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ametralladora

Contra la indiferencia ante la tragedia de Beslan.

Contra la indiferencia ante la tragedia de Beslan.

El pueblo español ha sufrido y sufre en carne propia el salvajismo del terrorismo. Sólo hay que recordar que no hace un año Madrid y numerosos ciudadanos del mundo se conmovieron ante la tragedia del 11 de marzo. En esos días nos asombramos y regocijamos ante las muestras de solidaridad que llegaban desde muchos rincones del planeta manifestando su condena por este tipo de acciones tan mezquinas con la vida y la tolerancia.
Sin embargo, desde hace varios días estoy muy disgustada por la indiferencia que la sociedad española ha mostrado con la tragedia de Beslan, en Osetia (Rusia). Algunos justifican esta frialdad con estas palabras: «Nos toca muy lejos». ¡¡¡¡¡¡Lejos!!!!!! Es que ante el terrorismo, sea de donde sea, ¿es tan importante la distancia? ¿Es que los más de 300 muertos no nos conmueven, ni siquiera los niños que han sido víctimas del salvajismo del terror? ¿Qué nos pasa?, me pregunto a cada minuto y la respuesta que encuentro en mi conciencia es vergüenza. Yo, por lo menos, he encendido velas en mi casa para homenajear a esos muertos que también son nuestros, porque España también sufre y es blanco del horror de estos asesinos.
Dejemos de mirarnos el ombligo, aunque sea sólo por un rato, y levantemos nuestros ojos ante tanto sufrimiento y dolor que para nosotros no es ajeno y lo peor es que como otra persona me comentaba ayer: «Ya son tantos que uno se va acostumbrando a ver la muerte como protagonista de estos tiempos». En numerosas ciudades europeas ya se han lanzado a las calles sus ciudadanos para poner flores y velas encendidas en plazas como homenaje a esas nuevas víctimas del terror. ¿Será que necesitamos que el Gobierno o algún partido político nos convoque para expresar nuestra solidaridad y repulsa? ¿Dónde está la tan cacareada solidaridad? En los momentos más difíciles de un pueblo es cuando más se necesita de hecho, luces, palabras, es cuando más hay que romper con la inercia social, el pasotismo, en fin con el borreguismo.

6 comentarios

Miguel -

Moscú- Los terroristas que el pasado 1 de septiembre se apoderaron de una escuela en Beslán (Osetia del Norte) y que fueron abatidos por las fuerzas de seguridad rusas en el trágico desenlace, que costó la vida a más de 350 rehenes, estaban drogados, según informó ayer la Fiscalía General de Rusia. De acuerdo a los análisis forenses de los cadáveres de los terroristas, todos ellos habían consumido drogas y 22 se habían puesto inyecciones de heroína y morfina, asegura el comunicado difundido por la Fiscalía General en el Cáucaso Norte.
El parte cita al fiscal general adjunto de Rusia, Nikolai Shepel, quien afirmó que «la concentración de drogas en los organismos de algunos de los terroristas superaba las dosis mortales, lo cual revela que eran drogadictos empedernidos y permanecieron drogados a lo largo de todo el período de preparación del atentado».

Miguel -

El 1 de septiembre, coincidiendo con la inauguración del curso escolar, un grupo de hombres armados ocupó una escuela de la ciudad rusa de Beslán, en Osetia del Norte, cerca de la frontera con Chechenia, donde tomaron como rehenes a los escolares y a un gran número de adultos, amenazando con volar el edificio si las fuerzas de seguridad lanzaban un asalto. Tras más de 48 horas de secuestro, las fuerzas especiales se vieron obligadas a lanzar la intervención cuando se escucharon varias explosiones dentro de la escuela y un primer grupo de rehenes logró escapar del edificio en medio de disparos, según la versión que ofrecieron los responsables rusos. El comando explosionó cargas instaladas en la escuela provocando el derrumbe parcial del techo.
Los combates duraron cerca de seis horas y un general ruso reconoció que hasta se llegaron a utilizar tanques. Las fuerzas federales sufrieron diez bajas en sus filas, según la Policía. Días después de esta tragedia que conmocionó Rusia y a toda la comunidad internacional, el líder de la guerrilla chechena, Shamil Bassayer reivindicó la autoría del acto terrorista y justificó el secuestro de niños como una venganza por las acciones del Ejército ruso en la República de Chechenia. Efe, Ap

Lucrecio -

Sí sé otra cosa. En lo moral, por lo menos tan devastadora como las balas y las bombas de los asesinos. La complacida indiferencia que hacia ese acontecimiento enorme ha exhibido una Europa demasiado complacida en su bendito pacifismo para dejar que doscientos niños asesinados, a sangre fría, por los islamistas puedan alterarla.

Ni una manifestación, ni una demostración de ira contra los asesinos. Y un insulto sin precedentes; el de un Javier Solana a quien uno no sabe ya si necio o desalmado: una violencia así –dice el socialista español– jamás podría producirse en Europa. Uno se avergüenza de ser europeo. Es duro tener que comprobar hasta qué subsuelo de vileza hemos caído.

Lucrecio -

Trato de imaginar Beslán. Tal como debió ser anteayer, al inicio del curso escolar. Una ciudad sin niños. Y quisiera ser muy frío; porque hacer sentimentalismo acerca de lo que es el mal en su estado más puro, sería imperdonablemente obsceno. Pocas veces el absoluto puede ser presencializado de un modo tan insoportable cuanto lo fue el mes pasado en Osetia del Norte.

Trato de imaginarlo. Fracaso en ello. Nada, por más desolador, que conozcamos equivale a la gravedad de esas escuelas vacías, a la impensable severidad de calles y de casas sin la algarabía que ponen las voces desordenadas de los niños. Se me queda una como sequedad anímica no carente de culpa: todo ha ido más lejos en el dolor de cuanto supimos prever. No es ésta ya una barbarie política es la ferocidad que sólo cabe en la forma cerrada de una teología del mal.

Ibrahim_Horvath -

Cierto. Produce muchísima frustración ver como la gente o pasa o "justifica" sin ser conscientes el terrorismo. Para algunos hay causas justas.

Marta -

¿Donde estan los titiretos del "no a la guerra"?