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LA TRANSICIÓN.Amnistía de todos y para todos.

LA TRANSICIÓN.Amnistía de todos y para todos.
Cuando murió Franco, la Guerra Civil era algo relativamente cercano. Habían pasado 35 años desde el final de la contienda, exactamente los mismos que han pasado desde que arrancó la Transición. Aproximadamente una generación, o dos, si tomamos el cómputo orteguiano.
En el 75 estaban vivos y gozaban de excelente salud muchos de los protagonistas de la guerra. Los grandes políticos y militares, los Azaña, los Franco, los Yagüe, los Largo Caballero, habían muerto, sí, pero otros estaban en activo y con la memoria de lo que había ocurrido en perfecto estado de revista.

La voluntad era de reconciliación. Los jóvenes que habían prosperado con el régimen de Franco, gente como Suárez y sus penenes, no recordaban la guerra, pero querían equiparar España con países como Francia o Alemania, a los que les iba estupendamente. Para eso era necesario hacer hueco a los políticos izquierdistas de los dos exilios: el del interior y el del exterior. Los más mayores, los que sí que se acordaban de la guerra: Fraga, Areilza, Fernández de la Mora, López Rodó y compañía, querían seguir mandando, y sólo podrían hacerlo acometiendo la reforma fundamental que consistía en dar cabida a algunos de los enemigos acérrimos del franquismo.

Éstos manejaban un planteamiento semejante. Abandonada la fantasiosa idea de la ruptura y la proclamación –en la Puerta del Sol– de la III República, los más listos: González, Carrillo, Marcelino Camacho y por ahí seguido, supieron avenirse a razones. Tenían que reconocer al Rey, aprender a llevarse con los antiguos ministros de Franco y colocarse lo mejor posible para el trinque mediante el sistema de partidos a la alemana, el sindicalismo subvencionado y la descentralización autonómica, que Suárez y González pactaron para que todos tuviesen su cuota de poltrona... y de presupuesto.

Más que una transición fue, como acertadamente ha dicho Eslava Galán, una transacción. Yo cedo un poco, te entrego una butaca de platea en el Olimpo y tú te olvidas de la Semana Trágica, de la comuna de Asturias y de la huelga general revolucionaria. Todo salió a pedir de boca. Los dos bandos cumplieron. Cinco años después de morir Franco, a la Reserva Espiritual de Occidente no la conocía ni la madre que la parió, y todos estaban tan contentos... a excepción del contribuyente, que empezó a pagar impuestos como no lo había hecho desde tiempos del emperador Diocleciano.
Pero, entre tanta concordia y tanto abrazo, había un escollo. Los crímenes que ambos bandos habían perpetrado durante la Guerra y la represión franquista al concluir ésta seguían ahí, y varios matarifes y torturadores paseando tranquilamente por las calles, dando charlas y hasta escribiendo libros.

Había dos formas de afrontar tal problema. Una de ellas consistía en abrir un macroproceso por el que desfilase todo el que se hubiese manchado las manos de sangre en la guerra o después. Atractivo, por aquello de la venganza justiciera, pero poco práctico. Arias Navarro, que había sido presidente del Gobierno hasta el verano del 76, habría sido imputado por su, digamos, excesivo celo durante la inmediata posguerra en Málaga. En el otro lado, a Santiago Carrillo, a la sazón líder carismático del eurocomunismo, le hubiese caído una formidable condena por su responsabilidad directa en la matanza de Paracuellos. Como éstos habrían salido mil casos, acompañados de mucho llanto, orquesta fúnebre y espíritu de desquite. Y eso era precisamente lo que se quería evitar.

La otra opción era decretar una amnistía total. Los más interesados en ella eran los comunistas, que se sabían débiles y que, travestidos de Hermanitas de la Caridad, proclamaban su fe ciega en la reconciliación, el olvido y el perdón. Los que estaban en el machito no eran partidarios de una amnistía tan generosa: por un lado, sospechaban que, de un rebaño tan grande, iba a salir alguna oveja negra; por otro, no consideraban que la cosa fuese con ellos; y si a alguno le pesaba la conciencia, sabía que el Ejército estaba ahí para algo.

Al final, después de negociarlo duramente y de que tuvieran lugar las elecciones de junio del 77, entró en vigor la llamada "Ley 46/77, de 15 de octubre, de amnistía", en virtud de la cual quedaban amnistiados todos los actos de intencionalidad política, cualquiera que fuese su resultado, cometidos antes del 15 de diciembre de 1976. La ley había sido un empeño muy personal de Santiago Carrillo, que llegó a afirmar en el Congreso de los Diputados que era necesario "superar definitivamente la división de los ciudadanos españoles en vencedores y vencidos de la Guerra Civil".
Marcelino Camacho fue más lejos, se puso sentimental e hilvanó un discurso, en el mismo sitio, en el que afirmó que la amnistía era lo único que podía "cerrar ese pasado de guerras civiles y cruzadas". Y añadió: "Los comunistas, que tantas heridas tenemos, que tanto hemos sufrido, hemos enterrado nuestros muertos y nuestros rencores. Pedimos amnistía para todos, sin exclusión del lugar en que hubiera estado nadie".

No eran los únicos. Los socialistas del entonces juvenil y contestatario Felipe González apoyaron sin reservas la ley en el Parlamento y allá donde tuvieron ocasión de hacerlo. Los nacionalistas vascos y catalanes, los únicos que había en aquellos tiempos preautonómicos, la acogieron con alborozo porque suponía el "olvido y superación de todo agravio pretérito". En Cataluña se acuñó incluso el eslogan "Llibertat, Amnistia, Estatut d'Autonomia", que los manifestantes callejeros repetían sin cesar, poseídos como monjes tibetanos tocando el gong: tuvo tanto éxito, que cualquier español, incluso los que no vivimos aquello, conocemos bien el soniquete sincopado de ese mantra.

La Ley de Amnistía, que Fraga apoyó a regañadientes y contra el parecer de su partido, fue un triunfo para la izquierda; tan fue así, que, unos días antes de su aprobación, Carrillo aseguraba a sus acólitos en un mitin que la intención de los comunistas era "hacer cruz y raya sobre la Guerra Civil de una vez para siempre". El secretario general del PCE ganaba mucho en ello. A partir de ese momento el fantasma de Paracuellos se esfumaba para siempre, y con él las almas en pena de los militantes comunistas purgados durante el exilio con el beneplácito de aquél y de la Pasionaria, que volvió a España sin más preocupación que la de escuchar el megahit del momento, una canción-homenaje que le había hecho Ana Belén.

La 46/77 se aprobó por mayoría aplastante, de consenso, casi búlgara: 296 votos a favor, 2 en contra, 18 abstenciones y 1 nulo. Acto seguido, los padres de la patria se levantaron e irrumpieron en una larga y sentida ovación. Al día siguiente, la norma apareció en el BOE y abandonaron las cárceles los presos políticos que aún quedaban en ellas, así como mucha morralla común que no tardaría en volver al mismo sitio.

Han pasado 33 años. Hasta ayer, cuando alguien se acordaba de aquello era para ensalzar el sentido de Estado que la izquierda tuvo en esa hora decisiva. Las cosas han cambiado. Las cuentas, al parecer, siguen pendientes.

12 comentarios

fernando -

Carta escrita por un superviviente del 36. Realmente impactante.

Lean y juzguen sin prejuicios:

Sr. Don Santiago Carrillo Solares
Madrid.-

Creo que me conocerás. Yo sí te recuerdo mucho. Hoy soy vecino de Aranjuez,tengo 85 años. En el año 1.936 fui enterrador del cementerio de Paracuellos de Jarama. También estuve en la checa de la ESCUADRILLA DEL AMANECER, de la calle del Marqués de Cubas nº 17 de Madrid, donde presencié los más horribles martirios y crímenes.

También estuve en el Cuartel de la Guardia de Asalto de la calle Pontones, en la Puerta del Sol, donde tú, Santiago Carrillo, mandabas realizar toda clase de martirios y ejecuciones en las checas de tu mando. Yo soy Pionero, al que llamaban “EL ESTUDIANTE”, que llevaba la correspondencia a las diferentes checas a cambio de la comida que me dabas.

¿Me conoces ahora, Santiago Carrillo?
¿Te acuerdas cuando tú, Santiago Carrillo, acompañado de la Miliciana SAGRARIO RAMÍREZ y de SANTIAGO ESCALONA y RAMIRO ROIG alias “EL PANCHO”, en la era de Fuencarral, Kilómetro 5, el día 24 de agosto de 1.936 a las 7 de la mañana, asesinasteis al Duque de Veragua y tú, Santiago Carrillo, mandaste que le quitaran el anillo de oro y piedras preciosas que llevaba? ¿Recuerdas que no se lo podías quitar y tú, Santiago Carrillo, ordenaste que le cortaran el dedo?

¿Te acuerdas, Santiago Carrillo, la noche que llegaste a la checa del Fomento, en el coche Ford, matrícula de Madrid 984, conducido por el comunista JUAN IZACU y los chequistas MANUEL DOMÍNGUEZ alias “EL VALIENTE” y el Guardia de Asalto JOSÉ BARTOLOMÉS y en el sótano mandaste quemar los pechos de la monja Sor Felisa del Convento de las Maravillas de la calle Bravo Murillo, y así lo hizo “EL VALIENTE” con un cigarro puro? Esto sucedió el 29 de agosto de 1.936 alas 3 de la madrugada.

¿Me recuerdas ahora, Santiago Carrillo? Con 24 años que tenías, ¡cuántos asesinatos cometiste! ¡Cuánta sangre tienes derramada en España! No quiero molestarte más, Santiago Carrillo, CRIMINAL. Se despide de ti el enterrador de Paracuellos del Jarama, alias “EL ESTUDIANTE”, que presenció los martirios y asesinatos que tú, Santiago Carrillo, mandaste que se realizaran en España.

¡¡ VIVA ESPAÑA, MI PATRIA ¡!

damaso -

Lo que me parece increible es que a estas alturas este genocida miserable, un criminal de guerra como él,pueda hacer uso de la palabra como cualquier otro ciudadano. Un tío que ordenó asesinar a veinte mil personas. Hoy se le agradece su sentido de estado en la transición. ¿A quién más que a él pudo beneficiarle más la amnistía general? Hipócrita. Él y todos los que le compraron la mercancía podrida. Pero que encima tengamos que soportarlo. Esta democracia no puede estar más corrompida.

ejemplo -

Es una auténtica vergüenza que Santiago Carrillo se pasee por los pueblos de España con total impunidad. Pero que no le quepa la menor duda a este asesino de que acabará en el estómago de alguno de esos animales que se revuelcan en el lodo. No me cabe en la cabeza que a pesar de las grandes hazañas llevadas a cabo por los criminales fascistas que han ido pasando por el PSOE, sea esta secta uno de los dos partidos mayoritarios de España. Da mucho que pensar sobre el nivel de analfabetismo que tenemos.

Sanchez D. P. -

Carrillo llega dándonos lecciones de urbanidad. Y hasta de democracia. Él, un asesino. O presunto, vaya. Que tengamos que escuchar de su boca, con aliento a sangre, que los fascistas gobiernan en España tiene gracia. Lo de gracia es un decir, por supuesto. Seguro que las miles de víctimas que dejó en las cunetas de Paracuellos del Jarama no se reirían tanto, si lo escucharan. Es más, si supieran que quien presuntamente ordenó su holocausto, sigue vivito y coleando, hasta el punto de permitirse el uso de la palabra, se volvían a morir.

Sin embargo, hay que decir que a Carrillo no le falta razón cuando afirma que los fascistas vuelven a mandar en España. De hecho, llevan ya seis años mandando. Bueno, lo de mandar es un decir, seamos sinceros: malgobernándonos; demostrándonos que sus dotes para tiranizar a un pueblo no tiene límites; acreditando que, si se lo proponen pueden robar más y mejor de lo que lo hicieron sus predecesores de partido, allá por los años ochenta; arruinando a los miles de trabajadores que les votan; y sin terminar de aclararnos qué es lo que sucedió el 11-M, que esa es otra.

No cabe duda que la experiencia del PSOE en fascistizar el país es incuestionable. Ahí están los Largo Caballero, los Indalecio Prieto… Qué gran año, aquel del 34, cuando tras ser esquilados democráticamente, decidieron echarse a los montes de Asturias a golpe de fusil para implantar su añorada dictadura del proletariado en España. Aunque para fascistas los del PC, vamos los de Carrillo. Solo con pensar en los gratos momentos que debe pasar este Matusalén evocando aquel año del 36, se me hacen los ojos chiribitas. Qué plácidos, aquellos amaneceres… de “paseos”; aquellos tórridos anocheceres… de “cunetas”. Eran otros tiempos. Tiempos de paz; a golpe de hoz y martillo; siega que te siega. Tiempos de amor; a golpe de fusil; mata que te mata. Cuánto pacifismo, cuánta añoranza, cuánta emoción contenida ¿eh, Santiaguín?

Pero, a decir verdad, Santiaguín ya no está para muchos trotes; no es lo que se dice un zagalillo. Andará en los cien o ciento veinte, no sé, año más, año menos… Ya saben eso de que bicho malo nunca muere. Sin embargo, aún le quedan fuerzas para hablar, y hasta lo hace en términos pedagógicos, como sentando cátedra. Y hasta escribe libros. En el último, creo que realiza semblanzas de sus amigotes. Reconozco que no lo he leído, pues soy poco selecto en mis hábitos literarios, pero supongo que hablará de La Ibarruri, el Líster, el Campesino, Pepe Stalin y otros tantos humanistas. Como él, claro.

PD: Disculpe el lector si el tono del artículo puede sonar a choteo. Pero cómo digerir en serio, tamañas chorradas. Viniendo de quien viene… Requiestat in pace.

damaso -

Carrillo comenta que la falange mato a mucha gente. Le dijo la sarten al cazo....
Sorprendente, nauseabundo, este gran h de p no se le ocurre otra cosa que abrir la boca para decir locuras abominables. No se a cuantos mato la falange o los nacionales o los otros, o los rojos, o los verdes... me imagino que en una locura de guerra, las venganzas, las insidias, la revancha, el odio... hace hacer locuras.... Pero que sea el tipejo este de mierda, de mierda pura, ensuciado hasta la medula con muchas muertes en sus espaldas... Usted basura ambulante, me impidio conocer a mi ABUELO, usted no me dejo verlo envejecer, usted basura de mierda firmo y decidio quienes matar en aquellos fatidicos dias, y mataron, mataron a tantos tantos, que si decidimos abrir las tumbas de paracuellos, no abria lugar donde usted se escondiera porque la verguenza, el asco, de saber como se mato a aquellos prisioneros de guerra que estaban custodiados por Usted, como parte del bando "rojo", del frente popular... Me da usted asco, y solo pido a Dios que le haga justicia, porque la humana no sirve para nada.... Enterese mequetrefe estupido de la basura mas repugnante de este pais, que su Garzoncito, tiene que ser juzgado, porque si como Juez prevarico, intentando juzgar lo que fuera, a sabiendas que él no podia... tardaran, pero caera... no es un dios, es una vibora de las que van matando lentamente.. y esos deben sucumbir ante la JUSTICIA, si es que existe en este pais... mientras calleseeeeeeeeeeeeeeeeee, calleseeeeeeeeeeeeeee Carrillo y mirese a su espejo, porque hasta el dia de la fecha no ha salido jamas a decir que usted NO TENIA NADA QUE VER CON LO DE PARACUELLOS. O sea, si no tenia nada que ver con aquello documentelo y salga a negarlo sinverguenza.... y cobra de mis impuestos este mamon.

urquiolo -

por desgracia a los rojos les importan un pimiento sus muertos en la mayoría de los casos; lo que quieren son excusas para armar bronca; la tensión que dice el Cejas

jacinto -

España huele a pofrido y el olor es insoportable. Necesitamos desinfectar y amputar. la gangrena nos devora y mientras nosotros solo olfateamos....patético. Tenemos lo que nos merecemos y más que tendremos. Al final vergüenza y conflicto. En este futurible conflito ya no habrá sitio ni para el perdón ni para la misericordia, nos están apretando demasiado. Que pena y que oportunidad.

español -

Si el Gobierno, el socialismo le gana la batalla al estado de derecho, a la justicia, veremos como se desmorona lo poco que queda de España
Si Garzon y sus secuaces unidos a la extrema izquierda y el socialismo consiguen arrinconar a la justicia vamos a ver mucha miseria, veremos como el poder hace lo que le da la gana, veremos como el socialismo utiliza la policía y la justicia en contra de la molesta derecha, veremos como el Gobierno actúa de juez y parte y finalmente veremos como parte de la sociedad no se resigna a ser pisoteada y decide jugársela una vez mas
Lo que esta en juego es algo mas que el futuro del presuntuoso y desagradable Garzon



fernando -

Hoy en día, las clases medias están a punto de desaparecer como lo han hecho en todos los regímenes socialistas y están (estamos) cada vez mas cerca de la miseria, la autentica pobreza y del hambre.
Este ser abyecto, siniestro y peligroso que es el okupa del Palacio de la Moncloa ha dedicado todas sus fuerzas conscientemente no sólo al empobrecimiento económico de España y de los Españoles sino que es obra de un plan ambicioso y meditado de destruir la gran Nación que es (o mejor dicho, era) España. Y esa destrucción que tiene como principal motivo su personal secuestro del poder para perpetuarse en el, necesitaba ser total e incluir la moral, la política y la propia Historia. Destrucción que, hay que recordarlo a diario, inició el partido golpista del PSOE, sobre los 192 asesinados del golpe de estado del 11 de marzo de 2004. Ya está bien de no ver la realidad. El atentado de atocha fue un golpe de estado en toda regla con la intención de darle el poder a la extrema izquierda, incapaz de ganarlo en las urnas, con la sangre de 192 inocentes asesinados y miles de mutilados, y hoy dia vemos las pruebas de ello.
Algunos ya sabíamos cuando aun este tipo estaba en la oposición lo que se nos iba a caer encima. Esa forma de hacer oposición agitadora, violenta y claramente leninista era para algunos, como para mi, clarificadora. En mi caso, incluso mis amigos me tacharon de "facha", "fascista" y "franquista" por advertir del peligro. Ahora ya es tarde y zapatero ha puesto de cara todas las cartas. El tiempo, por desgracia, me ha dado la razón y la realidad es mas siniestra y aterradora de lo que pensé.
Están ocurriendo hechos de una gravedad extrema y que tendrán unas consecuencias catastróficas. Es por ello por lo que le propongo dedicar un programa en exclusiva a analizar las actitudes guerracivilistas y provocaciones que desde la extrema izquierda (no existe otra izquierda, por definición y por historia es antidemocrática y liberticida) se están sucediendo.
Desde hace 16 meses estoy parado y sin ningún tipo de ingreso. Mis padres, pensionistas, ingresan entre los dos apenas 1100 € e incluso he tenido que cancelar mi boda por ello y me encuentro que lejos de que el gobierno y los sindicatos se preocupen por los más de 5 millones de parados reales, de las casi 2 millones de familias enteras sin ingresos de ningún tipo, lo que hacen son aquelarres estalinistas y amenazar seriamente la seguridad y libertades de los que les pagamos el sueldo.
Mi abuelo (no sólo tienen abuelo los izquierdistas) era militar y veterano mutilado de La División Azul (en mi familia materna son muchos los que optaron por servir a España al precio y sacrificio de entregar su sangre tanto en el Ejército como en la Guardia Civil). Pues bien, mi abuelo, que en sus tiempos de divisionario era sargento, estuvo en la Unión Sovietica para luchar contra el comunismo y contra Stalin porque tenía claro el gran peligro del socialismo comunista como la historia ha demostrado. Él mismo y su familia sufrieron la pulsión asesina de la izquierda desde los albores de los años 30. Contaba que ya antes de la proclamación (ilegal) de la II República, antes de 1931, los socialistas ya atacaban a las personas por ir a misa o por ser guardia civil (como lo era su padre, mi bisabuelo) y como amenazaban con matar a mas de medio pueblo en cuanto ellos llegaran al poder y, esto es muy importante, tras ganar ellos la guerra civil que iban a provocar (¡¡¡¡¡¡¡ seis años antes del 18 de julio de 1936!!!!!). Ellos ya avisaban de que querían y buscaban una guerra civil porque odiaban la democracia. Siempre me contó el gran horror que supone una guerra y lo mal que se sintió durante toda su vida por haber tenido, en el frente, que haber matado. Siempre me dijo que un hombre de bien nunca se recupera, nunca, de tener que quitar la vida de otro ser humano, aun siendo un hombre armado en la trinchera de enfrente y con la clara intención de matarte en el fragor de una batalla.
Ahora vemos como la extrema izquierda (PSOE, IU, ERC…) al igual que en 1930, vuelve al estalinismo más atroz, vuelve a un chekismo que da miedo y como vuelve a utilizar el lenguaje guerracivilista y antidemocrático que le es tan propio. Ellos no sienten la guerra civil, ellos sienten haberla perdido y no están dudando en repetir la historia (reinventándola) para esta vez salir vencedores.
España tiene un gran problema. El legado del siniestro Zapatero no sólo será la pobreza, la miseria, el hambre y el paro. El gran legado de Zapatero, en el que ha puesto tanto empeño, será el enfrentamiento civil. Zapatero se ha inventado a su abuelo. Los miembros del gobierno se han inventado a sus antepasados. La gran mayoría bien posicionados durante el Franquismo y pertenecientes a los que ellos llaman hoy “aparatos represores del régimen”.
El abuelo de zapatero fue un personaje que reprimió a sangre y fuego a los golpistas socialistas mandados por Largo Caballero en octubre de 1934. Aquello si fue un golpe de estado contra el gobierno legítimo de la republica. Mas tarde, el abuelo de zapatero se sumó al levantamiento y después, en un acto de traición, se hizo agente doble y espió a su bando para dar la información a la komintern. Simplemente era un espía de Stalin y eso en guerra se paga con la muerte. Esa es la verdad histórica. No fue un héroe. No fue un luchador por la democracia y menos aun por la libertad. Fue un espía soviético, un delator y un traidor a la patria. Digno abuelo para tan patético nieto.
Tanto en 1931 como en 1936 las izquierdas perdieron las elecciones y en ambos casos tomaron el poder de forma violenta, golpista y asesinando.
Hoy vuelven. Ya saben que todo les es propicio. Una oposición que no existe, cobarde, pusilánime, inane y una corona que ni está ni se la espera y que está a otras cosas, a sus cosas y que en buena parte ha sido cómplice de todo lo que está ocurriendo y de la total destrucción de España como Nación. El rey lleva en el pecado la penitencia y cuando quiera darse cuenta de las consecuencias de la complicidad con el crimen socialista, consecuencias que sufrirá la institución de la corona, ya será demasiado tarde. También es Juan Carlos (o “Ciutadan Joan Carles”…como parece que le gusta que le llamen) un digno nieto de su abuelo, que huyó cobardemente de España dejándonos a merced de una revolución asesina, de una izquierda genocida y a las puertas de la guerra civil.
Han llegado para quedarse y el paralelismo con los años mas negros de nuestra historia no pueden negarse. Los partidos de izquierda, los sindicatos y los "intelectuales" instigan, como entonces, a la violencia revolucionaria, al asesinato, al crimen, al saqueo y hasta al genocidio. Estalinismo puro. Y como entonces vuelven a señalar a aquellos a quien hay que eliminar como fascistas. Fascistas, para ellos, son aquellos que no son de izquierdas, y por tanto, no tienen derechos ni siquiera la condición de ciudadano. Eso han venido diciendo, incluso desde el gobierno, con la excusa barata de defender a Garzón. La derecha no tiene derecho a la justicia. Solo la izquierda puede utilizar la justicia. Por cierto, que también acosan a los suyos, a los mas moderados. Así como en los 30 existió Besteiro, ahora creíamos que existía el juez Varela. Los ataques que viene sufriendo este juez son propios de las purgas estalinistas. Bien lo sabe el fundador de “jueces para la democracia” (ya el nombre les delata como estalinistas, pura propaganda y manipulación al estilo de la komintern) y por eso…simplemente ha huido. Mucho miedo debe tener después de saberse señalado y condenado a muerte en el acto golpista y tribunal popular de la Universidad Complutense. Todos sabemos que a la izquierda no le faltan grupos terroristas, ni brazos armados ni “bandas de la porra” dispuestas en todo momento a ejecutar ese tipo de condenas. Su mutis por el foro suena a esas “autocríticas” de los comunistas antes de que fueran enviados a la cheka para torturarlos y asesinarlos sus propios compañeros de partido…y si no que se lo pregunten al genocida Santiago Carrillo que de eso sabe un rato.
Vendría bien enseñar la historia real. Enseñar que el PSOE fue un partido golpista y totalitario desde su fundación. Que el propio Pablo Iglesias , un ignorante analfabeto y perturbado, dejó claro la que sería la marca del partido hasta hoy mismo "Estaremos en la legalidad sólo cuando nos convenga, fuera de ella cuando nos interese". Hay que enseñar que pablo Iglesias amenazó de muerte en el congreso a Antonio Maura el 7 de julio de 1910 (tiroteado días mas tarde por Manuel Posa un sicario socialista a las órdenes del propio Pablo Iglesias) y que seis años antes de esto también intento asesinarle otro izquierdista, en esta ocasión el anarquista Joaquín Miguel Artal . Que años mas tarde, otros diputados socialistas volvieron a amenazar de muerte a diputados de la derecha. Que la instauración de la II republica fue un golpe de estado, que las izquierdas perdieron todas las elecciones y que ésta se instauró porque Alfonso XIII abandonó cobardemente el poder y con ello al pueblo español dejándonos con una guerra civil de la que no quiso saber nada. Hay que explicar que el PSOE asesinó al líder de la oposición Calvo Sotelo y que fue bajo órdenes de Indalecio Prieto y de Margarita Nelken. Que se sepa que en su última intervención parlamentaria, acaecida el 1 de julio de 1936, las constantes interrupciones e insultos le obligaron a abandonar el uso de la palabra, y fue ese mismo día cuando pudo escucharse decir al diputado del PSOE, Ángel Galarza (ministro de gobernación –de interior, el Rubalcaba de la época - y responsable de las chekas y de las sacas que tuvieron su punto álgido en el genocidio de Paracuellos del Jarama perpretado por Santiago Carrillo por entonces secretario general de las juventudes socialistas) : “Pensando en Su Señoría, encuentro justificado todo, incluso el atentado que le prive de la vida”. Reprendido por Martínez Barrio, quien mandó retirar la amenaza del Diario de Sesiones, Galarza respondió: “Esas palabras, que en el Diario de Sesiones no figurarán, el país las conocerá y nos dirá a todos si es legítima o no la violencia”. Que se sepa que la comunista Dolores Ibarruri “La Pasionaria” también le amenazó de muerte en sede parlamentaria. Hay que explicar que el PSOE no quería que votaran las mujeres y que estaban radicalmente en contra del sufragio universal. Hay que explicar los incendiarios ataques a los homosexuales desde la izquierda en general y el PSOE en particular y como consideraban que era un vicio propio de sociedades burguesas. Hay que explicar que nunca hablaron ni en sus mítines ni en la prensa izquierdista de democracia. Hay que explicar que continuamente hacían llamamientos a la guerra civil y que odiaban y repudiaban la democracia, que lo suyo era la dictadura del proletariado, la dictadura estalinista. Hay que explicar que Santiago Carrillo es un psicópata asesino y genocida que no sólo asesinó directamente a unas 10000 personas ajenas a la izquierda sino que asesinó a cientos de izquierdistas. Como Santiago Carrillo aniquiló a los anarquistas y aniquiló en su totalidad a los troskistas del POUM. Hay que explicar que terminada la guerra fue Santiago Carrillo quien acabó asesinando a los líderes del maquis y como envió sicarios para asesinar a cientos de comunistas y socialistas y como delató a través de soplos a la policía de Franco y a través de "Radio La Pirenaica" a otros cientos de comunistas entregándoles a una muerte segura. Que los “intelectuales” de entonces como José Bergamín, Pablo Neruda, Miguel Hernández o Rafael Alberti tan aclamados por la izquierda (y también por esa derecha patética y cobarde de la calle Génova número 13 de Madrid) lejos de ser luchadores por la libertad fueron ni más ni menos agentes de Stalin a las órdenes de la jerarquía de la komintern, concretamente Mijail Koltsov (más tarde asesinado por Stalin en una de sus famosas purgas y asesinato nunca condenado por éstos “intelectuales”) y en el caso de Alberti , antes del Frente Popular de corte estalinista y la bolchevización largocaballerista del PSOE y sus juventudes, abominó de la “República burguesa” y de los socialistas (“socialfascistas” les llamaba), y dejó de criticar al nazismo con ocasión del Pacto Hitler-Stalin. Nunca defendió Alberti la libertad, que era un obstáculo en el duro camino de la “emancipación de las masas”. Fue miembro del comité de la cheka de Bellas Artes o de Fomento y en el diario “ABC” una vez fue requisado por el frente popular publicaba una columna titulada “A paseo” denunciaba a artistas y profesionales. Realmente desde allí daba la orden a las milicias frentepopulistas para que secuestraran, torturaran en las chekas y asesinaran a esas personas y sus familiares.
Que se explique que el fascismo es socialismo. Que se explique que el partido de Hitler se llamaba “Partido nacional socialista de los trabajadores” (un parecido nada casual con el Partido socialista obrero español) indiscutiblemente socialista. Que se explique que el partido fascista de Mussolini fue una escisión del partido socialista Italiano capitaneado precisamente por los socialistas mas radicales. Que se explique que los partidos socialistas y comunistas (en especial el PCE y el frente largocaballerista del PSOE) no criticaban a Hitler y si a las democracias parlamentarias y liberales.
Que de una vez por todas, el PP explique todo esto en sede parlamentaria. Que lo sepan los españoles, pueblo sentenciado a la mas absoluta de la ignorancia y analfabetismo debido a que tanto la generalidad de los medios de comunicación y editoriales como la universidad esta tomada por la extrema izquierda. Que contesten de una vez a los ataques de la izquierda totalitaria y liberticida y que pongan de una vez por todas las cosas en su sitio contando la verdad al pueblo español para que no se deje engañar por aquellos que quieren llevarnos de nuevo al enfrentamiento civil. Que se explique todo porque la historia debe saberse como es, no como la inventan.

Emilo Castellote -

,dignidad para las victimas en Madrid antes del 36 ,asesinatos en masa por las checas a inocentes que no tenian ni fuerza para empuñar un arma ,dignidad para las victimas de Carrillo en su mayoria niños y gente indefensa a pobres curas y monjas que no eran peligros potenciales para el Frente Popular (no soy creyente) ,dignidad para personas que eran republicanos como la mayoria pero no eran estalinistas ,dignidad para gente que por tener dos gallinas los mataban y les robaban ,dignidad para todos los que murieron o fueron asesinados miserablemente ,lo que vino despues fue consecuencia de lo primero pero dignidad tambien para esas personas que tambien muchas fueron asesinadas injustamente mientras los responsables depositaban sus huevos en Mejico o en Moscu.

narceo -

aunque hay que procurar que el recuerdo se mantenga vivo, la sacralización de la memoria es algo discutible. Debemos permanecer alerta para que nada pueda apartarnos del presente, y también para que el futuro no se nos escape de las manos. En la actualidad, el racismo, la xenofobia y la exclusión del otro ya no son como antes. Y tampoco lo serán, sin duda, las atrocidades de mañana.

Ramón Perez -

El totalitarismo afectó a todo y a todos, también en los países que, como España, sólo parcialmente sufrieron de forma directa esa experiencia. Y de todas las personalidades de la vida pública española, nadie se ha sumergido tanto en la marea totalitaria como Santiago Carrillo, líder durante largos años del Partido Comunista español. Por eso hay que mirar a fondo la vida de Carrillo.

La vida de Santiago Carrillo, en efecto, es inseparable de la experiencia totalitaria. Toda su vida: desde su infancia de niño revolucionario hasta su madurez de líder comunista. Hijo de un líder socialista de relieve no menor, en un momento en el que el socialismo español oscila entre la colaboración institucional y la revolución proletaria, el niño Santiago Carrillo Solares nace a la vida en 1915. Acaba de empezar la primera guerra mundial y está a punto de estallar la revolución soviética. Ambas cosas, guerra y revolución, marcarán la vida de Carrillo.

Niño viejo, más bien poco agraciado, de pluma fácil e inteligencia viva, ese mozalbete apenas ha cumplido los quince años cuando ya debuta como periodista político. Se diría que ha nacido para la agitación y la propaganda. Lidera las Juventudes Socialistas antes de ser mayor de edad. Lo vamos a encontrar, todavía adolescente, sumergido en las conspiraciones revolucionarias de 1934. Va a conocer la cárcel cuando aún no tiene veinte años. Deslumbrado –como tantos otros– por el "paraíso socialista" de la Unión Soviética, viaja a Moscú y vuelve a España convertido en un comunista convencido. Cuando la guerra civil no ha hecho más que empezar, un Carrillo todavía jovencísimo afronta la brutal prueba de imponer el orden revolucionario –su particular idea del orden– en un mundo que se descompone.

Después llegará la escalada por el poder en un ámbito, el del comunismo estalinista, donde cualquier mal paso se salda con la muerte. Finalmente, el niño revolucionario de 1931 tocará la cumbre del comunismo español. Y aún tendrá capacidad de maniobra para virar el rumbo, reintroducir al comunismo en España, convertirse en un nombre clave de la transición democrática y, más aún, entrar en la galería de probos padres fundadores de la democracia española, merecedores de homenaje por su contribución a la convivencia.

A lo largo de ese periplo, objetivamente triunfal, se acumulan sin embargo las sombras. Con toda propiedad puede hablarse, en términos históricos, de un "expediente Carrillo" donde abundan las manchas negras. La opinión pública española conoce bien la principal de ellas: Paracuellos, el exterminio deliberado de los presos políticos de derechas en el Madrid de noviembre de 1936. Pero hay muchas más: las maniobras políticas que condujeron a la creación de las Juventudes Socialistas Unificadas, la participación directa en la purga del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) en mayo de 1937, la huida de España dejando en la estacada a sus compañeros de partido en 1939, la ruptura con su padre "traidor"; después, los movimientos tras las bambalinas del comunismo, la sumisión a los criterios de Stalin, la responsabilidad directa en el desmantelamiento del maquis, incluso la liquidación de sus camaradas "inconvenientes"... Todas estas cosas cambian el color de la imagen y la cargan con tintes sombríos.

Paracuellos: en Nuremberg se condenó a gente por menos que eso. La liquidación de disidentes: un macabro ritual del crimen político totalitario. La desarticulación cruenta del maquis: en Moscú se eliminó a gente –o se la encumbró, según soplara el viento– también por menos que eso. Una cosa y otra, el exterminio del enemigo y la aniquilación del amigo, son rasgos característicos del siglo XX, y más concretamente del totalitarismo, y aún más específicamente del comunismo. La combinación de esa doble violencia, hacia fuera y hacia dentro del propio campo, es una de las características mayores del comunismo y es lo que da a esta doctrina un carácter esencialmente patológico.

Por supuesto, los comunistas, y en primer lugar el propio Carrillo, dicen que tal política criminal no es propiamente comunismo, sino su desviación como "socialismo real". También esto, la negación de la evidencia y la fe a pies juntillas en un efugio retórico, es signo distintivo de la patología totalitaria. Y también aquí nuestro personaje alcanza rango de ejemplo.

"No me arrepiento de nada. He cometido errores y he intentado subsanarlos. No soy un santo, sino un hombre de carne y hueso", proclamaba Carrillo en el documental biográfico –más bien cabría decir hagiográfico– Últimos testigos, de Martín Cuenca, subvencionado por el Gobierno socialista español. La posición del protagonista es comprensible, pero la pregunta no es qué piensa Carrillo de sí mismo, sino cómo podemos juzgar nosotros, españoles del siglo XXI, el itinerario vital de este hombre del siglo XX. Y ese es el objetivo de este libro.

Este Libro negro de Carrillo no es una biografía al uso. No se propone contar la vida de Santiago Carrillo como el mero relato de una trayectoria vital. Sobre eso hay otros muchos libros, y buena parte de ellos han sido utilizados aquí a modo de cobertura documental. La trayectoria vital de Carrillo, evidentemente, es la columna vertebral de las páginas que siguen, pero la aspiración de este libro es otra: se trata de entender por qué una persona como Carrillo actuó de la forma en que lo hizo. Por eso intensificaremos la exploración en los años decisivos, los años "negros": los años de la conquista del poder. Precisamente porque el periplo vital de Carrillo tiene valor de ejemplo; precisamente porque esa existencia tortuosa –y torturante– ilustra a la perfección el fenómeno del totalitarismo, y nos ayuda a entender mejor la Historia no sólo de la España del siglo XX, sino, más en general, la de toda la humanidad contemporánea.

El caso Carrillo viene a poner sobre la mesa un asunto que nuestras sociedades tratan demasiadas veces de obliterar: ¿qué lugar dejamos para el totalitarismo como fenómeno determinante de nuestro tiempo? ¿Cómo podemos pensarlo con los criterios de hoy? Durante los años de la posguerra, pareció que la cuestión podía solventarse con una recurrente condena litúrgica del nazismo, convertido en figura eminente del mal. Pero lo cierto es que el nazismo no fue el único totalitarismo de nuestro tiempo, que el comunismo ha sido más mortífero y ha durado más tiempo que el régimen hitleriano, y que ya no es posible seguir exonerando a los hijos de Lenin y Stalin en nombre del "antifascismo" común.

Como ocurre con todos los grandes hombres, con todos los que han impreso su sello personal en la Historia colectiva, Santiago Carrillo ya no es un individuo de carne y hueso, ya no es el nombre de una persona singular, sino que representa a una generación y a una época. "Somos una generación combustible", dice Carrillo en la primera página de sus memorias. Lo dice citando a un amigo ruso. Y de eso se trata: de no quemarnos en los mismos fuegos que ellos.