De Perejil a Ceuta y Melilla
De Perejil a Ceuta y Melilla
La ignorancia de Rodríguez Zapatero empieza a preocupar en la inteligencia militar española. En pocos días han sucedido dos cosas. Mientras el cabeza de lista del PSOE al Europarlamento, José Borrell, canta las excelencias de la alianza española con Francia y Alemania, de quienes dice que los españoles debemos estarles muy agradecidos, Francia ha firmado un acuerdo estratégico con Marruecos, uno de esos acuerdos que los diplomáticos califican como pre-militar (es decir, que sin hablar de defensa contra el enemigo exterior, posibilita a cualquiera de los firmantes llamar en su ayuda al otro en caso de conflicto).
Al mismo tiempo, Marruecos se convierte en el nuevo socio militar preferente de Estados Unidos para el norte de África.
En la inteligencia militar española hablan ya de la "teoría del salami": puede empezarse con el islote del Perejil o con las Chafarinas. Luego se puede llegar a Ceuta y Melilla, dos ciudades no protegidas por la OTAN, y, si se pusiera a tiro, Canarias. En Defensa se preguntan:
¿Qué haría Zapatero, si Marruecos invade Ceuta y Mellilla? Militarmente, queremos decir, porque socialmente hace tiempo que ha invadido las dos plazas españolas de África.
La ignorancia de Rodríguez Zapatero empieza a preocupar en la inteligencia militar española. En pocos días han sucedido dos cosas. Mientras el cabeza de lista del PSOE al Europarlamento, José Borrell, canta las excelencias de la alianza española con Francia y Alemania, de quienes dice que los españoles debemos estarles muy agradecidos, Francia ha firmado un acuerdo estratégico con Marruecos, uno de esos acuerdos que los diplomáticos califican como pre-militar (es decir, que sin hablar de defensa contra el enemigo exterior, posibilita a cualquiera de los firmantes llamar en su ayuda al otro en caso de conflicto).
Al mismo tiempo, Marruecos se convierte en el nuevo socio militar preferente de Estados Unidos para el norte de África.
En la inteligencia militar española hablan ya de la "teoría del salami": puede empezarse con el islote del Perejil o con las Chafarinas. Luego se puede llegar a Ceuta y Melilla, dos ciudades no protegidas por la OTAN, y, si se pusiera a tiro, Canarias. En Defensa se preguntan:
¿Qué haría Zapatero, si Marruecos invade Ceuta y Mellilla? Militarmente, queremos decir, porque socialmente hace tiempo que ha invadido las dos plazas españolas de África.
13 comentarios
Rosa -
Me dan miedo los que amenazan la libertad de expresión de alguien. Eso he visto que ha hecho algún ministro y ministra del cupo de paridad de ZP. El entorno de ZP, incluído sus "manos largas" del homosexualismo como Pedro Zerolo (PZ) y otros, son amenazas a la libertad de expresión. Los ZP y PZ parece que tienen miedo a que se debata, se piense diferente a sus consignas homosexualistas. ¿Por qué la prensa no lo denuncia?
Ahora quieren impedir que hablen los obispos porque les molestan. La Iglesia no es nada homófoba, pues acoge a los homosexuales como a cualquier otro fiel. Su doctrina es como las lentejas: la tomas o la dejas. Otra cosa es que los homosexuales que se sitúan fuera de la Iglesia y a la que además quiere imponer un cambio de sus milenarias doctrinas.
Rosa -
Ahora el homosexualismo radical se ha inventado para demonizar al discrepante a su ideología el término "homófono" como ya hicieran los estalinistas y demás comunistas con el término "fascista". Así una organización homosexual extremista ha denunciado a un obispo por "homófobo". La Iglesia recomienda para los homosexuales y solteros la abstinencia sexual, pues para la doctrina católica las relaciones sexuales solo son válidas dentro del matrimonio y estar abiertas a la vida.
Si todos los que presumen de ser pecadores empiezan a denunciar a la Iglesia para imponerle un cambio de moral y de doctrina arreglados estamos. Los que incurren en adulterio acusarán a la Iglesia de "adulterofobo" por ser sentirse agredidos. Los ladrones por "ladrón-fobo". Los violadores por "violador-fobo". Y así surgen muchos más términos anteponiendo a la palabra "fobo" o "fobia" para designar enfermedades.
Rosa -
Señor director:
Me dan miedo los que amenazan la libertad de expresión de alguien. Eso he visto que ha hecho algún ministro y ministra del cupo de paridad de ZP. El entorno de ZP, incluído sus "manos largas" del homosexualismo como Pedro Zerolo (PZ) y otros, son amenazas a la libertad de expresión. Los ZP y PZ parece que tienen miedo a que se debata, se piense diferente a sus consignas homosexualistas. ¿Por qué la prensa no lo denuncia?
Ahora quieren impedir que hablen los obispos porque les molestan. La Iglesia no es nada homófoba, pues acoge a los homosexuales como a cualquier otro fiel. Su doctrina es como las lentejas: la tomas o la dejas. Otra cosa es que los homosexuales que se sitúan fuera de la Iglesia y a la que además quiere imponer un cambio de sus milenarias doctrinas
Jose Maria -
Jose Maria -
La invocación de la ILE tiene además otro significado. Indica la voluntad de salir del terreno estrictamente político para intervenir en el de las costumbres. ZP, como los hombres de la Institución, quiere hacernos mejores. Acoplada con la herencia antidemocrática del abuelo Pablo Iglesias, esa voluntad parece peligrosa, porque recuerda sin remedio a los proyectos totalitarios. Pero lo es sobre todo porque sitúa el debate en un terreno en el que el PP se mueve mal, el terreno de los estilos de vida, de las identidades personales, de la realización de proyectos individuales. En algún momento el centro derecha español deberá empezarse a plantear si entra en este debate, cuáles son los argumentos que tiene que los podría tener si quisiera- y si no lo hace, por qué.
Jose Maria -
Las referencias culturales de Rodríguez Zapatero en su discurso de clausura del 36 Congreso del PSOE son las siguientes: en cuanto a la historia; a los españoles que participaron en el desembarco de Normandía y a Pablo Iglesias, en lo ideológico; a la Institución Libre de Enseñanza.
En cuanto a lo del desembarco de Normandía, Zapatero contesta directamente a Aznar, que dijo hace poco que a él le gustaría haber visto a España participar en esa conmemoración. A Zapatero le resulta difícil aceptar esta observación. Primero, porque niega la legitimidad histórica que siempre se atribuye el socialismo español: los progresistas siguen sin reconocer, y al parecer no lo reconocerán nunca, que la democracia en España no ha sido un monopolio progresista, más bien al revés. Segundo, porque lanza una advertencia para el futuro. Cuando dentro de unas décadas se escriba la guerra contra el terrorismo, ya sabemos dónde no estaremos los españoles, y dónde estarán algunos de nuestros compatriotas: entre los amigos y compañeros de viaje de quienes quisieron destruir la democracia.
Lo de Pablo Iglesias es a estas alturas casi una broma. Sólo la bestial inquisición progresista que tiene secuestrada la vida universitaria y cultural española explica que alguien siga revindicando la figura del abuelo, un sectario que hizo todo lo posible por impedir la integración de los trabajadores españoles en un sistema liberal y democrático.
Madrid -
Es curioso que en los tiempos que vivimos, controlados ideológicamente por el neoliberalismo, tan enemigo de lo público y tan amante de la privacidad, apliquemos estos esquemas únicamente a la economía, mientras que nos empeñemos en colocar a otras materias como las relativas a las confesiones religiosas o a las relaciones afectivas y sexuales bajo el paraguas del Estado.
Madrid -
Madrid -
Madrid -
Rafael -
Román CENDOYA
Han estado en la cumbre como Paco Martínez Soria. La delegación se portó como las fans a la puerta de un camerino de estrella de OT. Me imagino la conversación: «Yo me pongo delante, le pongo la mano y tú sacas la foto». Mano y foto, prueba superada. Zapatero ya ha enseñado su sonrisa a otro líder mundial. Lo de la entrevista cara a cara es otra historia. Siete minutos, de los cuales tres minutos y medio se fueron en traducción consecutiva que no simultánea. Para considerar que fue un diálogo hay que suponer que hablaron los dos, es decir, que tuvieron una «larga» conversación de poco más de un minuto y medio por persona. Y, según Zapatero, les dio tiempo para «hablar algo de Iraq, algo de Afganistán y de terrorismo». Tres temas baladí que pueden despacharse a una velocidad de treinta y cinco segundos por participante y tema. Tiempo suficiente para que Zapatero notara las «malas vibraciones» que le transmitía Bush mientras Moratinos comentó que la charla había sido «distendida y cordial». La emoción les obnubila a los dos. Me creo lo de las «malas vibraciones» porque Zapatero salió corriendo como obedientemente hizo nuestro ejército de Iraq. Empiezo a creer que la política internacional de España la hacen las inocentes hijas de José Luis: «Papá, dile a Bush que no haga más guerras». Tampoco tuvo tiempo para más.
Nicolás -
Nicolás
El seleccionador tiene perfecto derecho a no dimitir de su puesto, pese a ser el responsable directo del fracaso monumental -otro- de nuestra selección nacional de fútbol. Él tiene su contrato, pero quizá el que debe dimitir es el que lo contrató. O los dos. No sé. Quizá ambos tengan derecho a seguir... como yo a no ver Crónicas Marcianas ni, por supuesto, a no ver tampoco ninguno de los partidos que en adelante juegue la selección designada por este equipo directivo.
Es de cajón. Qué quieren que les diga, no me hace ninguna ilusión. Y pienso que como yo, hay una gran mayoría de españoles. Y si en vez de un partido de fútbol fueran unas elecciones, la abstención sería tremenda. Es que no interesa. No motiva. En definitiva, no ilusiona.
Aquí todo da igual. Que cambia el signo con la manipulación soez de una tragedia, pues que bien. Que hacemos el ridículo trayendo las tropas y ahora, solos en la fría madrugada del desierto magrebí hay que replantearse enviarlas de nuevo, pues se mandan. Y el ejercito, pobre, a tragar lo que estos dirigentes de parvulario quieran caprichosamente. O simplemente por hacer lo contrario de lo que se hacía, aunque perdamos en el cambio. Que perdemos. Siempre perdemos. Y en el fútbol ni te cuento...
Menos la vergüenza yo ya lo he perdido todo. Y la ilusión ni hablar de ello.
Javier -