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Europa

El efecto colateral del ‘blindaje’ en España de las ventas a corto: el ataque de los especuladores se desvía hacia los bancos franceses y alemanes. Se interpreta como una maniobra de presión del Gobierno de España a Hollande y Merkel.

El efecto colateral del ‘blindaje’ en España de las ventas a corto: el ataque de los especuladores se desvía hacia los bancos franceses y alemanes. Se interpreta como una maniobra de presión del Gobierno de España a Hollande y Merkel.

La prohibición de las operaciones a corto en la Bolsa española ya está consiguiendo los primeros resultados: desviar los ataques de los especuladores hacia los bancos franceses y alemanes. En el sector bancario se interpreta el movimiento como una maniobra de presión del Gobierno a François Hollande y Angela Merkel.

Según se ha podido saber por fuentes financieras, el veto a los cortos en España e Italia está suponiendo un duro castigo para el sector bancario en Francia y Alemania.

Las entidades financieras alemanas y francesas poseen gran cantidad de deuda española e italiana, por lo que los bancos de estos dos países se han convertido ahora en un blanco perfecto para los especuladores.

 

Alerta en el Banco de Francia

 Ahora, descartadas las empresas del Ibex para un ataque, la gran banca francesa –BNP Paribas bajó horas después de la prohibición de las ventas a corto un 5,5%, y Société Générale, un 4,6% - se han colocado en el punto de mira. También el alemán Deutsche Bank se desplomó un 4,5%.

 Según las fuentes consultadas, este giro de los ‘hedge funds’ ha levantado todas las alarmas en Francia. El Banco central francés ha pedido a las entidades financieras de su país extremar la prudencia con España. Lo mismo ha ocurrido en Alemania.

 

Maniobra de presión del Gobierno

Las fuentes financieras, a las que se ha tenido acceso, interpretan el movimiento como una “maniobra de presión” del Gobierno hacia las autoridades europeas para que den una solución inmediata a la crisis de deuda que está azotando con dureza a España.

Se maneja que colocar a los bancos alemanes y franceses en el centro de la diana puede provocar una reacción de los mandatarios de ambos países para sacar de la ‘asfixia’ a España.

Así, el Gobierno de Mariano Rajoy puede conseguir el apoyo del francés François Hollande para hacer pinza también con el italiano Mario Monti y hacerse oír en Bruselas.

También se busca un movimiento de la canciller alemana, Angela Merkel, quien se niega en redondo a dar liquidez a España a través del BCE, pero que podría ceder a una solución intermedia con tal de alejar a sus bancos del punto de mira de los especuladores.

Al PSOE le estalla en las manos el "que vuelve la derechona"

Al PSOE le estalla en las manos el "que vuelve la derechona"

 Zapatero ha recibido un sonado bofetón. Y lo ha recibido él mismo. La estrategia agresiva del PSOE sacando de nuevo a pasear al famoso doberman, sus leyes del aborto libre y de la píldora del día después para niñas de 16 años para enfrentarse a la Iglesia católica, su intento, en definitiva, de asustar a la sociedad vendiendo de nuevo el "que viene la derecha", ha sido un fracaso. ¿Y ahora? ¿Insistirán o se tendrán que poner a cavilar para pensar una estrategia un poco menos simplona?

El PSOE está en su derecho de hacer llegar a sus bases que estas elecciones no hay que leerlas en clave interna. "Pero, lo cierto es que el PSOE está perdiendo votos a chorros, aunque haya puesto en marcha toda su artillería social, todas sus maniobras de distracción, todas sus promesas populistas y todas sus leyes presuntamente simpáticas para el electorado de izquierdas, como la del aborto", escribe con acierto José Antonio Sentís en El Imparcial.

Los planes ambiciosos de Zapatero no se los creen ni los suyos, aunque bastantes de ellos le sigan votando. Pero los votantes de Zapatero ya conocen su fragilidad, saben que “es de los suyos”, pero también saben que es tremendamente incompetente. Y lo ven, para su inquietud, en la apoteosis de incapacidad de muchos de sus ministros y de los más destacados de sus dirigentes en el PSOE, empezando por la inefable Leire Pajín.

Aunque Zapatero no lo crea, sus votantes quieren un Gobierno eficaz para España, y no que el Gobierno utilice a España como laboratorio de sus genialidades. Pero eso es pedirle mucho a Zapatero.

¿Se decantará Zapatero por su idea de las tragaderas de los españoles son infinitas mientras les metas la mercancia con una sonrisa optimista? ¿Insistirá en el "o yo o la derechona" sin molestarse en explicar qué ofrece para solucionar los graves problemas del país?

“Hemos quedado en charlar en la cumbre de Bucarest”, dijo ZP, pero Bush le ignora.

“Hemos quedado en charlar en la cumbre de Bucarest”, dijo ZP, pero Bush le ignora.

“Hola, hola, felicidades”, eso fue todo lo que Zapatero obtuvo del presidente estadounidense; Moratinos dice que es algo “sin mayor importancia”

Lo anunció el pasado 14 de marzo: “Hemos quedado en charlar en la cumbre de Bucarest”. Sin embargo, este jueves, 3 de abril, el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero abandonó esa cumbre sin haber conseguido mantener una entrevista con George W. Bush, su homólogo estadounidense.

Todo lo que ZP obtuvo de Bush fue un escueto “Hola, hola, felicidades”, en referencia a su triunfo electoral, al inicio de la cena ofrecida por la presidencia de Rumania con motivo de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN.

La expresión del mandatario norteamericano recuerda aquella otra en que Bush sólo dedicó a Zapatero en Bruselas siete segundos, los suficientes para saludarle con un “Hola, ¿que tal amigo?”.

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación español, Miguel Ángel Moratinos, intentó minimizar el distanciamiento de Bush hacia Zapatero con unas declaraciones en las que afirmó que es algo “sin mayor importancia” y que no estaba previsto “ningún encuentro” entre los dos mandatarios.

Queda “mucha cumbre”

Zapatero regresó a España antes de la conclusión de una de las jornadas centrales de la reunión de jefes de Estado de la OTAN, la dedicada a la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF), tras haber mantenido reuniones con el presidente polaco, Lech Kaczinsky, y el nuevo primer ministro australiano, Kevin Rudd.

El jefe del Ejecutivo español manifestó este jueves que “seguramente” se vería con el presidente norteamericano porque quedaba por delante “mucha cumbre”, pero, al final, Bush ha vuelto a ignorarle.

Moratinos indicó, eso sí, que Zapatero mantuvo “conversaciones” en la reunión de Bucarest con el presidente de Afganistán, Hamid Karzai, la primera ministra neozelandesa, Hellen Clark, el premier portugués, Jose Socrates, el primer ministro británico, Gordon Brown, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy.

La soledad de un presidente

Sin embargo, tal como se puede ver en la foto que acompaña esta información, de la agencia EFE, Zapatero no participa activamente en los encuentros informales de los jefes de Estado cuando Bush es el centro de atención.

La imagen nos muestra a un Zapatero completamente solo, sentado en el salón de reuniones, mientras el presidente estadounidense departe amistosamente al otro lado de la sala con un grupo de mandatarios aliados.

Durante más de diez minutos, el presidente del Gobierno español estuvo leyendo absorto sus anotaciones mientras el grupo de jefes de Estado reían al fondo. Y es que, en varios momentos de la cumbre, Zapatero y Bush se vieron pero no se hablaron. Tan sólo hubo ese “hola, hola, felicidades”.

Preguntado Moratinos por el contenido de las dos únicas reuniones mantenidas por Zapatero, señaló que el presidente dialogó con su homólogo polaco, Lech Kaczinsky, sobre diversas cuestiones, como la próxima cumbre hispano-polaca que se celebrará en España o la situación de Georgia y Ucrania antes de que se decidiera si se les ofrecía el Plan de Acción para la Adhesión.

Moratinos señaló que Zapatero mantuvo con el nuevo primer ministro australiano su primera reunión y destacó sobre Kevin Rudd su ideología socialdemócrata, circunstancia que daba mayor interés al encuentro, en el que trataron temas bilaterales, incluidos el contrato con la naviera militar española Navantia para construir dos portaaeronaves y tres fragatas para la Marina Real Australiana.

¿A quién dio la mano?

Tras la rueda de prensa posterior al Consejo Atlántico, Zapatero protagonizó una curiosa anécdota durante la foto con todos los mandatarios internacionales reunidos en la cumbre de Bucarest, que quedó reflejada por el circuito interno de televisión de la cumbre, cuya señal distribuye la OTAN.

Situado en la foto de familia posterior a la reunión junto al presidente turco, Abdulá Gul, al concluir el posado, el presidente español se aproximó rápidamente al grupo integrado por el premier británico y el presidente Bush, que conversaban mientras salían del salón.

Desde el lado izquierdo de Brown, Zapatero se cruzó brevemente para estrechar su mano con uno de los mandatarios del grupo, si bien las imágenes de televisión no permitieron observar si el ‘saludado’ con un apretón de manos fue Bush o el mandatario situado inmediatamente a su derecha.

Fuentes de la delegación española informaron de que no hubo en ese momento apretón de manos entre el jefe del Ejecutivo español y el presidente estadounidense, por lo que Zapatero realizó su saludo al otro mandatario cruzándose de frente con Bush mientras el grupo continuaba caminando por el Salón.

Po otra parte, consultado sobre el papel de España en Afganistán, Moratinos dijo que Estados Unidos no había solicitado a España el incremento de tropas en ese país.

“Creo que todos tenemos que estar satisfechos y orgullosos del papel y de la responsabilidad que está asumiendo nuestro país, que está asumiendo la sociedad española y espero que ese mensaje se comprenda a nivel global: la contribución al futuro de Afganistán pasa no solamente por una contribución militar sino por la combinación de esfuerzo militar, esfuerzo político, esfuerzo de reconstrucción, y en todos los esfuerzos España está a la vanguardia del esfuerzo de la comunidad internacional”, añadió Moratinos.

Francia. ¡Es la yihad, idiotas!

Francia. ¡Es la yihad, idiotas!
Ahora que los musulmanes franceses se han propuesto renovar el parque automovilístico de sus vecinos infieles, sería interesante revisar las enseñanzas coránicas, a ver a cómo cotiza en el plano ultraterreno el destrozo del coche de un cristiano o un judío.
La inteligencia progresista parece haber encontrado la raíz última del odio estructural que los fieles observantes de «la religión de la paz» profesa a los occidentales: la exclusión, la desigualdad, el mar de injusticia, en fin, el maldito neoliberalismo. Mas tiene gracia que se acuse al capitalismo de los males del país de la UE que más trabas pone a su funcionamiento, pues si Francia representa algún paradigma perfecto es el del país defensor de la alta fiscalidad y la intensa labor estatal de redistribución de riqueza, que caracterizan a un omnipresente Estado del Bienestar. Las plañideras progresistas de hoy recuerdan a las que ayer ejercían exactamente la misma crítica anticapitalista, cuando aquel curioso botarate mejicano del pasamontañas y la pipa, al poco de que la victoria electoral de Vicente Fox, salió de gira para denunciar la opresión neoliberal de los pueblos indígenas, precisamente en el país que la dictadura del PRI había convertido en un modelo político de socialismo avanzado a imitar por sus correligionarios del viejo continente.
Como la izquierda en general es claramente refractaria, no ya a los procesos analíticos rigurosos, sino a la simple observación de la
realidad si contradice su dogmática, nunca aceptará la evidencia de que tras el salvaje plan renove-molotov de los musulmanes franceses, se esconde su odio constitutivo a todo lo que huela a civilización occidental, es decir, a Civilización.
Si las turbas que asaltan comercios y queman coches estuvieran empujadas por la desesperación económica, no celebrarían los disturbios al grito de “Allah Akbar”. En lugar de iglesias o sinagogas, quemarían las sedes bancarias y, por supuesto, no dejarían a salvo los negocios de otros musulmanes, como están haciendo, sino que probablemente focalizarían en ellos el máximo odio por su condición de traidores de clase.

Admitámoslo, lo que ocurre en Francia cumple todas las premisas clásicas de la Yihad, pues en caso contrario, la Unión de Organizaciones

 Islámicas de Francia no hubiera lanzado una fatwa al respecto templando gaitas. El multiculturalismo está convirtiendo a los franceses en peatones. Como cunda el ejemplo por el resto de Europa, los políticos se van a quedar sin argumentos para hacernos cumplir el protocolo de Kioto. Quién sabe si no es eso por lo que están realmente preocupados.

Medianoche en la ciudad de la luz.

Medianoche en la ciudad de la luz.  
Hace poco más de dos años, el escritor y ensayista francés Jean-Cristophe Mounicq aseguraba en un profético artículo que, "si la teoría del choque de civilizaciones de Samuel Huntington es correcta, Francia se encuentra en primera línea de batalla". No estaba muy errado, y los sucesos que vienen aconteciendo desde hace más una semana en diversas ciudades del país vecino no hacen más que confirmarlo. Primero fue la periferia industrial parisina, muy castigada por el paro y donde los inmigrantes magrebíes y subsaharianos se cuentan por millones. Desde hace dos días el país ha entrado en una loca espiral de violencia que afecta ya a las principales ciudades del país y que, si no se detiene, puede conducir a Francia a una crisis política sin precedentes. 
Tal estallido de violencia era, sin embargo, perfectamente previsible. Junto a la inacabable crisis económica, la primera preocupación de los franceses es la seguridad. La criminalidad se ha disparado en los últimos años y en los suburbios existen zonas donde la policía ha dejado de actuar por puro pavor. El vacío dejado por la incompetencia de un Estado que, como el francés, es elefantiásico no ha tardado en ser ocupado por un sinfín de mafias y bandas juveniles dedicadas en exclusiva al crimen. Parte de la población musulmana de esas barriadas, además, se ha dejado llevar por el ideario islamista que propaga un número siempre creciente de mezquitas clandestinas, donde se adoctrina a los jóvenes en un furibundo odio hacia lo francés. Estos jóvenes, nacidos en Francia y con nacionalidad francesa, carecen por lo general de cualificación profesional y son desempleados crónicos. Constituyen lo que la izquierda de allí (y la que aquí) denomina “los excluidos”.
La tesis dominante, según la cual los violentos son víctimas de una sociedad que no los quiere, que los excluye, se viene abajo al primer análisis serio. Enferma de relativismo moral y multiculturalismo bienintencionado, la progresía oficial no termina de entender que buena parte del fracaso se debe, precisamente, a la errónea política de integración de los inmigrantes que impera en la Europa del “bienestar”. El idolatrado sistema educativo público ha fracasado estrepitosamente, de tal manera que la segunda –e incluso tercera– generación de inmigrantes no ha cuajado del todo en su país de acogida. Muestra de ello son los elevados índices de fracaso escolar y el hecho de que gran parte de la juventud de origen magrebí no se sienta francesa. La justicia gala es un desastre sin paliativos. Los delincuentes no temen a los jueces que, en muchos casos, simpatizan abiertamente con ellos, por lo que consideran con buen tino que el delito les saldrá casi gratis. La policía, que es la que se encuentra en primera línea, está desmotivada, mal dotada y siempre en la picota.
Tal estado de cosas, tal desbarajuste general, se ha mantenido, más mal que bien, durante años gracias a cantidades ingentes de dinero público. El dinero, sin embargo, empieza a acabarse. Francia arrastra una larvada crisis económica desde hace más de una década. El socialismo a la francesa está devastando una economía que, hasta no hace mucho, era modelo de desarrollo. Este sistema de altos impuestos, subvenciones, empresas públicas e intervencionismo estatal nadie lo pone en duda. Ni en la derecha ni en la izquierda. Los políticos galos prefieren seguir mirándose el ombligo y contemplando con desdén como otros países prosperan.
Los altercados nocturnos no pueden entenderse si no es en las peculiares coordenadas económicas, políticas y culturales de la Francia actual. París es el símbolo, la ciudad que un día iluminó al mundo languidece en un prolongado ocaso. Descolgada de las corrientes del verdadero progreso y apostando fuerte por el camino de la involución. Más o menos el mismo que ha escogido Zapatero para España y que, con el tiempo, podría abocarnos a idéntica situación. Con el agravante de que nuestro país tiene, además de ese, otros muchos problemas de mayor envergadura con los que habrá de lidiar en los próximos años.

BRILLANTE DENUNCIA DE LA LEY POLANCO EN LA EUROCÁMARA. Herrero en Estrasburgo: "Polanco, señores de la izquierda, convierte a Berlusconi en un mendigo"

BRILLANTE DENUNCIA DE LA LEY POLANCO EN LA EUROCÁMARA. Herrero en Estrasburgo: "Polanco, señores de la izquierda, convierte a Berlusconi en un mendigo"

El llamado "comité de sabios" organizado por Zapatero para reformar la RTVE ha entregado sus conclusiones al Gobierno. El resultado de su informe, un modelo que despejaría el panorama publicitario a Canal+ para emitir en abierto las 24 horas del día. El mismo día, el eurodiputado Luis Herrero denunciaba en Estrasburgo las maniobras del PSOE para que Jesús Polanco aumente su control sobre los medios de comunicación en España.

El eurodiputado del Partido Popular Luis Herrero denunció el lunes durante el pleno de la Eurocámara en Estrasburgo que el anteproyecto de ley sobre televisión digital terreste que promueve el Gobierno español –la conocida como Ley Polanco– pone en peligro la pluralidad.

"El Gobierno de mi país promueve una ley que permitirá que un amigo de los socialistas, Jesús Polanco, controle la mitad de toda la radio española. Un señor que además ya tiene el monopolio de la televisión por satélite y ahora persigue una ración adicional de la tarta publicitaria analógica. Polanco, señores de la izquierda, convierte a Berlusconi en un mendigo", afirmó Herrero en una brillante intervención.

"O defendemos todos la pluralidad informativa o muy pronto la estrategia de información de la UE ya no se debatirá en el Parlamento. La decidirán en un restaurante de lujo cuatro señores con capacidad para imponer a más de 400 millones un pensamiento único", añadió el eurodiputado. Herrero vinculó además el "desdén" español en el referéndum de la Constitución Europea con la falta de "un debate lo bastante plural" en los medios. "Si queremos pasión, necesitamos controversia", dijo.

El socialista Manuel Medina tomó la palabra para decir: "Parece deducirse que usted supone que Berlusconi controla los medios de comunicación en Italia". El eurodiputado también señaló que estaba sorprendido de que Luis Herrero, "una persona vinculada a las cadenas del PP", según dijo, "ahora se sorprenda de que el Gobierno socialista pretenda restablecer la libertad de los medios de comunicación que había sido suprimida durante el gobierno anterior". Medina dijo, además, que el PSOE promueve "una pluralidad que no garantizó el anterior gobierno" y que el Ejecutivo del PP "controló la totalidad de los medios públicos y privados".

No tardó en llegar la réplica de Luis Herrero: "¿Quiere decir que el PP controlaba también los medios de Polanco? ¿Usted quiere tomar el pelo a los eurodiputados, señor Medina?" El periodista recordó que "Berlusconi tiene un control sobre los medios en Italia que el PP ha criticado severamente". Por ello, pidió que "se use la misma vara de medir con la situación en España". "¿El PP controlaba los medios privados y también los de Polanco", preguntó Herrero a los socialistas. La pregunta quedó sin respuesta.

Constitución Europea. Dios en el Tratado de la Unión.

Constitución Europea. Dios en el Tratado de la Unión.

La idea de Dios es, seguramente, la más racional de la historia de la filosofía. Los filósofos la combaten o la justifican. Mas nunca han sido indiferentes, aunque a veces, cuando la cosa se pone fea, el filósofo trata de situarse más acá o más allá del Absoluto; pero de ahí no se deriva que Dios, y sobre todo lo religioso, es un asunto que como tal deba borrarse o, como quieren algunos, encerrarse dentro de los límites de la opinión privada. Eso es lo que han pretendido los redactores del Tratado de la Constitución de la Unión Europea, pero la solución no parece haber contentado a nadie. Por lo tanto, el filósofo, cuando habla de política y piensa en los principios directrices de una sociedad, tiene la obligación, so pena de renunciar a su oficio, de pensar los fenómenos religiosos como principios generadores de una sociedad. Ello no significa que lo político y lo religioso coincidan, sino que, precisamente, sus relaciones nos ponen ante la evidencia de que uno y otro son formas tan simbólicas como públicas de acceso al mundo.

Para bien y para mal, la religión, o mejor, el cristianismo europeo, sigue viviendo en tensión permanente entre el reino natural y el sobrenatural. Por fortuna para la cultura occidental, el cristianismo, ese que tanto desprecian los relativistas, sigue siendo la única religión que concede al mundo histórico-profano, a la modernidad, un valor inmanente. El cristianismo es, pues, una religión laica. He ahí la grandiosa aportación del cristianismo a la cultura occidental, que los redactores de este Tratado no han querido ver, simple y llanamente, porque estaban secularizando los principios del cristianismo. ¡No han sabido darle su lugar a la civilización que nos trajo la libertad! No saber qué hacer con el cristianismo, más aún con la civilización cristiana, es una forma de darle expresión a la crisis política que vive Europa respecto a EEUU.

Por supuesto, nadie debería exculpar de esta situación a la propia jerarquía eclesiástica. Su responsabilidad deber juzgarse en los excesos eclesiásticos por extender la idea de un “cristianismo a la carta” que pudiera terminar anulando la esencia de la cultura cristiana. Sin embargo, la reacción del ciudadano cristiano ante este Tratado no deja de resultar sugerente para el pensamiento político en general, y para el desarrollo de la democracia en particular. Por un lado, la Conferencia Episcopal española, de acuerdo con el principio de laicidad que orienta la religión cristiana, deja al libre albedrío de sus feligreses que voten a su antojo en el referéndum del próximo domingo.

Pero, por otro lado, de acuerdo con la regla fundamental del cristianismo, que intenta comportarse correctamente en este mundo sabiendo que es de otro mundo, o sea, de mantener la tensión, y hasta el enfrentamiento, entre el más allá y el más acá, entre la paradoja de “dad al César lo que es del César y a Dios lo que es Dios” (Lucas, 20, 25), el ciudadano cristiano ha experimentado en su propia carne que el César, ZP, la Unión Europea o como quiera llamársele, no sólo ha rechazado la idea del Dios cristiano, sustituyéndolo en el mejor de los casos por una religión de la razón, sino que está obsesionado por replicar todas las opiniones de la Iglesia católica con letanías laicas.

Así las cosas, ¿cuál será entonces la respuesta del ciudadano cristiano ante el referéndum? Sospecho que dirán: No. En efecto, votarán no, porque ningún ciudadano cristiano pueda votar a favor de quien ha reducido la religión cristiana a burdas supersticiones o, peor todavía, creencias biodegradables. Pero, sobre todo, el ciudadano cristiano dirá no, porque alguien que reduce la idea más racional de la filosofía occidental a una pedrada no merecerá su respeto intelectual. María Zambrano, la pensadora más tristemente manipulada por ZP y su gente, explicaría bellamente este NO al Tratado de la Unión: “La idea de Dios es la más racional de la filosofía (…). Es que Dios se dice de muy diferentes maneras, y en España hay la manera especial de usar la palabra Dios como si fuera un pedrusco que le tiraran a uno a la cabeza. Ello viene de ese algo muy español, que es el usar las palabras más bellas, más esperanzadoras, más respetables, como si fueran pedruscos.”

Pues eso, cuídese, señor ZP, de los pedruscos que se le vienen encima el próximo domingo.

Arranca la campaña del 20-F envuelta en la apatía y la contradicciones entre Zapatero y sus socios.

Arranca la campaña del 20-F envuelta en la apatía y la contradicciones entre Zapatero y sus socios. Los partidos con representación parlamentaria arrancaron a las doce de la noche de este jueves pasado, la campaña para el referéndum sobre el Tratado constitucional con un cruce de referencias a la unidad de los pueblos de España y Europa y a los valores que comparten los españoles con el resto de ciudadanos europeos de la UE. Con mítines y actos políticos con escaso público, PSOE, PP, CiU y PNV apoyaron el "sí", mientras que IU, ERC, BNG y otros partidos del grupo mixto defendieron el "no". Todos dicen compartir el mismo espíritu europeísta en el fondo, pero no en las formas.


Con unas encuestas que conforme se acerca la cita rebajan la participación en los comicios del 20 de febrero, el presidente del Gobierno se quedó en Madrid, en el teatro de la Casa de Campo, para animar a votar "masivamente" a favor del Tratado constitucional europeo porque con ello se garantizan "los valores de la convivencia", como "que todas las banderas quepan en un mismo espacio y todos los territorios puedan desarrollar su aspiraciones".

Zapatero estuvo arropado por los ministros Jesús Caldera, José Montilla y Juan Fernando López Aguilar y numerosos dirigentes socialistas aunque el público no respondió a la convocatoria. El jefe del Ejecutivo insistió en que el sí a Europa supone "sí a la paz, a la cooperación con los países que menos tienen, a la solución pacífica de los conflictos y a la igualdad"; y "un no a la pena de muerte, a la arbitrariedad y a los conflictos inútiles". En Cataluña, Maragall reunió a poco más de 300 militantes, a los que expuso que la votación del día 20 será "la más democrática y decisiva que se habrá celebrado en todo el mundo".

En su intervención, ignoró el debate que horas antes había tenido lugar en el Parlamento catalán. El PSC se plegó a sus socios de ERC e Iniciativa y voto en contra de una moción del PP catalán a favor del Tratado.

Desde el PP, Mariano Rajoy también pidió el "sí" porque "queremos una Europa tan unida y tan plural como la España constitucional que nos dimos en 1978", y animó a los votantes a apoyarla porque refleja la aspiración de una Europa "que ama la libertad, defiende la igualdad y el pluralismo", y considera la democracia "como la forma más idónea para articular su convivencia colectiva". Aún así, recordó que "no me hubiera bajado los pantalones" al renunciar al poder de decisión de España que sí contemplaba el Tratado de Niza.

El escenario del primer acto de campaña del presidente del PP fue la Feria de Muestras de la localidad vizcaína de Baracaldo, donde estuvo acompañado por la presidenta del PP del País Vasco y candidata a lehendakari", María San Gil. El líder de la oposición explicó que el texto que se somete a referéndum establece una UE "que quiere la seguridad y no está dispuesta a vivir amedrentada por el terrorismo; que es también una aspiración que comparten los españoles". En Santiago de Compostela, el presidente Manuel Fraga defendió un "sí fuerte" para apartar "riesgos disgregadores que algunos nacionalistas apoyan irresponsablemente".

Tras la indefinición inicial, CiU reunió a sus tres máximos dirigentes, Artur Mas, Josep Antoni Duran Lleida y Jordi Pujol, para abrir la campaña a favor del "sí" desde una "convicción europeísta" y "sin complejos", frente al "tacticismo" del que acusó a PP y PSOE. Así lo expresó Pujol, ex presidente de la Generalitat y presidente fundador de CiU, en un acto celebrado en una sala de fiestas de Barcelona al que asistieron unas 400 personas. Artur Mas apeló al voto afirmativo después de que, "sobre todo gracias a CiU", se haya logrado que el Gobierno central "haya accedido" a defender el catalán en la UE, mientras que el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, pidió llevar a cabo una campaña "sin complejos".

Desde el País Vasco, en el acto de inicio de campaña a favor del "sí", el presidente del PNV, Josu Jon Imaz, afirmó que en Europa "empieza a resultar caduco, cerrado y absoluto apelar a la soberanía de los estados". Con referencias al Plan Ibarretxe, los penuvistas defendieron el sí a una Constitución europea que frena las ambiciones secesionistas.

En una intervención ante la prensa en la sede central del PNV en Bilbao, el líder del PNV insistió en que "no se puede ya, en esta Europa, referirse a la soberanía de los estados, tanto a la hora de crear un espacio europeo común como a la hora de evitar que los vascos podamos decidir el nivel de autogobierno que deseamos y necesitamos".

El "no" de los socios de Zapatero

Desde la Puerta del Sol de Madrid, IU inició su campaña contra el referéndum "porque consolida los errores y no avanza en los aciertos", explicó el coordinador general de la formación, Gaspar Llamazares. En presencia de un centenar de militantes de IU, con representación de la "Plataforma por el No", en el acto se corearon consignas de "No a la Europa de los banqueros".

Desde la localidad gerundense de Figueras, en una cena celebrada en un hotel, el líder de ERC, Josep Lluís Carod Rovira, afirmó que "Europa es un mosaico hecho de piezas pequeñas y grandes, pero no hay un mosaico entero si falta una pieza y nosotros, Cataluña, somos esta pieza", por lo que pidió a los ciudadanos que voten "no" al Tratado Constitucional.

En el mismo sentido, la presidenta de Eusko Alkartasuna, Begoña Errazti, aseguró en Bilbao que, "aunque nuestro referente es y seguirá siendo Europa", su formación "apuesta por una Europa distinta a este Tratado Constitucional al que tenemos que decir que no".

Los nacionalistas gallegos iniciaron en Santiago su campaña para pedir el "no" en un acto en el que el portavoz nacional del BNG, Anxo Quintana, consideró "saludable" su "posición crítica" de los nacionalistas gallegos a la Constitución Europea, y resaltó la necesidad "reabrir el proceso constituyente en Europa para hacerlo verdaderamente democrático y participativo".

En un acto simbólico celebrado en la sede del partido en Zaragoza, la Chunta Aragonesista (CHA) pidió también el "no" a este tratado porque, a su entender, "debilita el ámbito social europeo" y en el que "no están representadas las regiones", según dijo el eurodiputado electo de CHA, José Miguel Díaz.