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ametralladora

Venezuela. La guerra santa de Chávez.

Venezuela. La guerra santa de Chávez.
Pocas veces tenemos la oportunidad de observar la construcción de una dictadura. Pues bien, eso es lo que está sucediendo en Venezuela, luego de la reelección en diciembre de Hugo Chávez, quien no trata de ocultar su intención de acabar con todo límite a su poder absoluto.
El plan de Chávez incluye eliminar toda restricción constitucional a su presidencia vitalicia y terminar con lo poco que queda de la independencia del Banco Central. El Congreso, bajo el control absoluto de sus aliados, está en proceso de concederle poderes ilimitados para la creación de la nueva Venezuela socialista. Esto nos recuerda la legislación habilitante del Reichstag alemán en 1933, que estableció los fundamentos legales de la dictadura nacionalsocialista de Hitler.
Pero nadie empeñado en construir un Estado socialista se ha contentado sólo con controlar el aparato estatal; siempre aplastan otras esferas de la sociedad. Chávez ha estado durante años recortando el ámbito y la independencia del sector privado venezolano; últimamente, con su plan para nacionalizar las empresas de electricidad y telefonía, así como con el cierre de Radio Caracas Televisión y otros medios que critican su gestión. Esto último produjo una cortés pero clara objeción por parte de la Iglesia Católica venezolana, a lo que Chávez replicó de esta manera:
Recomiendo a los obispos que lean a Marx, a Lenin; que vayan a buscar la Biblia, para que vean el socialismo en sus líneas, en el Viejo y el Nuevo Testamento, en el Sermón de la Montaña. ¿Que yo le vaya a explicar a los obispos qué es el socialismo? No tengo nada que explicarles, señores obispos. Bastante han estudiado ustedes, se supone. Y si no lo han hecho, háganlo.
Hay tres cosas que los dictadores, para lograr el control total, buscan destruir. La primera de ellas es la propiedad privada: así se dispara la dependencia económica del Estado y, al mismo tiempo, se destruyen los recursos privados que pueden financiar a la oposición. Por eso vemos a Chávez nacionalizando industrias, confiscando tierras y poniéndole la mano encima a empresas privadas, especialmente en el sector petrolero.
El segundo blanco es la familia. Estos regímenes buscan debilitarla enfrentando a los hijos con los padres y buscando que la gente vea al Estado como una alternativa a los padres. El cardenal Jorge Urosa Savino, arzobispo de Caracas, teme que la politización e ideologización de la educación debilite el control de los padres sobre la educación de sus hijos, especialmente en materia religiosa.
El tercer objetivo de toda dictadura es la supresión de la libertad de creencias religiosas, ya que la autonomía de la Iglesia crea una esfera de actividades independientes del Estado. Por eso vimos los ataques a la religión por parte de los nazis en Alemania y de los comunistas en la Unión Soviética.
Chávez sabe que la Iglesia es una de las pocas instituciones autónomas que quedan en Venezuela, por eso insulta a los obispos y mandó al infierno al cardenal Rosalio Castillo Lara. Esto último le valió una amonestación del papa Benedicto XVI, durante la visita que realizó el año pasado al Vaticano.
Otro elemento de la estrategia chavista de neutralizar a la Iglesia Católica es su uso constante de un lenguaje religioso. Monseñor José Baltazar Porras, obispo de Mérida, mantiene que Chávez recurre al mesianismo y crea conflictos con otros países para que los venezolanos olviden su "realidad lacerante", "el aumento de la pobreza, la inseguridad y el desempleo". Constantemente liga Chávez el cristianismo con el socialismo, para que la gente crea que aquél está encarnado en esta ideología; es "parte de su propaganda para tener al pueblo de su lado". Así, mantiene que Jesucristo es "el socialista más grande de la historia".
Aparentemente, Chávez ignora la montaña de documentos de la Iglesia y de los Papas en que se condena tanto la teoría como la práctica socialistas, pero sí es consciente del respeto que los latinoamericanos sienten por la Iglesia Católica. Según el Latinobarómetro, el 18% de los latinoamericanos confía en los políticos, el 28% en sus legislaturas, el 38% en el sector privado, el 42% en los militares, el 43% en su presidente y el 71% en la Iglesia Católica (el 74% en Venezuela). Esto explica el empeño de Chávez por arroparse con un falso simbolismo cristiano.

16 comentarios

javier -

Pues yo de Hugo me lo puedo esperar todo...Un tipo que tiene un programa de televisión en el que sentado detrás de una mesa de despacho en un plató se dedica a contar a sus paisanos las bondades de la revolución bolivariana...un tipo que ha cambiado por decreto el nombre de su país... El mismo que lloraba como una nenaza cuando le tuvieron prisionero...rogando que no le mataran mientras le decían que no iban a matarle... Además dice tan tranquilo que él va a cambiar las leyes para estar en el poder hasta 2021...¡¡y se queda tan fresco!! Así que si ha comprado miles de entradas no hace más que ser él mismo otra vez...También fomenta el secuestro de ganaderos canarios y gallegos...y claro algún terrateniente socialista-chavista-bolivariano acaba comprando las tierras de estos españoles a precio de saldo Otro dictador defendido por nuestros progretas, como aún defienden al asesino de niños Ernesto Guevara

venezuela mia -

Según denuncian diversos diarios latinoamericanos, es más que imposible adquirir entradas para la Copa América de Fútbol 2007 a realizarse en Venezuela a partir de mañana. ¿El motivo?, se especula que el gobierno del "Gorila Rojo", léase hugo Chávez, estaría detrás de la compra masiva de entradas las cuales irían a parar a manos de sus seguidores. ¿Y la oposición?, tendrá que ver el torneo por la tele.

Ya se habla abiertamente que le gobierno ha comprado la mayoría de entradas para evitar así que las tribunas de todos los estadios en los cuales se va a disputar la Copa América, se llenen de carteles con lemas en contra de la Revolución bolivariana.

La cosa es que 2La oposición no pueda expresarse libremente y repudie en masa la posible presencia del "Comandante" chavista. Las localidades adquiridas por el gobierno irían a parar a sus miles de seguidores, y simpatizantes de la causa bolivariana.

El torneo que empieza mñaana tiee como claro favorito a Brasil y Argentina, aunque eso sí, Hugo Chávez afirmó recientemente que "Venezuela le ganará a Brasil". Y que así sea...

venezuela -

El presidente venezolano, Hugo Chávez, reconoció ayer que la revolución bolivariana que encabeza no está consolidada y podría desnaturalizarse y hasta desaparecer si él llegase a morir.

Chávez señaló que esa conclusión nace de las repetidas advertencias que le ha hecho el líder cubano, Fidel Castro, sobre la inconsistencia que todavía aqueja al proceso revolucionario venezolano.

"Fidel Castro me ha dicho que si yo muero esta revolución se la lleva el viento", reveló Chávez durante el encuentro nacional con aspirantes y propulsores del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) que trata de asentar para que la revolución tenga fortaleza y consistencia.

"Me lo ha dicho muchas veces y yo todavía me resisto a aceptarlo, pero cuando lo pienso y veo realidades a mi alrededor me doy cuenta de que lamentablemente Fidel Castro, una vez más, tiene razón" expresó.

El gobernante afirmó que la debilidad está en que todavía no hay un partido revolucionario disciplinado, eficiente y comprometido, con la suficiente calidad de conciencia como para defender el proceso bolivariano.

Luego quiso restarle dramatismo a su afirmación y dijo que realmente la revolución no desaparecería si él faltase, aunque terminó por admitir que podría degenerar y perder el rumbo.

"No se la llevará el viento, pero pudiera sufrir perturbaciones que la estremezcan y, quizá, le hagan perder el rumbo, porque nosotros no hemos podido todavía tener un solido partido, una gran maquinaria política", explicó.

Chávez añadió que esa fuerza política sustentadora no tendría solo la misión de enfrentar las amenazas externas a la revolución, sino también debería luchar en el plano interno contra "la corrupción, la ineficacia y los fallos de los líderes".

Insistió en que los 5,6 millones de venezolanos que se inscribieron como aspirantes a militar en el PSUV deben tomar conciencia de esa realidad y prepararse intensamente, mediante el estudio y el trabajo comunitario, para que la revolución pueda subsistir sin él.

Por otra parte, Chávez se refirió a artículos de prensa que vinculan su próximo viaje a Irán con un supuesto deseo suyo de tener capacidad nuclear y aseguró que no necesita ninguna bomba atómica porque dispone de un pueblo revolucionario.

"No nos hace falta la bomba atómica porque ya la tenemos, y es el pueblo revolucionario venezolano, que tiene la fuerza de 100 bombas atómicas", indicó.

Chávez emprenderá una gira el próximo 26 de junio que le llevará a Rusia, Bielorrusia e Irán, y finalizará el 3 de julio.

El mandatario señaló que la prensa internacional, especialmente la europea y la estadounidense, ha comenzado a especular sobre esas visitas y a sacar conclusiones sin fundamento.

Se refirió a su escala en Moscú y restó importancia a las afirmaciones de algunos analistas para quienes esta visita "perturbará" las relaciones entre Rusia y Estados Unidos.

Chávez sostuvo que tras esas hipótesis subyace el propósito de "interferir" en los contactos que mantienen Moscú y Caracas.

"Tratan de interferir en nuestras relaciones con Rusia, que son profundas y estratégicas, porque lo que vamos a hablar allí son temas de alto rango estratégico, que tienen que ver con la soberanía, la defensa y la integridad de nuestra patria", apuntó.

Dijo que ese interés por sus viajes y sus planteamientos se debe a que la revolución bolivariana "está impactando de manera importante las ideas y los procesos que se dan en América y en el mundo".

veredes -

En Venezuela creen que su presidente usurpó una telefónica para poder controlar las comunicaciones nacionales, internacionales e Internet. Allí fue designado un chavista clave vinculado a los servicios de inteligencia.

La usurpación de la mayor empresa de telefonía venezolana, la Compañia Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela (CANTV) por parte de Hugo Chávez engendró un nuevo temor entre la población. Sectores democráticos sospechan que lo que hizo el mandatario fue lograr el control de un sistema de comunicaciones con el cual tendrá bajo su poder información clave para perseguir a sus rivales políticos.

El nombramiento de Henry Rangel Silva como director suplente del órgano de administración es una de las pruebas con que contarían organismos opositores para realizar la denuncia. El funcionario es nada menos que el jefe de la policía política (DISIP).

Por su parte, el tendido de un cableo de fibra óptica entre Cuba y Venezuela es otro de los puntos oscuros que despiertan sospechas fundamentadas. Es que no sólo las comunicaciones telefónicas podrá controlar Chávez, sino además internet.

Con la nacionalización, el bolivariano se aseguró el control del 70% de las llamadas nacionales, un 42% de las internacionales y el 83% de internet de Venezuela. Cifras que alarman a cualquier país libre.

CANTV es controlada por el Ministerio de Telecomunicaciones, una cartera creada especialmente por Chávez a su antojo y donde opera un ex compañero suyo de armas y de golpes de Estado: Jesse Chacón.

Chacón trabaja ahora en un cable submarino de 1.552 kilómetros que unirá la dictadura isleña de Fidel Castro y el país continental. La faraónica empresa es llevada adelante por medio de las firmas Telecom Venezuela (estatal) y la cubana Transbit, según puiblicó el diario Ámbito Financiero.

La denuncia sobre la posibilidad concreta de espionaje masivo fue realizada por la revista económica Veneconomía, en donde se advertía que se censuraría a través de internet y la escucha de conversaciones privadas. No es nuevo, sin embargo, que el gobierno venezolano "pinche conversaciones telefónicas o corres electrónicos privados", consignó la publicación.

winston -

El presidente de RCTV, Marcel Granier, indicó que "la posibilidad de salir por cable no está resuelto todavía. Hay muchos obstáculos en este momento. Sin embargo, seguimos luchando porque se haga justicia en el Tribunal Supremo de Justicia y se decrete la nulidad del cierre de RCTV".

Granier dijo que el "chavismo" está renovando anteriores acusaciones en contra del canal. El empresario agregó que "lamentablemente el Gobierno, en su empeño por terminar de destrozar la libertad, está haciendo todo lo que puede para impedir que salgamos al aire. De manera que hemos tenido muchas dificultades y tenemos este problema de no contar con ingresos y tener todos los gastos".

Multas millonarias

El último inconveniente que enfrenta ahora RCTV es el pago de una multa de 1.500 millones de bolívares (524,505.3741 euros) que la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) le impuso por supuestos incumplimientos en la declaración de impuestos por concepto de telecomunicaciones. El 23 de mayo, el canal canceló más de setecientos millones de bolívares (244,890 euros) de multa por no haber incluido la totalidad de sus ingresos en la declaración de tributos de telecomunicaciones para los periodos fiscales comprendidos entre marzo de 1999 hasta diciembre de 2000, y desde el primer trimestre de 2001 hasta el segundo de 2002.

Para sortear esos obstáculos del "chavismo", el canal privado Globovisión anunció que difundirá el principal noticiero de RCTV por señal abierta. El director Alberto Ravell indicó que "al igual que transmitimos noticieros de CNN (EEUU) y RCN (Colombia) decidimos transmitir `El Observador´ de RCTV".

Aunque RCTV dejó de emitir en señal abierta la medianoche del 27 de mayo siguió produciendo espacios noticiosos, telenovelas y otros programas de entretenimiento. Esos espacios se están vendiendo a televisiones de otros países o están disponibles a través de Internet y de la cadena colombiana Caracol.

Trabajo sin pago

Para transmitir, Granier dijo que RCTV está negociando con las empresas "Direct-TV" (satélite) y "Net Uno" (cable). Agregó que el canal venezolano que mantuvo una línea editorial opositora a Chávez también "está luchando contra la decisión inconstitucional de confiscarnos, sin ninguna compensación, todos nuestros equipos de antena, transmisores y microondas".

En sus declaraciones, el presidente de RCTV comentó que el personal del canal "sigue laborando normalmente" a pesar de que no recibe ingresos. Después de más de cincuenta años de transmisión por señal abierta y con alcance nacional, recientemente el régimen no autorizó la renovación de la concesión. Hugo Chávez le acusa de "golpista" por sus transmisiones durante el fallido golpe de Estado en su contra que le apartó del poder 47 horas en abril de 2002.

El caso desató una ola de protestas en las que emergió un inédito movimiento estudiantil autónomo, que rechaza el cese de la concesión a RCTV. Un sondeo reciente de la empresa Hinterlaces indica que un setenta por ciento de los venezolanos cree que las protestas estudiantiles "son luchas democráticas".

latino -

Las manifestaciones masivas de estudiantes, periodistas, artistas y otros sectores de la población venezolana en protesta por el cierre de RCTV, el canal televisivo más emblemático del país, ha sido uno de los acontecimientos políticos más importantes de los últimos tiempos en Venezuela. Sin embargo, el Gobierno de Hugo Chávez ha desestimado esta gran muestra de disidencia ciudadana y ha reaccionado criminalizando la protesta, violando un sinfín de derechos constitucionales de los manifestantes e intentado desacreditar al movimiento estudiantil.

El ámbito parlamentario, la casa que debe promulgar leyes justas para todos los venezolanos, se está utilizando para tratar de degradar, humillar y minimizar este movimiento espontáneo y creativo. Los "parlamentarios" del régimen utilizaron supuestas grabaciones de conversaciones privadas de políticos (algo que violaría la Constitución y las leyes vigentes) para argumentar que los estudiantes estaban siendo manipulados por la oposición política. Esto fue negado con contundencia por los estudiantes en una rueda de prensa realizada en la Universidad Simón Bolívar, donde insistieron que la protesta pacífica y generalizada que vienen realizando tiene como bandera la restitución de las libertades que están siendo pisoteadas por el Gobierno de Chávez.

La prueba de que el Gobierno miente, y que es cierto que las manifestaciones ocurridas a raíz del cierre de RCTV son espontáneas y reflejan el sentir de los venezolanos la dan los resultados de las encuestas realizadas en estos días por las empresas de opinión. Hinterlaces publicó los resultados del sondeo realizado el 28 y el 30 de mayo, en una muestra de 909 entrevistas en quince estados del país, con un margen de error de 4,7%. Los resultados indican que la decisión presidencial de cerrar RCTV es rechazada por el 83% de los venezolanos. Más aún, según el mismo sondeo el 74% de la muestra considera que la democracia en Venezuela quedó amenazada con esa medida de cierre, y el 76% piensa que, con la confiscación de las antenas de transmisión de RCTV, el derecho a la propiedad privada también está en peligro.

Esa clara mayoría es indicativa de que gran número de los ciudadanos que rechazan la medida son o fueron chavistas. Más aún, el sondeo también revela que el nivel de aprobación del presidente Chávez cayó 10 puntos, al caer el apoyo a su gestión de 49% a 39%, mientras que 54% de los encuestados tiene una opinión desfavorable del mandatario. Las críticas al Gobierno se han disparado desde la salida forzada de RCTV del espectro radioeléctrico venezolano.

De igual manera, los últimos sondeos realizados por DataAnálisis señalan que entre 75% y 80% de la sociedad rechaza el cierre de RCTV. Indica DataAnálisis que, al cruzar la variable con la percepción política de los entrevistados que están en contra del cierre de la televisora, determinaron que un 95% de quienes pertenecen a la oposición rechazan la medida, así como un 78% de quienes ni apoyan ni están en contra del Gobierno y un 47% de los chavistas.

Parece evidente que el régimen socialista de Chávez, que con marcado tinte comunista trata de implantar una hegemonía a la cubana sobre la información, está recibiendo un rotundo “no” de la población venezolana.

berceo -

Vicario, pero que dices, ¿estas loco? jajajaaaaaaaaa

Vicario cementador de bocas de desagues, precintador de hocicos de borricos -

Amamantadores de los PERROTES DE SUCKERBUSH. ¿CÓMO PUEDE SER SANTA LA GUERRA? Me imagino que que las cortinas de humos os brasean los traseros y por eso después de la menstruación no va tardar la menospausia. EL MILAGRO DE LA MENSTRUACION OS VA A CONVERTIR EN SANTOS Y VICARIOS DE LA MALDAD.
VICARIO DE LA JUSTICIA.
VICARIO

Anónimo -

chavez es un loco y su guerra santa q se la meta por el culo a el y rosa ines

martes -

Esto es lo que quiere hacer Zapatero en España si saca mas votos en las proximas elecciones. Yo no le votare jamas, ni a el ni al PSOE.

Luis Henrique B. -

Desde 1958 Venezuela no ha tenido otra cosa que gobiernos de izquierda. De Rómulo Betancourt y Juan Pablo Pérez Alfonzo pasamos a Rafael Caldera, a quien sucedió Carlos Andrés Pérez, tras el que hizo su aparición el golpista Hugo Chávez. Si se va (algún día ocurrirá), al menos tardaremos una generación en recuperarnos... Las ideas de Rómulo Betancourt y Juan Pablo Pérez Alfonzo, fundador de la OPEP, dominaron la agenda política nacional durante la primera década de la democracia y, entonces, el capitalismo de Estado, los límites impuestos a la producción petrolera, los controles de precios y el proteccionismo hicieron su aparición en Venezuela. Durante los años 60 y comienzos de los 70, la "justicia social" de Rafael Caldera vino acompañada de más controles, más proteccionismo, la estatización de las empresas extranjeras en el campo eléctrico y de telecomunicaciones, y limitaciones al capital foráneo en el negocio bancario. Luego tuvimos el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez, que nos dejó leyes laborales copiadas del peronismo, un Banco Central y una industria petrolera estatizados, el capital privado nacional y extranjero expulsado de casi todas las áreas rentables de la economía, mientras sembraba las bases para el desaguadero fiscal en las llamadas industrias básicas de Guayana (acero, aluminio y energía eléctrica). Los presidentes Luis Herrera y Jaime Lusinchi prácticamente eliminaron la libertad de comercio, imponiendo control de cambios, precios, etc.

En su segunda administración, Pérez fue el primer político latinoamericano en intentar ese malabarismo que desde entonces otros imitaron: el mal llamado "neoliberalismo" de una economía de mercado en una sociedad dirigida. Pérez, como después hicieron Menem, Fujimori, Cardoso y otros, intentó obtener los beneficios del sistema capitalista de libre intercambio sin desmontar el corrupto clientelismo de la economía regulada, dejando fundamentalmente intacto el capitalismo de Estado. Caldera emuló en sus inicios a Lusinchi, para luego intentar -sin convicción ni éxito- un viraje tardío en la dirección correcta.

Así llegamos a Hugo Chávez, quien nunca escondió su tendencia política ni su ardor revolucionario. En sólo tres años y medio de gobierno ha disparado la pobreza, el desempleo y la economía informal a niveles impensables hace sólo un lustro, y, lo que es muy grave, ha presidido sobre un desmontaje del tejido productivo nacional de tal magnitud que muy probablemente tome una generación recuperarlo.

Este es el legado de una visión compartida y colectivista de la sociedad. Una visión que ha sido más radical en algunos casos que en otros, pero que en sus orígenes nace siempre de Marx.

En estos momentos, cuando Venezuela vislumbra una posible luz al final del laberinto, vale la pena analizar cuáles han sido los países exitosos durante los últimos 40 años, cuáles países han logrado generar riqueza y mayor bienestar para su población. Corea, Japón, Taiwán, Singapur y Malasia eran naciones paupérrimas comparadas con la Venezuela de 1958. Hoy son naciones mucho más ricas y prósperas que la nuestra, pero resulta que en esos países sus académicos e intelectuales nunca fueron seducidos por el socialismo. Chile, la nación más exitosa de Latinoamérica, fue la única en desmontar el aparataje legal e institucional que la izquierda había creado durante décadas. Gran Bretaña, donde Margaret Thatcher logró hacer lo mismo, se convirtió en símbolo de la prosperidad europea.

Hoy, los venezolanos debemos estar atentos y asegurarnos que una vez superada la actual pesadilla no vayamos a regresar al pasado.

Ramirez D. -

Las recientes amenazas de Hugo Chávez: "Si las oligarquías (curioso término para designar a la mayoría absoluta de la población: según los últimos sondeos alrededor del 60 por ciento de la población se opone a Chávez) no aceptan los cambios, ruidos de combate y ráfagas de ametralladora tronarán", vuelven a poner de manifiesto lo que muchos izquierdistas se empeñan en querer ignorar El socialismo, para establecerse y prevalecer, necesita violencia en grandísimas dosis. Como escribe George Reisman "Incluso si un gobierno socialista fuera elegido democráticamente, [la] implementación del socialismo tendría que ser un acto de enorme violencia, llamado expropiación forzosa de los medios de producción. La elección democrática de un gobierno socialista no cambiará el hecho de que la confiscación de la propiedad en contra de la voluntad de sus dueños es un acto de fuerza. Una expropiación forzosa de la propiedad basada en un voto democrático es aproximadamente tan pacífica como un linchamiento aprobado por las urnas".

El caso de Hugo Chávez -que ya amenaza con controles de precios y cierre de medios de comunicación- se parece demasiado al episodio de Salvador Allende como para no establecer paralelismos y extraer conclusiones. En Venezuela, es verdad, el ejército parece controlado de momento por el chavismo. La sociedad civil, a cambio, parece todavía más movilizada que en el Chile de principios de los 70, aunque también allí fueron las manifestaciones y las huelgas de amas de casa, transportistas, profesionales, comerciantes, sindicatos no marxistas, etc. las que lideraron la oposición al marxismo.

Si el supuesto mérito de Hugo Chávez es haber ganado unas elecciones, el de Salvador Allende, se nos cuenta, fue optar por la "vía pacífica al socialismo". Todo falsedades. Convendrá recordar sin embargo algunos datos, como por ejemplo que el 11 de marzo de 1972 Eduardo "Coco" Paredes, jefe del Servicio de Investigaciones chileno, aterrizó en el aeropuerto de Santiago de Chile, en retorno de su viaje a Cuba, con trece grandes contenedores, seguramente cargados de armas. Cuando los funcionarios de aduanas solicitaron examinar el contenido, Paredes se negó en redondo. Acto seguido apareció el ministro del Interior Hernán del Canto que, tras tomar nota del nombre y apellidos de ambos empleados, ordenó la expedición inmediata del cargamento en patrulleras hacia la residencia personal de Salvador Allende. Los aduaneros fueron posteriormente amonestados por negligencia. Ante una concentración de trabajadores en Concepción fechas después, Allende afirmó que los cubanos le habían enviado unos cuantos "helados de mango".

La cosa venía de lejos. Durante la visita de Castro a Chile, el tirano de La Habana obsequió a Allende con una metralleta que llevaba la siguiente dedicatoria: "A Salvador Allende, de su compañero Fidel Castro". En la misma visita, prevista originalmente para durar nueve días y que se prolongó más de tres semanas, Castro habló así respecto del sentido revolucionario del gobierno allendista: "Nosotros los revolucionarios cubanos celebramos el triunfo de Salvador Allende. ¿Cómo podíamos ver aquel hecho? ¿Con tristeza, mortificados porque se producía una victoria electoral y sin las armas? Habría que suponernos unos cretinos completos, unos incapaces, unos estúpidos. No. Nosotros vemos el proceso chileno con las mismas metas que el nuestro".

Javier Torcuato J. -

Cuando Hugo Chávez llegó al poder, hace seis años, fue recibido con júbilo, como el salvador de un país en crisis. Su receta, el "autoritarismo democrático": control, orden y autoridad. Como otras veces, la desesperación de un pueblo desencantado favoreció el populismo mesiánico, y, de la mano de la revolución bolivariana, Venezuela comenzó su deriva hacia la tiranía. Chávez no ha dejado de afirmar su régimen a costa de la democracia, transformada en "participativa", "popular" y, finalmente, "de partido único", preludio de la tiranía. Tras las elecciones del 4 de diciembre de 2005 se ha acelerado este proceso autocrático, y hoy Hugo Chávez ejerce casi todos los poderes del Estado, ha comenzado a extender su "revolución" por Hispanoamérica y amenaza con perpetuarse en el poder a través de un referéndum.

Chávez controlaba la Asamblea Nacional desde las elecciones del año 2000. Aunque su partido fue perdiendo apoyos, siempre logró conservar el 51% de los escaños, y esta mínima mayoría le bastó para actuar a placer, aunque para ello tuviera que aprobar leyes orgánicas con mayorías simples o modificar ocho veces el reglamento de la Asamblea, restringiendo cada vez más derechos parlamentarios como el de palabra o el de intervención, básicos para el funcionamiento de una democracia parlamentaria.

Algo parecido ha ocurrido con el poder judicial. Chávez provocó una crisis en la Corte Suprema que se saldó con la renuncia de la mayoría de los magistrados, incluida su presidenta. Desde entonces, el Parlamento ha destituido magistrados y jubilado jueces, y los ha sustituido por jueces temporales y tribunales populares, más del 80% de ellos designados a dedo. En mayo de 2004 se produjo de manera irregular la reforma de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), después de que éste tomara decisiones en contra de la línea política del Ejecutivo. La nueva norma, aprobada por mayoría simple en contra del artículo 203 de la Constitución venezolana, incrementó de 20 a 32 el número de magistrados del Supremo, designando directamente 17 nuevos magistrados y asegurándose el nombramiento de los suplentes. En los últimos meses, alrededor de seiscientos jueces han sido expulsados de la carrera judicial –por no superar la evaluación de la Inspectoría General de Tribunales–, cuyos puestos serán ocupados por ideologizados estudiantes de la Escuela de Magistratura. La longa manus del poder ha llegado también hasta la Fiscalía, y fiscales cercanos al régimen, como el tristemente asesinado fiscal medioambiental Danilo Anderson, hostigan a los líderes de la oposición, sin importar que entre o no en sus competencias. La Justicia es ahora un medio de persecución política a periodistas, banqueros o cargos electos de los partidos de la oposición.

En el Ejército, Chávez ha construido una cúpula a su medida, con el nombramiento de 25 de los 29 altos mandos castrenses. Las Fuerzas Armadas se han convertido en una estructura paralela de poder. Sobre sus miembros recaen las más altas responsabilidades en el gobierno nacional y en el de las ciudades, en las empresas estatales e incluso en las universidades, lo que hace al Ejército quizás más poderoso que el propio Gobierno. Articulado en torno al Plan Bolívar, un vasto plan para la penetración del Ejército en la vida civil, son muchos los que proclaman orgullosos que la revolución bolivariana tiene en el Ejército su máximo sostén. Quizás por eso Venezuela ha decidido invertir en material bélico, presuntamente con usos pacíficos, y en su lista de la compra se encuentran aviones militares, corbetas y naves patrulleras, adquiridos a Brasil y España, junto a los helicópteros y 100.000 fusiles Kalásnikov que pronto empezará a recibir de Rusia. Además, el Gobierno financia una milicia civil, las Brigadas Bolivarianas, imitación de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) cubanos. Pronto llegarán a los dos millones de efectivos, y con su estilo violento y mafioso convertirán el miedo en uno de los pilares más sólidos del chavismo.

El Consejo Nacional Electoral (CNE) ha abandonando su papel de guardián del sistema, esencial en cualquier democracia, para colaborar con el Gobierno. El artículo 296 de la Constitución establece que el CNE debe ser designado por la Asamblea Nacional "con el voto de las dos terceras partes de sus integrantes". Sin embargo, el actual fue nombrado por el TSJ, que estableció que cuatro de los cinco magistrados fueran personas "afines a la Revolución".

F. Hernandez -

Junto al aumento de las amenazas de la implantación del llamado socialismo del siglo XXI, se difunde también una interpretación fatalista en torno a lo que ocurre y puede ocurrir en Venezuela. Tal fatalismo consiste en creer que el curso de los eventos está determinado y nos conduce a un destino inevitable, producto de un plan estructurado en detalle y con antelación por el principal protagonista del proyecto y sus asesores. De acuerdo con esta visión de las cosas, lo que pasa en Venezuela es resultado de una estrategia minuciosamente elaborada y ejecutada, que nos coloca de modo inexorable en la ruta de "otra Cuba".

L. P. -

Muchos analistas se preguntan por qué el socialismo, a pesar de su evidente fracaso evidenciado por la caída del muro de Berlín, todavía existe en algunos países como Cuba y Corea del Norte, mientras se instala formalmente como una opción social en Venezuela. La causa real por la que el socialismo estatista sigue siendo invocado en el siglo XXI, a pesar de haber empobrecido a muchos países en el siglo XX, es que justifica la concentración ilimitada del poder en manos de los gobernantes, pero en nombre de los pobres y de la miseria.

En Cuba hay un señor que con el disfraz del socialismo ha gobernado 48 años y ha hecho lo que le place. No es necesario ser sociólogo para identificar que esa isla vive desde hace décadas bajo una grotesca y empobrecedora dictadura; sin embargo, gracias a que ese gobernante se dice socialista y se la pasa insultando a los ricos y a los imperialismos, todavía tiene las consideraciones y el respeto de un gran número de intelectuales en América Latina.

En el caso de Venezuela tenemos a un socialista populista que llegó al poder democráticamente, al igual que Hitler. Su táctica para ganar popularidad es repartir dinero entre las familias pobres, tal como lo imitó un partido político en Ciudad de México.

Muchos dictadores son populares porque generan esperanzas entre los pobres y, aunque no les resuelven los problemas de fondo ni los sacan de la miseria, les dan dinero para resolver transitoriamente algunas carencias. El socialismo real, que se instrumentó el siglo pasado en la Unión Soviética, Europa del Este, China, Vietnam y otros países, no resuelve ningún problema social sino que los agrava, mientras acumula la concentración económica y política del poder en el grupo gobernante.

El socialismo real disfraza despotismos y dictaduras, bendecidas muchas veces por una democracia mal entendida. La democracia no es sólo el voto mayoritario en elecciones periódicas, sino el cotidiano respeto a los tres derechos fundamentales del hombre: vida, propiedad y libertad. Cuando los gobernantes no respetan esos derechos fundamentales y los que de ellos se derivan, como sucedió con Hitler en Alemania y está pasando hoy con Chávez, aunque hayan sido elegidos por mayoría de votos, no se les puede llamar demócratas.

Barceló -

En 4 de febrero de 1992 el actual presidente de Venezuela lideró un golpe de Estado contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez. Este domingo se cumplen quince años de este primer intento fallido de asaltar el poder y Chávez no ha dudado en celebrarlo por todo lo alto. El Parlamento celebrará una sesión especial y se celebrará un desfile militar en Caracas en el que lucirán uniforme militar los compinches golpistas del presidente. Este aniversario coincide con la reciente aprobación de una ley que da poderes ilimitados a Chávez para transformar Venezuela definitivamente en una dictadura.
Este es uno de los amigos de Zapatero.