El 11-M. Golpe de Estado [III]. Imperialismo franco-alemán y fragmentación definitiva de España
12-10-2004
"... Era imprescindible que el grupo mediático accionara los resortes de poder de convicción de la necesidad separatista, de desprestigio del PP. Completarían el cuadro: el apoyo del PSOE, transfiriendo competencias poco a poco (desmembrando por partes); los pactos entre nacionalistas (catalanes y vascos), y los pactos entre nacionalistas y el grupo radical (ETA), con la protección de Francia..."
Francia y Alemania, ávidos de desarrollar su poder imperialista, dominando la economía y la política españolas mediante la fragmentación de España, se presentan como grandes benefactores, luchando por las libertades y aportando a España los fondos de cohesión, de los que las principales beneficiarias son sus multinacionales en España.
Desde 1986, los intereses económicos de Francia y Alemania en España se vieron muy acrecentados en detrimento de los intereses de EE UU. Pero con la llegada al poder del PP, esos intereses crecientes franco-alemanes corrían serios riesgos. Y esos riesgos podrían dar al traste con el proyecto imperialista y de dominio del Eje Franco-Alemán.
Felipe González había aceptado una entrada en Europa, condicionada por Francia y Alemania, que permitiría que estos dos países se hicieran con las principales multinacionales de nuestro país, de manera que Francia y Alemania tomarían el control en España de los sectores claves de la economía, aunque para ello fuera necesario -como se hizo- reconvertir la industria estratégica española: la pesca, los astilleros, la minería y la siderurgia... y la reducción mediante cuotas de mercado de la producción ganadera y agrícola.
Así, Francia tiene más de 1.000 empresas en España, dominando la distribución a grandes superficies comerciales, los materiales eléctricos y la maquinaria, los cosméticos, la industria química y la farmacéutica, los automóviles y ¡LA CONSTRUCCIÓN DE MATERIAL FERROVIARIO! (con fuertes luchas frente a la empresa Talgo, de cuyos múltiples "accidentes" existen serias sospechas en la mente de muchos ciudadanos).
Hasta el 2007, RENFE pretende invertir unos 1.500 millones de euros en la red ferroviaria de alta velocidad. Como ya hemos dicho, Alstom-Caf (francesa) ya ha vendido a Renfe lanzaderas y trenes de alta velocidad por valor de unos 1.000 millones de euros, de los 1.500 disponibles por la red ferroviaria española hasta 2.007; esto por poner un ejemplo.
Felipe González había facilitado a Francia y a Alemania que pudieran monopolizar nuestra economía de manera que tomaron medidas políticas y legislativas que llevaron al dominio franco-alemán de la industria y del mercado español. Los franceses y los alemanes completarían el dominio y el control de España mediante la colocación de sus "amigos" en puestos claves del Estado y de la economía española.
Para ello se verían apoyados por un grupo mediático, PRISA, que defendería sus intereses a fuerza de repetir en sus medios una visión favorable a las actuaciones de Francia, de Alemania y de la España de González. PRISA era el grupo mediático que realizaría esta labor, ya que fue con la ayuda de Felipe González, en 1994, cuando se constituyó como Grupo Prisa, y enseguida consiguió una expansión mediática antes inimaginable.
Creado el Grupo mediático PRISA y con González a la cabeza del Gobierno de España, las ansias del dominio imperialista franco-alemán necesitaban resonar en las mentes de los ciudadanos; para ello los medios de comunicación afines al proyecto (los del grupo PRISA) se encargarían de difundir los "aciertos" de González y de los Gobiernos francés y alemán, pero sin olvidar (para los intereses imperialistas) la necesaria defensa del nacionalismo separatista en los momentos que se viera más "desprestigiado".
Así pues, Prisa estaba más al servicio del eje franco-alemán que al de González, puesto que ambos estaban al servicio del imperialismo y Prisa se limitaría a crear estrategias para manipular la opinión pública solo si eran favorable a Francia y a Alemania, frente a EE UU.
En plena euforia de dominio de PRISA-PSOE, sus planes se vieron truncados por "la venganza" de uno de los suyos: el juez Garzón. Este juez se alió con el enemigo mediático de Prisa, El Mundo, un enemigo con poco poder, pero con muchas ansias de poseerlo. Se dedicaron ambos, Garzón y El Mundo, al desprestigio (pactado) del caso GAL, de manera que se consiguió lo que se pretendía: no manchar en exceso al PSOE (cuyos amigos franco-alemanes y PRISA eran muy poderosos), pero quitarle el poder. Ésa fue la auténtica "venganza" del juez Garzón, la eliminación del progreso acelerado de la hegemonía franco-alemana-gonzalista.
Con el Gobierno del PP, Aznar frenó el proyecto imperialista franco-alemán, el de sus necesarios socios separatistas (nacionalistas catalanes y vascos), el de los también necesarios grupos de apoyo radicales (ETA) y la evolución "interna" del grupo Prisa.
Las preferencias estadounidenses de Aznar hacían peligrar el proyecto imperialista franco-alemán en España. Había que deshacerse de él y de su partido en el poder. La participación en la guerra de Irak fue el detonante clave para conseguir eliminar al PP. Y se inició el ataque mediático, de "lavado de cerebro", de actuaciones de grupos radicales, de desprestigio del PP y de protagonismo "redentorista" del PSOE en connivencia con los nacionalismos y con el eje franco-alemán. Si para ello había que matar y desprestigiar al ejército español (al "mando" del PP) y a los cuerpos de seguridad, no habría inconveniente en llevarlo hasta el último extremo:
Son más que sospechosos, por la "selección cuidada", el atentado al jefe de las Fuerzas de Seguridad de Diwaniya Abdul Husein Al Sadi -que había sido entrenado por el ejército español- y el asesinato de 7 agentes españoles del CNI.
Estas acciones menoscabarían la confianza en el Gobierno español y en su ejército y cuerpos de seguridad, que tenían asignada -por EE UU- la función de formar la nueva estructura del ejército y la policía de Irak.
Se aproximaban las elecciones y había que llevar a la práctica la consecución de las condiciones que permitieran a Francia y a Alemania conseguir sus objetivos: que el PSOE "amigo" volviera al poder y de esta manera Francia y Alemania podrían continuar su labor hegemónica en España.
Para ello volverían a "hacer cada vez MÁS necesario" el separatismo que facilitaría la VENTA del poder y de la economía española a Alemania y a Francia. Era imprescindible que el grupo mediático accionara los resortes de poder de convicción de la necesidad separatista, de desprestigio del PP. Completarían el cuadro: el apoyo del PSOE, transfiriendo competencias poco a poco (desmembrando por partes); los pactos entre nacionalistas (catalanes y vascos), y los pactos entre nacionalistas y el grupo radical (ETA), con la protección de Francia... Si se conseguía este panorama, España se desmembraría y el eje franco-alemán podría ir comprando una España definitivamente desmembrada, dividida en pedazos.
¡EN ELLO ESTAMOS!