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Católicos del mundo, uníos.

Católicos del mundo, uníos.


Acostumbrados los católicos a resistir sin defensa los ataques continuos a la Iglesia, a su historia y a sus miembros, no extraña la campaña inquebrantable de los medios de comunicación encaminada a identificar, entre otras sutilezas, la locura del islamismo radical, o la intolerancia “propiamente” católica con la raíz de fanatismo que, según su particular teoría, todas las religiones encierran. No extraña por tanto tampoco el sutil paralelismo de este Gobierno combativamente laicista, entre Iglesia y retroceso, o en palabras del Señor de los Talantes, la burda comparación entre ser católico y carca. Estos planteamientos, servidos en brillantes artículos en distintos periódicos, ilustres voces en algunas radios, emotivas películas, vibrantes canciones-, se basan en una mezcla de mentiras y medias verdades, aderezado con grandes dosis de calculado silencio sobre la realidad de la Iglesia y su labor social y espiritual. A todo ello se une la repetición sistemática de las consignas antirreligiosas con lo que se consigue un efecto multiplicador del mal que pretenden estos luchadores de la libertad. En palabras de un periodista, (si mi memoria no falla, Sánchez Cámara), “el progresismo talibán, no pierde ocasión para emprender su particular cruzada contra la religión”. Les basta como mesa de manipulaciones para lanzar sus mensajes anti-religión, sucesos ajenos a la dimensión real de ésta: muestra de ello fue el atentado del 11 de septiembre. A partir de una manipulación burda del fondo, elaboraron una superficial teoría según la cual, toda religión, especialmente las monoteístas, guardan en la recámara un poso de fanatismo, que llevado al extremo, es el origen de los males del mundo, de las guerras, de las injusticias sociales. Igualmente el descubrimiento de algunos casos de pederastia en EEUU dan carta de naturaleza a una infumable teoría anticatólica. (Nada sin embargo se derrumba cuando son otros los pederastas). Multiplicada esta teoría en el cine, en la televisión, en las radios, los ataques a los católicos y a su Iglesia son diarios y numerosos.

Aquellos teóricos del anticatolicismo, líderes de los más rancios prejuicios religiosos, tienen en España numerosos adeptos. Los nuestros son hijos espirituales de los asesinos aciagos del treinta y tantos español y con el tiempo y muchísimo dinero, han conseguido que la sociedad española, incluso los propios católicos, pongan en tela de juicio, cuando no niegan directamente, la autoridad de la Iglesia para conducir a su rebaño por la senda que legítimamente quieran marcar. De forma que hoy en día decirse católico es un trauma, confesarse apostólico, un pecado social, y si además se declara la “romanidad” son torturados en las modernas máquinas mediáticas que esta Inquisición del siglo XXI tiene preparados para quienes no acaten sus dictados relativistas, para quienes no comulguen, por lo civil, con este mensaje ultramoderno de “Dios no existe, luego todo vale”. Este planteamiento universal, conduce en las conciencias sociales, a que la religión sea la derrotada en la lucha entre fe y razón, entre el Dios-Hombre y la ciencia como único dios. Esa es su victoria, la victoria de los que hacen de la libertad de expresión un campo vetado a la Religión en su conjunto y muy particularmente a la religión Católica.

Recientemente Ramírez de Haro ahondó de forma soez y miserable en el insulto y en tópicos varios. Fue defendido a capa y espada por los voceros de siempre, los que luego no permiten otra voz que la suya. Ya saben el resto: se aprovecha la situación por algunos medios de comunicación y se mete el dedo en la llaga de esa supuesta (por ellos) intolerancia católica, cuando éstos defienden el evidente derecho a ser respetados. Ser católico en el siglo XXI es tan difícil como lo fue en los primeros siglos del cristianismo. La persecución es la misma, si bien se aplican métodos más modernos. Acaso, es más difícil enfrentarse con la palabra o con los hechos, porque todo cuanto la religión católica realiza en beneficio del bien común, es ocultado por la espesa manta del laicismo o del ateísmo militante. Está permitido, y premiado, ofender a un religioso o religiosa, insinuar que mantiene relaciones con niños, que se lleva el dinero del cepillo, que utiliza su autoridad para influir conciencias, incluso, eres el colmo de la progresía si denuncias los abusos económicos de la todopoderosa Iglesia. Lo contrario, para ellos, significa ser fascista, antiguo, o simplemente imbécil: defenderlos, o acusar de fanáticos, integristas, liberticidas, manipuladores, mentirosos, a quienes abusivamente denigran a la Religión Católica, a los católicos y sus manifestaciones. ¿Entenderá alguna vez esta progresía totalitaria que nos ha tocado en mala suerte, el significado de las palabras respeto y libertad de culto?

¿Si de una vez por todas dijéramos basta ya al insulto, a la mentira, a la manipulación, a la nueva confesionalidad laicista que pretende Zapatero y demás compañía rancia para el Estado, ¿no sería imponente la capacidad de presión católica? Se me ocurre un experimento: si los católicos españoles dejáramos de consumir los productos que soportan y aúpan la hediondez del programa de Sardá, (como ejemplo paradigmático de heces hertzianas), y sus burlas constantes a la Religión Católica, y no sólo eso, si durante un tiempo, como protesta pacífica, no consumiéramos telebasura, para empezar, ¿no conseguiríamos algo? No somos conscientes de la fuerza huracanada de una protesta católica pacífica y civilizada. Dejémonos de monsergas progres: Católicos del mundo, ¡uníos!.

23 comentarios

Teresa -

Respecto a las declaraciones sobre el matrimonio dijo: "Yo nunca dije que quiero una familia en la que la mujer se quede en casa para criar a los niños. Yo dije que en el mundo de hoy, las mujeres tienen demasiadas obligaciones y que tenemos que encontrar la manera de permitirles que sean madres y que puedan desarrollar sus capacidades profesionales". Pocos feministas podrían objetar esto. Sin embargo, al candidato italiano se le tildó de fanático religioso que quiere regresarnos al Medievo.

Berlusconi explicó: "La idea de poner en discusión la libertad de conciencia y la opinión de un candidato a comisario de fe católica, rechazando su distinción laica entre moralidad y ley, apesta a fundamentalismo si no es a oscurantismo".

Mientras tanto, Buttiglione confirmó que no negará sus principios. "No prostituiré mi conciencia. No sé si estaré dispuesto a que me corten la cabeza por mis ideas, pero ciertamente no me venderé por un trabajo de comisario europeo". Nos parece que puede ser un gran comisario.

Teresa -

A juzgar por la reacción histérica de los miembros socialistas del Parlamento Europeo, se podría pensar sin exageraciones que Torquemada se ha salido de su tumba para usurpar el portafolio de Justicia y Asuntos Internos de la Comisión Europea para restablecer la Inquisición.

Las afirmaciones de Buttiglione más duramente criticadas durante la audición parlamentaria se refieren a su opinión sobre la homosexualidad (...).

"Los derechos de los homosexuales tienen que ser defendidos sobre la misma base de los derechos de todos los demás ciudadanos europeos. Pero no acepto que a los homosexuales se les considere como una categoría aparte, que requiera una particular atención" dijo Buttiglione. Esto fue lo que efectivamente irritó a los parlamentarios socialistas y verdes, que evidentemente consideran sus peticiones maximalistas sobre los derechos de los homosexuales como parte de la principal corriente europea (...)

"Creo en la libertad, que significa no imponer a los demás lo que se considera justo", dijo Buttiglione. "Sobre la pregunta de si voy a proponer una norma que legalice las familias de homosexuales, la respuesta es no".

Fabricio -

Estamos en una semana crítica para el futuro de las libertades en Europa. Los grupos fundamentalistas laicos intentan implantar la discriminación por motivos religiosos vetando a Rocco Buttiglione como comisario europeo sólo por ser católico.

Es cierto que para justificar esta violación de la libertad religiosa se le ha acusado de discriminar a las mujeres. Pero es una falsedad burda. Si en lugar de la prensa laicista leemos las Actas del Parlamento Europeo, se ve que el Buttiglione "de verdad" dijo cosas como: "Dije que las mujeres están hoy sobrecargadas, y que necesitamos desarrollar una política para las mujeres que les permita ser madres, por una parte, y, por otra, desarrollar sus propios talentos profesionalmente."

¡Esto es pura doctrina feminista!

Mandater -

Pio XII y los Judíos

Pio XII ha sido difamado injustamente, una envenenada leyenda negra nubló un brillante capítulo del episcopado de éste Papa.

Durante la ocupación nazi, gracias a Pio XII se salvaron de una muerte segura miles de judíos que fueron acogidos entre los muros vaticanos y en las basílicas romanas gracias a la extraterritorialidad eclesiástica. Por diplomacia quizás no fue más explícito el pontífice al condenar la invasión nazista, pero es que temía represalias hacia los miles de religiosos y católicos apresados en los campos de concentración de Hitler. La Iglesia Católica salvó a tantos judíos que Israel dedica una calle a memoria de Pio XII, y el antigüo rabino de la sinagoga de Roma, fervoroso admirador de éste Papa, se convirtió al catolicismo cambiando su nombre por el de Eugenio. Pio XII se llamaba Eugenio Pacelli.

Jesus Domingo -

Después de conocer estos datos uno se pregunta. ¿Dispone el Gobierno del Estado, decidido a aportar el 0,7 % del PIB, de estos datos y sabe lo que representa a nivel mundial la acción social de la Iglesia católica? ¿Conoce al menos la acción social que representa 15.881 misioneros españoles por todo el mundo? Es posible que sí, pero a pesar de ello cuesta entender que esté dispuesto a retirar las subvenciones a esta entidad para donarlas, pero ¿A quién? ¿Cómo? Es por eso que ante esta incertidumbre, como contribuyentes católicos, tenemos el derecho de preguntar y de exigir una adecuada distribución.

Jesus Domingo -

El pasado día 9 de octubre se publicaba en el Diario de Girona un artículo que me ha parecido muy acertado. El titular era "El Obispado defiende que la Iglesia ha hecho más que las ONG en el Tercer Mundo". En el artículo se daban a conocer todos los datos de los misioneros de la diócesis, con nombre y apellidos, el lugar de procedencia y el de la misión donde trabajan. En total se dice, "La diócesis de Girona tiene ahora 61 misioneros".

La aportación de datos es muy oportuna, pues, personalmente, no conozco ninguna ONG gerundense con un volumen, parecido a este, de persones dedicadas desinteresadamente a los demás fuera de nuestras fronteras. En la misma información se aportaban datos de otras diócesis "La diócesis española más misionera es Burgos, que en tiene 1.732; seguida de la de Pamplona-Tudela con 1.634; Madrid, con 1.582, ..." De toda España son 15.881 los misioneros esparcidos por todo el mundo. Si, además, tenemos en cuenta las palabras del Delegado de Misiones del Obispado de Girona, Ricard Sarrà, "La diferencia más relevante entre el trabajo social de la Iglesia católica y las ONGs es que la institución eclesial tiene un compromiso ´permanente´ con los pobres, mientras que los de estas iniciativas de la sociedad civil son ´temporales´ al depender de proyectos concretos". Sin duda se trata de una de las acciones sociales más importante en el mundo.

Ramon y C.L. -

El movimiento Comunión y Liberación (CL), uno de los más activos de la Iglesia católica, denunció el viernes, a través de su Oficina de Información en España, el «totalitarismo cultural que niega la libertad de conciencia, de pensamiento y de opinión» que, a su juicio, «se va introduciendo en Europa». CL tilda además de «peligroso» que el Viejo Continente «rechace sus raíces judeocristianas, ya que se queda así sin sus propias raíces».
La organización se ha pronunciado tras el veto al nombramiento de Rocco Buttiglione como comisario de Justicia e Inmigración de la UE, quien «declaró que era católico y, coherentemente con ello, que era contrario a los matrimonios entre ho- mosexuales y a esa idea de feminidad que no contempla el papel natural de madre de familia».
«Hay otros hechos significativamente alarmantes», prosigue la nota hecha pública por CL. «En Toulon (Francia) se ha prohibido a un sacerdote a llevar sotana porque ello supone “ostentación” de un signo religioso; en Suecia se ha condenado por discriminación a un pastor protestante por haberse declarado contrario a los matrimonios entre homosexuales; en Baden Wuerttemberg (Alemania), el tribunal regional ha prohibido que las monjas lleven su velo durante las clases, equiparándolo al velo de las musulmanas», añade. Según los responsables de la organización, «hemos llegado a un punto de totalitarismo cultural». Por eso, CL hace un llamado a los católicos, «que no pueden aceptar verse reducidos al silencio».

Luis -

El totalitarismo cultural se impone en la construcción de Europa.

En el lenguaje médico se denominan “episodios centinela” a aquellos hechos que alertan del peligro de una epidemia u otros desórdenes patológicos. El veto por parte de un comité del Parlamento Europeo al nombramiento de Rocco Buttiglione como comisario de Justicia e Inmigración es uno de estos episodios. Al presentarse para asumir dicho cargo, Buttiglione declaró que era católico y, coherentemente con ello, que era contrario a los matrimonios entre homosexuales y a esa idea de la feminidad que no contempla el papel natural de madre de familia. Declaró también que éstas son sus convicciones y que las sostendrá, siendo consciente y respetuoso con la posibilidad de que el Parlamento Europeo pueda rechazarlas. A pesar de esta última declaración ha sido vetado.

Goya -

El lobby gay busca la penalización de los católicos por no compartir sus ideas.

La ofensiva gay contra la Iglesia Católica está adquiriendo, cada vez más, tintes radicales e intolerantes, toda una persecución totalizante hacia la libertad de expresión de la jerarquía y sus fieles.

Luisa -

IU pide que vuelva la censura
Me han preocupado seriamente las declaraciones del Sr. Llamazares pidiendo la vuelta de la censura a los medios públicos para que la Iglesia no pueda exponer posiciones contrarias a las del Gobierno. Si viniesen de un político cualquiera, esas declaraciones serían para tomárselas a guasa. Sin embargo, el Sr. Llamazares es el líder del principal socio parlamentario de un Gobierno en minoría, y representa a una ideología, el comunismo, que es culpable de más de cien millones de muertos, muchas decenas de miles de ellos católicos españoles. En estas circunstancias, me he quedado muy, pero que muy preocupado.

Rafael -

El único frente activo de este Gobierno, en seis meses, ha sido el discurso sobre lo que llaman "derechos civiles" –ampliación del aborto, eutanasia y matrimonio entre homosexuales–. Es su balance "positivo" de 200 días, el solitario resultado con el que puede presentarse a sus votantes. Es el banderín izquierdista de enganche a un Ejecutivo inactivo y descoordinado, la resurrección de un anticlericalismo muy ajado y carca, pero que aún funciona en ciertos sectores de la izquierda. Y la Iglesia católica habla en contra, y los socialistas deciden utilizarlo para reforzar su discurso. Porque mientras se habla del retroceso de la Iglesia a la esfera de lo privado, de la "reaccionaria" jerarquía eclesiástica, no queda tiempo, por ejemplo, para hablar de IZAR y de las falsas promesas del presidente Zapatero; o sobre qué hará el Gobierno si Ibarretxe convoca un referéndum ilegal.

Rafael -

A esto se le añade la cantinela de que el gobierno trabaja para garantizar la "laicidad" del Estado, ya que así lo marca la Constitución. Pues no. España no es un Estado laico, por mucho que les pese, sino un Estado aconfesional, según la Constitución. La diferencia estriba en que el laico declara ser independiente de toda religión, y el aconfesional añade a esto el reconocimiento del hecho religioso y, por tanto, se compromete a relacionarse con la confesión mayoritaria de forma preferente. De aquí se colige la financiación por el IRPF y el acuerdo con la Santa Sede de 1979.

Los socialistas no se detienen en esto. Gregorio Peces-Barba, uno de los padres de la Constitución, ha denunciado ahora –sí, en la cadena SER–, que el acuerdo de 1979 es anticonstitucional. ¿Por qué? La razón que dio es que fue firmado con otro Estado, por un Gobierno, el de UCD, que no era aún constitucional porque ganó las elecciones en 1977; es decir, un año antes de la aprobación de la Carta Magna.

Rafael -

Los dineros son la segunda parte del entramado. El aumento del gasto público y la permisividad con el déficit autonómico aceleran la puesta en marcha de la acordada autofinanciación de la Iglesia. "Lo que no es tradición es plagio", y esto no es original en el suelo español. Godoy, Mendizábal y Madoz iniciaron una desamortización de los bienes eclesiásticos para allegar fondos a las exhaustas arcas públicas y, también, sostener con los hechos un discurso reformista.

La desamortización de Zapatero no se ve impelida a reparar el desagüe del dinero público, pues la caja quedó llena, y las cuentas del reino de España, según fiscalizó el entonces comisario europeo Pedro Solbes, eran, más que correctas, un modelo de equilibrio presupuestario y de crecimiento económico. La desamortización de este Gobierno consiste es sostener un discurso supuestamente reformista a costa de la Iglesia, porque lo creen una de las señas de identidad de la izquierda española.

Rafael -

El guerrismo soñaba con un plan que hiciera desaparecer a la Iglesia de los ámbitos sociales y educativos, y ya lo tiene. El bloque de medidas del Gobierno Zapatero contra la Iglesia católica incide, precisamente, en sus dos pilares fundamentales: la educación y la financiación. Es la amenaza de borrar a la Iglesia de la faz pública de la tierra, de arrinconarla junto al estudio de Platón y Marx, de Osiris y Zeus. No ocurrió durante los gobiernos de Felipe González, y quizá por esto mismo vale la pena el intento de desentrañar el por qué, ahora, los socialistas insisten en arremeter contra la Iglesia.

El discurso del PSOE se centra en varias ideas fuerza. Primero, insiste en contraponer el "ciudadanismo" al catolicismo, la ciencia a la fe, en un debate, quizá necesario para la "alianza de civilizaciones", pero que se antojaba ya superado, como una conversación sobre otros tiempos, especialmente en una sociedad tan desarrollada como la nuestra.

Juan -

Jugar a ser Azaña en el 2004 a la salud de un abuelo fusilado no sólo es una temeridad; es una estupidez presuntuosa. No quiero ni pensar cómo habría retratado don Manuel Azaña a quien hoy nos gobierna. Se sube Rodríguez a una noria sin frenos, a una gloria inventada por la propaganda y alimentada, inexplicablemente, por insignes herederos de Gil Robles. Anticlericalismo asimismo de salón, pero de nuevo cuño, sin encogimientos de hombros, sin leves y pasivas censuras a los suyos (Azaña no podía despreciar más a los suyos) sino a través de un plan apasionadamente estulto. Tomar esa bandera para que cierre filas la legión de los humillados y ofendidos por persona interpuesta, despertar un dolor que es de ida y vuelta.

Hasta los gatos quieren zapatos. Si alguien va a representar este papel, que considere la escena final, de gran fuerza teatral: un hombre de sesenta años, moribundo, exiliado en Montauban, besa por tres veces el crucifijo del obispo Théas y musita entre lágrimas tres palabras: Jesús, piedad, misericordia.

Garcia -

En su conjunto, las palabras de monseñor García-Gasco constituyen el ataque más duro que se ha dirigido hasta ahora desde la Iglesia contra el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero. Porque no sólo ha censurado tal o cual medida concreta, sino que ha dado las claves de lo que está siendo la actuación gubernamental. La palabra sectario que emplea el prelado valenciano no parece casual, pues tan indecisa y ambigua es la posición de La Moncloa en casi todos los temas, como decidida, firme y tenaz en todas aquellas materias que tocan intereses o doctrina de la Iglesia.

Garcia -

Entre medias de ambas afirmaciones, una severa denuncia de lo que comienza a ser una convicción extendida entre los españoles: que el Gobierno supedita su acción al criterio de minorías, ya sea en el terreno autonómico, como en el terreno de la legislación que afecta a la educación o la familia: "Se quiere imponer a la mayoría de la sociedad un modelo de sociedad libertaria y radical... Con la excusa de las minorías se quiere dar a entender que no existen normas morales objetivas, ni exigencias del bien común... Alterar el sentido del matrimonio es una pretensión repetida del pensamiento libertino, radical y sectario".

Garcia -

"El tejido social mayoritario de España está formado por verdaderos matrimonios: varones y mujeres que se eligen libremente para amarse, respetarse y educar a los hijos, sin poner límites en el tiempo a esta entrega incondicional... Para la mayoría de los españoles ésta es la realidad personal que más valoran, por la que están mejor dispuestos a sacrificarse", afirma monseñor Agustín García-Gasco, en su carta pastoral de este domingo, titulada Una sociedad libre y humana pero que muy bien podría haber encabezado con el rótulo "Las cosas, claras".

Y el chocolate, espeso: "Nos encontramos ante gobernantes que decían que iban a dialogar, pero no dialogan; que se esperaba que construyeran, pero destruyen; decían que iban a respetar la libertad religiosa, pero apuestan por un nuevo nacional-laicismo", concluye el arzobispo de Valencia.

Rafael -

El Cardenal Arzobispo de Santiago de Chile ha destacado los vínculos entre la Iglesia española y latinoamericana y ha criticado el matrimonio entre homosexuales en su visita a Santiago.

El Cardenal Arzobispo de Santiago de Chile y presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), monseñor Francisco Javier Errázuriz Ossa, reconoció "comprender" que los homosexuales "se relacionen y tengan estabilidad entre ellos" pero advirtió que eso "no es matrimonio". En rueda de prensa celebrada en el Arzobispado de Santiago de Compostela y a preguntas de los periodistas, monseñor Francisco Javier Errázuriz Ossa aseguró que hay una "gran confusión" de terminología.

Así, advirtió que "sin duda alguna" el matrimonio es entre un hombre y una mujer, y es una realidad "muy diversa" de la unión que exista entre dos personas homosexuales. De este modo, aclaró que el matrimonio está "siempre unido" a la procreación, por lo que aseguró que la "idea plena" de matrimonio es "inconcebible sin que pueda traer hijos a este mundo". "Uno puede comprender que los homosexuales se relacionen, tengan estabilidad entre ellos, que quieran tener comunidad de bienes pero no es matrimonio, hay que darle otro nombre porque es otra realidad totalmente diferente", aseguró.

Josep -

En la tertulia de RNE del miércoles día 13 del corriente, el señor Armas Marcelo afirmó que la oposición a los matrimonios homosexuales es por convicciones religiosas; por creer que sólo es matrimonio el sacramento, cuando en realidad es un simple contrato entre dos personas. Aparte de que conozco a muchos no creyentes que están en contra de que se considere matrimonio a las uniones homosexuales, lo que dijo este tertuliano no es correcto.

Sólo tengo estudios de Formación Profesional de Segundo Grado, pero por la Religión que estudié, tengo suficiente para saber que según la doctrina católica, tanto es verdadero matrimonio el canónico entre bautizados –el que ha sido elevado a la categoría de sacramento-, como el civil entre no bautizados que no es sacramento. El matrimonio es una institución natural. Y lo específico del mismo es que sea un contrato libre entre un hombre y una mujer para establecer un proyecto de vida en común con el ánimo de tener hijos. Según eso, difícilmente la unión homosexual puede considerarse matrimonio.

Si el señor Armas Marcelo que es un escritor inteligente y culto, manifiesta este desconocimiento de la doctrina católica, me pregunto cuál será la ignorancia religiosa, tan importante por nuestras raíces y contexto cultural, de todas las jóvenes generaciones que no hayan estudiado Religión. Yo por eso he elegido que mis hijos estudien formación religiosa en el colegio. He dicho formación que no catequesis. El padrenuestro y las prácticas religiosas elementales las aprenden en casa y en la parroquia.

Monseñor Agustín García-Gasco -

Para García-Gasco impera un laicismo intolerante contra todos los cristianos, que, en contra de la Constitución Española, que contempla las distintas opciones religiosas como un derecho legítimo de los ciudadanos, no respeta a los católicos, y no es democrático.

Para conseguir estos fines, según García-Gasco, "cualquier dato que desprestigie a los cristianos y a la Iglesia merece ser exagerado y repetido hasta la saciedad". Para el arzobispo, la mentalidad del laicismo es simple: "Las creencias religiosas vendrían a ser supersticiones de gente inculta". "Primero", explica el arzobispo, "quieren expulsar la religión de la esfera social y luego, en una segunda fase, eliminarla en el hombre, para que los principios religiosos acaben desapareciendo de la conciencia humana": "Son ellos", continúa, "los que dictan lo que debe tolerarse y lo que no".

El arzobispo concluye su carta animando a los católicos para que no tengan miedo: "Hemos de hacer uso de nuestra libertad de expresión y abandonar complejos y cómodos silencios. Somos la mayoría de este país, no la minoría, y el cristianismo impregna nuestra cultura y nos da esperanza para afrontar el futuro. El cristiano congruente no puede avergonzarse ni mirar a otro lado ante la intolerancia laicista que tratan de propagar".

Monseñor Agustín García-Gasco -

Los últimos acontecimientos, polémicas y ataques que está sufriendo la Iglesia española en los últimos meses están obligando a muchos arzobispos y obispos a denunciar la situación. El arzobispo de Valencia, Agustín García-Gasco, dedica su carta semanal de esta semana a ello, afirmando que impera un laicismo anticristiano que quieren eliminar la religión de España.

Monseñor García-Gasco describe en su carta de esta semana "cómo el laicismo trata la religión como si fuese una afición privada que no debe tener manifestaciones públicas, ni relevancia jurídica o social", y señala que sus promotores "primero quieren expulsar la religión de la esfera social y luego, en una segunda fase, eliminarla en el hombre, para que los principios religiosos acaben desapareciendo de la conciencia humana". En cambio, añade el prelado, "los numerosos hechos que benefician al sentido religioso resultan minimizados o silenciados". Este modo de actuar, a su juicio, "es claramente injusto, sectario y, desgraciadamente, procede de resentimientos y frustraciones personales". Además, "atenta contra la decencia y la rectitud moral", agrega el arzobispo, quien lamenta que quienes emprenden "la militancia laicista" se autodenominen como "tolerantes y progresistas" cuando, "de modo paradójico, son ellos los que dictan lo que debe tolerarse y lo que no".

Juan M. -

En poco más de seis meses, el cacareado talante dialogante de Zapatero ha quedado bien claro. Asume una radicalización anacrónica de la izquierda, "estilo segunda república", eliminación de adversarios políticos (en TVE y el Poder Judicial), populismo barato como bodas de homosexuales y adopciones, que no son en modo alguno demanda social, múltiples subvenciones y concesiones a medios afines y una descarada persecución hacia la Iglesia Católica por oponerse, según su doctrina, al ideario socialista, (no a "matrimonios homosexuales", aborto, eutanasia, defensa de las clases opcionales de religión...) amenazando con quitar subvenciones, sin tener en cuenta su ingente aportación social. Eso sí, sólo contra la Iglesia, porque con las ayudas públicas que reciben sindicatos, partidos políticos, asociaciones gay, empresas cinematográficas, etc., no se atreven.