Partido Popular. La esperanza de la Nación.
El desastre anunciado está ante nuestros ojos, pero aún hay bien intencionados, a veces cobardes, que no quieren creerlo. El Gobierno y los nacionalistas quieren reformar la Constitución para que desaparezca España. Asistimos al último asalto a la nación española, pero los socialistas hacen como si la cosa no fuera con ellos. Trágica España. La entrega del PSOE a los dictados del nacionalismo-populista de catalanes y vascos sólo tiene una alevosa explicación, a saber, ZP y Maragall quieren sustituir a la nación, al Estado-nación, por el partido, el Estado-partido, como eje vertebrador de la sociedad. He ahí el primer desafío de nuestra triste democracia. Y, sin embargo, lo peor, dicen los más realistas, aún no ha llegado. Todos estamos expectantes, casi asustados, sobre cómo va a terminar esta pesadilla de un Gobierno entregado en cuerpo y alma a la destrucción de la nación española. La opinión pública política no está dividida, ojalá, sobre las acciones más o menos ajustadas del Gobierno con respecto a la nación, sino asustada ante el entreguismo de este ejecutivo a las demandas nacionalistas.
La Nación, España, aún no ha respondido a este ataque criminal, porque sigue anestesiada por la propaganda y la agitación de un populismo barato. También la actuación responsable y ajustada del PP, de la genuina oposición al Gobierno, al espíritu constitucional está atemperando la dramática situación. Hay, sin embargo, un malestar público que presagia lo peor. Es algo que todos podemos percibir en la calle, en los periódicos, en las tertulias, en la charla entre amigos, en todas partes, pues, donde la vida política es observada con cierto distanciamiento ideológico. Allí donde el ciudadano está lejos de la manipulación ideológica, allí donde no se hace interpretación política, allí, en fin, donde el ciudadano se limita a levantar acta de las acciones del Gobierno no puede sustraerse de un cierto malestar derivado de la falta de criterio del Gobierno de la nación.
En efecto, pocas veces, quizá ninguna, en la historia reciente de España un gobierno ha perdido con tanta rapidez el respeto de sus ciudadanos a los pocos meses de llegar al poder. Excepto la plebe apolítica, nihilista y sectaria de quienes sólo se dirigen por la barriga, nadie se priva de ridiculizar al gobierno de la Nación. Nadie crítica ya cómo ha llegado el PSOE al poder. Nadie cree en la viabilidad de este Gobierno. Simplemente es que nadie espera nada bueno de este Gobierno. El respeto de sus ciudadanos, sin importar su credo político o religioso, por sus gobernantes y, especialmente, por su presidente de Gobierno ha desaparecido. Sin política exterior digna de resaltarse, sin coraje para defender la nación española de las tarascadas nacionalistas, sin proyecto económico que no sea el gasto por el gasto y, sobre todo, sin discurso para hacer política, el pacto entre socialista y nacionalista, con la comparsa comunista, se reduce a eliminar a la oposición.
Acaso por eso, y porque nadie con actitudes democráticas duda de que si la oposición es destrozada, el camino quedará expedito para que el PSOE rompa España, ha crecido como en ninguna otra época reciente el respeto por la oposición. Incluso entre los socialistas de bien, especialmente en el País Vasco y Cataluña, ha crecido un sentimiento de empatía con el PP, que convierte a este partido en algo más que una alternativa. El PP es, nuestra única esperanza para que aquí no pase nada desagradable. El PP es el último bastión para que la política no desemboque en violencia y paz de cementerio. El PP es el único que puede parar el desastre del PSOE.
33 comentarios
Albert M. -
Albert M. -
Espero que tras estos heroicos ejercicios de reconocimiento de la obviedad se constate que no hay clamor alguno pidiendo la reforma de la Constitución. Más que la Constitución o los Estatutos, aquí lo que hay que reformar, y urgentemente, es el sistema electoral. ¿Cuántas veces en plena campaña nos prometieron los dos grandes partidos que iban a reformar el sistema electoral, para que un diputado no saliera tan caro en votos en determinadas circunscripciones y regalado en otras? No valen lo mismo los votos en las Vascongadas que en la provincia de Madrid. En Madrid con 180.000 votos no hay ni para empezar. Y con 181.304 votos en el País Vasco, la ya ilegalizada Batasuna hasta se permitía el lujo de soltar en esa media plaza de Las Ventas que es el Congreso de los Diputados a dos berrendos en etarra.
Albert M. -
-¿Y con sólo 420.980 votos está Ibarreche poniendo esto patas arriba?
No, amigo, la cosa es aún peor si consideramos la extensión del territorio que quieren separar de España. La provincia de Badajoz (21.657 kilómetros cuadrados) es tres veces mayor que todas las Vascongadas (7.261 km2). En Badajoz caben tres países vascos. Euskadi es menor que la provincia de Eus...Cádiz (7.385 km2). La cuestión chorrea sangre, en el más estricto sentido: por la independencia de ese Euskadi que es menor que la provincia de Cádiz, los cómplices criminales de Ibarreche y su plan llevan ya asesinadas a mil personas. Mucho hablar del Plan Ibarreche, pero los que podrían alzar la voz serían los nietos de los colonos del Plan Badajoz. Por eso levanta la voz de vez en cuando Rodríguez Ibarra, y, sin avergonzarse de España, tiene la heroicidad de proclamar alguna obviedad. No es que hable en plan Pepe Bono: habla en Plan Badajoz.
Vitoria -
Bartolome Cuerda -
Belen.... -
Estos socialistas se creen que somos tontas/os, los que escuchamos las sandeces de ellos.
David G. -
Así las cosas, los consultados esperan un pronunciamiento de su presidente de honor, José María Aznar, que el pasado viernes en San Sebastián cedió expresamente el protagonismo a Mariano Rajoy, pero que el próximo sábado, en un homenaje al asesinado Gregorio Ordóñez, tendrá una oportunidad de lujo de dar su opinión. En cualquier caso, todos en Génova son cautos por los movimientos secesionistas del lendakari Juan José Ibarretxe, por la irrupción de Batasuna y ETA y subrayan que un nuevo desafío al Estado vendrá muy pronto de Esquerra Republicana.
David G. -
Resulta lógico, dado que "una comisión es sólo una comisión y Zapatero ha reiterado públicamente, tras ver a Rajoy, que desea mantener la relación preferente con Esquerra e IU, sin sustituirlos por el PP", advierten dirigentes consultados. Mientras los cercanos a Rajoy están muy satisfechos porque creen que han demostrado que son un partido serio y que han puesto los intereses nacionales por encima de los intereses de partido, otras fuentes consideran que "el guante, inteligentemente recogido por Zapatero, es un balón de oxígeno cuando ya estaba contra las cuerdas", en dos semanas Zapatero había perdido cuatro puntos según las encuestas.
Narciso L. -
Rendición incondicional. «Son tramposos, son terroristas, son defraudadores de ley y lo van a intentar», resaltó el «número dos», quien se mostró igual de contundente al valorar la posibilidad de una tregua etarra. «Estamos en el tiempo del abandono total, definitivo e incondicional de las armas, del terrorismo y de la violencia. De eso y de nada más».
Desde las filas del PP se recuerda que el partido de Otegui sólo «busca la ruptura de España y el debilitamiento, y sabe que el enfrentamiento, las fisuras entre los dos grandes partidos políticos y entre el Gobierno y la oposición también le beneficia».
Narciso L. -
Ahí, Batasuna, como brazo político, tiene un papel clave, y, por eso, el PP entiende que, en un momento como el actual, es imprescindible dejar claro a la coalición «abertzale» que no tiene ninguna posibilidad de presentarse a las elecciones. La «normalización» de su papel en la vida política es, pues, el primer error a evitar.
El secretario general del PP, Ángel Acebes, no pudo ser más contundente ayer al aludir a esta cuestión. La exquisitez de sus formas para evitar cualquier discrepancia expresa con el Gobierno no evitó que sus palabras sí dejaran entrever, de manera implícita, ciertos matices que marcan distancia con el tono usado por José Luis Rodríguez Zapatero en San Sebastián.
Los populares no entran a hablar ni siquiera de las hipotéticas consecuencias que podría tener que Batasuna condenase la violencia. «Batasuna no puede presentarse a las elecciones de ninguna manera. No podemos darle la mínima esperanza de que vaya a ser así», proclamó Acebes.
Manuel Candelas -
Manuel Candelas -
Por ello, ayer se lanzó el mensaje de que, en un momento como el actual, no caben «ambigüedades», y se volvió a subrayar asimismo la absoluta «lealtad» en este terreno. En todo momento, eso sí, se evitó el reproche directo al Gobierno socialista.
«Si alguien quiere matizar o expresar las cosas de una manera menos clara, será su responsabilidad. El PP se ha limitado a cumplir con lo que creía que era su responsabilidad en el servicio a España», explicó el secretario general, Ángel Acebes, tras la reunión del comité de dirección de su partido. El «número dos» justificó también la oferta de pacto de su partido como una iniciativa dirigida a ayudar al jefe del Ejecutivo a que «no sea débil en la defensa de España».
La primera discrepancia que tendrán que solventar PP y PSOE en la comisión negociadora será el Plan Ibarreche, que los populares defienden que sea el primer punto del orden del día. De momento, en la delegación popular está segura la presencia de la secretaria de Política Autonómica, Soraya Sáenz de Santamaría.
Jose Suarez -
Becaria -
«Están intentando apropiarse de la memoria histórica de los vascos y robar nuestro patrimonio histórico». Así de enérgico se mostró el presidente del PP de Vizcaya, Antonio Basagoiti, ante la «retención» que el PNV hace de documentos públicos de entre finales del XIX y 1977 en el Archivo Histórico del Nacionalismo Vasco, gestionado por la Fundación Sabino Arana. Basagoiti exigió su devolución al Parlamento para la creación de un fondo público y pidió que los textos referentes a la República sean remitidos al Archivo de Salamanca.
Carlos A.M. -
Pio Moa -
¿Hay alguna relación con la situación actual? También tenemos ahora a un partido y un gobierno que han cultivado un ciego sectarismo contra la derecha, aliados y en buena medida presos de sus propias exaltaciones anteriores y de sus pactos con partidos extremistas, habiéndose inclinado él mismo hacia los extremos. El peligro revolucionario ha desaparecido en España, pero ha pasado a primer plano el peligro secesionista, concomitante con el islámico.
Parece que, en un rapto de lucidez, el presidente del gobierno ha aceptado algunos acuerdos con el PP contra el plan Ibarreche-Ternera. Es una buena noticia, y ojalá que persista en esa dirección y no repita el precedente de Azaña. Pero no soy optimista. La experiencia que vamos teniendo hasta ahora no autoriza a ello.
Pio Moa -
No iban a tener éxito. Azaña disfrutaba haciendo desplantes y ofensas a las derechas. Alcalá-Zamora llegó a decirle: Es que usted cree que las derechas nunca tienen razón, y el replicó: Claro. A mí, todo lo que es de derecha me repugna. Lo cuenta él mismo, muy ufano. Y la oposición le pedía, en las Cortes y personalmente, que cumpliera e hiciera cumplir la ley.
Pio Moa -
Aun así, el principal partido de la derecha, la CEDA, se puso rápidamente al lado de Azaña y le ayudó a sortear algunas dificultades como la ilegal puesta en libertad de gran número de presos, realizada por las turbas izquierdistas. La causa la explica frívolamente el mismo Azaña en cartas a su cuñado Rivas Cherif: se había convertido en ídolo de la derecha, y ello por una razón de peso: Tienen un miedo horrible; a Gil-Robles La Pasionaria le ha cubierto de insultos. No sabe dónde meterse, del miedo que tiene, y concluye sin abandonar un momento su frivolidad, bien apreciada como uno de sus peores defectos por Julián Marías: Te divertirías mucho si estuvieras aquí.
Agapito M. -
¿Cuánto tiempo tardará en percatarse Rajoy de que su buena voluntad, y sus mejores intenciones, pueden dar lugar el mayor fiasco de la historia de España? ¿Cuánto tiempo tardará Rajoy en enterarse de que su entrega a Zapatero es el comienzo de un trágala que tiene una trágica consigna: Paz por territorios? ¿Cuánto tiempo necesitará Rajoy para enterarse de que Piqué no es solución sino la ocultación de una tragedia?
Agapito M. -
La balcanización de España es ya un hecho, pero a algunos aún les cuesta comprender lo obvio. Sobre todo, les cuesta reconocer que el nihilismo pasota del Presidente de la nación española es sólo una táctica que oculta su verdadera estrategia: la destrucción de España.
Agapito M. -
David G. -
¿En que quedamos?. ¿Con quién dice pactar Rodríguez Zapatero?. ¿Con quién se queda?. Aquí no vale con decir una cosa y luego hacer otra. Aquí no se puede jugar a varias bandas. Defnitivamente sí queremos hacer algo esto debe ser el final de la etapa de la sonrisa y del talante. Debe comenzar la etapa de los principios. Y de eso Zapatero no entiende mucho. Va a necesitar unas cuantas tardes.
David G. -
Desde luego, el acuerdo es bueno; como también es positiva la entrevista del Rey don Juan Carlos con Zapatero y Rajoy en La Zarzuela. Pero al mismo tiempo es un claro signo de la gravedad de la situación en la que estamos inmersos. Un encuentro que nunca se había producido desde el inicio de la democracia. Un ritual reservado sólo para situaciones extremas Por lo tanto estos primeros pasos son interesantes, pero no son suficientes.
Jose Alejandro V. -
Jose Alejandro V. -
De muy poco más que de hacer cumplir la ley tendrán que hablar mañana Zapatero y Rajoy. Y así se lo ha hecho saber el líder del PP. De muy poco más que de hacer respetar la Constitución. De muy poco más que de estudiar la forma en la que las dos principales fuerzas políticas de este país, que suman el 80 por ciento de la representación popular pueden afrontar la coyuntura política más preocupante conocida por nuestro país desde que recuperó la normalidad democrática. Los chalaneos, para el tripartito.
Rajoy ha ofrecido su mano, pero no evita censurar los errores y los despropósitos que está perpetrando el Gobierno. Y lo hace con prudencia y con honestidad consciente de que tan sólo un magno acuerdo entre los dos grandes partidos respetuosos de la Constitución será capaz de salvarla. Tan elemental es la propuesta, y tan necesaria, que a Carod Rovira le ha faltado tiempo para ofrecerle al PSOE un acuerdo de legislatura a fin de evitar que alcance cualquier tipo de entendimiento con el PP. No hacen falta más palabras.
Jose Alejandro V. -
Por eso extrañan los comentarios, entre elogiosos y sorprendidos, que se escuchan estos días a su actitud ante el «plan Ibarretxe». Parece como si se diera por hecho que Rajoy, tan apacible en los modos, no fuera capaz de ser firme en las decisiones. Huyamos de quien no sea capaz de ir más allá de sus gestos. Mariano Rajoy ha actuado con la impecable rectitud y firmeza que los tiempos exigen. Ha reclamado al Gobierno celeridad en la respuesta judicial ante el embestida peneuvista, ha requerido el final de las vacaciones parlamentarias (con la que está cayendo y el Congreso de los Diputados de vacaciones navideñas) y fundamentalmente, ha exigido al Gobierno una respuesta unívoca frente al desafío puesto en marcha por el actual lendakari. Al mismo tiempo, y como líder de la oposición y de un partido que tiene el respaldo de casi diez millones de españoles, ha ofrecido (por tres veces) su colaboración al presidente del Gobierno para llegar a un pacto sobre el modelo de Estado, que ponga de una vez fin a todo tipo de planteamientos secesionistas, independentistas, o autodeterministas que asoman la pezuña bajo la puerta.
Jose Alejandro V. -
Por eso tras el último congreso del Partido Popular, en el que José María Aznar ejerció un papel brillantemente protagonista, se escucharon demasiadas voces quejumbrosas en las filas de la oposición que ya murmuraban la necesidad de un cambio de líder. O sea, que no le concedían a Mariano Rajoy ni siquiera el beneficio de la duda. Torpes y cerriles, iban por él.
Era un papelón. Suceder a José María Aznar al frente del partido y tras haber sido desalojado del poder en unas elecciones accidentadas, exigía templanza, contención y, fundamentalmente, mucha paciencia. Quienes han trabajado con Rajoy no sólo lo admiran, sino que confían en él a ojos cerrados. Nada tiene que ver con la tradicional «derechona» del tópico. No incurre en la intransigencia, se desenvuelve con maestría en los lances de la negociación, respeta al contrario, evita hacerse enemigos inútilmente y se muerde la lengua hasta tres veces antes de hablar mal de alguien. Nadie espera de él actuaciones espectaculares. No es un «one man show», sino más bien peca de timidez y reniega de la arrogancia.
Oscar Molina -
"Vamos a esperar los próximos cuatro días para exigir y para hablar sobre esta cuestión más en profundidad", argumentó Acebes para quien las "acusaciones" e "imputaciones" del Rey de Marruecos "tienen mucha gravedad" y "exceden de manera intolerable la cortesía que debe presidir las relaciones entre dos países vecinos y amigos, y mucho más en la víspera de una visita de Estado".
Insistió en que el PP ha trabajado desde el Gobierno y la oposición "por fortalecer los vínculos" entre España y Marruecos y que "está detrás" del interés de nuestro país en fortalecer "permanentemente" las relaciones bilaterales.
Denuncian "contradicciones" en algunos asuntos
Se refirió a las "contradicciones" entre las políticas de ambos países en asuntos como Ceuta y Melilla, donde "la posición de España es absolutamente distinta e incompatible con la de Marruecos", así como en la política migratoria o el conflicto del Sahara.
El dirigente 'popular' agregó que "lo único que nos preocupa" es que el Gobierno "pueda cambiar algunas de las posiciones habituales y tradicionales que viene manteniendo España de manera permanente", como en el caso del Sahara, "sin consenso y sin ninguna explicación".
Oscar Molina -
Tras la reunión del comité de dirección del PP, Acebes aseguró que, dado que Don Juan Carlos y Doña Sofía se encuentran en Marruecos en visita de Estado, el PP esperará hasta dentro de "cuatro días" antes de "exigir" que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero responda a la "ofensa" del monarca alauí.
Acebes se refirió así a las afirmaciones de Mohamed VI al diario 'El País' en las que el Rey de Marruecos denuncia el trato dado por España a la crisis del islote de Perejil, una ocasión en la que su país "se sintió abofeteado al ver cómo fue tratado".
"Esta entrevista supone una ofensa grave e intolerable al anterior Gobierno democrático y esperamos una respuesta por parte del Gobierno de España a la altura de la dignidad de nuestro país y de lo que suponen las habituales relaciones entre países amigos", recalcó el dirigente 'popular'.
Un "problema" para España
Acebes insistió en que es "absolutamente insólito" que, como país anfitrión del viaje de Estado de los Reyes, Marruecos "reciba a sus invitados con una ofensa, una agresión e incluso insultos" al Gobierno anterior, como en la crisis de Perejil que, según dijo, se debió a "la ruptura del estatus quo" de manera "unilateral por parte de Marruecos".
Pablo Hernanz -
El monarca también reconoce su admiración por la pareja real española que encarna para él lo más positivo de la España actual. Confesó que valora "su manera de ser y actuar, su sensibilidad humana. El hecho de que sean queridos por todos los estamentos de la sociedad española demuestra hasta qué punto la monarquía es popular".
Pablo Hernanz -
El secretario de Comunicación del PP, Gabriel Elorriaga, contestaba este lunes a la polémica entrevista brindada por el diario El País al monarca marroquí. En ella, Mohamed VI arremete contra el ex presidente español José María Aznar, al que acusa de ser "más franquista que Franco". Elorriaga considera llamativo que "un monarca autoritario venga a repartir carnés de demócrata a España".
El soberano alauí también justifica la agresión a la soberanía española en el islote de Perejil por varios gendarmes marroquíes en el verano de 2002. Según él, la invasión era una respuesta a las acusaciones de "no hacer bastantes esfuerzos para acabar con la inmigración clandestina". Para el rey alauita, la acción militar desarrollada por España para mantener el statu quo en el territorio hizo que el régimen marroquí se sintiese "abofeteado e insultado cuando aparecieron buques de guerra españoles".
Además, el monarca señaló en la extensa entrevista realizada por el propio director de El País, Jesús Ceberio e Ignacio Cembrero, que "la relación" con Aznar "hubiera podido ser mejor". Confesó su profunda decepción ante "la falta de confianza hacia Marruecos". Unas relaciones que según Mohamed VI, parecen restituidas ya que advierte mayor "confianza" entre el gobierno de Zapatero y la "seriedad" de Marruecos como interlocutor, socio y vecino. El buen entendimiento será aprovechado por el régimen marroquí para reforzar sus posiciones en el Sáhara y pedir al gabinete socialista una "neutralidad positiva" hacia los intereses del reino jerifiano.
Pablo Hernanz -
Desde el PP se reconoce que entre los gobiernos de España y Marruecos existen varias contradicciones como "la reivindicación de las ciudades españolas de Ceuta y Melilla, los flujos migratorios o el Sáhara". Respecto a la reivindicación de Rabat de apelar a la "marroquinidad" de la ex colonia española para anexionarla a su territorio, Acebes afirmó que España siempre ha mantenido una postura clara e histórica. El cambio de estrategia del gabinete Zapatero en esta cuestión, más generosa con las pretensiones del régimen de Mohamed VI, "preocupa al PP", según confesó el secretario general del partido.
Por otra parte, Acebes manifestó su esperanza de que las relaciones entre ambos países se restablezcan y se intensifiquen para dar "estabilidad al área del Mediterráneo y para impulsar la transformación política y social" en el reino jerifiano.
Pablo Hernanz -
El número dos del PP, Ángel Acebes, ha condenado enérgicamente las afirmaciones del monarca marroquí al periódico de PRISA, y recordó que es "insólito que un anfitrión reciba a sus invitados con una ofensa e incluso con insultos al país que ha invitado o a sus gobiernos anteriores". Acebes ha tachado de "indignantes" las declaraciones del soberano alauí que constituyen una "ofensa grave e intolerable".
Acebes cree que las palabras de Mohamed VI tienen "mucha gravedad", sobre todo porque se realizan en la "víspera" del viaje de los Reyes de España a Marruecos. Por ello, el PP espera una respuesta del Gobierno de Zapatero "a la altura de nuestra dignidad" porque "es un problema del conjunto de España".
El número dos del PP dijo que su partido va "a esperar los próximos cuatro días" para que el Gobierno aborde esta cuestión. "Por la visita de Estado no vamos a intensificar estas declaraciones", dijo Acebes, que advirtió de que "si no hay pronunciamiento del Gobierno dentro de cuatro días volveremos a hablar de esta cuestión".