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Elecciones gallegas. ENTREVISTA A MANUEL FRAGA .

Elecciones gallegas. ENTREVISTA  A  MANUEL FRAGA .

Tras más de medio siglo en la política activa, a sus 82 años Manuel Fraga afronta su último gran desafío electoral: obtener por quinta vez consecutiva la mayoría absoluta en el Parlamento gallego.

Pero en estas elecciones, a priori, no le resultará tan sencillo batir su propia marca.

Don Manuel se enfrenta a los comicios autonómicos más reñidos desde que desembarcó en la política gallega en 1989.

Tras una legislatura agitada, Fraga llega a la cita con las urnas sin una gran ventaja. Por primera vez en mucho tiempo, las encuestas sitúan al PP fuera de la mayoría absoluta, es decir, fuera del poder en Galicia.

Muchos españoles, y desde luego gallegos, identifican a Fraga con Galicia. Sin duda usted ha hecho mucho por esta región convirtiéndose en toda una institución más allá de sus ideas políticas. Si revalida una victoria sería el broche de oro para su trayectoria política, pero si no, ¿no ha asumido un riesgo que puede estropear el final de su carrera como político?

Es evidente que en democracia, siempre se corre el riesgo de una derrota electoral, pero las reglas del juego son esas, afortunadamente. En todo caso, confío en el sentido común del pueblo gallego y en su capacidad para evaluar el trabajo desarrollado en estos años de gestión seria y eficaz al servicio del conjunto de la sociedad a la que nos debemos.

Las inversiones en Galicia se han visto resentidas a consecuencia de la subida al poder del socialismo, el Plan Galicia se ha paralizado, ¿a su juicio el Gobierno del PSOE ha perjudicado conscientemente a Galicia como represalia por el apoyo del pueblo gallego al PP?

Desde la llegada al Gobierno central del Partido Socialista, Galicia está siendo objeto de una estrategia de acoso y derribo perfectamente diseñada, con el consentimiento del candidato socialista a la Presidencia de la Xunta.

Inversiones que ya estaban comprometidas, que formaban parte de un compromiso de Estado adquirido por un Consejo de Ministros celebrado en A Coruña en enero de 2003, han sido paralizadas y arrebatadas para destinarlas a otras Comunidades con mayor afinidad ideológica. La señora ministra de Fomento incluso llegó a insultar al conjunto de la ciudadanía gallega al referirse, despectivamente, al Plan Galicia de mierda. Desde luego, se puede pensar cualquier cosa menos que estas afrentas puedan ser casuales.

Son muchos los líderes nacionales de uno y otro partido que acuden a la campaña gallega, ¿no cree que la Ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, después de haberse referido despectivamente al Plan Galicia, lo mínimo que debería hacer es dar la cara ahora?

Según tengo entendido, a doña Magdalena le han prohibido tajantemente que pise Galicia durante la campaña electoral. Es una pena, porque seguramente podría explicar las razones que la han llevado a despreciarnos de esta forma, a pesar de que sus dos abuelos eran oriundos del Courel, en la montaña luguesa.

Observamos la campaña electoral gallega y sinceramente no creemos que la altura del debate de la talla. Sus enemigos se empeñan en el chascarrillo sobre su edad y el latiguillo un tanto despreciativo de que el poder del PP se sustenta en el rural gallego, pero no cuentan al pueblo cual es su proyecto. ¿Nos podría usted decir que es lo que ofrece el PP a los votantes gallegos, más allá de su ya figura carismática?

Como es lógico, cualquier candidatura electoral tiene que sustentarse sobre un programa sólido, que ofrezca alternativas de futuro ilusionantes, pero siempre realistas. Es el caso del Partido Popular que, después de 15 años de gestión intachable en todos los aspectos, aspira a dar a Galicia el empuje definitivo.

Queremos que la próxima legislatura sea la del empleo, y ofrecemos la creación de 120.000 puestos de trabajo, 80.000 de los cuales serán para las mujeres. No se trata de una promesa más, sino que se sustenta sobre la evolución positiva del mercado de trabajo en los últimos meses, y así lo señalan indicadores como el paro registrado, la Encuesta de Población Activa o el registro de afiliaciones a la Seguridad Social.

Otra de las apuestas girará en torno a las políticas sociales, con una especial atención a la conciliación de la vida laboral y familiar. Llevamos meses aprobando cada semana la puesta en marcha de una guardería y el siguiente paso consistirá en la apertura de establecimientos que presten atención a la infancia durante las 24 horas, para tener así en cuenta las necesidades de los padres que trabajan en horario nocturno. Los mayores verán también reforzada la atención, no sólo con la creación de nuevas plazas en centros especializados, sino reforzando los diferentes dispositivos asistenciales: atención a domicilio, centros de día, etc.

La izquierda desde el accidente del Prestige no ha parado de atacar su imagen, recientemente el colectivo Burla Negra ha lanzado un panfleto insultante contra usted y el PP, igualmente los llamados intelectuales comprometidos, es decir marxistas, se han reunido para echar a la derecha del Gobierno autónomo, ¿No cree que el PP no ha prestado el suficiente apoyo a los verdaderos intelectuales independientes y ha dejado huérfanos a muchos colectivos cívicos que se oponen a esa izquierda radical? ¿No son ustedes, los dirigentes del PP, quizás culpables de haber abandonado el mundo de la cultura y la comunicación al dominio de la izquierda demagógica y manipuladora?

Nuestro defecto, del que por otra parte nos sentimos orgullosos, ha sido comportarnos en todo momento con honradez y con honestidad, administrando escrupulosamente el presupuesto público. Puese resultar paradójido, pero es totalmente cierto: muchos de los que en los últimos meses se han desgañitado gritando para desalojarnos del poder han contado con ayudas diversas de esta Administración, que jamás ha hecho distinciones de tipo político. Lástima que la honestidad no sea correspondida.

Son muchos los que opinan que es precisa una profunda remodelación en el PP gallego, ¿si revalidan la victoria su sucesión podría facilitar esa remodelación o por el contrario traerá problemas de división entre los “barones” del PP gallegos deseosos de hacerse con el control del partido? ¿Y si pierden el gobierno de la comunidad?

En ocasiones, y como consecuencia del efecto multiplicador de los medios, las anécdotas acaban convirtiéndose en grandes titulares. El Partido Popular de Galicia goza de una salud excelente y, llegado el momento, será capaz de afrontar mi sucesión con plenas garantías de éxito.

Recuérdese que Aznar llegó a la Presidencia del Partido después de que un servidor le cediese el testigo. Y recuérdese, también, que en el ecuador de la presente legislatura, nombré a dos vicepresidentes de la Xunta de Galicia que están trabajando fenomenalmente. Pase lo que pase, nuestra formación política cuenta con puntales sólidos que garantizan su viabilidad en cualquier circunstancia.

Zapatero ha abierto un peligroso debate sobre la organización territorial del estado. ¿Nos encontramos ante un verdadero intento de cambio de régimen? ¿Los cambios que propugnan el nacionalismo y la izquierda desde Vascongadas y Cataluña no suponen la creación de estado federal, o incluso confederal? ¿Una victoria en Galicia de la coalición BNG-PSdG abriría un nuevo frente separatista en España?

Llevo tiempo advirtiendo del riesgo que supondría, no sólo para Galicia, sino también para el conjunto de España, un triunfo de la coalición BNG-PSOE en las Elecciones del próximo 19 de junio. Abriría un nuevo frente en el ya deteriorado panorana político nacional, seriamente deteriorado en este momento por la situación política de Cataluña y del País Vasco.

Este escenario no tendría mayor importancia si España contase con un Ejecutivo sólido y con un proyecto de país. Sin embargo, desgraciadamente, el Gobierno de Rodríguez Zapatero carece de un proyecto nacional sólido y navega al garete, zarandeado por las presiones del nacionalismo radical.

Las reformas de los estatutos de autonomía parece que van a ser el ariete para transformar el sistema político que estableció la constitución de 1978, ¿no cree que ante la tesitura actual, en vez de hablar de más competencias, sería más oportuno hablar de armonización, solidaridad e igualdad entre las diversas CC.AA?

En Galicia no hemos abordado todavía esa reforma, a la espera de que se constituya el nuevo Gobierno resultante del proceso el electoral en el que estamos inmersos. Desde el Partido Popular de Galicia consideramos que nuestro Estatuto podría ser mejorado pero, eso sí, siempre que consigamos alcanzar un consenso similar al de 1981 –cuando se aprobó el actualmente vigente- y que se respete el espíritu y la letra de la vigente Carta Magna.

Para nosotros, y más allá de la cuestión estatutaria, los principios de solidaridad y participación, garantizados por la Constitución de 1978, deberán quedar a salvo de cualquier maniobra, con independencia de quien sea el inspirador de esta.

El modelo de financiación autonómica es otro de los puntos de discordia. Los ciudadanos de a pie tenemos la impresión de que cada cual apuesta por el modelo que más le conviene, para sacar más tajada… en definitiva nos parece que esto se parece cada día más a un reino de Taifas y que la nación, el bien común de todos los españoles, no importan mucho. ¿No cree que cualquier modelo debe pasar necesariamente por respetar los principios de igualdad fiscal y solidaridad?.

Efectivamente, consideramos que cualquier modelo de financiación debe ser fiel al principio de la equidad fiscal y la solidaridad interterritorial. Por esta razón, no admitiremos un modelo de financiación autonómica de corte “confederal”, que introduzca privilegios para determinadas Comunidades Autónomas. Rechazamos cualquier intento de negociación bilateral, porque se quebraría el principio de solidaridad.

Tampoco podemos admitir el planteamiento de los déficits fiscales de las Comunidades Autónomas, porque son las personas y no los territorios, los que soportan los esfuerzos fiscales. Cualquier sesgo en esa dirección “confederal” plantearía riesgos para comunidades como Galicia, al afectar seriamente a la cohesión social y al equilibrio territorial. No queremos un modelo que consagre “comunidades de dos velocidades”. Además, para Galicia es muy importante que se tenga en cuenta el coste de prestar servicios con una población muy dispersa y envejecida.

¿Cuál es a su juicio la política que se debe seguir para fortalecer la cohesión nacional y conjurar el peligro separatista?

En primer lugar, y por encina de todo, deberían salvaguardarse los principios constitucionales que nos han permitido ya casi tres décadas de convivencia pacífica y democrática a todos los españoles. Resulta lamentable que el Ejecutivo central carezca de un programa sólido que, respetando los principios constitucionales de autonomía, solidaridad y participación, nos blinde frente a los riesgos del separatismo que no conoce límites.

18 comentarios

gallega -

Domingo 19 de urnas, por cierto, que los meteorólogos pronostican soleado y caluroso, con lo que por primera vez en la historia electoral autonómica de Galicia –los demás comicios se han celebrado entre octubre y diciembre-- los partidos políticos y los candidatos deberán competir, además de entre ellos mismos y con la típica abstención, con los bañadores y las playas.

Aunque en esto del tiempo hay opiniones para todos los gustos. De hecho más de uno dice que la gente vota mejor con sol que con lluvia: "vota a primera hora y se va después a la playa, mientras que cuando llueve y hace frío apetece menos salir de casa para acercarse al colegio electoral", decía ayer mismo un candidato popular.

Sin embargo, su jefe, Fraga durante la campaña se ha referido en diversas ocasiones a olvidarse del bañador y acudir a las urnas. Quizá don Manuel sabe bien que los buenos sociólogos advierten que el sol aleja a los votantes y, también, que jamás por llover los gallegos han dejado de acudir a votar, incluso la asistencia a las urnas más alta --un 66,31%-- coincidió con la jornada electoral más lluviosa, la del 19 de octubre de 1997. De todas maneras, parece no haber muchas discrepancias entre las fuerzas políticas gallegas para resaltar que, en esta ocasión, la participación puede ser récord histórico en Galicia y que un porcentaje más alto del habitual en otras elecciones puede acercarse a votar.

gallego -

Pues se acabó lo que se daba. La campaña de las gallegas ha echado el cierre. Ahora, como suele decirse: a esperar el veredicto, a partir de las ocho de la tarde del domingo, de las papeletas que depositen los más de 2,5 millones de gallegos con derecho a voto en las 4.069 urnas distribuidas en 2.676 locales electorales de toda Galicia.

Realmente ha sido una campaña reñida, intensa e interesante y que ha llegado al final con la incertidumbre del resultado. La más reñida sin duda desde que en 1981 la Alianza Popular de Manuel Fraga, con Gerardo Fernández Albor de candidato, arrebatase a la UCD de Adolfo Suárez la Xunta de Galicia.

No es que no se sepa quién será el ganador el 19-J: El PP según todos los sondeos ganará con una diferencia sobre el segundo partido en liza de entre diez y quince diputados, pero la incertidumbre proviene por si los de Manuel Fraga y Mariano Rajoy serán capaces de obtener los 38 escaños que marcan la mayoría absoluta en el Parlamento gallego o, por el contrario, un pacto entre los socialistas de Emilio Pérez Touriño y José Luis Rodríguez Zapatero y los nacionalistas gallegos de Antxo Quintana --que se da por hecho tras las elecciones, si les sonríe el resultado-- les arrebatará el Gobierno autonómico que ostentan desde aquel 1981 de forma casi ininterrumpida.

Victor Rodriguez -

El titular de la Xunta pidió a cada gallego que haga un "ejercicio de reflexión" y que respalde a su partido si ellos mismos, su familia y su entorno "mejoraron en los últimos años". Galicia precisa, según el veterano político, "un Gobierno firme en la defensa de nuestros intereses, capaz de exigir lo que nos corresponde por justicia".

Durante su intervención, Mariano Rajoy dijo que Manuel Fraga "nunca ha fallado a Galicia" y la ha situado "al nivel de las mejores". Además matizó que éste volverá a ser presidente de la Xunta porque "se lo merece" y añadió que "no es momento de blandenguerías ni de personas timoratas".

Rajoy destacó que la Galicia que propone Fraga es "liberal, abierta, de oportunidades, democrática y que puede mirar al futuro con orgullo e ilusión" frente a la propuesta del PSdeG y del BNG que es la "Galicia de los tristes y de los antiguos". (FIN)

Victor Rodriguez -

Los candidatos a la Presidencia de la Xunta han pedido esta noche por última vez el voto en los actos de cierre de campaña. Manuel Fraga ha expresado su confianza en que el pueblo "sabio" y "serio" le dé la victoria.

Fraga cerró la campaña en Vigo acompañado del líder del PP, Mariano Rajoy, en un acto en el que concitó a más de 7.000 personas y en el que confesó que aunque no sabía "lo que pasará" el domingo, se sentía "enormemente satisfecho" del respaldo de los ciudadanos.

El presidente del PPdeG expresó su confianza en que el pueblo gallego "sabio", "serio" y "agradecido" le otorgue la victoria en las urnas, y "no dé la mayoría a dos personas que desde el primer día van a empezar a pelearse". (continua....

Domingo Tarteso F. -

¿Quién le dijo a Rajoy que midiera al milímetro sus apariciones en la campaña de Galicia? ¿Quién le recomendó dejar a Fraga al pairo de su propia suerte electoral? ¿Quién en el ejercicio de una asesoría áulica pretendía inclinar la balanza en favor del «absentismo electoral»? Claro, demasiados viajes, muchos kilómetros, pocos titulares y, seguramente, grandes disgustos por los pronunciamientos de don Manuel. A todas éstas, los cargos del partido, conscientes de las dificultades en Galicia, también eran conscientes de que están en la oposición, que toca remar, viajar sin cobertura oficial, soportar unas irritantes dosis de manipulación informativa y cierto derrotismo (muy de salón de té) entre «la masa crítica» de Génova, más gris que masa. Al final, por Finisterre han pasado casi todos: Acebes, Aguirre, los líderes autonómicos, Zaplana, Piqué, Gallardón, Arenas y todos los demás. Se la juegan todos y todos han dado un paso al frente. Si se confirma la gran remontada, Galicia será descrito como el principio de un viaje que acaba en La Moncloa y en el que el partido habrá superado muchos complejos, el victimismo político derivado de la incomprensión sobre lo que pasó entre el 11 y el 14-M y los malos augurios de los y las de siempre, tan afectos y afectas a Rajoy como poco eficaces. Si no hay mayoría absoluta, las estructuras del Partido Popular habrán demostrado que el pulso ya es el normal.

Ramón Galo -

Las predicciones dependen de los intereses del gurú de turno. Por eso a nadie extraña que, en Galicia, distintas voces defiendan con igual intensidad una deseada alternancia política como una necesaria continuidad. El verdadero veredicto lo guardarán los ciudadanos hasta el 19-j, una fecha en la que se espera una participación tan alta como la de las municipales posteriores al Prestige o las últimas generales, por encima del 70%. Estas son las claves de unos comicios que tienen asegurado el impacto político y mediático.

M. R. Iglesias -

En el ecuador de la legislatura municipal, socialistas y nacionalistas se congratulan del buen funcionamiento de sus «pactos de progreso», que les permiten gobernar en una treintena de ayuntamientos gallegos en los que ningún partido había logrado mayoría absoluta en las elecciones locales de mayo de 2003, pero evitan hablar de los que han perdido. El primer año, la alianza en el terreno municipal de PSdG y BNG sufrió fuertes turbulencias que dieron al traste con su coalición en varias corporaciones y provocaron la pérdida del Ayuntamiento más poblado de Galicia, el de Vigo. El segundo año resultó mucho más tranquilo. Pero en vísperas de las elecciones gallegas, las direcciones de ambos partidos son conscientes de que esos pactos en los ayuntamientos son vistos como el reflejo de lo que podría ser un hipotético gobierno de coalición en la Xunta. Los dirigentes políticos se limitan a señalar que «son administraciones distintas», alertan Ánxela Bugallo, del Bloque Nacionalista Galego, y Ricardo Varela, del PSdG-PSOE.
Varela destaca que esos denominados «pactos de progreso» en el ámbito municipal no son extrapolables a la Xunta. Los socialistas, dice, se presentan a las elecciones gallegas del 19 de junio «para solicitar una mayoría de gobierno» para el PSdG. Idéntica es la matización en el BNG ante la proximidad de la cita autonómica con las urnas. Atrás queda el convulso divorcio entre los socios de gobierno de Vigo, que hace año y medio supuso la pérdida de una ciudad emblemática para ambos. (FIN)

M. R. Iglesias -

En la provincia de Orense, tres son los municipios donde BNG y PSdG no han sabido mantener el acuerdo. Verea, A Porqueira y A Rúa son ejemplos de la falta de entendimiento entre los partidos de Touriño y Quintana. Por último, en Pontevedra el PP consiguió las alcaldías de Vigo, Baiona, Ponteareas y Bueau gracias a los desaguisados de nacionalistas y socialistas y el hastío, en algunos casos, de los independientes que cambiaron su posturas de apoyos.
El pacto local firmado personalmente por los ahora candidatos a presidir la Xunta de Galicia, el socialista Emilio Pérez Touriño y el nacionalista Anxo Quintana, fue una especie de ensayo de PSdG y BNG para llegar a las autonómicas del domingo como una verdadera alternativa a Manuel Fraga. Pero el ensayo no ha obtenido los resultados que esperaban, y ahora no quieren ni oír hablar de pactos rotos, en una campaña en la que se frotan las manos por la posibilidad de unir sus fuerzas y alcanzar la presidencia de la Xunta.
El primer año del acuerdo fue cuando se evidenciaron las grandes diferencias que hay entre nacionalistas y socialistas. Sin embargo, el segundo año ha sido más tranquilo, lo que ahora usan como bandera PSOE y BNG para defender ante el electorado que son una verdadera alternativa al PP, aunque mantienen sus dudas. (continua....

M. R. Iglesias -

El difícil matrimonio entre el PSOE y el BNG.

Han roto relaciones en la mitad de ciudades en que acordaron gobernar juntos.

El pacto de gobierno que socialistas y nacionalistas alcanzaron tras las elecciones municipales de 2003 para gobernar en los municipios gallegos en los que la suma de sus fuerzas podía desbancar al PP ha sido un relativo fracaso. El acuerdo alcanzaba a 45 municipios y en estos momentos 12 de ellos han perdido la alcaldía, generalmente por mociones de censuras apoyadas por tránsfugas de sus propios partidos. En otras 10 localidades los gobiernos son precarios, con minorías raquíticas que no permiten casi aprobar acuerdos.
En la provincia de La Coruña, los primeros enfrentamientos se vivieron en Carral y Corcubión, donde al romperse el pacto, la coalición BNG-PSOE perdió las alcaldías. En Ferrol no llegaron ni a ponerse de acuerdo, y en Sada el ex alcalde del PP –que había perdido por primera vez el sillón de mando tras varias legislaturas– consiguió el apoyo de un tránsfuga y recuperar el Ayuntamiento. Eso sí, tuvo que abandonar su partido. En Lugo, el principal enfrentamiento se ha vivido en Sarria, donde los independientes han arrebatado la alcaldía a los progresistas. (continua....

Cristina L. -

Con el desgaste de cuatro legislaturas seguidas, olvidados ya el desastroso bienio bajo la batuta socialista y los desmadres del felipismo, con una política educativa y cultural seguidista del nacionalismo y un sector de nuevos votantes que ha nacido a la política bajo las campañas de agit-prop de la izquierda, el PP en Galicia tiene poco a favor y mucho en contra para alcanzar los 38 escaños que necesita. Y si bien la franja opaca de las encuestas suele corresponder al voto de la derecha, es posible que se esté preparando discretamente un trasvase en sentido contrario. No se sabrá hasta el final.

De momento, los socialistas están echando toda la carne en el asador de las gallegas. Para el PSOE son la ocasión de refrendar el precario edificio zapateril, la que se le escapó en las europeas, en el oprobioso referéndum plus y en las autonómicas vascas. Si Fraga se quema en las urnas, el humo servirá de incienso para ZP y velará las resquebrajaduras que aparecen día tras día en su careta. Al menos, durante unos cuantos telediarios. (FIN)

Cristina L. -

Por si alguien no tenía claras las ventajas de un tal aparejamiento, Rodríguez se ha encargado de iluminarlo en sus tournés por la región. Ya fuera con el símil de la bicicleta: “necesitas dos pedales, el del gobierno de España y el de Galicia”, o con un “no regatearé ni un euro del presupuesto de España para apoyar al gobierno de Touriño”, pocas veces se habrá hecho un chantaje tan transparente al electorado. Y eso por parte de quienes suelen acusar a Fraga de “comprar votos”. Que son los mismos del “plan Galicia de mier..” y los mismos que han preferido atarse a sus insaciables socios de Cataluña. Pero si hay algún “efecto ZP” que funcione, más allá de los nuevos votantes, será la promesa del maná estatal.(continua....

Cristina L. -

Si el PP logra su quinta mayoría absoluta en Galicia el domingo, será contra viento y marea. Las flores de invernadero de la corrección política se asustan de las inconveniencias verbales de Fraga, pero no van a ser esos defectos del presidente gallego los que inclinen la balanza. Con esos y otros ha ganado en cuatro ocasiones. El PP ha obtenido la mayoría de los votos en la región pese a trances como el Prestige, la guerra de Irak y el 11-M. Fraga se presta a la caricatura, pero ese árbol no ha impedido hasta ahora a los electores ver el bosque: el despegue económico y social de Galicia, negado siempre por la oposición, ha sido una realidad.

Esa realidad puede jugar contra el PP en estos comicios. Y por dos vías distintas. El PP, como suele hacer, ofrece buena gestión, pero éste es un mensaje insuficiente en sociedades que ya han alcanzado cierto nivel de prosperidad. Y ahora no controla el grifo del dinero estatal. Una gran mayoría de los gallegos perciben que el gobierno central maltrata a la Comunidad y sería de ilusos no colegir que la tentación de alinearse con el viento que sopla de Madrid será fuerte. (continua....

A. M. -

No quiero dudar de que, a veces, resulta normal gobernar en coalición con otras fuerzas políticas, pero hacer una campaña electoral sabiendo que, en el mejor de los casos, sólo podrá gobernarse con uno de los adversarios es más que triste. Es un drama, que termina pervirtiendo el programa de un partido, supuesto que lo tenga, e incluso la esencia de la democracia. En fin, a pesar de todo, o sea, de la edad y el estilo de Fraga, o que el PP no haya resuelto el problema de la sucesión en Galicia, o que el PSOE oculte el inmenso despegue económico y social de Galicia con Fraga, o incluso a pesar del chantaje de Rodríguez Zapatero al electorado gallego prometiendo que “no regatearé ni un euro del presupuesto de España para apoyar al gobierno de Touriño” y, por supuesto, a pesar de haber paralizado el plan Galicia de infraestructuras, etcétera, el PSOE no ganará las elecciones.

He ahí el dato que tiene que discutirse. Precisamente, el que todos ocultan. ¡Es penoso! (FIN)

A. M. -

Por lo tanto, aunque los socialistas alcanzasen el poder, resulta extraño, e incluso atrabiliario, que tengamos que hablar de su fracaso. En realidad, el fracaso es trágico, porque los resultados electorales demostrarían una vez más que el PSOE es incapaz por sí sólo, sin recurrir a tácticas y estratagemas postelectorales de desmontaje de la nación democrática, de crear una alternativa plausible al PP. El PSOE, y esta es la tragedia, es incapaz de generar nuevas ilusiones, nuevos proyectos democráticos capaces de desplazar a Fraga. Lejos de diseñar nuevas políticas o de poner imaginación a las pocas que tiene, el PSOE tiene que recurrir a las añagazas de los viejos partidos del XIX y XX que vendían su alma al diablo por las migajas del poder. La democracia concebida como una forma de vida atractiva al PSOE le trae sin cuidado, su única obsesión es la utilización del Estado de Derecho para eliminar a los adversarios por un lado, y, por otro, reducir la democracia a una mera fórmula aritmética, o sea, conseguir la mitad más uno de los votos a cualquier precio, que es el mejor camino para definir el “golpe de Estado postmoderno” del que tan partidario es el PSOE. (continua....

A. M. -

Aunque lo oculten, después de cuatro mandatos, cuatro, gobernando en Galicia el PP, si el PSOE no gana por mayoría holgada las elecciones del 19 de junio, será un fracaso estrepitoso para el Gobierno de Rodríguez Zapatero. Vendría a sumar, después de su llegada accidentada al poder, una derrota más a las que ya obtuvo en las europeas, vascas, por no citar el lamentable referéndum sobre la Constitución europea. También será un fracaso, porque ganando, o mejor, porque sólo puede ganar con los votos del BNG tiene que gobernar con este partido. No menos humillación sería para los socialistas, según predicen algunos analistas, que tuvieran que ceder las Consejerías más importantes, o incluso la presidencia, de la Xunta al independentista Quintana; nadie descarte esta posibilidad, sobre todo si recordamos que en las anteriores autonómicas, en 2001, esta coalición de partidillos independentistas y marxistas-leninistas fue la segunda fuerza electoral de Galicia por delante del PSOE. (continua....

A. M. -

Es un drama político para los socialistas que todas las encuestas den ganador a Fraga en Galicia. Es un fracaso político de envergadura para el PSOE que todo gire en torno a si el PP sacará o no mayoría absoluta. Es una derrota del programa socialista que tenga que recurrir a una política perversa de alianzas para acceder al poder. El posible éxito aritmético del PSOE no es sino otra forma de hablar de la decadencia política de los ganadores. Pues que lo más grave de las elecciones de Galicia es que el perdedor pudiera llegar al poder. El PSOE, efecto, será el gran perdedor de las elecciones gallegas frente al PP, pero sólo podrá gobernar por un acuerdo con el BNG. El alevoso triunfo del PSOE sería tan ridículo, tan dependiente de fuerzas irracionales y malas artes nacionalistas, según todos los sondeos electorales, que las consecuencias serán terribles para este partido y, por supuesto, para los españoles. El PSOE diría, una vez más, adiós a la nación española en Galicia, porque tendrá que gobernar con independentistas. (continua....

Mariano D. -

Y qué decir desde el punto de vista de España: un nuevo frente separatista. El BNG exige en su programa electoral un nuevo estatuto que, como no, reconozca a Galicia la categoría de nación dentro de un “estado plurinacional, pluricultural y plurilingüe”. El BNG también exige un nuevo modelo de financiación con “responsabilidad plena para Galicia, que elimine la confusión existente al incluir en el mismo sistema a naciones como Galicia y CC.AA. que no tienen identidad nacional.”. Por último el BNG quiere “un nuevo modelo de estado” en el que se cree “una comisión mixta formada por igual número de representantes del gobierno gallego y del estatal” que sirva para fijar las políticas sobre las escasas competencias que no se trasfieran totalmente al gobierno autónomo. Resumiendo, la semi-independencia formal y la independencia de facto.

Este es el proyecto que nos propone el PSOE y sus socios separatistas: desmembrar España. Píenselo antes de votar, hoy aún estamos a tiempo de poner soluciones y parar el despropósito de que unos partidos que sólo representan al 9 % de los electores, dicten la política a seguir en España a un gobierno irresponsable. Piensen en ello hasta las personas de izquierdas, porque mañana puede ser demasiado tarde y quizás sólo podamos lamentar los errores de hoy. (FIN)

Mariano D. -

El líder del PsdG, Touriño, ya ha confirmado que de conseguir la mayoría suficiente para echar del poder al PP, que sin duda ganará las elecciones autónomas, formará un gobierno de coalición en el que no tiene inconveniente de llevar como vicepresidente de la Xunta, al candidato del BNG, reeditando el modelo catalán de asociación con ERC.

Y es que por mucho que quiera decir Paco Vázquez, el españolista alcalde la Coruña, con la línea radical que está siguiendo su partido, sólo puede aspirar a gobernar Galicia con los apoyos de los nacionalistas.

Desde el punto de vista interno, la experiencia de la coalición de socialistas y nacionalistas en el ayuntamiento de Vigo, la principal ciudad de Galicia, concluyo en un enfrentamiento entre los presuntos socios que paralizó la ciudad durante meses. No hay que olvidar que el BNG es una coalición, con numerosas corrientes, y es de temer que sea bastante difícil lograr un entendimiento entre PSOE y BNG que consiga un gobierno coherente, con lo cual la victoria nacional-socialista puede ser inestable y desde luego negativa para la gobernabilidad de Galicia. (continua....