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Partido Popular. La esperanza de la Nación.

Partido Popular. La esperanza de la Nación.

El desastre anunciado está ante nuestros ojos, pero aún hay bien intencionados, a veces cobardes, que no quieren creerlo. El Gobierno y los nacionalistas quieren reformar la Constitución para que desaparezca España. Asistimos al último asalto a la nación española, pero los socialistas hacen como si la cosa no fuera con ellos. Trágica España. La entrega del PSOE a los dictados del nacionalismo-populista de catalanes y vascos sólo tiene una alevosa explicación, a saber, ZP y Maragall quieren sustituir a la nación, al Estado-nación, por el partido, el Estado-partido, como eje vertebrador de la sociedad. He ahí el primer desafío de nuestra triste democracia. Y, sin embargo, lo peor, dicen los más realistas, aún no ha llegado. Todos estamos expectantes, casi asustados, sobre cómo va a terminar esta pesadilla de un Gobierno entregado en cuerpo y alma a la destrucción de la nación española. La opinión pública política no está dividida, ojalá, sobre las acciones más o menos ajustadas del Gobierno con respecto a la nación, sino asustada ante el entreguismo de este ejecutivo a las demandas nacionalistas.

La Nación, España, aún no ha respondido a este ataque criminal, porque sigue anestesiada por la propaganda y la agitación de un populismo barato. También la actuación responsable y ajustada del PP, de la genuina oposición al Gobierno, al espíritu constitucional está atemperando la dramática situación. Hay, sin embargo, un malestar público que presagia lo peor. Es algo que todos podemos percibir en la calle, en los periódicos, en las tertulias, en la charla entre amigos, en todas partes, pues, donde la vida política es observada con cierto distanciamiento ideológico. Allí donde el ciudadano está lejos de la manipulación ideológica, allí donde no se hace interpretación política, allí, en fin, donde el ciudadano se limita a levantar acta de las acciones del Gobierno no puede sustraerse de un cierto malestar derivado de la falta de criterio del Gobierno de la nación.

En efecto, pocas veces, quizá ninguna, en la historia reciente de España un gobierno ha perdido con tanta rapidez el respeto de sus ciudadanos a los pocos meses de llegar al poder. Excepto la plebe apolítica, nihilista y sectaria de quienes sólo se dirigen por la barriga, nadie se priva de ridiculizar al gobierno de la Nación. Nadie crítica ya cómo ha llegado el PSOE al poder. Nadie cree en la viabilidad de este Gobierno. Simplemente es que nadie espera nada bueno de este Gobierno. El respeto de sus ciudadanos, sin importar su credo político o religioso, por sus gobernantes y, especialmente, por su presidente de Gobierno ha desaparecido. Sin política exterior digna de resaltarse, sin coraje para defender la nación española de las tarascadas nacionalistas, sin proyecto económico que no sea el gasto por el gasto y, sobre todo, sin discurso para hacer política, el pacto entre socialista y nacionalista, con la comparsa comunista, se reduce a eliminar a la oposición.

Acaso por eso, y porque nadie con actitudes democráticas duda de que si la oposición es destrozada, el camino quedará expedito para que el PSOE rompa España, ha crecido como en ninguna otra época reciente el respeto por la oposición. Incluso entre los socialistas de bien, especialmente en el País Vasco y Cataluña, ha crecido un sentimiento de empatía con el PP, que convierte a este partido en algo más que una alternativa. El PP es, nuestra única esperanza para que aquí no pase nada desagradable. El PP es el último bastión para que la política no desemboque en violencia y paz de cementerio. El PP es el único que puede parar el desastre del PSOE.

33 comentarios

Albert M. -

La estabilidad del sistema estará en peligro mientras los llamados partidos-bisagra, sabiéndose imprescindibles, se dediquen a quitarles los tornillos a los goznes, como dijo el otro. Cuanto está ocurriendo con el chantaje de sesión continua de los nacionalistas son los lodos que trajo el polvo de un sistema electoral que nadie se ha preocupado de corregir o no se ha atrevido a hacerlo. Con 94.252 votos, Labordeta consiguió escaño hasta para su mochila. Con 73.344 votos en la provincia de Sevilla, Izquierda Unida se quedó sin alcándara parlamentaria donde colgar ni un zurrón. Si de verdad queremos estabilidad constitucional y unidad nacional, antes que nada hay que reformar el sistema electoral que permite que el voto del 20 por ciento de los españoles tenga en el puño al mayoritario 80 por ciento restante. Es como si en Estados Unidos, Bush y Kerry juntos dependieran de ese pintoresco candidato que suele presentarse en California diciendo que representa los supremos intereses de los criadores de gusanos de seda.

Albert M. -

Desde lo alto de las escalinatas de la Moncloa, la heroicidad de la obviedad nos ha contemplado. Durante el breve tiempo que dura la alegría en la casa del pobre. No era que ZP recibiera a Rajoy. Eran 11.026.163 votos que recibían a 9.763.144. El 80 por ciento del voto de los españoles, que eran recibidos conjuntamente más tarde por el Rey, antes de bajarse al moro para obrar el milagro de la multiplicación y ubicuidad de las piedras, al colocar en Tánger la primera de la Universidad Española de Tetuán, o para agradecer a Mohamed VI que pudiendo mandarnos 140 pateras de simpapeles al día nos envíe sólo 122.

Espero que tras estos heroicos ejercicios de reconocimiento de la obviedad se constate que no hay clamor alguno pidiendo la reforma de la Constitución. Más que la Constitución o los Estatutos, aquí lo que hay que reformar, y urgentemente, es el sistema electoral. ¿Cuántas veces en plena campaña nos prometieron los dos grandes partidos que iban a reformar el sistema electoral, para que un diputado no saliera tan caro en votos en determinadas circunscripciones y regalado en otras? No valen lo mismo los votos en las Vascongadas que en la provincia de Madrid. En Madrid con 180.000 votos no hay ni para empezar. Y con 181.304 votos en el País Vasco, la ya ilegalizada Batasuna hasta se permitía el lujo de soltar en esa media plaza de Las Ventas que es el Congreso de los Diputados a dos berrendos en etarra.

Albert M. -

MAL andan las cosas cuando el reconocimiento de lo obvio llega a convertirse en un acto heroico. Antes que el asunto se enfriara con las rectificaciones, tibiezas y cobardías al uso, soltamos palomas y tiramos cohetes porque PSOE y PP hicieron lo obvio: poner sobre la mesa los 20.789.307 votos que tienen entre los dos partidos, frente a los 420.980 del PNV.

-¿Y con sólo 420.980 votos está Ibarreche poniendo esto patas arriba?

No, amigo, la cosa es aún peor si consideramos la extensión del territorio que quieren separar de España. La provincia de Badajoz (21.657 kilómetros cuadrados) es tres veces mayor que todas las Vascongadas (7.261 km2). En Badajoz caben tres países vascos. Euskadi es menor que la provincia de Eus...Cádiz (7.385 km2). La cuestión chorrea sangre, en el más estricto sentido: por la independencia de ese Euskadi que es menor que la provincia de Cádiz, los cómplices criminales de Ibarreche y su plan llevan ya asesinadas a mil personas. Mucho hablar del Plan Ibarreche, pero los que podrían alzar la voz serían los nietos de los colonos del Plan Badajoz. Por eso levanta la voz de vez en cuando Rodríguez Ibarra, y, sin avergonzarse de España, tiene la heroicidad de proclamar alguna obviedad. No es que hable en plan Pepe Bono: habla en Plan Badajoz.

Vitoria -

El PP de Alava redactará un manifiesto en defensa de los derechos históricos de este territorio y de "un proyecto común con el resto de los vascos y españoles", en el que se apostará porque Alava tenga "una voz propia que hay que respetar". Así lo ha anuncido hoy el secretario general de este partido en Alava, Iñaki Oyarzabal, quien avanzó que el manifiesto será presentado en un acto con sus cargos públicos el próximo día 29 de enero. Además, Oyarzabal consideró "posible" que, con posterioridad al debate del plan Ibarretxe en el Congreso, previsiblemente el 1 de febrero, el diputado general de Alava, Ramón Rabanera y el alcalde de Vitoria, Alfonso Alonso, ambos del PP, pidan una entrevista al lehendakari para "informarle de lo que piensan la mayoría de los alaveses".

Bartolome Cuerda -

El presidente del PP, Mariano Rajoy, ha destacado hoy que la "oferta de ayuda" que planteó al presidente del Gobierno en materia de modelo territorial y de Estado "va en serio y no va contra nadie", no tiene "fecha de caducidad" y es, "naturalmente", gratis. Rajoy considera que la comisión que se creará para articular el pacto de Estado debe ser de "alto nivel político" y aseguró que los primeros contactos para su formación tendrán lugar "pronto", pero rehusó hacer más precisiones. Sobre el adelanto del debate de toma en consideración del Plan Ibarretxe al 1 de febrero, Rajoy ha expresado su satisfacción por que se discuta cuanto antes, aunque ha reiterado su preocupación por el hecho de que la Mesa del Congreso vaya a admitir a trámite un texto que los populares aseguran es inconstitucional.

Belen.... -

La secretaria de Política Social del PP, Ana Pastor, en declaraciones a la cadena SER, ha contestado a Trinidad Jiménez explicando que su partido sigue esperando del Gobierno una explicación a los ataques vertidos por Mohamed VI en el diario El País contra José María Aznar, horas antes de la visita de los reyes a Marruecos. En opinión de Pastor, las declaraciones del monarca alauí suponen “atentar contra un presidente que lo ha sido de todos los españoles”. La responsable de Relaciones Internacionales del PSOE insiste en ver “correcto” lo dicho por Mohamed VI y “exagerada” la indignación del PP.
Estos socialistas se creen que somos tontas/os, los que escuchamos las sandeces de ellos.

David G. -

Desde luego, el compromiso verbal en La Moncloa permite al Gobierno central vender a sus socios que el único acuerdo con el PP es dialogar. Lo que ha cambiado, empiezan a sostener en La Moncloa, es que los populares, que hasta hace cuatro días se cerraban en banda a las reformas constitucionales y estatutarias, se abren ahora a hablar de ellas. Y ello disgusta a dirigentes populares que temen confundir a sus votantes con una oferta de apoyo parlamentario si los socialistas renuncian a su asociación con ERC y con IU.

Así las cosas, los consultados esperan un pronunciamiento de su presidente de honor, José María Aznar, que el pasado viernes en San Sebastián cedió expresamente el protagonismo a Mariano Rajoy, pero que el próximo sábado, en un homenaje al asesinado Gregorio Ordóñez, tendrá una oportunidad de lujo de dar su opinión. En cualquier caso, todos en Génova son cautos por los movimientos secesionistas del lendakari Juan José Ibarretxe, por la irrupción de Batasuna y ETA y subrayan que un nuevo desafío al Estado vendrá muy pronto de Esquerra Republicana.

David G. -

Dicen que después de la tempestad llega la calma. El dicho puede ser aplicado a todo, incluso a la política. Pero el acuerdo alcanzado el pasado viernes en La Moncloa entre el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder del PP, Mariano Rajoy, ha causado sentimientos enfrentados en el seno popular. Hay satisfacción, sobre todo en el entorno del dirigente gallego, pero también existen llamamientos a la cautela y a la preocupación, según ha podido comprobar Garganta Profunda.

Resulta lógico, dado que "una comisión es sólo una comisión y Zapatero ha reiterado públicamente, tras ver a Rajoy, que desea mantener la relación preferente con Esquerra e IU, sin sustituirlos por el PP", advierten dirigentes consultados. Mientras los cercanos a Rajoy están muy satisfechos porque creen que han demostrado que son un partido serio y que han puesto los intereses nacionales por encima de los intereses de partido, otras fuentes consideran que "el guante, inteligentemente recogido por Zapatero, es un balón de oxígeno cuando ya estaba contra las cuerdas", en dos semanas Zapatero había perdido cuatro puntos según las encuestas.

Narciso L. -

El PP asiste además con «sorpresa» a los pronunciamientos desde ciertos sectores políticos que alimentan la tesis de su posible legalización, «cuando se sabe que ETA necesita el protagonismo de Batasuna para sobrevivir».

Rendición incondicional. «Son tramposos, son terroristas, son defraudadores de ley y lo van a intentar», resaltó el «número dos», quien se mostró igual de contundente al valorar la posibilidad de una tregua etarra. «Estamos en el tiempo del abandono total, definitivo e incondicional de las armas, del terrorismo y de la violencia. De eso y de nada más».
Desde las filas del PP se recuerda que el partido de Otegui sólo «busca la ruptura de España y el debilitamiento, y sabe que el enfrentamiento, las fisuras entre los dos grandes partidos políticos y entre el Gobierno y la oposición también le beneficia».

Narciso L. -

El PP es muy escéptico con la posibilidad de que detrás de los últimos movimientos en Batasuna y la banda ETA haya realmente «algo nuevo» que permita tener alguna esperanza en que se está en vísperas de la acreditación del final definitivo de la violencia. El análisis que realiza habitualmente la «cúpula» popular en la reunión de «maitines» de los lunes se ha trasladado a hoy, y tendrá como elemento guía la idea de que es ETA la que está marcando la estrategia con el objetivo de «garantizar su subsistencia».
Ahí, Batasuna, como brazo político, tiene un papel clave, y, por eso, el PP entiende que, en un momento como el actual, es imprescindible dejar claro a la coalición «abertzale» que no tiene ninguna posibilidad de presentarse a las elecciones. La «normalización» de su papel en la vida política es, pues, el primer error a evitar.
El secretario general del PP, Ángel Acebes, no pudo ser más contundente ayer al aludir a esta cuestión. La exquisitez de sus formas para evitar cualquier discrepancia expresa con el Gobierno no evitó que sus palabras sí dejaran entrever, de manera implícita, ciertos matices que marcan distancia con el tono usado por José Luis Rodríguez Zapatero en San Sebastián.
Los populares no entran a hablar ni siquiera de las hipotéticas consecuencias que podría tener que Batasuna condenase la violencia. «Batasuna no puede presentarse a las elecciones de ninguna manera. No podemos darle la mínima esperanza de que vaya a ser así», proclamó Acebes.

Manuel Candelas -

La línea Piqué. En clave interna, en las filas populares se impone la interpretación de que el pacto ofrecido a ZP confirma la victoria de la línea «centrista» que representan, entre otros, Josep Piqué, Eduardo Zaplana y Alberto Ruiz-Gallardón, los tres presentes en la cumbre que el «núcleo duro» celebró la pasada semana en Sigüenza. Allí, estuvo sobre la mesa la posibilidad de plantear explícitamente a Rodríguez Zapatero que el PP está incluso dispuesto a abstenerse en la votación de los Presupuestos Generales del Estado si perdiese los apoyos de ERC e IU por culpa del acuerdo de Estado sobre el modelo territorial.

Manuel Candelas -

La dirección del PP es partidaria de que la comisión del pacto sobre el modelo de Estado se ponga en marcha cuanto antes y de que, además, se concrete también de inmediato en la elaboración de medidas conjuntas. Los populares han percibido ya una «escenificación» pública, por parte de distintos dirigentes socialistas, dirigida a rebajar la importancia y el alcance del acuerdo de cara a sus coaligados.
Por ello, ayer se lanzó el mensaje de que, en un momento como el actual, no caben «ambigüedades», y se volvió a subrayar asimismo la absoluta «lealtad» en este terreno. En todo momento, eso sí, se evitó el reproche directo al Gobierno socialista.
«Si alguien quiere matizar o expresar las cosas de una manera menos clara, será su responsabilidad. El PP se ha limitado a cumplir con lo que creía que era su responsabilidad en el servicio a España», explicó el secretario general, Ángel Acebes, tras la reunión del comité de dirección de su partido. El «número dos» justificó también la oferta de pacto de su partido como una iniciativa dirigida a ayudar al jefe del Ejecutivo a que «no sea débil en la defensa de España».
La primera discrepancia que tendrán que solventar PP y PSOE en la comisión negociadora será el Plan Ibarreche, que los populares defienden que sea el primer punto del orden del día. De momento, en la delegación popular está segura la presencia de la secretaria de Política Autonómica, Soraya Sáenz de Santamaría.

Jose Suarez -

El señor Ibarreche, miembro del PNV y Lendakari de la Comunidad Vasca, está poniendo de manifiesto que la idea que él tiene de la identidad de vasca se circunscribe, por temor, por torpeza o por complicidad, a la defensa de identidades violentas, agazapadas tras su ínfima talla política. Todo ello permite suponer que el tal Lendakari sólo se pone al frente de parte de la ciudadanía vasca, la que propugna el asesinato y el golpe de Estado como medio de «persuasión» mientras se enfrenta a la mayoría de los vascos que rechazan la violencia por principio y desean la convivencia en paz. Parece poco probable que esa necedad conocida como el «Plan Ibarreche» salga adelante, pero sería igualmente deseable que los propios vascos volvieran la espalda hacia quienes, cual Ibarreches, Atuchas, Oteguis y similares, les quieren conducir por tan indeseables caminos de violencia, insolidaridad y sumisión, porque esas jamás serán las señas de identidad del auténtico pueblo vasco. Sólo son las señas de identidad de unos fanáticos. Sólo cuando esas voces desaparezcan de la política activa, los vascos y con ellos todos los demás, habremos reencontrado, al fin, el camino que conduce hacia la verdadera paz y la verdadera libertad en Euskadi y en España.

Becaria -

El PP acusa al PNV de «intentar robar» documentos públicos a través de la Fundación Sabino Arana
«Están intentando apropiarse de la memoria histórica de los vascos y robar nuestro patrimonio histórico». Así de enérgico se mostró el presidente del PP de Vizcaya, Antonio Basagoiti, ante la «retención» que el PNV hace de documentos públicos de entre finales del XIX y 1977 en el Archivo Histórico del Nacionalismo Vasco, gestionado por la Fundación Sabino Arana. Basagoiti exigió su devolución al Parlamento para la creación de un fondo público y pidió que los textos referentes a la República sean remitidos al Archivo de Salamanca.

Carlos A.M. -

La sociedad española se enfrenta a una nueva «tregua-trampa». Si hace tiempo ETA trató de recuperarse del acoso del Estado proclamando un alto el fuego, saludado con inocencia por muchos, ahora nos encontramos ante un nuevo episodio del intento de la banda terrorista de alcanzar un balón de oxígeno, exhausta como está por la persecución jurídica y policial a la que se ha visto sometida. La «carta-trampa» de Otegui a Zapatero en la que le ofrecía un «escenario de diálogo», pero con las pistolas de ETA sobre la mesa, ha hecho reaccionar a aquellos que son perseguidos por los violentos, ante la posible ingenuidad del presidente del Gobierno si se cree los cantos de sirena de los proetarras. El portavoz del PP en el Parlamento vasco, Leopoldo Barrera, ha calificado de «preocupantes» las concesiones verbales del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que «no es consciente de lo que tiene enfrente». Barreda acierta al alertar a Zapatero sobre las estrategias del mundo abertzale para ganar tiempo, reestructurarse y estar presentes en la contienda electoral de la próxima primavera. Rodríguez Zapatero no se debe creer el teatro de ETA y sus defensores. Debe ser firme en la defensa de los valores democráticos e impedir que los proetarras concurran a las elecciones autonómicas.

Pio Moa -

Pero Azaña, entre su aversión irracional y sectaria hacia la derecha, y su falta de carácter para sacudirse el yugo de sus aliados más extremistas, presidía alocadamente un doble proceso: el revolucionario en la calle, que no podía o no quería impedir, y el de su propia deslegitimación. La mitad del país, por lo menos, se sentía constantemente agredida, insultada y pisoteada en sus intereses y sentimientos más profundos. Pero la izquierda en general, incluyendo a Azaña, se creía su propia retórica, según la cual la derecha sólo representaba a unos cuantos oligarcas explotadores merecedores de todo lo peor. Éste fue el proceso que hizo inevitable el completo derrumbe de la república en julio de 1936.

¿Hay alguna relación con la situación actual? También tenemos ahora a un partido y un gobierno que han cultivado un ciego sectarismo contra la derecha, aliados y en buena medida presos de sus propias exaltaciones anteriores y de sus pactos con partidos extremistas, habiéndose inclinado él mismo hacia los extremos. El peligro revolucionario ha desaparecido en España, pero ha pasado a primer plano el peligro secesionista, concomitante con el islámico.

Parece que, en un rapto de lucidez, el presidente del gobierno ha aceptado algunos acuerdos con el PP contra el plan Ibarreche-Ternera. Es una buena noticia, y ojalá que persista en esa dirección y no repita el precedente de Azaña. Pero no soy optimista. La experiencia que vamos teniendo hasta ahora no autoriza a ello.

Pio Moa -

Ese miedo radicaba en que los socios políticos de Azaña, que con sus votos le habían permitido llegar al poder y le sostenían, no eran otros que los que se habían rebelado contra la república en octubre de 1934, resueltos a comenzar una guerra civil; y ninguno había modificado básicamente sus posiciones. El mismo Azaña, en sus grandes mítines de 1935, había justificado aquella rebelión y apoyado moralmente a los insurrectos. Pese a ello la derecha esperaba que la realidad política hiciera reflexionar al dirigente jacobino, el cual también debía sentirse asustado por las pretensiones y actos extremistas de los partidos que le apoyaban. En otras palabras, esperaba que Azaña frenase, desde el poder, la escalada revolucionaria emprendida por los socialistas de Largo Caballero, los comunistas y los anarquistas. La CEDA y los mismos monárquicos insistieron en esta línea, considerando al gobierno republicano de izquierdas como el último valladar frente al ímpetu revolucionario.

No iban a tener éxito. Azaña disfrutaba haciendo desplantes y ofensas a las derechas. Alcalá-Zamora llegó a decirle: “Es que usted cree que las derechas nunca tienen razón”, y el replicó: “Claro. A mí, todo lo que es de derecha me repugna”. Lo cuenta él mismo, muy ufano. Y la oposición le pedía, en las Cortes y personalmente, que cumpliera e hiciera cumplir la ley.

Pio Moa -

En febrero de 1936, después de unas elecciones muy anómalas, alcanzaba el poder la coalición que sería luego llamada Frente Popular, presidida por Azaña. Llegaba con un programa radical encaminado a transformar la república en un sistema parecido al del PRI mejicano, muy admirado por los republicanos de izquierda. La derecha, que había derrotado el asalto de las izquierdas a la legalidad republicana en 1934, aparecía en su propaganda como la gran enemiga de la república, y se pretendía “republicanizar” el estado, en particular eliminando la independencia del poder judicial, de modo que la derecha no pudiera volver al poder.

Aun así, el principal partido de la derecha, la CEDA, se puso rápidamente al lado de Azaña y le ayudó a sortear algunas dificultades como la ilegal puesta en libertad de gran número de presos, realizada por las turbas izquierdistas. La causa la explica frívolamente el mismo Azaña en cartas a su cuñado Rivas Cherif: se había convertido en “ídolo de la derecha”, y ello por una razón de peso: “Tienen un miedo horrible”; a Gil-Robles “La Pasionaria le ha cubierto de insultos. No sabe dónde meterse, del miedo que tiene”, y concluye sin abandonar un momento su frivolidad, bien apreciada como uno de sus peores defectos por Julián Marías: “Te divertirías mucho si estuvieras aquí”.

Agapito M. -

Por supuesto que no exagero. Estamos, dicho muy sencillamente, ante un acontecimiento político de extraordinaria envergadura, que requiere interpretación política. Algo, por suerte, que no está al alcance ni de los imbéciles que se dedican a la agitación y la propaganda de las creencias de ZP, despreciando a unos supuestos enemigos apocalípticos, ni de los turiferarios de Rajoy, pobres integradillos en la retórica de la insignificante progresía, que confunden su cobardía con las buenas intenciones. Ni propagandistas ni integrados se han enterado todavía de que la prensa mundial no se preocupa de España por un prurito intelectual, sino porque sabe que aquí se están jugando cuestiones dramáticas para toda Europa.

¿Cuánto tiempo tardará en percatarse Rajoy de que su buena voluntad, y sus mejores intenciones, pueden dar lugar el mayor fiasco de la historia de España? ¿Cuánto tiempo tardará Rajoy en enterarse de que su entrega a Zapatero es el comienzo de un trágala que tiene una trágica consigna: “Paz por territorios”? ¿Cuánto tiempo necesitará Rajoy para enterarse de que Piqué no es solución sino la ocultación de una tragedia?

Agapito M. -

Y, sin embargo, el cándido Rajoy le ofrece a Zapatero su colaboración para que España no desaparezca. ¡Pobre iluso! Ha renunciado a su proyecto nacional desde el punto y hora que acepta la agenda política de socialistas y nacionalistas, especialmente la reforma de los Estatutos y la Constitución. ¡Inevitable! ¿Quién sabe? Pero lo más grave es que Rajoy ha dado a ZP vida, tiempo y energías para que este recomponga su figura cuando estaba puesta en cuestión por el mundo entero y, especialmente, por la mayoría de la nación española. Rajoy, inconscientemente, o peor, con falta de coraje moral, se ha sumado al coro de plañideras que frente al grito “mundial” de la balcanización de España responde con un canto cínico sobre la “necesidad de desdramatizar y no crispar la situación”. La nación española y la opinión pública mundial habían sintetizado todas las críticas a las acciones de Zapatero con una palabra: balcanización. Algo, dicho sea de paso, que Jiménez Losantos, en España, hace ya muchos años, había previsto con grandeza intelectual y sufrimiento personal.

La balcanización de España es ya un hecho, pero a algunos aún les cuesta comprender lo obvio. Sobre todo, les cuesta reconocer que el “nihilismo” pasota del Presidente de la nación española es sólo una táctica que oculta su verdadera estrategia: la destrucción de España.

Agapito M. -

Humo, nada, queda ya de la entrevista entre Zapatero y Rajoy. Dos días después del encuentro entre estos dos hombres, casi nadie habla del “extraño compromiso” que alcanzaron, menos todavía de las ridículas comisiones que imaginaron para estudiar no se sabe muy bien qué asunto. Acaso los plazos para terminar con la estructura estatal de la nación española y, de paso, de España. Seguramente. La prueba de que ese “compromiso” sólo será una nota a pie de página para justificar el fin de la nación española está en la prensa del domingo: excepto unas pocas referencias a la iniciativa de Rajoy, la carta de Otegui, el representante político de los terroristas, y la presencia de ETA en la vida política lo ocupaba todo. Y me temo que lo seguirá ocupando en los próximos meses. ETA estaba muerta, pero ha sido resucitada por la coalición de socialistas y nacionalistas. La resurrección ideológica de ETA es la pieza maestra para dividir España. Carod-Rovira, Maragall y Zapatero han conseguido levantar a ETA para llevar a cabo su proyecto secesionista en colaboración con el PNV y CiU.

David G. -

Y es que a nadie le puede pasar desapercibido que Rodríguez Zapatero tiene una buena coleción de hipotecas políticas. Su gobierno depende de los chantajes permanentes de Izquierda Unida y de los partidos nacionalistas. Zapatero llega a un acuerdo con Rajoy, mientras que a sus ministros y portavoces les ha faltado tiempo para decir que el "acuerdo de Moncloa" no es un pacto y que no se preocupe nadie puesto que en nada van a cambiar las propuestas de "modelo de Estado" del Gobierno socialista. Unos matizan a su presidente y otros contradicen las ideas de Zapatero. Y es que el desconcierto entre los propios socialistas es considerable.

¿En que quedamos?. ¿Con quién dice pactar Rodríguez Zapatero?. ¿Con quién se queda?. Aquí no vale con decir una cosa y luego hacer otra. Aquí no se puede jugar a varias bandas. Defnitivamente sí queremos hacer algo esto debe ser el final de la etapa de la sonrisa y del talante. Debe comenzar la etapa de los principios. Y de eso Zapatero no entiende mucho. Va a necesitar unas cuantas tardes.

David G. -

El pacto alcanzado el pasado viernes en Moncloa es eso: un principio de acuerdo que hay que sustanciar y delimitar en toda su extensión. Desde luego es una buena noticia que el presidente del Gobierno se haya caído del guindo, y empiece a aceptar que con sonrisas y con talante no se llega a la esquina. Zapatero, después de estar embarcado en un "NO" permanente contra toda propuesta de Rajoy, ha decidido recomponer su situación y aceptar las iniciativas del Partido Popular. ¡Bienvenida sintonía con el sentido común!.

Desde luego, el acuerdo es bueno; como también es positiva la entrevista del Rey don Juan Carlos con Zapatero y Rajoy en La Zarzuela. Pero al mismo tiempo es un claro signo de la gravedad de la situación en la que estamos inmersos. Un encuentro que nunca se había producido desde el inicio de la democracia. Un ritual reservado sólo para situaciones extremas Por lo tanto estos primeros pasos son interesantes, pero no son suficientes.

Jose Alejandro V. -

Zapatero está esposado. No puede apretar la mano de Rajoy porque la tiene enmanillada a la de Carod Rovira y, por supuesto, a la de Maragall. Por eso está a punto de cometer uno de los mayores errores de la historia del PSOE. Darle la espalda, ignorar, ningunear al único posible socio con el que cuenta para salvar la actual estructura del Estado y seguir, como hasta ahora, marcando el paso al ritmo que le dictan desde las pequeñas formaciones nacionalistas a las que se ha abrazado. Rajoy está a la altura de un hombre de Estado. Zapatero, está aún por demostrarlo. Que alguien le ilumine.

Jose Alejandro V. -

Zapatero, cuya estrategia sobre el particular implica arriesgadas apuestas, tuvo a bien convocarle a una reunión en La Moncloa, 24 horas después de la que habrá de celebrar hoy mismo con el promotor del mencionado plan. Esa ha sido la inclasificable actitud adoptada por el presidente del Gobierno. Una invitación para «conversar», en lugar de para transmitir un mensaje inequívoco de permanecer fiel al espíritu constitucional que hemos vivido los últimos 26 años.
De muy poco más que de hacer cumplir la ley tendrán que hablar mañana Zapatero y Rajoy. Y así se lo ha hecho saber el líder del PP. De muy poco más que de hacer respetar la Constitución. De muy poco más que de estudiar la forma en la que las dos principales fuerzas políticas de este país, que suman el 80 por ciento de la representación popular pueden afrontar la coyuntura política más preocupante conocida por nuestro país desde que recuperó la normalidad democrática. Los chalaneos, para el tripartito.
Rajoy ha ofrecido su mano, pero no evita censurar los errores y los despropósitos que está perpetrando el Gobierno. Y lo hace con prudencia y con honestidad consciente de que tan sólo un magno acuerdo entre los dos grandes partidos respetuosos de la Constitución será capaz de salvarla. Tan elemental es la propuesta, y tan necesaria, que a Carod Rovira le ha faltado tiempo para ofrecerle al PSOE un acuerdo de legislatura a fin de evitar que alcance cualquier tipo de entendimiento con el PP. No hacen falta más palabras.

Jose Alejandro V. -

Eso sí, nadie le discute su sagaz ironía, ni su desternillante capacidad dialéctica. Es posiblemente uno de los mejores parlamentarios que ha conocido la Carrera de San Jerónimo desde los albores de la Transición. Sabe medir sus tiempos y controlar sus iras (caso de tenerlas, ya habrá alguien que nos lo cuente). Y, naturalmente, sabe estar a la altura de las circunstancias y de lo que de él se espera. O sea, que Aznar sabía bastante bien lo que hacía.
Por eso extrañan los comentarios, entre elogiosos y sorprendidos, que se escuchan estos días a su actitud ante el «plan Ibarretxe». Parece como si se diera por hecho que Rajoy, tan apacible en los modos, no fuera capaz de ser firme en las decisiones. Huyamos de quien no sea capaz de ir más allá de sus gestos. Mariano Rajoy ha actuado con la impecable rectitud y firmeza que los tiempos exigen. Ha reclamado al Gobierno celeridad en la respuesta judicial ante el embestida peneuvista, ha requerido el final de las vacaciones parlamentarias (con la que está cayendo y el Congreso de los Diputados de vacaciones navideñas) y fundamentalmente, ha exigido al Gobierno una respuesta unívoca frente al desafío puesto en marcha por el actual lendakari. Al mismo tiempo, y como líder de la oposición y de un partido que tiene el respaldo de casi diez millones de españoles, ha ofrecido (por tres veces) su colaboración al presidente del Gobierno para llegar a un pacto sobre el modelo de Estado, que ponga de una vez fin a todo tipo de planteamientos secesionistas, independentistas, o autodeterministas que asoman la pezuña bajo la puerta.

Jose Alejandro V. -

Aquello de «todos al suelo que vienen los nuestros» es una expresión muy utilizada en casi todos los partidos políticos, pero especialmente en los de la derecha. Romanones se refería a los suyos como «vaya tropa» y el saber popular, que no siempre es sabio, ha hablado siempre de la «derecha cainita».
Por eso tras el último congreso del Partido Popular, en el que José María Aznar ejerció un papel brillantemente protagonista, se escucharon demasiadas voces quejumbrosas en las filas de la oposición que ya murmuraban la necesidad de un cambio de líder. O sea, que no le concedían a Mariano Rajoy ni siquiera el beneficio de la duda. Torpes y cerriles, iban por él.
Era un papelón. Suceder a José María Aznar al frente del partido y tras haber sido desalojado del poder en unas elecciones accidentadas, exigía templanza, contención y, fundamentalmente, mucha paciencia. Quienes han trabajado con Rajoy no sólo lo admiran, sino que confían en él a ojos cerrados. Nada tiene que ver con la tradicional «derechona» del tópico. No incurre en la intransigencia, se desenvuelve con maestría en los lances de la negociación, respeta al contrario, evita hacerse enemigos inútilmente y se muerde la lengua hasta tres veces antes de hablar mal de alguien. Nadie espera de él actuaciones espectaculares. No es un «one man show», sino más bien peca de timidez y reniega de la arrogancia.

Oscar Molina -

El secretario general del PP subrayó que no se trata de un "problema" del Gobierno anterior, "sino del conjunto de España por lo que es el Ejecutivo "quien tiene que dar una respuesta".

"Vamos a esperar los próximos cuatro días para exigir y para hablar sobre esta cuestión más en profundidad", argumentó Acebes para quien las "acusaciones" e "imputaciones" del Rey de Marruecos "tienen mucha gravedad" y "exceden de manera intolerable la cortesía que debe presidir las relaciones entre dos países vecinos y amigos, y mucho más en la víspera de una visita de Estado".

Insistió en que el PP ha trabajado desde el Gobierno y la oposición "por fortalecer los vínculos" entre España y Marruecos y que "está detrás" del interés de nuestro país en fortalecer "permanentemente" las relaciones bilaterales.

Denuncian "contradicciones" en algunos asuntos

Se refirió a las "contradicciones" entre las políticas de ambos países en asuntos como Ceuta y Melilla, donde "la posición de España es absolutamente distinta e incompatible con la de Marruecos", así como en la política migratoria o el conflicto del Sahara.

El dirigente 'popular' agregó que "lo único que nos preocupa" es que el Gobierno "pueda cambiar algunas de las posiciones habituales y tradicionales que viene manteniendo España de manera permanente", como en el caso del Sahara, "sin consenso y sin ninguna explicación".

Oscar Molina -

El secretario general del PP, Ángel Acebes, consideró que, con sus críticas a la actuación de España en relación a la toma de Perejil, el Rey de Marruecos ha cometido una "ofensa grave" contra España, por lo que el actual Gobierno debe "dar una respuesta a la altura de nuestra dignidad"

Tras la reunión del comité de dirección del PP, Acebes aseguró que, dado que Don Juan Carlos y Doña Sofía se encuentran en Marruecos en visita de Estado, el PP esperará hasta dentro de "cuatro días" antes de "exigir" que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero responda a la "ofensa" del monarca alauí.

Acebes se refirió así a las afirmaciones de Mohamed VI al diario 'El País' en las que el Rey de Marruecos denuncia el trato dado por España a la crisis del islote de Perejil, una ocasión en la que su país "se sintió abofeteado al ver cómo fue tratado".

"Esta entrevista supone una ofensa grave e intolerable al anterior Gobierno democrático y esperamos una respuesta por parte del Gobierno de España a la altura de la dignidad de nuestro país y de lo que suponen las habituales relaciones entre países amigos", recalcó el dirigente 'popular'.

Un "problema" para España

Acebes insistió en que es "absolutamente insólito" que, como país anfitrión del viaje de Estado de los Reyes, Marruecos "reciba a sus invitados con una ofensa, una agresión e incluso insultos" al Gobierno anterior, como en la crisis de Perejil que, según dijo, se debió a "la ruptura del estatus quo" de manera "unilateral por parte de Marruecos".

Pablo Hernanz -

La mejora de las relaciones entre ambos países se debe, para Mohamed VI, a la acción de una figura política: Felipe González. En otro de los puntos destacados de la entrevista el monarca elogia ardientemente al ex presidente español, un político muy admirado por Mohamed VI al que describe como un "auténtico amigo" de Marruecos. Según el monarca alauita, es precisamente González quien está ayudando a Zapatero a "comprender mejor" su país. El jefe del Ejecutivo español hasta 1996 ha evidenciado recientemente los poderosos vínculos que le unen a Marruecos. Con motivo de los Encuentros de Turismo celebrados en Ouarzazate, González visitaba el pasado jueves a Mohamed VI. El ex mandatario socialista estaba acompañado por el magnate mexicano Carlos Slim.

El monarca también reconoce su admiración por la pareja real española que encarna para él lo más positivo de la España actual. Confesó que valora "su manera de ser y actuar, su sensibilidad humana. El hecho de que sean queridos por todos los estamentos de la sociedad española demuestra hasta qué punto la monarquía es popular".

Pablo Hernanz -

"Más franquista que Franco"

El secretario de Comunicación del PP, Gabriel Elorriaga, contestaba este lunes a la polémica entrevista brindada por el diario El País al monarca marroquí. En ella, Mohamed VI arremete contra el ex presidente español José María Aznar, al que acusa de ser "más franquista que Franco". Elorriaga considera llamativo que "un monarca autoritario venga a repartir carnés de demócrata a España".

El soberano alauí también justifica la agresión a la soberanía española en el islote de Perejil por varios gendarmes marroquíes en el verano de 2002. Según él, la invasión era una respuesta a las acusaciones de "no hacer bastantes esfuerzos para acabar con la inmigración clandestina". Para el rey alauita, la acción militar desarrollada por España para mantener el statu quo en el territorio hizo que el régimen marroquí se sintiese "abofeteado e insultado cuando aparecieron buques de guerra españoles".

Además, el monarca señaló en la extensa entrevista realizada por el propio director de El País, Jesús Ceberio e Ignacio Cembrero, que "la relación" con Aznar "hubiera podido ser mejor". Confesó su profunda decepción ante "la falta de confianza hacia Marruecos". Unas relaciones que según Mohamed VI, parecen restituidas ya que advierte mayor "confianza" entre el gobierno de Zapatero y la "seriedad" de Marruecos como interlocutor, socio y vecino. El buen entendimiento será aprovechado por el régimen marroquí para reforzar sus posiciones en el Sáhara y pedir al gabinete socialista una "neutralidad positiva" hacia los intereses del reino jerifiano.

Pablo Hernanz -

Los populares se muestran contrariados ante "un hecho insólito" que insulta a un país, sobre todo con temas "tan importantes como Perejil", cuando en julio de 2002 Marruecos rompió unilateralmente el statu quo del territorio, invadiéndolo con varios gendarmes.

Desde el PP se reconoce que entre los gobiernos de España y Marruecos existen varias contradicciones como "la reivindicación de las ciudades españolas de Ceuta y Melilla, los flujos migratorios o el Sáhara". Respecto a la reivindicación de Rabat de apelar a la "marroquinidad" de la ex colonia española para anexionarla a su territorio, Acebes afirmó que España siempre ha mantenido una postura clara e histórica. El cambio de estrategia del gabinete Zapatero en esta cuestión, más generosa con las pretensiones del régimen de Mohamed VI, "preocupa al PP", según confesó el secretario general del partido.

Por otra parte, Acebes manifestó su esperanza de que las relaciones entre ambos países se restablezcan y se intensifiquen para dar "estabilidad al área del Mediterráneo y para impulsar la transformación política y social" en el reino jerifiano.

Pablo Hernanz -

La polémica rodea al viaje de los Reyes y cinco ministros españoles a Marruecos. La suspensión de la visita prevista a la ciudad de Tetuán -donde según El Mundo se encuentra en libertad uno de los presuntos autores del 11-M-, la actuación de los servicios secretos alauís en Ceuta y Melilla y sobre todo la entrevista a Mohamed VI en El País han enturbiado la gira. El PP ha calificado de "muy graves" los ataques del Rey de Marruecos y ha dado cuatro días al Gobierno para abordar esta cuestión.

El número dos del PP, Ángel Acebes, ha condenado enérgicamente las afirmaciones del monarca marroquí al periódico de PRISA, y recordó que es "insólito que un anfitrión reciba a sus invitados con una ofensa e incluso con insultos al país que ha invitado o a sus gobiernos anteriores". Acebes ha tachado de "indignantes" las declaraciones del soberano alauí que constituyen una "ofensa grave e intolerable".

Acebes cree que las palabras de Mohamed VI tienen "mucha gravedad", sobre todo porque se realizan en la "víspera" del viaje de los Reyes de España a Marruecos. Por ello, el PP espera una respuesta del Gobierno de Zapatero "a la altura de nuestra dignidad" porque "es un problema del conjunto de España".

El número dos del PP dijo que su partido va "a esperar los próximos cuatro días" para que el Gobierno aborde esta cuestión. "Por la visita de Estado no vamos a intensificar estas declaraciones", dijo Acebes, que advirtió de que "si no hay pronunciamiento del Gobierno dentro de cuatro días volveremos a hablar de esta cuestión".