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ametralladora

El homosexualismo y sus problemas.

Libertad de expresión frente al lobby rosa.

Las inquisiciones y los ataques y acosos a las personas por expresar su opinión me dan miedo y las rechazo. He de solidarizarme con sus víctimas.

Las inquisiciones son de muchos colores: negra, roja, amarilla o rosa. En este caso me da miedo la inquisición rosa, que son unas maneras y procedimientos que utilizan los fanáticos del homosexualismo para imponer sus tremendas ideologías.

Por ejemplo, a veces puede darse el caso de que den charlas pro-homosexualismo a los alumnos de los colegios e institutos de Andalucía, Madrid o Valencia o Castilla-León sin que los padres los hayan autorizado a "comerles el coco" a los hijos. ¿Es eso adoctrinamiento pro ideología homosexual? ¿les gusta a los padres esas doctrinas del homosexualismo? ¿Acaso no es razonable que a los padres que les guste la ideología homosexualista, que autoricen a sus hijos que se les den charlas y a los que no, que los dejen tranquilos o no?

Vaya por delante mi respeto hacia todos los homosexuales quienes, como cualquier otro ser humano, gozan de derechos y libertades inalienables. No obstante, me resulta cuando menos sorprendente la reacción de Gylda ante el artículo de D. Carlos Moreda en el que, por más que lo leo, no encuentro ni justificación de racismo (¿qué tiene que ver el racismo con la homosexualidad?) ni de la homofobia. Simplemente se limita a defender el matrimonio como unión de un hombre con una mujer y a advertir de las nefastas consecuencias de la desnaturalización de esta institución.

Recientemente se han publicado estudios que desvelan que la población homosexual española es aproximadamente del 1%, dato que basta por sí solo para concluir que no es suficiente para cambiar la que probablemente sea la institución más antigua de la Humanidad. Hay en España muchos más musulmanes que homosexuales ¿Por qué no se admite como matrimonio la poligamia, o la poliandria libremente querida por hombres y mujeres mayores de edad? ¿Por qué los familiares no pueden casarse entre sí si libremente lo desean? No existe discriminación alguna al impedir el matrimonio entre personas del mismo sexo. Simplemente, como indica D. Carlos Moreda, es tratar de modo distinto situaciones esencialmente desiguales y, como siempre, con todos los respetos.

32 comentarios

Eulogio -

Raul, la homosexualidad constituye el suicido de la raza humana. La homosexualidad es parásito de la heterosexualidad. Gracias a esta última pervive la raza humana y pervive la familia. Gracias a que existen familias heterosexuales, existen solteros homosexuales.

La tendencias homosexuales son eso : tendencias, perfectamente controlables. Puede abandonarse la homosexualidad como puede abandonarse la bebida. Nadie nace homosexual pero, sobre todo, nadie tiene por qué morir homosexual. Nadie es irrecuperable para volver a los dos únicos sexos existentes: hombre o mujer. Lo malo es que, si en lugar de animar al homosexual a regresar a su naturaleza, sea esta masculina o femenina, le jaleamos para que permanezca en su patología… entonces surge el orgullo gay. Y este es el zarpazo más grave de la política gubernamental: con la ley del matrimonio gay, Zapatero insulta la familia, pero, aún antes que eso, golpea al colectivo homosexual, e incapacita a la sociedad para echarle una mano en la única dirección que puede salvarle: el regreso a su naturaleza, ahora degradada.

Raul -

Goreta:

Las mujeres maltratadas son una minoria. Si quiere no les hacemos caso. En cambio los adolescentes drogadictos o alcoholicos (que es lo mismo) son una gran mayoria. ¿Por que no legalizamos la droga?

Mari.... -

A ZP. El otro día vi que usted y su Gobierno aprobaron el envío al Parlamento de una ley para que los gays y lesbianas ejerzan su libertad, ante una manifestación de 10.000 personas, cuando la visita del Papa movilizó más de dos millones de personas, que están en contra de la equiparación de esas parejas al matrimonio. Usted dice que está defendiendo su libertad, faltaría más, pero sin utilizar debidamente la palabra matrimonio y ofendiendo a los más de nueve millones casados normalmente.

carlante -

ayer hablaba con la señora que trabaja por las mañanas en mi casa, que es de nacionalidad colombiana, tiene unos 44 años y es seria en lo que a filosofia de vida se refriere, y me comentaba: "Ay que piedra señora esto de los matrimonios gays, este gobierno suyo no ha pensado en la cantidad de maricas que van a entrar en este pais con esa ley nueva que han sacado. Esto se les va a llenar de purititas locas inmigrantes. No se si lo han pensado bien pero va a ser muy duro para todos, porque vendrán se casarán y ya está, serán españoles, y yo llevo trabajando aquí muy duro durante tres años para conseguir mi permiso de residencia. No es justo." La verdad es que sigo dando vueltas a lo justo para unos lo injusto para otros..... existirá realmente algo justo para todos?

Gabriel -

Si echamos un vistazo a los medios de comunicación de los últimos tiempos podremos quedarnos sumamente tranquilos; no hay problemas acuciantes en nuestro entorno. Pareciera que vivimos en un país de ensueño, paradisíaco, de existencia fácil y placentera, con todo resuelto. ¡Felicidades a nuestros gobernantes! Pero, al parecer, no es así. Nos quedaba un único y gravísimo problema por resolver: la regulación legal de las uniones entre homosexuales. No se habla de otra cosa. A todas horas se repite machaconamente la misma noticia en todas partes. Parece como si hubieran desaparecido de golpe todas las demás. También parece como si se utilizara ésta para tapar otras noticias y problemas de interés real. La historia nos recuerda que estas prácticas no son nuevas. Ya se utilizaban en la época del imperio romano. Con pan para comer y circo para entretenerle, se mantenía al populacho alejado de los problemas cotidianos. En épocas más recientes se televisaban partidos de fútbol y corridas de toros en días señalados con el ánimo de desviar la atención de los ciudadanos. Lo anteriormente expuesto es preocupante y lo es más el hecho de que no se vislumbren iniciativas para resolverlo. Nuestros gobernantes parecen haber reservado todas sus energías para la solución de este problema que nos faltaba por resolver. Es en lo único que pueden tomar una iniciativa. Ya teníamos inventado el pan, el circo lo acabamos de reinventar.

Estilista -

El diccionario de la Real Academia dice: «Matrimonio. Unión de hombre y mujer concertada mediante determinados ritos o formalidades legales». Pero ahora, y gracias a Zapatero, sabemos que ahí hay una errata, cuya corrección ya habrá exigido a la Academia. Según Zapatero, en esa unión no puede haber discriminación por sexo y supongo que tampoco por ningún otro motivo, como puede ser el religioso. Al que su religión le permita la poligamia o la poliandria, pues adelante. Y si el único requisito para casarse es la vida en común, habrá que admitir el matrimonio de un hijo con su padre, con el que convive y al que presta su apoyo, o entre dos hermanos que comparten vivienda, o entre dos simples amigos, considerando siempre tanto hombres como mujeres ¿O es que será imprescindible tener relaciones sexuales? ¿Y quién lo comprobará?
En cuanto a la adopción de niños, ¿a Zapatero no le habría importado que su madre hubiese sido un hombre? Para el indeseable e hipotético caso de que sus hijos quedasen huérfanos, ¿no le importaría dejarlos a uno de estos nuevos «matrimonios»?
Artículo 39 de la Constitución: «Los poderes públicos aseguran la protección social, económica y jurídica de la familia... y la protección integral de las madres...» ¿Es así como Zapatero cumple este artículo?

Lobo estepario -

Goreta, si consideras (subjetivamente, claro) que ES INJUSTO tratar como igual lo que es claramente desigual, supongo (subjetivamente, claro) que considerarás INJUSTO que hombres y mujeres, que son claramente distintos, tengan los mismos derechos, derechos que las mujeres han perseguido y persiguen a día de hoy, ya que consideran que ambos géneros deben tener igualdad social. Olvidemos la lucha de nuestras abuelas y madres, olvidemos los sacrificios de tantas mujeres por conseguir la igualdad (innata en todo SER HUMANO INDEPENDIENTEMENTE DE SU GÉNERO), pasemos por alto huelgas como la del pan y las rosas, olvidemos las jornadas laborales interminables por sueldos míseros y abogemos por la radical diferenciación entre lo que es claramente distinto.
Imagino que serás mujer (deductivamente, claro) y que piensas que deberías tener las mismas ooportunidades y derechos que un hombre. Ahora piensa que vives a principios del siglo 20 y que trabajas 16 horas al día para llevarte a casa un sueldo miserable. Piensa que tu vecino, que trabaja las mismas horas y realiza las mismas actividades laborales que tú, cobra un sueldo más elevado que el tuyo. Ahora dime, ¿QUÉ ES JUSTO Y QUÉ ES INJUSTO?

Juan -

Quieren amordazar la voz autorizada de la iglesia Católica. Existe una campaña orquestada por parte de los distintos colectívos gay de calumnias, injurias, blasfemias y ofensas hacia ésta bimilenaria Institución. Un ataque en toda regla contra la libertad de expresión, una inquisición modernista que quemará en su hoguera al pensamiento opositor. La única que clara y rotundamente está contra las bodas y adopciones de menores por parte de los homosexuales es la Iglesia católica. Los políticos católicos del PP callan cobardemente, la inspiración cristiana fundacional de éste partido se va diluyendo como un azucarillo en el agua.
Ésto es una persecución incruenta pero sin tregua contra el pensamiento cristiano. Los gays van de vícitmas. Reciben multimillonarias subvenciones y son un colectívo convertido en "lobby" que ejerce gran presión socio-política.
Los católicos, mientras, quieren que nos callemos. Vana sería nuestra fe si no la predicáramos. Dejénnos, señores gays y políticos del PSOE y de Izquierda Unida la libertad de expresión que la Carta Magna nos otorga a todos los españoles.

Antonio -

Por si fuéramos pocos, parió la abuela. Hace unas semanas, la ministra Salgado del «singobierno» de ZP se descuelga con la última parida de los socialistas en pro de lo «rosa». Ahora proponen que los «maricas» (soy andaluz y este término es el usual) tengan derecho al cambio de sexo a cargo de la Seguridad Social.
¿Es que no hay necesidades más apremiantes? ¿Qué piensan los pensionistas y asegurados en general que se han de costear de su bolsillo ortodoncias, audífonos, etcétera? ¿Es que todo vale con ese «talante» para contentar a las minorías frente a la mayoría de los españoles?

Jorge -

Los proponentes del matrimonio homosexual usan el lenguaje de la apertura, tolerancia y diversidad, pero un efecto previsible de su éxito será el instaurar una era de intolerancia y discriminación tal como raramente se ha visto antes. Cada persona y cada religión que no esté de acuerdo será tachado de racista y se le discriminará abiertamente. Las instituciones religiosas se verán golpeadas por procesos judiciales si rehúsan comprometer sus principios (ahí está la petición de cierto grupúsculo contra los obispos para que se les persiga por homofobia).

Finalmente hay un claro desprecio a los derechos de los ciudadanos a decidir las condiciones bajo las que queremos vivir, trabajar y criar a nuestros hijos. Teníamos gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo; ahora tenemos gobierno sin el pueblo.

Independientemente de que uno esté a favor, en contra o indeciso sobre el matrimonio del mismo sexo, una decisión tan importante debería ser tomada en la forma democrática ordinaria: a través de una deliberación pública a la luz del día y con un referéndum.

Jorge -

¿Por qué los grupos de presión pro-homosexualismo evitan que se debata sobre temas relacionados con el mismo? ¿Por qué se ocultan aspectos fundamentales como sobre los que nos costará a los contribuyentes legalizar los matrimonios de homosexuales? ¿O las implicaciones de las adopciones de niños por homosexuales? ¿Cómo puede afectar la legalización de los matrimonios de homosexuales a mi familia? ¿Cuanto va a costar a mi, a mi familia y al resto de los ciudadanos este experimento de la ideología social radical en términos de impuestos y seguros?



¿Cómo puede uno justificar el dar el mismo trato a los matrimonios que a las parejas del mismo sexo cuando tales beneficios son negados a toda la gente que en nuestra sociedad cuidan de parientes ancianos o disminuidos que no pueden reclamar esos beneficios como miembros de la familia a efectos fiscales o de seguros?



Sería trágico que justo cuando estamos viendo el impacto de esas erróneas ideas en las vidas de los niños de nuestro país fuéramos a legalizarlas. Esa filosofía de matrimonio es la que se enseñará a nuestros hijos y nietos en la escuela. Se les obligará a discutir el matrimonio en esos términos. Palabras comunes como marido y mujer se verán sustituidas por la de pareja. En las clases de preparación al matrimonio a los niños se les tendrá que enseñar acerca del sexo homosexual. Los padres que se quejen se les apodará "homófobos" y sus hijos sufrirán por ello.

Gatesio -

Los sociatas como siempre a desunir a los españoles, en vez de procurar unir y recapacitar en lo que dicen y hacen. ¿porque no contarán hasta diez antes de decidir una cosa?
¿cuando nos arruinen a quien vamos a reclamar?

Goyesca -

Desafortunadamente, los homosexuales, las lesbianas y los bisexuales corren un mayor riesgo de ser agredidos físicamente, o de ser víctimas de actos de violencia, que los heterosexuales. Algunos estudios realizados en California a mediados de los años 90 demostraron que casi un quinto de todas las lesbianas y más de un cuarto de los homosexuales que participaron en las encuestas habían sido víctimas de algún delito violento desencadenado por el odio hacia su orientación sexual. En otro estudio, también realizado en California con cerca de 500 adolescentes, la mitad de los jóvenes admitieron haber sido víctimas de algún tipo de agresión anti-homosexual, desde los insultos hasta la violencia física.

Goyesca -

¿Por qué es tan penoso para algunos homosexuales, lesbianas o bisexuales asumir su propia identidad sexual?

Para algunos homosexuales, lesbianas y bisexuales este proceso de asumir su propia identidad sexual es relativamente penoso, para otros no. A menudo las lesbianas, los homosexuales y los bisexuales, cuando se dan cuenta por primera vez que su orientación sexual es distinta a la norma, se sienten atemorizados, diferentes o solos. Esto es aún más patente cuando las personas reconocen su orientación sexual durante su infancia o su adolescencia, lo que ocurre con relativa frecuencia. Según su conformación familiar y su entorno físico, tendrán acaso que luchar contra los prejuicios y la desinformación respecto a la homosexualidad. Los niños y los adolescentes son los más vulnerables a estos efectos nocivos de los prejuicios y estereotipos. Además, también temen ser rechazados por sus familias, amigos, colegas de trabajo e instituciones religiosas.

Algunos homosexuales se preocupan de que si su orientación sexual es conocida pueden perder su trabajo o ser hostigados en la escuela.

Fernando -

Cuando se afirma que las personas con inclinaciones homosexuales no pueden sino actuar según esas inclinaciones, en el fondo se está negando a esas personas lo más específicamente humano, que es la libertad personal. Quizá no son responsables de sentir esas inclinaciones, pero sí serían responsables de practicarlas y contribuir así a reforzar su tendencia, con lo que se hacen un daño grande a sí mismos.

Siempre hay que procurar ser comprensivo con quien no logra remontar una dificultad, de cualquier tipo que sea, pero negar por principio que pueda hacerlo demuestra considerar en muy poco al hombre. Sería una actitud pesimista y triste, y además muy poco tolerante.

Me gustaria que opinaseis sobre el tema.

Fernando -

Este testimonio no es una simple cuestión de palabras. La correcta comprensión de este problema no es una cuestión de teorías o de simples precisiones académicas o terminológicas. Acertar en este punto representa dar o no esperanza a cuantos están prisioneros del viejo dogma de que la homosexualidad es algo innato, inmutable y extendidísimo. Un error que produce daños irreparables a mucha gente.

Se habla tanto y tan desenfocadamente de la homosexualidad, que empieza a ser un tema de seria preocupación en bastantes adolescentes, que están empezando a creer que tienen tendencias homosexuales. Y otro problema añadido es que pocos se atreven a hablarlo a tiempo con la persona adecuada.

No es extraño que un adolescente sienta en algún momento unas leves tendencias homosexuales debidas a algún pequeño problema del desarrollo, habitualmente pasajero y que pronto queda en nada. Pero si a esa chica o ese chico se le ha hecho creer que la homosexualidad es de origen genético y que es algo permanente, y que es incurable, esa idea puede provocar que ese adolescente convierta un sencillo y circunstancial problema en una profunda crisis de identidad sexual, y acabe por orientar su vida en una dirección equivocada.

Esas crisis de confusión sobre la identidad sexual en la adolescencia no son difíciles de superar, con o sin ayuda médica, según la gravedad del caso. Lo que sería un gran error es aconsejarles que asuman la condición de homosexual como algo normal y definitivo, y animarles a que desarrollen su sexualidad en ese sentido.

Fernando -

En las últimas décadas, sin embargo, se ha impuesto una especie de férrea censura social que tacha de intolerante todo lo que contradiga la pretensión de normalidad defendida por determinados grupos homosexuales muy activos. Estos grupos de influencia presentan el estilo de vida homosexual de modo casi idílico. Pero, como ha señalado Aardweg, esto no es más que simple propaganda, pues cuando se escucha la historia personal de homosexuales se ve claro que en ese género de vida no se encuentra la felicidad. La otra cara de la moneda, que tantos se empeñan en silenciar, es la ansiedad, los celos, la sensación de soledad o las depresiones neuróticas, por no mencionar las enfermedades venéreas y otras patologías somáticas.

La satisfacción estable y la felicidad no llegan a través de las relaciones homosexuales. Un testimonio publicado recientemente en "El Semanal"señalaba lo siguiente:

"Si ese chico es feliz viviendo su homosexualidad, pues me alegro. No quiero ahora valorar la homosexualidad ni a quienes la practican. Tan sólo quiero dar mi testimonio por si a alguien le sirve. He vivido mi homosexualidad durante unos diez años. He sufrido constantes angustias, infidelidades, traiciones y celos. Desde hace un año he cortado con esas relaciones y procuro salir con chicas y cambiar de ambiente. Cada vez me encuentro más feliz y no quiero caer en los errores pasados. Creo considerarme un ex gay. Aviso a navegantes: ¡ser gay no es tan rosa como lo pintan!".

Fernando -

¿Es o no una enfermedad?

"Fui homosexual activo durante veintiún años, hasta que me convencí de la necesidad de cambiar, explicaba Noel B. Mosen en una carta publicada en la revista New Zealandia".

En su misiva, Mosen asegura que "con la ayuda de Dios consiguió abandonar su condición de homosexual, y ahora lleva seis años felizmente casado sin experimentar ninguno de los deseos homosexuales que antes dominaban su vida".

Mosen reitera que es "falso que se haya probado la existencia de un gen que determine la homosexualidad ya que si los genes fueran determinantes, cuando uno de dos gemelos fuera homosexual, también el otro tendría que serlo, pero no ocurre así".

Si la orientación sexual estuviera genéticamente determinada, no habría posibilidad de cambiar; pero conocidos expertos en sexología como D.J. West, M. Nichols o L. J. Hatterer, han descrito muchos casos de homosexuales que se convierten en heterosexuales de modo completamente espontáneo, sin presiones ni ayuda de ninguna clase.

"Mi experiencia es que la homosexualidad no es una condición estable ni satisfactoria. No es libertad: es una adicción emocional", aseveró Mosen.

Fernando -

Aardweg insiste en que el homosexual tiene también instintos heterosexuales, pero que suelen ser bloqueados por su convencimiento homosexual. Por eso, la mayor parte de los pacientes que lo desean verdaderamente y se esfuerzan con perseverancia, mejoran en uno o dos años, y poco a poco disminuyen o desaparecen sus obsesiones homosexuales, aumentan su alegría de vivir y su sensación general de bienestar.

Algunos acaban por ser totalmente heterosexuales; otros padecen episódicas atracciones homosexuales, que son cada vez menos frecuentes conforme toma fuerza en ellos una afectividad heterosexual.

Lo que si es cierto es que supone un esfuerzo tan grande que les obligará a llevar una vida muy difícil. Incluso para los homosexuales más graves, no hay otro camino de liberación que luchar por corregir sus inclinaciones desviadas. Hay que tener en cuenta que rendirse a esas tendencias, con la consiguiente búsqueda constante de contactos y de relaciones -que suelen ser inestables y frustrantes por su propia naturaleza-, desemboca a la larga en una espiral de mayor insatisfacción. Dejarse llevar produce una angustia aún más grande, pues lleva a una vida de profundos desequilibrios afectivos, disfrazados quizá por una satisfacción aparente, pero que acaba conduciendo una mayor desesperanza y un mayor deterioro psíquico. Por esa razón la Iglesia católica les alienta a asumir la cruz del sufrimiento y de la dificultad que puedan experimentar a causa de su condición.

Fernando -

¿Es posible curar la homosexualidad?

Definitivamente no es fácil, porque no lo es, pero no hay que dejarse llevar por planteamientos fatalistas, ni siquiera en los casos en que las tendencias homosexuales son intensas y están muy arraigadas.

La idea de que el homosexual no puede cambiar suele responder más a una reivindicación de grupo que a una realidad orgánica o fisiológica.

La medicina ha avanzando mucho, y hay abundante experiencia clínica de que la homosexualidad se puede superar con una terapia adecuada. Así lo asegura, por ejemplo, el psicólogo holandés Gerard van der Aardweg, sobre la base de una experiencia clínica de veinte años de estudios sobre la homosexualidad.

En su terapia, Gerard van der Aardweg intenta que el paciente adquiera una visión clara de su propia identidad y su mundo afectivo; luego, lo lleva a afrontar la situación: llevamos a que las personas se reían de sí mismas ( el homorismo puede ser muy saludable) y que adquieran hábitos positivos: valentía, honestidad consigo mismo, autodisciplina, capacidad de amar a los demás; hasta lograr que el homosexual pierda sus hábitos neuroinfantiles.

Fernando -

"No tenemos genes suficientes -asegura Venter- para justificar la noción de un determinismo biológico, y es altamente improbable que puedan existir genes específicos sobre el alcoholismo, la homosexualidad o la agresividad. Los hombres no son prisioneros de sus genes, sino que las circunstancias de la vida de cada individuo son cruciales en su personalidad".

La homosexualidad no es genética, sino sobrevenida. Y las terapias de curación de la homosexualidad tendrán más éxito en unos casos que en otros, pero eso no tiene nada de extraño. Hay muchas enfermedades, como el asma o la artritis reumática, por ejemplo, que por el momento no siempre se pueden curar. Pero ningún médico serio concluiría que no tiene sentido someter a esos pacientes a un tratamiento, o estudiar nuevas posibles terapias. Abandonarse a las tendencias homosexuales no es un estilo de vida alternativo recomendable para nadie.

Fernando -

¿Cómo asumir la cruz de la propia condición?

Viviendo la castidad, un sacrificio que les proporcionará como beneficio una fuente de autodonación que los salvará de una forma de vida que amenaza continuamente con destruirlos. La actividad homosexual impide la propia realización y felicidad, porque es contraria a la naturaleza. Es cierto que en los casos más graves quizá no sean aptos para el matrimonio, pero siempre son aptos para amar -de otra manera- a los demás, y así pueden vivir incluso con un amor mayor que el que reina en muchos matrimonios.

La Iglesia les pide ese sacrificio, por su propio bien, exactamente igual que se lo pide a todas las personas heterosexuales que no están casadas.

La exigencia de la castidad no cosa fácil. Es muy factible que los homosexuales encuentren mucha dificultad para curarse y se abandonen a esas tendencias. Porque además, muchos se niegan a considerarlo una enfermedad, y señalan que es genético.

Hace más de un siglo que se busca un origen genético a la homosexualidad, y los avances científicos indican más bien que no lo hay. Los últimos descubrimientos en el mapa genético reafirman cada vez más la libertad del ser humano. Craig Venter, fundador de unas de las compañías más punteras en investigación genética integradas en el proyecto Genoma Humano, concluía recientemente que "la maravillosa diversidad de los seres humanos no está tanto en el código genético grabado en nuestras células sino en cómo nuestra herencia biológica se relaciona con el medio ambiente".

Fernando -

El movimiento mundial para la emancipación de los homosexuales trata de eludir cuestiones fundamentales; se sirve de medias verdades y de falsedades totales, manejando el concpeto de discriminación para suscitar compasión, a fin de hacer del homosexual una víctima.

Una de las principales causas de la homosexualidad es la falta de madurez. En la pubertad, puede tratarse de un fenómeno transitorio; pero hay casos en que la homosexualidad se arraiga en los primeros años de juventud. Este hecho ha llevado a algunos a pensar que no tiene sentido procurar desarraigarla. La teoría más en boga es que la homosexualidad se basa en una perturbación del llamado "sentido de identidad sexual". La realidad demuestra que los homosexuales están afectados no sólo en su faceta sexual, sino en todo su mundo emotivo. Su vida emotiva coincide mucho, por ejemplo, con la de tipo ansioso, compulsivo o depresivo, caracterizada por depresiones, nerviosismo, problemas relacionales y psicosomáticos. No son capaces, en determinados aspectos de su vida emotiva, de madurar y de ser adultos y, pese a querer aparentar jovialidad y alegría no son felices interiormente. La causa no está en la discriminación de la que se quiere acusar a la sociedad que les haría "víctimas" de ella, sino en fuerzas que actúan en el interior mismo de los interesados (...).

Fernando -

¿Que es la homosexualidad?

La homosexualidad es la atracción sexual hacia personas del propio sexo. En cromosomas, hormonas sexuales y constitución física los homosexuales son normales.

En el apogeo del psicoanálisis de Sigmoud Freud, se pensó que la homosexualidad se debía a factores hereditarios, pero esta hipótesis hoy ha sido científicamente desechada. Los homosexuales son biológicamente normales, lo que no es normal es el ejercicio de la homosexualidad. Es de advertir que el homosexual tiene instintos heterosexuales; lo que ocurre es que se le bloquean por alguna razón, que puede ser un complejo de inferioridad, falta de madurez o ruptura familiar. Quienes de verdad se empeñan en luchar contra ese complejo, aun en casos de transexualidad, en uno o dos años acaban con sus obsesiones. Para dar la impresión de normalidad, hay quien asegura que quizá uno de cada cinco hombres tiene "tendencias" homosexuales, pero las estadísticas lo desmienten y afirman que en realidad no pasan de un uno o dos por ciento.

Antonio -

Únicamente los católicos que se sientan miembros de su Iglesia tienen derecho a quejarse de ella o a loar sus decisiones. Que el Barcelona imponga a sus jugadores la obligación de hablar en catalán con los periodistas, o que el Partido Comunista -si todavía existe- tenga preferencia por los zurdos, pongamos como ejemplo, me deja frío. Comprendo, pues, que los homosexuales católicos -sean muchos o pocos- sí se sientan afectados porque el Vaticano reitere que el amor físico entre personas del mismo sexo es "un comportamiento desviado", pues "ofusca valores fundamentales". Entiendo también que por procedimientos legales traten de convencer a la jerarquía católica de que está equivocada. Yo no opino lo mismo. Estoy convencido de que la homosexualidad es algo -enfermedad, vicio, etc.- antinatural y antisocial. Pero eso es otro tema, que ya discutiremos. Hoy por hoy sólo conviene reiterar que los no católicos nada tienen que decir sobre lo que la Iglesia Católica ordena a sus fieles.

Antonio -

L O que más me sorprende en la reacción de los homosexuales y afines sobre el documento que dió a conocer el Vaticano el pasado día 1 de agosto -escrito por el cardenal Joseph Ratzinger y aprobado por el Papa- es que todos ellos se escandalicen porque la Iglesia Católica reafirme en él su tradicional doctrina sobre la homosexualidad. En primer lugar, reafirmo que a mí se me da un higo -salvo a efectos culturales- lo que opinen los Espirituales del Cielo Redondo -si es que existen- o cualquier otra asociación religiosa sobre cualquier tema cultural o social, porque como no pertenezco a ella sus mandatos, preceptos o recomendaciones no me alcanzan. Los ateos, los agnósticos y los disidentes de la Iglesia Católica, por el contrario, se sienten afectados cada vez que ésta opina sobre cualquier cosa, cuando en realidad a ellos, si son sinceros consigo mismo y juegan limpio con los demás, ni les va ni les viene que el Vaticano opine o deje de opinar en temas de moral, etc.

Goreta -

¡No se engañe, señor Zapatero! No cuenta usted, en esto, ni tan siquiera con los votos de las últimas elecciones. Y de los que no le han votado (¡no sea optimista!), tampoco. Las encuestas se diseñan, se hacen y también se desmontan. Acuérdese de una célebre frase: “España se acuesta monárquica y se levanta republicana”.

¿Es la minoría homosexual suficientemente rentable en votos? Valore el desgaste que le producirá y piense en que puede convertirse en su “Waterloo” ¿Cree usted, sinceramente, que en el campo de las ideas y creencias el ser humano ha cambiado tanto en los últimos 25 años?

¿Cree usted que es justo y democrático que se ocupe de las cuestionables demandas de una escasísima minoría (suponiendo que todos los homosexuales estuvieran a favor) e ignore y agravie a esa gran mayoría (más del 95%) de hombres y mujeres que optan y, van a seguir optando, por formalizar su unión mediante el matrimonio civil o canónico?

No subestime la ley natural, inspiradora del ordenamiento jurídico positivo, y no trate de ir en contra. Recuerde, por último, esa máxima de: “Dios perdona siempre, el hombre a veces, la naturaleza nunca”.

Goreta -

Las mayores dificultades a superar, en la convivencia ciudadana, siempre surgen de las diferencias de pensamiento, ideología y creencias que se relacionan con lo ético y moral.

Los avances de la ciencia y la técnica pueden plantear nuevos dilemas bioéticos pero no es el caso de las seculares relaciones entre personas del mismo sexo.

La institución del matrimonio, civil o canónico, se ha constituido en la genuina y ordenada relación entre el hombre y la mujer, siendo una constatación de la ley natural y ratificada por la aceptación mayoritaria de esta realidad en cualquier cultura, etnia o religión.

La realidad homosexual no es un asunto nuevo en la historia de la humanidad; lo que sí es una novedad es que se quiera equiparar las relaciones homosexuales a las heterosexuales pretendiendo, por vez primera en la historia, hacerlas objeto de regulación jurídica y, no sólo eso, sino que se les dé el mismo tratamiento conceptual que al matrimonio.

La complementariedad y diferenciaciones tanto físicas como psicológicas, unidas a la capacidad de procreación que se da únicamente en la unión de un hombre y una mujer, son argumentos suficientes para zanjar cualquier debate planteado con rigor sobre analogías y equiparaciones.

Goreta -

La Plataforma de la Familia PROFAM enviará al señor Zapatero una carta donde se recogen algunos argumentos que aconsejan al presidente de Gobierno que se desmarque, lo antes posible, de la postura anunciada de reconocer el “derecho” al matrimonio a las personas del mismo sexo:

Tratar como igual lo que es claramente desigual NO ES JUSTO y traerá consigo, sin duda alguna, la fractura y quiebra social. Las posturas se radicalizarán más todavía y será motivo de división y no de unión entre los ciudadanos españoles.

Amalis -

Núlis, te recuerdo que una ley anula otra y donde dice negro mañana podrá decir blanco.
Se empieza por el principio de las cosas, pero no se sabe nunca como será el final, cuando estemos todos "arruinados" ya no hay remedio, solo mucho sacrificio para volver atras.
Si los homosexuales tienen reconocido la "ley de parejas de hecho" igual que las parejas heterosexuales, ¿para que mas?.

Núlís -

¿?No estiendo a qué viene esta preocupación por el matrimonio entre homosexuales.
Si tan pocas personoas son gays como decís, entonces es tan irrisorio que deberia darnos igual, y por ser un derecho, estamos en la obligación de concederselo.
Pero... si son muchos, tantos como para temer que el sistema de pensiones peligre, entonces es que no podemos negarnos, son muchos y deben tener su derecho.

Pero sí que entiendo, sí se de qué viene tanto miedo por las derechas y la iglesia, es porque un derecho civil, una vez reconocido y concedido, ya no tiene vuelta a atrás y claro... eso jode, verdad?

Me gusta tu página, es bueno saber qué opina el contrario, ja ja ja

Paco -

El matrimonio de homosexuales no es un derecho fundamental, dice el Parlamento Europeo

Ahora que en España el Gobierno socialista va a “colar” el reconocimiento del matrimonio homosexual, pocos han contado que recientemente el Parlamento Europeo rechazó que este tipo de “matrimonio” sea un derecho fundamental. La iniciativa fue apoyada por la ponente del Informe Anual 2003 sobre los Derechos Fundamentales en la UE, la diputada francesa Boumediene-Thierry, del Partido Verde, pero la propuesta fue rechazada en votación plenaria.