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ametralladora

Por 410 euros se acabó el

Por 410 euros se acabó el
Arancha abortó en enero de 2007, cuando estaba de nueve semanas, después de unas navidades atormentada por las dudas. Pero su novio y ella no tenían casa, aún estaba estudiando y, al final, se puso "una venda en los ojos". Desde entonces sus noches son una tortura.


1.- La prueba de embarazo. Fui incapaz de hacerme la prueba de embarazo yo sola, y mucho menos capaz de hacérmela con mi novio. Casi era ya Navidad y llamé por teléfono a mi amiga Arancha (nos llamamos igual) para saber si podíamos quedar. Fui a buscarla al centro comercial en el que trabaja, compré una prueba y nos fuimos a su casa. A la salida nos dieron un globo enorme y precioso de color lila con un corazón dibujado que ponía "vive el momento".

Después de hacerme la prueba, salí del baño y me puse a llorar. Había dado positivo. Mi amiga trató de hacerme "poner los pies en la tierra" y me recordó que Javi y yo no teníamos ni tenemos casa, que en ese momento yo estaba estudiando y que un bebé es mucho gasto. Yo estaba convencida de que quería a mi pequeño bebé a pesar de mis miedos.

Javi vino a recogerme para llevarme a mi casa con una caja enorme de bombones Ferrero Rocher; supongo que quería animarme, pero la verdad es que no lo consiguió.

2.- Orgullosa del bebé. Esa noche miré mil veces la prueba de embarazo que tenía en mi bolso y me dirigí a mi bebé por primera vez. Puse la mano sobre mi vientre, le dije: "Yo quiero que te quedes conmigo, pero vas a tener que echarme una mano y ayudarme a encontrar un trabajo". Fui a muchas entrevistas, pero al estar de lleno en las navidades todos los sitios en los que entregaba currículos me instaban a esperar a que pasaran las fiestas.

El 24 de diciembre, al ver a mi novio vestido y arreglado para la cena de Navidad, supe por qué estaba embarazada y me sentí muy orgullosa de lo que crecía dentro de mí.

En Nochevieja no probé la cena. Mi estado de nervios me hacía cambiar de opinión: hoy decido tenerlo, mañana me doy cuenta de que es una locura, pero pasado sé que quiero verlo crecer.

Me di otra oportunidad. Fui a una entrevista de trabajo el día 9 de enero, pero al final… nada. Los días se me echaban encima, el agobio me quitaba el sueño y me di cuenta de que no tenía más opción que abortar a mi pequeña alegría.

3.- Mensaje de auxilio. Me citaron el día 16 de enero en CB Medical. Primero me realizaron la ecografía, la pantalla del ecógrafo estaba girada y nunca llegué a ver a mi bebé. La sentencia fue "embarazo de nueve semanas" .

Al ponerme en pie sentí algo entre un mareo y náuseas, tuve que quitarme la chaqueta y recostarme en una silla. Todo esto sólo sirvió para hacerme tomar súbita conciencia de dónde estaba y qué iba a hacer, y asumir que no era un juego ni algo reversible. Lo tomé como un mensaje de auxilio de mi pequeño bichito, como si intentase decirme ‘lucho por vivir’. Pero yo, con el corazón endurecido y una venda en los ojos que nadie me había puesto, ignoré sus gritos.

Me pasaron a la consulta del psicólogo y tuve que recubrirme a mí misma de una entereza que no creí tener. Me dije a mí misma: "Arancha, no llores, porque si empiezas no paras y no puedes permitirte venirte abajo ahora, no aquí no, no así no".


4.- Se acabó. Tras firmar unos formularios, me administraron una pastilla para dilatar el cuello del útero y la tragué con un poco de agua, después me dieron otra que me coloqué bajo la lengua, y me dijeron que la dejase disolverse.

Pasé a la consulta de la asistente social, donde firmé el último papel y aboné los 410 euros que supondrían el fin de mis problemas.

Pasé a la habitación privada, donde me entregaron una bata azul, una cofia y unos cobertores verdes para los pies. Vino a buscarme un celador, que me guió hasta el quirófano, me tendieron en el borde de una camilla y coloqué las piernas en un soporte. Me ataron brazos y piernas con unos velcros, y el anestesista empezó a darme conversación. Me pinchó dos veces, supongo que una lo haría mal, y me dijo "puedes notar un mareo". De repente vi todo oscuro, se me empezaron a cerrar los ojos y sólo pensé una cosa: "Perdóname, te quiero".

Al despertarme en la sala de recuperación y oír la aspiradora que emplean me sentí fatal: supongo que estaban aspirando a otra chica en ese momento.

En cuestión de 15 minutos me encontraba vistiéndome y con el alta en la mano. Salí de aquel lugar, convencida de que todo estaba bien, sin saber que la parte más dura empezaba tras poner el pie en la calle.


5.- Mis noches son torturas. Ahora mis noches son torturas en las que no puedo dejar de preguntarme si mi bebé habrá sufrido. Sé que mi bebé me pidió auxilio, sé que me elevó un grito silencioso y sé que me negué a escucharle. Sé que no quiero olvidar y sé que aún no es mi momento para expulsar tanta culpa de mi interior.

Por alguna razón creo que mi hijo era varón. No tengo forma de demostrarlo, pero para mí es mi ángel.

Sé que al abortar he negado a mi hijo la posibilidad de reír, de ser feliz, de sentir dolor en sus rodillas tras un resbalón, de enamorarse, de sentir cosas buenas y malas. Sé que le he negado muchas cosas, pero también me he negado a mí el ser feliz, el poner la mano sobre mi vientre y decir: buenas noches, hijo mío.

51 comentarios

alba -

El índice de aborto en EEUU ha alcanzado el mínimo desde 1974, según un informe del Instituto Guttmacher. Aunque parte del descenso se debe al incremento del aborto químico, los expertos detectan un florecimiento de la defensa de la vida, que está dando sus frutos. Una encuesta de mayo de 2007, por ejemplo, refleja un incremento del 7% de la opinión contraria al aborto en Estados Unidos. Una tendencia que también parece aflorar entre los alemanes, porque una potente campaña de publicidad, con el slogan “Tú eres Alemania” está bombardeando los medios en este país, para transmitir la idea de que hace falta impulsar la natalidad y la buena acogida de los niños, para resolver el bajón de natalidad producido por el aborto. El lanzamiento está siendo todo un éxito.

sendero -

la historia de una madre inglesa, embarazada de gemelas, que tenía cáncer y rechazó el aborto que le aconsejaron los médicos para salvar a sus hijas... Pero al final fueron ellas las que salvaron a su madre. Los dos bebés, según dijeron los médicos, fueron arrinconando el tumor con sus patadas. Las niñas nacieron con buena salud y a la madre le extirparon el tumor, que no se había extendido. Ahora dice que ‘un día les dirá a sus hijas cómo ambas salvaron la vida de su madre’.
Y la otra historia ocurrió en Italia. Una niña enferma, que iba a nacer ciega, fue víctima de un aborto a las 22 semanas de vida en el vientre materno. Pero a pesar del intento de acabar con ella, y de sus poco más de 500 gramos de peso, la pequeña nació viva. Los padres decidieron aún así, darla en adopción. Y tras siete meses en neonatología, una operación de corazón a los diez días de nacer, una hemorragia cerebral, varias infecciones y otras muchas complicaciones de salud... ahora vive tranquila y al calor del cariño de su madre de acogida. ALBA recoge su testimonio, que cuenta que la niña tiene ahora 15 meses y pesa seis kilos. Se pensaba que habría vivido en estado vegetativo, en cambio ha empezado a chuparse el dedo, ríe y se relaciona con todos. Recogemos en portada, con grandes letras, el principio de unas palabras que la madre adoptiva dirige a la niña: “Son las tres de la mañana y estoy aquí, con el corazón encogido, admirándote, acurrucándote, pequeño tesoro, ‘luz del Paraíso’, como me gusta llamarte”, dice.

carlota -

Está cambiando la dirección del viento

Profesionales de la Sanidad se pronuncian contra el aborto

MEDICINA Y PERSONA
La genética y la biología del desarrollo muestran que el embrión no es otra cosa que un ser humano en la fase inicial de su ciclo vital, que le lleva -a través de un proceso coordinado, continuo y gradual- a convertirse en adulto como cada uno de nosotros, porque él es ya uno de nosotros: "Es ya hombre aquel que lo será" (Tertuliano). Cuando termina el proceso de fecundación, el cigoto resultante presenta las siguientes características: es un ser vivo, dotado de la estructura biológica y del patrimonio genético de la especie humana; su dotación cromosómica se halla perfectamente individualizada, está sexualmente determinado, es autónomo (posee en sí mismo la capacidad de crecer y de generar otras células) y es capaz de crearse el hábitat necesario para desarrollarse y sobrevivir.

aborto NO -

Intelectuales de todo el mundo piden una moratoria del aborto a la ONU
El director de 'Il Foglio', Giuliano Ferrara, ha enviado una carta al secretario general de las Naciones Unidas, firmada por destacadas personalidades internacionales, en la que le pide una moratoria sobre el aborto. Así, en la carta señala que “en estos últimos sesenta años se han tomado muchas medidas y no se han escatimado esfuerzos para crear y sostener los instrumentos jurídicos en materia de protección de los ideales contemplados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos aprobada el 10 de diciembre de 1948 en París. En las últimas tres décadas se llevaron a cabo más de mil millones de abortos, por término medio unos cincuenta millones de abortos por año. Del último informe de United Nations Population Fund (Fondo de Población de las Naciones Unidas) se desprende que en China el aborto, fomentado o coactivo, es un riesgo que corren decenas de millones de niños que están por nacer en aras de una planificación familiar y demográfica gubernamental. En la India, en veinte años, por selección sexista se les quitó la vida a millones de niñas antes de nacer. En Asia el equilibrio demográfico peligra debido al infanticidio masivo de magnitud epocal. En Corea del Norte con el aborto selectivo se intenta eliminar radicalmente toda forma de discapacidad. (sigue)
En Occidente, el aborto también se ha convertido en el instrumento de una nueva eugenesia que viola los derechos del feto y la igualdad entre los hombres. El diagnóstico prenatal ya no cumple su función de preparación para acoger y cuidar al bebé, sino que es más bien un criterio para mejorar la raza, destruyendo de esta forma los ideales universales en los que se basa la Declaración Universal de 1948. Sometemos a vuetra consideración una petición de moratoria”.



La carta pide “someter a Vuestra consideración una petición de moratoria de las políticas públicas que fomentan formas de sumisión injustificada y selectiva del ser humano durante su desarrollo en el vientre de la madre mediante el ejercicio arbitrario de un poder de aniquilamiento, violando el derecho a nacer y a la maternidad”. El artículo 3 de la Declaración Universal contempla que “todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”. “Hacemos un llamamiento – continúa la carta- a los representantes de los Gobiernos nacionales para que expresen su opinión a favor de una enmienda significativa del texto de la Declaración: después de la primera coma, insertar desde la concepción hasta la muerte natural”. La Declaración Universal, de hecho, se refiere a los derechos humanos “iguales e inalienables” y proclama solemnemente que los seres humanos tienen la “dignidad intrínseca de todos los miembros de la familia humana”.


Entre los firmantes de la carta destacan personalidades mundiales como René Girard, antropólogo, miembro de la Academia Francesa; Lord David Alton, miembro de la Cámara de los Lores; Roger Scruton, filósofo inglés en el Bircbeck Collage; John Haldane, profesor de Filosofía en la St. Andrews University; George Weigel, teólogo y biógrafo de Karol Wojtyla y Joseph Ratzinger; Robert Spaemann, profesor emérito de Filosofía en la Universidad de Munich; Sor Nirmala Joshi, superiora de las Misioneras de Madre Teresa de Calcuta; Paolo Carozza, miembro de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos; Josephine Quintavalle, directora del Comment on Reproductive Ethics; Paola Bonzi, Centro de ayuda a la vida en la clínica Mangiagalli de Milán; Pierre Mertens, presidente de la Federación internacional de la Espina Bífida; Jean-Marie Le Mené, presidente de la Fundación Jérôme Lejeune; Alan Craig, presidente de la Christian Peoples Alliance inglesa; Richard John Neuhaus, teólogo y director de First Things; Carlo Casini, presidente del Movimiento por la Vida italiano; Lucetta Scaraffia, docente de Historia en la Universidad La Sapienza de Roma; Bobby Schindler, hermano de Terri Schiavo.

Manuel Maldonado -

Para empezar quisiera dejar una cosa clara: no reconozco el derecho al aborto. No puedo reconocerlo por tres razones fundamentales; la primera porque considero que la vida humana es un don, don que recibimos y del que tenemos que rendir cuentas; la segunda porque considero que toda vida tiene una dignidad infinita con independencia de sus circunstancias personales; y, la tercera, porque el principal y primer derecho que posee de todo ser humano, sin el que no se puede acceder a los restantes, es el derecho a la propia vida.

Para la mayoría de los defensores de que el aborto es un derecho de la mujer, estos argumentos no son válidos, ya que parten de una visión cristiana, y por tanto trascendente, de la vida; generalmente piensan que llegamos al mundo por un simple azar y no por la decisión de un Ser supremo; y defienden que la dignidad humana depende de la calidad de vida, o de ser querido o no por unos padres. Pero, contra el tercero, realmente no tienen argumentaciones.
Colaborando recientemente en la recogida de firmas para la Iniciativa Legislativa Popular "Red Madre ", cuyo lema es "Tu firma es su vida", me topé con un pro-abortista con el que mantuve un pequeño debate dialéctico sobre el supuesto derecho al aborto. Ante sus reticencias a firmar esta I.L.P, yo mantuve la tesis de que, si era un derecho, la mujer que optase por abortar tendría que hacerlo de un modo totalmente libre, sin ninguna presión, ya que en ese caso pasaría de ser un derecho a ser una obligación. Por lo tanto, aunque el no fuera creyente, por coherencia, tendría que apoyar iniciativas que, como ésta, pretenden dotar a las mujeres de los recursos y alternativas necesarias para que no se vean forzadas a abortar. Este hombre, al verse acorralado por este razonamiento, interrumpió bruscamente la conversación diciéndome que ambos íbamos por caminos distintos.

Si realmente quieren vender el aborto como un derecho, tendrían que estar de acuerdo en ayudar a estas mujeres para que no aborten por problemas económicos; para que no las engañen haciéndoles creer que no tienen otra salida; exigiendo que tengan toda la información sobre como se practica el aborto y como se realiza el asesinato del feto; así como de los efectos secundarios que tiene esta intervención para la mayoría de las que abortan, como el síndrome post-aborto que las deja marcadas psicológicamente para toda la vida, etc.

En realidad, la mayoría de las mujeres que abortan no están practicando una interrupción "voluntaria" del embarazo; y ellas, por desgracia, son las otras víctimas del aborto.

Micaela Melcea -

Tengo 25 años y, después de un camino largo, me di cuenta de que estaba embarazada. Fue un embarazo inesperado, y un test me lo confirmó. Yo quise abortar. ¿ No querría yo a mi niño? Claro que sí, como todas las madres, pero yo tenía apuros y me decía: «No lo voy a tener», «no lo quiero», «no necesito un niño». Yo estaba trabajando, pero mi marido no, y por esto no lo quería; no teníamos una situación buena, teníamos una habitación en alquiler y después íbamos a quedarnos en la calle. Una buena gente me abrió los ojos y por eso pensé y decidí tenerlo. Hemos alquilado un piso donde vivimos ahora. Fui para hacer los primeros análisis, las primeras ecografías y le oí el corazón. Me emocioné. Ahora tengo una maravilla de hijo. No puedo vivir sin él. Soy feliz mirando a mi pequeño. Me arrepiento de los malos pensamientos, por llegar a sopesar el haber acabado con una vida. Le estoy mirando y no lo puedo creer. Mi niño es un regalo de Dios.

Concepción Pérez -

Con 29 años que tengo, terminando una carrera, trabajando y no siendo católica, la verdad, yo me pregunto: ¿realmente se puede tolerar el asesinato? Muérame si se admite la pena de muerte en España. Considero que una vida es vida desde el minuto cero. ¿Por qué? «Será una católica radical». Argumento pobre. «Será una convencida chica de derechas». Por ahí se equivocan.
Lo que me da la convicción necesaria para afirmar que desde el preciso momento de la concepción hay vida es que soy madre desde los 25 años y mi tipo de vida era carne de cañón para el aborto. Pensé en ello por comodidad, por consejos vanos, por no dar disgustos en una casa conservadora. ¿Sabíais que desde el primer mes se puede escuchar el latido? ¿Seguro que tengo derecho yo o quien sea de decidir cuándo va a morir un corazón latiendo? Asesinato llamo yo al aborto. Más apoyo para que no ocurra es lo que necesitamos. Si vieran en lo que se convirtió el corazón latiendo... Indescriptible.

santi -

Europa reconoce la objeción de conciencia.
Europa ha dado la razón a los padres que han decidido objetar ante la polémica asignatura Educación para la Ciudadanía. La educación de los hijos según las propias convicciones religiosas, filosóficas y pedagógicas queda reconocida en el Tratado de Lisboa, firmado el pasado 13 de diciembre. Este texto, que entrará en vigor en enero de 2009, ratifica la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, y da también validez legal en el ámbito europeo a la objeción de conciencia. Firmado por los países de la UE, el tratado es vinculante para España.

I. S. -

Isacio Siguero (OMC): "Como médico, no puedo aceptar el aborto"
La escalada en el número de abortos ha sido constante desde su despenalización. Los últimos datos, de 2006, así lo confirman. En una interesante entrevista con ALBA, el presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (OMC), Isacio Siguero, considera que la situación es alarmante y muestra que las campañas de promoción de anticonceptivos “no son efectivas” para reducir los embarazos no deseados. “Es alarmante para la sociedad española que hayamos superado los 100.000 abortos”, señala. “El continuo aumento es un aldabonazo que indica que no estamos en el camino correcto”, reconoce. Así, el representante de la profesión médica en España condena con rotundidad el aborto, desde el mismo momento de la concepción, porque así se lo dicta su conciencia como médico y como cristiano. Para el doctor Siguero, abortar es acabar con una vida humana, distinta e independiente a la de sus padres, desde la fecundación. Además, cualquier aborto “atenta contra las leyes de la Naturaleza”, aclara. “Por un infanticidio como los recientes, el peso de la ley debe caer sobre el médico”, concluye.

Sanchez Hernandez -

El negocio del aborto
DESDE ayer, diversos centros dedicados a la práctica del aborto han iniciado una farsa victimista consistente en cesar su actividad durante cuatro días como protesta por las «presiones» que están recibiendo desde que se destaparon las tramas de abortos ilegales en Barcelona y Madrid. Los responsables de los centros que secundan esta peculiar huelga reclaman, además, «seguridad jurídica» para médicos y mujeres. Tales planteamientos constituyen un intento crispado de desviar la atención sobre las graves violaciones de la ley reguladora del aborto, de las que ABC ha venido informando en los últimos meses. Quienes cumplan las condiciones legales para practicar alguno de los abortos despenalizados nada deben temer de las inspecciones administrativas y de las investigaciones judiciales que se están realizando. Por eso es un contrasentido pedir seguridad jurídica y, al mismo tiempo, protestar por el hecho de que se esté aplicando la ley.
Tal contradicción es un síntoma de la realidad que se pretende ocultar con la huelga de los centros abortistas: si la ley se aplicara estrictamente, el número de abortos disminuiría drásticamente y, por tanto, la industria abortista vería reducidos sus beneficios. Para reclamar seguridad jurídica no hace falta parar la actividad de centros que, supuestamente, respetan la ley. Cosa distinta es que los promotores de esta iniciativa tan tramposa consideren que eso que llaman «seguridad jurídica» es pura y simple impunidad para practicar abortos ilegales. Lo que sucede es que ha caído el velo que tapaba la verdadera cara del aborto ilegal en nuestro país, convertido en la meca de las rutas abortistas porque la percepción que se tiene fuera es que en España no se cumple la ley. Es una incógnita -fácilmente despejable- el por qué estos centros, en vez de apoyar la depuración de responsabilidades por la actividad de falsos médicos, por abortos ilegales y por locales sin autorización, se consideran agredidos o perseguidos por las autoridades que se limitan a respetar el ordenamiento jurídico.
Con una cifra superior a cien mil abortos anuales es comprensible que el negocio abortista en España rechace cualquier investigación judicial que desemboque en la aplicación del Código Penal, texto legal que sigue tipificando el aborto como un delito contra la vida. Falta saber cuántos de esos miles de abortos realmente estaban justificados con la ley de 1985. El temor de estas clínicas abortistas no es debido, por tanto, a la arbitrariedad judicial ni a una «presión» persecutoria de las administraciones públicas. Su temor recae en la posibilidad de que la opinión pública empiece a ser más exigente con el aborto y a demandar un mayor rigor en la aplicación de la ley. Los centros en paro no temen esas «presiones» judiciales y públicas -meras actuaciones amparadas por la ley-, sino la denuncia social contra el fraude de ley, la crueldad de los métodos abortistas y la revelación del verdadero negocio creado en torno a la «interrupción voluntaria del embarazo». El cheque en blanco al aborto ilegal en este país se ha acabado.
Si, por el contrario, los centros abortistas quieren denunciar amenazas o coacciones por personas o grupos exaltados, no tienen más que ponerlo en conocimiento de la autoridad judicial y de las Fuerzas de Seguridad del Estado para que tales hechos sean perseguidos como meros delitos que son. Pero lo que resulta una burda manipulación es que, después de haberse hallado fetos viables descuartizados en la basura, eliminados con técnicas horripilantes, y de haberse acreditado casos en los que la mujer era engañada, demanden seguridad jurídica no para las verdaderas víctimas del aborto, sino para quienes lo practican. Hay que insistir en que si estos lo hacen conforme a la ley, no tendrían de qué preocuparse. Otra cosa es que la perspectiva del negocio haga conveniente ponerse la venda antes que la herida.

Jose Luis Sanchez D. -

Los números cantan: Un bebe francés sietemesino, 3.500 euros; uno de 8 meses y medio, 4.000 euros

El ministro de Sanidad español, Bernat Soria, hablaba de que el aborto se hace bajo un “control estricto”. ¿Cuantas francesas se hacen abortos tardíos en Cataluña cada año? Según el “control estricto” de la Generalitat, sólo una francesa abortó en Cataluña con más de 22 semanas en 2005.

Pero los datos en relación a Morín parecen indicar que, tan sólo en el ultimo cuatrimestre de ese año, en sus clínicas abortaron al menos 10 mujeres de nombres y apellidos franceses (en un año podemos asumir perfectamente 40 francesas).

También registra en ese cuatrimestre al menos dos mujeres inglesas y otras dos alemanas. En total, podemos calcular, a la luz de la contabilidad de Morín, que pudieron ser 40 abortos tardíos no declarados en un cuatrimestre. O 53 si le añadimos las mujeres de enero de 2006.

Sanidad no actuó y Morín se enriquecía

De esas 53 mujeres de abortos tardíos Morín obtuvo previsiblemente 180.000 euros; es decir, 36.000 euros al mes, es decir, 6 millones de pesetas. De ser así, se trataría de ingresos 'en negro'; se entiende: esos abortos no existían para Sanidad.

Según la consejería de Salud, en 2005 sólo 1 francesa y 15 italianas abortaron en Cataluña con más de 22 semanas. Pese a que el Sunday Telegraph ya había insistido en las inglesas que viajaban a Barcelona, la consejería no actuó.

Sin embargo, mientras tanto, seismesinos, sietemesinos e incluso bebés mayores seguían siendo presumiblemente abortados en las clínicas del doctor Morín.

Algunos abortos de mujeres extranjeras podían significar cada uno 5.500 euros ya en el 2005. Era un buen pellizco, que, presuntamente, repitió en diciembre con un bebé de sangre hispana. Seis abortos de bebés de 26 semanas los cobró entre los 2.650 euros y los 5.000 euros. Un bebé francés sietemesino, de 29 semanas, le aportó otros 3.500 euros. A 4.000 euros cobró uno de 32 semanas y otro de 34 semanas. Es decir, de 8 meses y 8 meses y medio. A punto de nacer. La mayoría de los abortos tardíos los cobraba entre 2.500 y 3.000 euros.

Estamos hablando por lo tanto de unos 160 bebés tardíos al año, tanto españoles como extranjeros, del “turismo del aborto europeo” o de inmigrantes.

La procedencia

Por supuesto, Morín no sólo ganaba dinero con los abortos exageradamente tardíos, que apuntaba en una lista aparte. El grueso de sus ingresos venia de los otros abortos, los “más o menos legales”, los del examen médico prefabricado o los de las “semanas retocadas”, según la investigación, con sello del vocal de ginecología del Colegio de Médicos, Tomas Parra, antiguo compañero de prisión en el caso Ginetec de Alicante.

Las clientas provenían, además de España, de Ecuador y Bolivia especialmente, de otros lugares de Hispanoamérica, de Marruecos, Inglaterra, Francia, Italia, e incluso algún caso aislado de China y Mongolia. (Hace unos meses, en un acto en Barcelona, la doctora Montserrat Rutllant, de la Fundación Pro-vida de Cataluña se preguntaba "dónde abortan las chinas", puesto que no salen nunca en las listas oficiales de abortos; lo ponía como un ejemplo de que el aborto legal no impide que siga habiendo un mercado negro del aborto).

La procedencia era básicamente de Centros de Atención Primaria (CAP), de hospitales y de centros médicos, en un porcentaje que rondaba el 30%. También los médicos constituían otra fuente muy importante (17%), y alguna que otra venía de centros de planificación familiar.

Las mujeres que repetían la interrupción del embarazo suponían un 12%. Y la publicidad en Páginas Amarillas o Internet atrajo a un 10%, un porcentaje relativamente bajo. También es importante el porcentaje de mujeres que venían enviadas por un 'amigo' (19%), o sea un hombre. Este dato viene a significar que uno de los primeros interesados en el aborto es la propia pareja con la que conviven las mujeres que deciden abortar.

socio -

De las cámaras de gas a las trituradoras. Y además, lo de siempre: nadie sabía nada. En veinte años de prácticas abotivas ilegales ¿nadie pudo sospechar que se estaban despedazando a criaturas de siete, ocho o incluso de nueve meses? Se enteraron en Dinamarca, Inglaterra,Francia etc pero no en Barcelona ni Madrid.Asombroso.

demetria -

Incomprensible que muchos miren hacia otro lado hacia el más numeroso genocidio de la historia de la humanidad (más de 200.000.000 de abortos en el mundo), y el más terrible, por los métodos que utiliza, con criaturas inocentes con plena capacidad para sentir sufrimiento: decapitaciones, mutilaciones, cremaciones químicas en vivo, etc. Terroríficos e indeseables fueron Hitler, Stalin y Mao (los más genocidas de la historia), pero no le llegan a la suela del zapato a nuestras tristes y grises sociedades occidentales en cuanto a barbarie.

maria -

El Ministerio de trabajo y asuntos sociales encabezado por Caldera , ha negado ayuda económica a las asociaciones provida federadas.

Las asociaciones provida ayudan a las madres que se encuentran en dificultades y a salvar a sus niños de la trituradora

Cada uno tendriamos que poner nuestro granito de arena para evitar este holocausto.

sancho -

A los niños asesinados se les mata por que son un estorbo, o por que tienen algún defecto , los motivos son los mismos que tenía Hitler.
De lo que se trata es de que una sociedad que promueve, ampara, o mira hacia otro lado ante esta salvajada es una sociedad podrida. Este asesinato de niños además de un holocausto se ha convertido en un negocio millonario para unos cuantos.
Es ridículo hablar de derechos humanos cuando el primer derecho es el derecho a la vida y no se respeta.

Conchita del Moral -

Nos ha sobrecogido la noticia de las clínicas abortivas de Barcelona y Madrid. No podemos conformarnos ni quedarnos en lamentos, hay que poner los medios de manera enérgica y rápida para poner fin a esta masacre. Cien mil niños tirados a la basura cada año en España como si fueran desperdicios, cuando son personas con todos los derechos y se les priva ya del primero no dejándoles nacer, cuando de sobra sabemos y está demostrado científicamente que el momento de la fecundación ya marca el comienzo de la vida de cada ser humano y todos los momentos de la vida humana, incluido el de la concepción, son dignos de respeto, y todo atentado es un homicidio. En un país civilizado clama al cielo. ¿Cuál es la causa? No matar, pensar en los demás y olvidarnos un poco de nosotros mismos. A los que actúan con tamaña crueldad les preguntaría: ¿piensan en la generosidad de quien les trajo al mundo?; ¿duermen tranquilos después de cada asesinato? Lo dudo.

Carlos Sanchez -

«Entonces Herodes, al ver que había sido burlado por los magos, se enfureció terriblemente y envió a matar a todos los niños de Belén». Estos hechos son recordados todos los 28 de diciembre. Las víctimas de esos crímenes son declaradas «santos inocentes». Pero nadie se acuerda de las víctimas de los Herodes actuales, esos Herodes que asesinan con tremenda crueldad a los niños menores de 9 meses. No hay piedad para esos niños, no se les honra ni recuerda; sus cuerpecitos son arrojados a la basura, o destruidos en trituradoras. Que no quede ni rastro de ellos, hay que mirar para otro lado, no hay que hablar de ello. ¿Qué sociedad es ésta que ha evolucionado de esta forma? ¡Qué enorme hipocresía! ¿Cómo es posible que se recuerde y honre a aquellos santos niños inocentes y que se ignore completamente a los miles de santos inocentes que tenemos tan cerca a diario? ¿Cómo se puede aceptar tal monstruosidad con toda naturalidad, como si esos asesinatos no fueran tales, como si eso fuese algo natural e inevitable?

Josefa A. -

Es vomitivo, como vomitiva fue la acción inhumana de los nazis. El aborto no es signo de progreso sino de regresión a épocas de barbarie como la de Esparta, que tiraba a los niños por el monte Taigeto. El aborto no es democrático sino una contradicción de la democracia: la democracia debe defender los derechos humanos, y el primero es el de la vida de todos. El aborto no es un derecho de la mujer, ya que el niño no es de su propiedad: los seres humanos no son propiedad de nadie y tienen dignidad desde su primer instante de vida, es decir, desde la concepción. El aborto es aberrante, una atrocidad, un horror, es la dominación más bárbara que pensarse pueda del fuerte contra el débil. Horroriza a cualquiera que tenga entrañas, sea del signo político que fuere. No me arrepiento de no haber matado a ningún hijo mío, aunque me viera en apuros. He sido una madre como la madre de quienes me leen, una madre que cuando un hijo llega a casa, le recibe y es capaz de darlo todo por él.

socio -

No es anécdota: violencia en la cultura abortista.

Entre 1994 y 1998 hubo siete personas asesinadas en Estados Unidos que trabajaban en la industria del aborto. Siete. Los asesinos de estas siete personas se auto-declaraban antiabortistas o decían ser "pro-vida". Cierta prensa habló de "la violencia de los pro-vida radicales". A partir de siete casos lamentables pero estadísticamente anecdóticos se creó el mito del "pro-vida violento", a pesar de que en ese periodo fueron asesinados más secretarias, camareros, peluqueras y vendedoras de cosméticos que abortistas.

Sin embargo, un informe de la asociación Human Life International (HLI) documenta desde 1965 más de 7.000 actos ilegales y violentos (secuestros, agresiones, golpes...) llevados a cabo por abortistas o promotores del aborto. Eso incluye 800 asesinatos y homicidios de personas ya nacidas.

La lista detallada incluye:

-86 intentos de asesinato (frustrados)
-23 incendios provocados o bombas
-787 asaltos (agresiones sobre alguien)
-1.798 crímenes sexuales incluyendo 169 violaciones
-59 secuestros
-420 casos de vandalismo
-270 crímenes de drogas
-1.577 crímenes médicos
-520 asesinatos, además de 360 abortos acabados en muerte, incluyendo 145 mujeres embarazadas, 71 mujeres no embarazadas, 110 niños ya nacidos, 164 niños no nacidos pero que eran deseados y 30 hombres (entre ellos, dos aborteros, dos activistas provida y un ayudante de sheriff).

Tan sólo desde el año 2000 ya constan 269 homicidios cometidos por personas defensoras del aborto. Y la violencia crece porque el año 2005 fue el más sangriento: los pro-aborto en EEUU mataron a 77 personas, de los cuales 28 eran mujeres embarazadas (y las 28 querían tener a sus hijos), dos eran bebés, uno era un niño pequeño, mataron también a cinco niñas, cuatro hombres, dos mujeres y siete bebés asesinados antes de nacer pero que eran deseados. El año 2002 también fue un año lleno de violencia por parte de personajes del mundo pro-aborto en EEUU: 58 muertes; y en 2003 hubo 53.

Desde 1967, la media de asesinatos cada año en EEUU por parte de los pro-aborto es de 39... muchos más cada año, año tras año, de los que han causado todos los locos supuestamente pro-vida en toda la historia del conflicto.

En el informe se recogen uno por uno los 360 casos de mujeres que desde 1967 murieron a causa de un "aborto legal y seguro" en Estados Unidos. Se destaca que una mujer negra que acude a un aborto "legal y seguro" tiene el triple de posibilidades de morir a causa del aborto que una mujer blanca que acuda a esta práctica.

Hernandez S. -

Durante siete meses, Jaume Cañellas trabajó para una clínica privada de Cataluña donde se practican abortos. Su trabajo era hacer las evaluaciones psiquiátricas que sustentaran la necesidad de practicar la interrupción del embarazo. Siempre había tenido una ideología «de izquierdas», y llegó con la esperanza de «poder ayudar a las mujeres», pero pronto se dio cuenta de que se había metido en una «mafia» donde «sólo importa el dinero» y donde, por él se hace cualquier cosa. Cuando salió de allí, decidió denunciar las irregularidades que había visto, pero asegura que sólo se topó con puertas cerradas.

–¿Por qué se decidió a trabajar en una clínica abortista?

–Fui contratado pensando en que, con mi trabajo, ayudaría a las mujeres. Pertenezco a sociedades de estudio de trastornos psíquicos perinatales, y los propietarios de la clínica me buscaron y me vendieron la película.

–¿Cuánto tiempo estuvo en la clínica?

–Siete meses, entre 2004 y 2005. Desde el principio empecé a ver cosas raras y, a los tres meses, ya había decidido que me iba. Pero los dueños me presionaron y, prácticamente, me suplicaron que me quedara, que no encontraban psiquiatras. Como, entre todos los casos, veía mujeres que en realidad sí lo estaban pasando mal, decidí quedarme. Pero, poco después, empezaron a meterme prisa para que evaluara a más y más mujeres. Me di cuenta de que eran fríos, inhumanos, era como un matadero.

Denuncia

–¿Por qué decidió denunciar las prácticas de este centro?

– No es sólo esta clínica, son todas. Yo no soy cristiano, soy laico. Además, mi ideología es de izquierdas. Pero soy humano, y la gente que trabaja en estas clínicas es totalmente inhumana. Matan fetos que son totalmente viables y se amparan en falsos dictámenes de grave riesgo para la salud de la mujer. Es un fraude ley generalizado, no hay límites. Si el 97 por ciento de los abortos se acoge al supuesto de grave riesgo para la salud de la mujer y, de ellos, el 95 por ciento se refiere al riesgo psíquico, ¿quién se va a creer estas cifras? Estaríamos diciendo que la mayoría de las mujeres estan mal de la cabeza y la culpa es del embarazo. Eso sí que es de locos.

–Entonces, ¿no cree que lo ocurrido en las clínicas de Carlos Morín sea una excepción?

No, yo no he trabajado con Morín y he visto de todo. El caso no es aislado. Además, no creo que en ninguna clínica privada se hagan las cosas bien. Ganan tanto –y el dinero corrompe– que es difícil encontrar gente honesta. Y, a los que lo son, los presionan. Yo soy el único que lo ha denunciado y no soy un héroe, sólo un profesional honesto y, por lo visto, no hay muchos.

–¿Cuánto dinero cobraban a las mujeres por los abortos?

–El precio iba subiendo en función del mes de embarazo. Si interrumpir una gestación de seis meses costaba 3.000 euros, un aborto a los ocho meses y medio costaba 6.000.

–¿Se practicaban muchos abortos en fases tan avanzadas?

–Sí, yo he visto muchos después de los ocho meses, lo que es un auténtico infanticidio encubierto. No lo digo sólo yo: tanto la Organización Mundial de la Salud como todos los médicos aseguran que, en el último trimestre del embarazo, los fetos son totalmente viables y pueden sobrevivir fuera del vientre de la madre. En España, alrededor de un 2 por ciento de las interrupciones del embarazo se hacen en estos tres últimos meses. Si este año ha habido 100.000, significaría que se han cometido 2.000 asesinatos.

–¿En qué consistía exactamente su trabajo?

–Soy psiquiatra de adultos e infantojuvenil. Mi función era valorar los casos. Hacía una entrevista a la paciente –la hacía porque quería, a la clínica le bastaba con el certificado– y también la ayudaba a rellenar un test. Después, me obligaban a firmar un certificado que siempre ponía lo mismo: que había riesgo psíquico para la embarazada y que estaba indicado el aborto. Yo añadía mis diagnósticos a mano, con lo que me gané fama de conflictivo.

–¿Cuánto cobraba?

–Unos 17 euros por cada valoración. Hacía entre tres y cinco al día. En otras clínicas los psiquiatras cobran mucho más, porque incluso algunos son socios de los centros.

–¿En algún caso concluyó que no procedía el aborto?

–Sí, en bastantes casos, aunque me ganaba grandes broncas por eso. Recuerdo a una mujer catalana, embarazada de ocho meses y, psicológicamente, muy equilibrada. Me dijo que estaba ahí porque su marido le había dado a elegir entre el niño y él. La clínica ya había programado el aborto. Yo le pedí que reflexionara, le expliqué que abortar en esa fase era una barbaridad y que, lo que estaba haciendo su marido, era acoso de género. La mujer sonrió, me dijo que no esperaba que le dijera eso, pero se alegró. Después me echaron una bronca enorme y me preguntaron cómo era posible que se hubiera ido. Expliqué que la mujer estaba bien de salud y psíquicamente. «Apriétale un poco –me espetaron–, seguro que está deprimida o algo».

Firmas en blanco

–¿Llegó a firmar certificados en blanco?

–No, yo no soy ningún estafador. Pero, meses después de haber dejado la clínica, aparecieron certificados en blanco con mi firma. Ni idea de cómo ocurrió. En ese momento dije «se acabó» y decidí contarlo todo claramente al que me quisiera preguntar. Desgraciadamente, la izquierda no se ha interesado por este tema, sólo ha sido la derecha y grupos cristianos. Pero no hace falta ser «ultraconservador», como dicen algunos, para ser humano.

–¿Denunció estos hechos?

–Yo quería contar lo que había visto. Pero yo soy una persona que me gano la vida, no tengo dinero para litigar contra la mafia del aborto. Por eso acudí a la Conselleria de Sanidad de la Generalitat. Los inspectores que me enviaron me hicieron un interrogatorio como si el delincuente fuera yo. Después pasé meses sin recibir respuesta. Acudí al Defensor del Pueblo y al Síndic de Greuges [defensor del pueblo catalán]. El único que me contestó fue el primero, Enrique Múgica, pero me dijo que el Síndic le reclamaba las competencias. Harto de que no me contestaran, me puse a llamar a la Consellería y me respondieron que no había nada ilegal. Sólo advirtieron a la clínica que tuviera «más cuidado con las historias clínicas».

–¿Cómo se podría poner freno a las irregularidades en el aborto?

–Las clínicas privadas sólo piensan en ganar dinero y no dan asistencia psicológica ni apoyo a las mujeres. En lugar de matar a sus hijos, cobrándoles mucho dinero por ello, por cierto, y luego mandarlas a casa, habría que ayudar a las mujeres. Hay casos, en las primeras semanas, en que el aborto está, a mi juicio, justificado. Pero he comprobado que los principales motivos por los que se aborta son las presiones del compañero sentimental o familiares y la violencia de género. Hay que ofrecer alternativas. Por otra parte, los médicos de la sanidad pública se escudan en la objeción de conciencia, pero habría que crear equipos especializados y con un sueldo fijo para que se ocuparan de los casos en los que el aborto es legal.

Manuel Fernandez Garcia -

La sociedad española ha quedado conmocionada por el hallazgo de trituradoras de bebés en la clínica abortista intervenida en Barcelona. Como se recordara, esa clínica fue denunciada en la televisión danesa por practicar abortos sobre fetos con hasta ocho meses de gestación. Era algo que los grupos provida en España habían denunciado ya, pero que seguía ocurriendo con la complicidad de los poderes públicos y de las propias organizaciones médicas corporativas. Ha hecho falta ese programa de la televisión danesa para que la denuncia se sustanciara en sede judicial. El resultado ha sido este: los españoles han descubierto el horror que, hasta ahora, ellos mismos habían tolerado con su indiferencia.

La ley española del aborto no es una ley que proteja el aborto, sino que lo penaliza. El aborto está prohibido con tres excepciones que son los casos de malformaciones del feto, violación y riesgo para la vida de la madre. Son tres excepciones discutibles, pero, en cualquier caso, razonables desde el punto de vista ético, porque en todos esos casos se plantea un conflicto dramático. Ahora bien, el último supuesto, el del riesgo para la madre, se ha extendido de manera fraudulenta a cualquier tipo de posible alteración física o psíquica, lo cual ha llevado a tolerar el aborto a poco que un psicólogo certifique que la madre puede traumatizarse. Es un criterio tan lábil que el resultado ha sido, en la práctica, una despenalización de hecho del aborto, que se ha convertido en un método contraceptivo como cualquier otro. La situación se ha hecho tan incontrolable que los propios defensores del aborto legal han puesto el grito en el cielo.

El aborto es un mal moral y es un mal social. Salvo en casos muy extremos –los de la mencionada excepción legal-, el aborto perjudica en primer lugar al feto que muere, en segundo lugar a la mujer que lo sufre (una realidad que sistemáticamente se oculta) y en tercer lugar a la sociedad que lo ampara. Lo adecuado sería, como han pedido en España los grupos provida, redefinir el marco legal para que se circunscribiera a lo que efectivamente el legislador pretendía, acabando con el actual fraude de ley. Al mismo tiempo, es importante apoyar el trabajo de quienes, desde iniciativas como la Red Madre, se han propuesto ayudar a las mujeres que se ven en ese trance para ofrecerles una alternativa. A los poderes públicos y a la profesión médica hay que exigirles que cumplan sus obligaciones. Y en el plano de la ética social, hay que hacer circular esta certidumbre: una sociedad que mata a sus hijos no merece sobrevivir.

Antonio Fernández P. -

Tanto necesita el abortismo de la mentira y la cloaca que,
en las revelaciones de las prácticas abortistas que estos días
han salido a la luz, lo que se demuestra es lo siguiente. Que lo
que se mata son seres humanos. Niños indefensos, los más inocentes,
algunos con rotunda posibilidad de estar vivos fuera
del claustro materno por el avanzado estado de su gestación.
Se ha abortado y se han cometido cientos de infanticidios.
Que, en vez de ser liberada a más altas cotas de dignidad y humanidad,
se degrada a las mujeres, no se las informa realmente
para que opten con mayor y auténtica libertad, se las abandona
después a las soledades y angustias de los traumas psicológicos
posteriores, se les cobra dinero en cantidades que, sumadas,
constituyen uno de los más sórdidos y pingües negocios.
Se demuestra que la inmensa mayoría de la mujeres que abortan
no es por malformación de sus niños concebidos, ni por
violación, ni por grave peligro de su vida o salud. Abortan
porque todo lo que las rodea las impulsa a esa falsa solución,
que, luego, les minará su intimidad durante toda su vida. Se
falsifican informes médicos y psiquiátricos como rutina habitual.
En nombre de sus “derechos reproductivos” se las somete
a unas carencias escandalosas de sanidad.
Nos queda, por hoy, el intolerable y colosal incumplimiento
de la ley, de la que despenalizó el aborto en tres supuestos.
Detengamos el paso. Entiéndase bien. Ahora ponemos entre
paréntesis el ‘sí’ o el ‘no’ al aborto. Focalizamos la ley. Nos reducimos
a la escena de la mera legalidad y a su respeto. Bastaría
con el correcto cumplimiento de la ley, limitada a sus tres
supuestos, para que descendiera drásticamente el número de
abortos. Hace ya demasiadas legislaturas -con uno y otro partido-
que se tolera o se es cómplice de un amplio y habitual
fraude de la ley despenalizadora. Muchas denuncias y ninguna
investigación seria durante más de veinte años. ¿Dónde estaban
estos años los fiscales y jueces, los colegios médicos, la Policía…
y los legisladores y políticos? Porque la ciudadanía sabe
de inspecciones fiscales, de controles de alcoholemia, de vigilancia
sobre el estado de los vehículos, de amenazas a los
padres objetores, de tantas y tantas inspecciones del ojo público.
Pero sobre el aborto y esos mataderos, no ha habido nada
de nada.
Qué patético Zapatero, los grupos abortistas que pululan
bajo su partido y el propio PSOE. Parecían, como un boxeador
sonado, deambular por el ring confusos y trastabillados de
pies, ora diciendo que iban a reformar la ley, para dejarlo libre
y a plazos, quitando los requisitos cuyo incumplimiento les ha
desenmascarado la cloaca del mataderos de niños, ora corrigiéndose
y diciendo que hay que “reflexionar”. ¡Caray con este
Zapatero! ¿Qué tiene que “reflexionar” como presidente de
Gobierno?
¿No sabe que el aborto libre es inconstitucional y atenta al
art. 15 de la Carta Magna, lo que es rotundamente claro en la
sentencia del Tribunal Constitucional que permitió la despenalización
de 1985, pero dejando muy claro el deber de proteger
el bien jurídico del ‘nasciturus’? Lo que tiene que hacer
Zapatero es aplicar la ley vigente a toda velocidad, investigando
los abusos, exigiendo las responsabilidades legales a los autores
y cómplices de abortos ilegales y de los infanticidios. Y si
tienen que ir a la cárcel, porque así lo prevé el Código Penal,
pues que vayan, que bien se lo merecen. ¿O es que sólo van a ir
los conductores por exceso de velocidad?

Juan F. A. -

Bebés muertos: Holocausto silencioso.

Hace unos meses, PSOE e IU se negaron en el Parlamento Andaluz a que recibiesen ayudas sociales las mujeres embarazadas para llevar adelante su gestación. Ahora, Manuel Chaves, el presidente de ésta región, pretende incentivar a los médicos que se presten a abortar en los hospitales públicos andaluces. Se desprecia la ayuda para las gestantes, y sí se subvenciona su exterminio en el vientre materno.
Desde que se despenalizaran algunos de los supuestos para abortar, la vida de más de un millón de bebés no nacidos ha sido exterminada, una matanza como la de Herodes en pleno siglo XXI, y con cobertura legal.

Eso ha contribuido a que se abran clínicas donde se aborta sin problemas, incumpliéndose la legalidad escandalosamente y hasta usen trituradoras para hacer desaparecer los restos de los bebés, en un holocausto silencioso. La vida humana e inocente, está totalmente desprotegida en España.

Jesus D. M. -

Secuelas del aborto.
En lo relativo a los efectos físicos, algunos estudios muestran que las mujeres con antecedentes de aborto provocado presentan un riesgo mayor de tener un recién nacido altamente prematuro. Entre otras publicaciones, existe una investigación realizada por investigadores de Canadá y Chicago y publicada en el Journal of American Physicians and Surgeons en 2003. El índice de muerte materna vinculado al aborto es 2,95 veces más elevado que en los embarazos que llegan al parto en la población de mujeres de Finlandia entre los 15 y los 49 años de edad, según una investigación realizada en el Centro Nacional de Investigación y Desarrollo para el Bienestar y la Salud cié Finlandia y publicada por el American Journal of Obstatrics and Gynecology en 2004.
"La mujeres con antecedentes de aborto provocado presentan un riesgo mayor de tener un recién nacido altamente prematuro." Tal vez sea conveniente tener en cuenta estos estudios antes de abrir el debate sobre esta verdadera lacra.

Santiago Dominguez -

Aborto legal igual a crimen o asesinato científico.
POR EL DOCTOR ENRIQUE DE LA MORENA
Muchos de nuestros lectores se preguntarán el por qué de este título, pues bien, espero que al final de mi exposición lo hayan comprendido.

Definimos el embrión como el conjunto de células vivas que están desarrollando un ser pluricelular, esto es en el humano una persona. Al decir conjunto de células vivas nos estamos refiriendo a que una vez que el espermatozoide (donado por el hombre) se encuentra en la Trompa de Falopio de la mujer con un óvulo, se reconocen y forman una célula viva, que a lo largo de la trompa se va multiplicando para desembocar en el útero y ser ya pluricelular y empezar a desarrollarse.

Ya en la segunda semana se empieza a formar la placenta, que es la fuente de nutrición de ese ser vivo que llamamos embrión. A la tercera semana se empieza a formar el tejido nervioso y empieza también a formarse el tejido a partir del cual se originarán los distintos órganos (corazón, hígado, etc.) y hacia el final de esta tercera semana ya empieza a formarse el sistema digestivo.

Cuando finaliza el primer mes ya han empezado a formarse y desarrollarse todos los órganos importantes. Ya podemos observar los bracitos, las piernas, ya sentimos los latidos del corazón, vemos también los ojitos y así continua el proceso que al final de los nueve meses nos va a traer esa madre a un nuevo ser. Los legisladores no tienen nunca en cuenta estas fases en las que son ya seres vivos y que lo que se esta haciendo es un crimen científico.

Por otro lado, estudiamos la carrera de Licenciado en Medicina y Cirugía con un coste importante de nuestra familia y del Estado y nuestra función es la salud de la población. No hemos estudiado para ser asesinos científicos. Yo, por lo menos, no recuerdo haber estudiado en la Facultad de Medicina una Asignatura que llevara por titulo Abortos Legales. Si así hubiera sido, yo no habría estudiado Medicina.

No es necesario invocar cualquier religión. Es la propia dignidad de los profesionales de la Salud la que nos impide realizar abortos legales. Si una mujer no quiere tener un embarazo disponemos de medios para evitar esas circunstancias, pero si por casualidad ha quedado embarazada que lo lleve a término, que la sociedad acogerá con mucho cariño a ese nuevo ser.

Los médicos tenemos la obligación del Juramento de Hipócrates, y tenemos el deber y la obligación de cumplirlo. Para mí, personalmente, no considero médico a aquel que se dedica a ser un asesino científico.

Amparo -

Asusta pensar que el Sr. Zapatero vuelva a ser Presidente del “Gobierno de España”, eso tan repetido últimamente que parece un slogan publicitario ¿o lo es?. ¿Qué le induce a hablar de “mejorar” la ley del aborto? ¿Será para evitar que algunos profesionales de la medicina sin conciencia vayan a la cárcel?; de paso, al incluirlos en la legalidad, deberán declarar en su IRPF los abortos practicados, con lo que los ingresos para el Estado subirán. ¡Ah! Y si no los declaran, entonces se les perseguirá por fraude fiscal, pero no por los asesinatos en que hayan intervenido…Supongo que al Sr. Presidente no le mueve eso, sino la “libertad” de la mujer para decidir sobre su propio cuerpo..., ese argumento que, con los descubrimientos de la ciencia en los últimos años, está más fosilizado que el cadáver de Atila. Con Dios.

santolalia -

El aborto siempre es un crimen y que lo es lo demuestra que ni tan siquiera se cumple la Ley positiva, porque produce un proceso de corrupción moral.

Quienes creen que se puede salvar la unidad nacional ocultando la realidad del aborto se equivocan. Quienes consideran que uno puede oponerse al terrorismo y hacer la vista gorda hacia el aborto, se equivocan. Quienes piensan que es preciso, incluso, seguir ocultando el aborto, para afrontar los otros problemas, se equivocan de medio a medio. Porque el aborto es el problema por antonomasia. Es el foco de la corrupción moral de la sociedad. El nivel máximo de degradación. Y la degradación y la corrupción funcionan como vasos comunicantes.

Quiero, desde aquí, mostrar mi agradecimiento a la Iglesia Católica. Se ha convertido en el mayor baluarte de la defensa del derecho a la vida, y por ello merece elogio. No es precisa la fe para estar contra el aborto, porque el derecho a la vida forma parte de la ley natural, pero sin la defensa de este derecho por la Iglesia hace tiempo que nuestra civilización, tambaleándose sin resortes morales, hubiera sucumbida. Que no se cansen los eclesiásticos de predicar el derecho a la vida. Que no cejen en ofrecer una esperanza de salvación a este desquicie, del que las generaciones futuras se escandalizarán.

Es absolutamente lamentable que ningún parlamentario español, ni tan siquiera los de claro compromiso católico, haya salido a respaldar la denuncia y a exigir que de derogue la nefanda Ley del aborto. Es una muestra más, especialmente dramática y enervante, de la falta de representatividad de nuestra clase política.

sandra -

«Tus hijos no son tus hijos. Son hijos e hijas de la vida. No vienen de ti, sino a través de ti, y aunque estén contigo no te pertenecen». Así empieza un poema de Khalil Gibran que tenía mi madre en su mesilla de noche. Y termina: «Deja que la inclinación en tu mano de arquero sea para la felicidad». Leyendo en LA RAZÓN noticias relacionadas con clinicas abortistas, mi madre se preguntaba con profunda tristeza cómo es posible que la queja de una mujer que abortó en una de estas clínicas sea el trato que recibió. Al mismo tiempo, yo pensaba que verdaderamente no hay minutos en el día para dar gracias a Dios por mis padres. En los últimos días puede que algunas personas se hayan sentido escandalizadas al conocer lo que se hace en España con fetos de hasta más de ocho meses (¿el escándalo es menor si el feto tiene solo un mes?). Yo ya tengo 44 años. Recuerdo a los defensores del aborto, hablando de puñaditos de células. Pero no nos engañemos. A la criatura que empieza por revolvernos el estómago para continuar dándonos patadas adorables, que sonríe y se chupa el dedo -aunque nosotros no lo veamos- no la llamamos feto. Es nuestro hijo. Y andando el tiempo, si le damos la oportunidad, nos hará reír y llorar, nos llenará de preocupaciones y hará que nos sintamos inmerecidamente orgullosos.

Luis Dominguez -

Cuando Z se pone a reflexionar podemos esperar cualquier cosa entre lo dañino y lo chorra, muy en la línea del personaje. Ahora va a pensar sobre el aborto, por si de ese ejercicio de introspección naciera el convencimiento de que hay que ampliar los supuestos legales que permiten en España la interrupción voluntaria del embarazo.

Los elementos de juicio que se aducen para justificar la necesidad de esta reforma, curiosamente, no tienen en cuenta lo más importante, en realidad lo único trascendente, que obviamente es el bebé no nacido, cuyo derecho a la vida se soslaya a favor del de la madre a acabar con él.

Hay quien se escandaliza de que un feto de 31 semanas pueda ser asesinado, descuartizado y tirado al cubo de la basura, todo dentro de la más estricta legalidad. Sin embargo, ¿qué diferencia existe entre un ser humano no nacido con treinta semanas de gestación y otro de veinte, o de quince o de cinco? Ninguna, salvo las características de su desarrollo físico. Pero lo esencial en este caso no es la apariencia física del bebé, sino su condición humana, y eso es algo que todos adquirimos desde el momento de la concepción. El cigoto unicelular, desde el mismo instante de la concepción, es ya un organismo único de la especie homo sapiens, con sus 46 cromosomas que definirán sus características personales a lo largo de su vida. En el momento de la concepción estamos ante una nueva y genéticamente única vida humana individual.

No hay ningún momento entre la concepción y la muerte a la vejez en que la ciencia pueda discriminar la esencia humana del individuo: "A partir de aquí se es un ser humano, de aquí hacia atrás no". Imposible. Si se es un ser humano se es desde el principio.

Por tanto, aunque las leyes dicten la licitud de asesinar a un ser humano no nacido, en el plano ético estamos ante la privación del derecho a la vida de un individuo. Un ser humano que además no puede valerse por sí mismo, sobre cuyo derecho a la vida el Estado se arroga la capacidad de decisión. El principal argumento de los partidarios del aborto es que se trata de un ser vivo que depende del soporte vital de la madre para su existencia y que, por tanto, la madre puede decidir si quiere seguir manteniéndolo con vida o "desconectarlo". Sin embargo, cuando nace, el bebé sigue necesitando los cuidados de la madre para sobrevivir. ¿Están los proabortistas dispuestos a admitir que una madre resuelva dejar de darle a su recién nacido los cuidados necesarios para su supervivencia en aras de ese "derecho a decidir"? Si no lo están cuando el niño tiene dos días de vida, la argumentación para justificar el aborto pierde toda consistencia.

Desde un punto de vista estrictamente liberal, el derecho a la vida del bebé no nacido prevalece sobre cualquier otro supuesto derecho de los demás a suprimirlo. A esto último se le llama asesinato. Por más que las leyes eviten sancionar a quien lo cometa, cualquier persona moralmente sana debería reprobar esta práctica y exigir su ilegalización. No estaría de más que el partido que representa las ideas liberales en España tomara nota de esta cuestión tan elemental y actuara en consecuencia. Y es que, especialmente en este asunto, sobran reflexiones y faltan...

Samuel curtidor -

En estos últimos días he seguido atentamente las noticias relacionadas con los supuestos abortos ilegales en varias clínicas de Barcelona y Madrid. No sin estupor he leído las penas a las que se enfrentan los acusados: de uno a tres años de cárcel e inhabilitación profesional. ¡Me parece increíble! ¿Por qué? porque es una condena muy similar a la de mala praxis médica, y, sin duda, un aborto ilegal no es para nada mala praxis, sino un delito. Mala praxis se da cuando "se provoca un daño en el cuerpo o en la salud de la persona humana, sea este daño parcial o total, limitado en el tiempo o permanente, como consecuencias de un accionar profesional realizado con imprudencia o negligencia, impericia en su profesión o arte de curar".

A nivel personal espero que, de demostrarse la culpabilidad de los acusados, caiga sobre ellos todo el peso de la Justicia, y se les inhabilite de por vida; con todo el dinero que pueden haber ganado (de tres mil a seis mil euros por aborto) pueden estar perfectamente años sin ejercer... pero, ¿quién devuelve a la vida a los indefensos fetos asesinados ilegal e impunemente hasta ahora?

Jacinto G. -

No lo entiendo
Se modifican las leyes para endurecer las penas a los conductores temerarios con el fin de salvar vidas humanas, loable a todas luces, y el mismo Gobierno amenaza con modificar la ley para despenalizar en mayor grado el aborto, y de ese modo facilitar aún mas la liquidación de vidas humanas de modo impune. ¿Qué pasa? ¿Hay vidas valiosas y vidas que no valen nada? ¿Por qué unas se protegen a ultranza y otras se tiran al cubo del quirófano? Mas de 90.000 abortos provocados en España, sólo en el año 2006, parece una cifra espeluznante. ¿Hasta dónde queremos llegar?

domingo -

Soy madre de familia numerosa y matrona de profesión. Escribo para transmitir mi más sincera felicitación a todos los agentes que han investigado la trama abortista ilegal que se desarrollaba en diversas clínicas de Barcelona citadas en los medios de comunicación. ¿Quién es más culpable? ¿Los médicos y sanitarios sin escrúpulos, una sociedad permisiva o quizá quienes concibieron a las desdichadas criaturas? No me corresponde juzgarlo. Es la mejor noticia de esta Navidad que se haga justicia respecto a estos seres inocentes a quienes no han dejado venir al mundo y que no tienen la culpa de no ser deseados.

carolina -

Me parece tremendo que viendo las SALVAJADAS que hacía el animal del doctor Morín, al PSOE se le ocurra que la solución es HACERLO LEGAL. Es increíble.

sarkosi -

Yo pensando que la reflexion a la que se referia el presi, era para derogar la ley. Seran asesinos!!. Es inconcebible que se atropelle el mas valioso de los derechos humanos: el derecho a la vida. Abortos de ninos de 6, 7 y 8 meses, eso es ASESINATO. Hay que parar esto como sea. Aborto ilegal ya, de cualquier tipo.

zina -

La IZQUIERDA es asesina por naturaleza, les encanta asesinar personas, especialmente si no pueden defenderse, como los niños en el interior del vientre de su madre. Ahora pretenden seguir matando impunemente a mas niños legalmente, como los NAZIS. Ojala su madre (la de los progres) les hubiera abortado a ellos; no estariamos viendo este genocidio. PD. Soy muy benigno para lo que tendria que ser.

eva -

Me encantaría practicar el aborto con efectos retroactivo. No son nada más que asesinos, pero no desfallezcáis: ¿cuando la izquierda protegió al débil?

narceo -

Nunca imaginé el grado de hipocresía que se ha instalado en España. En España existe la pena de muerte: la pena de muerte facultativa, que permite la ejecución de un no-nato innocente(pero vivo) a discreción de la voluntad de quien lo lleva dentro. Y por otra parte, muchos se escandalizan cuando alguien pide la pena de muerte para asesinos atroces que no se arrepienten de sus infames fechorías. Este país da asco.

carcel -

El PSOE no sólo obvia que el incumplimiento de la ley del aborto promovida por Felipe González es la que ha provocado estos abusos, sino que lo aprovechará para hacer campaña.
Increíble pero cierto. A raíz de las detenciones que se van produciendo estos días tras descubrirse las escandalosas situaciones de varias clínicas abortistas en Cataluña y Madrid, el PSOE quiere sacar tajada. No sólo obvia que el incumplimiento de la ley del aborto promovida por Felipe González es la que ha provocado estos abusos, sino que lo aprovechará para hacer campaña. Zapatero acaba de pedir a la Ejecutiva socialista una “reflexión” sobre la norma, aprobada hace 22 años, para incluir alguna referencia en su programa electoral. De locos.

Maria G. M. -

¿Aborto libre y gratuito? No, y en ningún caso, gracias.

Defender el aborto libre y gratuito, cuando hoy son viables niños prematuros de 21 semanas, ¿no es, incluso a primera vista, algo inhumano? Quienes lo defienden son los partidarios de las trituradoras, la pasta humana que acaba en el desagüe y los 'rompecocos'.

Ese mundo asqueroso es el que, al parecer, defiende la Federación de Planificación Familiar Estatal (FPFE). Algo inhumano que propone que paguemos entre todos con nuestros impuestos.

La "transparencia" que proponen, si fuera total, se volvería en contra de ellos, pues pertenecen a la Federación Internacional de Planificación Familiar (IPPF), una entidad que tiene un buen número de clínicas abortivas en Estados Unidos, y fabrican equipos para realizar abortos. "Transparencia" sería ver un aborto con toda su crudeza y que acto seguido nos lo intenten "vender". Pero esa claridad informativa no les interesa. Perderían sus muchas subvenciones y la careta tras la que se ocultan.

freda -

Estos asesinos tienen que pudrirse en la carcel.

Carlos F. -

La Guardia Civil ha detenido esta mañana a siete personas, la mayoría profesionales de la medicina, por su relación con la práctica de supuestos abortos ilegales en clínicas de Barcelona que regentaba el facultativo Carlos Morín, según han confirmado fuentes de la investigación.
La detención de estas siete personas se produce como consecuencia de la investigación abierta por el juzgado de Instrucción número 33 de Barcelona, que mantiene desde el pasado 30 de noviembre en prisión a tres de los seis detenidos inicialmente.
Según las mismas fuentes, entre los siete detenidos en esta segunda fase de la investigación figuran psiquiatras y psicólogos que se encargaban supuestamente de falsificar los informes preceptivos para justificar la interrupción del embarazo por riesgo para la salud mental de la madre.
La titular del juzgado de instrucción número 33 de Barcelona decretó el pasado día 30 de noviembre la prisión sin fianza para tres de los seis detenidos por practicar presuntamente abortos ilegales en tres clínicas de Barcelona, entre ellos el máximo responsable de los centros, Carlos Morín, y su esposa.
Esta supuesta trama dedicada supuestamente a la práctica de abortos ilegales, especialmente de mujeres en avanzado estado de gestación, fue descubierta a raíz de un reportaje de la televisión danesa y se investigó en España tras una querella presentada por la asociación católica e-Cristians.
La juez que instruye el caso decretó prisión incondicional para Morín y su esposa, María Luisa D.S., así como para María Virtudes S.V., trabajadora de una de las clínicas del grupo y estrecha colaboradora del principal imputado.
En cambio, los otros tres acusados detenidos en la primera fase de la operación, los médicos Dimas A.C., Pedro Juan L.A. y Marcial R., eludieron la cárcel tras depositar una fianza de entre 2.000 y 4.000 euros.

domingo -

La clínica abortiva del doctor Carlos Morín en Madrid -está en prisión preventiva por practicar abortos ilegales en Barcelona- no es la única en el punto de mira. CB Medical Ginedemex, el nombre de la filial madrileña, ha sido cerrada cautelar y parcialmente por la Comunidad de Madrid y ahora el objetivo es intentar desenmascarar prácticas irregulares en otros centros de este tipo. Uno de ellos es la clínica Isadora, a la que el titular del Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid abrió diligencias previas en marzo de este año tras hallarse restos humanos en la basura, desechos clínicos y datos personales de las mujeres que abortaban, nombres y teléfonos incluidos.

Los restos recogidos por el Seprona de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid durante una inspección fueron enviados por orden judicial al Instituto Anatómico Forense para que determinara de qué tipo de restos se trataba. Finalmente, el encargado del análisis fue un forense del tanatorio de La Paz en Tres Cantos, quien certificó que había una docena de fetos, con distintas edades de gestación, pero varios superaban los siete meses.

Margarita Fraga -

Soluciones positivas para el aborto

Merece reconocimiento público la valiente actuación del área de Sanidad de la Comunidad de Madrid, y de la Guardia Civil, para desmontar el emporio abortista madrileño. Es igualmente valioso el seguimiento de ABC de toda esta espantosa trama. Así como la caída del Muro de Berlín descubrió «una destrucción desoladora», como indica Benedicto XVI en su Encíclica sobre la Esperanza, y supuso una entrada de aire libre en la Europa del Este, estos días, la apertura de las puertas de las clínicas abortistas ha puesto al descubierto la realidad criminal de todo aborto, la «destrucción desoladora» de la mujer que lo sufre, aunque las leyes positivas lo legalicen o no lo castiguen.

Asimismo, la actuación de la Justicia servirá para librar de la tentación de dar muerte a su hijo a muchas mujeres, que buscarán y encontrarán soluciones positivas para su embarazo inesperado. Hasta los ejecutores de tamaño crimen se sentirán más libres en la cárcel que encerrados en la espiral desbocada de la violencia extrema que practicaban.

Se hace urgente y necesario encontrar soluciones positivas para erradicar el terrorismo silencioso que es el aborto. Ni una ley de plazos, ni campañas gratuitas y masivas de reparto de anticonceptivos lo conseguirá. El erotismo cultural reinante y la promiscuidad desde la primera adolescencia son la causa del aumento de enfermedades de transmisión sexual y de los abortos.

Cambiemos de camino. Se hace imprescindible una educación afectiva y de la sexualidad positiva, limpia, humana y responsable para que nuestros niños y jóvenes puedan crecer felices y en paz. Unámonos todas las personas de buena voluntad para construir la civilización de la verdad y del amor.

Eva N. -

El aborto ha saltado a la palestra desde la práctica ilegal, y con él el testimonio de las implicadas. Muchas mujeres reconocen ahora el trauma post-aborto ligado a pesadillas y depresión. Otras dan gracias a Dios porque han logrado reconciliarse consigo mismas a través del sacramento de la confesión de la Iglesia. El aborto nunca ha sido solución, más bien ha generado más dolor del que existía previamente: mujeres destrozadas por haberse deshecho del hijo que palpitaba en su seno. Acallar la conciencia es difícil, y a veces imposible; por eso sería preferible rechazar el acto sexual si una no se responsabiliza de la vida que va a engendrar. La vida: esa maltratada que sólo sirve de eslogan para defender a los animales. La vida que Dios nos ha regalado no sólo no la apreciamos, sino que somos capaces de destruirla y verterla en el cubo de los desperdicios.

Roberto G. -

Los buscadores de fetos andaban locos con una de las clínicas de Morín que tenían bajo vigilancia. «En las basuras del centro TBC -recuerdan crudamente- no aparecían nunca restos humanos. Hasta a las más cuidadosas se les escapaba algo en la basura, una manita, un costillar, algo, pero en esa nunca».

Sin embargo, había todas las demás pruebas de que allí se realizaban interrupciones de más de 20 semanas: pañales con excrementos, medicamentos para provocar partos, etc.

La clave del misterio la aportó la propia basura. En los cientos de papeles que se recuperaban localizaron un albarán por el que se confirmaba un pedido de dos juntas de triturador «que serán pagadas a su entrega». Venía el nombre de la máquina, una STR2000.

Tan macabra herramienta es una de las piezas claves en la investigación judicial. La Guardia Civil ha recogido muestras de ADN, que ha analizado para cotejar con las pacientes de la clínica.

ABC se puso en contacto con un técnico especializado en el mantenimiento de este tipo de maquinarias: «La STR2000 es una aparato industrial, se utiliza en grandes supermercados, en cocinas de hoteles incluso en mataderos. Es capaz de triturar hasta 400 kilos de carne en una hora. Todo lo que machaca lo expulsa por el desagüe». Adiós fetos, adiós niños, adiós pruebas.

La incógnita era saber cuánto tiempo aguanta normalmente una junta como las que Morín tuvo que cambiar: «No menos de un año y dándole bastante caña al aparato». Sólo pensar en las consecuencias de esa respuesta del técnico asusta y marea: ¿Cuántas toneladas de restos humanos trituró Morín?

Si las basuras de TBC eran pobres en restos humanos se convirtieron en un botín en los papeles. Documentos, borradores, anotaciones que iban aclarando poco a poco el funcionamiento de los centros.

Así se comprobó cómo cada noche se tiraban a la basura los informes psicológicos firmados por el psiquiatra de turno y con la fecha del día, pero con el nombre de la madre en blanco. Eso hizo sospechar que los psiquiatras firmaban sus informes para justificar todo tipo de abortos y en cualquier momento sin realizar la revisión oportuna. ABC ha tenido acceso a varios de esos informes firmados en blanco en la clínica Aragó de Gerona por dos médicos psiquiatras diferentes. El doctor L.P.A., rubricaba el 28 de octubre de 2005, y el doctor J.C.G., el 29 de junio del mismo año, dos informes idénticos, escritos con las mismas palabras y en los que al lado de «La senyora» no había ningún nombre. Se supo que los médicos iban a comisión, unos 30 euros por cada mujer, y que la empresa les forzaba para que «ninguna paciente que llegara se les escapara. Si vienen que aborten», le dijeron a un psicólogo posteriormente arrepentido y que fue despedido por su «poco celo».

También se descubrió lo que las clientas pagaban por sus abortos y lo que los médicos recibían por practicarlos. Los papeles nos cuentan que un aborto de entre 13 y 15 semanas venía a salir por 378 euros (258 por la intervención y 120 por la anestesia). Sin embargo, según pasaban las semanas todo se encarecía. A Emma, de 20 años, la pidieron 3.200 euros cuando se informó la primera vez y llevaba 26 semanas embarazada. Cuando se decidió a abortar, tres semanas después, tuvo que abonar 4.000 euros. Angia, una suiza que llevaba 23 semanas de gestación, pagó 3.500 euros, aparte de los gastos de hotel y avión, porque la clínica Ginemedex, como otras, también actuaba de agencia de viajes. Sin embargo, al doctor C., Morín sólo le pagaba 60 euros por cada «IVE en los inicios», 70 por cada «IVE pequeña» y 90 cada «IVE grande». IVE son las iniciales de Interrupción Voluntaria del Embarazo. El doctor C., en la semana del 23 al 28 de abril de 2007 se embolsó 1.440 euros después de trabajar tres días (martes, jueves y viernes) y completar dos abortos de inicios, 13 pequeños y seis grandes.

«Los grandes -explican los buscadores- en la clínica de la trituradora se practicaban del siguiente modo: se provocaba el parto, cuando el niño salía se le apretaba el cuello para evitar que gritara y que la madre lo oyera y medio asfixiado se le arrojaba a la trituradora».

Rosendo F. -

LAS primeras reacciones de los grupos proabortistas ante las informaciones publicadas, en las que se ha dado cuenta de las atroces prácticas homicidas utilizadas en diversos centros clausurados por orden judicial o administrativa, han reincidido en el mismo discurso amoral y cínico que impregna toda la ideología abortista. Nada más salir a la luz que estos centros trituraban los cadáveres de los fetos, que mataban con pericia carnicera a niños de ocho meses, ya en parte fuera del claustro materno, y que los restos de esta barbarie aparecían en los cubos de basuras -como los que rescataban los activistas provida a los que hoy dedica este periódico un amplio reportaje-, los proabortistas han emprendido una réplica victimista y falaz.
Ahora denuncian agresiones a empleados de estos centros -que, si son ciertas, deben ser perseguidas como cualquier delito-, se alarman por una mano negra clerical que no existe y se escudan en los «derechos de la mujer» para zanjar cualquier voz discrepante. Incluso el ministro de Sanidad, Bernat Soria, se permitió ayer comparar a los movimientos antiabortistas con la Inquisición, lo que encierra una debilidad intelectual endémica, porque no es capaz de superar la cuestión previa del debate: que el aborto es la muerte de un ser humano. La ideología abortista elude el derecho del no nacido a la vida y se limita a ensamblar reproches tópicos. Por eso, frente a las evidencias de que los centros médicos clausurados practicaban abortos ilegales, con técnicas horripilantes, los abortistas no han reaccionando con una mínima autocrítica, sino atacando al mensajero y reclutando al progresismo con sus señuelos habituales, como la Iglesia, la derecha y el sectarismo.
La defensa de la vida del no nacido no es una cuestión religiosa ni partidista. Tampoco es una restricción para la libertad de las mujeres, aunque el abortismo defienda la interrupción del embarazo como una «compensación» a la carga de la maternidad. Es una cuestión de puro respeto al orden natural de la vida humana, eso sí, hoy presionada por un ambiente dominado por un nihilismo que le resta valor y que pretende promover una visión utilitarista del hombre, bajo la apariencia siempre de un derecho subjetivo, sea el de la mujer a abortar o el del enfermo o anciano a morir. En el aborto, la víctima no presta consentimiento ni recibe el más mínimo amparo legal; tampoco hay posibilidad jurídica de que el padre evite la muerte de su hijo no nacido -pero si este nace deberá responder de su cuidado- y es el único caso de delito contra la vida en el que cualquier imagen que refleje el resultado del homicidio, en vez de conmover conciencias -como en la tortura o la pena de muerte-, es tachada de manipuladora.
El problema de los proabortistas es que ante la actual situación no pueden sostener seriamente un debate de principios, valores y ciencia en torno al aborto. Pocos casos hay tan claros como éste en el que la pretendida superioridad moral o intelectual del «progresismo» se descubra como una pura y burda falsedad.

dama -

La Comunidad de Madrid
ha suspendido
cautelarmente el funcionamento
de la práctica
de abortos de la
clínica Mayrit, una de
las clínicas acreditadas
por la Comunidad de
Madrid para practicar
abortos alegando la
existencia de ‘un riesgo
inminente grave para
la salud de las personas’.
La clínica ha sido
denunciada, además, en el juzgado de
guardia por la Consejería de Sanidad,
procedimiento que se deriva de una
inspección de oficio realizada ayer, ha
asegurado un portavoz del departamento
autonómico. Concretamente,
los inspectores de la Administración
sanitaria madrileña encontraron un total
de 15 historias clínicas ‘sujetas por
una goma y con un cartel que pone
‘destruir’ firmadas por pacientes y facultativos
que trabajan en el centro’.
Desde la Consejería de Sanidad
también se subrayó que ‘en la consulta
del psiquiatra se encuentran encima de
la mesa varios ejemplares de informes
clínicos (48 en total) en los que se contiene
dictamen con la casilla de ‘grave
peligro para la vida o salud física de la
embarazada’ marcada y firmados y sellados
por médico especialista en psiquiatría’.
‘Dichos informes aparecen
con el resto de los datos
en blanco’.
El centro dispone
de autorización sanitaria
como centro de
planificación familiar
con interrupción voluntaria
del embarazo
de bajo riesgo, es decir,
hasta 12 semanas de
gestación y con bajo
riesgo para la salud de
la embarazada, y como
consultorio de ginecología
y obstetricia.
La denuncia presentada en el juzgado
de guardia cita, como Fundamentos
de Derecho, el art. 140 de la Ley
12/2001, de 21 de Diciembre, de Ordenación
Sanitaria de la Comunidad
de Madrid, que ‘determina que la
Consejería de Sanidad es competente
para realizar, dentro de su marco territorial,
las inspecciones necesarias para
asegurar el cumplimiento de lo previsto
en la legislación sanitaria vigente así
como para adoptar aquellas medidas
cautelares que legalmente les sean atribuidas,
para asegurar la efectividad en
la protección a la salud, cuando exista
o se sospeche razonablemente la existencia
de un riesgo inminente grave
para la salud de las personas’.
Las asociaciones provida han
aplaudido la medida y se alegran de
que por fin se comience con el negocio
del infanticio en España.

Jose Ignacio Munilla -

¿Por qué tiene el ser humano una dignidad que no tiene el animal?


Las noticias servidas sobre la intervención policial en las clínicas abortistas de Barcelona, han conmovido a una parte considerable de la opinión pública.

Ciertamente, lo de la trituradora conectada a los desagües, la falsificación de las ecografías para encubrir los abortos de siete y ocho meses de gestación, etc., era ya demasiado sangrante como para pasarlo por alto. Sin embargo, en esta sociedad del impacto mediático, existe el riesgo de que el debate sobre el aborto se circunscriba al tamaño del feto o a las mafias clandestinas de esta “industria”. Parece como si la bondad o maldad del aborto, fuese a depender del acatamiento de unos determinados límites.

A la hora de responder a la pregunta sobre qué es el hombre, forzosamente tenemos que tomar una opción en nuestra respuesta: o bien, lo consideramos un ser meramente material, un simple animal -eso sí, más evolucionado que los demás-, o por el contrario, descubrimos en él un principio espiritual que lo hace esencialmente distinto de cualquier especie animal.

No cabe duda de que los defensores del aborto se encontrarán en el primer grupo. Lógicamente, afirmarán que “eso” no es más que un trozo de carne, que no una persona. Llevando el problema del aborto hasta sus últimas consecuencias, se nos plantea la cuestión de la espiritualidad o materialidad del hombre. ¿Existe el alma humana?

En el hombre hay acciones que no se explican meramente por las leyes biológicas. La razón de ser de estas acciones ha de estar en la existencia de un principio espiritual en el hombre. El motivo es bastante lógico: la materia no puede producir por sí misma operaciones espirituales. Nos limitaremos a indicar tres realidades de la vida del hombre que evidencian, de alguna manera, la existencia del alma:


* El arte: Imaginemos que entramos en una cueva y dudamos de si en ella habitó el hombre prehistórico. Sin embargo, al comprobar las pinturas de bisontes u otros animales que hay en las paredes, se nos disipan definitivamente las dudas: podemos afirmar con certeza que en esta cueva ha habitado el hombre. ¿Por qué? Porque el arte es un fenómeno espiritual, que un animal no puede ni realizar ni disfrutar. El animal no hace nada más allá de lo que sea útil para su vida. Jamás llegará al disfrute desinteresado de la belleza de un cuadro, a la contemplación de algo que no se traduzca en una utilidad inmediata.

* La libertad humana: Se trata de la capacidad de autodeterminarse que tiene el hombre, por encima de las leyes genéticas que condicionan totalmente la actuación de un animal. Los genes nos pueden condicionar, pero no pueden determinarnos totalmente. Mientras que los animales son copias de sus padres, nosotros no lo somos. El hombre es algo inédito e irrepetible, capaz de optar y elegir, creando así su propia historia. El animal, por el contrario, determinado genéticamente, no se distancia de las cosas materiales ni puede elegirlas. Su existencia no es "historia", sino vida vegetativa.

* La religión: Que los animales carecen de sentido religioso, es un hecho incuestionable. Y esto es así porque el fenómeno de la religión es algo radicalmente espiritual. Supone en el hombre una tendencia al infinito que sólo surge tras la constatación de que las cosas de este mundo no le satisfacen plenamente. Esta tendencia es un hecho espiritual que nunca se encontrará en los animales, dado que ellos quedan saturados por la satisfacción de sus instintos.
El hombre es el único animal religioso. Precisamente porque tiene un alma espiritual. El hecho de que existan ateos no pone en cuestión lo afirmado anteriormente. En efecto, siguiendo el hilo de lo expuesto, para demostrar la existencia del alma, basta comprobar la capacidad que tiene el hombre de ser religioso, pero no hace falta que lo sea de hecho. De la misma forma que hay hombres que ni pintan, ni disfrutan de la contemplación de un cuadro, pero sin embargo, tienen esa capacidad y podrían llegar a hacerlo si se les educase en ello.

Podríamos continuar citando ejemplos pero, en definitiva, la negación de la existencia del alma conlleva la dificultad de fundamentar la dignidad de la persona humana. ¿Por qué tiene el ser humano una dignidad que no tiene el animal? ¿Por qué no nos parece mal que en una granja se haga sufrir a un buey tirando de un carro y, sin embargo, sí nos parece mal que se utilice o se explote a una persona?

Fruto de la confusión que se crea al negar la espiritualidad del hombre, son toda una serie de actitudes absolutamente contradictorias: se trata al hombre como a un animal (como ocurre con el fenómeno abortista), mientras que a los animales se les trata como a seres humanos (peluquerías caninas, hoteles para mascotas, cementerios y crematorios para animales, etc.). Una inversión de valores, que tiene su raíz en la negación del alma inmortal humana.

¿No nos parece significativo que la intervención policial de Barcelona haya tenido lugar tras una denuncia de una asociación católica, de nombre E-Cristians? En octubre de 2006 la televisión pública danesa (DR) hacía un reportaje de investigación, con cámara oculta, mostrando a los ojos del mundo esta carnicería. No era la primera vez.

Anteriormente, en 2004, el periódico británico Daily Telegraph ya había sacado a la luz el escándalo. Pero, sin embargo, nadie se movió en ninguno de los dos casos: ni la fiscalía, ni la clase médica, ni los responsables políticos de la sanidad… ¡nadie!

Ha tenido que ser una asociación religiosa (E-Cristians) la que “ha puesto el cascabel al gato”. ¿Será quizás que los hechos terminan demostrando que sólo quienes confiesan la “espiritualidad” del ser humano, tienen razones suficientes para defender su dignidad? ¿O será, tal vez, que la valentía brota de la fe?: “Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma” (Mt 10, 28).

En estos días me ha venido a la memoria una anécdota que tenía casi olvidada: siendo seminarista, entré en la habitación de un compañero. Encima de su despacho tenía un retrato familiar. Me llamó la atención que, además de los padres rodeados de sus cinco hijos, en los laterales de la foto hubiese impresos dos angelitos:

¿Qué significan esos dos angelitos en vuestro retrato familiar?, le pregunté. Su respuesta me resultó impactante: “Es que nuestra madre tuvo dos abortos naturales, y siempre nos han inculcado que nosotros no somos cinco hermanos, sino siete.”

xico -

Acaba de aprobarse una ley sobre protección animal y alguna Comunidad Autónoma ya ha anunciado que multará hasta con 100.000 euros por matar un cerdo sin aturdirlo. Es decir, que por hacer la tradicional matanza del cerdo puede caer esa multa, todo por no tratar con humanidad a un individuo de la especies “scrofa” (porcina). En cambio, vemos como impunemente se cometen verdaderas atrocidades con seres humanos en avanzado estado embrionario y las mismas comunidades autónomas, no sólo no les prohíben, sino que les dan cobertura y hasta publicidad gratuita.

No nos permiten matar a un cerdo en casa pero si permiten matar y triturar hasta hacer picadillo de los indefensos humanos. ¿Cuándo vamos a dejar de tratar como animales a los humanos que no queremos y de humanizar a los animales? ¿Estos son los frutos de una sociedad madura?

damaso -

«Tus hijos no son tus hijos. Son hijos e hijas de la vida. No vienen de ti, sino a través de ti, y aunque estén contigo no te pertenecen». Así empieza un poema de Khalil Gibran que tenía mi madre en su mesilla de noche. Y termina: «Deja que la inclinación en tu mano de arquero sea para la felicidad». Leyendo en LA RAZÓN noticias relacionadas con clinicas abortistas, mi madre se preguntaba con profunda tristeza cómo es posible que la queja de una mujer que abortó en una de estas clínicas sea el trato que recibió. Al mismo tiempo, yo pensaba que verdaderamente no hay minutos en el día para dar gracias a Dios por mis padres. En los últimos días puede que algunas personas se hayan sentido escandalizadas al conocer lo que se hace en España con fetos de hasta más de ocho meses (¿el escándalo es menor si el feto tiene solo un mes?). Yo ya tengo 44 años. Recuerdo a los defensores del aborto, hablando de puñaditos de células. Pero no nos engañemos. A la criatura que empieza por revolvernos el estómago para continuar dándonos patadas adorables, que sonríe y se chupa el dedo -aunque nosotros no lo veamos- no la llamamos feto. Es nuestro hijo. Y andando el tiempo, si le damos la oportunidad, nos hará reír y llorar, nos llenará de preocupaciones y hará que nos sintamos inmerecidamente orgullosos.

Sancho Gracia -

«La permisividad ha convertido España en la meca del aborto». Este mensaje, que se repite en los últimos años desde las asociaciones contrarias al «aborto libre que existe en nuestro país», ha tomado una nueva dimensión a raíz de la suspensión de cinco clínicas especializadas en Barcelona y Madrid por prácticas ilegales en la prescripción de la interrupción del embarazo en mujeres con un avanzado estado de gestación y sin que exista peligro para su salud, el principal requisito para poder acogerse al supuesto legal que no establece límite de tiempo (sí para los casos de violación -12 semanas- o maformaciones fetales -22-).
Nuestro país es el único de Europa en el que, en la práctica, y según denuncian distintas asociaciones «provida» (antiabortistas), la interrupción voluntaria del embarazo «es libre y no tiene plazos máximos legales». El polémico tercer supuesto de la ley que despenalizó, en 1985, la interrupción voluntaria del embarazo, permite la interrupción cuando existe riesgo para la salud física o psíquica de la madre. Tras este supuesto se justifican el 97 por ciento de las intervenciones en España.
Según reconoce la propia Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción del embarazo (ACAI), «España reúne las condiciones para atraer el llamado turismo del aborto», ya que en Europa existen unos plazos que limitan la intervención, en todos los supuestos, a entre las 10 semanas de Portugal y las 24 de Italia y Holanda, mientras que en nuestro país no existe límite temporal para el tercer supuesto.
Turismo del aborto
Sin embargo, algunos son legalmente más permisivos que nuestro país para el aborto hasta las 12 semanas, que es libre en Francia, Alemania, Bélgica, Dinamarca, Grecia o Noruega. Para evitar este turismo, que fue denunciado, en el caso de Barcelona, hace tres años por un diario británico y, más recientemente, por una TV danesa mediante cámara oculta, la ACAI pide que se «modifique la ley para limitar el aborto a las 26 semanas en cualquier supues- to». Este plazo es el que los médicos calculan como límite para que el feto pueda sobrevivir fuera del útero, aunque sólo con los necesarios cuidados y la ayuda de una incubadora.
Aproximadamente entre un 40 y un 50 por ciento de las intervenciones se practican a inmigrantes, de las que un 60% provienen de Europa del Este, un 38 Asia, un 32 América y otro 32 África. Las cifras de 2006 aún no se han hecho oficiales. Sólo están disponibles los de algunas CC AA, como la de Madrid, que cifra en 22.700 las interrupciones, un 10% más que el año anterior y situándose a la cabeza del ránking nacional, seguida de Cataluña, Andalucía y Valencia. Existen 134 clínicas autorizadas para interrumpir el embarazo en España, de los que 89 son privadas y 45, centros públicos.
Según la Asociación de Víctimas del Aborto (AVA), el negocio mueve en España decenas de millones de euros al año, aunque la cifra «es difícil de calcular, porque no sólo implica el coste de la intervención, sino también todo lo que le rodea, desde el instrumental hasta los viajes desde el extranjero».
Calculando una media de 400-450 euros por intervención, sumarían unos 40 millones en 2005, aunque desde distintas fuentes se asegura que los abortos sin declarar por las clínicas «podrían duplicar o, incluso, triplicar» esa cifra. Según AVA, la propia responsable de la Mujer y del Niño del Ministerio de Sanidad, Sagrario Mateu, reconoció que se registra «sólo una parte» de los abortos reales que se practican en España.
La plataforma La Vida Importa, integrada, entre otros organismos, por el Centro Jurídico Tomás Moro, desde donde se interpuso la primera demanda contra el encarcelado ginecólogo peruano Carlos Morín, calcula en «entre un 50 y un 80% las intervenciones que no se reportan a Sanidad, simplemente para no declararlos tampoco a Hacienda», asegura uno de sus responsables, Juan Sánchez Galera.
Miembros de la plataforma han recogido de forma periódica restos humanos de la basura de algunas de estas clínicas, han hecho «recuento de brazos y piernas» de los fetos abortados y destrozados que hallaron, y luego los han comparado con las cifras «oficiales» que ofrece cada clínica investigada, y «no concuerdan».
Financiación pública
Por otra parte, muchos abortos que se practican en clínicas privadas están financiados por la Sanidad Pública -alrededor de un 35 por ciento de media, según AVA-, ya que algunas comunidades autónomas derivan muchos casos a éstas «por falta de infraestructura o de medios». De esta forma, a pesar de que el 97 por ciento de los abortos que se practican se realizan en clínicas privadas, el 50 por cien gozan de subvención autonómica en Andalucía, 21 por ciento en Valencia y 21% en Madrid. Además, de acuerdo con la responsable de AVA, Victoria Uroz, «hay hospitales públicos que, aunque hacen interrupciones, no los declaran, como el 12 de Octubre de Madrid».
Por otra parte, la utilización de la píldora del día después, aunque es considerada por algunos médicos como abortiva, no entra en las estadísticas, ya que tan sólo elimina el cigoto de hasta tres días, en caso de que se hubiera producido fecundación.