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LA NEGOCIACIÓN CON ETA. DISCURSO ÍNTEGRO DE MARIANO RAJOY. Ruptura de relaciones.

LA NEGOCIACIÓN CON ETA. DISCURSO ÍNTEGRO DE MARIANO RAJOY. Ruptura de relaciones.
 Reproducimos a continuación el discurso íntegro del presidente del PP, Mariano Rajoy, pronunciado en el Pleno del Congreso para defender la propuesta de resolución del PP posterior al Debate sobre el estado de la Nación.
Señor Presidente, Señorías:
 Los españoles deseamos ardientemente vivir libres de la amenaza del terrorismo. No pretendo competir con nadie en este deseo, pero el mío no cede el puesto a ninguno. Todos los españoles lo desean ardientemente, pero no lo aceptarían a cualquier precio ni de cualquier manera. Llevamos treinta y ocho años demostrando que no estamos dispuestos a conceder una sola de las exigencias de los asesinos. Esta actitud cívica y ejemplar nos ha costado un precio muy alto si lo medimos en la sangre, en el dolor y en la desolación de las víctimas. Un precio muy alto, señorías. El único que hemos estado siempre dispuestos a pagar para dejar claro que jamás podrán los terroristas doblegar la voluntad democrática de los españoles. No hemos estado dispuestos a rendirnos jamás. No lo haremos jamás.
Las únicas opciones que hemos ofrecido a ETA han sido siempre o la rendición o la derrota. Frutos de esta voluntad fueron el Pacto Antiterrorista, la Ley de Partidos y la expulsión de Batasuna de la democracia y de la legalidad. En todas estas medidas ha participado el señor Rodríguez Zapatero. Gracias a todo ello hemos conseguido acorralar a los terroristas hasta el punto de que la derrota a corto plazo apareciera como una posibilidad alcanzable.
En este contexto, señorías, el pasado 22 de marzo, ETA anunció un alto el fuego permanente. La respuesta del Partido Popular se podía dar por descontada: ofrecimos todo nuestro apoyo al gobierno para intentar confirmar esa buena noticia.
El Partido Popular, desde el primer momento, ha prestado un apoyo leal al Gobierno en los términos que establece el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo, es decir, un apoyo para lograr la disolución de la banda armada sin que mediara ninguna clase de contrapartida. En este sentido, el señor Rodríguez Zapatero manifestó públicamente su conformidad asegurando que no se pagaría ningún precio político por el cese de la violencia.
Desde entonces hemos mantenido este apoyo. No ha sido fácil, porque hemos tenido que dejar a un lado muchas cosas alarmantes que contradecían y devaluaban las palabras del Gobierno. Pero no hemos querido quebrar la marcha de los acontecimientos porque lo único que nos importaba era saber si ETA abandonaba o no su actividad criminal y se disolvía. Eso es lo único que nos importaba, pero que nadie piense que ignorábamos lo que ocurría a nuestro alrededor.
Hemos oído, aunque el señor Rodríguez Zapatero lo negaba, que representantes del Partido Socialista y de Batasuna han celebrado reuniones secretas durante varios años, han pactado una especie de hoja de ruta que recoge los diversos pasos de la negociación e incluso han acordado el procedimiento para alcanzar los acuerdos.
Hemos oído, aunque el señor Rodríguez Zapatero lo negaba, que existe la intención de formar dos mesas para la negociación. Una a la que acudirían el Gobierno y ETA; otra en la que se sentarían el PSOE y Batasuna con quien quisiera acompañarles. Son dos mesas para una misma negociación que se separan únicamente para guardar las formas y poder afirmar —sin que se note el engaño— que con ETA no se negocian contrapartidas políticas. En efecto, se negociará con Batasuna que es lo mismo.
Hemos sabido, aunque el señor Rodríguez Zapatero lo ocultaba, que el alto el fuego no es definitivo, que - por el momento - ETA no desea abandonar de manera irreversible  su actividad criminal, que no piensa entregar las armas y no considera la posibilidad de pedir perdón.
Hemos sabido que ETA suspendía temporalmente sus delitos porque esperaba contrapartidas políticas. Hemos sabido que mantiene todas sus exigencias intactas: la autodeterminación, la anexión de Navarra, el indulto de sus presos y, como gestos de buena voluntad, la suspensión de la Ley de Partidos, del Pacto Antiterrorista, de la actividad policial, de las funciones de la Audiencia Nacional y el inmediato traslado de los presos a cárceles próximas al País Vasco.
Hemos sabido que los de ETA no renuncian a nada porque piensan que ellos han ganado y que hemos fracasado nosotros, los españoles, la Transición, nuestro proyecto autonómico y nuestro tenaz empeño de no ceder a las reclamaciones de los terroristas. Piensan, no conozco el motivo, que somos nosotros quienes hemos pedido la tregua y que nos avenimos a discutir lo que siempre hemos negado.
Hemos visto también que, desde el Gobierno, en lugar de salir al paso de estas exigencias con firmeza, se les allanaba el camino. Hemos constatado una manifiesta permisividad ante las ilegales actividades públicas de Batasuna que el Gobierno disfrazaba de ejercicio legítimo de derechos individuales. Hemos visto una deliberada determinación de la fiscalía para no apreciar delitos en la conducta de los investidos como interlocutores indispensables. Hemos visto que en Batasuna presumen de haber neutralizado a los jueces y ahora reclaman que se neutralice la Audiencia Nacional; en una palabra, el Estado de Derecho.
En fin, señorías, no agotaré el repertorio extendiéndome en el injusto acoso que han sufrido las víctimas ni en las insolentes jactancias que nos regala a diario el señor Otegui. Baste con lo dicho para sostener que hemos visto muchas cosas y ninguna tranquilizadora. Pese a todo, repito, hemos guardado un silencio prudente para dar la oportunidad al Gobierno de explorar lo único que importa. Yo, personalmente, he sufrido numerosas críticas por ello. Pese a todo, señorías, he mantenido mi apoyo porque pensaba que estaba sirviendo a un bien superior, que así entendía yo la posibilidad de que ETA dejara las armas. Únicamente pedí al señor Rodríguez Rodríguez Zapatero que, en cuanto fuera posible, confirmara cerca de la banda terrorista si existía o no una voluntad inequívoca de disolverse y que, mientras no tuviera una respuesta inequívoca, se abstuviera de tomar ninguna iniciativa que favoreciera a los terroristas.
Pues bien, señorías ¿cuál es la respuesta que he recibido? Ninguna. Peor aún: sin que medien cambios en la situación, sin que ETA haya abandonado las armas, nos enteramos gracias a que no estamos sordos, de que el Partido Socialista, en cumplimiento de compromisos adquiridos, se propone iniciar sus conversaciones con Batasuna. Se ha dicho, ofendiendo a la inteligencia de los españoles, que no se trata de una negociación política sino de un ejercicio altruista de catequesis democrática. Al parecer, esto no es cierto porque aquellos con los que el Partido Socialista pretende reunirse no dicen lo mismo. Les ha parecido – y cito las afirmaciones de un dirigente etarra-  que esta reunión constituye el esperado “reconocimiento formal de Batasuna como interlocutor y un paso indispensable para poner en marcha la mesa que negociará el nuevo marco político” del País Vasco. Ya contaban con ello, y el Secretario General del Partido Socialista en el País Vasco, Patxi López, lo ha refrendado hace sólo cuarenta y ocho horas al aceptar la “mesa de partidos” que reclama el mundo de ETA.
Este propósito constituye una osadía descarada, señorías. Si semejante reunión se realiza, acarreará consecuencias muy graves. Ya sé que aquí se gobierna como sea, sin considerar las consecuencias, pero yo estoy obligado a medirlas. Estamos hablando, ni más ni menos que de la legalización de hecho de Batasuna, de su reconocimiento como interlocutor válido, es decir, de compartir con ETA el diseño del futuro de España y del País Vasco. Ni más ni menos, señorías. No me vengan con subterfugios. No me digan que ETA y Batasuna no son lo mismo ni me cuenten que los socialistas vascos toman iniciativas por su cuenta. En esa mesa se van a sentar, los apoderados de ETA y del señor Rodríguez Zapatero.
Este gesto, que quiere parecer cínicamente inocente, arrincona la Ley de Partidos, rompe el Pacto Antiterrorista y se mofa de la sentencia del Tribunal Supremo que ilegalizó a Batasuna. En otras palabras, señorías: con un simple ademán, el Gobierno cumplimentará tres de los gestos de buena voluntad que ETA le exige para sentarse a negociar. Casualmente habrán desaparecido los tres instrumentos que más han contribuido a la derrota de ETA y que más podían ensombrecer el futuro de una banda que no piensa disolverse. Todo eso se lo regala el señor Rodríguez Rodríguez Zapatero, y, además, les pone una mesa.
Este gesto significará, también, que el señor Rodríguez Zapatero mintió cuando dijo que no habría “diálogo con ninguna fuerza política ilegalizada”; que no se pagaría “ningún precio político”; y que “no habría negociación de ninguna clase sin renuncia previa a la violencia”.
Señoras y señores diputados, mientras esta ignominia no se rectifique, entenderemos que el señor Rodríguez Zapatero desea arruinar toda posibilidad de entendimiento con el Partido Popular. En consecuencia, el Partido Popular, que no puede permanecer impasible ante hechos de esta naturaleza, rompe toda relación con el Gobierno del señor Rodríguez Zapatero, le retira el apoyo que venía prestándole y pondrá todo su empeño en que no se consume lo que consideramos un grave atentado contra el orden jurídico, la legalidad democrática, el Estado de Derecho y la seguridad de los españoles.
Señorías, todo lo que precede justifica sobradamente la resolución que ahora me ocupa. Es preciso que esta Cámara deje constancia ante los ciudadanos de varias cosas:
En primer lugar, como señala la resolución, no aceptamos que ETA reciba ninguna contrapartida política. No le debemos nada. Ya hemos pagado suficiente por no ceder a sus exigencias. No vamos a pagar otra vez para darles gusto. ¿Hay alguien que no esté de acuerdo con esto?
¿A qué llamamos contrapartidas políticas? En estos tiempos que corren, conviene señorías que precisemos el alcance de todos los términos. Llamamos contrapartida a cualquier cosa que solicite ETA: desde la pasividad del fiscal hasta la independencia. Como regla, se puede señalar que toda exigencia de ETA-Batasuna es infundada y no debe ser atendida. La única mesa que ETA necesita es aquella en la que vaya a depositar sus armas.
De manera concreta, en nuestra propuesta se rechazan dos cosas: la autodeterminación, sea como fuere que la disfracen, porque no tiene cabida en nuestro ordenamiento jurídico, y cualquier pretensión sobre Navarra. El futuro de los navarros no tiene nada que ver con la existencia o la desaparición de ETA.
Nada de esto es nuevo, señorías. Hasta ahora, todos los gobiernos democráticos enfrentados a situaciones semejantes, le han explicado a ETA que debe abandonar las armas, que no recibirá ninguna contrapartida a cambio de dicho abandono, y que ninguna de sus reclamaciones políticas será atendida por ningún gobierno español. Así ha sido hasta ahora.
Dice la resolución, en segundo lugar, que el Estado no está en tregua, esto es, que ni los fiscales se distraen, ni los jueces se amoldan, ni la policía descansa, ni la administración penitenciaria se reblandece, ni las leyes pierden vigencia. ¿Estamos de acuerdo? En consecuencia, como Batasuna es una organización terrorista ilegal, nadie puede dialogar con ella ni con mesa ni sin mesa. Conviene afirmar rotundamente que en España no hemos renunciado al imperio de la Ley ni al Estado de Derecho. Todo lo contrario. Tanto si ETA decide capitular como si no, las fuerzas de seguridad, los jueces y los fiscales seguirán cumpliendo sus obligaciones con escrupuloso respeto a la legalidad vigente. ¿Hay alguien que no esté de acuerdo con esto?
Dice la resolución, en tercer lugar, que estamos en deuda con las víctimas del terrorismo. ¿Quién lo duda?
Las víctimas encarnan el precio que hemos pagado por no ceder a ETA. Su dolor no es fruto de un accidente. Sufren porque los españoles hemos decidido mantener una postura política digna frente a los asesinos. Ellos han pagado en nombre de todos nosotros y tienen derecho a exigir que no se devalúe su sacrificio ni se les hurte la justicia ni se les arrincone en el olvido. ¿Hay alguien que no esté de acuerdo con esto?
Dice, en cuarto lugar, la resolución que, antes de que el Gobierno tome ninguna iniciativa, es preciso constatar la disolución de la banda, como prometió el señor Rodríguez Zapatero el primer día. Esta noticia no la hemos recibido todavía y, mientras no la recibamos, ni el Gobierno ni el Partido Socialista están legitimados para tomar ninguna decisión sobre la banda. Mientras ETA no desista, cualquier atención que reciba, cualquier favor que se le haga, cualquier concesión que se le otorgue, no se puede entender más que como una claudicación. Y así entiende ETA y así entiende Batasuna las atenciones que está recibiendo: como una claudicación.
En resumen, señorías. La resolución que defiendo no pretende sino aportar claridad, iluminar las intenciones, asegurar que se hará lo que deba hacer sin ocultamientos, sin disimulos, sin doble lenguaje, sin quebrantar el Estado de Derecho. Es bueno que nadie se llame a engaño, especialmente los terroristas, respecto a las intenciones del Gobierno. Si ETA, por la razón que fuere, se ha forjado una idea equivocada de las cosas, conviene que la corrija cuanto antes.
¿Cabe que alguien rechace esta resolución? ¡Naturalmente! Ya se lo digo yo: esta resolución no interesa en absoluto a quienes huyen de la claridad, a los partidarios del sigilo. No le interesa tampoco a quien esté dispuesto a salirse con la suya como sea, a cualquier precio con tal de que lo paguemos los demás.
Señorías, esta resolución no pone en peligro ningún proceso de paz. No juguemos demagógicamente con las palabras. Todos queremos vivir libres de amenazas. Incluso antes de que llegara a la política el señor Rodríguez Zapatero, estábamos todos deseando acabar con esto. ¿Acaso están contra la paz los socialistas que difieren del señor Rodríguez Zapatero? ¿Lo está Felipe Gonzalez, lo está Rosa Díez, lo están Maite Pagazurtundua, Gotzone Mora, Nicolás Redondo y tantos otros? No señorías. La cuestión no es si queremos o no queremos vivir en paz. La cuestión es si hemos de pagar un precio o no pagarlo. Hay unos pocos dispuestos a pagar lo que les pidan. La inmensa mayoría de los españoles no queremos pagar nada. Esa es la única diferencia entre nosotros.
Claridad, señorías. Esta resolución no pide otra cosa.
Por cierto que, a favor de la claridad, deseo corregir dos malentendidos.
Parece ser que el Gobierno aguarda impaciente a que, esa parte de ETA que figura como Batasuna, haga algún gesto que permita legalizarla. Pues bien, señorías, Batasuna, con este nombre o con otro cualquiera, diga lo que diga y jure lo que jure, seguirá siendo lo mismo que ha sido siempre, lo único que da sentido a su existencia: un apéndice de ETA. Será el mismo perro con distinto collar. Ya sé que a ustedes no les importa porque lo que buscan es un apaño para disimular que negocian con ETA. Lo digo como aclaración. Seguirá siendo la cara visible de ETA. Si no fuera así, carecería de interés para ustedes. Mientras exista ETA, de nada servirá que cambie la denominación de sus representantes. Siempre volvemos a lo mismo, señorías. Todo debe comenzar por la desaparición de ETA.
El otro aspecto que conviene aclarar es el del nombre de esta operación. No me gusta esa insidia de proceso de paz porque desfigura la realidad a favor de los terroristas y juega sucio con los deseos de los españoles. Es el mismo truco que emplea ETA-Batasuna, desde hace 30 años. Nunca ha pedido que nos rindamos. Siempre nos ha encandilado con la paz. Nadie ha tenido la boca tan llena de amor a la paz como ETA-Batasuna. No he conocido mejores defensores de la paz que Txomin Iturbe, Josu Ternera o Arnaldo Otegui. Siempre nos la han ofrecido como un atractivo manto (muy útil, por cierto, para ocultar lo que esconden debajo). Por eso no me fío nunca cuando se habla de paz en relación con ETA.
Señorías, todos deseamos vivir en paz, pero no a cualquier precio. Los españoles, que han conservado siempre la cabeza erguida ante ETA, que no han retrocedido jamás ante el terror; que han sabido convivir con el sufrimiento y enterrar a las víctimas con orgullo; que han salvado su dignidad individual y colectiva, pueden aceptar, y han aceptado siempre, que se hable con los asesinos para saber si están dispuestos a dejar las armas... y para nada más.
Lo que los españoles no aceptan ni aceptarán, es que se premie a los verdugos, que se les dé la razón, que se les sacrifiquen las víctimas, que se les entregue la libertad de los habitantes del País Vasco, que se pongan a su servicio las instituciones de la democracia. ¡Eso, señorías, jamás!
Este es el sentido de nuestra resolución.

Nada más y muchas gracias, señor Presidente.

20 comentarios

cester -

A LA AUDIENCIA NACIONAL EN HOMENAJE A MIGUEL ÁNGEL BLANCO.
animamos a asistir a todos aquellos jóvenes que lo deseen, recordando que será una concentración silenciosa, tal como quieren los compañeros del edil vasco asesinado por ETA, ya que se trata de una concentración de homenaje y acompañamiento a la familia.

El próximo lunes 19 de junio, a las 10:30, comenzará en la Audiencia Nacional el juicio contra el asesino Txapote, esta vez por el asesinato del concejal del PP en Ermua y miembro de Nuevas Generaciones del PP, Miguel Ángel Blanco. Recordando "la conmoción social que provocó tan vil asesinato", Nuevas Generaciones del País Vasco ha convocado a los jóvenes a concentrarse frente a la Audiencia Nacional para, "de manera pacífica y silenciosa", recordar la memoria del compañero asesinado y acompañar a la familia de Miguel Ángel. "Un día en el que todos esperamos se empiece a hacer justicia".

Mari mar Blanco ha asegurado que tanto ella como sus padres acudirán al juicio para demostrar "a esos dos asesinos que desgraciadamente pudieron con mi hermano, pero que no han podido ni con la hermana ni con sus padres".

vasco -

Y después, pues nada, a negociar con los terroristas nuestro futuro, a ver que si nos dejan seguir siendo españoles, especialmente a los vascos. La paz lo justifica todo: vulneraciones de la ley y el estado de derecho, olvido de la razón del sacrificio de las victimas, excarcelaciones de asesinos, que los violentos formen parte de las instituciones o se conviertan en autoridades, que se negocie la disolución de España… que más da hombre, si todo es “po la pá”.

C. C. -

MANIFIESTO POR LA CONSTITUCIÓN
El respeto a la Constitución, y su defensa cuando es vulnerada, son la clave del sistema que nos permite convivir civilizada y pacíficamente. Marcan también la diferencia entre los pueblos libres y los que no lo son.
En 1978, España se dotó de la Constitución más democrática y consensuada de su historia, basada en tres valores clave: la unidad de la nación, las libertades y la reconciliación final y oficial entre los vencedores y los vencidos de la guerra civil, ya lograda en la sociedad muchos años antes. Ninguna otra ley obtendría hoy tal consenso, y por ello tal valor para nuestra convivencia. Como toda obra humana, tiene defectos, y puede y debe ser reformada. Pero sus virtudes han traído al pueblo español una larga época de paz, libertad y prosperidad, que sería una locura poner en riesgo.
Algunos partidos y políticos rechazaron la Constitución, abierta o solapadamente. Sus métodos los definen: el asesinato, en sus formas más cobardes, de cientos de personas, o la connivencia política con los asesinos; el ataque a los derechos ciudadanos, sobre todo en Vascongadas y Cataluña; el recurso a los antiguos odios mediante una propaganda de revancha, casi siempre falsaria, sobre la guerra civil; la terca corrosión de la unidad de España cultivando el agravio y el narcisismo regional, vieja técnica totalitaria.
Esos partidos estuvieron siempre muy lejos de sus objetivos. Pero hoy el gobierno, en alianza de hecho o de derecho con ellos, procura con actos consumados y fraudulentos la quiebra de la Constitución, sacrificándola a una "paz" con los asesinos tan imaginaria como la "guerra" que vendría a detener. Mientras nuevos fenómenos, como el terrorismo islámico, aumentan la incertidumbre.
Tal alianza ha transformado en su contrario el Pacto Antiterrorista y por las Libertades, e intenta reducir España a un inviable conglomerado de naciones inventadas, sin apenas lazos políticos o sentimentales entre ellas, mutuamente resentidas, irrisorias en el plano internacional y peones de los intereses de otras potencias. El plan se combina con una alianza internacional de dictaduras, llamadas pomposamente "civilizaciones", entre ellas algunas muy agresivas hacia España. Esta involución antidemocrática divide a la sociedad española, abocándola a una crisis de imprevisibles consecuencias.
Frente a la involución, nosotros, españoles dispuestos a defender nuestra libertad, alzamos la bandera de una España unida y democrática, garantía de la única paz y estabilidad admisibles. Y llamamos a los ciudadanos y a sus asociaciones a impulsar un movimiento por la Constitución, que alerte a la totalidad de la población y restablezca el imperio de la ley. En las manos de todos está impedir un nuevo fracaso histórico de nuestra convivencia.
Ciudadanos por la Constitución PÁSALO A TODOS TUS CONOCIDOS

victorino -

Tenemos una democracia especial que no es por el trato dado al presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, recientemente en Cataluña con el visto bueno del ministro José Montilla, lo cual es antidemocrático a todas luces. Lo de especial se refiere a la manifestación del pasado sábado en Madrid. Pacífica, ejemplar, masiva, entrañable. Las banderas de todos los españoles de esta nación que preside José Luis Rodríguez Zapatero tapaban el cielo.
El fervor y apoyo a las víctimas era emocionante y los lemas eran: «Negociación en mi nombre no» y «Queremos saber». ¿Qué democracia es la nuestra para que esto moleste al Gobierno?¿La bandera? ¿Estar al lado de las víctimas del terrorismo de ETA y del 11 de marzo de 2003? ¿Prefieren que les demos su apoyo en un «proceso de paz» donde los asesinos no solamente no quieren arrepentirse y pagar las penas por sus crímenes sino que además pretenden cobrar por su trabajo?
Y por último y ante una investigación como la del 11-M donde aparecen lagunas por todos los sititos, contradicciones y rumores creciente , es el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero precisamente el que mayor empeño debería tener en saber la verdad de todo lo que ocurrió, por lo menos para poder dormir tranquilo y poder tranquilizar al mismo tiempo a muchos españoles que están preocupados porque todavía no conocen la verdad.

Aurelio C. -

Vamos a ver Zetapé somos muchos ¿millones? de españoles de izquierdas de verdad que estamos hasta el último pelo de ti. Tú eres un niño bien, con todo regalado, que ha escogido ser rojo de pega como el Bosé más o menos. Zetapé tú no sabes lo que es trabajar, ni tampoco lo díficil que es tener un trabajo digno en esta España de la precariedad laboral a espuertas. Los enchufados como tú lo tienen todo muy fácil, se creen que todo el monte es óregano. Más de 15 años tragándose toda la corrupción del felipismo y no dices ni "mú". Ahora te encuentras con gente de izquierda auténtica, de verdad, no de pega como tú, como Gotzone Mora, Rosa Díez, etc. y te revuelcan en el lodo. Todos los pelotas de tu partido, los que sólo viven para el carguillo porque fuera no serían capaces de encontrar trabajo están alarmados. Zetapé, de las etiquetas no se vive para siempre y a ti ya se te ha visto el plumero; "rojazo de pega".

Felix G. -

Se les acabó el amor. Claro que nunca habíamos gozado de un idilio como Dios manda, ni de besos de tornillo, ni de miradas a las ojos made in Blanco. Todo lo más Rajoy y Zapatero habían hecho manitas a la puerta de La Moncloa y, además, con una legión de fotógrafos delante, y eso debe de dar corte a los enamorados.

Hay quien dice que a Rajoy le ha costado mucho decirle a Zapatero ahí te quedas, pero que le han podido las presiones internas de su partido, por más que él diga que no.

Parece claro que ambos líderes están soportando críticas internas que cada vez son menos en voz baja y ya comienzan a ser de dominio público. Dos líneas duras en cada formación. Unos, los socialistas, no ven con buenos ojos tantas concesiones a los terroristas y otros, los populares, piden dureza en el ejercicio de la oposición.

Los dos líderes se debaten entre dos aguas y se nota. Rodríguez Zapatero ha ido demasiado lejos en demasiadas cosas y la marcha atrás no le funciona todo lo bien que debiera a pesar de las humildades –fingidas o no- de Blanco pidiendo disculpas. Esas disculpas suenan a las del tensita cuya bola da en la red y pasa al campo del adversario sin que este pueda responderla. El que pide disculpas está encantado de que la bola haya entrado.

La negociación con ETA ya es una realidad social que, según dice el Vicepresidente del Consejo General del Poder Judicial, hay que tener en cuenta. Pues nada, aquí, a base de realidades, nos vamos a encontrar con una realidad que va a ser como el monstruo de Frankenstein.

El calor afectó a sus señorías y perdieron la compostura en el hemiciclo. Ya no es solamente Martínez Pujalte -que después de su expulsión está más sosegado-, ahora son muchos los que siguen su ejemplo y llenan de denuestos al Presidente del Gobierno cada vez que dice eso de que no hay negociación política en el dialogo político con las fuerzas políticamente ilegalizadas pero que son interlocutores fundamentales en el proceso de paz que se ha iniciado, pero que sólo comenzará cuando la ETA entregue las armas, no sin que antes Batasuna haya condenado la violencia -o algo parecido-. Entonces, va, y se arma, y Marín tiene que ganarse el sueldo. Un espectáculo.

Si estaría rara la cosa que hasta Rodríguez Zapatero votó en contra de las propuestas de su partido en relación a las conclusiones del Debate de la semana pasada. Ya lo dice mi portero: un día vamos a tener una desgracia.

Y luego aparece Gotzone Mora en la tribuna de invitados y, sin quitarse el carnet del PSOE de la boca, la pregunta al Presidente: Tú, ¿en nombre de quién hablas? Y, claro, hay que expulsarla de la sesión parlamentaria. Eso sí, con una ovación de despedida –por parte de los escaños populares- que ya la hubiera querido Ponce en las Ventas la pasada Feria de San Isidro.

Hay “mal rollo” y hasta Piqué pierde la compostura y se lía a mamporros verbales con los disidentes y a Arcadi Espada le llegan los mamporros de verdad y Maragall se asoma al balcón del Palacio de la Generalitat y cuando va a decir aquello de yo sigo se le aparece el espectro de Maciá y se tiene que meter corriendo porque alguien le está moviendo el sillón de “Honorable”.

Montilla –a la chita callando- ha trazado un perfil del que, según su opinión, sería el Presidente de la Generalitat ideal para los próximos años y -¡oh sorpresa!- coincide con el suyo propio. Son casualidades de estos políticos que se dedican a estudiar perfiles.

Y es que en Cataluña las cosas están raras. Y no es para menos cuando Manuela de Madre confiesa paladinamente que es una bruja. Por menos se quemaba a la gente en el Medievo. Y, ahora, a ver quién es el valiente que hace pactos de gobierno con una bruja.

El que no se deja mover el sillón es Ruiz Gallardón, que ya ha anunciado que será el candidato del Partido Popular a la alcaldía de Madrid. O, lo que es lo mismo, que de momento no aspira a la Moncloa. Tranquilos. El Alcalde de Madrid libra su particular batalla mediática que, cuando menos, es desagradable.

Y todo este mal rollo político culmina cuando la Encuesta Social Europea nos dice que de cada diez españoles sólo a tres les interesa la política. Un trago.

Comienza el mundial y la semana volvió a registrar una nueva victoria de la selección de Luis Aragonés. Ya son 22 partidos sin perder. Todo un record. Y es que esa forma de jugar al despiste tan propia de Aragonés da sus frutos. El problema es que tiene despistados a todos y, aunque sonría con suficiencia, la sensación que hay es que no tiene la más mínima idea de qué hacer con los muchachos que se ha llevado a Alemania. Que, visto lo visto, ya parece un triunfo pasar la primera fase.

Es de esperar que el Mundial rebaje la tensión política. Ya verán ustedes cómo se publica alguna foto de sus señorías viendo, todos juntos, un partido de la selección en los salones de la Carrera de San Jerónimo. Y es que el fútbol -y más si el seleccionador nacional es Luis Aragonés- une mucho, incluso a los políticos.

Ya se sabe que las desgracias nunca vienen solas.

verceo -

A la vista de las cuatro manifestaciones que se han sucedido en contra de distintas políticas del Gobierno que preside José Luis Rodríguez Zapatero, no es descabellado que alguien plantee la oportunidad de adelantar las elecciones generales como un medio de renovar –en su caso- la confianza de los ciudadanos en el actual Gobierno de España.

Si la vida política española fuera normal –todo lo normal que es en algunos países de nuestro entorno europeo- nadie se rasgaría las vestiduras ante la posibilidad de adelantar los comicios. Cuando un Gobierno, por las razones que sea, puede empezar a pensar que está perdiendo la confianza de los ciudadanos – o al menos que ya no goza de ella en la misma medida que recién ganadas unas elecciones- la higiene política exige que se plantee la posibilidad de llamar al electorado a las urnas para que vuelva a expresar su voluntad.

Lejos de toda batalla partidista, y haciendo abstracción de los legítimos intereses de cada uno, el adelanto de las elecciones es una medida democrática como otra cualquiera, independientemente del tiempo que reste para el vencimiento del período electoral en curso.

En España todos los Presidentes de Gobierno han hecho y hacen del agotamiento de la legislatura una especie de reto personal y parece como si fuera un logro y una señal de buen gobierno. No tiene por qué ser así necesariamente.

Se alzan voces –lógicamente interesadas- pidiendo a Rodríguez Zapatero que, a la vista de las manifestaciones en la calle, rectifique. Un país políticamente sano y una clase política con verdadero sentido de lo que es una democracia moderna, lo que debería hacer es plantearse hasta qué punto tiene la misma confianza del electorado que le dio la victoria y que le otorgó el mandato para formar gobierno. Ante esa disyuntiva, el adelanto de elecciones – hasta con la perspectiva de volverlas a ganar- es absolutamente plausible.

Lo que ocurre es que nuestra vida política es algo tan distorsionado que, además de estar en constante campaña electoral, el planteamiento de los comicios propiamente dichos supone un coste político, económico y social tan elevado que hace que el apurar la legislatura, aunque sea a contra corriente de millones de ciudadanos, se vea como algo -cuando menos- improcedente y, desde luego, impensable para nuestros dirigentes.

martorell -

El portavoz de la Federación Autonómica de Asociaciones de Víctimas del Terrorismo (FAAVT) y vicepresidente de la Associació Catalana de Víctimes d´Organitzacions Terroristas (ACVOT), Roberto Manrique, ha anunciado este miércoles que el equipo jurídico de este colectivo estudiará "las acciones jurídicas que crea oportunas" si el Partido Socialista de Euskadi (PSE-EE) acaba reuniéndose con una formación ilegalizada como Batasuna "que, además, a nivel institucional europeo, se relaciona con ETA".

Manrique, herido en el salvaje atentado perpetrado por la banda el 19 de junio de 1987 en el centro comercial barcelonés de Hipercor, en el que murieron 21 personas, 45 resultaron heridas de gravedad y 22 sufrieron invalidez, ha subrayado que la decisión de su organización "no es una amenaza" sino una demostración de que muchas víctimas no se "casan con nadie" en lo político".

El representante de las víctimas catalanas del terrorismo confía en que el PSOE "se replantee" la reunión con los batasunos en la línea de lo que la ACVOT ha exigido con reiteración a José Luis Rodríguez Zapatero: antes de entrar en cualquier dinámica negociadora, el Gobierno debe poner como condición "la ausencia total de violencia y la entrega previa del arsenal en poder de los terroristas". "Si no es así –ha reiterado Manrique- seguimos teniendo la espada en el cuello y la sensación de que ETA puede cometer otra bestialidad en cualquier momento".

El portavoz de los citados colectivos de víctimas del terrorismo ha recordado que su asociación instó a la Fiscalía de Barcelona, en el año 2004, a investigar el desarrollo del encuentro que mantuvo en Perpiñán el líder de Esquerra, Josep Lluís Carod-Rovira, con una representación de la cúpula de la organización asesina.

"Tenemos derecho a poder investigar si se hace o no algo fuera de la ley, lo haga quien lo haga, sea el partido que sea" ha recalcado Manrique, que ha lamentado que "las fuerzas políticas no entiendan que el terrorismo no es un tema electoral, ni de partidos políticos ni de tirarse los trastos a la cabeza, sino que es una cuestión de Estado".

Victor G. J. -

Expulsada el pasado martes del Congreso de los Diputados, Gotzone Mora ha declarado su profunda decepción con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, tras oírle hablar sobre el proceso de negociación con ETA.

La concejal socialista y profesora del País Vasco denuncia que lleva ocho años viviendo sin libertad y explica sus opiniones y sentimientos sobre lo ocurrido en el Parlamento en torno a la banda terrorista y la posición del Gobierno de su partido.

Según Gotzone Mora, "más que el hecho de ser expulsada, lo que me hizo sentir terriblemente mal fue escuchar al presidente del Gobierno que, sin querer atender a las razones de la oposición (que representa casi al 50% de la población) manifestó que iba hacia adelante".

La concejal socialista constata que "en este mes de junio propondrá (Zapatero) al Congreso de los Diputados la negociación con ETA. Eso me desarmó".

Mora explica, sin embargo, que hubo algo peor en la actitud de Zapatero: "Pero fue peor cuando para justificar el paso que daba, fue capaz de utilizar la sangre de los asesinados del PSOE y el dolor y el malvivir de los amenazados por ETA".

A juicio de Gotzone Mora, "me pareció inhumano, amoral y deshonesto". La profesora vasca cree que tras el anuncio de alto el fuego "se vive mucho peor" en el País Vasco, y ello porque "Batasuna-ETA se ven crecidos" y "el PSOE se lo ha permitido". Le duele que "el PSOE, que se autodenomina socialdemócrata, no luche por los más débiles, por los más pobres", entre ellos las víctimas del terrorismo.

Además, la concejal denuncia que, pese a los ataques contra ella, el PSOE "jamás me ha llamado", al tiempo que considera un error este proceso porque "la banda terrorista lo que interioriza es que somos unos débiles. Esa es la trampa". Gotzone Mora cree, además, que no existe libertad de cátedra en el País Vasco y asegura que lleva ocho años sin salir a pasear con su marido

Santiago B. -

La dirección del PP «agradece», como aseguró ayer Ángel Acebes, las «disculpas» del PSOE por no informarles de la intención de los socialistas vascos de entrevistarse con dirigentes de la ilegalizada Batasuna, pero los formalismos no alteran la ruptura de relaciones con el Gobierno en tanto no se rectifique la decisión de conceder condición de «interlocutor político» a una «organización terrorista».
Después de más de dos meses de versiones contradictorias entre La Moncloa y Génova sobre el alcance y el contenido de la línea de diálogo Zapatero-Rajoy, después de enterarse por los medios de comunicación de las decisiones más controvertidas sobre el llamado «proceso de paz», los «populares» responden a los movimientos socialistas para envolverse en la bandera del consenso con el aviso de que lo importante ahora no son las formas, sino «el fondo». Es decir, como explicó Acebes en Llobregat, «si va a haber un diálogo político con ETA-Batasuna mientras ETA siga activa y no se haya disuelto». «Si rectifica, si no reconoce legitimidad política a una organización terrorista como Batasuna, estaremos siempre dispuestos a apoyar al Gobierno para acabar con el terrorismo», valoró Eduardo Zaplana.
Análisis jurídico. A esperas de ver si se produce esa rectificación, el PP estudia ya qué respuestas tiene al alcance para oponerse a una negociación en la que se «pague un precio político». Encima de la mesa está el análisis jurídico de las consecuencias de una entrevista con representantes de una organización política ilegalizada por su colaboración con el terrorismo. De acuerdo con la sentencia del TS, con el artículo 12 de la Ley de Partidos y con las decisiones del juez Grande-Marlaska, y anteriores de Garzón (auto de agosto de 2002 en el que decretó la suspensión de la actividad de la formación «abertzale»), esta última comete un delito de desobediencia a la autoridad judicial cada vez que realiza un acto como partido.
Por tanto, según fuentes «populares», de concretarse una reunión con Batasuna, la dirección del PSE provocaría un delito de desobediencia a la autoridad judicial, ante el que cabe querella por parte del fiscal o de cualquier institución que quiera ejercer la acción popular -en estos momentos, de hecho, está pendiente de ser admitida a trámite la querella del Foro de Ermua contra Ibarretxe por incluir a Otegi en una ronda de contactos con las formaciones vascas-. El PP mantiene, asimismo, que Batasuna sólo podrá ser legal cuando ETA desaparezca, y mientras, con sus dirigentes investigados en la Audiencia Nacional por pertenencia a banda armada, no tiene valor ni siquiera una declaración de condena de la violencia. Sin una reforma de la Ley de Partidos, para los «populares» es necesario una nueva formación, desligada de Batasuna y de sus dirigentes, para que pueda abrirse la vía de la vuelta a la vida política.

Antonio Berceo P. -

Nadie podrá decir que el líder del PP no ha aguantado carros y carretas antes de tomar la decisión de poner en su sitio a un presidente que se ha creído que podía tomarnos por idiotas. Un presidente que no ha dudado en mentirnos una y otra vez sobre las concesiones que estaba dispuesto a hacer a ETA. Un presidente que pretende insultar a todos aquellos que nos oponemos a un pacto con el terrorismo y el separatismo que vende la unidad de España, la dignidad de las victimas y el propio estado de derecho.

No señores socialistas, nosotros no nos oponemos a la paz, como en el colmo de la inmoralidad y la bajeza politica ustedes pretenden hacer creer a la opinión pública. Nosotros nos oponemos, en palabras de Mariano Rajoy, a que “se consume lo que consideramos un grave atentando contra el orden jurídico, la legalidad democrática, el Estado de Derecho y la seguridad de los españoles".

Y no nos saquen a sus mamporreros mediáticos para vender la falsa idea de que las victimas están divididas o para acusar al PP de Aznar de hipócrita porque una vez habló con los Batasunos, porque si ellos hicieron mal en una ocasión reuniéndose con los asesinos, ustedes se han reunido quinientas, con el agravante de que mientras el PP ilegalizó Batasuna, ustedes quieren legalizar a una banda de facciosos. Solo el PSOE ha permitiendo las actividades ilegales de Batasuna que "el gobierno disfrazaba de ejercicios legítimos de ciudadanos". Solo el PSOE ha puesto a la Fiscalía General del Estado al servicio de la tarea de “la neutralización de la Audiencia Nacional, o sea, del Estado de Derecho". Solo el PSOE está dispuesto a otorgar contrapartidas a ETA a cambio de que deje las ramas, contrapartidas políticas y judiciales, que ponen en manos de los violentos la capacidad de influir en el destino de España y condena a las victimas a sufrir un nuevo atentado, el de ver como no se hace justicia con sus verdugos.

Y porque solo el PSOE esta dispuesto a cometer semejante traición, todos los españoles de bien debemos dar la espalda a semejante partido, dispuesto a traficar con la más elemental justicia y con la propia patria.

Mamuel Dionisio -

El PSOE y el propio Zapatero suponemos que serian conscientes que en un momento u otro deberían elegir. O bien mantener relaciones con ETA-Batasuna o bien mantener relaciones con el PP.
Las exigencias para avanzar en el “proceso de paz” de los violentos son completamente incompatibles con la postura del PP de mantenerse firme en las permisas y postúlalos del Pacto Antiterrorista , que llevo a la promulgación de la Ley de Partidos, la ilegalización del entorno etarra y el endurecimiento del trato penal a los terroristas.

Se trataba de elegir entre dos maneras de poner fin a ETA. A la manera de los aberzales, negociando con ellos el futuro político del País Vasco y la misma unidad de España, olvidando además todos los crímenes cometidos y el castigo de los mismos, o a la manera del PP, aplicando la ley y no cediendo a ninguna de las exigencias políticas de los violentos. Y Zapatero ha preferido elegir a ETA como compañera de viaje que al Partido Popular.

Y por si no era evidente para todos, hasta el propio Otegui ha dejado en evidencia a un mentiroso Zapatero. «Resulta obvio que el PSE y Batasuna hablarán de política en su reunión», pese a lo que públicamente diga ahora el PSOE, ha declarado el jefe aberzale. Es falsa la justificación que un patético Pachi López ha querido dar a su reunión con los terroristas. El líder de los socialistas vascos ha invocado el Pacto de Ajuria Enea para justificar sus contactos en aras de lograr la renuncia a la violencia de Batasuna, cuando el propio Otegui desvela que el contenido de las mismas será político. Pero es que además el propio Pacto de Ajuria Enea afirma que cualquier modificación del ordenamiento jurídico se debería defender «en el marco parlamentario», lo que impide cualquier paralelismo con la situación actual en la que lo que pretenden socialistas y separatistas es establecer una mesa extraparlamentaria para negociar un nuevo marco jurídico para el País Vasco.

En estas circunstancias, no es que el PP haya roto con el PSOE, sino que la elección efectuada por Zapatero, aceptando hablar en términos políticos con los terroristas, no dejaba otra salida al líder del PP a riesgo de dar por buena una salida inaceptable éticamente y además rechazada por todo el electorado de la derecha y buena parte del de la izquierda.

romualdo -

Lo dice el Diario oficial del Estado dimitido. El País abre edición con un titular a cuatro columnas: "Batasuna decide dar los primeros pasos para legalizarse". La prosa político-administrativa ha de ser tomada en serio. Es género que no tolera ironías ni otras licencias humorísticas. No es que Batasuna dé primeros, o ulteriores, pasos para que pueda ser legalizada. No. Da pasos para legalizarse. La banda criminal se erige en sujeto soberano y, como tal, definidor exclusivo y excluyente de la legalidad.

La soberanía, dijo Carl Schmitt, es la capacidad de decidir sobre la excepción. Los marxistas, que han hecho de la mentira una segunda naturaleza, han abominado del pensamiento nacionalsocialista. Pero, arrojar la cara importa, que el espejo no hay por qué. El pensamiento político schmittiano es básicamente un reflejo de la experiencia soviética. Algo estaba ya en Marx, pero casi todo está en Lenin. Frente al intento liberal de edificar y asentar el gobierno templado, el totalitarismo, nazi y comunista, exalta el despotismo. En el primer caso, la nación, sujeto de la soberanía, es fruto del concierto de la voluntad de hombres libres, y habla por la voz de los ciudadanos. En el segundo, la nación se sobrepone a la voluntad de los individuos. Los ciudadanos no pueden hablar por ella, pues le están subordinados. Como, siendo muda, necesita voz, el partido totalitario se la presta total y excluyentemente. Los no nacionalistas no tienen derecho a vivir, dijo hace algunos días un senador del PNV. ¿Se figuran ustedes la que se habría armado si un político de la oposición a la constelación nacional socialista que nos gobierna hubiese emitido un propósito genocida de tal calibre? Pues, como lo dijo quien lo dijo, no ha pasado nada. Ni fiscales, ni jueces, ni diputados se han sentido concernidos.

Algunos comentaristas evocan, ante el riesgo de desintegración de España, la situación que precedió a la descomposición de la Unión Soviética. No negaré que hay algunos paralelismos, particularmente en la disposición liquidacionista de los gobernantes de los órganos centrales del Estado. Pero el cuadro general es muy diferente. Sin que sea exactamente igual, pues la historia nunca se repite puntualmente, más proximidades encuentro yo con los acontecimientos que llevaron a la toma del poder por los soviéticos.

La llegada de Zapatero al Gobierno permitió la instalación de un "doble poder". El primero oficiaba de Kerenski, y los batasunos de soviets. Pero esta situación es, por definición, muy inestable. Ahora, nuestros soviets, los batasunos, nos obsequian con la reedición de las leninistas Tesis de abril de 1917. Kerenski duró apenas seis meses. No sé cuantos kerenskis habrá en la abyecta corte zapateril. Probablemente duren algo más, pero su destino último será el mismo. Si no los liquida un lenin guipuzcoano, quizá los liquide el leonés, que más parece bolchevique disfrazado de social-revolucionario que kerenski genuino. Alguna ministra de cuota y Vogue, algún ministro de torpe boca y moral expedita, más de un experto en manipulaciones, más de un titiritero y titiritera acabarán en el basurero de la historia. No seré yo quien lamente su destino. No lo merecen mejor.

caius -

Una de las ideas más tontas sobre la democracia que nos han venido vendiendo las izquierdas es la de que todas las ideas son respetables mientras no se expresen con violencia y estén en la legalidad.
En realidad la democracia misma se apoya en la violencia, y precisamente en la exclusividad del uso de la violencia por el estado. Ahí están, y por algo, las policías y los ejércitos y los jueces.
Y todas las ideas no son respetables. Las ideas marxistas y las nazis no son respetables, pues suponen el fin de las libertades de todos. Pensar que deben ser acatadas si se imponen pacífica o legalmente, es una aberración completamente estúpida, pero muchos la sostienen. Lo mismo se puede decir de las ideas de Sabino Arana, de Prat de la Riba o de Companys. Precisamente por su carácter amenazante para la libertad de todos, esas ideas deben ser combatidas con la máxima energía en el terreno de las ideas. Pero nuestra derecha renunció a ese combate, y hoy esos partidos de la corrupción, el terrorismo y la disgregación de España se han convertido en una amenaza inminente.
A diferencia de las dictaduras, la democracia ofrece a todos los partidos e ideas la posibilidad de expresarse y organizarse, pero porque se supone que la masa de la población preferirá siempre la libertad de la tiranía. Si, por una mezcla de engaños y claudicaciones, la tiranía amenaza imponerse, los demócratas debemos estar prestos a defender la libertad.
Y todo el actual proceso se basa en la violencia. Es el crimen organizado de la ETA el que ha servido de impulsor a todo el proceso. El asesinato o la amenaza de asesinar. Y la complicidad con los asesinos.

J. V. M. -

El principal objetivo de todo partido político, ayer, hoy y mañana, es conseguir el poder y no dejarlo nunca. Esto es tan obvio que vale para regímenes democráticos tanto como para los que no lo son. La diferencia está en que, en los primeros, los medios para alcanzar tal fin son leales con las instituciones y los otros partidos, amén de legales.

El brazo político de la banda terrorista ETA es un partido antisistema que, como tal, justifica la violación de la ley; es decir, la extorsión y el asesinato. Pero todo antisistema que se precie quiere llegar al gobierno y amoldar la realidad a sus fantasías totalitarias. Las elecciones municipales y autonómicas de 2007 son una posibilidad para abrir nuevas perspectivas de poder en el País Vasco en este sentido, similares a las que se dibujaron en Cataluña en diciembre de 2003. Es decir; si hoy el gobierno Zapatero asegura a los terroristas unas condiciones penitenciaras y políticas de su agrado, que se traduzcan en una amnistía, el reconocimiento nacional vasco y la confederación disfrazada de autonomía, los batasunos podrían declarar que dan por terminada la violencia como instrumento político. Otegi y compañía podrían entonces legalizar un partido que buscara para 2008 la conversión de Euskadi en una República Socialista.

El PSE, por su parte, ha iniciado una maniobra envolvente para recuperar el poder en el País Vasco. Los socialistas planean una pinza sobre el PNV de la mano de los batasunos. Se trataría de presentar una coalición de izquierdas para la paz, que plantee una reforma estatutaria ambiciosa, similar a la del Estatut catalán. Todo parece jugar a favor, porque cada uno está en su papel: el PP de Rajoy como partido protesta, el PNV fuera de juego, los batasunos como luchadores por la libertad de Euskalherria, y los socialistas dando la imagen de hombres de paz, de consenso, que sólo desean el bien general.

El gobierno no se ha puesto en manos de ETA porque Zapatero diga que dialogará antes de que los terroristas renuncien públicamente a la violencia. Solamente son frases sueltas, guiños y mensajes de una negociación política, entre socialistas y batasunos, que empezó hace años, y cuyo contenido aún desconocemos. ¿O es que alguien se puede creer que el PSE se quiere sentar en una mesa con Batasuna exclusivamente para decirle que condene la violencia? ¿Y que se sientan a hablar sin condiciones previas para el diálogo, sin acercamiento de posturas ni acuerdos mínimos, sin proyectos de futuro comunes?

Los cálculos políticos y electorales están bien hechos. El PSOE va un paso por delante, y ya han indicado Fernández de la Vega y López Aguilar que es necesario que Batasuna sea legal. Son cuentas electorales que hacen unos y otros, pues si un atentado terrorista con muertos acabaría con la credibilidad del gobierno Zapatero, y quizá con su poder, también cerraría por mucho tiempo la posibilidad soberanista en el País Vasco. Llegarán a un acuerdo porque tienen hambre de poder, de tocarlo, apropiárselo, sacarle el jugo y no permitir ni por asomo que otro partido pueda, en un futuro muy, muy lejano, hacerle sombra en las urnas.

Luis Contreras D. -

Rodriguez Zapatero ha hecho dos voladuras controladas dentro de su proyecto político que por el momento no han derribado el edificio completo, pero lo han dejado tambaleando. La primera fue el despido de Bono del Gobierno, en lo que supone una ruptura definitiva con el PSOE histórico, aquellos socialistas que por encima de sus posiciones ideológicas mantenían una idea clara de la Nación y el Estado. La segunda fue la expulsión de ERC de la alianza parlamentaria que sustenta al Gobierno para tratar de sustituirla por una nueva alianza con CiU.

La salida de José Bono del Gobierno supone prescindir de la única voz crítica que existía dentro del mismo, especialmente en los dos temas estrellas de la agenda política de Zapatero: la reforma del modelo territorial y la negociación con ETA. Pero la salida del ex ministro de defensa supone también la pérdida de una referencia electoral para muchos votantes socialistas que se muestran desconcertados por la pendiente nacionalista en la que se desliza cada vez a mayor velocidad el PSOE.

Por el momento, solo aquellos que no tienen ya ninguna servidumbre al poder, como González o en menor medida Guerra, elevan un discurso crítico con una política que amenaza seriamente la viabilidad futura de nuestro país. Pero en la medida en que Rodriguez Zapatero pierda apoyo electoral, la rebelión puede ser generalizada. En mi opinión, son mayoría dentro del socialismo español los que siguen creyendo en una Nación única y en un Estado fuerte. Son mayoría incluso los socialistas que ven con preocupación, a pesar de haberlo votado, la aprobación de un Estatuto como el catalán o el dialogo con HB, pero todos ellos callan sumisamente porque Zapatero les garantiza hoy por hoy seguir en el poder.

El cambio de parejas parlamentarias puede ser aún más delicada de manejar que la propia crisis de gobierno. En primer lugar, porque quita todo perfil ideológico al proyecto de Zapatero. El pretendido progresismo de izquierda que tanto gusta mentar al presidente se desdibuja con la alianza de un partido profundamente nacionalista, pero situado más bien en el ámbito del centro derecha. Es más, en la medida en que el Gobierno deba pactar con CiU las grandes reformas pendientes, esos pactos pueden descafeinar en buena medida la agenda social de Zapatero.

En segundo término, este cambio de alianzas supone una clara contradicción estratégica entre el PSC y el PSOE. Para empezar, el nuevo pacto ha supuesto como primer pago que Zapatero haya entregado a Mas en bandeja de plata la cabeza de Maragall, para regocijo de Montilla. La traición ha sido como entregar a un hermano al enemigo. Zapatero debe a Maragall mucho como líder del PSOE y como presidente del Gobierno y pagarle con esta traición, más allá de su beneficio político, es una muestra más de la catadura moral del presidente.

Pero más allá del caso personal de Maragall, quién por otro lado se ha ganado a pulso su nuevo destierro político, aceptar a CiU como aliado en España supone dar en Cataluña por perdido el gobierno de la Generalitat. Eso será algo muy difícil de aceptar por los socialistas catalanes, pedirles que se tiren por la ventana del Palacio de San Jordi para que Zapatero pueda seguir cómodamente instalado en La Moncloa. Es más, si la aritmética parlamentaria, tras las anunciadas elecciones autonómicas, dan la posibilidad de reeditar el tripartito, la alianza del PSOE con CiU en el Congreso de los Diputados puede ser aún más efímera que la ahora frustrada con ERC.

Este improvisado cambio de parejas muestra a un Rodriguez Zapatero sin ningún proyecto político definido, más allá de aferrarse cada día al poder. Quien piense que este cambio de alianzas era algo planificado o premeditado se equivoca radicalmente. A Zapatero le da igual pactar con un partido de izquierda que con un partido de derecha, con un partido nacionalista radical que con otro nacionalista moderado. Su único objetivo es tener votos suficientes para seguir en el poder y tratar de aislar y destruir a su único verdadero enemigo político: el PP.

En todo caso, el resultado final de esta doble voladura política es un gobierno más tambaleante. Primero, porque con su deriva nacionalista está poniendo en riesgo su base electoral tradicional. Segundo, porque la mayoría parlamentaria alternativa que está construyendo tras la ruptura con ERC es aún más inestable que la anterior. Todo ello pendiente además de que un resultado adverso del referéndum sobre el Estatuto en Cataluña pueda derrumbarlo precipitadamente.

Francisco gonzalez -

Como un niño al que llevan de la oreja a clase tras fracasar en sus remoloneos absentistas, Zapatero está siendo conducido por Otegi al pupitre donde deberá escribir mil veces: "nunca pactaré con el PP". Eso no le preocupa a Pepe Luis, bien al contrario. Nada le gusta más que diferenciarse, antagonizar o pelearse con la Derecha española y para ello no vacila con unirse a la hez del populismo iberoamericano o a la peor basura terrorista musulmana o separatista. Lo malo es que la segunda penitencia, castigo o condición impuesta por la ETA y asociada a la primera es: "nunca defenderé a España". Y aunque Navarra, el País vasco, Cataluña y, sobre todo, la libertad de los ciudadanos le importan a Zapatero muy poco, tirando a nada, ese paso retórico-disciplinar lo debería deslegitimar radicalmente como Presidente del Gobierno español.

Esto es lo que el PP debe remachar ante la opinión pública: que el pacto de la ETA con el PSOE es el del PSOE con la ETA, y que ambos, como fuerzas más visibles del izquierdismo y el nacionalismo, han pactado la marginación y destrucción del PP como único partido nacional español, y que con esa destrucción lo que se pretende destruir es la idea misma de España. Naturalmente, para hacer esto, que no sería sino decir la verdad, es preciso abandonar el buenismo pasota, esa hipócrita cantinela de que el PP apoya al Gobierno en la búsqueda de la paz con ETA pero rechaza todo diálogo político con la banda criminal. Todo diálogo de un Gobierno es político. Todo diálogo político con una banda terrorista es criminal.

Rajoy ha demostrado con los hechos que el PP no ha aprendido nada de su fracaso en la tregua-trampa. La Derecha ha vuelto a demostrar que el guión de El silencio de los corderos se escribió pensando en ella. No es fácil que Rajoy admita un error, según vamos viendo. Pero es que el del Debate sobre el Estado de la Nación es peor que un mal día y mucho más que un error. Era, es y será siempre un crimen. La eutanasia pasiva de una fuerza política no es aceptable cuando implica la eutanasia activa contra la Nación. El PP no puede aceptar pasivamente que se consume el pacto ETA-PSOE pensando que más tarde o más temprano se vendrá abajo y las masas ovinas lo llamarán gimoteando al Poder. En vez de venirse abajo se les puede venir encima. Y del liberticidio y el españicidio no se libra absolutamente nadie. Ni del PP ni de España.

c. L. -

En los lugares comunes acaban encerrándose comunes engaños. Suele decirse que España y los españoles saben mucho de terrorismo porque llevan padeciéndolo durante cuatro décadas. Sin embargo, es más correcta la proposición contraria: el terrorismo ha sobrevivido durante tanto tiempo porque no se ha sabido combatirlo. Y no en el terreno técnico y policial, sino en el político. Me dirán, y con razón, que la pervivencia de ETA en democracia, no como banda marginal, al estilo del GRAPO, sino como amenaza omnipresente y condicionadora, se explica por los refugios y los colchones de que ha disfrutado: el safe haven de Francia, en otro tiempo; la complicidad de los nacionalistas, siempre; la comprensión de la izquierda, fluctuante. Pero los errores políticos han contribuido de forma decisiva.

La disponibilidad de sucesivos gobiernos a negociar con la banda terrorista, sólo ha podido animar a ésta a continuar su actividad criminal. Es indiferente, para el caso, que a negociar se le llame dialogar, tomar la temperatura o, en el cursi lenguaje zapaterita, mirarles a los ojos. Todos ellos son nombres que no son, como decía en su carta a Patxi López-–uno que no es– la madre de Joseba Pagazaurtundua, Pilar Ruiz Albisu. Los terroristas entienden el verdadero significado de esos eufemismos a la perfección.

No hay precedentes para lo que se trae entre manos ZP. No los hay, porque nunca se había llegado tan lejos en las concesiones políticas que encierra la voladura del marco constitucional, ni en las presiones al poder judicial, ni en el cese de actuaciones policiales, ni en los lametazos cariñosos al entramado terrorista. Ni tampoco en el enmascaramiento de todo ello y en la ocultación de lo que se ha tejido en la oscuridad. Pero el hecho es que un pasado de negociaciones con ETA explica que ahora muchos ciudadanos no rechacen a priori que el gobierno decida sentarse con un grupo terrorista. Y que, a la vez, paradójicamente, no quieran saber nada de satisfacerlo con concesiones.

Pero ha habido otro error político de gran calado en todo esto: la idea de que bastaría unirse todos para que el terrorismo se fuera al rincón del que no habría de salir jamás. El cuento de la unidad. Porque una cosa es declamar a coro condenas al terrorismo y otra querer derrotarlo. Y eso no lo han querido nunca los que desean recoger las nueces del árbol. La "unidad de los demócratas" ha creado otra ilusión. Ha sido otro nombre que no es. Pues no fue la unidad, sino la claridad, la firmeza y la decisión de no darle ni agua al enemigo, lo que puso a ETA contra las cuerdas. Hoy, embisten ZP y los suyos con la unidad, sabedores de que ese mantra tiene su público. Es cierto, quieren la unidad sinceramente. Pero la unidad para que todos juntos, de la mano, y en alegre compañía, vayan por la senda del desistimiento y de la cesión. Si la dirección del PSOE no tuviera en mente, o ya pactadas, contrapartidas inadmisibles, a buenas horas iba a suplicar la complicidad del PP.

I. v. -

Esta vez, Mariano Rajoy ha ganado la partida y ha robado toda la iniciativa al Gobierno. Con un discurso fuerte y contundente ha dejado clara la posición de los populares y ha dejado en evidencia de manera atroz a los socialistas. Algo que debía haber sucedido hace una semana, pero que un cierto exceso de buenas intenciones por parte de Rajoy ha retrasado estos siete días.

Rodríguez Zapatero es consciente de que en estas últimas semanas había perdido la dirección, el mando y el timón. La iniciativa la había cedido hace mucho tiempo a los terroristas pero, políticamente, intentaba mantener el paso respecto al Partido Popular. Así estaban las cosas hasta que llegó el anuncio del inicio de las conversaciones con ETA-Batasuna, debido a las amenazas de los etarras contra el proceso. Aquello cambió el escenario.

Desde entonces, el Gobierno ha ido dando tumbos de aquí para allá. El lunes, en el Senado, Pérez Rubalcaba intentaba recomponer las relaciones con el PP; algo imposible después de días y semanas de mentiras, falsedades y filtraciones interesadas. Un día después, Zapatero ha pretendido recuperar el mando con una intervención inesperada en el Congreso. Un discurso que, lejos de servirle de ayuda para recuperar el control, ha permitido ver a un presidente descompuesto. Y es que Zapatero sabe que ha iniciado un lamentable proceso de rendición, que como tantas otras cobardías pretende que no tenga testigos. Pero sus intentos de engañar al Partido Popular para que se sume a la humillación del Estado de Derecho han encontrado, en esta ocasión, una adecuada respuesta.

Hemos visto en el Congreso a un presidente noqueado por sus propios errores y debilidades. Zapatero sabe que ha entrado en una dinámica que ya no tiene vuelta atrás. Y que para ello ha elegido como compañeros de viaje a Otegi, Llamazares y Puigcercos. Esos son los nombres de sus socios para este proceso de rendición.

Por todo esto y muchos más, la concentración del próximo sábado en Madrid convocada por la AVT en la plaza de Colón se ha convertido en una cita obligatoria para que la ciudadanía deje claro que no estamos dispuestos a que este Gobierno entregue la democracia a los terroristas. Zapatero deberá ser, al menos, consciente de que sus decisiones no tienen el apoyo de los españoles.

Luis Dionisio T. -

Sólo hay dos formas de enfrentarse al chantaje terrorista: combatirlo o rendirse a él. Dentro de la primera caben dos actitudes, la de oponerse a los terroristas con la ley en la mano y la de saltarse los controles y emprender la guerra sucia. A lo largo de los últimos 25 años se han ensayado estos tres modelos para poner fin a la barbarie etarra. Sólo ha funcionado uno de ellos. Los otros dos, el de la entrega y el del atajo al margen de la ley no han servido más que para fortalecer a la banda y rearmarla de argumentos.

Los socialistas españoles, tan expertos en bandazos como ayunos de principios, trataron primero de apaciguar y meter en vereda a los asesinos. Cuando constataron que les era imposible por las buenas lo intentaron por las malas. De lo primero nos quedan las frustradas negociaciones de los años 80. De lo segundo el nacimiento y desarrollo del GAL, una banda criminal montada desde las altas instancias del Estado. Este es el modo en el que el PSOE ha tratado de luchar contra ETA durante buena parte de sus años en el Gobierno. Ahora, reinstalado de nuevo en el poder, reincide en errores pasados como si la historia reciente no le hubiera enseñado nada.

Una nación democrática no puede negociar con terroristas, y no puede hacerlo por una razón obvia; los asesinos no están a la misma altura que el Estado y, por lo tanto, carecen de legitimidad para poner condiciones. Algo tan elemental como esto no ha terminado de entenderlo Zapatero, que sigue empeñado en que él, gracias a las bondades del diálogo, pondrá fin al conflicto satisfaciendo a las dos partes.

Tal presunción le ha llevado a desmontar el trabajo de toda una década que estaba empezando a fructificar. Lo peor es que el plan lo traía de lejos y ha estado engañando a la oposición y a todos los españoles durante este tiempo. En cierto modo podría afirmarse que ha sido el caballo de Troya de los soberanistas vascos en el aparato de Madrid. Ha iniciado, por ejemplo, conversaciones con un partido político ilegal que forma parte de una banda armada. Ha facilitado que la fiscalía se inhiba para allanar el camino a la negociación. Ha permanecido impasible cuando, desde la cúpula etarra, se le ha hecho saber que sus demandas de siempre permanecen intactas. En apenas dos años de equilibrismo en el Gobierno, ETA ha ido cosechando una victoria tras otra. ¿Qué les impide ahora pensar que, al final, se saldrán con la suya?

Esto lleva a pensar que, en realidad, Zapatero no ha pensado nunca en acabar con el terrorismo sino en entregarse a él, acceder al chantaje y comprar de este modo la "paz" con la que luego pueda comerciar en las elecciones. No sería la primera vez que un aspirante a caudillo se presenta como "pacificador". Para ello no ha escatimado mentiras y propaganda a raudales. Escondido tras la tramoya de la "paz" y la "España plural" ha ido preparando un camino para el que quizá ya no haya retorno. No le han importado lo más mínimo las víctimas, ni los sentimientos de la mayor parte de la sociedad, ni siquiera se ha detenido a pensar que, en este lance, el Estado de Derecho puede sucumbir irremediablemente.

Frente a semejante impostura la única opción de Mariano Rajoy era oponerse sin ambages. En un discurso muy bien hilvanado, dio cuenta en el Parlamento de las razones por las que su partido –y casi toda España– se oponen al apaño socialista. Zapatero, que está en otra onda, le respondió haciendo referencia a los contactos que se hicieron con ETA hace ocho años. Lo de siempre. Esto, sin embargo, no debe ocultar algo muy importante: el Gobierno va a sentarse a negociar con ETA sin siquiera haberlo consensuado con el principal –y único– partido de la oposición. Algo inaudito en cualquier país democrático. La voz de 4 de cada 10 españoles ha quedado silenciada en este asunto. Este es, una vez más, el talante y el diálogo entendido por Zapatero.