Blogia
ametralladora

HOMBRE Y MUJER LOS CREÓ.

HOMBRE Y MUJER LOS CREÓ. 1. HOMBRE Y MUJER

«Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó» (Gn 1,27).

Estas palabras del Génesis, sobre las que queremos reflexionar en la Jornada de la Familia y la Vida, recogen dos verdades fundamentales sobre la persona humana: es creada “a imagen de Dios”; es creada como “hombre y mujer”. Dios crea al hombre y a la mujer iguales en su humanidad, con idéntica dignidad personal, y al mismo tiempo en esencial y profunda relación de hombre y mujer.

La diferencia sexual

Dios no crea al ser humano para que viva solo. Por eso es hombre y mujer, para poder formar una familia como comunión de amor. En este plan de Dios la diferencia sexual es un elemento constitutivo del ser del hombre y de la mujer. La diferencia sexual, que no implica desigualdad, está profundamente inscrita en el ser de cada uno.

Cada uno de nosotros, hasta lo más profundo del corazón, es hombre o es mujer. «La sexualidad caracteriza al hombre y a la mujer no sólo en el plano físico, sino también en el psicológico y espiritual (…) es un elemento básico de la personalidad; un modo propio de ser, de manifestarse, de comunicarse con los otros, de sentir, expresar y vivir el amor humano»[1] .

Cuando la sexualidad se reduce a mero dato biológico, se corre el riesgo de “cosificarla” y “des-personalizarla”, convirtiéndola en un mero añadido exterior. A partir de ese supuesto equivocado, se habla entonces de “orientación sexual”, que cada uno podría determinar libremente. Una concepción de la persona humana que tenga en cuenta su verdad y todas las dimensiones de su ser, pone de manifiesto que no se puede elegir ser hombre o mujer, sino que la diferencia sexual nos es dada en nuestra naturaleza personal con todas sus consecuencias.

La diferencia sexual tiene también un profundo significado para la persona como imagen de Dios. En efecto, «a través de la comunión de las personas, el hombre llega a ser imagen de Dios»[2] . Lo hace en la comunión del hombre y la mujer, que implica en ambos toda la persona, alma y cuerpo. En el matrimonio, la comunión de los esposos tiene una cierta semejanza con la comunión de amor de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.

El gozo de Adán

El hombre y la mujer, en todo su ser corpóreo-espiritual, experimentan la llamada al amor y la comunión. Por eso en el paraíso, antes de la creación de Eva, Adán se siente solo. Dios, que conoce el corazón del hombre se da cuenta de su soledad, y dice: «no es bueno que el hombre esté solo» (Gn 2,18). Entonces Dios hizo caer un profundo sueño sobre Adán. Y el Señor formó a Eva y se la presentó a Adán, que exclamó: «Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Será llamada mujer, porque del varón ha sido tomada» (Gn 2,23).

Este hermoso texto, que contiene verdades fundamentales acerca del ser humano en un lenguaje simbólico, expresa el enorme gozo de Adán cuando Dios le presenta a Eva. No es el hombre quien se fabrica la mujer. Eva es modelada por Dios como “ayuda semejante” para el hombre, un “otro yo” igual en la humanidad. Así se nos insinúa que la mujer nace más del corazón de Dios que de la “costilla” de Adán. La gozosa exclamación de Adán se convierte de este modo en el eco humano de aquel «Y vio Dios que era muy bueno» (Gn 1,31).

La bendición de la procreación

La misma exclamación gozosa resuena constantemente cuando un hombre y una mujer descubren la belleza de la llamada al amor conyugal y a formar juntos una familia. Por eso a este gozo va unida también aquella bendición de Dios al crearlos hombre y mujer: «Y Dios los bendijo diciendo: creced y multiplicaos. Llenadla tierra y sometedla» (Gn 1,28).

El gozo que experimentan se multiplica cuando como esposos y padres pueden abrazar a su hijo. En la paternidad y en la maternidad los esposos encuentran una más plena realización de su ser personal como hombre y mujer.

La convocatoria a la existencia de un nuevo ser humano sólo se hace de modo digno dentro del matrimonio y como expresión del amor conyugal. Es algo que no se puede olvidar sin grave daño para la persona, para la familia y para la misma sociedad, pues lo contrario supone relativizar el inestimable servicio que el matrimonio presta a la sociedad al engendrar y educar a los hijos.

2. LA VERDAD DEL MATRIMONIO: HOMBRE Y MUJER

Desde el principio la bendición de la procreación está unida a la unión sexual del hombre y la mujer. «La descripción “bíblica” habla, por consiguiente, de la institución del matrimonio por parte de Dios en el contexto de la creación del hombre y de la mujer, como condición indispensable para la transmisión de la vida a las nuevas generaciones de los hombres, a la que el matrimonio y el amor conyugal están ordenados»[3] .

La vocación al amor se basa en la diferencia sexual

El relato de la creación nos confirma una verdad evidente: toda persona es hombre o es mujer. Y esta diferencia y reciprocidad –que no es sólo biológica, sino también afectiva y psicológica– alcanza a lo más profundo del corazón y al mismo modo de vivir y expresar el amor.

El matrimonio se basa en la diferencia sexual, que es condición esencial para expresar con verdad la comunión conyugal. Por eso «el matrimonio es una institución esencialmente heterosexual, es decir que no puede ser contraído más que por personas de diverso sexo: una mujer y un varón»[4] . El matrimonio es siempre y sólo la unión conyugal de un hombre y una mujer.

Para los bautizados el matrimonio es además un sacramento, un signo que hace presente entre los hombres el misterio de la nueva y eterna Alianza de amor que une a Cristo con la Iglesia.

Esposo y esposa. Padre y madre

La riqueza que la diferencia sexual aporta al matrimonio se manifiesta también en la contribución propia de la paternidad y la maternidad. Dios, que crea al hombre y a la mujer, los crea también para que sean primero hijo e hija, y después, a través del amor esponsal, padre y madre.

En el desarrollo personal y afectivo, la relación del hijo o de la hija con el padre y con la madre supone una riqueza propia, que el padre y la madre aportan de modo diferenciado y específico. A través de la figura del padre y de la madre, el niño y la niña configuran su identidad personal y su identidad sexual como hombre o mujer.

En estos días en que contemplamos el misterio de Belén, podemos comprender por qué el mismo Dios quiso tener una familia, un padre y una madre. Si el Verbo encarnado no quiso prescindir de una madre para ser verdaderamente hombre, tampoco quiso prescindir de la referencia de un padre, San José. Así, Dios mismo se sometió a esta ley de la naturaleza humana (cf. Fil. 2,6): «la figura del padre y de la madre es fundamental para la neta identificación sexual de la persona»[5] .

3. HOMBRE Y MUJER EN LA SOCIEDAD

Si la familia es la célula sobre la que se construye y fundamenta la sociedad, las relaciones familiares tienen un reflejo en la misma. Si el matrimonio y la familia se ven enriquecidos por la complementariedad de hombre y mujer, también la sociedad se beneficia con la aportación específica del hombre y de la mujer.

«En tal perspectiva se entiende el papel insustituible de la mujer en los diversos aspectos de la vida familiar y social que implican las relaciones humanas y el cuidado del otro»[6] . Por eso es tan importante que las mujeres estén activamente presentes en la sociedad y singularmente en la familia. En ella los ciudadanos aprenden a vivir en sociedad.

Efectivamente, los hijos «aprenden a amar en cuanto son amados gratuitamente, aprenden el respeto a las otras personas en cuanto son respetados, aprenden a conocer el rostro de Dios en cuanto reciben su primera revelación de un padre y una madre llenos de atenciones. Cuando faltan estas experiencias fundamentales, es el conjunto de la sociedad el que sufre violencia y se vuelve, a su vez, generador de múltiples violencias»[7] .

4. ALGUNOS INTERROGANTES ACTUALES

Antes de concluir queremos clarificar algunas cuestiones referidas a la naturaleza de la reciprocidad sexual entre hombre y mujer, que hoy, desde diversas instancias, son negadas o puestas en entredicho. Con ello queremos recordar la verdad de la diferencia sexual, inscrita en la misma naturaleza del hombre y la mujer e iluminada por la revelación que nos enseña: «Creó, pues,Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó» (Gn 1,27).

Actitud de la Iglesia ante las personas con inclinación homosexual

Muchas personas se preguntan cuál es la actitud de la Iglesia ante las personas con inclinación homosexual. «Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza»[8] . «Con independencia de la orientación sexual e incluso del comportamiento sexual de cada uno, toda persona tiene la misma identidad fundamental: el ser creatura y, por gracia, hijo de Dios»[9] .

«Las personas homosexuales, en cuanto personas humanas, tienen los mismos derechos que las demás personas (…) Estos derechos son suyos en cuanto personas, no en virtud de su orientación sexual»[10] . «La inclinación homosexual, aunque no sea en sí misma pecaminosa, debe ser considerada como objetivamente desordenada, ya que es una tendencia, más o menos fuerte, hacia un comportamiento intrínsecamente malo desde el punto de vista moral. Es el comportamiento homosexual el que es siempre de por sí éticamente reprobable, aunque habrá que juzgar con prudencia su culpabilidad»[11] .

¿Puede considerarse equiparable una “pareja homosexual” a un matrimonio?

«El amor que puede darse entre personas homosexuales no debe ser confundido con el genuino amor conyugal, sencillamente porque no pertenece a esta especie singular de amor»[12] .

El matrimonio, como ya hemos indicado antes[13] , es una institución esencialmente heterosexual, es decir que «no puede ser contraído más que por personas de diverso sexo: una mujer y un varón. A dos personas del mismo sexo no les asiste ningún derecho a contraer matrimonio entre ellas. El Estado, por su parte, no puede reconocer este derecho inexistente, a no ser actuando de un modo arbitrario»[14] .

En consecuencia, «ante el reconocimiento legal de las uniones homosexuales, o la equiparación legal de éstas al matrimonio con acceso a los derechos propios del mismo, es necesario oponerse en forma clara e incisiva»[15] .

¿Hay alguna dificultad para que una “pareja homosexual” pueda adoptar?

«La adopción ha de mirar siempre al bien de los niños, no a supuestos derechos de quienes los desean adoptar. Dos personas del mismo sexo, que pretenden suplantar a un matrimonio, no constituyen un referente adecuado para la adopción. La figura del padre y de la madre es fundamental para la neta identificación sexual de la persona»[16] .

No queremos negar que una pareja de homosexuales pueda dar cariño y bienestar material a un niño. Pero recordamos que en esta situación se priva al niño de la relación con un padre y una madre, que son las relaciones identificatorias fundamentales de la persona. Por esta razón la adopción por una pareja de personas del mismo sexo es rechazable.

CONCLUSIÓN

Jesucristo, nacido en Belén como “Luz del mundo”, ilumina toda la vida humana, y permite vivirla con el gozo de caminar en la verdad, en la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Ilumina también la verdad del amor del hombre y la mujer, la verdad del matrimonio y la familia. Frente a supuestos “modelos” de familia alternativos que hoy se proponen, invitamos a todas las familias cristianas a ser signo luminoso del Evangelio del Matrimonio y la Familia, a vivir con gozo su condición de hombre y mujer, esposo y esposa, padre y madre. A ser, a ejemplo de la Sagrada Familia, hombres y mujeres nuevos, creadores de una nueva cultura familiar: la cultura del amor y de la vida, centrada en Cristo, sostenida por la comunión de la Iglesia y abierta al horizonte de la misión en el mundo.

En estos días navideños os bendecimos con afecto a todos: a las familias, cristianas y no cristianas, que lucháis por vuestro amor y vuestra unidad en un mundo que no facilita su permanencia. Bendecimos en especial a los enfermos, los niños y los ancianos. Y pedimos al Señor que la luz de la Navidad pueda conceder a todos la plenitud del gozo y de la paz.

44 comentarios

Garcia M. P. -

«Cuando hacemos estas advertencias desde la Iglesia no es por falta de afecto o de respeto hacia los homosexuales, sino para evitar la extensión de esta alteración que ocasiona muchos sufrimientos, para defender a nuestros jóvenes de experiencias equivocadas que pueden acarrearles muchas dificultades, y para decirles a los homosexuales que, si quieren, con ayudas bien dirigidas, pueden cambiar su situación», explica monseñor Sebastián en su carta. «Ya era antes, pero la recta educación sexual de los niños, adolescentes y jóvenes comienza a ser una obligación urgente y grave de los padres cristianos, de los educadores y profesores, con el fin de ofrecerles a tiempo una formación clara, conforme con la naturaleza y la sabiduría de Dios. Y nos queda la obligación de hacer lo posible para eliminar esta ley arbitraria e injusta. Los años de los hombres son ante Dios como un día», concluye el arzobispo de Pamplona.

Mar Velasco -

Contra el bien común. «Una persona dotada biológicamente de sexualidad masculina o femenina, y con sentimientos, sensibilidad y tendencias del sexo contrario, se quiera o no, es una persona mal configurada, psicológicamente mal resuelta. Por eso lo “homo” no es igual que lo “hetero”. Se diga lo que se diga», afirmó. «Hablar así hoy, no es culturalmente ni políticamente correcto. Puede incluso acarrear represalias violentas. No sería la primera vez», añade. «La sociedad española tiene que defenderse, rechazando por todos los medios legítimos que estén en su mano esta decisión del gobierno que de ninguna manera puede entenderse ni justificarse como un acto de servicio al bien común», concluye.

Mar Velasco -

Problemas psicológicos. Según el prelado, «un “homo” no es igual que un “hetero”, aun teniendo la misma dignidad y los mismos derechos personales», y añade que «si esto no se dice con claridad, si nos callamos y dejamos que se vaya normalizando eso de que da lo mismo ser homo que hetero, es posible que nos encontremos dentro de poco con una verdadera epidemia de homosexualidad, fuente de problemas psicológicos y de frustraciones dolorosas», explica. Para monseñor Sebastián, esta equiparación «entre realidades diferentes» implica que» el matrimonio, entendido como unión de amor permanente entre hombre y mujer y lugar adecuado para la multiplicación de la vida, ha dejado de ser la célula básica de nuestra sociedad y nuestra convivencia».
El prelado cree que en el fondo de la cuestión «está de nuevo la visión de la persona como dueña absoluta y última de su vida, sin ninguna referencia moral trascendente. De nuevo el ateísmo como condición para alcanzar una quimérica libertad absoluta y autocreadora. Pero la realidad no es así».

Mar Velasco -

«Ya está. Nuestro Gobierno ha decidido que sea igual lo que es diferente. Da igual que se casen un hombre y una mujer, o que se casen dos hombres o dos mujeres. Todo es matrimonio, y todos tienen los mismos derechos. Pues no, señor». Así de rotunda arranca la carta semanal del arzobispo de Pamplona, monseñor Fernando Sebastián, en la que retoma la polémica sobre la aprobación de la ley que regulará las uniones homosexuales. Para monseñor Sebastián los cristianos tienen «la obligación de hacer lo posible para eliminar esta ley arbitraria e injusta»: «No se puede entender cómo nuestros gobernantes se han empeñado en una cosa tan absurda», prosigue la carta, «todo el mundo sabe que no es igual, que no son iguales los sentimientos, ni las relaciones, ni las consecuencias. Con este paso no se corrige ninguna discriminación», afirma el prelado.
«Con todo, si hay personas que quieren vivir así, a lo mejor está justificado que el Estado regule algunos aspectos y algunas consecuencias de esa convivencia. Pero que no se empeñen en equipararla con el matrimonio, porque no lo es. A no ser que cambien la definición literaria, la figura jurídica y la identidad cultural del matrimonio», sostiene.

NECROPEDÓFILO -

Bodas necropedófilas YA.

¡¡¡ Sí al AMOR !!!

Igualdad ante el amor

Javier Martinez -

Un aislamiento que, curiosamente, recuerda la soledad del anterior presidente del Gobierno en su decisión de apoyar la guerra de Iraq, en contra de casi toda la comunidad internacional. La actitud de «solo ante el peligro» puede valer para el lucimiento de un Gary Cooper en las pantallas, pero en la vida real pasa factura. Una factura que podría terminar pagando no sólo el partido en el Gobierno, sino, sobre todo, la propia sociedad española.
No cabe duda de que el Gobierno, sin estar obligado a ello, actuó juiciosamente en su día al someter su anteproyecto de ley al Consejo de Estado. Ahora, resulta menos razonable ignorar el contenido del dictamen de ese órgano consultivo que tantas veces, en la historia reciente de la democracia española, ha contribuido a que los gobiernos españoles reajustaran proyectos legislativos que ofrecían anomalías o disfunciones desde un punto de vista jurídico. La ausencia de legislación sobre parejas homosexuales es una herida abierta en el derecho español. Es un problema real que merece una solución jurídica adecuada, con un estudio cuidadoso de las numerosas e importantes cuestiones implicadas. Requiere un debate sosegado, en el que la celeridad no sea un valor prioritario, y en el que los planteamientos emocionales cedan paso a una búsqueda racional de la justicia.

Javier Martinez -

Por otro lado, siendo las uniones homosexuales un modelo de convivencia que responde a una realidad social distinta del matrimonio heterosexual, se concluye que reclaman una solución jurídica también distinta, y adecuada a sus necesidades. Es más, se añade que con instrumentos jurídicos específicos, diferenciados del matrimonio –también en la terminología–, se conseguirían más eficazmente los fines que el Gobierno afirma buscar con su anteproyecto de ley. En suma, el Consejo de Estado entiende que el Gobierno pretende alcanzar objetivos «de sólida base constitucional», pero mediante un instrumento inapropiado, en el que puede percibirse el riesgo de una disminución de la «garantía institucional del matrimonio».
Naturalmente, el extenso dictamen del Consejo de Estado –casi cincuenta folios– contiene una riqueza de matices que no es posible referir aquí. Pero sus conclusiones vienen a coincidir con una gran parte de quienes han estudiado este tema con seriedad: eliminar de un plumazo la heterosexualidad como elemento esencial del matrimonio parece tan precipitado como imprudente. Precipitado, porque resulta deseable que la regulación de una materia sobre la que gravitan tantas incertidumbres «esté respaldada por un amplio consenso político y social, y por una elevada dosis de seguridad jurídica». Imprudente, porque introduciría una legislación experimental en un área enormemente delicada, como el derecho de familia, en contra de las opciones comunes en el derecho comparado.

Javier Martinez -

Sobre todo porque, como señala el dictamen, no estamos ante un simple cambio en los sujetos que pueden acceder al matrimonio. Se trata de algo mucho más profundo: una verdadera metamorfosis de la institución matrimonial en sí misma. De ahí que considere necesario preguntarse si eliminar la heterosexualidad repercutiría negativamente en la protección constitucional del derecho al matrimonio. El Consejo de Estado no termina de dar una respuesta taxativa a esta cuestión, pero su argumentación deja pocas dudas al respecto. Por un lado, se recuerda que la solución propuesta por el Gobierno español no existe en el derecho comparado. Por circunscribirnos a Europa, aquellos países que han decidido reconocer los efectos jurídicos de las uniones homosexuales lo han hecho, en su mayoría, siguiendo el modelo francés (contrato privado) o el modelo escandinavo (registro público de parejas). En ambos casos, por distintas vías, se crea un instrumento específico, distinto del matrimonio, pero que permite a las parejas de personas del mismo sexo acogerse a algunos de los más característicos beneficios jurídicos de la unión matrimonial. Incluso en los países que han abierto el matrimonio a parejas homosexuales –Holanda y Bélgica– se mantienen algunas limitaciones en materia de filiación y de adopción. También el Tribunal Europeo de Estrasburgo, habitualmente en la vanguardia interpretativa de los derechos humanos, ha mantenido una significativa línea de prudencia en materia de adopción por homosexuales (caso Fretté c. Francia, 2002).

Javier Martinez -

El primero se refiere a la compatibilidad de la proyectada reforma con la Constitución. A ese propósito, la opinión del Consejo de Estado puede resumirse en estas dos afirmaciones: 1) el art. 32 de la Constitución reconoce un derecho al matrimonio entre hombre y mujer, pero no entre personas del mismo sexo (algo que también ha afirmado el Tribunal Constitucional); 2) lo anterior no excluye que el legislador pueda extender a las parejas homosexuales algunos de los derechos y obligaciones típicos del matrimonio.
Es al segundo aspecto, sin embargo, al que el Consejo de Estado dedica, con diferencia, más atención. Me refiero a su juicio, siempre en clave estrictamente jurídica, no tanto sobre la constitucionalidad del anteproyecto, sino sobre la oportunidad del mismo, tanto desde la perspectiva del derecho constitucional al matrimonio –que implica la tutela del matrimonio como institución– como para los objetivos mismos que el Gobierno declara perseguir con esta reforma. Esos objetivos son desde luego legítimos: en síntesis, el reconocimiento legal de los diversos modelos de convivencia «more uxorio», y evitar la discriminación fundada en la orientación sexual. Es indudable la conveniencia de regular una realidad social que ha ido adquiriendo autonomía y aceptación en las sociedades contemporáneas (al menos en el mundo occidental). Lo que el Consejo de Estado pone en tela de juicio es que, para alcanzar esos fines, la solución más adecuada sea la extensión del matrimonio, y de todos sus efectos jurídicos, a las uniones entre personas del mismo sexo.

Javier Martinez -

Cuenta la mitología griega que Procustro, uno de los hijos de Poseidón, tenía por costumbre someter a un peculiar suplicio a quienes se aventuraban en su territorio. Los tumbaba en un lecho que nunca se adaptaba a la medida del forastero. Si las piernas de éste sobresalían, Procustro las amputaba. Si, por el contrario, las piernas no llegaban al final de la cama, se las alargaba a martillazos.
Da la impresión de que el actual Gobierno, con su plan para regular la situación jurídica de las parejas homosexuales, pretende, como Procustro, ampliar a martillazos el concepto jurídico de matrimonio para cumplir con un compromiso electoral (que parecía elaborado más para una campaña de elecciones legislativas que como parte de un verdadero programa de gobierno). Así parece deducirse del dictamen aprobado unánimemente por el Consejo de Estado, el pasado 16 de diciembre, sobre el anteproyecto de ley por el que se modifica el Código Civil en materia de derecho a contraer matrimonio. El merecido prestigio adquirido por ese órgano consultivo del Estado español, a lo largo de sus casi cinco siglos de historia, hace que valga la pena comentar aquí algunos aspectos de su amplio dictamen. El informe contiene dos aspectos bien diferenciados.

Juan Orellana -

Así, estuvo con Katharine Hepburn -antes de su romance con Spencer Tracy-, con Ava Gardner, Bette Davis, Lana Turner, Rita Hayworth,... y con el antes citado Cary Grant, entre otros. Es cierto que esta película no le dedica al sexo la generosidad de secuencias que Oliver Stone le dedica a Alejandro, pero en América es sobradamente conocida la vida promiscua de Howard Hughes como para que pase desapercibida su propuesta “bi”.

En fin, quizá es pronto para saber si estamos ante una nueva estrategia de creación de opinión pública, pero si este va a ser el ritmo de la “campaña” podemos augurarle otro éxito seguro. O tempora, o mores.

Juan Orellana -

En el lapso de apenas un mes tenemos tres memorables ejemplos. El primero cronológicamente es De Lovely, una película de Irwin Winkler que recrea la vida del gran músico Cole Porter, al que homenajeó José Luis Garci con su excelente You´re the one. Se trata de una película musical llena de oficio y buen cine. En ese envoltorio espectacular se desarrolla la principal trama sentimental del film -columna vertebral de cualquier musical-: Cole Porter, “felizmente” casado con Linda, mantenía permanentes relaciones homosexuales con sus amigos. Linda lo sabía y lo aceptaba, en aras de su amor “incondicional”. Ella “respetaba” la diferencia. Un modelo de pareja para los tiempos postmodernos.

El segundo caso nos viene de Alejandro Magno (Alexander), versión Oliver Stone -el amigo fiel de Fidel Castro-. Aquí también se subraya el amor platónico que nuestro héroe profesaba por el hipermaquillado Hefestión, su sirviente, a pesar de que Alejandro se casó con Roxana y mantenía apasionadas relaciones con ella. Por último, una de las películas favoritas de los Oscars, El aviador, de Martin Scorsese, nos brinda el tercer ejemplo. En este caso, el personaje histórico es Howard Hughes, magnate del cine, del petróleo y de la aviación civil. Todo un símbolo de una época y de un sueño, el americano, pero expresivo también del lado oscuro y trágico del éxito. Pues bien, este torbellino humano, que encarna Leonardo Di Caprio, tampoco era partidario de liarse con los géneros.

Juan Orellana -

AHORA LA BISEXUALIDAD.
La última batalla del lobby gay.
No hay duda. La batalla cinematográfica del lobby gay ha sido un rotundo éxito. Ha durado poco más de una década, ha sido paciente y discreta, sin prisa pero sin pausa, sin alardes ni escándalos. El resultado: un cambio social sin precedentes. Hoy nadie se sorprende al escuchar en una tertulia de amigos cinéfilos que los personajes de Juda Ben-Hur y Mesala (Ben Hur, 1959) se profesaban una mutua atracción homosexual, así como los protagonistas de La soga de Hitchcock.

Ya nadie se extraña de que en cualquier película haya un personaje gay que encarne los valores más positivos y solidarios del film. Incluso son ya muchos los que no fruncen el ceño al leer por doquier que a Cary Grant le volvían loco los hombres atractivos y apuestos. De hecho, la batalla gay comenzó precisamente sacando del armario a personajes emblemáticos del imaginario colectivo. ¡Y quién representaba mejor los valores del galán y caballero, es decir, del varón, que Cary Grant!

Pues bien, ganada esa importante batalla, ahora hay síntomas de que comienza otra que supondría un paso más hacia el caos: la reivindicación de la bisexualidad. Y la estrategia se repite, a la vista de sus espléndidos resultados anteriores. Se trata de sacar a la palestra cinematográfica, personajes de renombre histórico y mostrar a las claras su presunta bisexualidad. ¿Para qué entrar en rivalidades de género? Carne y pescado para todos.

Javier F. -

El Cardenal Rouco denuncia que se pretende designar con el nombre de matrimonio lo que por naturaleza no lo es ni puede serlo nunca

Con motivo de la solemnidad de la Sagrada Familia, el Cardenal Arzobispo de Madrid Antonio María Rouco, pronunció el domingo una homilía en la Catedral de la Almudena centrada en la familia cristiana. Al término de la misma Monseñor Rouco manifestó un fundado optimismo en que la familia cristiana «no cejará en su vocación de ser testigo del Evangelio de la Esperanza que supera el mal con el bien»; optimismo pese a los acuciantes problemas y dificultades que la familia encuentra «en Europa y en España», para poder vivir de acuerdo con el ejemplo de la Sagrada familia de Nazaret.

Durante la homilía, el Cardenal Rouco abordó algunos de los puntos mas controvertidos de la actual situación por la que atraviesa la institución matrimonial. Es necesario hacer ésta defensa del “verdadero” matrimonio, «ante la permanente tentación de su deformación en su sentido auténtico». Muy claro fue Monseñor Rouco al hablar sobre la configuración constitutiva de la familia y su razón de ser, para evitar la confusión que «pretende designar con el nombre de matrimonio lo que por naturaleza no lo es ni puede serlo nunca: la unión homosexual». Y lo que aún es peor «incluir en ella la facultad de la adopción de los hijos». Por el contrario, el Arzobispo de Madrid apostó por una familia fundada en el Evangelio, y reconoció que la Iglesia ha puesto en ella «sus esperanzas para el futuro de una renovadora evangelización de la vieja Europa y de España».

Adrian M.L. -

"risitas" sigue pagando deudas personales con tu dinero y el mio.

zerolo debe de estar encantada.

lo unico cierto es que hay que diferenciar entre mariquitas y maricones.

Lo jodido de estos es que quieren ser de todo a la vez.

Adan y Eva no Adan y esteban.

Zancudo -

"El PSOE acaba de anunciar que cambia su emblema de la rosa por uno formado por condones porque refleja con mayor precision la postura politica del partido, un condón contiene la inflacción, detiene la producción, destruye la siguiente generación, proteje unos cuantos capullos y te ofrece una sensación de seguridad mientras te joden. Pásalo"

Cesar A. R. -

Estos sociatas ya han trazado la estrategia. Se montan un proyecto de ley que el Constitucional rechazará. Ellos consiguen votos de todos los maricones de España y la cosa sigue igual, es decir en su sitio: ¡Que carajo hacen dos tíos o dos tías casados! Aquí hay que traer niños al mundo y hay que hacer todo lo posible para que las parejas los puedan tener porque si no el Tercer Mundo nos invadirá. Entonces los pervertidos estos se sacan de la manga que también quieren adoptar. ¡Pobre criaturita que caiga en sus manos! ¡Que se vuelvan al armario, adopten un perro y que hagan allí los que les de la gana!

Viriato -

Esto es alucinante. De pronto el Gobierno dice que en España hay cuatro millones de gays y lesbianas. ¿Cómo lo sabe? ¿Ha contado también a los casados con hijos que siguen dentro del armario? Se puede ser ignorante, pero no tanto. Esta ley será como la del divorcio. Sólo se casaran los que ahora ya son pareja de hecho y ni siquiera todos, porque a muchos no les hace ninguna gracia ser conocidos en su barrio o trabajo por razón de sus asuntos sexuales.
Eso sí, los que se casen tendrá derecho a pensiones de viudedad, pensiones alimenticias,... que es lo que realmente se buscaba con esta ley, ya que de otro modo, la pasta de los gays ricos (que los hay y muchos) pasaba a padres y hermanos al morir y no a la pareja que había dentro o fuera del armario. Una vez más, el dinero mueve el Código Civil. Triste, pero real.

Bengurion -

Una ley con claros visos de inconstitucionalidad ¡vaya manera de despilfarrar el dinero! Cobran por gestionar , no por hacer el paripé. ¿cuántos salarios e informes no va ha costar esta memez? Gobernar es otra cosa y como no saben se dedican a las simplezas de cara a la galería: mucho caldo para tan poca chicha.

normalidad? -

Se casaran los mariquitas con los maricones
Que gesto tan noble el de este "colectivo"ayudando a expandir el matrimonio,ha consolidar este sacramento
estoy feliz de este acontecimiento,tan esperado por la sociedad,años de intentar que los Julillas se casaran,como los papas de toda la vida
Y POR FIN,ya podemos celebrar que los maricos,vestiditos de tul,sean marido y vete tu a saber que
¿Como se presentaran en sociedad?
Te presento a mi marido
Aqui mi señor
aqui mi señora
En fin les deseo un largo matrimonio y una descendencia feliz,todos rubitos,aunque sea de bote
Que los niñitos rubios,dan mas morbo
Es la culminacion de un largo proceso,peleado con valentia,por estos discriminados,que no tenian posibilidades de matrimonio,algo tan necesario para la convivencia en pareja
Algo tan progre,como el matrimonio
La institucion recomendada por los socialiistas progres de toda condicion
Con una margarita cucamente puesta en ese adorable sitio del mariconeo
QUE ILUSION

Maria C.C. -

.«Hacemos un llamamiento a los ciudadanos para que cese cualquier tipo de discriminación, el silencio y el chiste fácil hacia el colectivo». la momia dice.....
y el colectivo de los obesos, qué?
y el de las rubias?
y el de lo tatarmudos?
etc....
RIP al sentido del humor....

Narciso L. -

El Consejo de Ministros aprobó ayer la remisión a las Cortes del proyecto de ley por el que se regulará el matrimonio entre personas del mismo sexo. El texto iguala estas uniones con los matrimonios tradicionales; desoye al Consejo de Estado, que aconsejaba un tratamiento jurídico diferente con los matrimonios de un hombre con una mujer «por los problemas que ello puede acarrear» e ignora al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que concluye un informe sobre la legalización de estas uniones, no sin antes reiterar su «malestar» ante el hecho de que el Gobierno no se lo haya pedido. El proyecto de ley, sobre el que existen serias dudas de constitucionalidad, ya que la Carta Magna especifica que el matrimonio debe ser «entre un hombre y una mujer», podría ser rechazado por el Alto Tribunal antes de que entre en vigor. Otra legítima aspiración es, como ya se apuntó desde distintos ámbitos jurídicos, que se reconociera la unión de homosexuales y sus derechos correspondientes a asuntos económicos, como herencia o pensión, pero mediante una fórmula distinta al matrimonio. Resulta curioso que, en medio del discurso político para la aprobación de los «matrimonios homosexuales», en lo que atañe a la adopción, el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales ofrezca muestras del absurdo de todo este asunto al argumentar que las parejas del mismo sexo no tendrán problemas para ejercer su derecho a la adopción en países extranjeros, cuando, como la misma secretaria de Estado de Familia, Amparo Valcarce, afirma, países como la República Popular China no permiten la adopción a parejas homosexuales.

Pilar Garcia -

No es igual todo ni vale todo igual. Tienen prisas de demostrar que al final de año son capaces de poner la guinda en el tema que, según el Gobierno actual, es prioritario en la sociedad española.
Me refiero a la aprobación del anteproyecto de ley para modificar el Código Civil en materia de matrimonio.Y la ley no mejora nada si no respeta la realidad de la persona, hombres y mujeres. Si se empeñan en legislar la equiparación de las uniones de hombre y mujer, verdadero y único matrimonio posible, con las uniones de dos personas del mismo sexo, se equivocan.
Y nos están haciendo una grave injusticia a las personas que entendemos que sólo es posible el matrimonio y la familia y los hijos entre un hombre y una mujer; no se olviden de este detalle.
También podrían indicarnos cómo uniones de amistad y parentesco habituales podrían beneficiarse de herencias, sucesiones, etcétera, porque si no están haciendo injusticia fiscal a muchos otros ciudadanos.

Brado -

Anteayer por la mañana, temprano, cuando me desplazaba a mi lugar de trabajo, escuchaba la radio. Escuchaba a una religiosa desde Tailandia que nos contaba cómo estaban ayudando todas sus hermanas, sacerdotes y voluntarios cristianos, no sólo allí, sino en todos los demás países arrasados por esta sabia, pero a la vez caprichosa naturaleza. Llegué a la cafetería de siempre a tomar café y abrí el periódico. En una de sus páginas leí que varias iglesias abrirán sus puertas y voluntarios pasarán esta Nochevieja no con sus familias sino con las personas que más lo necesitan pasando frío y no disfrutando de una cena que casi con toda seguridad, será mejor en sus casas. Ayer por la mañana no he escuchado a Zerolo ofreciéndose a ayudar ni criticando (como siempre) a la Iglesia por eso. He leído el periódico y no he visto nada que indique que Zerolo se desplazará a alguna iglesia a compartir su sopa con los más necesitados.

Albert M. -

Cualquier opinión o expresión que no es del agrado de los colectivos de gays y lesbianas –y simpatizantes– es juzgado inmediatamete de «homofobia» y condenado. No obstante, la burla y escarnio de los colectivos católicos no se considera como «cristianofobia» y condenada con la misma intensidad.
Por cierto, estos mismos –entre los cuales figura la productora «El Terrat»– no se atreven a la más mínima insinuación sobre el Islam. Durante el Ramadán no he visto ninguna broma paralela de las que vemos en Navidad y veremos en ni Semana Santa.
¡¡¡COBARDES!!!

Mario Catalán -

Que nos asesoren mujeres, no gays.

Me parece desacertada la proposición televisiva de esos cinco gays que mejoran la imagen de un varón.

Primero, porque ante todo, es la mujer o novia la que debe aconsejar según sus gustos.

Segundo, porque las propuestas de un homosexual a un heterosexual para convertirlo en metrosexual, no va más allá de un juego de palabras. Un gay aconsejará según sus tendencias sexuales, por tanto, para atraer a otro hombre.

Tercero, porque el amor femenino es espiritual. A la mujer se la conquista con palabras, el hombre es el verdadero romántico. El amor del hombre es visual. Metrosexualizar a un varón es desnaturalizar su masculinidad.

Ya se sabe que Dios los creó hombre y mujer. Cada uno con su encanto y características propias.

Garcia M. -

Lisboa. Más de 40.000 jóvenes cristianos llegados de toda Europa, según los cálculos de los organizadores, participarán a partir de hoy en el vigésimo séptimo encuentro ecuménico del movimiento Taizé. El Parque de las Naciones de la capital portuguesa albergará durante cinco días talleres de reflexión y sesiones de oración que culminarán el domingo con una misa presidida por el cardenal de Lisboa, José Policarpo. El encuentro reunirá a católicos, protestantes y ortodoxos de todo el continente para escuchar los mensajes enviados para esta ocasión por el Papa Juan Pablo II, el Patriarca ecuménico de Constantinopla Bartolomé I, el patriarca ortodoxo de Moscú Alejo II y el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams. Muchos de los jóvenes llegarán a Lisboa desde el este y del norte de Europa tras una etapa de descanso y oraciones en el sur de Francia y el norte de España, para finalizar su etapa en la capital lusa, donde serán acogidos por familias cristianas y en parroquias de toda la ciudad. El fundador de Taizé, Roger Schultz, ha mostrado en una carta, publicada para este encuentro y titulada «Un porvenir de paz», su confianza en las nuevas generaciones, no sólo por querer la paz, sino por su capacidad de prepararse para construirla en el presente. Tras el encuentro de Hamburgo, a finales de 2003, el encuentro de Lisboa será una nueva etapa de la «peregrinación de confianza a través de la tierra» que Taizé prosigue desde hace más de veintiséis años.

Hopelina -

La nota es el inicio de un campaña informativa sobre el matrimonio, la familia y la vida humana. En la presentación de esta iniciativa, el secretario de la Conferencia Episcopal, Juan Antonio Martínez Camino, mostró su confianza en que esta iniciativa no se interpretase como «una voluntad de tensionar ninguna relación».

Hopelina -

El Secretario de Movimientos Sociales y Relaciones con las ONG, Pedro Zerolo, arremetió ayer contra el documento «Hombre y mujer los creó», que la Conferencia Episcopal hizo público el pasado domingo, afirmando que «la mejor respuesta» al texto será la aprobación del matrimonio homosexual por parte del Congreso «que es donde reside la soberanía popular». El dirigente socialista y activo militante pro-gay, reconoció sin embargo que los obispos «tienen todo el derecho a manifestar sus opiniones sobre las reformas que pretende impulsar el Gobierno en cumplimiento de su programa electoral y de su compromiso electoral», aunque sostiene que la «la dirección de la Iglesia católica está equivocando su mensaje, sobre todo en las formas». Acusó además a los obispos de usar «argumentos pseudocientíficos no contrastados» al oponerse a la adopción de niños por parte de parejas homosexuales. La nota que la Conferencia Episcopal hizo pública el domingo afirma que «el matrimonio es una institución esencialmente heterosexual» y que «no puede ser contraído por personas del mismo sexo». En este sentido insiste en que «la riqueza que la diferencia sexual aporta al matrimonio se manifiesta también en la contribución propia de la paternidad y de la maternidad» y continúa diciendo que «Dios, que crea al hombre y a la mujer, los crea también para que sean primero hijo e hija y, después, a través del amor esponsal, padre y madre». Califica además de «rechazable» la adopción de niños por parte de parejas homosexuales.

Juan Bravo -

Desde luego, no es lo mismo presumir de demócratas y pasarse media vida expidiendo certificados de buen y dialogante pluralista que serlo y dar ejemplo de tal condición. No es tampoco igual exigir para sí respeto a la libertad individual y a los derechos recogidos y plasmados en cualquier Constitución digna de un Estado de Derecho que exhibir esa misma consideración hacia otros, hacia quienes no comparten las mismas formas de vida, creencias políticas o valores. Y, aunque es cierto que los colectivos de homosexuales en nuestro país se han sentido maltratados con mucha razón durante años, en los que se les perseguía y discriminaba, también lo es que algunos de estos grupos gays dan hoy un pésimo ejemplo de respeto a la libertad de opinión y de expresión de discrepantes como la Iglesia católica, a cuyos miembros se pretende criminalizar con peticiones incluso al fiscal general del Estado para que actúe penalmente contra los obispos por emitir juicios morales, estrictamente católicos, sobre la homosexualidad. Quienes fueron antes señalados y acosados se dedican ahora a perseguir a los que sencillamente disienten. Algunos cabecillas de estos movimientos tienen un escasísimo poso democrático y sus actuaciones públicas y políticas constituyen la mejor prueba de ello.

Jesus A. -

Estos días los cristianos celebramos el nacimiento del Niño Jesús. Todos, creyentes o no, vemos muy normal que Jesús naciera en el seno de una familia formada por un hombre y una mujer. ¿Por qué? Porque eso es... ¡lo más natural del mundo!

A. Sanz -

Bien que se regulen las uniones de homosexuales, que se respeten sus personas y se reconozca su dignidad. Pero no podemos llamar cava a la gaseosa, por mucho decreto que emane del Gobierno. Cada cosa por su nombre.

David G. -

Una cosa no quita la otra. La «mafia rosa» es una forma de coacción organizada que se atribuye a sí misma la posesión del dogma dictado por la zarza ardiente y, por tanto, se concede el derecho a castigar como en la hoguera al blasfemo que lo quebranta. La hoguera de los autos de fe de la «mafia rosa» es el chantaje moral de «estás con nosotros y acatas cuanto exigimos o eres un homófobo». Idéntico al del secesionismo cuando divide el mundo entre «nosotros», dueños del único patriotismo tolerable por los cánones de progresía, y todos los demás, que son «fascistas», incluyendo a Bono e incluso a Manolo el del Bombo. Esa doble coacción funciona, pues en la España actual da mucha pereza tener que bajar al bar llevando marcadas en la frente las palabras «homófobo» y «facha», que aquí ya se ha dicho que equivale a salir a la calle con la campanilla del leproso.

Manuel R. -

«Viviendo en familia Jesús ha dignificado aún más la institución familiar que existía desde el inicio del mundo», añade. Pujol destaca el «amor generoso» que emana de la Sagrada Familia, compuesta por Jesús, María y José, «arraigado en la entrega de sí». «La familia se origina en el amor entre un hombre y una mujer: un amor que exige, por su propia naturaleza, una fidelidad inviolable», indica el arzobispo de Tarragona. «El amor conyugal tiende por sí mismo a ser definitivo, no puede ser algo pasajero. Hace falta, por lo tanto, cultivarlo y hacerlo crecer, sin permitir que pueda perder nada de su vigor», añade. Según Pujol, «esto requiere abnegación, sacrificio, por parte de los dos cónyuges y también por parte de los hijos». El arzobispo destaca la «generosidad» como virtud propia de la vida familiar y, por esto, «el amor auténtico entre esposo y esposa no se queda encerrado en sí mismo, sino que siempre está abierto a la fecundidad». «Es donación del uno al otro y apertura de los dos a la voluntad de Dios», agrega.

Manuel R. -

El arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol, señala en su carta dominical, que ha coincidido con la festividad de la Sagrada Familia, el papel de la familia como «fundamento de la sociedad», el carácter «definitivo» del amor conyugal «entre un hombre y una mujer» y la apertura del matrimonio a la fecundidad. Monseñor Pujol explica que el amor conyugal puede ser «el origen de un nuevo ser humano» y que, por esto un hijo «no puede ser nunca considerado como un objeto de propiedad, no es un derecho de los padres, sino un don de Dios a la familia». El arzobispo Pujol afirma que si en el día de Navidad rebosaba la humanidad de Jesús al «hacerse verdaderamente hombre, sin dejar de ser Dios», «hoy se añade una nueva consideración a esta humanidad: el Hijo de Dios ha querido nacer y vivir en el seno de una familia». El arzobispo explica que la familia es «el ámbito propio de la generación de los hombres y, por lo tanto, fundamento de la sociedad».

Faustino A. -

Durante la eucaristía celebrada ayer en la catedral de la Almudena con motivo de la solemnidad de la Sagrada Familia, el cardenal Rouco Varela volvió a manifestarse sobre «el verdadero matrimonio, raíz primera de la familia, santuario de amor de la vida y esperanza de la sociedad»:
«Si el Hijo de Dios ha necesitado de la Sagrada Familia para encarnarse, nacer, crecer y prepararse para su misión como Salvador del hombre, también el hombre como tal necesita de la familia, basada en el matrimonio verdadero, para nacer y educarse de forma plenamente conforme con su dignidad y vocación de Hijo de Dios», afirmó el cardenal durante su homilía. Rouco Varela calificó de «gravemente urgente» la defensa de la familia: «La confusión sobre su configuración constitutiva y su razón de ser ha llegado hasta el punto de que se pretende designar con el nombre de matrimonio lo que por su naturaleza no lo es ni puede serlo nunca: la unión homosexual; y lo que es peor, tratando de regular esa unión jurídicamente como si lo fuese, hasta incluir en ella la adopción de los hijos», afirmó.

Jordi C. -

Deseo elevar mi voz uniéndome a aquellos que con espíritu de amor, pero también de rectitud han dicho «suplicamos a legisladores, jueces y otras autoridades gubernamentales que se proteja la finalidad y la santidad del matrimonio entre un hombre y una mujer, y que se rechacen todos los intentos por legalizar o aprobar en alguna otra forma oficial o por respaldar el casamiento entre personas del mismo sexo».
Siento hondo pesar y preocupación por el legado de inmoralidad que, con el abandono de la virtud, la rectitud, la integridad personal, el matrimonio tradicional y la vida familiar, probablemente nuestros hijos heredarán si no hacemos algo, hoy y ahora, para impedirlo.

Lalia -

El Papa Juan Pablo II hizo ayer un llamamiento a los políticos y a los hombres de cultura para que defiendan a la familia, basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer. El Pontífice hizo el llamamiento ante varios miles de personas que asistieron en la plaza de San Pedro del Vaticano al rezo del Angelus. «Que la Sagrada Familia, que tuvo que superar muchas pruebas dolorosas, vele a todas las familias del mundo, especialmente a aquellas que viven en condiciones difíciles. Que ayude también a los hombres de cultura y a los responsables políticos para que defiendan a la institución familiar fundada en el matrimonio» afirmó el Papa.

L. D. -

Algunos puritanos del laicismo se escandalizarán ahora por oír a Rouco decir claramente que a los homosexuales no les asiste un derecho al matrimonio, olvidando que eso mismo vino a decir el Tribunal Constitucional (ATC 222/1994) cuando subrayó que no existía el derecho constitucional al matrimonio homosexual. Cosa bien distinta es que los homosexuales no puedan encontrar amparo legal a su unión de hecho, cosa que se puede y se debe hacer sin necesidad de equipararlas ni jurídica ni nominalmente con la institución del matrimonio.

Si el Estado ha concedido privilegios a los contratos matrimoniales es por la utilidad social que conlleva la protección y el cuidado de la familia. Una unión homosexual no puede cumplir esa función social, a no ser que se le reconozca un “derecho de adopción” que, en su caso, resultaría perjudicial, pues iría en detrimento de los derechos de la infancia. Frente a este ciego y arrogante positivismo jurídico, hay que reivindicar los derechos naturales que le asisten a la infancia y señalar que una cosa es que un niño carezca de un padre o una madre, y otra cosa, muy distinta, que esté en marcha una legislación encaminada a privarles de alguno de ellos.

L. D. -

Como ha señalado oportunamente, su presidente, el cardenal Antonio María Rouco Varela, “se gobierna desde el parlamento, pero también se juzga, se piensa y se opina desde la sociedad ...y también desde los púlpitos”. Faltaría más.

Si la postura del Gobierno en educación y familia no es asumible por los cristianos, tal y como ha manifestado Rouco en una entrevista concedida con ocasión de la jornada “Familia y Vida 2004”, hay que señalar, además, que los planes del Ejecutivo encuentran también objeciones nucleares desde diversos ámbitos, como son los de la Psicología, el Derecho de Familia y el Constitucional, los tratados internacionales o el más elemental respeto del sentido del lenguaje.

La referencia del matrimonio con referencia exclusiva a la unión entre hombre y mujer, lejos de ser un mero imperativo confesional, es la definición que, de esta institución, se encuentra en el diccionario de la Real Academia, pasando por la Constitución española o en textos internacionales tales como la Declaración Universal de Derechos Humanos (art. 16), el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (art. 23) o el Convenio del Consejo de Europa para la protección de los derechos fundamentales (art. 12).

L. D. -

Una de las tácticas en las que más incide el Gobierno de ZP para neutralizar las justificadas críticas que, desde muy diferentes ámbitos, se han dirigido contra sus propuestas legislativas respecto al matrimonio y la adopción por parte de los homosexuales es tildarlas a todas ellas de “clericales” para, a renglón seguido y a modo de mordaza laicista, recordar que se gobierna desde el parlamento y no desde los púlpitos. Eso cuando no se denigran, directamente, las objeciones de “casposas” e “inmovilistas”, como han hecho Fernández de la Vega o Blanco con las planteadas por juristas y prelados contra los planes de su Gobierno.

La campaña que este domingo ha iniciado la Conferencia Episcopal para responder a los planes del Ejecutivo en esta materia ya empieza a ser, de hecho, denigrada por muchos medios próximos al Gobierno como una intolerable y retrógrada intromisión de la Iglesia Católica contra la soberanía del Parlamento, cuando, en realidad, no se trata más que del ejercicio de un derecho y un deber que tiene la Iglesia de pronunciarse ante sus fieles ante planes tan perjudiciales como los planteados por el Gobierno.

R. V. -

Explica, no obstante, que los homosexuales "tienen los mismos derechos que las demás personas" y subraya que "la inclinación homosexual, aunque no sea en sí misma pecaminosa, debe ser considerada como objetivamente desordenada, ya que es una tendencia, más o menos fuerte, hacia un comportamiento intrínsecamente malo desde el punto de vista moral".

Añade que "ante el reconocimiento legal de las uniones homosexuales o la equiparación legal de éstas al matrimonio, con acceso a los derechos propios del mismo, es necesario oponerse de forma clara e incisiva". Sobre la adopción por parejas del mismo sexo se asegura que es "rechazable" porque no constituye un "referente adecuado", ya que la "figura del padre y de la madre es fundamental para la neta identificación sexual de la persona".

R. V. -

Preguntado por la posibilidad de que la Iglesia haga llamamientos a los católicos para movilizarse en la calle si el Gobierno no es receptivo a sus demandas sobre las clases de religión, Rouco contesta que "las movilizaciones no son propias del ministerio pastoral" y "este campo es propio de los ciudadanos".

El presidente de la Conferencia Episcopal subraya que "se gobierna desde el Parlamento, pero se juzga, se opina, se piensa, se reflexiona, desde la sociedad y también desde los púlpitos".

Rechazo frontal al matrimonio homosexual

Con motivo de la jornada "Familia y Vida 2004", la Conferencia Episcopal se manifiesta en contra del matrimonio homosexual y dice que "el Estado no puede reconocer este derecho inexistente a no ser actuando de un modo arbitrario".

En el documento "Hombre y Mujer los creó", difundido este domingo, y que se puede consultar en su página web, los obispos afirman que "el comportamiento homosexual es siempre de por sí éticamente reprobable" y reitera que "a dos personas del mismo sexo no les asiste ningún derecho a mantener matrimonio entre ellas".

R. V. -

Coincidiendo con la jornada de la Conferencia Episcopal "Familia y Vida 2004", su presidente, Antonio María Rouco Varela explica en un entrevista en ABC que desconoce cuál es el papel de Zapatero ante los ataques de sus colaboradores a los curas. El arzobispo de Madrid descarta que la Iglesia vaya a convocar manifestaciones y matiza que aunque se gobierna desde el Parlamento, "también se juzga y se piensa desde los púlpitos".

El presidente de la Conferencia Episcopal asegura que antes de las elecciones de marzo y, aunque "había discrepancias respecto a la asignatura de Religión", hubo contactos con Rodríguez Zapatero que eran "fluidos", "hubo reuniones de trabajo en la sede del PSOE y parecía que habíamos llegado a un acuerdo".

Rouco Varela asegura que la Iglesia no quiere enfrentamientos "con nadie y menos con el Gobierno", pero agrega que la postura del Ejecutivo "ante el derecho a la educación, ante la familia, ante la sociedad (por ejemplo el derecho a la vida) no es asumible desde el punto de vista cristiano". Explica que "la Iglesia trata de exponerlo, razonarlo e influir en la opinión pública; por medio de la palabra, respetando las leyes, a los gobernantes legítimos, que representan una autoridad y por los que la Iglesia reza".