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Ecuador y el socialismo del siglo XXI.

Ecuador y el socialismo del siglo XXI.
El ex marxista Bernard-Henri Lévy escribe en su libro La barbarie con rostro humano: "He dicho que el socialismo es un engaño y una decepción. Cuando promete, miente; cuando interpreta, yerra. (...) aplíquese el marxismo en cualquier país que se quiera, que al final siempre habrá un Gulag ".
 

Después de los sufrimientos indecibles de todos los pueblos sometidos a las diversas facetas del socialismo, ahora se pretende resucitar este último bajo el disfraz del "socialismo del siglo XXI", peregrina idea que desarrolló un profesor alemán de la UNAM: Heinz Dietrich Steffan.

El libro de marras está lleno de lugares comunes, y pretende "revigorizar el marxismo" con algunos ingredientes gramscianos que giran en torno a la "economía de las equivalencias", basada en la fallida teoría comunista del valor, expuesta en El Capital, que sostiene que es el trabajo el factor que determina el valor de las cosas, y refutada contundentemente por Carl Menger.

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, la emprende de continuo contra el mercado, lo cual revela que a este doctor en Economía no le debieron de explicar la función elemental que desempeñan los precios como suministradores y compiladores de información; y que si los precios son falseados por el gobierno, tal como ocurre en Ecuador, la asignación de los siempre escasos recursos queda alterada y repercute negativamente en los salarios y en el ingreso real de la gente.

Correa canta loas a la justicia social, sin tomar en cuenta que, en el mejor de los casos, es ésa una expresión groseramente redundante, ya que la justicia no puede ser mineral o vegetal y, en el peor, vulnera la clásica definición de Ulpiano de "dar a cada uno lo suyo" para, en su lugar, sacar a unos el fruto de su trabajo y entregárselo a quienes no son sus propietarios.

Correa habla permanentemente de derechos, pero en verdad habla de pseudoderechos: no olvidemos que sus huestes pretendieron incluir en la Constitución ecuatoriana "el derecho al orgasmo para la mujer".

Típico de los socialismos es la permanente y reiterada intromisión del aparato estatal en el sector de la prensa independiente. Como es sabido, Correa inició una demanda contra los directores de La Hora de Quito, expropió canales televisivos y creó uno estatal, además de un periódico (El Telégrafo).

Los desaguisados de gobiernos anteriores en nada justifica que se acentúen los males presentes con nuevos embates contra los más pobres, en cuyo nombre se implantan e imponen controles y regulaciones estatales que conducen, precisamente, a la acentuación de la pobreza. Es por esto que ahora crece el trabajo informal, como una defensa frente a la maquinaria impositiva, que exprime y deglute todo lo que toca, al tiempo que el déficit fiscal y el gasto público crecen a pasos agigantados, en un contexto de marcos institucionales desquiciados en los que la separación de poderes resulta una quimera.

Alguien decía el otro día que hay que reconocerle a Correa que maneja muy bien la lengua indígena, que se le debe aplaudir por esto porque facilita grandemente su comunicación con los sectores desprotegidos, y que es necesario separar las cosas y diferenciarlas de otros aspectos de su gestión. Sin perjuicio de que, en el caso aludido, esa comunicación facilita la introducción de desconceptos monumentales que hacen daño a los indígenas, tiene sus bemoles eso de separar las cosas y saber reconocer lo bueno de una persona, por más que tenga otros lados tenebrosos. Pues depende del peso de los lados oscuros y de la sensibilidad de cada uno.

En cualquier caso, es triste que se insista en los modelos autoritarios, por más que se revistan con fachadas democráticas, ya que no quedan vestigios de respeto a las minorías y consecuentemente no se conoce el significado del Estado de Derecho. Los Chávez, Morales, Ortega, Castro, socios de Correa en sus fechorías, en realidad instauran una patética cleptocracia y marcan una peligrosa deriva en el continente.

Cierro esta columna con una cita de Ezra Taft Benson, de una conferencia que pronunció el 25 de octubre de 1966 pero que es aplicable a cualquier país al que se le introduzcan políticas estatistas con la suficiente perseverancia:

Cuando Nikita Kruschev visitó EEUU, lo entrevisté en mi calidad de miembro del gabinete de Eisenhower. En esa oportunidad vaticinó que nuestros nietos vivirían bajo el comunismo; agregó que nosotros sentimos rechazo a la palabra comunismo, pero que con dosis constantes de socialismo no resultaría necesario recurrir a las armas, puesto que, con el tiempo, caeremos en sus manos como fruta madura.

 

6 comentarios

Fernando Batalla F. -

Primer canal sacado del aire en Ecuador

Por más de que el gobierno ecuatoriano haya decidido sacar del aire a Telamazonas por solo 3 días, esto es suficiente para enviar un fuerte mensaje a los demás medios y a los asambleístas: podemos cerrar un medio y no necesitamos la ley de comunicación para hacerlo.

Durante el último mes se ha desarrollado un intenso debate en el país alrededor de la nueva ley de comunicación, tildada justamente como “ley mordaza”. No solo fuerzas de la oposición sino también la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la UNESCO habían expresado importantes reparos con dicho proyecto de ley. La semana pasada, los asambleístas de la oposición y los gobiernistas lograron un consenso para poder aprobar la ley. Este consenso dependía de que el Consejo Nacional de Comunicación que sería creado por la ley no tenga la potestad de cerrar medios (solo programas de esos medios). A mi personalmente, me pareció un consenso inaceptable. Puesto que el poder de cerrar programas que le incomoden a las funcionarios públicos es suficiente para coartar la libertad de prensa y de expresión.


No obstante, dicen que el repentino cierre por tres días de Teleamazonas se debe a la intención del gobierno de romper el acuerdo entre asambleístas gobiernistas y de oposición para que no se apruebe una ley que crearía un Consejo de Comunicación que tendría menos poder que los entes reguladores de medios vigentes (Conartel y Supertel).Lo relevante es que este gobierno demostró ayer con qué facilidad y rapidez está dispuesto a tomar medidas autoritarias. Ya lo había hecho en otras ocasiones, pero ayer casi todos vimos la pantalla de un canal de señal abierta en negro. No importa el debido proceso, ni lo que los ciudadanos piensen (la mayoría están en contra de la ley mordaza y del cierre de Teleamazonas), lo que importa es lo que el líder quiere. Atrás quedaron los días de la “participación ciudadana”, “pluralismo”. Ayer quedó claro que una persona conduce el show y el resto de los actores o no se dan cuenta o siguen pretendiendo jugar a la democracia participativa.

Lo mismo que pretende hacer en España Zapatero y el PSOE, con una TV (Intereconomia), pero aqui luchamos por una democracia y contra las dictaduras, sean comunistas o socialistas.

Jorge Toledo G. -

Camilo, el matón
Los pelucones de Alianza PAIS son como su Jefe: gritan, insultan, pero mandan a otro a que muerda.

Al menos el inefable Alberto Acosta peleó alguna vez en las calles por lo suyo. Camilo Samán en cambio vivió siempre en la burbuja de los aniñados, de fiesta en fiesta, agarrado de algún amigo que lo ayude a sobrevivir en su cómoda vida en la vía a Samborondón.

Por eso el matón Samán no fue ayer a las instalaciones de este Diario para reclamar. Mandó a sus guardaespaldas. A los de abajo, a señoras que no tenían ni idea de qué hacían allí. Él, como buen pelucón, permaneció a buen recaudo, esperando a que le reportaran por teléfono.

¿Pero qué hay detrás de todo esto? Ustedes ya lo saben. Es la desesperación de un hombre que de la noche a la mañana se convirtió en un revolucionario próspero y al que, claro, le molesta que la prensa le diga las verdades.

Es la desesperación de un Gobierno corrupto que quiere desviar la atención y sembrar el pánico. Para que nadie hable más de Fabricio Correa. Que no se hable del Mono Jojoy. Que no se diga nada de sus vacaciones en Cuba, de las casas que vuelan, de su jet privado, de su chef belga, de su jacuzzi en el Ministerio del Litoral.

Correa comenzó insultando. Algunos creyeron que era teatro, pero luego comprobaron que el Gran Jefe goza, se complace y vuelve a la vida cuando denigra.

Es su manera particular de elevar su autoestima, que de otro modo andaría por los suelos.

El caso es que por estos motivos algunos ingenuos concluyeron que era un asunto de personalidad. Pero no es así. Hay mucho más de fondo. El poder está contaminado por una mafia que está dispuesta a utilizar cualquier método para seguir disfrutando de los fondos públicos.

Por eso una y otra vez han intentado generalizar la violencia. Los estudiantes de la Universidad Católica lo saben. Los vecinos de Dayuma también.

Pero esa semilla hasta la fecha no había germinado. Así que a partir de ahora recurrirán a manifestaciones de asalariados que si se encuentran con un periodista en la calle lo reventarán a palos.

Por supuesto que van a fracasar, pero no porque esté escrito en alguna piedra sagrada. Dependerá de nosotros, los ciudadanos. Si nos callamos, si nos asustamos, si se nos caen los pantalones, si hipócritamente adoptamos una postura neutral, las mafias van a seguir de largo, y entonces Camilo el matón y la familia Correa tendrán camino libre para seguir disponiendo de los millones de la CFN.

Vas por una calle y te insultan. Luego te escupen. Y por último te patean y amenazan a tu familia. Puedes estar seguro de que el siguiente paso será darte un tiro. Así que debes reaccionar. Hay dos modos de hacerlo: agachando la cabeza (y esa será una herencia que tus hijos y nietos nunca olvidarán) o te levantas y les dices, mirándolos a los ojos, “yo soy un hombre digno”.

Por esta columna escrita por Emilio Palacio editor de la página de opinión, El Universo—el periódico con la mayor circulación en el país (Ecuador), ha sido sentenciado el viernes a tres años de cárcel.

damaso -

Un columnista sentenciado a tres años en cárcel en Ecuador

El presidente ecuatoriano Rafael Correa desde hace mucho ha considerado a la prensa su “mayor adversario”. Desafortunadamente esta actitud ha resultado en la intolerancia oficial de individuos críticos del gobierno.

El último ejemplo de esto es aquel de Emilio Palacio, editor de la página de opinión de El Universo—el periódico con la mayor circulación en el país—quien fue sentenciado el viernes a tres años de cárcel por una columna que escribió en agosto de 2009. Palacio acusó a Camilo Samán, director de un banco estatal, de haber enviado manifestantes a las oficinas de El Universo luego de que el diario reportó posibles actos de corrupción en este banco. El Presidente varias veces ha dicho que Palacio debería ser castigado por lo que escribió. En un país donde todos sabemos que las cortes no son independientes del poder político, no sorprende que la decisión del caso haya sido en contra del editor.

He conocido a Palacio desde que empecé a escribir artículos para El Universo a fines de 2006. Aunque casi nunca hemos estado de acuerdo en cuestiones de políticas públicas, seguramente no creo que él (o cualquier otra persona) se merece ir a la cárcel y posiblemente pagar una multa de $3 millones por expresar una opinión (La corte de hecho lo declaró a Palacio culpable de “injuria calumniosa”, pero incluso si creyese en esa decisión, el castigo seguramente no corresponde al delito).


El gobierno de Correa ha acusado a por lo menos 31 personas de ofender “la majestad de la presidencia”, encarcelando muchas de ellas por cortos periodos de tiempo. Para hacerlo, el Presidente ha revivido una ley de la primera dictadura militar de los setentas que hacía de tal ofensa un crimen y que nunca fue derogada.

El gobierno regularmente vilifica a sus críticos incluyendo a periodistas, estudiantes universitarios, empresarios y líderes indígenas. Por ejemplo, durante sus cadenas radiales de los sábados, el Presidente ha atacado a Carlos Vera y Jorge Ortiz, los dos conductores de noticias más populares del país. Las frecuentes cadenas nacionales del gobierno usualmente tienen el único propósito de atacar a personas o grupos que se oponen a la política oficial. Algunas veces estas cadenas fueron transmitidas durante los programas de Vera y Ortiz, prohibiéndole a sus respectivos televidentes de ver sus programas. En 2008 Correa tomó el control de varios canales de señal abierta y radios privados. El año pasado, aparentemente su blanco era Teleamazonas, otro canal de señal abierta. En diciembre, el gobierno sacó del aire a Teleamazonas por tres días y ahora tiene un caso legal frívolo pendiente en contra del canal.

Es penoso que Correa esté siguiendo los pasos de su aliado populista Hugo Chávez en restringir la libertad de expresión y que lo esté haciendo acarreando poco escrutinio internacional.

Gonzalez H. -

Evo, Correa y Chavez, son marxistas-comunistas-Leninistas y tarde o temprano llegaran a ser la imitacion de Lenin.
¡¡¡SUDAMERICANOS, DESPERTAD!!!

Jose M. R. -

Del pozo del Evangelio bebieron la trilogía Libertad, Igualdad y Fraternidad. La fraternidad es la más ocultamente combatida: hay muchos más racistas que los que reconocen serlo. Frecuentemente más los opresores peroran la libertad. Todos pregonan la igualdad, a condición de ser más iguales que los demás. Los estatismos, con el nombre de Liberalismo, Socialismo, Fascismo, Nazismo, limitan o suprimen la libertad. La ofensa a esta trilogía ha encontrado cobijo en Constituciones de Ecuador, pasadas y presente. Es paradigmática la ofensa a esta trilogía en la instrucción-educación. La identidad ecuatoriana en su pluriculturalidad es una. Esta identidad debe ser marco referencial irrenunciable de la instrucción-educación. Dentro de este marco, el Estado debe reconocer (no digo dar) libertad creativa, para instruir y educar a los ciudadanos. No dudo de la capacidad de las decenas o de la centena de ciudadanos que elaboran el currículo, pero tengo la certeza de que no son los únicos y, posiblemente, ni siquiera los más capaces. Sin embargo, ellos, de hecho, imponen un contenido parcial de instrucción-educación. Esta limitación de libertad es apoyada en la desigual participación en los bienes de todos los ciudadanos.

La actual Constitución recoge de las anteriores la afirmación de la igualdad de los ciudadanos ante la ley.

Todos somos propietarios y destinatarios de los bienes del Ecuador, como el petróleo. Todos tenemos que contribuir, en proporción a nuestros bienes privados, por medio de impuestos y otras formas, a la marcha y desarrollo del país. Los que tienen más deben contribuir más, generalmente contribuyen. Como hijos de los propietarios y contribuyentes, todos los estudiantes tienen derecho a recibir la parte proporcional de la suma destinada a la educación en los diversos niveles. Los padres que quieran más en educación paguen el suplemento a la parte proporcional que corresponda a sus hijos. El Estado estatista, en vez de servidor, se hace dueño de la educación y señor de los bienes de los ciudadanos: destruye así la igualdad y la libertad, meollo de la democracia. Además de presentar una visión recortada, ideologizada o partidista, el estatismo la impone con la inequidad, negando la parte proporcional debida a los estudiantes, que quieren una visión más integral del hombre y del mundo; quieren educación para ser, no solo para hacer.

El estatismo la impone fácilmente a los pobres, a los que dice servir con preferencia. Los pobres no pueden pagar varias veces la educación con su fondo común, sus impuestos y, además, pensiones para educar en libertad, responsabilidad y en otros valores. Los estatistas tienen un objetivo: suprimir la libertad.

1.- Dando beneficios materiales solo a estudiantes de establecimientos fiscales y municipales. Niños fiscales pobres con mochila, alimentación. ¡Bien! 2.- Cargando a niños pobres de establecimientos particulares con pensiones, etcétera.

Según el artículo 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos:

* Los padres, (no el Estado) tienen derecho preferente a escoger el tipo de educación. * La educación tiene como objeto el pleno desarrollo de la personalidad, (sin recortar los valores humanos y su fundamento).

yuyote -

Rectores, estudiantes y trabajadores de 72 universidades están convocados para el próximo jueves a una reunión extraordinaria de la asamblea universitaria ecuatoriana, que se realizará en la capital, para definir acciones en contra del contenido del proyecto de ley de Educación Superior.

Mientras la Comisión de Educación de la Asamblea continúa con la sistematización de casi un centenar de observaciones que se presentaron durante el segundo debate. A pesar de que la ley orgánica de la Función Legislativa determina que es discreción del ponente recoger las sugerencias a los textos, esta vez, será toda la Comisión quien tome la decisión.

Así lo dijo ayer la vicepresidenta de la comisión, Aminta Buenaño (PAIS), quien advirtió que hay temas en que no se puede ceder dentro de la ley de Educación Superior, como la creación de la Secretaría Técnica, que a su criterio lo contempla la Constitución.

Desde las universidades se analizan acciones como la realización de marchas y plantones en todas las ciudades del país. Con estas movilizaciones se apelará a la conciencia de los asambleístas sobre el daño que le harán al país si se aprueba la ley como está redactado el informe, anunció el rector de la universidad Andina, Enrique Ayala Mora.

Las autoridades universitarias aspiraban a que en esta última fase de aprobación de los textos del proyecto haya una nueva ronda de conversaciones entre asambleístas, rectores y estudiantes, pero la semana anterior el presidente de la comisión de Educación, Raúl Abad, negó esa posibilidad.

Ayala Mora dijo que en la ley hay al menos 20 problemas que impedirán que pueda funcionar la universidad, pero que lo más grave es el sistema de transición que prácticamente busca consolidar el control gubernamental sobre las universidades, porque se crea un Ministerio de Educación Superior nombrado por el Gobierno.

“La intención es cesar inmediatamente a los organismos que rigen a las universidades, crear un vacío y dejarnos bajo la dictadura de algún funcionario nombrado por el Presidente de la República”, aseguró.

Ayala Mora explicó que desde las universidades se planteó que los organismos sigan funcionando hasta que sean legalmente reemplazados, y que no se puede permitir que aprobada la ley inmediatamente cesen las autoridades universitarias y pasen al control de la Secretaría Técnica.

Con ello, añadió, se teme que las universidades queden al menos un año bajo el control del Gobierno hasta que se llame a concursos para la integración de los consejos universitarios.

“La intención es establecer una dictadura transitoria del Gobierno en el sistema universitario, con ello, la transición es una trampa grave, porque allí van a cumplir aquello que dicen que no están afectando, la autonomía del sistema universitario”, destacó el rector de la Universidad Andina.

Buenaño sostuvo que hay muchos estudiantes y sectores de la Asamblea que señalan que no se puede permitir que el Consejo Nacional de Educación Superior (Conesup) sea el encargado de la transición.

Adrián Peña, rector (e) de la Escuela Politécnica Nacional, aclaró que las universidades no se oponen al control, sino a la forma de la integración de esos organismos de control, donde el Gobierno, asegura, tendrá una mayoría y deja afuera a las autoridades universitarias.

Agregó que el periodo de vacaciones en las universidades de la Sierra dificulta convocar a una movilización estudiantil.