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La "Gente del cine" cobra sus servicios a ZP

Antes que propagandistas al servicio del totalitarismo, Eisenstein y Rieffenstal eran consumados maestros del séptimo arte. Y, además, cuando ejercían de propagandistas, al menos tenían la decencia de identificarse como funcionarios de sus correspondientes partidos, de no escudarse en pretextos culturales y de no invocar una libertad de expresión en la que no creían. No tenían la necesidad de buscar su público, puesto que de eso se encargaban las autoridades turno, ya fuesen nacionalsocialistas o socialistas a secas.

El problema del cine español es que hay demasiados realizadores que quieren ser Eisenstein o Rieffenstal. Es decir, maestros de la propaganda política audiovisual. Pero la práctica totalidad de ellos carecen del talento del bolchevique y de la nazi para el séptimo arte y para la propaganda. se les nota demasiado la intención. Y, ni que decir tiene, también carecen de su decencia y de su coherencia. Pues cuando el espectador se niega a pagar la entrada para ver sus sesiones de auto-psicoanálisis y de propaganda tardosoviética, no se les ocurre otra cosa mejor que insultar al espectador por su evidente "americanización" y "mal gusto".

Un reglamento extraído directamente del privilegiado magín de los ministros socialistas acaba de ser aprobado hoy para mayor gloria del cine español, o quizá sería más ajustado decir de los cineastas españoles. El Gobierno en pleno, es decir, el Consejo de Ministros ordinario del viernes, ha dado vía libre a un nuevo impuesto destinado a promover la producción cinematográfica nacional. El invento legislativo consiste en hacer pagar a las televisiones, privadas y públicas, un canon del 5% de sus resultados de explotación.

El "impuesto revolucionario", nacido en imitación de la manoseada "excepción cultural" de los franceses, tiene como objeto satisfacer la necesidades financieras de los realizadores españoles y europeos que, hoy por hoy, se las ven negras para poder competir con sus homólogos del otro lado del Atlántico...o del otro lado del Canal de la Mancha.

Al regocijo previsible de la buena "gente del cine" le ha sucedido una nota algo más lacónica de la UTECA, la Unión de Televisiones Comerciales Asociadas, en la que ha recordado al Gobierno que a través de medidas como la que acaba de aprobar no va a conseguir el objetivo que persigue, esto es, llevar a la gente a ver películas españolas o europeas.

Nuestros cineastas, algunos de ellos con verdadero talento, aún no se han dado cuenta de que el cine, es decir, las películas son un bien como otro cualquiera, ni más importante ni menos, y por lo tanto está sometido a las mismas leyes de mercado. Quien quiere prosperar en cualquier sector de la producción tiene que satisfacer a los clientes que, dicho sea de paso, son los verdaderos amos del sistema. El que mejor lo hace, el que ofrece en definitiva lo que el público demanda, se lleva el gato al agua. Quien sirve bien sobrevive, quien lo hace mal desaparece. El mercado es la democracia más perfecta que existe.

La factoría cinematográfica norteamericana, tan denostada por la progresía europea, ofrece productos de todos los tipos; buenos, malos y regulares pero siempre se somete al dictamen del mercado para seguir produciéndolos y exportándolos. Nuestros realizadores en cambio prefieren que sean otros los que financien sus aventuras empresariales, aunque ellos ya se encarguen de rebautizar como "creativas". Ya sea a través de subvenciones estatales o de "impuestos especiales" sobre las empresas como el que acaba de aprobar el Gobierno.

36 comentarios

encarnacion sanchez arenas -

Tomaré vuestro ejemplo esquemático de foro para crear uno nuevo, asicomo el ejemplo del blog del club de lectura amas de casa de los Villares de Jaén y del Club Comarcal, para que se visualize lo que dice cada persona.

javi -

simplemente queria dar mi opinión sobre los tipicos comentarios de que la juventud solo piensa en las vidioconsolas y en las fiestas. pues que miren los precios de las obras de teatro por que suelo ir a ver si veo una obra de teatro y no veas con los precios normalmente la entrada mas barata cuesta unos 20 €. parece ser que el teatro es solo para gente bien sobrada de dinero. espero que algun dia esta situación cambie

Rosa -

Los titiriteros tienen todo el derecho a opinar de política, aquí o en los Estados Unidos. ¡Faltaría más! A mayor abundamiento escribe que como éstos tienen lazos emocionales con los ciudadanos, sus opiniones influirán en los mismos.

Desde luego que cada uno haga lo que le de la gana, pero que cada palo aguante su vela: Si los titiriteros intervienen en política y se comprometen, cambian de terreno, por lo que deben aceptar nuevas reglas. Si, a partir de ahí, los políticos "les niegan el pan y la sal", no pueden chillar como posesos que lo suyo es arte, porque ha pasado a ser política y ya se sabe que no se da agua al enemigo, aunque se muera de sed. Los compromisos tienen eso, que señalan a las personas.

En el caso de los titiriteros españoles el compromiso es político y no social. Nuestros Bardem y compañía, se manifiestan por Iraq. No lo hacen por cuestiones como Darfur en Sudán. El caso es que gente como Springsteen si que se ha subido al escenario para denunciar estas situaciones. Nuestros titiriteros no están interesados en esas cuestiones sociales, lo están en el impacto político que tienen y eso es lo que me parece que diferencia a unos de otros. No es que en Estados Unidos no tengan titiriteros como Victor Manuel, Ana Belén, Bardem o Almodovar, es que allí tienen otro tipo de titiritero que si está preocupado, y lo demuestra, por cuestiones sociales

Finetura -

Por trazar un gran fresco del Madrid del 21 y el 22 de diciembre, «Tiovivo c. 1950», por describir (sin crudezas ni edulcorantes) el hambre, el frío, la miseria, la avaricia, el sexo prohibido, el amor sacrílego, la abundacia, la religión bien y mal entendida, el compañerismo, la amistad, el patriotismo, la radio, el café con leche, la censura, la represión, el ansia de cultura, la literatura con lectores ávidos y furtivos, el surrealismo, la música como evasión, los sueños truncados, la soledad y la solidaridad; por dar vueltas a un memorable tiovivo de cuerpos y almas; por hacernos reír y llorar; por todo ello (como dijo La Ponte al recibir su Goya por «Canción de cuna»): ¡Gracias, Garci!

Pedro -

Debo de ser un cinéfilo raro y un nostálgico trasnochado. No me gustan las películas de Almodóvar y cada vez me gustan más las de José Luis Garci, por lo cual pido disculpas a los «artistas de la pancarta», por si hubiera herido su sensibilidad exquisita. Sólo he visto una película de Almodóvar y era tan retorcida y escabrosa que me salí del cine a la mitad de la proyección, por lo que pido nuevamente perdón.
No puedo juzgar la reciente película de Amenábar, porque no la veré nunca, es un canto a la muerte y yo sólo rindo un homenaje a la vida. He visto ya dos veces «Tiovivo C. 1950», la última de José Luis Garci y la emoción y la nostalgia me invaden. Mis recuerdos se centran a mediados de los cincuenta: el circo americano, la lucha libre en el campo del Gas, el boxeo en el Frontón Recoletos, los paseos por el Retiro para escuchar por fuera de la sala de fiestas Pavillón, la voz y la orquesta de Marino Marini y las películas de otro director, monstruo del cine español, el gran Luis García Berlanga.
Los inolvidables actores de aquella época están representados en «Tiovivo C. 1950». Al ver la película del genial Garci he visto desfilar a José Isbert, Manolo Morán, Félix Fernández, Antonio Casal, Raúl Cancio, Julia Caba Alva, Guadalupe Muñoz Sampedro, Luchy Soto, Josita Hernán, Mercedes Vecino, Milagros Leal y tantos otros que ya no están con nosotros, pero que estarán de por vida en nuestro recuerdo. Todo ello gracias a José Luis Garci, que tenía que haber sido nuestro representante para optar al Oscar de Hollywood.

Jose Navas -

No es admisible que se hable con tanta ligereza y se lleve al celuloide -en una película que sin duda es una obra maestra, digna del galardón que pretende- con tanta frialdad e interés económico un caso tan tristemente célebre. Mezclar el interés económico y la propaganda que naturalmente cada cineasta debe promover para difundir sus películas con la confusión que se pretende expandir sobre un tema de quien ha hecho de la conciencia su único Dios erigiéndose soberbiamente en el árbitro de sus propios actos, es en verdad una acción que arruina a sus autores y corrompe la obra maestra.

Hablar de vidas "que no merecen ser vividas", sobrecoge. A ver quién tipifica jurídicamente este concepto. Los que se han atrevido con la expresión sinónima de "vidas humanas sin valor total", han quedado inscritos en una de las páginas más tristes de nuestra historia europea. A estas alturas, seguimos sin escarmentar.

Jose Navas -

La decisión que en su día tomó Ramón Sampedro es verdaderamente digna de lástima. Por dos razones. Porque su estado de inhabilitación lo era en sí mismo, y también porque su estado mental, obsesivo hasta el extremo, que, lógicamente, nadie desea ni a su peor enemigo.

De una causa, exoneramos de toda culpa al desgraciado -sin ánimo de ofender- porque era y es totalmente ajeno. Pero de la segunda, habría que disculparle también por su estado de obsesión patológica. Pero desde luego de ninguna manera es un ejemplo digno de admirar y menos de imitar. Tampoco lo es como para dedicarle una película de exaltación y alabanza apoyado por un guión marcadamente ideológico y sentimental.

Si preguntáramos a cualquiera de los 35.000 personas parapléjicas, tetrapléjicas y con otras lesiones de la médula, ¿cuántos pensarían como Ramón Sampedro? Lamentable ejemplo para tantos la de este desdichado.

Manolo -

Amenabar es malo.
En referencia a que la película de Almodovar no se podrá alquilar en los videoclubs, decir que la gente no se va a perder nada, es mala y los actores son pésimos. Esa es mi opinión personal. Gracias.

Ambar -

a Almodóvar solo lo siguen los "intelectuales" del Pais y algun homosexual reprimido que se ve identificado con sus películas.

Almodóvar es basura(como director, como persona no lo conozco) asi que si quitan sus pelis del videoclub más espacio tendran las pelis entretenidas

Remigio -

La productora del Pedro Almodóvar, El Deseo, ha hecho honor al título de su última película, “La mala educación”, al decidir excluir de la explotación de la misma a todos los video clubes españoles. Es decir, que quien quiera ver la última película del director manchego tendrá que comprarla.

Teniendo en cuenta que cierto rotativo madrileño -cuyo nombre no viene al caso- se ha convertido en privilegiado distribuidor de las cintas de Almodóvar en su variedad deuvedesca, los que no pasen por la tienda a adquirir la película lo tendrán que hacer por el quiosco más cercano. Todo un ejemplo de difusión de la cultura subvencionada. Los de "Hay motivo" no eran tan remilgados, regalaban sus "documentales" hasta por Internet.

Rafael -

Los favores se pagan: los productos de cine recibirán subvenciones por 63 millones de euros
Casi duplica la dotación presupuestaria de 2004. Además, el criterio de Cultura para subvencionar a los cineastas y actores amigos va a ser “más selectivo”, es decir, más arbitrario.
Amenábar, aún más que Almodóvar, así como la familia Bardem, el productor Elías Querejeta y las productoras de televisión que quieren entrar en el mundo del cine (especialmente Globomedia y Mediapro, ahora en proceso de fusión) son los favoritas del Ministerio de Cultura que dirige Carmen Clavo.

El apoyo del mundo cinematográfico al PSOE en la guerra de Iraq tiene su precio: lo pagamos a escote entre todos los españoles, 63 millones de euros. Y a ello habrá que añadir las subvenciones encubiertas que llegan desde Radio Televisión Española (RTVE). Está claro que uno de los objetivos del Gobierno Zapatero es conquistar el mundo de la cultura, o de la farándula, si lo prefieren.

Amelia -

Olga Bejano, tetrapléjica ejemplar

Olga Bejano también es noticia desde que “Mar adentro” hizo acto de presencia: estuvo en contacto por carta con Ramón Sampedro. Es tetrapléjica desde los 23 años y ahora tiene 41. Vive gracias a un respirador artificial, no puede ingerir comida y tampoco puede ver. A sus ganas de vivir se suma un mensaje: los tetrapléjicos necesitan más ayudas. Su historia, al igual que el de tantas personas en las mismas circunstancias, se merece una Guinda enorme y bien podría convertirse también en una de esas epopeyas de cine tan a la baja.

Angela -

Algunas veces me he encontrado con antiguos colegas de ingreso y me ha sorprendido ver a muchos de ellos completamente recuperados. Una vez encontré a uno en un bar de copas y charlamos amigablemente. Cuando lo conocí se le caía literalmente la baba de la boca y ahora era un tipo de trato normal. Mientras recordábamos cosas del pasado, levantó el brazo y observé unas marcas blancas en la muñeca producidas por los cortes de un antiguo intento de suicidio. Entonces se puso triste y me dijo: «Menos mal que no lo conseguí». Yo mismo, a pesar de tener una enfermedad crónica, me he recuperado y ahora tengo unas ganas rabiosas de vivir.

Amenábar, ¿qué quiere conseguir dirigiendo este tipo de películas? Está creando un clima que perjudica a la gente que lucha contra situaciones mucho más trágicas de las que pone en la película.

Angela -

Entiendo que hay gente que no soporte su vida y quiera suicidarse. Esto me es familiar, porque yo mismo he padecido una enfermedad mental que me ha llevado a pensar durante largos periodos de tiempo, no de días, ni meses, sino años, en la muerte, en quitarme de en medio por pura desesperación y angustia. Recuerdo largas noches de insomnio maquinando de forma fría en dónde me podría esconder para lanzarme al tren y verme varios amaneceres acercarme a la estación de Renfe con la moto para estudiar el terreno. También recuerdo tener la escopeta de caza cargada en mis manos, apuntarme y tener una conversación con la muerte mientras acariciaba con el dedo el gatillo.

A mí los suicidas no me parecen cobardes. Estuve ingresado numerosas veces en plantas psiquiátricas y conocí mucha gente en situaciones límite que querían morir. Pero, ¿qué pasaría si un médico entrara en una de estas plantas psiquiátricas anunciando que tiene inyecciones letales para los que lo precisen? Que varios de los enfermos pedirían morir ese mismo día. ¿Y qué pasaría si este médico diese antes una charla sobre el derecho a morir cuando uno lo desea y después pusieran la película de Amenábar? Entonces posiblemente asistiríamos a un suicidio colectivo.

Rafael M.B. -

Bochornoso el espectáculo dado por Rosa María Sardá, el Gran Wayoming y Loles León, entre otros, con la "nueva programación" de TVE. Promocionar el cine español a costa de insultar al americano (como si no fuese el cine más visto del mundo), politizar de esa manera una televisión pública recordando en exclusiva al anterior gobierno, y mofarse de millones de españoles, no es precisamente la fórmula que utilizaba Urdaci, al que tanto tiempo despellejaron y criticaron. Qué poca clase y qué poca profesionalidad. Pase que haya que aguantar a Canal +, o Sogecable, o Tele 5, que son privadas y puede tener programas como "Pecado Original" que únicamente recuerda a políticos del PP o a un obsesivo Javier Sardá, que dedicó sus primeras palabras a la vuelta de temporada a criticar al ex presidente del Gobierno. ¿Cuándo recordarán que ya no gobierna? Deseo ardientemente que el PP tome –por una maldita vez– una ínfima parte de ese juego sucio que utiliza el PSOE y sus medios ruines y mafiosos, y espabile la berza, a ver si se da cuenta que con jugadas como las realizadas por este desastroso gobierno también se puede trepar. Les falta mala leche, y mucha...

Margarita -

Habrán quedado satisfechos los señores Amenábar y Bardem por el éxito conseguido con su película «Mar adentro». Les felicito, pero creo que ninguno de los dos es padre, y es por ello por lo que presumo han realizado ese «himno» a la eutanasia.
Ustedes, con su juventud e independencia en este delicado tema, no saben el esfuerzo y sacrificio que supone, para los lesionados, la mayor parte de ellos jovencísimos, y para sus familias, conseguir que salgan adelante y que puedan lograr tener una vida digna después de muchas luchas, lágrimas y sinsabores, aunque a veces el hilo que les une a la vida parece que se pueda truncar. Es por ello que el tema de su película me parece totalmente inoportuno, y puede echar por tierra todo el esfuerzo obtenido por muchas familias. ¿Por qué, señor Amenábar, no ha dejado tranquila a toda esta pobre gente que bastante tiene con su lesión y no ha enfocado su película por otros derroteros que no hiriesen a nadie? A nosotros, los padres, nos ha ocasionado un profundo dolor por los siniestros pensamientos que puede acarrear a nuestros hijos y por la inquietud y zozobra que suscita siempre el tema de la muerte. ¡Un desastre!
Quiero agradecer como madre a tantos periodistas de LA RAZÓN que con tan buen criterio se han dado cuenta de este dislate y han escrito sobre este tema con gran cordura.

Avanzini -

Homenaje a Bardem en TVE1

Resulta sorprendente que, unos días después de la foto del clan ZP con los actores y director de la última película que "esponsoriza" el Gobierno, se aproveche un día cualquiera de la semana para hacer un homenaje a Javier Bardem en la cadena que pagamos todos. Si ya es difícil ver algo de interés una noche cualquiera, ayer fue imposible. Esta sorpresa es máxima cuando el nuevo "descorbatado" presentador de la segunda edición del Telediario de la 1 dice que a partir de ahora la televisión pública será objetiva, sin tintes/tendencias políticas, etc.,etc.

Si esto no es tendencioso, por favor, que alguien del gobierno tenga a bien explicarlo. Eso sí, y como dice el Sr. Hidalgo, con una sola voz y un único mensaje. No vaya a ser que luego haya que dar réplicas sobre las desafortunadas declaraciones/explicaciones de alguno/a.

Pera -

Yo no veo cine español.
Cuando las producciones "artísticas" (jua) de nuestro cine, tengan la décima parte de la pluralidad que predican para los demás pero que no se aplican ni por el forro de sus c., entonces me replantearé la cuestión.

Estoy harto de ver siempre la misma película. Que les den botifarra.

Ruffo -

Como cada cual con su dinero hace lo quiere, con León o sin León, el que suscribe está muy orgulloso de poder decir que hace más de tres años que no ve ninguna nueva peli española. Por mis webs.

Y muy especialmente todo lo que tenga que ver con la zarrapastrosa familia Bardem. Amén Jesús.

Mª Pilar -

El pancartero estrena película. Él es actor. Concede entrevistas. Hace promoción. Quiere que todo el mundo vaya a ver su película. Él vive de eso.
Ahora no hay pancartas. Ahora no hay pegatinas. Ahora no hay consignas.
No hay ofensas a los votantes del Partido Popular. Que todos vayan a verla, porque él es actor. ¿Voy a ver la película? Rotundamente no. Lo siento por Amenábar. Es un gran director.

R.P.M. -

Hacer que un suicida caiga simpático no es fácil, pero con la conveniente manipulación se puede conseguir. Y si eso se logra, entonces hacer simpática la eutanasia ya es coser y cantar, porque es bastante sencillo, en efecto, hacerla pasar por un acto médico piadoso. Pero la eutanasia es una forma de homicidio, no una forma de medicina. La eutanasia es exactamente la negación de la medicina, la expulsión de la medicina. Y esta cuestión que ahora resurge, y que han adoptado los holandeses, tiene su precedente en los nazis, ni más, ni menos, les guste o no a Rodríguez Zapatero y a su turiferario Amenábar, cuya película debería haberse titulado “Mar, al fondo”, porque es la historia de un naufragio vital.

R.P.M -

El estreno de la película “Mar adentro” ha vuelto a poner sobre el tapete la cuestión de la eutanasia, esta vez quizás más ideologizada que nunca antes, con serlo, y mucho, cada vez que ha saltado al debate público. Ahora está todo más teñido de ideología, de presión psicológica sobre el público, de liturgias e iconografías de uso tendencioso. La presencia de Rodríguez Zapatero y medio Gobierno en el estreno de la película en España es, se quiera o no (que tengo para mí que sí que se quiere), una forma de aval político e ideológico, con vaga promesa de traducción legal próxima, a favor de la eutanasia.

Alejandro Amenábar dice que esta película es “un canto a la vida”. Pero, no; es un canto al suicidio de un tetrapléjico sin esperanza, como lo prueba el hecho de que en la cinta el suicida es el amigo del espectador, y otro personaje también tetrapléjico, sacerdote y remedo de un caso real por más señas, que sí tiene esperanza, es el payaso de la película, el personaje ridículo y grotesco. “Mar adentro” es un canto a la muerte diga lo que diga Amenábar, y a una forma particular de muerte, que es el suicidio disfrazado de eutanasia u homicidio por compasión.

Marianela -

Llevamos unos días sometidos a un bombardeo por saturación, de publicidad de la última peli de Amenábar, con el Bardem.

No conozco nada los entresijos de la historia en cuestión, ni de lo que se han propuesto lograr con esa película, pero me hace pensar que la parálisis durante 29 años, la sufrió aquel marinero gallego, y que los honores y beneficios de representar su triste vida en el cine, van a ser para Bardem, Amenábar y compañía.

Miguel -

El señor Amenábar, con ambigüedad sutilmente calculada, en su filme toma partido por la decisión del tetrapléjico Sampedro, que a pesar de mostrarle con simpatía creciente, lo hace poco menos que referente lúcido para todos los demás pacientes. El encuentro con el sacerdote del Opus –no jesuita– también tetrapléjico es presentado como contrapunto ridículo, en un plano que incita a la hilaridad del espectador, incapaz de cambiar la decisión del obcecado Sampedro. No dudo, por supuesto, que “Mar Adentro” obtendrá todos los premios a los que se presente por sus no escasos valores cinematográficos. Lo que no cabe es presentarla como referente válido y objetivo a favor de la eutanasia, cuando todo aparece en el filme motivado por la vida y el amor de cuantos tratan a Sampedro.

Miguel -

Es una obviedad decir que Amenábar es uno de los directores de cine español de mayor renombre y reconocimiento internacional. Lo que no está tan claro es afirmar que el cineasta gay –según confesión propia– es objetivo e imparcial, al tratar el problema de la eutanasia en su postrer obra, “Mar Adentro”, a pesar de algunas manifestaciones suyas, previas al estreno. El tema controvertido de la eutanasia activa, o suicidio, pese a los eufemismos con que se le quiera maquillar como muerte digna, sólo admite dos vertientes encontradas. Una, desde el prisma de la fe en Dios, dueño y señor de toda vida y otra, desde la postura de increencia o del ateo, que se aferra al derecho a disponer en libertad de su propia vida o la ajena.

Francisco -

Señor Amenábar, a usted el suicido asistido de una persona minada por la depresión y la impotencia le parecerá hermoso, usted será un director magistral para contarlo desde una óptica sentimental, explotando con maestría el miedo a sufrir que tenemos los seres humanos, pero a mí no me viste de torero: lo que dignifica al ser humano es lo contrario, la lucha por vivir que mantienen día a día millones de personas que padecen toda clase de penalidades graves, y el amor y la misericordia de quienes les alientan a seguir adelante. Con todos ellos, Amenábar ha contraído una gran deuda.

Francisco -

En relación a la película "Mar Adentro", ¿tan difícil es entender que una sociedad que empieza considerando el suicidio como un derecho acaba cuestionando el derecho o la dignidad de vivir de otros? Ya ocurre en Holanda, donde según el informe de un fiscal se han producido casi mil eutanasias sin consentimiento; país de ciertos "eotismos" para pasar unos días, pero quienes por motivos laborales tienen que residir allí, descubren a una sociedad enferma por el individualismo, la soledad y el egoísmo. Nada que ver con nuestra España, el país con más donantes de sangre y órganos, misioneros y padres adoptantes del mundo. Pongámonos en el lugar de los tetrapléjicos o enfermos impedidos que día a día luchan por seguir adelante, ¿qué pensarán de esta película y de la sociedad que la jalea?, ¿tan poco dignos de vivir nos parecen que incluso comprendemos que algunos en sus circunstancias quieran morir?

Federico -

Mar Adentro: ¿casualidad o estrategia?
No creo que sea casualidad. Amenabar hace una película en la que se justifica la eutanasia, se ridiculiza a la Iglesia por oponerse a la misma, y coincidiendo con la promoción de la misma, el director proclama su homosexualidad. Los elogios a la película son unánimes en toda la prensa afín al gobierno, mereciendo incluso honores de primera página y toda serie de editoriales y artículos en la que se la pone por las nubes. ¿Alguien duda qué película acaparará el mayor número de premios en la próxima edición de los Goya, sabiendo quienes votan los mismos? Y todo ello coincide con que el gobierno de Rodríguez Zapatero pretende aprobar la eutanasia y el matrimonio homosexual. Lógicamente en las encuestas posteriores que se hagan –ya habrá medios interesados en hacerlas– a tan efectiva campaña de intoxicación intelectual, está cantado lo que reflejarán las mismas sobre la opinión de los españoles con relación a estos temas; lo cual justificará como una necesidad social la aprobación de esas leyes paradigmáticas del progresismo del ejecutivo. Lo que no tengo del todo claro es si es el Gobierno el que se está aprovechando de la promoción de la película, o es la película la que se está beneficiando de una publicidad gratuita en los medios que apoyan las estrategias del gobierno. ¿Y de la película en sí qué decir? Que particularmente, y a riesgo de que me traten de carca o retrógrado, yo prefiero el cine americano al español y las películas de Frank Capra a las de Amenabar.

Josue -

Si quiero escribir un libro es mi problema o el de la editorial que me hace caso; si quiero pintar un cuadro yo me compro las pinturas el lienzo y el caballete y si no lo vendo lo cuelgo en mi casa; si se me ocurre poner un negocio, por muy cultural que sea, el riesgo es mío y sólo mío; pero si hago una película, no solo me subvencionan sino que además tengo derecho a protestar por casi todo, a decir que soy un intelectual y a sentirme víctima de la sociedad que me subvenciona.

No es fácil de entender, pero debe ser de cajón cuando a todos los subvencionadores, léase administraciones públicas, les parece tan natural y todos se apresuran a colocar en sus presupuestos las subvenciones para el cine.

A lo mejor si pido la subvención en lenguaje cinematográfico, cuela.

Josue -

A mí que me subvencionen

Yo quiero una subvención, pero nadie me hace caso y sigo sin conseguirla. Se me ocurren montones de cosas que me podrían subvencionar y que son cultura en el más amplio sentido de la palabra. Desde mis aficiones gastronómicas -eso es cultura- hasta mi gusto por el turismo y los viajes -son cultura-, pasando por mi colección de plumas estilográficas -claramente cultural- o el negocio que para mí supondría poder poner una autoescuela -cultura y educación vial- creo que hay muchas facetas de mi actividad que son perfectamente subvencionables.

Además todas esas acciones podrían y deberían ser compartidas con el común. No me importa nada que la gente contemple mi colección de estilográficas desde el patio de butacas de una sala de espectáculos, ni que me vean mientras como en un restaurante de cocina de diseño o me sigan en mis viajes. Faltaría más.

A lo que no me dedico es a producir y dirigir cine, cine español, y creo que ahí está mi fallo. Si se me ocurriera hacer cine seguro que me subvencionarían y además las televisiones -que nunca han hecho el más mínimo caso a mi colección de estilográficas- tendrían la obligación de atenderme, hacer un reportaje y emitir mis películas.

Me resigno a no ser subvencionado, pero no lo entiendo y me cuesta asimilar este desprecio.

Feder -

«Todo nacionalismo va en contra de la libertad y es una forma de incultura», concluyó el autor, «y no creo que la lengua deba nunca convertirse en arma política», añadió en relación a los nacionalismos lingüísticos españoles. Así pues, Vargas Llosa considera que «cuanto menos meta la mano un Gobierno en el terreno de la cultura mejor. Las culturas se defienden solas. Lo que las mata es la falta de libertad y el nacionalismo, y lo que las mantiene vivas es la tensión con otras culturas». Otra cosa es la promoción de la educación, «que es una responsabilidad compartida por el estado con las familias y los medios de comunicación».
Por último, a quienes abjuran del mercado les acusó de matar al mensajero: «La libertad no mata ni empobrece la cultura, simplemente muestra su estado real. Pregunten a esos escritores que despotrican del mercado si estarían dispuestos a renunciar a sus derechos de autor».

Feder -

La excepción cultural se apoya en dos argumentos fundamentales que, si se analizan, revelan para Vargas Llosa «un sentimiento antidemocrático o un razonamiento falaz». En primer lugar, se sostiene que los productos culturales son de una naturaleza distinta al resto de los productos que se intercambian en el mercado y, por tanto, se asegura que «si fueran librados a él, los productos bastardos, inauténticos y chuscos desplazarían a los genuinamente artísticos». Es decir, que «si se respeta la libertad del hombre común y corriente, la cultura está perdida».
Un razonamiento que para el escritor pone de manifiesto «un punto de vista profundamente antidemocrático» y no pretende otra cosa que imponer «un despotismo ilustrado con retórica del siglo XXI». El segundo de los argumentos es aquel que dice que a través de los productos culturales se expresa la identidad de un pueblo y que, por tanto, si no se defiende la cultura nacional se corre el riesgo de que esa nación pierda su alma. Un argumento que encierra para el autor de «La ciudad y los perros» una «peligrosísima palabra: la identidad cultural» y que, no obstante, prende con gran facilidad, «especialmente entre la gente inculta», pues toca «lo que Popper llamó el espíritu de la tribu». Y añadió: «Pero no existen identidades colectivas. Justamente porque la civilización ha ido desgajando al indiviudo de la tribu y le ha permitido definir, eligiéndola libremente, su identidad».

Feder -

Vargas Llosa dice que la excepción cultural es antidemocrática.

El escritor participa en el campus de la FAES y afirma que «no creo que la lengua deba ser un arma política»

Navacerrada- «¿Qué pasaría si los gobernantes latinoamericanos se volvieran tan cultos como el de Francia y decidieran que tienen la obligación de tomar la cultura bajo su responsabilidad? Pues que la libertad y el universalismo que han caracterizado a la cultura hispanoamericana desaparecerían». Lo afirma Mario Vargas Llosa, quien ayer participó en la segunda jornada del curso «La cultura en español y la excepción cultural europea» que, organizado por la Federación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), se clausura hoy en Navacerrada. Y es que, a juicio del escritor y académico, a quien José María Aznar presentó como un intelectual «comprometido con la libertad», si «desde un punto de vista cultural Iberoamérica no es una región subdesarrollada, es porque, por negligencia o ignorancia, los gobernantes nunca han intervenido en el ámbito de la cultura». Una reflexión que le sirvió para argumentar su oposición a la excepción cultural, pues supone «la sustitución de la libertad y el universalismo por el dirigismo y el nacionalismo».

Jaime -

Una pregunta para ZP y CC: ¿qué hay de los beneficios del cine español? ¿Adónde irán los millones de euros que recauden tanto los productores como los creadores de obras sutilísimas que ya son paradigmas de la civilización europea, como “Torrente”? El cinco por ciento de Polanko, propietario del monopolio de la televisión de pago, puede ir al productor de “Mortadelo y Filemón”, que creo es el mismo. ¿Pero y el resto? ¿No deberían destinarse los beneficios de los ricos del cine a los pobres del cine? ¿Qué menos que destinar el 5% de los beneficios del cine español a paliar el déficit de las televisiones públicas y a los espacios culturales de La 2? Y otra pregunta a Rajoy ¿va a criticar el PP esto en el Parlamento o Maricomplejines Corteses se callará para que no le llamen inculta y facha? No sabemos que respuesta nos interesa más. Esperamos las dos.

Gaby -

Pues bien, ahora ya sabemos a cuánto asciende el afecto de la ministra Calvo: al 5 por ciento de los ingresos de las televisiones, esto es, a una barbaridad de miles de millones. Sólo Tele5 y Antena 3 tuvieron, en 2003, unos ingresos superiores a los 1.154 millones de euros, es decir, casi doscientos mil millones de pesetas. El 5 por ciento de esta cantidad supone unos diez mil millones de pesetas al año.
A estas astronómicas cantidades hay que sumar los ingresos de TVE, los de todas las televisiones autonómicas, los de Canal Plus y demás de Polanco... Total, una pasta gansa a repartir entre muy pocos. Con razón protestaban los de «Hay motivo». La verdad es que no recuerdo un motivo más convincente para protestar.
Lo que procede ahora es que los escritores, pintores, músicos, modistos y demás gentes de la Cultura exijan el 5 por ciento de los ingresos de todos los conciertos, las librerías, las exposiciones, las tiendas de moda y los grandes almacenes. Porque ya puestos, tan importantes son para la identidad cultural española un bodrio fílmico de esos que habitualmente aguantan tres días en cartel como los sonetos de Joaquín Sabina, las novelas de Rosa Regás, o las reflexiones filosóficas de Boris Izaguirre. Al menos éste último no engaña a nadie.

Gaby -

Quién paga los afectos al cine

Hay que reconocer que, a diferencia de los conservadores, los socialistas son más agradecidos con sus compañeros y devuelven los favores con mayor presteza y generosidad. La derecha, cuando llega al poder, hace como el Imperio Británico: toma posesión de la cúpula y deja los cargos intermedios a los nativos, que son casi todos de UGT o de CC OO. Por el contrario, el PSOE actúa como los colonizadores españoles: no sólo ocupa hasta el último rincón de la finca, sino que además se beneficia a la nativa. O sea, que los socialistas fumigan a todo aquel que no es del partido y entre los suyos reparten amor a manos llenas.
Es el caso de Carmen Calvo, que ha pasado de consejera nativa a ministra del IVA. Cuando descubrió, recién llegada, que el dinero público no era de nadie, prometió grandes afectos a la gente del cine, que los pobres sufrieron mucho bajo Aznar y a consecuencia de lo cual en ocho años no han podido hacer una película medianamente pasable.