es asunto suyo. Después de un cuarto de siglo de vigencia de nuestro sistema constitucional, es razonable reformarlo y adaptarlo en lo que se juzgue necesario, sin incurrir en lo que Carl Schmitt llamó «destrucción» de la Constitución. Pero todos los españoles debemos participar y preocuparnos por ello. Es el mejor modo de evitar que se den dos pasos atrás.

Luis G. S. -

El entendimiento entre Rajoy y Zapatero, para abordar los problemas de la reforma constitucional y de los estatutos de autonomía, alumbra la esperanza de parar la irresponsable marcha abierta por el Plan Ibarreche.
Es sabido que, en política, la necesidad mutua, aunque sea temporal, obliga a buscar consensos. El comienzo de un acuerdo entre el PSOE y el PP es un paso adelante. Pero es sólo el comienzo. Cualquier ligereza, imprevisión o filibusterismo electoral puede llevarnos a dar dos pasos atrás y a que la cosa acabe como el rosario de la aurora. Es muy lamentable que persista nuestra tendencia a mirar hacia atrás, en vez de proyectarnos imaginativamente hacia el futuro. Tanto si la reminiscencia del pasado se hace para denigrar el franquismo o exaltar la República, la insistencia empieza a ser no sólo estéril, sino extravagante. Las dos experiencias, franquismo y República, fueron un desastre para los españoles, que deberían cerrar con doble candado todo intento de escapada hacia esos páramos. Lo peor que podría ocurrirnos sería la imagen repetida de Carod-Rovira o Ibarreche proclamando unilateralmente el Estado de Euskadi o de Cataluña desde el balcón de referencia.
Es preciso que el sistema democrático aplique las normas que se han dado libremente los españoles y que se imponga la voluntad del ochenta por ciento de los votos que han recibido los partidos mayoritarios.
El aventurerismo ilegal de los visionarios de la tribu sólo puede acabar en fracaso.

Gabriel A. -

¿Qué paso entre el jueves y el viernes? ¿Qué imprevistos peones fueron desplazados en un ángulo apenas perceptible, muy lejos del estruendo cegador de la batalla? ¿Qué pasó en las reuniones de la Zarzuela, y, sobre todo, que pasó detrás de ellas, en los márgenes invisibles donde mueven pieza los verdaderos poderes de una sociedad moderna?
No lo sé. Nadie que no forme parte del círculo último de esos poderes puede saberlo. Al analista queda sólo –y es su obligación, laboral antes aún que ética, hacerlo– calcular tiempos e hipótesis. Y prever, en lo posible, la determinación más verosímil de los encadenados movimientos que van a arrasar, como un manotazo, las aparentes posiciones exhibidas sobre el tablero político. «La guerra», anota uno de los asistentes al duelo sobre el damero de Go que Kawabata narra, «la guerra debe de ser algo parecido a esto».
Que, tras los cuadros vivientes de las fotos del jueves y del viernes, haya uno que engaña a otro (calculen con tres elementos, Ibarreche, Rajoy, Zapatero, las combinaciones), dos a uno, o nadie a nadie; que, tras los comparecientes, otro de muy distinta entidad mueva los hilos; o que nada haya más allá de lo que vemos… Algo se ha puesto en marcha. Que cerrará la partida en esa media docena de movimientos críticos a jugar de aquí a las otoñales elecciones gallegas: referéndum europeo, rechazo parlamentario del plan Ibarreche, referéndum ilegal, elecciones vascas, Estatuto Maragall-Carod. Es momento de ver, analizar y abstenerse de hacer valoraciones. «La guerra», sí, «debe de ser algo muy parecido a esto».

Gabriel A. -

«Me encontraba a cierta distancia del tablero; y aun después de que hubo sido colocado en él el peón negro, tuve dificultades para localizarlo. Cuando lo hice, finalmente, no pude explicármelo. Muy alejado, en las regiones superiores del damero, se alejaba de la batalla que alcanzaba su punto mas vivo en el centro». Un movimiento lateral y poco significativo. Y, en ese movimiento, el destino del juego queda echado.
Como el analista que narra, en la novela de Yasunari Kawabata el crepúsculo del maestro de Go, tampoco logro yo situar las fichas que fueron movidas entre el jueves y el viernes pasados. Me faltan datos. Como nos faltan a todos. Veo la misma doble estampa –Zapatero e Ibarreche, Rajoy y Zapatero– en fechas consecutivas. La sencillez aparente de sus mensajes. Y tengo la impresión de que el golpe fatal ha sido jugado ya. Pero no acierto a detectar dónde.
Todo sigue en tinieblas. No se precisan dotes de estratega para entender que lo que nos ha sido puesto ante los ojos no es más que un telón, un decorado escénico, la pantalla de apaciguantes certidumbres mediante la cual, según Pascal, gustan los hombres poder saltar sin miedo hacia el vacío, en lo que es quizá la más honda metáfora de lo humano.

Agapito M. -

Estamos, dicho muy sencillamente, ante un acontecimiento político de extraordinaria envergadura, que requiere interpretación política. Algo, por suerte, que no está al alcance ni de los imbéciles que se dedican a la agitación y la propaganda de las creencias de ZP, despreciando a unos supuestos enemigos apocalípticos, ni de los turiferarios de Rajoy, pobres integradillos en la retórica de la insignificante progresía, que confunden su cobardía con las buenas intenciones. Ni propagandistas ni integrados se han enterado todavía de que la prensa mundial no se preocupa de España por un prurito intelectual, sino porque sabe que aquí se están jugando cuestiones dramáticas para toda Europa.

¿Cuánto tiempo tardará en percatarse Rajoy de que su buena voluntad, y sus mejores intenciones, pueden dar lugar el mayor fiasco de la historia de España? ¿Cuánto tiempo tardará Rajoy en enterarse de que su entrega a Zapatero es el comienzo de un trágala que tiene una trágica consigna: “Paz por territorios”? ¿Cuánto tiempo necesitará Rajoy para enterarse de que Piqué no es solución sino la ocultación de una tragedia?

Agapito M. -

Y, sin embargo, el cándido Rajoy le ofrece a Zapatero su colaboración para que España no desaparezca. ¡Pobre iluso! Ha renunciado a su proyecto nacional desde el punto y hora que acepta la agenda política de socialistas y nacionalistas, especialmente la reforma de los Estatutos y la Constitución. ¡Inevitable! ¿Quién sabe? Pero lo más grave es que Rajoy ha dado a ZP vida, tiempo y energías para que este recomponga su figura cuando estaba puesta en cuestión por el mundo entero y, especialmente, por la mayoría de la nación española. Rajoy, inconscientemente, o peor, con falta de coraje moral, se ha sumado al coro de plañideras que frente al grito “mundial” de la balcanización de España responde con un canto cínico sobre la “necesidad de desdramatizar y no crispar la situación”. La nación española y la opinión pública mundial habían sintetizado todas las críticas a las acciones de Zapatero con una palabra: balcanización. Algo, dicho sea de paso, que Jiménez Losantos, en España, hace ya muchos años, había previsto con grandeza intelectual y sufrimiento personal.

La balcanización de España es ya un hecho, pero a algunos aún les cuesta comprender lo obvio. Sobre todo, les cuesta reconocer que el “nihilismo” pasota del Presidente de la nación española es sólo una táctica que oculta su verdadera estrategia: la destrucción de España. Por supuesto que no exagero.

Agapito M. -

Humo, nada, queda ya de la entrevista entre Zapatero y Rajoy. Dos días después del encuentro entre estos dos hombres, casi nadie habla del “extraño compromiso” que alcanzaron, menos todavía de las ridículas comisiones que imaginaron para estudiar no se sabe muy bien qué asunto. Acaso los plazos para terminar con la estructura estatal de la nación española y, de paso, de España. Seguramente. La prueba de que ese “compromiso” sólo será una nota a pie de página para justificar el fin de la nación española está en la prensa del domingo: excepto unas pocas referencias a la iniciativa de Rajoy, la carta de Otegui, el representante político de los terroristas, y la presencia de ETA en la vida política lo ocupaba todo. Y me temo que lo seguirá ocupando en los próximos meses. ETA estaba muerta, pero ha sido resucitada por la coalición de socialistas y nacionalistas. La resurrección ideológica de ETA es la pieza maestra para dividir España. Carod-Rovira, Maragall y Zapatero han conseguido levantar a ETA para llevar a cabo su proyecto secesionista en colaboración con el PNV y CiU.

Victor T.P. -

No te fies Rajoy, estos socialistas solo estan esperando a ver como te pueden engañar, para dar la razón a los catalanes y que tú les acompañes.

Jose A. Sentis -

En tercer lugar, no se entiende la comisión Gobierno-PP para discutir sobre el modelo de Estado, Estatutos y financiación autonómica cuando el PP jamás ha puesto en cuestión el modelo de Estado, que yo sepa. Lo han hecho los socios de Zapatero. Si es una comisión para lavar los trapos sucios de la casa de Zapatero, vale. Pero si lo que se pretende es hacer cómplice al PP en unas reformas que no desea, mal negocio para éste.
En cuarto lugar, es absolutamente falso que Zapatero haya estado firme ante Ibarreche. Lo ha hecho formalmente, con su obvia negativa a la secesión vasca. Pero hizo propuestas peligrosísimas a cambio, como «empezar de cero» una negociación si se retiraba el Plan o proponer la «vía catalana» de consenso para la reforma estatutaria, lo que sería dejarla en manos nacionalistas.
Estoy absolutamente convencido de la buena voluntad de Rajoy. Prefiere perder a que pierda España. Ayudará a Zapatero a resolver una crisis de Estado que el mismo Zapatero ha propiciado con su debilidad y falta de convicciones. Pero no sé si aceptar la mano tendida de Rajoy no es una estrategia para meterle en negociaciones sobre España que España no necesita, y luego endosarle un eventual fracaso.
Aunque, en el fondo, lo que me parece más irritante es que la ambición de los nacionalismos tribales lleven al Estado del ronzal y fuercen a consensos desconfiados entre Gobierno y oposición, cuando la verdadera democracia está justamente en su confrontación. Los procesos de salvación nacional habría que dejarlos para las guerras. ¿O es que estamos ante una guerra?

Jose A. Sentis -

Por alguna razón epitelial que no alcanzo a describir, el pacto Zapatero-Rajoy, que debería alegrarme por su significado de baluarte de la la soberanía del pueblo español frente a la pulsión nacionalista, me produce inquietud y desconcierto.
En primer lugar, no termino de creer que Zapatero pueda pasar de un pacto con los nacionalistas de todo pelaje, incluido el independentista, a un acuerdo con un partido como el PP que jamás se ha apeado de la vigencia constitucional que consagra la unidad nacional. No puedo descartar que Saulo Zapatero se caiga del caballo tan abruptamente como dice su portavoz que ha hecho, pero la verdad es que lo dudo. Porque, o estaba engañando antes a sus socios y les largaba sedal como a los salmones, o lo que pretende ahora es engañar a Rajoy cuando se ha visto contra las cuerdas y con Ibarreche entrando en La Moncloa a lomos del caballo de Pavía.
En segundo lugar, sorprende que el problema sobre el desbordamiento constitucional se plantee a cuenta del Plan Ibarreche, cuando éste es un proyecto tosco, cimentado en la violencia y que merece una solución de tribunal de Justicia, de psiquiátrico o de ambos; mientras hay otro plan, el de Maragall y Carod-Rovira para Cataluña, que es igualmente insolidario y rupturista, y que Zapatero se ha comprometido a aceptar.

Pilar Ferrer -

Tras la foto del Pacto y la creación de la Comisión conjunta, persiste la duda de cuánto resistirá el Jefe del Gobierno las presiones de sus socios de ERC en Cataluña. A este respecto, destacan las manifestaciones del propio Pascual Maragall y Josep Antoni Durán Lleida sobre la llamada «vía catalana», una sibilina trampa en la que pretende escudarse el PNV. Ambos han establecido claramente las diferencias entre el camino recorrido por Ibarreche, ilegal y desafiante, y la reforma estatutaria que deberán aprobar los dos tercios del Parlamento catalán. En uno se divide y se impone. En otro se dialoga y busca el consenso. Frente a los envites minoritarios, Mariano Rajoy ha dado la respuesta: «Somos más ciento cuarenta y ocho, que ocho». Pues eso.

Pilar Ferrer -

Después de una semana de enorme tensión y acusaciones mutuas, reconforta contemplar la imagen del presidente del Gobierno y el máximo líder del PP en el Palacio de La Moncloa. Mariano Rajoy ha dado un ejemplo de su talla y generosidad política, en un momento muy difícil. Cualificadas voces se alzaron en su propio partido defensoras de la «línea dura» contra Zapatero, a puerta cerrada, en la pasada «cumbre» de Sigüenza. Partidarios ellos de una estrategia de no auxiliar al presidente, de dejar que «se equivoque él solito». Pero Rajoy ha optado por «la línea blanda», ofreciendo un Pacto de gran calado . «Mi país, España, y mi conciencia así me lo exigen». A esto se llama ser un hombre de Estado.
Mucho ha llovido desde aquel famoso «Informe Enterría», elaborado por el catedrático Eduardo García de Enterría, a instancias de Adolfo Suárez, Fernando Abril y Paco Ordóñez, que sentó las bases del diseño autonómico de 1981. Consensuado con el PSOE, con un relevante trabajo de Alfonso Guerra, propició el primer gran acuerdo entre UCD y los socialistas, la foto institucional de Suárez y Felipe en lo que ahora llama Rajoy, con acierto, «la arquitectura territorial». Tal vez Rodríguez Zapatero ha recordado aquellos años, los posteriores acuerdos entre el Gobierno del PSOE y el PP para demostrar que era necesario un acercamiento entre los dos grandes partidos. El Plan Ibarreche ha ido demasiado lejos y la política del «no pasa nada» fue revisada en la última Ejecutiva Federal Socialista.

Pilar C. -

Finalmente han dado la talla. Es lo único bueno del Plan Ibarretxe, ha provocado que salga a la luz lo mejor de Zapatero y lo mejor de Rajoy, después de nueve meses de ir de decepción en decepción. La intentona de romper España con un plan secesionista ha llevado a los dos dirigentes a dejarse de rivalidades estúpidas y a sumar esfuerzos para defender lo que cualquier político de bien está obligado a defender con uñas y dientes: el orden constitucional y la unidad de España.
Rajoy acudió a Moncloa con un proyecto de actuación conjunta y por primera vez desde que es presidente, Zapatero no lo miró con desdén por encima del hombro, sino que mostró un papel elaborado momentos antes por Fernández de la Vega y analizaron los puntos de coincidencia. Importantes puntos de coincidencia, así que decidieron ponerse al mundo de Ibarretxe por montera y parar un proyecto que, a pesar de lo que dicen algunos dirigentes peneuvistas y batasunos, recoge el espíritu y la letra de lo que exige ETA desde que empezó a matar hace más de treinta años.
Y a todo esto, Otegi pide árnica a través de una carta que rezuma moderación por todos sus puntos y comas. ¿Le creemos? En cualquier caso, después del encuentro del 14 de octubre en Moncloa, hay razones para respirar más tranquilos.

Jose Luis Requero -

El artículo 155 cobraría sentido ante actos de desobediencia, ante vías de hecho como convocar un referéndum ilegal o si el País Vasco, pese a no aprobarse el Plan, erigiese las instituciones que prevé, por ejemplo, creando su Consejo Judicial Vasco y nombrase sus jueces y fiscales. Aun así habría que intentar los medios ordinarios de restablecimiento del orden jurídico –recursos de inconstitucionalidad, conflictos de competencia, recursos jurisdiccionales, etcétera–, y evitar caer en el error de sentirse atraído por la aparente contundencia del indeterminado artículo 155, como si de un sucedáneo de estado de alarma o excepción se tratase.
El caso es que la vía judicial no parece que tenga muchos adeptos. Desconfían de ella quienes recelan de la eficacia de unos tribunales que no han querido o podido frenar lo ya andado por el Plan, agravado por su incapacidad para ejecutar la sentencia del Tribunal Supremo de ilegalización de Batasuna respecto del grupo parlamentario Socialista Abertzaleak. Pero más desasosegador es que esa vía judicial no interese a quienes, en todo caso, no desean que hable el Derecho: su objetivo es la negociación, con «relectura» de la Constitución incluida. Es cuando en el horizonte aparece el «plan» Maragall, vía aseada para lograr el equivalente al de Ibarreche.

Jose Luis Requero -

Demasiada indeterminación, pero el Plan Ibarreche encaja en la idea de atentado grave contra el interés general, pues deroga en una parte de España la Constitución, desampara a parte de su población; al margen de su fraseología crea un nuevo Estado y rompe ladinamente los, por otra parte, tenues vínculos que perduran con el Estado manteniendo una ligazón a título de «asociación» libremente decidida por quienes unilateralmente se han separado. En la lógica de sus autores, España no está legitimada para rechazar ese proceso soberanamente decidido por el pueblo vasco: eso es la autodeterminación y si esto no se acepta es cuando cobra sentido el recurso a las «tortas». De esta forma entienden que el Congreso carece de legitimación para rechazar lo que no les ha quedado más remedio formal que presentarlo como proyecto de reforma del ya inservible –para ellos– Estatuto de autonomía.
Ciertamente, antes que el artículo 155 hay medios para abortar en Derecho tamaño desafío. Una vez que el Tribunal Constitucional no ha impedido el proceso de aprobación en el Parlamento Vasco ni, por tanto, su debate en el Congreso, queda la pura derrota parlamentaria.

Jose Luis Requero -

Pues bien, el llamado Plan Ibarreche se configura –sólo formalmente– como un proyecto de reforma estatutaria y como tal se tramita. Pero no es ése su contenido pues sus promotores lo conciben como la constitución que la nación vasca se otorga para erigirse en Estado. Cobra así sentido que otorgue a sus habitantes la ciudadanía y nacionalidad vasca, que regule sus derechos y deberes fundamentales, que en lo institucional cree los poderes del Estado vasco –con un Poder judicial propio–, su Ministerio Fiscal, que se configura como un ente de Derecho internacional, etcétera. La ligazón que mantiene con el «Estado español» a título de asociación tiene por finalidad garantizar la supervivencia de ese nuevo Estado sureuropeo, especialmente en la Unión Europea, fuera de la cual no hay salvación.

Ante este panorama, ¿es aplicable el artículo 155? De entrada debe decirse –es una perogrullada– que ese precepto es constitucional, se inserta en la lógica del Estado de las autonomías, es un medio coercitivo y su seña de identidad básica es la excepcionalidad pues opera cuando hay un atentado grave contra el interés general de España. La cuestión, a falta de concreción normativa, es cuándo se ejercita, qué se entiende por atentado grave, cuál es el interés general de España y cuáles son «las medidas necesarias» para protegerlo.

Jose Luis Requero -

Las Comunidades Autónomas son Estado, no en balde cada presidente autonómico es su primer representante en cada territorio; a su vez, la autonomía está para mejor satisfacer los respectivos intereses pero desde el principio de unidad y supremacía del interés de la Nación, de ahí que el Estado tenga una posición de superioridad. Se trata de un sistema que llama a la lealtad constitucional entre el Estado y las Comunidades Autónomas, la solidaridad entre los distintos territorios e igualdad de los españoles.

Por último, el sistema prevé una constante interrelación entre el Estado y las Comunidades Autónomas lo que se plasma, por ejemplo, en el procedimiento de elaboración y reforma de los Estatutos, en la existencia de una legislación básica, leyes marco, de armonización; en la posibilidad de que el Estado delegue competencias, en el diseño del Senado, en que el Estado retiene competencias ligadas a la idea de soberanía –defensa, relaciones internacionales, justicia–, de dirección económica, etcétera. A su vez, y como cierre, son numerosos los sistemas de control, desde el Tribunal Constitucional y los tribunales ordinarios hasta el Gobierno central en caso de competencias delegadas o el que ejerce el Tribunal de Cuentas, sin perjuicio del político-legislativo en caso de reforma estatutaria o la vía del artículo 155.

Jose Luis Requero -

El artículo 155 de la Constitución apodera al Gobierno para adoptar medidas de protección del interés general de España, si una Comunidad Autónoma atenta gravemente contra él. Es un precepto bastante citado estos días por el empecinamiento de los nacionalistas vascos en erigir a las Vascongadas en comunidad libremente asociada al Estado español, tal y como dice el artículo 1 del llamado Plan Ibarreche.
Para apreciar su aplicabilidad a dicho Plan, hay que recordar aspectos básicos de nuestro ordenamiento constitucional. Ante todo que España, como nación, se asienta en el pilar básico de su indisoluble unidad, lo que se compatibiliza con una organización territorial basada en entes locales y en el reconocimiento expreso del derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones constituidas en Comunidades Autónomas. Esa autonomía no es puramente administrativa sino de dirección política, lo que explica el entramado institucional basado en el ejercicio de potestades gubernativas y, ante todo, legislativas, sobre un marco competencial constitucionalizado y fijado en sus Estatutos.

kilate -

Los nacionalistas tienen una estrategia muy clara, pedir mucho, conformarse con la mitad.
Siempre avanzan, nunca retroceden. Tal vez sea el momento de demostrarles que sus actos tienen consecuencias; La traición cometida, la deslealtad a la constitución tiene un precio. ¿Por qué es legítimo avanzar en el autogobierno y no en el sentido contrario? ¿Acaso Francia no es una democracia? ¿Acaso el sistema centralista Francés es antidemocrático o Franquista?

Tal vez sea el momento de recortar competencias a las comunidades que no son leales. Esto no afecta a los ciudadanos, afecta a los pesebreros que mangan de las arcas del estado (sea autonómico o nacional). Y seguro que esto sí les duele.

Joaquin -

Siento tal repulsión por Zapatero y por su modelo de pais, que hasta creo que si Ibarretxe le ganase el pulso a Zapatero, no solo no pasaría nada, sino que a lo mejor hasta beneficiaría a los españoles que quedáramos.

De todas formas sin Ibarretxe y Zapatero en la politica, el mundo sería mejor, un lugar mas agradable para vivir.

Vitoria -

Gracias a Ibarretxe han alcanzado un acuerdo fundamental el presidente del Gobierno y el lider de la oposición, para actuar conjuntamente ante los retos que cuestionan y amenazan la soberanía nacional.

Esperemos que ZP ponga un bozal a los miembros de su gobierno y de la ejecutiva del PSOE que dificultan el entendimiento con sus reiterados ataques al honor de los dirigentes del PP. De otra forma, Moratinos, Blanco y Rubalcaba deben saber que la unidad en la defensa de España estará por encima de su demagogia, salvo que ZP prefiera volver a quedarse solo en su debilidad frente a los Roviretxes.

Bengurion -

en principio el acuerdo y el tono de rajoy al salir de la reunion es un alivio para la mayoria de los españoles
ojala sea verdadero, y en cuestiones basicas como la unidad de nuestro pais, con autonomias amplisimas estemos todos juntos y de acuerdo
NO OBSTANTE, LO QUE NO CASA, ES LA ALIANZA DE ZP CON PEREZ ROVIRA E IU, ES COMO TENER AL ZORRO METIDO EN EL GALLINERO,
HABRA QUE ESTAR ATENTOS Y NO BAJAR LA GUARDIA
en este momento tan dificil y critico, ojala que todos pp psoe, coalicion canaria, y demas minorias no separatistas etnicistas y canallas, estemos unidos, para parar los pies a esas minorias que nos quieren llevar al enfrentamiento y al desastre.

Garcia M. P. -

Yo creo que las declaraciones de Otegui son importantes unicamente porque este sujeto es la voz de la banda criminal eta,la cual por desgracia y elemental prudencia,todavia hay que tener en cuenta.

Creo tambien que la intención de Otegui-eta es meter una cuña entre PP_PSOE;tratan de separarlos a toda costa porque saben que estando unidos,sus ambiciones separatistas no tienen ninguna opción.

Un acuerdo entre los dos partidos "nacionales" convierte el Plan Ibarreche en papel mojado y pone a la banda eta en la tesitura de volver a las bombas y al tiro en la nuca o rendirse.

En todo caso,las promesas y buenas palabras del nazi-vasquismo en general,su inmoralidad y su capacidad de engaño,son razones mas que sobradas para desoir sus cantos de sirena y mas ahora que estan acogotados.

Con los asesinos no se habla ni se negocia: Se les pone ante los Tribunales de Justicia.

Carlos A.M. -

QUE TENGA CUIDADO EL PP CON EL TALANTE DE ZAPATERO QUE LE PUEDE CLAVAR EL CUCHILLO EN CUALQUIER MOMENTO.

OS HABEIS FIJADO QUE EL YODAVÍA NO HA HABLADO QUE MANDA A LA SRA. DE LA VOGUE A DAR LA CARA NO OS PARECE RARO?

YA SABEMOS TODOS QUE ES MAS FACIL CAMBIAR LO QUE HAN DICHO OTROS QUE LO QUE DICE UNO DELANTE DE LAS CAMARAS DE TELEVISION.

SEGURO QUE Z ESTABA HABLANDO CON ERC Y MARAGALL PARA TRANQUILIZARLES Y DECIRLES COMO HABÍA ENGAÑADO AL PP, POR LO MENOS HASTA QUE PASEN LAS ELECCIONES DEL 20 DE FEBRERO.

NO TE DEJES ENGAÑAR VOTA NO A LA CONSTITUCION EUROPEA, PASALO.

Luis A. -

Vamos a creer en las buenas intenciones de ZP.Pero Rajoy debe andarse con ojo.Lo realizado en estos diez meses indica que el enemigo a batir es el PP y que hay que destruir todo lo realizado por ellos en los últimos ocho años...

Por otra parte,es dificil tener pactos con el PP con una idea clara de España y a la vez pretender tener pactos con ERC que quiere una España desguazada...

Por lo pronto ayer Anasagasti viendo que su Plan (ahora o nunca) se le podia ir al tacho,ya toco a arrebato y rapidamente exigio a sus mamporreros de ERC que pusieran orden en el gallinero y le pusieran las peras a cuarto al debil ZP.

Y Maragall, y Lopez...que opinan de esto?.

En resumen,dando un voto de confianza a ZP,habra que estar muy atento los proximos meses y ver si realmente les ha entrado la cordura,despues de tanta "aventura" nacionalista,que finalmente da alas a cuatro pelaos.

Tiempo al tiempo,que a cada cual lo pone en su sitio.

Ah y el 20-F,por dignidad vote NO a esa pamema.

Daniel R. H. -

De manera,que se da por hecho,que la Constitucion se va a reformar
Esto,en principio,no es bueno ni malo,pero,una vez abierta,los socialistas chaquetearan y dejaran al PP con el culo al aire,diciendo que los malos,los que no dialogan,son como siempre los de derechas
Con un presidente como Zapatero,aupado en 193 asesinatos y un Gobierno empeñado en destruir la derecha,mas vale,que Rajoy se ande con ojo,porque al final,esta comision,sera una celada
Una vez puesta en marcha,aparcaran a la derecha,porque lo que los socialistas quieren,es un cambio social y fisico de España una republica de Naciones o cualquier otra cosa chusca
El plan de Carod,o de Maragall,como le llaman,es tan separatista o mas que el de Ibarreche y una vez que se cree la comision para el cambio constitucional,se colara como una sabandija
En cualquier caso,los españoles que esten tranquilos viendo este desbarajuste,es que son unos inconscientes

Gepeto J. -

genial, eta deja claro lo que piensa de ibarretxe,
le trae sin cuidado, no le tiene en cuente mas que para lo que le necesita
e ibarretxe, es un pelele en sus manos, está mas pendiente de reir las gracias de hb que de regir a su pueblo,
y mientras el resto de los españoles a seguir invirtiendo para que puedan tener metro, museos, para que los astilleros puedan seguir trabajando (ya les consiguió "el gobierno cntrl" encargos para los proximos años)

de verdad que algunos vascos me parecen no solo ladrones de nuestro pais, sino casi extraterrestres, son como una especie extinguida de depredadores

Cesar V. -

Un acuerdo hace unos pocos días no parecía posible se está realizando, ya que todo indica que la visita de Ibarretxe al Palacio de la Moncloa ha hecho cambiar de pensar a la capacidad de influir en la determinación de Ibarretxe de ZP.

Pero, mientras los aliados estratégicos del gobierno Socialista de ZP sean Maragall y Carod para tener una mayoría que le permita continuar su gobierno a como de lugar, mientras su propósito en el País Vasco sea distanciarse del PP y colaborar con el PNV y su deplorable compañía en la marginación del único partido político de vocación totalmente democrática de España, es imposible creer en la seriedad de las promesas de José Luis Rodríguez Zapatero, porque ZP es de por sí muy poco sincero, porque su esquelética mayoría se sustenta en la premisa amoral: el acuerdo del “tripartito” tiene la obligación de no pactar con el PP.

Ver para creer con el PSOE mientras sus aliados sean Maragall y Carod.

Garcia M. -

"Zapatero y Rajoy han estado a la altura de las graves circunstancias que hoy afronta España. Ahora deben realizar un segundo ejercicio de responsabilidad y rebajar el nivel de agresividad que ha caracterizado sus discrepancias en las últimas semanas. Ello permitiría crear el clima de confianza necesario para que el importante paso que dieron ayer sea mucho más que una declaración de buenas intenciones".

L. D. -

Contra las "vacilaciones pactistas" de Zapatero.

Según el portavoz independentista, Zapatero "ha exhibido nuevamente sus vacilaciones pactistas y su seguidismo del PP" y, si no "reconduce" la situación, "pondrá en peligro la continuidad de uno de los principales apoyos que tiene desde su investidura, el de ERC, que el lunes analizará la situación creada a partir de este giro inesperado".

En esta ocasión, ha añadido Ridao, "al margen de poner en peligro sus apoyos en Madrid, lo ha hecho ignorando sus compromisos ante los partidos catalanes y su voluntad de trabajar con consenso por un nuevo Estatuto, pero sin intervenciones de ningún tipo".

El portavoz republicano en el Parlamento ha recordado que Zapatero se comprometió a aceptar el Estatuto que apruebe la Cámara catalana, y "este compromiso no puede verse condicionado" por una negociación con el PP, que "ha hecho la política más autoritaria, antisocial y centralista desde la transición y que se ha mostrado totalmente alérgico a cualquier reforma constitucional o estatutaria".

L. D. -

ERC ha asegurado hoy que el acuerdo de PSOE y PP para crear una comisión "de seguimiento" de las reformas de estatutos supone un "intento de injerencia y tutela inaceptable" y ha avisado de que si los socialistas no "reconducen" la situación pondrán "en peligro" el apoyo que les prestan los republicanos en Madrid.

Para ERC, el "inesperado" acuerdo sellado en la reunión que mantuvieron este viernes el presidente del Gobierno y el líder del PP para asegurar la "unidad territorial y la estabilidad constitucional" prefigura la "reedición de la nefasta LOAPA".

A través de un comunicado, el portavoz parlamentario de ERC, Joan Ridao, ha criticado que "la sola referencia a los pactos autonómicos anteriores entre los dos principales partidos estatales, de 1981 y 1992, es el peor augurio, porque los primeros trajeron la LOAPA y los segundos, la clausura del modelo autonómico". "Conociendo la trayectoria y el programa del PP, la desconfianza está más que justificada", ha indicado Ridao.

Apolo -

Hola amigos

Creo que todos debemos congratularnos de este primer paso serio hacia la defensa de la nación española y de la libertad que significa la vigencia de la actual constitución, libertad desconocida en toda nuestra historia hasta el año 1978.

Sin embargo hay algunas nubes que oscurecen el panorama y que debemos de tener en cuenta. Primero es acerca de la sinceridad por parte del Presidente del Gobierno, asunto que queda muy bien analizado en el artículo incluído en este blog titulado "Miedo o responsabilidad" y firmado por I. Villa.

Segundo, ya ha quedado comentado por otros opinantes, es acerca de la contradicción que supone este posible pacto con el PP y los compromisos de ZP con ERC, IU y, sobre todo, la presión de Maragall ¿Podrá o querrá ZP sortear realmente estos obstáculos?

Tercero es acerca de las diferencias en la presentación del acuerdo en las ruedas de prensa de ayer de M. Rajoy por un lado, y la Vicepresidenta por otro. Mientras el primero afirmó que ZP había estado "receptivo" y que aceptaba la propuesta del PP, la segunda afirmo que el PP había "aceptado participar" en la modificación de la constitución y los estatutos. Lagarto, lagarto, mal empezamos.

Cuarto y el más importante a mi modo de ver. El peligro no es Ibarreche, pues contra su plan están mucos ciudadanos vascos, partidos vascos, la casi totalidad de la opinión pública española, los medios, los grandes partidos. En fin casi todo el mundo. El peligro no es tampoco ERC, el peligro, bajo mi punto de vista es Maragall, que a lachita callando está preparando un plan igual o más secesionista que el de Ibarreche sin apenas oposición en Cataluña y presentado a la opinión pública por gran parte de los medios como "compatible con la constitución" y no secesionista. De ahí su peligro.

Hay que estar atentos y denunciar cualquier posible marcha atrás del gobierno en su compromiso con el PP y vigilar el desarrollo de lo que se avecina en Cataluña. Para empezar, creo que el próximo día 22 AVT convoca una manifestación en Madrid. A los que seaís de aquí, o vivais cerca y podaís desplazaros (se puede pasar muy bien un sábado en Madrid) os hago un lllamamiento para que acudaís. Sería crucial que la manifestación fuese multitudinaria y, de momento, es lo único que podemos poner de nuestra parte para intentar parar esto.

Saludos

Jesus A. -

Rajoy ha cumplido con su deber y ambos líderes han conseguido transmitir un mensaje de sosiego -al menos transitorio- en un debate cada vez más encrespado. Cada uno asume su responsabilidad, y en democracia la decisión la tomarán los electores en su día.

C. H. -

Estos y otros serán asuntos para tratar dentro de la comisión, ahora, lo que quiere el PP es que las dos principales fuerzas políticas del país «tiren del mismo carro y digan a los españoles, que tranquilos, que esta batalla la vamos a ganar».

C. H. -

El acuerdo alcanzado tendrá consecuencias inmediatas en la disminución de la crispación política y comenzará a visualizarse con toda probabilidad a partir de hoy mismo, cuando ambos líderes coincidan en San Sebastián en actos de sus respectivos partidos. «Lo importante es que se recupere un espíritu» exhortó Rajoy.

Diferentes estrategias

También admitió que hay diferencias sobre las estrategias, hasta el punto de que, a pesar del acercamiento de ayer, el Grupo Popular puede volver a insistir en que la mesa del Congreso de los Diputados inadmita a trámite el plan Ibarretxe para que no se debata en pleno, tal y como quiere el Gobierno, aunque luego PSOE y PP vayan a votar en contra del mismo.

En todo caso, Rajoy -que se mostró dispuesto a un pacto con los socialistas vascos para intentar cambiar el signo del gobierno autonómico-acudió ayer a la reunión con un documento mucho más amplio en el que explicitaba, por ejemplo, que PP y PSOE acordarían dar una «respuesta conjunta» al Plan Ibarretxe tanto en el Congreso, como en otras instancias políticas así como en los tribunales, asuntos en los que no se avanzó. Tras reiterar cuestiones ya conocidas como su petición de recurrir el proyecto secesionista en el TC, también proponía un cambio en las mayorías parlamentarias requeridas para modificar los estatutos de autonomía, pasando de la mayoría absoluta a otra cualificada dos tercios de la Cámara.

C. H. -

Creo que es bueno para España», proclamó para admitir a continuación que habrá dificultades, pero convencido de que se superarán como se superaron en el Pacto autonómico de 1992 o en el de 1996, que él negocio con el PSOE, primero en la oposición y luego en el Gobierno.

C. H. -

Mariano Rajoy quiso trascender ayer su condición de líder del primer partido de la oposición para convertirse en el portavoz no sólo de sus votantes, sino de muchos otros españoles que sin ser del PP creen que hay que salvaguardar lo que ha dado en llamar el «espíritu constitucional». Su conciencia y su país fueron los dos acicates que le hicieron presentar ayer una propuesta de pacto de Estado sobre modelo territorial que fue aceptado por el jefe del Ejecutivo y que se traducirá en la constitución de una comisión que estará en marcha mucho antes de la celebración de las próximas elecciones autonómicas vascas, según la estimación del PP.

«Vienen tiempos difíciles y los españoles nos exigen tranquilidad y certidumbre», comentó Rajoy convencido de que no hay nada «que no pueda ser reconducido». Y esa reconducción de una situación crítica abierta por la aprobación del plan Ibarretxe en la Cámara vasca viene de la mano de un acuerdo «en el que creo y que me exige mi conciencia y mi país», dijo.

El líder del PP dijo salir «satisfecho» de su reunión con Zapatero. Muy lejos queda aquel «he entrado preocupado y he salido más preocupado» de hace unos meses, cuando hablaron de las reformas constitucionales y estatutarias. Lo de ayer fue muy distinto. «He venido en una circunstancia excepcional a hacer una oferta y el presidente del Gobierno la ha aceptado.

Victor T.P. -

Entre quienes se mostraron de acuerdo con el pacto destacan la AVT y el Foro Ermua.
La Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) se mostró «muy satisfecha» con el posible pacto de Estado entre el Gobierno, PP y PSOE y se felicitó de que los dos partidos mayoritarios «unan sus fuerzas» para evitar que prospere el plan Ibarreche y dejen «al margen los intereses políticos» para alcanzar acuerdos en beneficio de todos.
También el Foro Ermua se felicitó por el acuerdo del Gobierno con el primer partido de la oposición y lo calificó de «gran noticia» «Si Zapatero desafía las amenazas, el chantaje y la chulería de ERC y realmente acepta un pacto así con el PP, eso sería lo que hemos deseado los constitucionalistas toda la vida en el País Vasco. No obstante espero que no se envenenen las cosas», aseguró en declaraciones a Ep Iñaki Ezquerra, miembro del Foro Ermua.
Finalmente, el portavoz del PSOE en el Congreso, Alfredo Pérez Rubalcaba destacó el acercamiento que se ha producido entre la oposición y el Gobierno respecto al plan Ibarreche, en el que recordó que tanto los populares como los socialistas coinciden «en el fondo».

Victor T.P. -

Por su parte, el portavoz de CiU en el Congreso de los Diputados, Josep Antoni Duran Lleida, arremetió también contra el acuerdo de Zapatero y Rajoy de crear una comisión para pactar las reformas constitucionales y estatutarias. Duran calificó el acuerdo de «grave error» del que Catalunya saldrá perdiendo, pidió a Zapatero que abra una ronda de consultas con todos los líderes parlamentarios y preguntó a ERC e ICV si van a dejar de apoyar al Gobierno como decían tras el «frente PP-PSOE».
Duran aseguró que no le sorprende el acuerdo PP-PSOE para frenar cualquier evolución autonómica y pidió a Zapatero que abra una ronda de consultas con todos los líderes parlamentarios.
Tampoco le gustó el acuerdo al PNV. El senador peneuvista Iñaki Anasagasti aseguró que el pacto «tiene muy mala pinta». En este sentido, recordó que la Constitución española de 1978 «no se pactó a dos y aquí se pretende pactar la interpretación a dos». En declaraciones a Ep, Anasagasti se preguntó cómo piensa compaginar el PSOE su apoyo al acuerdo de Estado con el PP con el pacto de gobierno que mantiene con ERC.
Otro que mostró su desacuerdo con el pacto fue el líder de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, que declaró que la creación de una comisión entre PP y PSOE es un «grave error que supone trasladar al presente ideas excluyentes y bipartidistas del pasado, como se hizo con el pacto antiterrorista».

Victor T.P. -

La portavoz de ERC, Marina Llansana, aseguró ayer que el Pacto entre PP y PSOE además de «enormemente peligroso», sería incompatible con el acuerdo de estabilidad parlamentaria en el que trabajan con el PSOE. Por ello pidió al PCS que haga valer su fuerza en Madrid para evitar el pacto con la derecha y que se «institucionalice un frente nacional español».
Para la portavoz nacionalista, «ningún acuerdo entre dos partidos puede sustituir la voluntad soberana de ningún parlamento democrático» y calificó de «enormemente peligroso» que PSOE y PP pacten una comisión bilateral para las reformas constitucionales y estatutarias. Según Llansana, este acuerdo «excluye a todas las formaciones de la periferia plurinacional del Estado, como ya pasó con el pacto antiterrorista».
En un comunicado, la portavoz republicana denunció que los partidos catalanes, vascos y gallegos «queden al margen de unas medidas políticas a nivel estatal», lo que, según ella, es «discriminatorio y centralista». Llansana emplazó al PSC a «hacer valer su fuerza en Madrid para evitar que el PSOE pacte con la derecha e institucionalice un frente nacional español». Según la portavoz de ERC, «ahora es el momento de que el PSC demuestre que defiende una política catalanista y de izquierdas».