Cuando el proceso es la senda de la traición.
¿Queda algún pacto por incumplir, alguna palabra que quebrantar, algún consenso por romper, alguna alianza que traicionar? ¿Faltaba alguna deslealtad más? Sí. Lo supimos ayer: A la misma hora en que Zapatero proponía el Pacto el Pacto Antiterrorista, a la misma hora en los terroristas asesinaban y él condenaba los crímenes, representantes del PSOE se reunían y pactaban a escondidas con los facinerosos abertzales. Muchas veces: 25 según el diario proetarra Gara.
El doble juego y la traición parecen tan flagrantes, que hacen ineludible que el presidente del Gobierno asuma personalmente, sin testaferros ni circunloquios floridos sobre la paz, la responsabilidad de dar una explicación.
Como bien dijo ayer la vicepresidenta primera, los políticos «deben contestar todas las preguntas». Fue una lástima que no se atuviera a sus palabras y se negara por tres veces a responder a los periodistas que pedían su opinión acerca de lo publicado por «Gara».
A estas alturas ya no sirve de nada fingir firmeza, ni dedicar desplantes a las filtraciones batasunas, pues si la vicepresidenta no contestó alegando que «esa información no existe» al proceder de un partido ilegal, deberá entonces aclarar -mejor Zapatero que ella- por qué sí existía Batasuna, a pesar de ser ilegal desde 2003, para negociar un alto el fuego con ETA y, lo que es peor, el futuro político del País Vasco y, por tanto, de España.
Fue Patxi López, y no María San Gil, quien se reunió públicamente con Otegi -procesado por dirigir la organización terrorista ETA/Batasuna- y otros proetarras en un hotel de San Sebastián.
La versión que difunden ahora desde las Moncloa y propagan los periodistas afines es que esas reuniones se produjeron, aunque "a título personal de Jesús Eguiguren", que habría actuado sin representar al PSOE.
Es muy poco verosímil porque, como Gara refeja en una minuciosa cronología, las conversaciones entre Otegi y Eguiguren tenían contenido político y hablaban sobre asuntos como la creación de una mesa de partidos.
Es evidente que Eguiguren no podía hablar de estas cuestiones a título personal sino como representante del PSOE y con el consentimiento de Zapatero. Eguiguren era secretario de Relaciones Institucionales y ahora es presidente del PSE, lo que descarta que alguien pudiera pensar que no mantenía esos contactos en nombre del partido.
Si Zapatero quiere dejar patente que él no estaba informado y que esas reuniones eran una iniciativa de Eguiguren, como también sostiene su entorno, lo tiene muy fácil: basta que le pida hoy públicamente la dimisión de todos sus cargos.
No lo va a hacer, porque todo indica que el presidente tenía conocimiento de esos contactos y los utilizaba para su estrategia política. Es de puro sentido común.
Se confirman los peores temores sobre la implicación del PSOE en una negociación con ETA a través de Batasuna, en la que los socialistas aceptaron el carácter «político» del «conflicto» y la necesidad de un acuerdo para superarlo. Es decir, ETA se habría legitimado históricamente ante los socialistas.
Tales contactos fueron posibles únicamente gracias a un ejercicio insospechado de doble moral por parte de Zapatero y de la cúpula del socialismo vasco, pues al mismo tiempo que celebraban esas reuniones clandestinas, firmaban un Pacto Antiterrorista que apostaba por negar toda naturaleza política a ETA y por su derrota incondicional.
La falta de escrúpulos que requiere el mantenimiento de esta deslealtad con el Estado y con la sociedad es un drama para la democracia española, porque significa que el que era el principal partido de la oposición jugaba a dos bandas y, al tiempo que recibía información privilegiada de la lucha contra ETA en la mesa del Pacto Antiterrorista, trazaba con Batasuna la ruptura del orden estatutario y constitucional mientras ETA ponía muertos sobre la mesa.
Según «Gara», en 2002, el año en que ETA mató entre otros a Silvia Martínez, de seis años, en Santa Pola, y al edil socialista, Juan Priede, en Orio; el año en que el Congreso, con el voto del PSOE, decidía que se ilegalizara el entramado batasuno, en ese año, dirigentes del PSE pactaban con Batasuna que en el País Vasco lo que realmente entorpecía la convivencia era un problema político de reconocimiento de los derechos del pueblo vasco. Estaban negociando lo mismo que ETA había convenido con el PNV en el acuerdo de Estella.
El Pacto Antiterrorista no prohibía expresamente reunirse con Batasuna, pero indicaba en su prólogo que los firmantes no podían tener contactos políticos con el PNV hasta rompiera el Pacto de Lizarra, entonces vigente.
Es evidente que el PP no podía ni siquiera imaginarse que el PSOE, que se obligaba en el punto noveno del Pacto a «intercambiar información» y a mantener «posiciones conjuntas», iba a reunirse en secreto con el brazo político de ETA. Y menos después de su ilegalización.
Los hechos evidencian que el PSOE vulneró el espíritu y la letra del Pacto Antiterrorista y que ha cometido una gran deslealtad con el PP, al que apoyaba públicamente en su política de firmeza frente a ETA mientras negociaba entre bastidores con Batasuna.
Un doble juego que dice muy poco del sentido de la ética y de la coherencia del partido de Zapatero.
19 comentarios
leticia -
Se las da de progresista, pero solo mira hacia un pasado cuya memoria histórica quiere reivindicar, volviendo al enfrentamiento, que ya parecía superado, entre las dos Españas. Prometió diálogo, pero es incapaz de consensuar las principales políticas de Estado con un partido que representa a diez millones de españoles. Presume de demócrata, pero se abstiene de condenar ni decir nada de los atropellos a las libertades de dos dictadores como Castro y Chávez de quienes es muy amigo.
Y este es el político al que la encuesta del CIS otorga la mayor valoración. Sólo lo entiendo admitiendo que sea un producto mediático que ha logrado subir a base de pesar poco.
gupote -
No me imagino al Sr. Bush pactando con Al qaeda para alcanzar la paz en occidente. Esto solo sería posible si los señores. George Bush y Bin Laden se pasasen las cartas por debajo de la mesa.
julio D. G. -
I. D. -
Es cierto que tras la masacre del 11-M y la gigantesca orgía de confusión, odio y manipulación organizada por el PSOE y sus tentáculos se sembró una marea de ansiedad por el cambio que concluyó con un éxito sin paliativos de los terroristas. Y con ellos, el de José Luis Rodríguez Zapatero. Una conjunción de intereses única en la historia de las democracias que consiguió echar a los conservadores de una victoria segura.
Para todos aquellos para los que ZP fue una suerte de esperanza en el cambio, hoy, tres años después, ya saben en qué consistió su opción. Nada de lo que hizo desde su primer día de mandato lo llevaba en su programa electoral. Por incumplir, incumplió hasta su promesa de esperar una resolución de Naciones Unidas para sacar a los soldados de Irak. Una alternativa, la de Zetapé, convertida en tres años de tramposa y mentirosa realidad cotidiana.
Y es que desde la llegada de Rodríguez Zapatero a la Secretaría General del PSOE, su partido habló con los terroristas en secreto y a espaldas de todos, incluidos los dos muertos socialistas. Los etarras han anunciado un serial de datos. La primera entrega, publicada con pelos y señales en su diario de cabecera, no deja lugar para la duda: mientras los terroristas asesinaban, Zapatero asumía el "conflicto político" con los pistoleros y sacaba el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo con el PP.
Veintisiete muertos hemos sufrido desde entonces y aún habrá más. A contrarreloj mendiga el presidente, tras la felicidad anunciada y contestada con la T-4, que no pongan bombas a cambio de que De Juana incumpla la condena del Tribunal Supremo, el fiscal no acuse a los terroristas y que estos se instalen cómodamente en las instituciones. Pero Zapatero, afortunadamente, poco más puede hacer. No podrá entregar Navarra, es decir, el "compromiso adquirido" número cuatro, si los navarros no le votan.
De cada uno de nosotros depende el futuro de cada rincón de España. La victoria del cordón sanitario y de la persecución y el acoso a la mitad de los españoles o el regreso a la tolerancia, a la democracia y al acorralamiento político y judicial a los etarras. A la ETA le interesa que gane Zetapé. Cada voto al Partido Popular nos hará más libres. No es tiempo de silencios ni de mirar para otro lado. Es tiempo de votar. Zapatero y ETA están en nuestras manos.
daniel j. -
Por ello, la sociedad se encuentra ante una "oportunidad histórica" para "emitir una opinión" sobre la negociación del Gobierno con ETA y "parte de la izquierda, los centristas, el centro-derecha y todos los que estén en desacuerdo" pueden "hacer historia en la buena dirección".
Los socialistas solo buscan el poder.¿para que?
martorell -
feyu -
Joaquin Gonzalez S. -
En relación con los tratos con ETA, la cosa es ya insostenible. Al principio los negaron, y acusaron a los demás de mentir, calumniar y no aceptar los resultados del 14-M. Después, con la tregua de ETA, les dio exactamente igual, y borrachos de paz ni siquiera se vieron en la obligación de justificar sus mentiras. Después ETA volvió a matar, y volvieron a decir que ellos con ETA nada de nada, que era una campaña maliciosa del PP. Hoy ETA está marcando la política antiterrorista del Gobierno con declaraciones, filtraciones y entrevistas que, ante un Gobierno paralizado, reabre la cuestión de sus mentiras.
Cuando los diálogos entre el PSOE y ETA iban ya avanzados, Zapatero, De la Vega, López Aguilar o Rubalcaba negaron las noticias y acusaron a los demás de mentir. Hoy ya ni siquiera los medios más afines niegan que el Gobierno ocultara y mintiera sobre sus tratos con ETA. Al final, las mentiras han conseguido una unanimidad entre unos y otros que eleva el problema más allá de la política antiterrorista a un problema nacional; ¿es posible elevar la mentira a categoría institucional?
¿Es posible la normalidad política y social en un país cuando el presidente del Gobierno y varios de sus ministros han sido pillados mintiendo repetidamente sobre sus reuniones secretas con ETA? Una confianza mínima en las instituciones es imprescindible para el funcionamiento social, económico o diplomático de un país; ¿dónde queda la confianza cuando el Gobierno negocia con los asesinos de casi mil españoles y miente al respecto? En este punto, o la nación pasa por alto el hecho de que el Gobierno lleva años mintiéndole acerca de ETA o exige las responsabilidades pertinentes a sus gobernantes.
¿Alguien se imagina un escándalo semejante en Estados Unidos, Gran Bretaña o Francia? Que nadie dude que, en cualquiera de estos países, el presidente del Gobierno se hubiera visto obligado a dimitir, y quien sabe si a responder ante la justicia. España se encuentra hoy en el punto de no retorno entre afrontar el hecho descarnado de que su Gobierno miente respecto a su relación con ETA u olvidarse del asunto y aceptar la mentira de sus gobernantes como algo aceptable. Entre dotarse a sí misma del orgullo constitucional de las naciones que nos rodean o aceptar la disolución moral y política de un régimen cuya defensa le ha costado casi mil muertos.
Zapatero no sólo ha acabado con la política antiterrorista del Estado, oxigenado a la banda y condenado a los concejales constitucionalistas vascos para los próximos cuatro años. Además, todo lo ha hecho mintiendo. Los efectos de su peculiar relación con ETA están ya traspasando los límites de la seguridad, y afectando gravemente a la estabilidad institucional y la confianza de sus ciudadanos en unos gobernantes que, simplemente, les mienten acerca de su relación con los asesinos de mil compatriotas. Tras las mentiras, parece la hora de las dimisiones, es decir, de la democracia.
pedro o. -
marteso -
PP en la consensuada lucha antiterrorista
suponemos que sería porque
lo hacía bien, no parece que el
PSOE apoyara algo del PP mal gestionado.
Si Zapatero se indigna porque el
PP está en contra de su partidista
política antiterrorista será porque lo
hace mal según el PP. Si ZP quiere
el apoyo del PP, lo mejor es que no
utilice la lucha antiterrorista para
ganar votos, sino para acabar con el
terrorismo, entonces le apoyarán.
E. D. -
Esta situación inmoral en la que se trata con mimo a los verdugos y se veja a las víctimas es la consecuencia de la apuesta personal de Zapatero por negociar con ETA. Esto es lo que va a dirimir en las urnas el 27 de mayo. No sólo esto, pero también esto y de manera destacada. Y el corolario lógico es que quien vote al PSOE asume esa degradación política como propia.
Nada más dañó a la República de Weimar y benefició el ascenso del nazismo que la debilidad del Estado de Derecho y la parcialidad de los jueces. El matonerismo nazi gozó de impunidad. Se practicaron muy pocas detenciones y las condenas siempre fueron benignas. Peor que la miopía de Chamberlain fue la previa- de los partidos conservadores como el Zentrum alemán, que se creyeron capaces de domesticar a la bestia, pactaron con ella y terminaron siendo engullidos.
Es lo que estamos viendo ante nuestros ojos cada día cuando los etarras boicotean actos electorales, cuando los matones agreden a heroicas concejalas del Partido Popular, sin que se produzcan ni tan siquiera detenciones, ni se exijan responsabilidades de ningún tipo.
Vivimos bajo el reino de la mentira y algunas son tan groseras como la consigna repetida por este presidente ultramentiroso de que "hemos conseguido que Batasuna no esté en las elecciones". Esta negación de la evidencia es un insulto a la inteligencia de los votantes socialistas, a los que se sitúa como gente preilustrada, capaz de comulgar con cualquier rueda de molino.
Asistimos a una de las situaciones más peligrosas para una sociedad política: a la deslegitimación de las instituciones perpetrada desde el propio Gobierno. Los ciudadanos nos vemos indefensos ante el hecho de que quienes han de velar por el cumplimiento de la Ley son los que la sortean y practican sin rubor el más estricto fraude moral. De todo ello tendrán que rendir cuentas en el futuro. Ahora lo que toca es el voto de castigo, entender las elecciones del 27 de mayo como lo que son: unas primarias.
ciudadano -
1. La responsabilidad criminal del Presidente y los demás miembros del Gobierno será exigible, en su caso, ante la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo.
2. Si la acusación fuere por traición o por cualquier delito contra la seguridad del Estado en el ejercicio de sus funciones, sólo podrá ser planteada por iniciativa de la cuarta parte de los miembros del Congreso, y con la aprobación de la mayoría absoluta del mismo.
3. La prerrogativa real de gracia no será aplicable a ninguno de los supuestos del presente artículo.
paret -
¿Encajará el 11M en algún sitio?
lopez -
Si tras ver todo lo que está pasando alguien sigue votando a esta panda, o es memo o es un miserable.
Manuel Ferrandez -
El Estado aparece debilitado ante una ETA fortalecida, que resucita en las urnas y en la calle. Una banda a la que el Gobierno socialista ha convertido en un interlocutor válido. Y así tenemos a ETA-Batasuna convocando ruedas de prensa, entrevistas, concentraciones, conquistando espacios televisivos que un grupo de asesinos no deberian obtener.
Fernando R. -
Y se miente porque los socialistas ya negociaban con los asesinos aún antes de gobernar, y no rompieron el "proceso de paz" ni siquiera después del atentado con muertos de la T-4.
Pero el principal problema no son las mentiras, sino la imagen de debilidad del Estado. Es grave porque esta situación era inimaginable en un contexto de integración completa en Europa, con una economía boyante y tras treinta años de vida democrática.
El Gobierno ha debilitado la imagen del Estado, entre otras cosas, por la actuación del Fiscal en el caso Otegi y la permisividad hacia ANV, sobre todo después del envite descarado de Pernando Barrena a Conde Pumpido. ¿Y qué decir d...
sancho -
El partido socialista que llevaba casi cuatro años gobernando, y en la sede del PSC, partido que tenía varios ministros en el gobierno, se aplaudió el asesinato de Sáenz de Ynestrillas por parte de la ETA.
Y así se han comportado cada vez.
narceo -
NO, que interés tiene le PSOE en negociar nada con una banda terrorista y mafiosa. Que "interés" puede tener un partido político en negociar y PACTAR, con una banda mafiosa. Que tipo de NEGOCIO, puede esperarse entre una banda MAFIOSA, Y UN PARTIDO POLITICO....:NADA BUENO PARA LA LIBERTAD, LOS DEMOCRATAS, Y SOBRE TODO PARA LOS QUE NO SON DEL TALANTE FASCISTA NECESARIO PARA ANDAR EN TAN BAJOS FONDOS....
carmen -
Se han planteado alguna vez que el socialismo no es ni la opción más justa ni la que persigue el interés general?
Creo que todos son tan culpables como los Pepiño o Rub- Al-Quaaba de todo lo que está sucediendo en este país ´desde hace tres años. ¿No hay ningún socialista que reaccione como el ministro socialista que le ha dicho SÏ a Sarkozy, aunque monsieur Holland le haya expulsado automáticamente del PSF?
Los socialistas de España son una panda de sectarios que sólo buscan su propio interés.