Cataluña. De necias nociones nacen naciones.
En palabras de Maragall, se acaba de establecer “por primera vez en la historia de España que Cataluña es una nación”. El preámbulo estatutario tendrá consecuencias demoledoras, pues informará y dará sentido al articulado, cuya interpretación será siempre maximalista por pura coherencia normativa. En caso de duda, la hermenéutica jurídica irá a buscar –pues esa es la razón de ser de los preámbulos– el significado profundo, la intención conjunta e integral que los legisladores quisieron darle al estatuto. Y cada uno de sus preceptos quedará supeditado a la noción de nación. Si algún organismo, cámara, tribunal o gobierno olvidara lo anterior, ya se ocuparán los nacionalistas de recordarle en voz alta las implicaciones de la inclusión semántica que el día 21 de marzo de 2006 ha penetrado en la Troya de Guerra (Alfonso) agazapada en el caballito del buen entendimiento, los derechos históricos y la España plural.
Pero España ya era plural. Y diversa, que es lo que en su confusión quieren decir. Es a partir de ahora, tras la deprimente inauguración parlamentaria de la primavera, cuando van a empezar a desaparecer en serio la pluralidad y la diversidad en una parte de España. En otra, pues al País Vasco todavía está por llegar el espíritu del 78.
Quienes atemperan la importancia del preámbulo sin ser analfabetos jurídicos, simplemente mienten. El único nacionalista interesado en que se reconozca la enormidad de lo perpetrado es Artur Mas, aunque se trate de un interés personal y electoral. Por eso Mas no engaña ni se engaña. ¿Fuerza jurídica? Por supuesto. Y mucho más que eso: fuerza política. Un estatuto es parte del bloque de constitucionalidad, por si no se habían enterado los agraces y agrarios portavoces empeñados en vendernos un prólogo.
Este estatuto acelera los acontecimientos hacia lo desconocido, es un lazarillo ciego, nos mete de cabeza en la camisa de once varas de las naciones sin estado, de los estados con naciones, de las temerarias soberanías emergentes y de las lamentables soberanías declinantes. Pone una historia tergiversada, parcial, finalista e inventada por delante de los intereses de los individuos, de los derechos y libertades de ciudadanos hasta ahora iguales ante la ley.
En el desarrollo y aplicación de los artículos del estatuto, en el insensato calco que ya preparan en sus comunidades castas políticas de todos los pelajes, en el laberinto de los años que vienen, el desguace nacional conllevará el borrado de memorables experiencias, retos y logros. Y de toda expectativa de honrarnos y dignificarnos como quisieron los liberales de Cádiz. Salvo que el único partido que no se avergüenza de ser español en ningún punto de España haga lo que no va a hacer: comprometerse públicamente a volver atrás cuando gobierne. Pero nunca admitirán que a veces retroceder es ir hacia delante. Y así les va.
7 comentarios
Santiago Perez D. -
Se ha abierto la puerta a las «cláusulas secretas» del acuerdo Zapatero-Mas, que no pueden ser otras que las de llevar a Mas a la presidencia de la Generalidad a cambio de la entrada de CiU en el Gobierno de España y asegurar una mayoría estable en ambos ejecutivos. Lo malo es que si lo acordado entre Zapatero y Mas es un gobierno de coalición en Cataluña entre nacionalistas y socialistas catalanes, presidido por el partido que haya obtenido más escaños -y no como ahora, que lo preside el PSC, que obtuvo más votos aunque CiU consiguió más diputados- ZP tendrá que pulverizar a Montilla, al que se le ponen los pelos como escarpias con esa idea, empeñado como está en sostener contra viento y marea tres ideas: que el PSC no es una delegación regional del PSOE, sino un partido independiente; que él fue el artífice del pacto PSOE- ERC que llevó a Zapatero a la Moncloa; que fue el partero del tripartito y colocó a Maragall en Sant Jordi. Que ese cambio de alianzas se haga mediante una crisis del Ejecutivo catalán, con o sin moción de censura o previa convocatoria de elecciones anticipadas, es sólo un problema instrumental. Ahora el Estatut ya no interesa. Lo que importa es saber si vamos a contemplar un navajeo callejero o asistir a un civilizado baile de salón.
Antonio R. -
Son evidencias no escritas pero tan reales como el terror difuso que se extendió por Estados Unidos en los años del macartismo tan bien plasmado en la película: \"Buenas noches y buena suerte\".
Los juzgados son una de las escasas instituciones que aún no tienen como única lengua al catalán. Como en todas las ya \"normalizadas\", primero reivindican el bilingüismo en nombre de la supuesta minorización a que está sometido el catalán en esos ámbitos y, una vez conseguido, entonces exigen el monolingüismo por ser lengua normal en ellos, y propia de Cataluña. Es tan cutre la mentira para quienes no se han negado a verla...
De la endogamia que traerá semejante cacicada ni les cuento. Si la justicia, antes que ser justicia ha de ser nacional, ¡que Dios nos coja reciclados! (FIN)
Antonio R. -
Les diré cómo antes se ha hecho en la enseñanza con eficacia letal. En 1980, nada más tomar posesión como Presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, el Departament densenyament otorgó por méritos en el conocimiento de la lengua catalán seis puntos y, un año después, diez. La suma del resto de méritos, incluidos doctorados, publicaciones o especialidades, no llegaban nunca a superar esos diez puntos, con lo cual, el mérito se convertía en requisito excluyente. No duden un instante: ese criterio o sistema será el que se impondrá para excluir a todos los que no tengan el perfil lingüístico nacionalista.
Podrían opositar sin requisito o mérito lingüístico alguno aspirantes a jueces y magistrados del resto de España para evitar que Cataluña se convierta en coto privado, y una vez asentados en Cataluña darles un plazo razonable para que lo aprendiesen. Pero no lo harán, nunca, jamás; no lo duden un instante. A esta casta nacionalista no les interesa la justicia, ni la excelencia de los jueces, sólo la construcción nacional y el requisito o sello más emblemático es la lengua. (continua....
A. M. -
Si eso, si eliminar la idea de ciudadanos españoles, de ciudadanos nacionales, no es violencia, entonces no podemos hablar de política ni de nada con un poco de sentido. Todo estaría justificado. Pero como eso sería una inmoralidad, una indignidad, reitero que Carod es un individuo que basa toda su acción en una decisión violenta: matar a España. Más aún, sólo reconoce que España es una nación al margen de la nación catalana. Violencia ideológica, violencia histórica, violencia, en fin, es todo para Carod Rovira y ERC. De ahí su obsesión por ocultarla. Carod, como los peores verdugos de la historia del crimen político, está obsesionado por no dejar pistas.
Así las cosas, nadie olvide que el Estado confederal, que ayer se inició con la aprobación del preámbulo del Estatuto de Cataluña, llegó con violencia, con mucha violencia, con la peor de las violencias... con la violencia simulada. Lo grave es que, en este proceso, ERC no está aislada. Tan perversa como la violencia de ERC es la de sus aliados socialistas y convergentes. (FIN)
A. M. -
Por eso, dice Carod Rovira, el mediocre incurable, que en Cataluña no hay violencia. Falso. Su partido, él mismo y sus relaciones con ETA reflejan lo contrario. Dice Carod Rovira que no hay el mínimo atisbo de violencia en la lucha de ERC y sus aliados por separarse de España. Mentira. No pasa un día sin que sus palabras no impliquen una amenaza a los españoles. Dice Carod Rovira que quiere romper España sin violencia. Imposible. Sí, su partido político, ERC, es incomprensible sin la violencia. Violencia física y verbal, violencia amenazadora y real, violencia, sí, en todas sus maneras es lo que define a los dirigentes de este partido. (continua....
J. G. D. -
Y es que construir nacioncitas resulta muy, muy sencillo. Basta con establecer un sistema de precios claro, diáfano, transparente, que entienda todo el mundo. En Cataluña, se implantó uno hace veinte años. Y funciona de maravilla. Vaya si funciona; de hecho, es casi lo único que funciona aquí. En estos cuatro lustros, hasta el último gato del Oasis ha comprendido sus dos indicadores básicos: a cuánto se vende el kilo de perdiz japonesa en el mercado de las conciencias, y cuál es la tarifa a pagar para los locos que repudien tan rico manjar. Moldear a placer naciones de juguete, es tan fácil como eso. En realidad, sólo existiría algo más sencillo aún que construir nacioncitas: deshacerlas. Y ya iría siendo hora de explicárselo a los nacionalistas. De hacer pedagogía para que aprendan cómo operan los grandes sistema de precios al por mayor. De ayudarles a descubrir, también a ellos, cómo se vive fuera del mundo del gratis total. (FIN)
J. G. D. -
Por lo demás, permanezcan atentos a la pantalla. Pues si en el Desastre del 98 el honrado pueblo se fue directo a los toros a celebrarlo, en éste, Antena 3 ofrece una gran exclusiva mundial al distinguido público: el difunto bailarín Antonio parece que \"entendía\", según han descubierto sus sagaces reporteros. Relájense pues y apréstense a disfrutar del espectáculo. Que lo que hayan de saber del otro asunto, ya se lo explicará Pepiño Blanco llegado el momento procesal oportuno. (continua....