Blogia
ametralladora

TURQUIA, DE ENTRADA NO.

TURQUIA, DE ENTRADA NO. Y después, tampoco; no vaya a caber la duda tras la lectura del titular del artículo que se pretende utilizar aquel subterfugio que FG popularizó en el referéndum celebrado sobre la entrada de España en la OTAN. Precisamente esa OTAN donde, por gracia del amigo americano, Turquía es miembro de pleno derecho a pesar de haber pasado de ser una “democracia” a una dictadura militar y volver a democratizarse adjetivada de gobierno islamista moderado. Dios, o quien nos corresponda en una Constitución Europea declarada laica, nos libre de los moderados si, como suponemos, podemos claramente establecer una sinergia con, por ejemplo, el PNV.

Mucho se está escribiendo sobre las razones por las que Turquía no puede ser considerada ni política ni religiosa ni culturalmente como parte del pasado, del presente o del futuro de Europa. La Historia, con mayúsculas, la sitúa derrotada el 7 de Octubre de 1571 en Lepanto principalmente por el choque cultural que suponían los postulados cristianos de aquel Imperio aún no sometido a la inexistente USA y el exacerbado componente islámico del cada vez menos poderoso Imperio otomano. Tampoco, y aquí entramos un poco en el egoísmo materialista inherente al ser humano, faltan las razones económicas que supondrían la entrada de un país prácticamente desindustrializado, con altas cotas de pobreza y una superpoblación que acarrearía un serio peligro al equilibrio necesario para el desarrollo de una Europa unida en lo cultural, lo político y lo económico. Setenta millones de turcos acogidos a los tratados de libre circulación aplicados a los ciudadanos europeos, supondrían un flujo migratorio muy peligroso agravado por esa diferencia religioso-cultural que nos hace dudar no ya si el islamismo político puede asumir los valores democráticos, sino si tan siquiera puede convivir sometido a ellos.

Y es que otra de las claves esgrimidas es lo que apuntábamos anteriormente: el gobierno islamista moderado que dirige actualmente Turquía. ¿Son las leyes penales o civiles admitidas bajo la mentalidad religiosa del Islam compatibles con las elementales normas de convivencia cívica que deben regir la Europa del siglo XXI?. Evidentemente que no y, una profunda transformación de las mismas, solamente siembra dudas sobre qué, por qué, cuándo, dónde, cómo y a quién interesa que Turquía ingrese en la UE. Recordemos que una de las causas de invasión de Irak fue el genocidio cometido contra el pueblo kurdo, motivo por el cual, el primer juzgado de la “postguerra” será el conocido como Alí el Químico, gaseador de kurdos al que poco tienen que envidiar el gobierno o gobiernos turcos. ¿Por qué no cae la comunidad internacional, del mismo e implacable modo, sobre un país que no respeta los derechos humanos con respecto a esa perseguida etnia?.

Quizás, para ahondar en las raíces del tema, debamos remontarnos hasta la relativamente reciente desintegración de la antigua Yugoslavia. Allí, una OTAN dirigida por Javier Solana y a la que, recordemos, Turquía pertenece de pleno derecho, contribuyó a la creación de dos pequeños Estados que, por motivos socio-culturales (no olvidemos la religión) se han convertido en dos protectorados turcoamericanos: Bosnia y Kosovo. Y, remontándonos algo más en el tiempo, podemos observar como, tras la caída del régimen comunista independiente de Enver Hoxha, también Albania entra dentro de esa extraña órbita que parece no tener otro objetivo que impedir el despegue de una Europa unitaria desde Lisboa hasta Vladivostok. Una gran Europa que perjudicaría a los intereses económicos y políticos de Estados Unidos y que, para evitarlo, Turquía jugaría el papel que en la Historia Antigua desempeñó el famoso caballo de Troya.

Europa, para volver a ser grande en el orden mundial, debe beber en las fuentes de su tradicional cultura cristiana, católica, protestante u ortodoxa, todas hijas del mismo tronco al fin y al cabo. Debe cohesionarse en una unidad cultural y recuperar la vocación de imperio que tuvo hasta los albores del siglo XX. Debe desoir los cantos de sirena del multiculturalismo que, en realidad, no pretenden sino despojarla de sus seculares señas de identidad. Recordar Constantinopla y Lepanto y, abandonando los postulados de la progresía al uso, no plantearse más teorías ya aplicadas y fracasadas y decir que Turquía no es Europa. Así, alto y claro.

44 comentarios

Juana S. -

Hablo de Erdogan, recibido en Ankara a su vuelta de Bruselas con pancartas que lo saludaban como al «¡conquistador de Europa!» (escalofríos habrán sentido los chipriotas, además de los antaño sojuzgados por la «Puerta» búlgaros, húngaros, etc.), pero también de su país, apenas fronterizo con nuestro continente, que nada quiere saber de la sangre derramada en esa Armenia milenaria que hoy es Anatolia oriental.

Juana S. -

Quiso Werfel con su obra «desenterrar de la tumba del pasado el inconcebible destino del pueblo armenio», destino trágico luego filmado por Atom Egoyan en «Ararat», y sobre el que también escribieron conmovidos Anatole France, el asesinado dirigente socialista francés Jaurès y Gramsci. Pero noventa años después de los asesinatos masivos y las deportaciones al campo de concentración de Deir ez-Zor, situado en el desierto sirio, de niños, mujeres y hombres sacados a golpes de sus casas, y expoliados de sus bienes enseguida repartidos entre la soldadesca del antiguo imperio otomano, Turquía sigue negándose a afrontar su sangriento pasado. ¿Qué pensaríamos en Europa si los actuales gobernantes alemanes negasen, como los infames Faurisson, el converso al islamismo filonazi Garaudy –cuya Fundación de las Tres Culturas convertidas en la media luna de una sola «reina» en Córdoba– o los judeófobos voceros yihadistas de Radio Islam y similares, la existencia de las cámaras de gas nazis, el asesinato de seis millones de israelitas?
La Europa laica e ilustrada de los derechos humanos no debe ser ningún «club cristiano» (ha costado mucho la separación de Iglesia y Estado), pero tampoco tiene por qué convertirse en vivero de antisemitas «madrasas» donde se enseñe a odiar a los «infieles», a falsear la historia y a escupir sobre las víctimas. Hay que aliarse con los musulmanes moderados contra el terrorismo islámico, desde luego. Pero me pregunto si puede ser «moderado» quien niega la matanza armenia y sólo a regañadientes ha dejado de considerar reos a las adúlteras.

Juana S. -

El 24 de abril de 2005 se cumplirá el noventa aniversario del genocidio del desdichado pueblo armenio en la Turquía, entonces gobernada por los llamados «Jóvenes Turcos», que hoy continúa empecinándose cínicamente en negar el programado exterminio, perpetrado por musulmanes turcos y kurdos, de más de un millón y miedo de cristianos en su suelo, y vislumbra ahora su próximo ingreso en la UE. Fue el primer genocidio del terrible siglo XX (el ministro del Interior Taalat Pashà firmó en 1915 el decreto de exterminio) y el nazismo se inspiró en la indiferencia del mundo acerca de la mortífera suerte corrida por los armenios para pergeñar el Holocausto, o Shoá, de la población judía de nuestro continente, cuyo resultado final fue el de seis millones de muertos en apenas una década, la peor de toda la historia de la humanidad. No en vano «Los cuarenta días del Musa Dagh», la hermosa novela de 1933 (recientemente reeditada por Losada) sobre la tragedia armenia del escritor de origen judío Franz Werfel, fue el libro más leído por los heroicos insurgentes judíos del gueto de Varsovia durante su desesperada lucha contra los ocupantes nazis.

Alvaro Gil -

¿Turquía en la UE?
Acerca de la entrada de Turquía en la Unión Europea, hay claros beneficios de tipo geoestratégico y porque nos da la posibilidad de acceder a uno de los países con más petróleo del mundo. Ahora bien, si va ser por esto por lo que Turquía va a entrar a formar parte de UN, añadamos a todos los países del mundo que nos puedan beneficiar y quieran entrar. Ya que se discute que Turquía esté, situada geográficamente, en Europa Ahora bien, también existen desventajas serias, que no se tienen en cuenta. La primera, es que Turquía, por ser un país musulmán, se convertiría en una "gran puerta" de entrada a Europa para el terrorismo islámico. Y la segunda, más insalvables aún que la anterior, es que estamos intentando reconciliar no sólo dos religiones, o dos culturas, sino dos civilizaciones que funcionan de forma totalmente diferente. Sería hacer vivir de forma diferente a dos sociedades.

Toledo M. -

Por último, y este ha sido el principal escollo que de muy mala manera se soslayó ayer en Bruselas, Turquía no reconoce a uno de los países miembros de la Unión, a Chipre. Desde 1974 la parte norte de la isla está ocupada por efectivos del ejército turco y Ankara hace como que Chipre del sur no existe. Esto es, naturalmente, algo intolerable e inaudito. Pretender entrar en una organización internacional y no reconocer a uno de sus miembros es un absurdo y una chulería que la Unión Europea no debería consentir. Quizá en Bruselas quieran ganar tiempo y no enfurecer al Gobierno de Ankara, pero hacer tales concesiones pueden volverse en contra de la Unión una vez sentados en la mesa de negociaciones.

La asignatura de integrar totalmente a Turquía en occidente debe aprobarla la Unión a lo largo de las próximas décadas. Ignorar a esa nación y cerrarle a priori la puerta sería un error, precipitar la entrada de un país que no está preparado aún lo sería también, pero todavía más grande, pues un paso en falso en esta Europa de 25 miembros que está empezando a construirse acabaría con la misma existencia de la Unión Europea. Del tino que los gobernantes comunitarios apliquen a esta espinosa cuestión depende la pervivencia del sueño europeo y la integración del mundo musulmán en occidente. Un desafío de altura que quizá tengan que lidiar políticos de bajura.

Toledo M. -

Aparte de las consideraciones geoestratégicas, que siempre tienen peso en un club que cuenta con 25 miembros, Turquía tiene dos talones de Aquiles que son los que, hoy por hoy, hacen casi imposible que en el corto plazo pueda tomarse en serio la hipótesis de ver ondear la bandera comunitaria en Ankara. Turquía es un país muy atrasado económicamente. Casi el 40 por ciento de su población trabaja en el sector primario, esto es, en la agricultura. Su PIB per capita es de poco más de 6.000 dólares, una miseria incluso si la comparamos con la de los pobres de la Unión. España, por ejemplo, cuenta con un PIB per capita de 22.000 dólares y la atrasadísima Grecia de 20.000 dólares. Esto supondría una sangría de fondos comunitarios sin parangón en la historia de la UE que tal vez hiciesen que ésta colapsase irremediablemente. Por otro lado, la democracia turca es, si bien una admirable excepción en el mundo musulmán, un tanto deficiente en comparación con las de la Europa Comunitaria. Hace unos meses sonaron las alarmas en Bruselas porque un proyecto de Ley preveía penas de cárcel para las mujeres adúlteras, un disparate legislativo que el Gobierno de Erdogan tuvo que echar atrás, eso sí, desdiciéndose a regañadientes. Las tradiciones islámicas siguen teniendo un peso muy importante en Turquía, el problema es que estas mismas tradiciones se dan de bruces con la democracia de corte liberal que se da en el seno de los países comunitarios.

Toledo M. -

En el mes de octubre del año próximo darán comienzo las negociaciones entre Bruselas y Ankara para la incorporación plena de Turquía en la Unión Europea. Para el Gobierno turco, presidido por el islamista moderado Recep Tayip Erdogan, la entrada en la Unión es algo más que una cuestión de política exterior. En torno a la entrada de su país en la UE ha orientado prácticamente toda su diplomacia. Para ello Erdogan no ha escatimado esfuerzos. La candidatura turca viene firmemente apoyada por varios líderes europeos y por el mismo George Bush que, en su viaje a Estambul del pasado verano, se reafirmó en su convicción de que Turquía no tiene otro destino que el europeo.

La entrada de Turquía en la Unión tiene, sin embargo, más complicaciones de las que se aprecian a primera vista. La primera es que Turquía no es, en sentido estricto, un país europeo. Tan sólo un 4 por ciento de su territorio se encuentra geográficamente en nuestro continente. Dejando a un lado el inconveniente geográfico –que bien podría, llegado el momento, sortearse sin problemas- Turquía es una nación enorme. En extensión es considerablemente más grande que Francia y en población, con sus 70 millones de habitantes, sería, de entrar en la UE, el segundo miembro más poblado después de Alemania. Lo primero pondría las fronteras de la UE en el mismo centro de Asia, en Irán, y lo segundo alteraría el delicado equilibrio de poderes entre los grandes de Europa.

Narciso L. -

es el fin de la idea de europa
tenia que ser el nucleo duro de paises europeos, con una cultura, y una filosofia de la vida comun, y luego acuerdos de asociacion con otros paises
integrar a ese mastodonte musulman en europa no tiene sentido, como no tendria sentido, integrar a israel o marruecos
yo ya estoy barajando votar NO a la constitucion europea
no me gusta este proyecto

Yotero -

Es el contrapeso de Francia a la expansion Alemana hacia el este.
No le interesa a Europa,pero SI a Francia.
Los inttereses de Francia,se eituan en el futuro,en controlar a Alemania,con un pais,que ellos creen manejable a sus intereses Turquia.
Por que evidentemente,la expansion de Alemania,cuando termine de absorver a la generacion lastre del marxismo aleman,sera,como siempre imparable y hacia su entorno natural,el este y ya hubo dos guerras,por esa expansion
España y los paises del medirterraneo,escepto Italia,notaran esea expansion desde ya.
Aparte de que son 70 millones de musulmanes pobres.
Ni por cultura,ni por tradicion,ni por sociedad,ni por religion,ni por geografia,en fin,a Europa,no le interesa para nada el ingreso de Turquia.
Pero,los franceses,que estan haciendo una Europa a su medida,saben,que alemania se come la idea de Europa en dos generaciones
Ellos seran los lideres y ante eso,hay que meter una nacion en crecimiento demografico y que en 10-15 años.estara mas

Gepeto J. -

Hay personajes empeñados en que el magno proyecto de Unión en todos los sentidos de la UE fracase por completo.

Si Turquía entra en la UE, adiós a la UE como proyecto.

La idea de Europa desaparece con la integración de un miembro que no es Europeo.

Olabarria -

Otro motivo para votar NO a la Prostitución Europea . Tras Turquía vendrá Rusia y el magreb y es obvio que ya no estamos ante una Europa unida sino ante una globalización encubierta por parte de los masones que buscan a toda prisa su unico gobierno mundial. No tiene sentido que todavía no hemos empezado a sentir las conscuencias de la megaampliación de 10 nuevos paises del Este y ya estemos hablando de meter a Turquía. Si ya la UE tiene ya suficientes problemas y lejos de solucionarse a las elites europeas lo unico que les preocupa es crecer a lo loco para tener mas y mas poder es hora de decir NO a esta Europa. Europa si, pero así NO.

Cecilia G. -

No sólo a Turquía, también a: Irán, Libia, Argelia, Marruecos, Sudán, y Tunez. Luego le cambiamos el nombre a Éuropa y le llamamos "Al Andalus Magnus". ¡Ah!, y eso sí, la religión, musulmana por supuesto, obligatoria en las escuelas (6 horas diarias).

Narciso L. -

ya veremos si entra en la union...al parecer las condiciones de ingreso seran durisimas.
para mi es un autentico desproposito,hariamos bien en escuchar a quienes tienen sus paises llenos de turcos.
los alemanes rechazan esta incorporacion aun llevando
un monton de años con una exagerada poblacion turca en su pais.si les conocen mejor que nosotros y no los quieren
no veo por que los demas deberiamos recibirlos con los brazos abiertos...
culturalmente nada que ver,geograficamente...poco,de
religion mejor ni hablar,economicamente desastre total
demograficamente otro desastre.si entran nos tendriamos que replantear que es europa en realidad,olvidar la historia
seria fatal para nosotros.
antes de una posible votacion sobre su entrada seria interesante ¨repasar¨ publireportajes tipo ¨el expreso de medianoche¨ y recapacitar sobre su admision.
no olvidemos nunca que la calidad de un club es definida
por la calidad de sus socios.

Jose Garcia D. -

No hay cosa más IMBÉCIL y CRETINA que la de un COMUNISTA como la de un MARICON, que el de una MUJER, que ¿Dícense PROGRES? como la de un SOCIATA, postrados a los pies de un clérigo multimillonario saudita. Que lucho en contra de los ateos e impíos MARXISTAS.

ES COMO SI UN NEGRO, se adhiriese al Ku Kus Klan.

En Afganistán se crecieron al humillar al marxismo y acabar con la vida del ultimo presidente comunista, después de arrastrar, ensañarse, lincharle, colgarle y apalearles junto a su hermano, a pesar de encontrarse refugiados los dos en la delegación de la ONU en Kabul.

Estos mismos de Al Queda, lucharon también en contra de la Etiopía marxista, y que ni tan siquiera la intervención del ejercito cubano pudo evitar que Eritrea se independizase, 30.000 cubanos murieron en Africa.

Ben Laden Expulso a los marxistas del Yemen del sur, forzándolos a integrarse con el Yemen del norte.

Jomeini: se dedico a asesinar a comunistas y a gays, después de que estos colaborasen y a

Aitor San Sebastian -

En Irán: los gays y comunistas tuvieron que huir al occidente capitalista.

Ahora! no eligieron el exilio en cualquier paraíso socialista o en la propia URSS. Cínicos lo son y tontos: pero no tanto como para exiliarse en la URSS, ¿algo debían de conocerla? Cuando no la eligieron.

Que el segundo partido comunista de Asia, el Indonesio, desapareciese de la faz de Indonesia, con un balance de un millón de muertos y de la misma forma que en que se vienen haciendo ahora, fueron ejecutados, por IMPÍOS, ATEOS Y MARXISTAS, alentados por los clérigos o imanes.

Quien no quiera entender que no entienda. No hay más ciego que el que no quiere ver. Y NO HAY MÁS TONTO UTIL, CRETINO e IMBECIL. Que el de un COMUNISTA como MARICON, POSTRADOS, ANTE QUIENES SON SUS MAYORES ENEMIGOS Y VERDUGOS. (...)

ES COMO SI UN NEGRO, se adhiriese al Ku Kus Klan.

Después de lo acontecido en Madrid: Como puede seguir habiendo tanto CRETINO y MALDITOS CANALLAS, de hienas carroñeras a favor de estos fanatic

Tarteso -

Después de lo acontecido en Madrid: Como puede seguir habiendo tanto CRETINO y MALDITOS CANALLAS, de hienas carroñeras.

Posicionandose a mantener comprensivamente semejantes actitudes y querer entenderlas y hasta diríase que justificarlas.

Algunos, como al igual que muchos socialistas antes me veían con agrado a la ETA y hasta con simpatía y que más tarde han padecido en propias carnes, del zarpazo de la ETA y asistido al entierro de quien proponía y defendía el dialogo con la ETA, Ernest Lluch.

Son los mismos que siempre me encuentran justificaciones y compresión ante cualquier acto terrorista y hasta me llegan a resultarme hasta apologistas y demagogos de estos.

Sus falacias, rencores y enconos les llevan a la irresponsabilidad más absoluta y al posicionamiento más absurdo en su propia contra.

Son tan borricos y zopencos: Que se cargaron a la republica española, con su barbarie, al comunismo y ahora hasta a Europa se la quieren cargarsela estos descerebrados mamporr

Eduardo Martos -

El ingreso de Turquia agudizará los problemas de la UE de tal manera que se volverá inviable.

Se trata de una nación "asiatica",con una oscura y larga historia de despotismo,corrupción y donde los derechos humanos son pisoteados mil veces cada dia.

La practica totalidad de la población es musulmana,RELIGIÓN INTRINSECAMENTE PERVERSA E INCOMPATIBLE CON LA DEMOCRACIA OCCIDENTAL.

El ingreso en la UE de una nación tan grande y poblada,seria un buen negocio para Alemania o Francia,pero causaria la ruina de paises como España,Italia o Polonia.

Europa es una civilización bastante homogenea en su Historia y su cultura: Turquia pertenece a otra cultura,otra Historia y casi,otro continente.

Europa deberia completar su unión volcandose sobre el antiguo Imperio Sovietico: La sola idea de que el sufrido pueblo ruso se quede fuera y entre Turquia es un contradios.

Ucrania y Rusia son europeas,Turquia no.

Sebastian -

Los europeos tenemos ocasión de decir que no queremos esta Europa que se baja los pantalones ante el islam. No al ingreso de Turquia, no a la constitucion europea.

¿Trae algo bueno el ingreso de Turquia?

Espero que la oposición civil durante los próximos meses deje bien claro que los europeos no queremos en nuestra casa a quienes hemos estado combatiendo durante siglos.

Garcia M. -

Me parece incomprensible que Turquía entré en la UE. No me cabe duda de que hemos perdido los papeles por completo.

Si Turquía se adhiere tendremos un grave riesgo de enfrentamiento a la vuelta de unos años. No tenemos nada que ver con el mundo musulman y me alucina que haya gente que no lo vea. Vamos a acabar muy mal.

Votaré NO a la Constitución Europea.

Victor T.P. -

Creo que la adhesión de un país como Turquía, desnaturaliza la Unión Europea, y la hace inviable. Si la nueva constitución europea, permite esa posibilidad sin que se apruebe en referendum por los ciudadanos de cada estado miembro, votaré que no a la Constitución Europea por antidemocrática.
Existen otras formas de colaboración con terceros paises.

David Parada -

El ingreso de Turquía en la UE ha sido una imposición de EEUU. Allí estaba Colin Powwell para vigilar.

Es increible que un país que tiene invadido con su Ejército Chipre, país miembro, sea admitido.

EEUU teme una Europa unida políticamente y fuerte, y por eso le interesa que la UE sea solamente un alianza económica. Turquía es el caballo de Troya que reventará la UE.

Si Alemania no ha podio todavía asimilar la Alemania comunista, como va a poder Europa asimilar a un país ssiete veces mayor y siete veces más pobre?

Los prinpales perjudicados serán los países más pobres de la UE, entre ellos España. Puesto que los fondos comunitarios irán para Turquía, que tiene una RPC del 25% de la media de la UE.

Por lo tanto los únicos que se van a benficiar de su ingreso son las grandes empresas multinacionales, sus ejecutivos y los políticos, muchos de ellos ya sobornados por Turquía.

Más de un 70% de la población europea rechaza su ingreso, cosa que se la refafinfla a los polis.

Garcia M. -

Los jefes de Gobierno de los 25 países fijaron también ayer la fecha de 2007 para el ingreso de Rumania y Bulgaria y acordaron comenzar a negociar con Croacia en la próxima primavera. Serbia, Bosnia, Macedonia y Albania esperan una invitación similar.

Ello convierte en previsible una Unión Europea formada por más de 30 países a finales de esta década, con Turquía en la recta final del proceso negociador que se iniciará dentro de nueve meses.

¿Tiene la UE capacidad para digerir este proceso de ampliación, iniciado en mayo pasado con la entrada de diez nuevos miembros? La respuesta es no.

El gran peligro de la UE en estos momentos es el de morir de éxito. Como le sucede a un globo que se infla sin precaución, puede acabar estallando. Turquía agudiza ese riesgo.

Garcia M. -

La UE alcanzó ayer un acuerdo con Turquía para comenzar las negociaciones de adhesión el 3 de octubre de 2005. El final de esas negociaciones no tiene fecha -podrían durar entre 10 y 15 años- pero la UE acepta que concluirán con una integración como miembro de pleno derecho del candidato.

Turquía se compromete a realizar una serie de reformas constituciones y legales para «respetar las libertades fundamentales y los derechos humanos» con «una tolerancia cero» hacia los malos tratos a las minorías. Por su parte, la UE se reserva el derecho de suspender el proceso en caso de «violación flagrante» de esos principios.

El punto más espinoso para alcanzar el acuerdo de ayer era el reconocimiento inmediato de Chipre por Turquía, que mantiene la ocupación militar de una parte de la isla desde 1974. La UE exigía una declaración del primer ministro Erdogan en ese sentido, pero al final se pactó verbalmente que el Gobierno turco reconocerá a Chipre antes de octubre del año que viene.

Patricia B. -

Detalles de las negociaciones.

La mayoría de los diarios atribuye este éxito al primer ministro y narra la manera combativa en la que condujo las discusiones con los dirigentes europeos.

Frustrado ante las presiones para que reconociera a Chipre, Erdogan llegó a abandonar una reunión con la presidencia de la UE. Según 'Sabah', se fue de la habitación diciendo: "Éste es el texto final que nos proponéis... Gracias y adiós".

'Hurriyet' cuenta que el primer ministro británico, Tony Blair, ferviente partidario de la candidatura turca, se encargó después de conseguir que Erdogan volviera a la mesa de negociaciones. "No vuelvo porque allí hay un grupo que intenta humillarnos constantemente", le habría dicho Erdogan, según este diario, que añade que, entonces, Blair se sentó, desesperado, con las manos en la cabeza.

El canciller alemán Gerhard Schröder y el jefe del Gobierno italiano, Silvio Berlusconi, a menudo descritos como amigos personales de Erdogan, tomaron entonces el relevo.

Según 'Hurriyet', consiguieron su propósito justo cuando el secretario de Estado americano, Colin Powell, pedía a las dos partes que se calmaran.

Patricia B. -

"¡Lo hemos hecho!, ¡Turquía, eres formidable!", proclaman 'Hurriyet', 'Yeni Safak' y "Posta", los principales diarios turcos. Con estas palabras, la prensa demuestra hoy la alegría del país tras conocer la decisión de la UE de abrir negociaciones de adhesión con Ankara. Los principales diarios también alaban al primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, por la firmeza demostrada en Bruselas, destacando que no dudó en poner en peligro las conversaciones si sus demandas no se veían satisfechas.

Celebrando la "Revolución europea", 'Sabah' publica la foto de una bandera europea ante el minarete de una mezquita. "Una nueva Europa, una nueva Turquía", añade el periódico 'Zaman'.

Otros titulares, más contenidos, recuerdan el camino, largo y difícil, que queda por recorrer antes de lograr la adhesión plena. "Todo el mundo tendrá que trabajar muy duro", subraya el diario liberal 'Radikal'.

Incidiendo en los cambios necesarios, el 'Vatan' explica a sus lectores que deberán habituarse a dividir "las basuras en cubos diferentes para el papel, el plástico y el vidrio", y que los agricultores "deberán poner servicios en sus campos y llevar guantes para ordeñar a sus vacas".

Adrian M.L. -

Por su parte, el actual Gobierno turco autorizó la creación de centros docentes destinados a la minoría kurda. Más aún; se contempla la posibilidad de conceder a las minorías étnicas estatutos de autogobierno parecidos a los de las autonomías españolas.
Quedan, sin embargo, otros obstáculos, como por ejemplo la suspensión indefinida de la cláusula de libre circulación de la mano de obra turca tras el ingreso de Ankara en la UE y/o la condición sine qua non de reconocer a la República de Chipre, cuyos habitantes grecochipriotas se negaron, durante el referéndum celebrado escasas semanas antes del ingreso en la UE, a aceptar el principio de reunificación de la isla.
No cabe duda que el camino hacia la adhesión será largo y difícil. Y es que Turquía asusta a los europeos, a muchos europeos. Por tratarse de un país pobre, populoso y…musulmán. O tal vez, convendría invertir los factores.

Adrian M.L. -

Por otra parte, Turquía ha dejado de ser un país meramente agrícola –las exportaciones de productos agroalimentarios representan un escaso 10 por ciento de su comercio exterior– para convertirse en una potencia industrial, que produce y exporta automóviles, equipos informáticos y sistemas de telecomunicaciones vía satélite, confección de alta gama y electrodomésticos. El dinamismo de la clase empresarial turca y la perspectiva de que este país se convierta en un competidor potencial en los mercados del Viejo Continente, inquieta sobremanera a los industriales europeos. En el caso concreto de Francia, que pone innumerables pegas al ingreso de Ankara, la adhesión del país otomano presupone sustanciosas pérdidas para los exportadores galos. De ahí las reticencias del Gobierno de París, su voluntad de actuar con exquisita cautela, con excesiva cautela, teniendo en cuenta el proceso de modernización y democratización llevado a cabo por las autoridades turcas.
En efecto, durante décadas, los «eurócratas» trataron se supeditar el inicio de las consultas a la desaparición de las «carencias democráticas», es decir, a una normativa legal nada conforme con el marco jurídico comunitario en materia de derechos humanos, libertades funda- mentales –libertad de expresión, de opinión y/o de reunión– la tortura y la pena de muerte. Estos escollos han ido desapareciendo paulatinamente a partir de 2002, cuando el Gabinete presidido por Bülent Ecevit decretó la abolición de la pena de muerte, la ilegalización de la tortura y la creación de organismos regionales y locales para la defensa de los derechos humanos.

Adrian M.L. -

Ayer, «los 25» decidieron dar luz verde al inicio del proceso negociador que debería desembocar en la adhesión de Turquía a la UE. Estiman los optimistas que el proceso podría prolongarse durante una década. Por su parte, los pragmáticos aseguran que harán falta unos 15 a 20 años para cerrar las consultas con Ankara. Un plazo éste bastante prudencial, que permitiría absorber el impacto financiero generado por la reciente ampliación de la Unión y rediseñar unas estructuras presupuestarias capaces de satisfacer las exigencias de los 25, 27 ó 28 Estados miembros de la Unión.
Pero el «sí» al inicio de las negociaciones con Turquía no implica forzosamente la aceptación incondicional y definitiva de este país en el concierto de naciones democráticas de Occidente. Las condiciones previas impuestas a Ankara son, indudablemente, mucho más rígidas que las que acompañaron en su momento las consultas que desembocaron en la última ampliación. Al gigante euroasiático, que firmó el primer acuerdo de asociación con la entonces CEE en 1963, se le exige mucho más que a países como Polonia, Eslovaquia o Hungría, cuyos sistemas económicos se modificaron en menos de una década. Pero Turquía es un caso aparte. Las empresas comunitarias no disimulan su interés por este mercado de 67 millones de consumidores, cuyos ingresos anuales siguen siendo relativamente limitados (alrededor de 3.500 dólares per cápita), pero que se encamina rápidamente hacia la sociedad de consumo.

Adrian M.L. -

El 4 de noviembre de 2002, pocas horas después de la abrumadora victoria electoral del Partido de la Justicia y el Bienestar (PAK), agrupación política turca liderada por el militante islámico Recep Tayyip Erdogan, los «eurócratas» de Bruselas recibieron un extraño mensaje: «Integrad cuanto antes a Turquía en las estructuras comunitarias. Se trata de un país pro occidental; es un país laico, dirigido por islamistas moderados, que constituye un auténtico ejemplo para los demás estados musulmanes». La inusual sugerencia procedía del… Despacho Oval de la Casa Blanca.
Ni que decir tiene que el llamamiento del presidente Bush causó un profundo malestar en algunas capitales del Viejo Continente. Los supervivientes de la vieja guardia europeísta no dudaron en expresar sus reticencias frente a la «injerencia» de Washington en los asuntos internos de la Unión. Otros, como el ex presidente galo, Valery Giscard d'Estaing, principal artífice del proyecto de Constitución Europea, se apresuraron en afirmar que, pese a la dilatada trayectoria socio-cultural iniciada durante la revolución kemalista, Turquía «no era un país europeo». La Comisión europea tuvo que desautorizar a Giscard. El incidente puso de manifiesto la complejidad del asunto, la existencia de opiniones dispares, cuando no contradictorias.

Patricia B. -

Algunos de los últimos casos de persecución son los siguientes:

A finales de octubre, una banda de integristas atacó a dos turcos cristianos que distribuían ejemplares del Nuevo Testamento. La agresión ocurrió en Orhangazi, una ciudad en el noroeste del país. El 23 de octubre, Yakup Cindilli, de 32 años, fue hospitalizado debido a la paliza que le propinaron tres mahometanos, uno de ellos era Metin Yildiran, presidente de la organización local de un partido nacionalista. Aunque los vándalos fueron encarcelados al poco de perpetrar su acción, el 18 de noviembre un tribunal, debido a la presión de los correligionarios de Yildiran, ordenó la liberación de éste. El ataque a los dos cristianos no apareció en los periódicos turcos.

Los detalles se pueden consultar en:

http://www.christianpersecution.info/features/attackers-critically-injure-turkish-christian.html

http://www.christianpersecution.info/features/turkish-court-releases-attacker.html

Desde hace casi un año, el Ministerio de Cultura se opone a la apertura de un templo protestante en la ciudad Diyarbaki, en el sureste del país. La excusa administrativa es que el edificio sólo puede usarse como vivienda. El pastor a cargo del templo, Ahmet Guvener , dirigió el 4 de noviembre varias cartas a miembros del Gobierno, incluso al primer ministro, Tayyip Erdogan, en las que pedía su intervención; a finales de mes no había recibido ninguna respuesta. Guvener afirma que hay al menos otras 50 iglesias protestantes en la misma situación.

Patricia B. -

Este caso se describe en:

http://www.christianpersecution.info/features/turkey-blocks-protestant-church.html

Aunque las leyes turcas conceden derechos a los cristianos, luego la Administración las incumple o pone trabas a las distintas comunidades.

Patricia B. -

Si una de las características de Europa es que no se persigue a nadie por su religión, Turquía no es tierra europea, pues bajo su Gobierno supuestamente ‘laico’ ser cristiano es estar cerca del martirio.

La Unión Europea pretende ser una tierra de libertad, después de las experiencias totalitarias del siglo XX. Sabemos que eso no es así porque, por ejemplo, los laicistas persiguen los belenes en los colegios y los edificios administrativos y los mahometanos denuncian por racistas a quienes dan su opinión sobre el islam o sus prácticas, como saben Oriana Fallaci, Brigitte Bardott y Michel Houllebeq. Sin embargo, estas persecuciones no son físicas; hay riesgo de ir a la cárcel o de pagar una multa, pero no de ser asesinado. Sin embargo, la Turquía aparentemente moderna y democratizada sigue siendo un país musulmán, y como ocurre sin excepción en todos ellos el cristiano por el hecho de serlo es un ciudadano de segunda y si hace proselitismo se expone a morir como mártir.

Aunque las leyes turcas conceden derechos a los cristianos, luego la Administración las incumple o pone trabas a las distintas comunidades.

En mayo de 2003, el entonces comisario para la ampliación de la Unión Europea y ex ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Günter Verheugen, afirmó que la falta de respeto de la libertad religiosa en Turquía constituía uno de los mayores impedimentos para su adhesión a la UE. “La Iglesia católica no tiene derechos en Turquía”, declaró en Roma a la prensa, después de ser recibido por un dignatario del Vaticano. Parece que estas denuncias no son un obstáculo para la adhesión.

Fabricio -

A Turquía aún le queda un largo camino por recorrer para lograr su objetivo declarado de erradicar la tortura. Es necesaria una acción concertada que vele porque Turquía cumpla las obligaciones internacionales de prevención y prohibición de la tortura. Con el fin de terminar con la violencia sexual contra las mujeres, Amnistía Internacional hace las siguientes recomendaciones: que el Estado la condene sin paliativos la violencia sexual; que no se pongan impedimentos ni se hostigue a los defensores de los derechos humanos que realizan su trabajo; que las fuerzas de seguridad cumplan las normas internacionales de detención e interrogatorio de detenidos; que los autores de violencia sexual comparezcan ante la justicia y que Turquía reconozca con medidas concretas su obligación de proteger a las mujeres contra la violencia. Amnistía Internacional insta a las autoridades turcas a que velen por que la violación y otros delitos de violencia sexual se definan de conformidad con las normas internacionales, por que se realicen investigaciones exhaustivas contra los autores de violencia sexual y por que las víctimas de violencia sexual puedan beneficiarse de las reparaciones adecuadas.

Fabricio -

Éstos son algunos de los casos de los que Amnistía Internacional tiene conocimiento: una mujer kurda, madre de cinco hijos, apaleada y violada bajo custodia; mujeres que han sufrido agresiones sexuales mientras tenían los ojos vendados; mujeres desnudadas ante agentes de policía varones; muchachas sometidas a «pruebas de virginidad» contra su voluntad; agentes de policía acusados de violar a una joven bajo custodia que se libran del castigo por haber prescrito el plazo legal para procesar y dificultades de las víctimas de agresiones sexuales para obtener certificados médicos independientes que evalúen su estado físico y psicológico.

La investigación realizada por Amnistía Internacional revela que sigue siendo habitual vendar los ojos y desnudar durante los interrogatorios a las mujeres privadas de libertad, lo que constituye una forma de trato cruel, inhumano o degradante. Aunque este informe se centra en la violencia ejercida por los agentes estatales, tampoco olvida las obligaciones del Estado en materia de protección de las mujeres frente a otros responsables de la violencia sexual. En él se analiza hasta qué punto las constantes de discriminación que perpetúa el Estado agravan las consecuencias de la violencia sexual y fomentan una cultura de violencia contra las mujeres.

Las agresiones sexuales violan el derecho de las mujeres a no ser torturadas ni sometidas a tratos crueles, inhumanos y degradantes reconocido internacionalmente. A las mujeres que tienen el valor de contar públicamente sus experiencias les resulta extremadamente difícil obtener justicia, pues el Estado y la sociedad pueden conjurarse para silenciarlas.

Fabricio -

A Amnistía Internacional le preocupa que las mujeres bajo custodia corran el riesgo de ser objeto de violencia sexual a manos de las fuerzas de seguridad del Estado en Turquía. Mujeres de todos los estratos sociales y culturales sufren abusos, agresiones y violaciones bajo custodia. A la organización también le preocupa que la violencia contra las mujeres practicada por los agentes del Estado favorezca y avale una cultura de violencia que pone a todas las mujeres en situación de peligro en la sociedad en general.

A lo largo de todo el año, Amnistía Internacional ha recibido informes de agresiones sexuales infligidas a mujeres bajo custodia. Los casos expuestos muestran que en Turquía las mujeres siguen sufriendo tortura y malos tratos que responden a una discriminación basada en el género; es decir, los representantes del Estado y otros autores de esta violencia sexual eligen a sus víctimas por ser mujeres. Aunque todas las mujeres corren el riesgo de ser objeto de violencia, Amnistía Internacional teme que las pertenecientes a algunos grupos estén particularmente expuestas, en especial las que se convierten en víctimas por su identidad étnica.

Eduardo Martos -

Teniendo en cuenta la actitud de Turquía y su religión dominante, permitir que entre en la UE supone un peligro que los burócratas parecen no atisbar. Lo dicho, el enemigo en casa.

Eduardo Martos -

El islám, todo el islám, ha declarado la guerra a la civilización occidental; debemos entender que Turquía, al no haberse pronunciado en contra de esa amenaza, está de acuerdo con ella.

Haciendo un breve repaso por la Historia, Turquía sigue sin convencerme como futuro miembro de la UE. No lo digo porque fuera uno de los mayores enemigos de España en el Mediterráneo, ni porque la conquista de Bizancio por los turcos otomanos fuera una masacre contra mujeres y niños, sino principalmente por su actitud ante el genocidio de los armenios entre 1.914 y 1.918. Se estima que el Gobierno turco asesinó a un número de personas que oscila entre medio millón y dos millones. El problema no es que hace casi un siglo tuviera lugar un horrible genocidio, pues casi todos los países del mundo han cometido atrocidades similares. El problema es que no se quiera reconocer que hubo tal genocidio. Así, cuando el parlamento francés aprobó una ley que establece que el pueblo armenio fue víctima de genocidio en 1.915, Turquía llamó a consultas a su embajador. También se detuvo a un clérigo asirio de la ciudad de Diabakir, en Turquía, por reconocer que se había practicado el genocidio contra cristianos armenios y asirios. En Holanda, la comunidad turca impidió que en una lápida conmemorativa del genocidio apareciera la palabra "genocidio". En 1.987, el Parlamento Europeo reconoció el genocidio armenio. En 1.994, la Duma, en Moscú, hizo lo mismo, al igual que el gobierno israelí. El Gobierno turco, en cambio, se niega a reconocerlo. ¿Es así como los turcos van a acatar las resoluciones de la UE, negándose y enfureciéndose?

Eduardo Martos -

Dicho todo esto, centrémonos en el caso concreto de Turquía. Sinceramente, desconozco si este país cumple con las condiciones que la UE exige para integrarse en el mercado común. No obstante, hay algunos datos económicos que pueden dar una idea de su economía. La población activa se reparte de la siguiente manera: un 45% en el sector primario (un 40% en la agricultura tradicional), un 25% en la industria y el 30% restante en los servicios. Es decir, estamos ante un país eminentemente rural, poco industrializado y en absoluto modernizado. Su principal producto de exportación es la tela y la ropa, sin duda de incalculable valor para los actuales miembros de la UE. Por si fuera poco, el Estado practica una política intervencionista que llega incluso a la industria y a los bancos. El déficit fiscal del sector privado suele exceder el 10% del PIB (el 50% del gasto central del Gobierno se dedica a los pagos de intereses), y la inflación también es muy elevada. Intuyo que Turquía no pasaría el examen de la UE por culpa de su economía.

Pero dejando a un lado indicadores y balances, Turquía es fundamentalmente incompatible con la filosofía de la UE. A pesar de los vaivenes laicistas de la futura Constitución Europea, la religión mayoritaria de Turqía, el islám, es contrario a la forma de vida occidental. Los propios musulmanes consideran que los occidentales somos infieles por el simple hecho de no profesar su religión, motivo por el cual merecemos la muerte. Sus principios morales, como la discriminación y subyugación de la mujer, no cuadran en los esquemas europeos.

Eduardo Martos -

Siempre he defendido que un país pobre puede evolucionar notablemente si, en lugar de recibir ayudas económicas puntuales, se le ofrece la posibilidad de entrar en el mercado común, impulsando así su economía. En palabras de los Evangelios, es mejor enseñar a un hombre a pescar que darle un pez hoy, porque mañana pasará hambre. Según este razonamiento, podríamos pensar, en un primer momento, que la entrada de países pobres en la Unión Europea propiciará su desarrollo y bienestar. En primer lugar, esta premisa es falsa y, en segundo, injusta. Veamos por qué.

La UE no es una comunidad benéfica ni una ONG, sino una unión de países con mercado y moneda comunes, un conato de Parlamento, algunas directrices generales y, quizá algún día, una política más o menos común. En su planteamiento económico (que desconozco profundamente, debo reconocer) no entra la reconversión de las economías de otros países. La UE no admitiría a un país pobre. Por tanto, queda demostrada la falsedad de la premisa inicial.

En cuanto a su carácter injusto, hay que tener en cuenta el esfuerzo económico realizado por muchos países de la UE (yo diría que casi todos salvo Francia y Alemania). Al menos en España tuvimos que apretarnos el cinturón, porque la economía, a día de hoy, no ha aprendido a mejorar por sí sola. ¿Por qué un país pobre debería tener el privilegio de entrar en la UE sin cumplir los requisitos económicos que se nos exigió a nosotros? Es evidente, por tanto, que la premisa es injusta.

David Parada -

A esto hay que añadir problemas políticos y económicos relacionados con la cuestión turca. Turquía es un país inmenso y sería imposible buscar soluciones al problema de su representación en los consejos de la Unión sin afectar los derechos de los pueblos y comunidades históricas relativamente pequeñas. La experiencia no totalitaria turca es relativamente breve. Las garantías de los derechos de las mujeres y de las minorías dentro de Turquía no existen prácticamente. Si en datos económicos nos basamos la economía Turca tendría que mejorar para que Turquía quede a un nivel adecuado para formar parte de la Unión. En la actualidad, su producto nacional per cápita es de la mitad del nivel medio de los nuevos países de la Unión, incluso lejano al de Bulgaria y Rumania.

No podemos colocar las fronteras de Europa donde nos parezca bien: los continentes tienen los márgenes establecidos por su historia e idiosincrasia particular, no son categorías de conveniencia establecidos por los geógrafos. Europa tiene fronteras naturales, y no se pueden considerar europeos a varios pueblos que viven al margen del continente tal como los hemos percibido tradicionalmente. Los turcos no pueden caber en esta definición. Ortega y Gasset dijo una vez: “Si España es el problema, Europa es la solución”. Pero aunque no nos agrade Europa o su concepción en este caso, jamás podríamos utilizar esta peligrosa ambigüedad con Turquía.

David Parada -

Las dos luchan contra al laicismo de la actual cultura mayoritaria, ambas insisten en los valores espirituales, la importancia de la familia, de la moralidad tradicional, de la santidad de la vida humana. Pero cristianos y musulmanes son enemigos naturales porque esas concepciones chocan de raíz en el contexto teórico y práctico, el que propone su convivencia no puede ser una persona realmente en sus cabales y se ha creído como un poseso las falsas teorías del mito de la convivencia de las tres culturas en Al-Andalus.

Hoy en día en Europa viven 15 millones de musulmanes. En Inglaterra hay dos millones. En Francia, cuatro millones. En Holanda, casi un millón; en Bulgaria, más. En España y Alemania son minorías importantes y crecientes. En dos ciudades españolas -Ceuta y Melilla- los musulmanes constituyen ya la mayoría. Pero jamás podremos admitir que sea perfectamente factible ser musulmán y europeo, que nadie intente igualarlo al ser ateo y europeo, porque ello no comporta una fe, una tradición, una historia, es simplemente una opción personal que alguien ha tomado, pero sus raíces y valores básicos del ateo provienen del cristianismo y su articulación en la sociedad.

Aceptar a Turquía como futuro miembro de la Unión sería una manera fehaciente de suicidarnos y dejar un panel de entrada a la colonización europea. ¿Quién nos dice que mañana Marruecos no quisiera entrar en Europa? ¿si solo se tienen en cuenta factores económicos que sentido tiene Europa como comunidad de convivencia occidental?.

David Parada -

La contribución cristiana a la historia europea ha sido fundamental; pero nuestra religión -para los que somos cristianos- no es propiedad nuestra, ni ha venido a ser esencialmente europea. Es una fe universal, que se ha difundido por el mundo entero.

El Islam también ha sido un hilo espeso en el tejido de la cultura universal focalizada en la parte oriental del mundo. Sus aportaciones más conocidas son los textos antiguos conservados en manos musulmanas en la Baja Edad Media. La agricultura mediterránea se formó en la Edad Media gracias a los intercambios ecológicos y a la introducción de técnicas orientales por los árabes que invadieron varias zonas costeras de España e Italia. Luego, hacia finales de la Edad Media, los turcos conquistaron grandes zonas de la Europa del Este y allí dejaron las huellas de su cultura, incluido el islamismo. Por eso Bosnia y Albania son hoy en día países mayoritariamente islámicos.

Muchos teólogos afines al progresismo que está consiguiendo desnaturalizar al catolicismo y la Iglesia habla que desde el punto de vista pragmático en referente a la comparación con las demás religiones del mundo, la cristiana y la islámica son tradicionalmente muy parecidas. Ambas parten de la base del Antiguo Testamento y de la herencia judía. Ambas insisten en la existencia de un solo Dios -que, desde percepciones poco profundas y superficiales, resulta ser el mismo para cristianos y musulmanes.

David Parada -

En el 2002 Giscard d'Estaing dijo que la inscripción de Turquía sería “el fin de Europa”, podría añadir que también lo será la mundialización económica y sus efectos colaterales de las quintas columnas que trae a Europa la homogenización y la pérdida de identidad colectiva. Le siguió Silvio Berlusconi; reconociendo que era cierto que los musulmanes son difíciles de integrar en nuestras sociedades, siendo un motivo más para olvidarnos de incorporarlos en los marcos de progreso a los que se refiere la unión. Hace poco también, se unía en contra de la inscripción de Turquía a la Unión Europea el cardenal Ratzinger, que opina que la cultura turca no es europea, más claridad imposible. Agraciadamente hay millones de europeos que comparten esa opinión. Pero mientras crece el fenómeno del terrorismo islamista, la gente responde con indiferencia, son muchos los que intentan enseñarnos esos supuestos buenos musulmanes pacíficos, razonables y civilizados por prensa y televisión que comparten todos los valores más entrañables de la tolerancia, el respeto, la democracia, eso a lo que ellos saben acogerse tan bien antes de imponer sus concepciones. Utilizan la tolerancia de nuestras sociedades para tejer conspiraciones futuras. Si se realiza ese temible choque de civilizaciones profetizado por muchos pensadores Occidentales, no será por los méritos de la teoría -que no los tiene en absoluto- sino por un triunfo de la globalización. La historia se ve influida no tanto por los hechos como por las falsedades que cree la gente. Cuando creemos una mentira, viene a ser verdad.

David Parada -

En breves fechas se decidirá sobre la entrada de Turquía en la unión europea, al margen de circunstancias sobre la propia síntesis de la construcción europea, y la futura aprobación de dicha constitución, la posibilidad de la entrada de Turquía puede generar una seria de preguntas sin respuestas, que se desarrollan en este artículo.

Las voces se multiplican. Los griegos empezaron, denunciando a los turcos por ser enemigos antiguos como es lógico. Pero en Europa todos somos enemigos antiguos y mucho más la concepción moral y religiosa que representa Turquía. Quizá uno de los principales objetivos de la Unión Europea era convertir esas historias conflictivas, luchas de poder y glorificadas epopeyas en un porvenir prometedor. No hace demasiado el excanciller Kohl, insistió en que Europa es cristiana y que por tanto no se podría inscribir un Estado musulmán, algo que solamente dice porque se encuentra fuera de la alta actividad política, pero que es un acto de sinceridad que agradecemos. Son muchos los que quieren hacernos ver que Europa no es cristiana, dicen que para bien o para mal, es una mezcla de creyentes de todas las religiones y de ninguna; por lo tanto, se dice que los no cristianos no le puede pertenecer una constitución que reconozca sus raíces. Ante toda está retahíla de despropósitos, desconocimiento histórico e oscurantismo sustentado por sectas anticristianas el futuro de Europa se haya en entre dicho.