Zapatero y la religión. Creencias y política.
Empiezan a ser odiosos los ataques de los socialistas a la Iglesia católica. Quien se tape los ojos para no ver que se trata de un asunto crucial para un Gobierno sin programa, sin horizonte político y económico, es un esclavo del partido en el poder. Enfrentarse únicamente al cristianismo y a la Iglesia católica, y no a otras iglesias, sólo tiene un sentido ideológico: apropiarse, en realidad, confiscar las formas religiosas que mayor éxito han tenido en nuestra nación, el catolicismo, vaciarlas de sus genuinos contenidos religiosos y sólo religiosos, y, más tarde, recubrirse con ellas para adquirir un poco de legitimidad. La obsesión del personal socialista por la Iglesia católica recuerda il faudrait dieux ("harían falta dioses") de Rousseau para legitimar la revolución. Acaso porque Zapatero ya ha hallado ese dios en un Nuevo Hacedor de escuadra y cartabón, no quiere oír hablar del Dios de los cristianos. Lo cierto es que Zapatero y su Gobierno no dejará de cuestionar el cristianismo, porque parece haber descubierto en su especial "religión" una nueva forma de legitimación de su triste política. Si no quieren competencias liberales en nada, menos aún las habrían de querer en cuestión de dioses.
Quien oculte, pues, el ataque directo, que no el enfrentamiento, del Gobierno de Zapatero a las formas de vida cristiana, citando frases bíblicas, del tipo "dadle el manto, a quienes quieran robaros la túnica", es peor que un ignorante, es un farsante. El pobre impostor de algo que existió durante muy poco tiempo en España, la llamada izquierda democrática, nunca dará su brazo a torcer. Aunque más dañino, torpe y malvado es el estulto columnista de contraportada, cuando reduce el asunto a una cuestión personal entre Rouco y Zapatero, o peor, culpa a una de las víctimas eclesiásticas del horror de su agresor. Tampoco el señor Acebes ha estado fino al calificar de payasadas los llamados "bautizos laicos". Son peor que payasadas. Son una agresión totalitaria a la separación moderna de política y religión. El ciudadano cristiano puede que actúe en política inspirado por su creencia, pero sabe, por lo menos desde el siglo XVIII, que su legitimidad sólo la adquiere en el ámbito secular de la ciudadanía. He ahí la principal diferencia entre el ciudadano cristiano, el ciudadano, y el militante socialista, seguidor de una consigna que ya nada tiene que ver con "ese nuevo espíritu religioso", que un ministro socialista de la Segunda República llamó "solidaridad obrera". Sí, en efecto, la legión socialista ya no repite consignas espirituales sino meramente ideologemas oportunistas.
En fin, quizá haya opiniones discutibles en el seno de la Iglesia católica. Quizá algún católico esté entregado a la causa del PSOE contra la Iglesia católica. Quizá algún socialista cristiano considere que la agitación y la propaganda contra la jerarquía eclesiástica seguirá dando buenos réditos electorales para su partido. Todo es posible en el seno de la Iglesia. Pero el socialismo español a todos los iguala. No distingue. Sabe muy bien lo que hace con respecto a la religión católica. No está entrando en un jardín del que saldrá malparado, como dicen los bienpensantes de derecha e izquierda. Pensar así es una ingenuidad, porque desconoce el dato fundamental de la situación del socialismo español: su absoluta carencia de conceptualización política. El socialismo, hoy, no tiene un concepto sino una obsesión: el anticlericalismo. Los más listos enmascaran el asunto con la palabra laicismo. Vieja expresión que sintetiza y resumen la ideología de los herederos de un curioso integrismo religioso, una religión secular, que confisca, reitero con todos los críticos del totalitarismo contemporáneo, los genuinos valores religiosos del cristianismo, los vacía de contenido y, posteriormente, se reviste con ellos para dominar y doblegar a la sociedad. Terrible. Mas nadie se engañe, porque una nueva forma de totalitarismo, de fascismo sin correaje, recorre España.
Quien oculte, pues, el ataque directo, que no el enfrentamiento, del Gobierno de Zapatero a las formas de vida cristiana, citando frases bíblicas, del tipo "dadle el manto, a quienes quieran robaros la túnica", es peor que un ignorante, es un farsante. El pobre impostor de algo que existió durante muy poco tiempo en España, la llamada izquierda democrática, nunca dará su brazo a torcer. Aunque más dañino, torpe y malvado es el estulto columnista de contraportada, cuando reduce el asunto a una cuestión personal entre Rouco y Zapatero, o peor, culpa a una de las víctimas eclesiásticas del horror de su agresor. Tampoco el señor Acebes ha estado fino al calificar de payasadas los llamados "bautizos laicos". Son peor que payasadas. Son una agresión totalitaria a la separación moderna de política y religión. El ciudadano cristiano puede que actúe en política inspirado por su creencia, pero sabe, por lo menos desde el siglo XVIII, que su legitimidad sólo la adquiere en el ámbito secular de la ciudadanía. He ahí la principal diferencia entre el ciudadano cristiano, el ciudadano, y el militante socialista, seguidor de una consigna que ya nada tiene que ver con "ese nuevo espíritu religioso", que un ministro socialista de la Segunda República llamó "solidaridad obrera". Sí, en efecto, la legión socialista ya no repite consignas espirituales sino meramente ideologemas oportunistas.
En fin, quizá haya opiniones discutibles en el seno de la Iglesia católica. Quizá algún católico esté entregado a la causa del PSOE contra la Iglesia católica. Quizá algún socialista cristiano considere que la agitación y la propaganda contra la jerarquía eclesiástica seguirá dando buenos réditos electorales para su partido. Todo es posible en el seno de la Iglesia. Pero el socialismo español a todos los iguala. No distingue. Sabe muy bien lo que hace con respecto a la religión católica. No está entrando en un jardín del que saldrá malparado, como dicen los bienpensantes de derecha e izquierda. Pensar así es una ingenuidad, porque desconoce el dato fundamental de la situación del socialismo español: su absoluta carencia de conceptualización política. El socialismo, hoy, no tiene un concepto sino una obsesión: el anticlericalismo. Los más listos enmascaran el asunto con la palabra laicismo. Vieja expresión que sintetiza y resumen la ideología de los herederos de un curioso integrismo religioso, una religión secular, que confisca, reitero con todos los críticos del totalitarismo contemporáneo, los genuinos valores religiosos del cristianismo, los vacía de contenido y, posteriormente, se reviste con ellos para dominar y doblegar a la sociedad. Terrible. Mas nadie se engañe, porque una nueva forma de totalitarismo, de fascismo sin correaje, recorre España.
14 comentarios
Fernando B.L. -
Antonio J.L. -
En contra de todo esto, movimientos y asociaciones cristianas convocarán el próximo diciembre, Dios mediante, una manifestación. La jerarquía católica aclara que ella no la convoca, pero sí la avala.
Creo yo que hacen esto los señores obispos para que nadie diga que los curas se meten en política. Pero una cosa es hacer la Iglesia política, cosa que no sucederá porque Dios lo prohíbe, y otra cosa muy distinta es meterse la Iglesia en política: meterse a decir que el Gobierno es moralmente insolvente en las desastrosas medidas que piensa tomar contra la Iglesia.
Tenemos el derecho y la Iglesia, también a defendernos de las propagandas y los actos de quienes nos perjudiquen.
Blanca y radiante -
Ha llegado el momento de que iniciemos de nuevo nuestra vida pública
estadista -
Hasta que no desenmascare a los autores del 11M
Hasta que no garantice el equilibrio mediático en este país
Hasta que no garantice la unidad de nuestra nación
Hasta que no rompa el pacto con los que pactan con ETA
Hasta que no deje de abrir heridas del pasado por odio político
Hasta que no respete la la libertad de enseñanza
Hasta que no diga las cifras del fondo de garantía de pensiones
Hasta que no devuelva los importes positivos del IRPF
Hasta que no se disculpe públicamente ante el pueblo americano
Hasta que no deje de perseguir a la Iglesia en España
Hasta que no pare de humillar a los católicos en TVE
Hasta que no dimita el instigador que acusó al gobierno de mentir
Hasta que no pida explicaciones a Marruecos por los "terroristas"
Hasta que no anuncie la política económica del país
Hasta que no explique porque asciende a los involucrados en 11M
Hasta que no dialogue con el resto de los 10 mill. de españoles
Hasta que no se comporte como una buena persona aunque el cargo le vaya grande.
Marcos -
Marcos -
Utilizan conceptos católicos y de sentido común para "comer el coco" a quien se lo coman, a quien los quiera creer, que hay gente para todo. Estos "creativos" del laicismo han copiado los "bautizos civiles", "matrimonios homosexuales", "las primeras comuniones civiles", al suicidio de la eutanasia le llaman "muerte digna", los horóscopos y supongo que al lumbreras de turno a las confesiones de ciertos personajes en los programas de tele.basura le llamará "confesión civil".
Este laicismo ibérico no deja de copiar zafiamente los sacramentos. Sería chistoso, si no escondiese una su vacío existencial y mucho afán de gastarse los dineros a toda costa.
Creo que detrás de cada acto de "comunión civil" o "bautizo civil" se hace una exhibición de prepotencia económica y de hortera consumismo para impresionar y exhibirse a los familiares y amigos y vecinos. En esto del consumismo excesivo han copiado lo peor de la celebración de los sacramentos cuando una comunión lo celebran como si se tratase de una boda.
Mario -
Damasco -
También ha aludido a la controversia surgida en el seno de la Iglesia por las recientes decisiones del Gobierno de regular los matrimonios entre homosexuales o su derecho a la adopción, así como el proyecto de eliminar la obligatoriedad de la asignatura de religión. En este sentido, Pujol ha recalcado que "la iglesia española tiene derecho a movilizarse" para "defender sus principios", porque "en este país se puede movilizar todo el mundo", si bien debe "procurar no caer en planteamientos agresivos".
Rafael -
El presidente de Concapa indicó que estos colectivos "tienen que respetar a los españoles", y agregó que "esta religión plantea alguna educación que choca curiosamente con iniciativas como la última Ley contra la Violencia de Género". En este sentido, dijo no entender "muy bien cómo por un lado se nos vende una modernidad de igualdad ante el sexo, de un trato correcto para hombres y mujeres y que no haya diferencias, y por otro lado se esté hablando de que se va a impartir una religión cuyos contenidos no conocemos, pero sabemos lo que opina sobre el hombre y la mujer o sobre la homosexualidad".
Goya -
Despues reclamaremos al "maestro armero" cuando ya nada haya que hacer.
Agustin -
Mercedes Rico-Godoy dijo que "la idea es no esperar a que se inicie el curso 2005/2006, sino desde enero, febrero y marzo de 2005 empezar con unas plazas que nos ha dado el Ministerio de Educación", de las que aún no se conoce el número exacto, pero que, según avanzó, "no serán muchas pero sí significativas, en las ciudades de mayor concentración de población musulmana en la Península, es decir Madrid, Barcelona, algunas ciudades de Andalucía, Levante, entre otras".
Gabriel -
Gabriel -
La televisión, que es muy dada a este tipo de carnavales cuando no tiene suficientes noticias de envergadura para manipular, nos sorprendió este fin de semana con una ceremonia que era, cuando menos, digna de faldón de portada de un diario sensacionalista de esos que abundan por las islas británicas y que suelen detenerse en todo lo bizarro y friqui que esta sociedad nuestra ofrece.
El protagonista era un niño de cinco años (que pena), un tal Marcel Planell, al que sus padres han decidido ahorrarle el trámite eclesiástico y darle sus primeras aguas en el consistorio. El ritual laico naturalmente lo ofició el alcalde de la localidad, un político independiente de la Entesa por Igualada, y consistió en un par de lecturas y una intervención de la madre de la criatura agradeciendo al munícipe el gesto de dar la bienvenida a su vástago en la comunidad. En un ambiente supongo que tolerante, plural, solidario, es decir, modernillo y progre, los familiares, padrinos y demás parroquia gorrona que se da cita en este tipo de eventos, celebraron por todo lo alto la entrada del pequeño Marcel en la comunidad de vecinos. Entrañable.
Manuel -