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La crisis boliviana empeora la relación de Venezuela con EE.UU.

La crisis boliviana empeora la relación de Venezuela con EE.UU.

Roger Noriega, secretario de Estado adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental en Estados Unidos, responsabilizó al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, por la crisis en Bolivia. Lo dijo a la prensa en Fort Lauderdale, Florida, sede de la 35ª Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA).

La acusación, que desmiente el canciller venezolano, Alí Rodríguez, no es nueva. A principios de año, en declaraciones a The Miami Herald, el ex jefe del Comando Sur, James Hill, aseguró que está probado que Chávez le dio, y probablemente sigue dando, dinero a Evo Morales, principal líder de las revueltas y manifestaciones. También acusó al ex golpista de asistir a las FARC "mirando para el otro lado cuando los guerrilleros se refugian en Venezuela" y apoyando con dinero al FMLN salvadoreño.

El canciller venezolano ha denunciado que "Estados Unidos sigue echándole leña al fuego" y que "desde Estados Unidos se dicen muchas cosas". "No las crean", dijo para declinar cualquier responsabilidad de Venezuela en la grave crisis de Bolivia.

Realmente si el canciller no cree a los Estados Unidos quizás debería creer al propio Evo Morales cuando dijo desde La Habana el mes pasado, mientras se recuperaba de una operación de rodilla, refiriéndose a Fidel Castro y a Chávez (con quien coincidió), que "son dos fuerzas libertarias de América y el mundo frente a Estados Unidos". Y en un diálogo telefónico posterior con La Nación desde Cochabamba, afirmó que quiere ocupar el sillón presidencial para "unirse" al cubano Fidel Castro y al venezolano Hugo Chávez en la "lucha antiimperialista".

O si quiere buscar pruebas más cercanas, las propias palabras del gobernante venezolano de apoyo explícito a Evo Morales en diciembre último, cuando calificaba a Morales como el líder más importante de Bolivia y le auguró que llegaría a la presidencia del país.

Augurar idioteces no es extraño en un gobernante como el de Venezuela, pero aunque pueda parecerlo, ésta no es una de ellas. Evo Morales cuenta con el asesoramiento explícito de Cuba y el financiamiento venezolano para tomar el poder y no necesariamente mediante unas elecciones sino mediante la fuerza, única forma de "refundar Bolivia y cambiar la estructura del Estado", objetivo del líder cocalero.

Una encuesta de finales de marzo daba un porcentaje de apoyo a Morales de un 8%, que comparado a la puntuación de Carlos Mesa (30,5% de los encuestados) saca a relucir las escasas oportunidades que tiene para ocupar el sillón presidencial por vías democráticas. Es por ello igualmente que los manifestantes no quieren si sucesión ni elecciones: quieren "la toma del poder por obreros, campesinos y clases medias empobrecidas", como aseguró la Federación de Mineros, la autodenominada vanguardia revolucionaria del rebelde pueblo de Bolivia. Según los sectores movilizados se debe discutir e imponer el gobierno popular y revolucionario que ha de sustituir al renunciante presidente Carlos Mesa.

Las profundas desigualdades sociales y étnicas de Bolivia puede que constituyan un factor de desestabilización interna importante, pero la solución no puede pasar por empobrecer aún más el país permitiendo un gobierno de corte cubano-venezolano. La inclusión en el eje de desestabilización hemisférica no traería la solución a Bolivia, sino más bien generación de nuevos conflictos en la región. Chile, con un hipotético presidente Morales, le tendrá que dar salida al mar a Bolivia o se le exigirá por la vía violenta o la inestabilidad. Lo que no logró la guerrilla del Che mediante el terror y las armas no lo debe conseguir Evo Morales mediante presiones anticonstitucionales ni de fuerza, y sobre todo viniendo la tutela desde La Habana y de su títere venezolano.

10 comentarios

Barcelona B. -

Rodríguez ha planteado "que sea el sistema democrático, debidamente renovado el que dé respuesta a la agenda" exigida por la Central Obrera Regional (COR), Federación de Juntas Vecinales (Fejuve), la Federación de Trabajadores Gremiales (comerciantes) de El Alto y por la Federación de Campesinos del Departamento de La Paz. Además del adelanto de las elecciones, los sectores movilizados reclaman la nacionalización de los hidrocarburos y la convocatoria a una Asamblea Constituyente.

Rodríguez fijó esa posición en su primer encuentro con los líderes de El Alto, la urbe vecina a La Paz, la sede del gobierno, en un intento de anular definitivamente las causas de la huelga y el bloqueo de caminos suspendidos "temporalmente" el viernes pasado.

Por su parte, el líder de la Fejuve, Abel Mamani, ratificó que los pobladores alteños desean la pacificación, pero que mantienen sus demandas "inclaudicables", derivadas de la situación de extrema pobreza en que viven. Señaló que estudiarán la posición del nuevo Jefe de Estado en una reunión de los líderes de los barrios. (FIN)

Barcelona B. -

Las organizaciones sociales responsables de las manifestaciones y registrados en Bolivia desde el 16 de mayo pasado, han pedido a sus miembros que comiencen a regresar a sus localidades después de que dirigentes de izquierda y el nuevo presidente Eduardo Rodríguez se reunieran en El Alto para concretar una tregua social. Los dirigentes exigen al Gobierno que nacionalice la industria petrolera.

Medios de comunicación de Bolivia han informado de que varias organizaciones sociales y vecinales han empezado a levantar los bloqueos impuestos en las principales carreteras del país después de que sus dirigentes se reunieran en El Alto con el nuevo presidente, Eduardo Rodríguez, para concretar la tregua social decretada tras la toma de posesión del nuevo mandatario.

Sin embargo, fuentes oficiales han indicado que la Policía y el Ejército en La Paz y El Alto, las dos principales ciudades afectadas por la revuelta, se mantienen en alerta ante la convocatoria de movilizaciones por parte de grupos radicales. La tregua ha permitido la distribución de alimentos y combustibles.

Tras el encuentro de tres horas en El Alto, el mandatario boliviano afirmó que las demandas de las organizaciones que llamaron a la revuelta social que forzó la renuncia del presidente Carlos Mesa, deberá resolverlas el Gobierno que surja de las elecciones anticipadas que el Congreso debe aprobar (continua....

Fernando Fernandez -

Esta semana en España, hemos conocido que algunos intelectuales se han atrevido a denunciar el pensamiento único en Cataluña y el régimen de ostracismo y represalias al que está conduciendo. Muchos colegas comparten en privado mis puntos de vista de la tragedia boliviana, pero casi todos me han sugerido que no los publique. El lobby tercermundista es muy poderoso y se nutre de la bondad humana. Pero algún día habrá que decir también «Basta ya» al mito bolivariano y denunciar a Fidel, Chávez y Evo Morales por lo que son: puro fascismo. Y empezar a exigir una política exterior en América Latina de menos púlpito y caridad y más inteligencia. (FIN)

Fernando Fernandez -

Con la edad me he hecho menos mitómano y me contento con desear para los demás lo que a nosotros nos ha ido bien. Que en este caso se trata precisamente de las reformas políticas y económicas liberales que han funcionado, en occidente y en Asia, para sacar a millones de la miseria. Porque digo yo que en ninguna democracia avanzada aceptaríamos que las manifestaciones callejeras derribaran gobiernos. No lo hemos hecho recientemente en España. Ni siquiera se le exigió a China después de la matanza de Tienamen. Como tampoco nadie ha pedido la nacionalización de las empresas de petróleo y gas, o de la banca que es la próxima, desde que el PSOE abandonó el marxismo allá en los albores de la Transición. Es más, nos enorgullecemos de que gracias a su privatización, las empresas han crecido, se han hecho más eficientes, convertido en multinacionales, creado riqueza y empleo. Pero en Bolivia, esas mismas mutinacionales son explotadoras y hay que someterlas al control popular. El gas para el pueblo es el equivalente boliviano a aquel otro lema que hizo fortuna en la república: la tierra para el que la trabaja. Y contiene la misma visión radicalmente errónea del desarrollo económico que durante años frustró las esperanzas de bienestar de los españoles. (continua....

Fernando Fernandez -

Bolivia vive jornadas cruciales. Es un país tremendamente pobre empeñado en suicidarse; un país que vive en un golpe de estado permanente desde octubre de 2003 en que el presidente constitucional Sánchez de Lozada fue derribado por una violenta coalición de cocaleros, indigenistas y radicales antisistema. Entre la incredulidad, la complacencia y hasta el aplauso de un occidente ensimismado, el pueblo boliviano camina hacia el abismo. Pero se trata de acabar con el neoliberalismo, como afirma orgullosamente Evo Morales, uno de los cabecillas de la revolución, imponer la fuerza del pueblo a la democracia capitalista y devolverle sus recursos naturales. Siento un inmenso pesar por ese país que está desperdiciando su oportunidad de salir de la pobreza extrema. Pero siento verdadera indignación por la actitud de buena parte de la opinión pública occidental. El mito de la buena revolución tiene un inmenso atractivo popular, siempre que la hagan otros. (continua....

Manuel S. -

De aquel escenario de cambio social y económico ensayado hace quince años vienen los actuales problemas que padece Bolivia. No sólo debido a la presión ejercida por las oligarquías provinciales, recelosas de perder su poder tradicional debido a las reformas liberalizadoras emprendidas, sino porque fue en los años noventa cuando echó a andar la red de asociaciones y sindicatos que alimenta el movimiento indigenista que en 2000 provocó la insurrección de Cochabamba y que posteriormente, de la mano de Evo Morales y Felipe Quispe, ha logrado cobrarse la cabeza de dos sucesivos presidentes democráticos mediante el recurso al chantaje populista de los tumultos, las huelgas indiscriminadas y los boicots. Con un gobierno renqueante y prisionero de la presión indigenista, el futuro de Bolivia pinta muy mal. La sombra del populismo es alargada. (FIN)

Manuel S. -

INSTALADA en un escenario de permanente inestabilidad, Bolivia afronta una nueva crisis política que ha estado a punto de precipitarla en el caos de una guerra civil. Con este nuevo episodio, la frágil democracia boliviana ha vuelto a demostrar que vive bajo una atmósfera de ebullición latente. De hecho, la dimisión del presidente Carlos Mesa no ha resuelto nada. Los incidentes provocados por la muerte de un minero han agudizado febrilmente la crisis y han permitido alcanzar una solución que se interpreta provisional y de puro compromiso.

El nombramiento del titular de la Corte Suprema, Eduardo Rodríguez, como nuevo presidente de Bolivia no despeja las incertidumbres que siguen condicionando el futuro del país. Todo lo contrario. Su elección las confirma, ya que se ha producido después de que se forzara desde la calle la renuncia de quienes estaban llamados constitucionalmente a ser los sucesores del dimisionario Mesa: el presidente del Senado, Hormando Vaca, y el de la Cámara de Diputados, Mario Cossío. Aquí reside realmente la entraña del problema: en que después de la tempestad vivida estos días el aire político sigue tan enrarecido como antes, sometido al mal de altura de una sociedad crispada y en tensión desde que en 1989 el país decidió hacer la guerra al cultivo de la coca y reorientó su economía hacia un modelo de mercado abierto que atrajera inversiones que hiciesen posible el aprovechamiento de sus cuantiosos recursos naturales. (continua....

wilson -

"Quiero desde el fondo de mi corazón decirles que cuando conversaba con mis hijos veía una enorme desesperanza en el futuro, porque no estábamos siendo capaces de dejarles, sobre todo a quienes nos van a seguir en las próximas generaciones, un país más ordenado", señaló.

"Estoy convencido de que una de mis atribuciones será convocar a ese proceso electoral donde se renueve la representación ciudadana, para que este Congreso siga agregando a una construcción democrática más justa, más equitativa", explicó.

"Bolivia merece mejores días", dijo Rodríguez, quien fue aplaudido por los congresistas, y con mayor fuerza cuando aseguró que quiere hacer "una gestión breve". "No me anima ningún propósito personal en torno de la Presidencia, soy un magistrado de la Corte Suprema de Justicia y pretendo seguir siéndolo", agregó. (FIN)

wilson -

La designación de Eduardo Rodríguez Veltzé, que es el único con potestad para convocar elecciones, se produjo a las 23.00 horas locales (05.00 hora española) en la Casa de la Libertad de Sucre y no en la capital, La Paz, tomada por los manifestantes. En la sesión parlamentaria, fue aceptada primero la renuncia presentada por Carlos Mesa el lunes pasado mediante una resolución parlamentaria aprobada por dos tercios de los votos.

En una segunda resolución aprobada por el Congreso, los legisladores aceptaron la renuncia de los presidentes de las cámaras de Senadores y Diputados, Hormando Vaca Díez y Mario Cossío, como pedían desde hace días mineros, campesinos, maestros y otros sectores sociales.

Rodríguez pidió a los bolivianos trabajar juntos por la unidad para llegar a un acuerdo nacional que permita atender las demandas del pueblo que, según dijo, "no son de hace dos semanas", sino que tienen que ver con la historia del país. (continua....

wilson -

El abogado de 49 años Eduardo Rodríguez Veltzé juró la madrugada de este viernes como el sexagésimo cuarto presidente de la República de Bolivia, en medio de una de las más crudas crísis políticas y sociales que ha vivido la nación altiplánica, que ha causado la muerte de un minero y cientos de heridos y detenidos. Con esta designación Evo Morales ha logrado, mediante la violencia y la muerte de un manifestante que sea elegido el candidato que él prentendía.