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ametralladora

La trampa alemana en Osetia.

La trampa alemana en Osetia.

He explicado muchas veces, no pocas y, desde luego por extenso en mi libro La izquierda reaccionaria, que existe un pacto de Estado histórico entre Alemania y Rusia, roto por Hitler por delirio étnico en una guerra lanzada contra los eslavos, pero recuperado perfectamente después de la carnicería de la Segunda Guerra Mundial. Hasta el punto de que en 1989 el grueso de la deuda externa de la no tan extinta URSS (¿o acaso Putin se formó en los Estados Unidos?) era con Alemania. Prácticamente la única deuda externa, porque casi todo el resto lo tenía con sus países satélites y ahora la estamos pagando nosotros, o lo pagaremos próximamente con los fondos europeos de compensación para las naciones de detrás del telón de acero que ahora son miembros de la UE.


La relación germano-soviética sirvió, entre otras muchas cosas, en los años de entreguerras para formar oficiales alemanes al margen de los acuerdos alcanzados en 1918 y 1919 en la Academia Frünze de Moscú. Y sirve hoy para que nada menos que todo un ex primer ministro alemán, el señor Schröeder, que tanto trabajo dio a los lectores de telediarios con ese apellido, sea hoy el presidente de la primera empresa de energía de Rusia.


Entendido esto, no es posible decir que la jugada osetia sea únicamente una jugada de Putin, que puso entre la espada y la pared a Saakashvili, quien, todo hay que decirlo, no es precisamente un gran estadista: aunque hubiese sido Winston Churchill, no habría podido eludir la trampa. Por un lado, los rusos alentaron el levantamiento separatista de Osetia. Por otro, a Saakashvili sólo le quedaban dos salidas ante los hechos: reprimir o no reprimir. Si no reprimía, Osetia se "independizaba", es decir, caía en manos de los rusos. Si reprimía, los rusos intervenían en nombre de los "derechos" osetios a la "autodeterminación" y conseguían el mismo objetivo.


Y con ello se obtenía el control del nudo del transporte de energía hacia el oeste. Como bien explicó José María Marco, Rusia consigue "el monopolio del suministro de energía a Europa desde el continente".


Todo ello porque Georgia fue rechazada como candidata a la integración en la OTAN en la conferencia de Bucarest el pasado mes de abril. ¿Por quién? Por Alemania y Francia. Por ese ahora intermitente –antes firme y constante– eje francoalemán del que yo empecé a hablar hace veinte años, logrando que un redactor jefe me preguntara "¿qué es esto del eje francoalemán?", mucho antes de que la noción llegara a los titulares de los periódicos.


A Sarkozy no le quedaba otro remedio político que secundar a Merkel en este caso, aunque estoy convencido de que vio perfectamente lo que iba a ocurrir. En el debate en el seno de la OTAN, Merkel, es decir, Schröeder, es decir, Gazprom, se llevó el gato al agua: Georgia quedó fuera de la Alianza, lo que puede traducirse, y así lo entendía hasta Saakashvili, en que quedó en manos de la buena voluntad de Rusia. Putin sabe lo que hace. Por eso es zar. Por eso la prensa lo trata como "el" gobernante y pocos recuerdan la existencia de Medvedev fuera del ámbito protocolario en el que funge de jefe.


La inevitable jugada osetia era, pues, evitable con el concurso de Alemania. Pero en este asunto, Alemania no está del lado de Occidente en el sentido extenso del término. Lo demás lo hace el espíritu de Munich, la política de apaciguamiento de la que tan amigos son los dirigentes de la UE (a los que ni usted ni yo elegimos, sino que fueron cooptados en una misteriosa instancia superior por los delegados de aquello en que delegamos con una participación electoral lamentable). En un sentido más limitado del término Occidente, Putin está más cerca de nosotros que los alemanes: él ha comprendido el problema islámico, entre otras razones porque lo tiene dentro de sus fronteras, y procede en consecuencia: de ahí la cuestión chechena y otras de parecido carácter, y eso teniendo en cuenta que la musulmana es la segunda religión en Rusia. Alemania, en cambio, con Merkel o sin ella, tiene detrás, desde los años treinta, es decir, desde el nazismo, un sólido vínculo con varios países islámicos que llegaron a aportar tropas de élite a las SS (Mein Kampf es el segundo libro más leído en el mundo islámico, después del Corán).


Creo que en derecho se llama "colaboración necesaria" al papel desempeñado por el eje francoalemán en la OTAN respecto de Georgia: sin su concurso, el crimen no habría sido posible. Y es importante señalarlo, porque la historia está llena de "colaboradores necesarios", a veces por omisión, como en el caso de Chamberlain, pero en buena parte de las ocasiones por acción, como en ésta.

 

 

14 comentarios

Juan G. -

Rusia da mucho miedo pero no es tan poderosa

Asombra la debilidad de la UE e incluso de EEUU con Rusia; repasar sus cifras macro dan un enfoque de su fuerza


La UE tiene 491 millones de habitantes; Rusia tiene 140.

El PIB de la UE es de 16,83 billones de dólares; el de Rusia es 1,3.

Rusia gasta 40.000 millones de dólares en gasto militar. Parece mucho, pero la UE gasta 293.000 millones.

¿Por qué entonces Europa parece tener tanto miedo de enfadar a Rusia en el caso georgiano?

Unos por miedo, otros convencidos

Cuando repasamos la prensa europea a raíz de la invasión rusa de Georgia, se notan dos corrientes de pensamiento.

Una cree, sinceramente, que Rusia tiene derecho a un área de influencia, a intervenir en sus "patios traseros".

Por supuesto, en Europa Oriental, no están de acuerdo. Fueron "patio trasero" de Rusia durante más de 40 años, quizá siglos, y temen volver a serlo. Polacos, bálticos, moldavos, rumanos, búlgaros... se preguntan si la UE movería un sólo dedo para defenderles en caso de agresión rusa.

Desde la independencia en 1991, la minoría rusa en Letonia, por ejemplo, ha sido mal tratada por el país báltico. Es un país con 2,3 millones de habitantes, medio millón son rusos... pero sólo 65.000 son reconocidos como ciudadanos. Los abusos en temas de derechos lingüísticos y revanchas "simbólicas" son significativos. Rusia podría entrar con tanques en Letonia como ha entrado en Georgia, diciendo que va a defender a su vejada minoría. O en Ucrania. ¿Y qué haría la UE?

Muchos ex-comunistas occidentales, mucha intelligentsia reciclada en la prensa de Europa occidental, llevada por la inercia de décadas de juventud comunista, está hoy dispuesta a justificar cualquier cosa que haga Rusia, repitiendo el mismo latiguillo que usaron en los años 70 y que aún hoy usan los rusos: "los americanos también invaden países, ¿por qué nosotros no?" Por supuesto, el nivel ético de esta afirmación es nulo, y sus consecuencias para millones de personas son catastróficas.

"No nos atrevemos a toser a Rusia"

Hay otra corriente en Occidente: la que dice "no nos gusta nada lo que hace Rusia, pero no nos atrevemos a toserle porque nos da miedo, es muy grande y fuerte, son millones de rusos".

Pero ¿miedo a qué? ¿A un bloqueo económico, a venganzas diplomáticas? Por eso dábamos las cifras al empezar este artículo: la UE tiene más del triple de habitantes que Rusia. Y la economía rusa es diminuta comparada con la UE: el PIB ruso es una treceava parte del europeo. Incluso militarmente: la UE gasta siete veces lo que Rusia en gasto militar.

Más aún, en 2007 Rusia importó de la UE productos por valor de 1,4 billones de euros; en cambio, exportó a Europa sólo 1,2 billones.

Rusia no es la superpotencia invencible e intocable que muchos creen. Las cifras lo demuestran. Incluso los EEUU por si solos ya doblan en población a Rusia (303 millones frente a 140), y tienen 13 veces su PIB. El gasto militar (con EEUU en guerra) está disparado: 600.000 millones de dólares frente a 40.000.

Rusia ha estado perdiendo población durante una década: sólo en 2007 frenó su sangría, y no está claro que vaya a estabilizarse. Rusia es una potencia regional con hábitos heredados -y liturgia- de viejo imperio.

En Rusia, que tiene casi nada de democracia, los líderes demuestran su señorío con una guerra de fronteras. Putin lo hizo con Chechenia y Medvedev con Georgia. Recuerda a esas crónicas hispanogodas en que los reyes visigodos celebraban su efímera subida al trono organizando una expedición contra los vascones.

Para intentar civilizar un poco Rusia, enseñarle a respetar el orden internacional, enseñarle que no está bien invadir países y solucionar los problemas con minorías a golpe de bombardeo, es necesario mostrar firmeza institucional y capacidad de hacer "músculo". De lo contrario, Rusia sacará la idea -que compartirán muchos países islámicos, asiáticos y africanos- de que Europa es fofa, blanda, decadente y que, en el mundo real, todo le es permitido a quien usa la fuerza.

Domingo H. -

Entre muestras de una satisfacción rayana en la euforia, las autoridades polacas rubricaron ayer en Varsovia junto a la secretaria de Estado nortemericana, Condoleezza Rice, el acuerdo que permitirá instalar en suelo polaco un escudo antimisiles estadounidense. «Hemos logrado nuestro principal objetivo: aumentar la seguridad de Polonia y EE UU frente a las amenazas de terceros países», enunció el primer ministro polaco, Donald Tusk. Por su parte, Rice resaltaba el carácter meramente defensivo del sistema -«no estará dirigido contra nadie en particular»-, en un intento por aplacar los encendidos ánimos rusos. El Kremlin barrunta en el proyecto la provocadora confirmación de su pérdida de influencia en territorios que hasta hace dos décadas orbitaban a su alrededor.
«Nadie dicta a Polonia qué debe hacer. Esos tiempos terminaron», había proclamado el presidente polaco, Lech Kaczynski, en un mensaje televisado el martes por la noche. A pesar de los esfuerzos de Rice por señalar a los «Estados delincuentes» (Irán o Corea del Norte) como potencial fuente de peligro, a orillas del Vístula no ven necesario ir tan lejos para hallar un vecino intimidatorio.
La furibunda campaña rusa en Georgia ha actualizado la histórica enemistad entre Polonia y Rusia, secularmente desfavorable para la primera y enquistada tras cuatro décadas de dictadura comunista. Mientras las columnas de tanques rusos traqueteaban sobre las carreteras georgianas estos últimos días, las negociaciones entre Varsovia y Washington, empantanadas durante 18 meses, se desmadejaban en unas horas y, colateralmente, se obraba un giro copernicano en la opinión pública polaca.
Si antes de la operación en Osetia del Sur sólo 28 de cada 100 polacos apoyaban la instalación de las defensas norteamericanas, en los últimos sondeos esa cifra aumenta hasta el 58%. Parte de este «milagro demoscópico» recae en el general Anatoly Nogovitsyn, subcomandante de las Fuerzas Armadas rusas, y sus amenazas nucleares a Polonia de la semana pasada. «Al emplazar el escudo antibalístico, Polonia se expone a un ataque [atómico ruso] al cien por cien», desafió.
El acuerdo suscrito ayer prevé para 2015 el despliegue de diez baterías de interceptación norteamericanos en la costa polaca, a menos de 180 kilómetros de la frontera rusa. A cambio, Varsovia logra que Washington traslade a Polonia una batería de misiles Patriot desde su base en Rammstein, en Alemania, y se garantiza precios rebajados para adquirir sus propias baterías.
Tras 19 años de democracia, la moderada Polonia reafirma así sus convicciones transatlánticas. Demasiado grande para desempeñar el papel de comparsa y demasiado pequeña para ejercer de potencia media, Polonia abomina de Moscú y recela de Bruselas. Ayer abrazó a Washington como compañero de futuro en la escena internacional.

josel -

En medio de la crisis diplomática con Rusia y de la polémica por la lenta retirada de tropas rusas de Georgia, el Parlamento de la región separatista de Abjasia aprueba una declaración en la que pide a Rusia que reconozca su independencia de Georgia, con la que rompió lazos tras una cruenta guerra civil (1992-1993). En la declaración se insta al Gobierno ruso a que reconozca a Abjasia «como un Estado independiente y soberano y establezca relaciones diplomáticas» con él. El líder separatista abjaso, Serguei Bagapsh, había remitido la declaración al Parlamento para su aprobación. El presidente ruso, Dimitri Medvedev, aseguró recientemente que Moscú «apoyará cualquier decisión que tomen los pueblos de Osetia del Sur y Abjasia». «Lo vamos a apoyar y lo vamos a garantizar».

xirote -

Varios corresponsales en el Caucaso han confirmado que decenas de vehículos rusos han cruzado la frontera que separa Rusia con la región separatista georgiana de Osetia del Sur. "Veo una docena de camiones que se han comenzado a desplazarse en territorio ruso", indicó un reportero de la agencia internacional de noticias Reuters.

Por su parte, medios de comunicación de Georgia han indicado que blindados rusos han regresado a la ciudad de Gori y al puerto de Poti, en el centro y el oeste del país. El jefe de la Policía, David Tabuzaze declaró que la madrugada de este jueves un número indeterminado de acorazados rusos entró nuevamente en la ciudad, situada a veinticinco kilómetros al sur de la frontera administrativa con Osetia del Sur.

El jefe policial dijo que "no sabemos cuántos (blindados), porque no nos permiten entrar en Gori". La noche de este miércoles más de medio centenar de blindados rusos abandonaron la citada ciudad en dirección a la separatista Osetia del Sur.

Por su parte, el secretario del Consejo de Seguridad Nacional de Georgia, Alexandr Lomaya, declaró a la televisión pública que había sido testigo en primera persona del repliegue de un convoy de blindados rusos. Gori, una estratégica localidad que se encuentra a unos setenta kilómetros al noroeste de Tiflis, y está bajo el control de las tropas rusas desde hace más de una semana.

En tanto, la emisora de radio Imedi ha informado que varios transportes blindado rusos entraron en la base naval situada en el puerto de Poti. Además las tropas rusas mantienes bajo su control las ciudades de Zugdidi y Senaki, en el noroeste de Georgia, así como varias localidades menores.

El Mando militar ruso ha anunciado que a partir de este viernes aceleraría el repliegue de sus tropas del territorio georgiano administrado por Tiflis. Sin embargo, el "número dos" del Estado Mayor ruso, general Anatoli Nogovitsin, informó que las tropas están procediendo a instalar en Osetia del Sur puestos adicionales de sus fuerzas de paz. Esas instalaciones, explicó, responden a los "acuerdos de Moscú y constituyen una medida adicional para preservar la seguridad en la zona del conflicto georgiano-osetio".

lector -

"Occidente tiene muchos medios para hacer sentir a Rusia que para las democracias vuelve a ser un régimen paria". Hermann Tertsch lamenta que la OTAN haya dejado de ser una alianza de principios para convertirse en un grupo de millonarios cómplices del matón del Kremlin.

En realidad, la invasión de Georgia ha dinamitado definitivamente la relación de confianza y cooperación entre Moscú y la OTAN que comenzaron a fraguar Ronald Reagan y Mijail Gorbachov en Reykiavik. Concluyó felizmente la guerra fría y la luna de miel llegó a los extremos en que George Bush hijo descubrió en Putin un alma pura y sincera de la que uno puede fiarse.

Tersch sostiene desde su columna en ABC que esta bajada de pantalones de Occidente ya la vimos antes con la carnicería en Chechenia y el aplastamiento de las libertad de prensa en Rusia frente a lo cual Europa se dedicó a mirar hacia otro lado:

Todo se perdonó e ignoró en aras de esta nueva amistad que creció sin cesar según se convertían Rusia y sus ex soviéticos vecinos asiáticos en la oferta energética alternativa a Oriente Medio. A pocos les importó la carnicería en Chechenia y a casi nadie el aplastamiento de los grupos opositores rusos, la destrucción de la prensa independiente, los asesinatos selectivos dentro y fuera de Rusia y la consolidación del poder incontestado del chequista y su entorno.

"Desde su exclusión o no admisión en organismos internacionales a la implantación de un régimen severo de visados y revisión de propiedades y depósitos que afecta ante todo a esos millonarios cómplices del Kremlin, hay medidas que afectarían al prestigio del matón del Kremlin". Pero para eso, concluye Tersch, "la OTAN tendría que ser aún una alianza de principios e intereses".

xirote -

EEUU se quiera o no y con todas las deficiencias que pueda haber, es la garantía occidental para que no vuelva el desastre del comunismo. Tiene la obligación moral como democracia fuerte que es de intervenir en todos aquellos lugares donde peligren los derechos humanos. Al margen el tema del petroleo que es por donde atacamos y donde indudablemente habrá intereses cruzados. Es más importante el tema de las personas. Por eso como alguien comenta más arriba "observador historia" USAya solucionó el ARMA MASIVA de Saddan Hussein y debe solucionar USA, porque en Europa no hay lo que tenía que haber (quiero decir una democracia fuerte y en España menos), todas las dictaduras de latinoamérica. No se puede consentir que al hombre le vuelvan a hacer comulgar estas dictaduras con ruedas de molino y quitarles libertad. Esa situación la debe resolver el que más puede que es USA... ¡ah! y yo prefiero la amistad de EEUU y su protección a cualquier otra nacion ¡cómo aman a su patria los americanos!

encanto -

queda en evidencia la doble moral de la UE. Los euromaricones como siempre, no haran nada. Y como siempre trataran de sacar las castañas del horno con las garras del gato yanki. Pero USA ya los ha salvado demasiadas veces recibiendo a cambio solo ingratitud.

Un consejo a Busch: ya tienes demasiado con IRAk, no te metas con los Rusos. Hazlo como Clinton que no movio un dedo para evitar la masacre de Rwuanda el 94 y termino al tope de la popularidad. En cambio tu, derrocaste a un tirano demente, que segun toda la comunidad de inteligencia preparaba armas de exterminio masivo, que habia gaseado a los Kurdos, que masacraba a su propia gente, y terminaste siendo odiado por todo el mundo.

Deja que los euromaricones peleen con los Rusos, si es que tienen cojones.

sancho -

¡¡¡¡DIOS MIO!!!! ¿pero es que nadie va a proteger la soberanía del territorio de Georgia? ¿es que en este mundo la ONU esta opintada en la pared?

Gonzalez D. -

La secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, ha asegurado hoy que Rusia está "jugando un juego muy peligroso" con EE UU y sus aliados, horas antes de asistir a la reunión extraordinaria de la OTAN sobre Georgia en Bruselas, que contará con la presencia de los 26 ministros de Exteriores de la Alianza. "Esto es un juego muy peligroso y quizá los rusos quieren reconsiderarlo", ha subrayado Rice.

Según la portavoz estadounidense, los miembros de la OTAN no permitirán que el Kremlin logre su "objetivo estratégico" de minar la democracia en Georgia. Además, ha advertido de que cualquier intento por parte de Rusia de recrear la Guerra Fría en Europa y antiguas repúblicas soviéticas y Estados satélites fracasará.

"No permitiremos que Rusia dibuje una nueva línea (de separación) en los Estados que aún no están integrados en la estructura transatántica como Georgia desconoce lo que los ministros de Exteriores decidirán en la reunión extraordinaria, pero sí adelantó que hablarán "con una sola voz" para subrayar claramente que no aceptan "una nueva línea".

Objetivos de la reunión

Rice acude a la reunión, que ha sido convocada a petición de EE UU, con tres objetivos y quiere que sus homólogos analicen, en primer lugar, cómo apoyar a Georgia. "Tenemos que rechazar los objetivos estratégicos de Rusia, que estaban claramente encaminados a socavar la democracia de Georgia, a usar su capacidad militar para dañar y en algunos casos destruir las infraestructuras y a debilitar el Estado georgiano", ha opinado Rice.

La secretaria de Estado también pretende que la Alianza reafirme su apoyo a aquellos Estados que están completamente integrados en las estructuras transatlánticas, como Polonia. En este contexto, cuando viaje a Polonia, dónde firmará el acuerdo sobre el escudo antimisiles, Rice quiere subrayar que las naciones bálticas "están seguras dentro de las estructuras transatlánticas".

Rice y sus homólogos en la OTAN evaluarán asimismo la "elección estratégica" que Rusia parece haber hecho con sus acciones en Georgia y la "respuesta adecuada" que han tenido. "Rusia no puede tener las dos cosas: no puede actuar como lo hizo en la Guerra Fría y esperar que se le trate como un socio responsable al mismo tiempo", ha indicado Rice.

La jefa de la diplomacia estadounidense opina que Rusia "es un Estado que desafortunadamente usa el instrumento que siempre ha utilizado, que es la fuerza militar". "Si Rusia quiere hacer una elección estratégica diferente, eso es un mal comienzo", ha recalcado.

victor -

Hay una pequeña esperanza de que Occidente reaccione bien. Tanto Merkel como Sarkozy ya han dado las primeras pistas de que la OTAN debe recibir de una vez a estos países que están pidiendo desesperadamente protección frente al imperialismo ruso.
La próxima reunión de la Alianza nos mostrará si las democracias saben responder a la amenaz o, una vez más, sólo se moverán cuando la sangre les llegue a las rodillas.
Que Rusia, un país que sigue sin alimentar decentemente a su pueblo, siga teniendo como prioridad restaurar su imperio militar es una estupidez tan grande que no se puede dejar de vigilar ni subestimar.

Caucasiano -

El ‘conflicto congelado’ volvió a deflagrar y no se volverá al statu quo anterior, quedando Rusia reforzada internacionalmente y el presidente georgiano abandonado de sus aliados occidentales.
--El conflicto entre Georgia y Osetia del Sur estaba hasta ahora entre los llamados ‘conflictos congelados’, es decir, entre esos conflictos cuya solución está acordada en la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa) pero en los que no se dan pasos reales ni hacia la mejora ni hacia el recrudecimiento.

--Los últimos acontecimientos han descongelado el conflicto en el avispero del Cáucaso, región de la cual las distintas opiniones públicas internaciones y sus medios están mal informadas, pese a la conflictividad latente advertida por politólogos y diplomáticos. El severo control de la información por parte de las distintas facciones aboca también a una comprensión siempre cautelar de lo que allí sucede, y más en el caso de una guerra.

--En un sentido amplio, cuanto ocurra en la región adquiere importancia geoestratégica por su incidencia en las relaciones bilaterales Georgia-Rusia, por su ejemplaridad trasladable a otros problemas como las relaciones Ucrania-Rusia, por las derivadas del interés ruso en controlar lo que llaman su ‘exterior cercano’ y por la trascendencia que este despliegue ruso tiene en un escenario internacional donde Georgia está en sintonía ideológica de aliado con EEUU y la OTAN, posibilitando que el conflicto sea también legible en términos OTAN-EEUU / Rusia.

--Con todo, en torno a este último aspecto conviene subrayar que EEUU se ha venido distanciando desde hace un tiempo del presidente georgiano Saakashvili, a quien la Secretaria de Estado C. Rice había advertido que en ningún caso debía responder militarmente a las provocaciones en torno a Osetia del Sur, pues EEUU no le daría cobertura militar. La administración norteamericana está centrada en el problema de Irán y no quiere ni puede contrariar a una Rusia con la que ya tiene bastantes problemas en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

--El conflicto Georgia-Osetia del Sur es étnico y político, con una enemistad inmemorial. Georgianos y surosetos son de distintas etnias. Georgia ha sido tradicionalmente un bastión nacionalista antirruso -pese a que Stalin fuera georgiano-, en tanto que Osetia del Sur tiene a Osetia del Norte integrada en la Federación Rusa. El conflicto ha sido permanente: a la independencia de Georgia de la URSS en 1991, Osetia del Sur declaró su independencia de Georgia, a la que sin embargo sigue permaneciendo formalmente, sin haber sido reconocida su independencia por país alguno. De facto, sin embargo, es independiente. Georgianos y surosetos entraron en guerra en 1992. Rusia sigue alentando una independencia de Osetia del Sur como satélite del Kremlin.

--Los acuerdos de paz firmados al final de la guerra de 1992 imponían el trabajo conjunto en la región de militares llamados ‘pacificadores’ de origen georgiano, ruso y suroseto. Las fricciones han sido permanentes tanto entre militares como entre las poblaciones civiles, con las consiguientes y constantes turbulencias diplomáticas.

--En cuanto al papel de Rusia, esta ha concedido pasaportes al noventa por ciento de los surosetos y ha impuesto severas restricciones comerciales a un país pobre en recursos como es Georgia. Por su parte, Georgia ha sido tradicionalmente la región caucásica más nacionalista, además de una de las más pobres.

--Osetia del Sur tiene aproximadamente 70000 habitantes, de los cuales una quinta parte son georgianos de etnia. Los cálculos difieren por la ideologización intensa de las informaciones, pero se calcula que, a raíz de las acciones militares de este mes, hay cerca de 30000 desplazados surosetos a Rusia sobre un total de 100000 desplazados, cifra en la que se cuentan también los desplazados georgianos. El principal interés de la comunidad internacional ha sido asegurar la llegada de ayuda humanitaria a estos grupos.

--Georgia, cuyo objetivo a largo plazo es integrarse en la UE, solicitó en abril de este año su incorporación a la OTAN. La apertura del proceso negociador contaba con el impulso de países como EEUU y Polonia pero finalmente fue detenido por países de la Europa Continental como Alemania. Según es comentario común, la asociación más estrecha de Georgia con la OTAN, hubiese impedido la intervención rusa pero Georgia está además inhabilitada, de momento, de cara al ingreso en la Alianza por tener tropas extranjeras en su territorio y problemas secesionistas pendientes de resolución. En su día, Rusia comunicó que el eventual ingreso de Georgia en la OTAN sería una llamada al derramamiento de sangre.

--Internacionalmente, la decisión del presidente georgiano Saakashvili de emprender acciones contra Osetia del Sur alegando respuesta a bombardeos surosetas sobre Georgia, ha sido leída de modo casi unánime como uno de los mayores errores de cálculo político vistos en los últimos tiempos, al no conseguir él solo sus objetivos y no lograr la ayuda de sus aliados, al provocar víctimas y desplazados, empeorar el statu quo precedente y ser criticado por personalismo y por su voluntad de distraer la atención de la muy enconada opinión pública georgiana.

--Bajo Saakashvili, Georgia ha participado con tropas en apoyo de las iniciativas estadounidenses en Afganistán, Irak y Kosovo. El ejército georgiano ha recibido formación y apoyo del estadounidense, del israelí y de otros como el francés.

--El mayor objetivo del gobierno de Saakashvili tras la Revolución Rosa de 2003 ha sido siempre mantener a las regiones independientes de facto, Osetia del Sur y Abjasia, dentro de Georgia, excitando así a Moscú por estar dichas regiones bajo protectorado ruso. Saakashvili era en principio partidario de la vía diplomática y ha intentado acercarse al Kremlin en distintas ocasiones, ante todo mediante el aplazamiento de su abandono de la CEI. El plan de Saakashvili para Osetia del Sur ha pasado, en estos años, por la concesión de una autonomía muy amplia. Esta tradición política de Saakashvili ha hecho aún más extraño su ataque. En cualquier caso, casi la unanimidad de los surosetos quieren la independencia de Georgia.

--La intervención de Rusia en el conflicto no fue prevista por Saakashvili, en consideración a la fuerza de los aliados georgianos. Con todo, al darse la injerencia rusa, el ejército georgiano no pudo en ningún momento ofrecer resistencia a un ejército de capacidades infinitamente superiores.

--Finalmente, el acuerdo de alto el fuego gestionado por Nicolas Sarkozy, en su calidad de presidente de turno de la UE, ha sido considerado un armisticio impuesto por el Kremlin a Georgia y viene a ser el corolario práctico de las batallas habidas. Rusia sale reforzada por la aceptada imprudencia de Saakashvili, defendiendo con su superioridad militar a la mayoría de surosetos con pasaporte ruso. Rusia ha conseguido que el ejército georgiano se retire a Georgia en tanto que los rusos seguirán en sus labores de pacificación tanto en Osetia del Sur como en Georgia.

--Dadas las disfunciones del mantenimiento simultáneo de pacificadores de Rusia, Georgia y Osetia del Sur, hay una voluntad genérica de inclinar a Rusia a la aceptación de fuerzas de paz internacionales en la zona, sean estas articuladas por la ONU o por la UE, pero todavía no hay ni acuerdo en el tipo de tropas que serían necesarias en la región.

josel -

«Rusia se retira de Georgia tal y como había anunciado». «Rusia aún no ha retirado un solo tanque de territorio georgiano». Difícil encontrar un titular fiel a la realidad. Según de donde venga el medio la noticia será de una manera o de otra, a eso nos estamos acostumbrando en esta guerra tan mediática. El mensaje del presidente ruso, Dimitri Medvedev, transmitido en conversación telefónica a su homólogo francés, Nicolas Sarkozy, parecía claro: Rusia iniciaría ayer «la retirada del contingente militar». Y así de claro lo reproducía la agencia de noticias rusa Ria Novosti ayer por la mañana, según uno de sus corresponsales una columna formada por entre cinco y diez vehículos militares abandonaba la capital de Osetia del Sur, Tsjinvali, rumbo a Vladikavkaz, capital de la vecina Osetia del Norte, ya en territorio ruso.
Dicha información iba acompañada por un comunicado oficial del subjefe del Estado Mayor ruso, el general Anatoly Nogovitsyn, donde aseguraba que Rusia ya había empezado a retirar sus tropas de Georgia, de acuerdo con el plan de paz trazado por la Unión Europea, declaraciones confirmadas posteriormente en una rueda de prensa.
Aunque en Georgia no lo veían así, les faltaban «señales» del repliegue prometido. La noticia la lanzaba la televisión pública de Georgia, que no veía ningún tipo de movimiento por parte de efectivos rusos y aseguraba que tropas rusas seguían manteniendo sus posiciones en las ciudades de Gori, Senaki y Zugdidi, noticia confirmada por el secretario del Consejo de Seguridad de Georgia, Alexandre Lomaia, que ratificaba dichas informaciones. Por su parte, el portavoz del Ministerio del Interior georgiano, Shota Utiashvili, afirmó no poder «confirmarlo porque no lo vemos y tampoco nos han informado de ello».
En su enésimo mensaje televisado, el presidente de Georgia, Mijail Saakashvili, apareció ayer más sereno y dispuesto a iniciar conversaciones con Moscú, siempre y cuando la retirada de «tropas de ocupación rusas» sea total.

Domingo H. -

El canal de televisión Rustavi-2 informó que este martes los Ejércitos de Rusia y Georgia han llevado a cabo el primer intercambio de prisioneros de guerra desde que estallara la guerra no declarada en Osetia del Sur, el pasado 8 de agosto.

Según fuentes oficiales, la parte georgiana entregó a Rusia cinco militares, entre ellos dos pilotos, cuyos aviones fueron derribados cuando sobrevolaban territorio georgiano. Por su parte, los rusos entregaron a Georgia quince militares de diverso rango. La operación fue supervisada por representantes de la Cruz Roja y por el secretario del Consejo de Seguridad Nacional de Tiflis, Alexandr Lomaya.

En tanto, diversas fuentes han confirmado que las tropas rusas mantienen las llamadas "operaciones de castigo" contra las infraestructuras civiles y militares georgianas. La emisora de radio Imedi informó que decenas de soldados rusos prendieron fuego a las instalaciones de un campamento juvenil en la localidad de Ganmujuri, cerca de la región separatista de Abjasia. Esas instalaciones habían sido inauguradas por el presidente georgiano Mijail Saakashvili, el pasado 17 de julio.

Además, según datos del Ministerio del Interior georgiano, las tropas rusas siguen ocupando las ciudades georgianas de Gori, cerca de Osetia del Sur, Senaki y Zugdidi, no lejos de la frontera con Abjasia. Esa situación se mantiene a pesar de que en Moscú el subjefe del Estado Mayor General de las fuerzas armadas de Rusia, Anatoli Nogovitsin, anunció el lunes el comienzo del "repliegue de las tropas de paz y las fuerzas de apoyo en la región". No obstante, matizó: "Puedo asegurar cuando llegará el nuevo año, pero no puedo dar una fecha exacta para el repliegue de nuestras tropas de la zona de conflicto. Sólo puedo decir que no saldremos tan rápido como vinimos".

La secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, que asiste este martes en Bruselas a la reunión extraordinaria de la OTAN sobre Georgia, llamó antes de su partida a Rusia a cumplir con su palabra y retirar las tropas del territorio de este país caucásico. Además, acusó a las autoridades rusas de intentar "socavar la democracia de Georgia, a usar su capacidad militar para dañar y en algunos casos destruir las infraestructuras y a debilitar el Estado georgiano".

Horacio V. R. -

De pronto, el ex canciller Schroeder decide abandonar la vida política y consigue un empleo, desde luego de alto nivel, en Gazprom. Tal vez algunos, al enterarse, evoquen la carrera descendente de Gorbachov, de presidente a promotor televisivo de Pizza Hut, en el capítulo más lamentable de la caída de la URSS, pero son situaciones que no se parecen en nada.

De modo igualmente imprevisto, Rusia decide cortar el gas a Ucrania y, como consecuencia, a unos cuantos países europeos, de los cuales el menos afectado es Alemania, donde desembocan dos macrotuberías de transporte del precioso combustible: el que pasa por Ucrania pero también el que pasa por Bielorrusia. Por destino geográfico, Polonia también recibe gas vía Bielorrusia, pero eso es obra de lo que Lezama Lima llamaba "azar concurrente": es la única ventaja que el estar exactamente entre Rusia y Alemania ha proporcionado a los polacos en mil años.

De estos dos acontecimientos, el empleo de Schroeder y el corte de gas por el zar Putin, la prensa española no ha sacado conclusiones que valga la pena reseñar. Lo que sí conviene subrayar es la aparente ingenuidad de todo lo que esa misma prensa ha dicho al respecto, y la enormidad de lo que ha omitido. Debe de ser, imagino, porque a nosotros nos trae sin cuidado el problema: los gasoductos rusos no llegan hasta la siempre feliz Iberia, generosamente provista de gas por nuestros hermanos de la costa sur del Mediterráneo: Argelia nos lo proporciona vía Marruecos, en pura y dura manifestación de alianza de civilizaciones.

Imagino también que Zapatero se habrá alegrado de que la fracasada Merkel se enfrente a una reducción en la cantidad de gas que recibe del Este, al menos tanto como le habrá alegrado que su admirado Schroeder no se quedara en la calle, cosa que le va a ocurrir a él cuando deje de ser presidente si Gas Natural no lo remedia dándole otro papel en la comedia económica: es el problema de quienes no tienen más formación profesional que la de la política.

Dicho esto, conviene hablar en serio de la cuestión y recordar al menos una parte de lo que la prensa ha omitido. En primer lugar, algo que les resulta difícil entender a un presidente y a un partido de gobierno que tiene por norma prescindir de la oposición, y es que Angela Merkel y Gerhard Schroeder son alemanes en la misma medida, con la misma fuerza e igual inteligencia de lo que ello significa: ambos están decididos a defender y a promover los intereses de Alemania en forma idéntica, y ambos trabajan en ello.

Ambos están encantados de que el Papa sea alemán, saben que los luteranos de Hamburgo no harán boicot a la cerveza de Baviera por la cuestión vaticana y piensan dedicar el resto de su vida a consolidar el papel de Alemania en la UE y en el eje francoalemán: el de locomotora, de su vecino preferido y de todos los demás.

Entendido esto, habrá que aceptar la idea de que Schroeder no ha optado por un puesto en Gazprom para jubilarse en condiciones más ventajosas (sus condiciones actuales son óptimas), sino para defender allí los intereses de Alemania. Precisamente, en una empresa rusa.

Fue bueno para Occidente que la URSS se rindiera incondicionalmente. Fue un éxito para los Estados Unidos. Cabría decir que lo fue también para Europa en general, en términos políticos, pero de lo que no hay duda es de que Alemania se benefició más que cualquier otro país, tanto en lo político como en lo económico. Por una parte, dejó de ser la frontera con el mundo del socialismo real, recuperó Berlín –el más claro símbolo de la Guerra Fría– y consiguió la reunificación, cosa a la que, por altos que fueran los costes y por grave que fuese la desconfianza mutua entre los del Este y los del Oeste, aspiraban todos los alemanes desde 1945.

Recordemos que la reunificación alemana repercutió en diversa medida sobre los bolsillos de todos los europeos, y que una Alemania más grande y con más población es más fuerte y tiene más diputados en el Parlamento Europeo, más capacidad productiva y más peso en el grupo de los países realmente industrializados.

Cuando la URSS colapsó definitivamente tenía una deuda externa de más de 100.000 millones de dólares. El 40% de la misma era con Alemania: 48.000 millones. Una parte sustancial del resto de esa deuda era con los países del Este de Europa, que se han ido incorporando a la UE en condiciones en muchos casos determinadas por Alemania, como la República Checa, separada de Eslovaquia de acuerdo con el mapa alemán de la época del III Reich, que se ha ido recomponiendo desde el malhadado momento en que Javier Solana, fiel representante de los intereses germanos, declaró que Croacia y Eslovenia eran sujeto de derecho internacional, dando el pistoletazo de salida de la guerra de Yugoslavia, que está muy lejos de haber terminado.

El primer 20% de la deuda rusa con Chequia se fue pagando, a partir de 1996, con material militar, combustible nuclear y equipos para la investigación nuclear, según informó en su día Radio Praga en internet. Los intereses alemanes en el Este tienen, pues, todas las garantías políticas posibles. Y como Polonia es, de todas las naciones otrora satélites de la URSS, la más reacia a someterse a los deseos alemanes y prefiere ampararse bajo el manto americano y enviar tropas a Irak cuando Alemania y su centenar de empresas proveedoras de material estratégico y militar a Sadam Husein se oponen, qué mejor método de presión sobre ella que la explícita dependencia energética del gas ruso en su paso hacia el Oeste.

Por el momento, porque dentro de poco, en menos de un lustro, se completará el gasoducto por debajo del Báltico, que comunicará directamente San Petersburgo con Greifenwald, Rusia con Alemania, obviando todos los pasos intermedios y poniendo a merced de las decisiones rusoalemanas la provisión de gas de Bielorrusia, Ucrania, Polonia, Eslovaquia, Chequia, Hungría, Austria e Italia.

La prensa sigue, entretanto, hablando de "crisis del gas entre Rusia y Ucrania", y asombrándose ante el hecho de que Alemania se niegue a mediar. El diario ABC reproduce un cable de DPA en el que se dice que el Gobierno Merkel "se mantiene en contacto con ambas partes", y que su portavoz, Ulrich Wilhelm, ha asegurado que Alemania "tiene interés en que se llegue a una solución en el conflicto". "Según el portavoz del Ministerio de Economía, el abastecimiento de Alemania está asegurado aunque Moscú decida paralizar el transporte de gas a través de territorio ucraniano", que cubre el 36% de las necesidades del país.

En ese comunicado Alemania aparece como víctima del conflicto, pero en realidad es el pescador más beneficiado en ese río revuelto, y probablemente haya que buscar en Berlín tanto como en Moscú el origen de esos remolinos. Entre la fracasada Merkel y el admirado Schroeder hay más acuerdos de los que el actual inquilino de la Moncloa quiera suponer: como él no es capaz de actuar como un español en relación con los demás españoles, desconoce el hecho de que los alemanes sí son capaces de actuar como alemanes en conjunto. Pero ésa es la realidad, y lo grave no es que él lo ignore, sino que lo ignoren la prensa y la oposición.