Nuestro camino de servidumbre (Uruguay).
Nuestro camino de servidumbre (Uruguay).
El 25 de agosto, aniversario de la independencia uruguaya, se reinauguró el Teatro Solís. Si hubiera que tomar de la vida real un ejemplo para ilustrar cómo se recorre "el camino de servidumbre", creo que no hay paralelo más perfecto que la historia de ese edificio.
El monumental coliseo fue levantado por iniciativa privada, mediante la colocación local de acciones. En aquel entonces, Montevideo tenía apenas 50.000 habitantes. La construcción fue iniciada en medio de una guerra civil y fue estrenado un 25 de agosto de 1856, a menos de treinta años de nuestra descolonización.
En ese período, nos visitaban excelentes compañías europeas de ópera. La vida cultural y la económica "bullían" llenas de vitalidad en Uruguay.
La evidencia histórica contundentemente demuestra que el "clima espiritual" adecuado para que pueda surgir el "milagro" del desarrollo es aquel donde el líder político, tanto como el hombre común, tienen plena confianza en la iniciativa individual, la competencia económica y la libertad política.
Pero, sin ninguna causa que lo justificara, ya que gracias al liberalismo imperante el Uruguay se había convertido en una de las naciones más prósperas del mundo, hacia principios del siglo XX empezaron a triunfar aquí las doctrinas socialistas. Siguiendo las tesis de Hobson y Lenin, las inversiones extranjeras comenzaron a ser consideradas como una forma de "imperialismo" encubierta. El "nacionalismo" económico, fue la punta de lanza para que se impusieran las nacionalizaciones y, finalmente, el estatalismo.
La iniciativa privada ha ido paulatinamente ahogándose por el Estado. Todas las empresas grandes nacen o terminan siendo gubernamentales. Lo mismo que todos los edificios importantes. También el Teatro Solís terminó siendo de titularidad municipal.
El teatro, al igual que la economía del país, gradual pero inexorablemente, va deteriorándose.
Desde hace unos quince años, la "izquierda" gobierna Montevideo. Al asumir el poder, las cuentas fiscales capitalinas exhibían superávit. Inmediatamente, como todo "progresismo" que se precie, aumentó los sueldos y los privilegios de sus funcionarios. Asimismo, multiplicó por cinco los impuestos.
El Teatro Solís tuvo que ser cerrado porque había riesgo de que se produjera una tragedia por falta de mantenimiento. A pesar de que el municipio recauda 1.000.000 de dólares diarios en una ciudad de un millón de habitantes, no contaba con disponibilidad para restaurar el histórico teatro. Encima, su déficit es brutal. Por eso, teniendo en cuenta la campaña electoral, el intendente apeló a un crédito de 14 millones de dólares para así poder exhibir una sala deslumbrante, como "muestra" de eficiencia.
Hizo coincidir la reinauguración parcial con el aniversario, que también es fecha patria. Y con la reapertura, presenciamos lo que podría llegar a ser la fase final de nuestra decadencia porque la "izquierda", es la favorita para ganar las próximas elecciones.
Fue una "gala" donde quedó de manifiesto la intolerancia, el abuso y la soberbia. Donde dio la impresión que se buscó humillar a quienes piensan diferente y lo expresan. En la "arenga" del intendente se "omitió" agradecer a los contribuyentes, con cuyo dinero se financiaron las obras. De igual modo, ignoró que lo "estatal" no puede manejarse como algo propio y para beneficio de correligionarios y amigos.
"Estamos haciendo una obra pública en un país pobre." -expresó la directora de la labor. En realidad, está invirtiendo el orden de los factores: somos "pobres" porque el Estado se "traga" al país.
Hoy resulta difícil imaginar que cuando los distintos pueblos americanos comenzaron sus procesos independentistas, el norte era pobre y el sur sumamente rico. Nadie hubiera sospechado que unas décadas más tarde Estados Unidos se convertiría en una potencia, mientras que América Latina se empobrecería notoriamente.
¿Cuál es la explicación? Que la revolución angloamericana se produjo por un deseo maduro y reflexivo de libertad. En cambio, en nuestro continente, lo que primó fue un instinto vago e indefinido de emancipación, apoyado en pasiones desordenadas.
La diferencia fundamental radica, entonces, en que acá nos contentamos con la "independencia", en tanto que allá lucharon por la "libertad".
El 25 de agosto, aniversario de la independencia uruguaya, se reinauguró el Teatro Solís. Si hubiera que tomar de la vida real un ejemplo para ilustrar cómo se recorre "el camino de servidumbre", creo que no hay paralelo más perfecto que la historia de ese edificio.
El monumental coliseo fue levantado por iniciativa privada, mediante la colocación local de acciones. En aquel entonces, Montevideo tenía apenas 50.000 habitantes. La construcción fue iniciada en medio de una guerra civil y fue estrenado un 25 de agosto de 1856, a menos de treinta años de nuestra descolonización.
En ese período, nos visitaban excelentes compañías europeas de ópera. La vida cultural y la económica "bullían" llenas de vitalidad en Uruguay.
La evidencia histórica contundentemente demuestra que el "clima espiritual" adecuado para que pueda surgir el "milagro" del desarrollo es aquel donde el líder político, tanto como el hombre común, tienen plena confianza en la iniciativa individual, la competencia económica y la libertad política.
Pero, sin ninguna causa que lo justificara, ya que gracias al liberalismo imperante el Uruguay se había convertido en una de las naciones más prósperas del mundo, hacia principios del siglo XX empezaron a triunfar aquí las doctrinas socialistas. Siguiendo las tesis de Hobson y Lenin, las inversiones extranjeras comenzaron a ser consideradas como una forma de "imperialismo" encubierta. El "nacionalismo" económico, fue la punta de lanza para que se impusieran las nacionalizaciones y, finalmente, el estatalismo.
La iniciativa privada ha ido paulatinamente ahogándose por el Estado. Todas las empresas grandes nacen o terminan siendo gubernamentales. Lo mismo que todos los edificios importantes. También el Teatro Solís terminó siendo de titularidad municipal.
El teatro, al igual que la economía del país, gradual pero inexorablemente, va deteriorándose.
Desde hace unos quince años, la "izquierda" gobierna Montevideo. Al asumir el poder, las cuentas fiscales capitalinas exhibían superávit. Inmediatamente, como todo "progresismo" que se precie, aumentó los sueldos y los privilegios de sus funcionarios. Asimismo, multiplicó por cinco los impuestos.
El Teatro Solís tuvo que ser cerrado porque había riesgo de que se produjera una tragedia por falta de mantenimiento. A pesar de que el municipio recauda 1.000.000 de dólares diarios en una ciudad de un millón de habitantes, no contaba con disponibilidad para restaurar el histórico teatro. Encima, su déficit es brutal. Por eso, teniendo en cuenta la campaña electoral, el intendente apeló a un crédito de 14 millones de dólares para así poder exhibir una sala deslumbrante, como "muestra" de eficiencia.
Hizo coincidir la reinauguración parcial con el aniversario, que también es fecha patria. Y con la reapertura, presenciamos lo que podría llegar a ser la fase final de nuestra decadencia porque la "izquierda", es la favorita para ganar las próximas elecciones.
Fue una "gala" donde quedó de manifiesto la intolerancia, el abuso y la soberbia. Donde dio la impresión que se buscó humillar a quienes piensan diferente y lo expresan. En la "arenga" del intendente se "omitió" agradecer a los contribuyentes, con cuyo dinero se financiaron las obras. De igual modo, ignoró que lo "estatal" no puede manejarse como algo propio y para beneficio de correligionarios y amigos.
"Estamos haciendo una obra pública en un país pobre." -expresó la directora de la labor. En realidad, está invirtiendo el orden de los factores: somos "pobres" porque el Estado se "traga" al país.
Hoy resulta difícil imaginar que cuando los distintos pueblos americanos comenzaron sus procesos independentistas, el norte era pobre y el sur sumamente rico. Nadie hubiera sospechado que unas décadas más tarde Estados Unidos se convertiría en una potencia, mientras que América Latina se empobrecería notoriamente.
¿Cuál es la explicación? Que la revolución angloamericana se produjo por un deseo maduro y reflexivo de libertad. En cambio, en nuestro continente, lo que primó fue un instinto vago e indefinido de emancipación, apoyado en pasiones desordenadas.
La diferencia fundamental radica, entonces, en que acá nos contentamos con la "independencia", en tanto que allá lucharon por la "libertad".
10 comentarios
JULIO -
Romualdo -
El resultado primario, que según proyecciones otorgaba al Frente Amplio el 50,7 por ciento de los votos, tuvo una variación tras la apertura de los "votos observados", que pertenecen a ciudadanos que votaron fuera de los colegios electorales. Dichos sufragios, generalmente, pertenecen al interior de los departamentos (provincias) de Uruguay y a zonas poco pobladas.
Con relación a las variaciones entre el escrutinio primario y el definitivo, se produjeron cambios en zonas donde el Frente Amplio había ganado por escaso margen. Se dio el caso del departamento de Paysandú, donde en el primario la izquierda había ganado al Partido Nacional (Blanco) por unos 508 votos y terminó perdiendo por 304 en el definitivo.
El Frente Amplio obtuvo 1.124.761 votos en todo el país, el Partido Nacional (Blanco) 764.739, el Colorado 231.036, el Independiente 41.011, el Partido Intransigente 8.572, la Unión Cívica 4.856 y el Partido Liberal 1.548 sufragios. Se contabilizaron 31.031 votos en blanco, 21.541 anulados, en un total de votos emitidos de 2.229.611, sobre 2.488.004 ciudadanos habilitados.
Romualdo -
El domingo Uruguay se juega el destino por cinco años. Si bien las simpatías por la izquierda son innegables, no sé qué ocurrirá. Por último, cabe señalar que, como lo ha hecho desde siempre, la Corte Electoral de Uruguay ha invitado a sus similares de América y Europa a presenciar la elección del domingo 31 de octubre.
Romualdo -
Trataré de explicar por qué. Al conglomerado de izquierdas se le atribuye un 48% del electorado, mientras que a los Blancos un 33%, a los socialdemócratas del gobernante Partido Colorado un 15% y al nuevo Partido Independiente un 2%. Para obtener la presidencia en la primera vuelta (donde se elige el Parlamento), el candidato deberá tener el 50% del total de los votos emitidos más uno. En caso de que ello no suceda, se pasará a la segunda vuelta, enfrentando Vázquez al segundo, que sería según todas las encuestas Jorge Larrañaga por el Partido Nacional. Se estima que a éste sumarían sus votos los simpatizantes del partido Colorado, cuyo candidato es el ex Ministro del Interior, Guillermo Stirling, los independientes y la mayoría de los indecisos. De esa forma, en el desempate vencería este candidato porque aquí la mayoría es simple. Quien tiene más votos, gana.
Ana -
Lo peor es que ese capital en la práctica no existe. Una "ordenanza" del Banco Central obligó a colocar el 75% de esos fondos en papeles públicos. O sea que esa disponibilidad ya se la gastó el Estado. Con el agravante que la amenaza de caer en suspensión de pagos pende sobre nuestras cabezas.
Nuevamente, el futuro no luce muy promisorio para los trabajadores. Irónicamente, el titular del Banco Central, fue distinguido como "banquero del 2003" entre sus pares de las Américas, por la revista "The Banker".
Citando a Tocqueville diré que al escribir esta columna "no pretendí servir ni combatir a ningún partido. No quise ver, desde un ángulo distinto del de los partidos sino más allá de lo que ellos ven; y mientras ellos se ocupan del mañana, yo he querido pensar en el porvenir".
Ana -
El golpe de gracia lo dieron cuando administradores gubernamentales compraron con esos ahorros bonos de la deuda pública que terminaron siendo simplemente "papel". Así fue como se despojó a varias generaciones de trabajadores, cuyos ingresos descontadas las cargas tributarias ya no alcanzaban para construir, ni siquiera su propio techo.
La bancarrota del régimen obligó a buscar alternativas. Por eso en los años 90 se crearon las administradoras previsionales privadas (AFAPs). Dado los antecedentes, expresamente se las quiso dejar fuera del alcance de los políticos.
Sin embargo, la "inercia" cultural tan arraigada puede más. En estos meses previos a las elecciones, pululan los discursos demagógicos, llenos de "soluciones" para todos. ¿De dónde saldrán los recursos? ¡Obviamente que de las AFAPs! Tienen tanto dinero "inactivo", que los candidatos, tan "dinámicos" ellos, quieren ponerlo a "trabajar" en pos de un Uruguay "productivo".
Ana -
Eran "analfabetos" pero no "ignorantes". Sabían lo esencial: que es tan temible la dictadura política como la económica y que para alcanzar una vida digna es fundamental verse libre de la opresión estatal. O sea, de impuestos agobiantes y regulaciones que "encadenen" a la iniciativa individual.
Esas personas humildes y trabajadoras se reconocían responsables de sí mismos. Por lo tanto, no dejaban de prever para su vejez. En aquel Uruguay de principios del siglo XX, los obreros no sólo eran capaces de levantar su propia vivienda, sino que solían hacer otra para alquilar. Así aseguraban su tranquilidad futura y la de su familia.
Luego, los gobernantes decidieron que debían "velar" por los habitantes. Impusieron normas que aumentaron considerablemente a la burocracia existente. En consecuencia, los impuestos comenzaron a succionar una porción cada vez más importante de los ingresos de la gente.
Ana -
No se puede establecer el imperio de la libertad sin el de las costumbres, ni consolidar las conductas si no están de acuerdo con las ideas. En Latinoamérica las reformas mal llamadas "liberales" fracasaron porque fueron meramente superficiales. No fueron acompañadas por las creencias ni por los hábitos imperantes, que era el cambio fundamental para hacer a esa "revolución" útil.
Alexis de Tocqueville nos advierte acerca de lo peligroso que resulta unir a la necesaria centralización gubernamental, la administrativa. Dice que así se acostumbra al individuo a obedecer en todo y todos los días. Simultáneamente, el Estado adquiere un poder descomunal.
Cuando la administración central pretende reemplazar por completo el concurso libre de los interesados se engaña o pretende engañar porque la fuerza colectiva de los ciudadanos será siempre más poderosa para producir el bienestar social que la autoridad del gobierno.
Cantado -
Veremos, ya que todo, ¡ay!, se juega el último domingo de este mes. Día que se acerca a la velocidad de la luz.
Cantado -