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Así ha sido la visita de Benedicto XVI a Santiago de Compostela (España).

Así ha sido la visita de Benedicto XVI a Santiago de Compostela (España).

 La visita del Papa comenzaba a las 11.27 de la mañana y concluía a las 19.50 de la tarde. Ocho horas en las que el Santo Padre se convertía en un peregrino más y rogaba porque "Dios vuelva a resonar bajo los cielos de Europa".

El avión en el que viajaba Benedicto XVI aterrizaba a las 11.27 horas de este sábado en el aeropuerto compostelano de Lavacolla, donde el Santo Padre fue recibido por las autoridades antes de emprender su recorrido en "Papamóvil" hasta la Catedral compostelana. La aeronave pudo tomar tierra pese a la intensa niebla que cubría el cielo compostelano en ese momento.

Los Príncipes de Asturias, como representantes de la Casa Real, llegaron minutos antes en avión, sobre las 11.15 horas, para recibir al Papa a pie de pista. El Nuncio Apostólico y el Introductor de Embajadores entraron en la aeronave para flanquear la salida de Benedicto XVI, que fue recibido entre aplausos de los presentes.

Además, el vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, como representante del Ejecutivo central, y el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y la presidenta del Parlamento gallego, Pilar Rojo, entre otras autoridades, estaban también en el aeropuerto para recibir al Pontífice.

ENCUENTRO CON LOS PRÍNCIPES Y CON RUBALCABA

Su Alteza Real el Príncipe Felipe pronunciaba en el aeropuerto un discurso de bienvenida donde resaltaba el "enorme aprecio" por el "compromiso" del Pontífice "con la paz, la libertad y la dignidad del ser humano". A continuación, el Pontífice mantenía una audiencia privada con los Príncipes de Asturias en la sala VIP de la nueva terminal y un encuentro con el vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba. La reunión con el representante del Gobierno duraba unos cuatro minutosy servía para poner de manifiesto la "total colaboración del Ejecutivo" en la organización de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que tendrá lugar en Madrid el próximo mes de agosto. Además, el también ministro del Interior le hacía entrega del facsímil de uno de los códices más importantes que custodia la Biblioteca Nacional, el conocido como "Libro de horas de Carlos V" como regalo.

PRIMER DISCURSO EN TIERRAS GALLEGAS

Benedicto XVI aprovechaba su primera intervención en tierras gallegas para destacar que venía a nuestro país "como un peregrino en este Año Santo Compostelano" para unirse a los hombres y mujeres que se han puesto a los pies de Santiago y se han dejado "transformar por el testimonio de su fe". Acto seguido el Santo Padre ponía rumbo a la Plaza del Obradoiro en su "Papamóvil" acompañado por su secretario personal y por el arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, sin dejar de saludar a los fieles que esperaban en los márgenes de la carretera.

A las 13.00 horas el automóvil llegaba a la Plaza de la Inmaculada, para entrar por la puerta de la Azabachería en la Catedral compostelana, desde la que saludaba a la comitiva eclesiástica y a las personas congregas en el lugar. El Papa ofrecía en ese momento agua bendita a los miembros del séquito que lo acompaña en el santuario, repleto de fieles que presenciaban la visita del Sumo Pontífice a la Catedral.

Durante su discurso, el Pontífice pedía a los católicos españoles que confiesen su fe y mantengan su generosidad por la crisis y las catástrofes. Destacaba, además, que "peregrinar no es simplemente visitar un lugar cualquiera para admirar sus tesoros de naturaleza, arte o historia. Peregrinar significa, más bien, salir de nosotros mismos para ir al encuentro de Dios". De esta forma, incidía en que los cristianos peregrinaron, sobre todo, a los lugares vinculados a la pasión, muerte y resurrección del Señor, a Tierra Santa. "Luego a Roma, ciudad del martirio de Pedro y Pablo, y también a Compostela, que, unida a la memoria de Santiago, ha recibido peregrinos de todo el mundo, deseosos de fortalecer su espíritu con el testimonio de fe y amor del Apóstol".

ALMUERZO TÍPICAMENTE GALLEGO 

Tras un almuerzo en el Palacio Episcopal compuesto por productos gallegos y acompañado por su séquito personal, algunos cardenales, miembros del Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal y los obispos gallegos y después de descansar un momento, el Santo Padre afrontaba la última etapa de su visita de ocho horas a Santiago de Compostela.

Cinco minutos después de su salida del Palacio Arzobispal, el "Papamóvil" entraba en la Plaza del Obradoiro con 45 minutos de retraso entre aplausos y vítores de los asistentes. El "Papamóvil" detenía unos instantes su marcha para que Benedicto XVI pudiese bendecir a otro bebé, un gesto que ya tuvo en la explanada del aeropuerto, donde hasta tres niños de corta edad recibieron el cariño directamente del Papa.

Antes de empezar la misa han tocado las campanas de la Catedral y las iglesias de San Francisco, San Fructuoso y San Paio de Antealtares, y unos minutos más tarde se han unido a ellas los badajos de los demás templos de la ciudad y de la diócesis.

SANTA MISA EN LA PLAZA DEL OBRADOIRO

A partir de ese momento ha arrancado la misa, de unas dos horas de duración, desde un altar especialmente construido y diseñado para la ocasión por el arquitecto Iago Seara que, con líneas sencillas, está orientado hacia la fachada del Obradoiro y permite a los asistentes una buena visibilidad de la celebración protegiendo asimismo al Papa y a 120 concelebrantes de las posibles inclemencias del tiempo.

Dentro de este recinto han tenido cabida tanto un imagen de la Virgen del Carmen como una cruz de granito de tres toneladas de peso realizada por el escultor gallego Manolo Paz. Benedicto XVI ha empleado asimismo en la ceremonia un cáliz del siglo XIX y un copón del siglo XVII, pertenecientes al Tesoro de la Catedral, mientras que los concelebrantes han repartido la comunión entre los asistentes con 150 copones realizados en barro vitrificado por artesanos de Buño.

La amenización musical de esta Misa ha corrido a cargo de la Real Filharmonía de Galicia, que ha estado acompañada por el Coro de la Catedral, la Escolanía y los organistas Manuel Cela y Joaquín Barreira, con piezas de Mozart, Haendel, Bach, Santiago Tafall y Nemesio García Carril. La banda de la Escuela Naval de Marín ha cerrado, con la Salve Marinera, el acto.

Durante su homilía, Benedicto XVI daba las gracias por "poder estar aquí, en esta espléndida plaza repleta de arte, cultura y significado espiritual". En este Año Santo, proseguía, "llego como peregrino entre los peregrinos, acompañando a tantos como vienen hasta aquí sedientos de la fe en Cristo resucitado. Fe anunciada y transmitida fielmente por los Apóstoles, como Santiago el Mayor, a quien se venera en Compostela desde tiempo inmemorial".

El Papa se preguntaba también por el destino de Europa, por sus necesidades, temores y esperanzas y por la aportación de la Iglesia a este continente. En este sentido,  ha afirmado que "su aportación se centra en una realidad tan sencilla y decisiva como que Dios existe y que es Él quien nos ha dado la vida.

ENTREVISTA CON RAJOY

Antes de emprender rumbo a Barcelona, el Pontífice se reunía con el presidente del PP, Mariano Rajoy y a su esposa, Elvira Fernández, a quienes regalaba una medalla y un rosario conmemorativos de la visita del Papa, mientras que éstos le correspondían con una virgen peregrina, patrona de Pontevedra.

A las 19.50 horas despegaba el avión del aeropuerto de Lavacolla, por lo que Benedicto XVI se dirigía ya a la Ciudad Condal tras pasar ocho horas en Santiago de Compostela.

8 comentarios

Maria Muñoz -

La visita del Papa Benedicto XVI en calidad de peregrino a Santiago de Compostela con motivo del Año Santo provocó un encontronazo entre los servicios de seguridad del Gobierno central y los de protocolo del Gobierno de la Xunta de Galicia, gobernada por el Partido Popular, según reveló este lunes la COPE citando fuentes solventes.

En su ansia de restar protagonismo y ningunear a Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta, y al fin y al cabo anfitrión durante ocho horas del Santo Padre, desde la Vicepresidencia del Gobierno central se intentó a toda costa hacer luz de gas a un encuentro privado entre el Pontífice y Feijóo a su llegada a Galicia, donde fue recibido por los Príncipes de Asturias, el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el por el propio presidente de la Xunta de Galicia.

Benedicto XVI recibió en audiencia en el mismo aeropuerto compostelano de Lavacolla a Rubalcaba, inmediatamente después de mantener un encuentro con Don Felipe y Doña Letizia y minutos antes de que Feijóo pudiera intercambiar de forma privada unas palabras con el Pontífice, a quien dio la bienvenida y expresó el agradecimiento por visitar Galicia en tan señalado año, además de hacerle entrega de un cuadro del artista Xosé Barreiro de la fachada de la catedral de Santiago, que el año próximo celebrará 800 años de su consagración.

Sin embargo, este encuentro, que se encuadra dentro de la normalidad institucional, fue uno de los caballos de batalla a la hora de preparar la visita, pues desde el Gobierno central se hizo todo lo posible para deslucir la recepción del Papa a Feijóo. Como sí pudo celebrarse un breve saludo, porque así lo dispuso el Vaticano, se ordenó no permitir la entrada de las cámaras de la Televisión de Galicia, la cadena pública gallega y la única encargada de ofrecer la señal institucional de toda la visita al resto de televisiones, tanto nacionales como internacionales.

La Policía nacional, bajo órdenes de Vicepresidencia, cerró el pasó al operario de la TVG, así como también al fotógrafo de la Agencia Efe, que en las dos audiencias anteriores habían podido hacer su trabajo sin mayores problemas y tomar las imágenes de lo allí acontecido.

El cabreo del equipo de Alberto Núñez Feijóo fue monumental, como también el asombro al comprobar que se intentaba ningunear al presidente de la Comunidad anfitriona y se cerraba el paso a la televisión pública de esa misma Comunidad, que tuvo que pedir las imágenes del encuentro a la televisión de la Santa Sede, que acompaña al Papa en todas sus visitas.

Por supuesto, nada de esto pasó al día siguiente en Barcelona, donde se pudo ver al presidente José Montilla hablando y entregando una serie de regalos al Pontífice.

Jose A. S. -

Gracias Su Santidad por poner el dedo en la llaga. Efectivamente, España que ha evangelizado a tantas naciones, ahora necesita ser reevagenlizada. Realmente estamos dominados por el relativismo y el materialismo y estamos asistiendo a un cambio de valores, propiciado por las políticas antinatura y masónicas de este gobierno. Pero pasarán.

Diana -

FALTA HACE RECUPERAR LOS VALORES DE LA HUMANIDAD,QUE SON BASICAMENTE LOS CRISTIANOS Y A LOS CUALES ESTA SOCIEDAD EN MANOS DE LAS REDES ZAPATERILES ESTA DESTRUYENDO CAMBIANDOLA POR CHORICEO,TRAICIONES,AMORALES Y BASURA VARIA,BIENVENIDO SANTIDAD.

Fernando Batalla F. -

En el avión que le llevó a Santiago de Compostela (España), el Papa Ratzinger aseguró que cuando este año anunció la creación de un nuevo dicasterio para la nueva evangelización pensó en Occidente y especialmente en España.

El Pontífice manifestó a los periodistas que le acompañan desde Roma a Santiago de Compostela que viaja como peregrino y resaltó "el amor que siente por España". (El Papa se viste de peregrino)

"Con el nuevo dicasterio he pensado en el mundo entero pero, sobre todo, en Occidente con su secularismo y laicidad, por lo que hay que renovar la fe para responder a esa laicidad", dijo el Papa, que manifestó que se trata de un problema que sufren tanto España como Francia, la República Checa y el Reino Unido.

El Obispo de Roma afirmó que España siempre ha sido un país originario de la fe y exportador de la misma y que el nacimiento del catolicismo en el Renacimiento se debe a España.

Destacó figuras como San Ignacio de Loyola, Teresa de Ávila y San Juan de Ávila, de los que dijo que han renovado el catolicismo y formado la fisonomía del catolicismo moderno.

"Pero igualmente, es verdad que en España ha nacido una laicidad, un anticlericalismo, un secularismo fuerte y agresivo como se vio en la década de los años treinta. Y ese enfrentamiento, disputa, entre fe y modernidad ocurre también hoy de manera muy vivaz", dijo.

El Papa manifestó que, por ello, para el futuro es "necesario que no haya un enfrentamiento sino un encuentro entre fe y laicidad".

Preguntado por el mensaje que trae en este segundo viaje a España dijo que en él se condensan dos temas: la peregrinación, es decir, el ponerse en camino, y la belleza, la continuidad entre tradición y renovación.

"El mensaje es no perder el camino de la fe y buscar la belleza de la fe en este mundo moderno", señaló.

Asimismo, al ser interpelado sobre el hecho de que en sus seis años de pontificado viajará en tres ocasiones a España y si eso significa que es un privilegio o una preocupación, Benedicto XVI dijo que "es una señal de amor".

Para Benedicto XVI, España es un país lleno de dinamismo, de fuerza de la fe y eso facilita la visita del Papa, y añadió que va a Santiago de Compostela "como un peregrino", que ponerse en camino forma parte de su vida y la peregrinación es el camino hacia la trascendencia, para encontrar una nueva libertad.

"Aquí en Santiago, peregrinando se ha encontrado la identidad en la fe el pueblo europeo", dijo.

Sobre la consagración de la Sagrada Familia, aseguró que tiene un gran significado consagrar en este principio del siglo XXI una catedral.

Es una señal de nuestro tiempo y significa "la síntesis entre continuidad y novedad, tradición y cristiandad", aseveró.

De Antoni Gaudí dijo que con esta construcción se introdujo en la tradición de las grandes catedrales de la Edad Media, mientras que del templo resaltó su gran solemnidad y la unión entre naturaleza, Sagrada Escrituras y liturgia.

"Esa síntesis es hoy de gran importancia", refirió el Pontífice que también resaltó que la Sagrada Familia representa una devoción típica del siglo XIX, que es la devoción a San José y a la Sagrada Familia de Nazaret.

El Papa defendió la familia como célula fundamental de la sociedad actual y subrayó que Dios se hizo Hijo en una familia y nos llama a vivir en familia.

El Papa también resaltó el binomio entre fe y arte y declaró que la verdad se expresa a través de la belleza, que los hombres necesitan de la belleza y que la Iglesia desde el inicio ha hecho un canto a la belleza y ha sido custodia del gran arte occidental.


Remedios -

El papa Benedicto XVI afirmó hoy que España necesita una reevangelización, denunció el vivaz enfrentamiento entre fe y modernidad existente en el país y abogó por un encuentro entre fe y laicidad. Pone así de manifiesto, sin nombralo, la deriva anticlerical del Gobierno socialista en los últimos siete años, reflejada en casos como la nueva ley del aborto o los matrimonios homosexuales.

Demetrio G. -

Su exaltación en Barcelona de la mujer y su trabajo (también el doméstico), del matrimonio “natural”, de la belleza, la conciencia y la vida se insertan en la línea de las grandes declaraciones de Derechos del Hombre. Una vez más se ha puesto de manifiesto que Benedicto XVI está en la vanguardia de la defensa de los derechos humanos.

Tal vez por eso no ha sido exacto el reproche que se le ha hecho desde alguna prensa cuando –todavía en vuelo– hizo una referencia a la laicidad en los años treinta y en la España de hoy. Es evidente que no era una comparación entre “violencias”, sino entre ideologías. Para los expertos en relaciones entre las Iglesias y los Estados, es sencillamente cierto que tanto en aquellos momentos como en éstos, existe un debate ideológico entre fe y modernidad. Un debate que lleva trazas, en mi opinión, de tener un desenlace positivo. Es decir, hacer resurgir la noción originaria de laicidad, que es no tanto ser un instrumento para “liberar” a los ciudadanos de la fe, cuanto un expediente técnico para hacer a los ciudadanos “oficialmente libres” para practicarla o no (W. McLoughlin). Es decir, lo que vienen llamando hoy las Cortes de Italia, Alemania y Estados Unidos, “laicidad positiva” o “neutralidad benevolente”.

En este contexto de altura, la polémica sobre la “financiación” del viaje, como es natural, se ha ido difuminando. Recuerdo una anécdota de Juan Pablo II que, bromeando, comentó en una ocasión : “Cuando viajo a Occidente, a veces oigo que dicen ‘el viaje costó tanto “. Cuando viajo a África, la gente me pregunta: “¿Qué más podemos hacer por usted”. La moraleja es clara. Es una marca de fábrica en Occidente cuantificarlo todo en dinero. Si no es traduciendo en moneda la magnitud de un acontecimiento se nos escapa su valoración. Tal vez sea porque todo lo “cosificamos”. La verdad es que las personas y lo que las personas originan no tiene “un precio”, sino “un valor”, que es cosa distinta.

Ramón -

El viaje que ha realizado a España Benedicto XVI puede calificarse como un éxito rotundo. Una vez más se ha puesto de manifiesto que está en la vanguardia de la defensa de los derechos humanos.

Demetrio G. -

Mons. D. Antonio María Rouco Varela, presidente de la Conferencia Episcopal, ha comentado la visita de Su Santidad el Papa a Santiago de Compostela y Barcelona. Una visita en la que Benedicto XVI ha acentuado "el discurso sobre Dios y sobre Cristo".


Mons. D. Antonio María Rouco Varela, se ha pronunciado acerca de las palabras del Papa Benedicto XVI durante la visita a nuestro país. Mons. Rouco ha destacado que el Santo Padre ha hecho una "reflexión elemental"; que hay "una resurrección del laicismo radical un poco extraño a estas alturas del tiempo". "Parecía que después de la Segunda Guerra Mundial había acabado", ha añadido, pero ahora parece resurgir de nuevo.


Para el Cardenal Arzobispo de Madrid, en España estamos "en el primer puesto del ranking del laicismo" en "materias determinadas". “En la legislación que tiene que ver con instituciones básicas para la vida del hombre y que naturalmente afectan a la experiencia de la fe cristiana, como es el matrimonio, como es la familia, como es el derecho a la vida, ahí sí que nos hemos colocado a la cabeza del ranking de esa parte, que es muy esencial para una vida vivida en cristiano, de lo que podría llamarse derivaciones o aspectos del laicismo radical”, ha dicho.


Mons. D. Antonio María Rouco Varela ha querido resaltar "la acentuación del discurso sobre Dios y sobre Cristo" del Papa Benedicto XVI durante su visita a España este fin de semana.


Mons. D. Antonio María Rouco Varela, presidente de la Conferencia Episcopal, ha comentado la visita de Su Santidad el Papa a Santiago de Compostela y Barcelona. Una visita en la que Benedicto XVI ha acentuado "el discurso sobre Dios y sobre Cristo".