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Como las potencias vencedoras trataron al derrotado pueblo alemán al final de la II guerra mundial.

Como las potencias vencedoras trataron al derrotado pueblo alemán al final de la II guerra mundial.

El historiador romano Tito Livio (muerto el año 17), cuenta en el libro quinto de su gran obra de historia Ab urbe condita como Roma unos 400 años antes fué asediada por los galos. Apareció el hambre en la gran ciudad. Brennus,rey de los galos, decidió levantar el cerco y retirarse con sus huestes si le pagaban mil piezas de oro. Los romanos no vieron otra solución que pagar el importe de oro convenido. Cuando Brennus vió que los romanos no le habían pagado lo suficiente, los romanos acusaron a los galos de usar pesas falsas para pesar el oro. De como reaccionaron los galos frente a la acusación lo describe Livio de la siguiente manera: "El arrogante galo arrojó su espada en la balanza y dijo las insoportables palabras para los romanos: ‘Vae Victis’, ’Ay de los vencidos’". Como castigo por reclamar, los romanos hubieron de pagar aún mas. "Vae Victis" es una expresión que describe la terrible verdad de que el pueblo derrotado está entregado a los caprichos del vencedor.

Este artículo trata de como las potencias vencedoras trataron al derrotado pueblo alemán al final de la II guerra mundial.

Cuando la Rusia Imperial fué derrotada por la masoneria internacional en 1.917, hubo unos años de guerra civil y caos en el gran pais. Polonia, que había desaparecido de los mapas desde 1.795, reapareció en Versalles en 1.919. La renacida Polonia vió su oportunidad en la débil Rusia y se anexionó muchos territorios en el este. Estas tierras apenas eran polacas, y estaban habitadas sobre todo por ucranianos, rusos y judios.

Cuando la guerra entre Alemania y la URSS, esta naturalmente recuperó de Polonia los territorios que ésta le había robado 20 años antes. Como compensación la URSS autorizó a Polonia a robar a Alemania una cantidad de terreno parecida en el oeste. Esto fué una franja de unos 300 kms de ancho, y las nuevas fronteras con Alemania se fijaron en los rios Oder y Neisse. Ahí Alemania perdió una quinta parte de su territorio. Unos 100.000 kilómetros cuadrados de tierra alemana antiquísima. Al mismo tiempo, la URSS se apropió de otro antiquísimo territorio alemán: Prusia Oriental.

Para hacer "polacos" y "rusos" estos enormes territorios, la población alemana de unos 16.000.000 de habitantes, había que aniquilarla o expulsarla. Esto ocurrió a principios de octubre de 1.944 con una gran brutalidad. Alrededor de unos 2.000.000 de alemanes, la mayoría mujeres, niños y ancianos fueron masacrados y asesinados en "pogroms" y en campos de concentración, o murieron de frio y privaciones en su expulsión hacia el oeste. Parecidas masacres y expulsiones ocurrieron en Checoslovaquia y Yugoslavia. Los bombardeos de terror sobre las ciudades alemanas costaron mas de 1.000.000 de muertos, la mayoria mujeres y niños. Apenas acabada la guerra, EEUU y Francia dejaron morir a propósito a mas de 1.000.000 de alemanes prisioneros de guerra, de hambre y enfermedades en superpoblados campos de concentración. Los años 1.945 a 1.950, las potencias aliadas de ocupación , siguiendo el "plan Morgentau", redujeron enormemente la capacidad de producción industrial y agrícola de Alemania, con la consecuencia de que unos 9.000.000 de alemanes murieron de hambre y enfermedades. En total murieron al menos 12.000.000 de alemanes, civiles y soldados desarmados como consecuencia de esta planeada masacre .

POLONIA Y OTROS LUGARES DE EXPULSION

El año 1.993, apareció en Nueva York el libro del periodista John Sack "An Eye for an Eye" . El libro está basado en el resultado de 7 años de investigación intensiva en la Polonia de postguerra y los territorios de donde fueron expulsados los alemanes. Sack estudió montañas de documentos y entrevistó a numerosos testigos.

Sack escribe: "En estos enormes territorios (los que Polonia anexionó en 1.945) tenia la Oficina Estatal (organización encargada de perseguir a "nazis") 1.255 campamentos para alemanes, y en todos murieron del 20 al 50% de los prisioneros. Esto no se pudo mantener en secreto. Muchas personas tomaron el tren a Berlín y lo denunciaron a las embajadas de EEUU y Gran Bretaña, que informaron a Washington y Londres en enormes sobres. Alguien debió leerlos, porque el jueves 16 de agosto, Winston Churchill pidió la palabra en la casa de los comunes y dijo: "Grandes cantidades de alemanes han desaparecido sin dejar rastro. No se puede desechar la idea de que una catástrofe de enormes dimensiones está ocurriendo tras el telón de acero". Otro parlamentario dijo: "¿Era ESTO por lo que nuestros soldados murieron"?. En el Congressional Record del dia 2-8-1.945 está escrito lo que un senador de EEUU dijo: "Tras los horrores de los campos de concentración nazis habría que esperar que algo así nunca mas volviese a acurrir. Pero lo siento…". El senador informó de "orgías" de castigos, fusilamientos, torturas con agua, abrir las venas, destrozo de cráneos contra el techo en los campos de concentración de las Oficinas del Estado (Sack, p. 111).

Según informaciones oficiales estos campos existieron de 1.945 a 1.948, y según los archivos alemanes murieron o fueron asesinados unos 80.000 alemanes, la mayoria ancianos y niños.

La Oficina, que tenia 1.255 campos de concentración estaba dirigida por Jacob Berman. Entre sus ayudantes estaban Lola Potok Ackerfeld, Itzak Klein, Adela Glickman, Moshe Grossman, Shimon Nunberg, Salek Zucker, David Feuerstein, Ayzer Maka, Aaron Lehman, Jadzia Gutman Sapirstein, Shlomo Singer, Chaim Studniberg, Hanka Tinkpulver, Shlomo Morel, Efrain Lewin, Moshe Maka, Barek Einsenstein, Major Frydman, Jacobowitz, Mordecai Kac, Moshe Kalmewicki, Josef Kluger, Nachum Solowitz, Moshe Szajnwald y Schmuel Kleinhaut (Sack, p. 182-183).

John Sack, que es de origen judio, subraya que la Oficina estaba dominada por judios: "Barek Einsenstein calculó que un 90% de los judios de la Oficina de Kattowitz "polaquizaron" sus nombres (…) Pinek Maka, secretario de seguridad del estado por Schlesien (Silesia), calculaba que entre un 70 y un 75% de los oficiales en Schlesien era judios. Barek Einsenstein calculaba al menos el 75%, Moshe Makas "tal vez" entre el 70 y el 75%. El año 1.990 dijo el vice ministro de justicia de Polonia: "No me gusta hablar de esto, pero la inmensa mayoria de los oficiales de la Oficina en toda Polonia eran judios.(…)Entre los comandantes judios estaban Major Frydman en Beuthen, Jacobowitz en un campo sin identificar, Shmuel Kleinhaut en Myslowitz, Efrain Lewin en Neisse, Shlomo Morel en Schwientochlowitz, Oppeln en Kattowitz y Lola Potok Ackerfeld en Gleiwitz. Czeslaw Geborsky, comandante en Lamsdorf era católico, pero de algún otro comandante (no judio) de campo de concentración , nunca he escuchado hablar. (Sack, p.183).

Alemanes en Schwientochlowitz intentaron informar al exterior. Un hombre fué hacia la alambrada y gritó: "este lugar es un infierno". Fué asesinado. Otro que intentaba sacar un mensaje del campo fué torturado, pero un joven miembro de las Hitlerjugend de Gleiwitz pudo escapar. A las tres de la mañana se escondió en los retretes de los hombres y a las seis salió con unos mineros. El comandante Slomo Morel lo encontró en Gleiwitz y lo llevó de nuevo a Schwientochlowitz (…). Los guardias lo hicieron literalmentre papilla golpeándolo con barras de hierro. Tras esto ninguno intentó escapar. Un hombre que había estado en Auschwitz fué liberado y dijo: " Antes estoy diez años en un campo alemán que un dia en un campo polaco".

Dia y noche escuchaba la población civil de Schwientochlowitz a los alemanes gritar, y un cura católico, anciano y buena persona intentó llamar la atención sobre ellos. Tomó el tren a Berlín y buscó un oficial británico al que le contó que ocurria. El oficial mandó "información melancólica" por correo diplomático a Londres: "Un párroco de Schlesien ha estado en Berlín. Lo conozco personalmente desde hace años y aseguro que es totalmente creible. Es un hombre que siempre ha estado dispuesto a ayudar a víctimas del régimen nazi".

El oficial siguió contando lo que la Oficina hacia con los alemanes: "Funcionarios polacos decian: ‘¿Porqué no tendrian que morir?’. Los campos de concentración no se han abandonado, sino que han sido utilizados por los nuevos mandatarios. En Schwientochlowitz, los prisioneros que no son apaleados hasta la muerte, son obligados noche tras noche a permanecer en agua helada hasta que mueren. Esto es cierto, ya que la celda de castigo de Shlomo es una cisterna de agua. (Sack, p. 109).

Sobre la situación en Schwientochlowitz sigue contando John Sack lo siguiente:

Los guardias usaban garrotes, maderas, pértigas y las muletas de los alemanes para pegarles los 15 golpes cada uno. A veces cambiaban la paliza por la pena de muerte, para lo cual tomaban al alemán de pies y manos y como un espolón con la cabeza por delante lo golpeaban contra la pared (…) La cifra de muertos era enorme pero Shlomo sabia que además de los 600 "nazis" en las barracas pardas, había también 1.800 hombres y 600 mujeres "colaboradores". Shlomo no tocó a estos últimos, sólo a los de las barracas pardas, pero los guardias empezaron a pegar a todos si no saludaban y decían "si mi señor" en polaco, si no recogían su pelo , si no se lamían su sangre (...) Los guardias violaron a las mujeres por lo que una joven de 13 años quedó en estado, enseñaron a sus perros a atacar a los alemanes mordiéndoles en los testículos. Pero aún quedaban 3.000 prisioneros, y Shlomo los odiaba aún mas que en febrero, ya que se resistían a morir (...) Al final los piojos llegaron para ayudar a Shlomo: un hombre enfermó de tifus y el y el otro hombre de su cama murieron, y al poco la fiebre se había extendido por todo el campamento de Shlomo (...).

Al poco tiempo tres cuartas partes de los alemanes habían muerto en el campo de Shlomo, y este dijo: "Lo que los alemanes no habían conseguido en cinco años en Auschwitz, lo he conseguido yo en Schwientochlowitz en sólo cinco meses" (Sack, p. 106).

Durante siete meses consiguió Shlomo Morel acabar con la vida de 2.500 civiles alemanes. El año 1.992 querian en Polonia procesarlo por esta masacre. Morel huyó a Israel, que se niega a extraditarlo a Polonia.

El campo de la muerte de Lamsdorf funcionaba de la siguiente manera: "Dia tras dia Czeslaw recibia una lista con los nombres de los alemanes muertos y siempre decia lo mismo: ‘¿Porqué tan pocos’? (...) Los mas desgraciados entre los alemanes eran las mujeres de Grüben. Durante la guerra los SS enterraron en un prado unos 500 polacos cerca de Lamsdorf , pero Czeslaw había oido decir que eran 90.000 (¡!) y mandó a las mujeres de Grüben a desenterrarlos. Las mujeres hicieron esto y se sintieron mal cuando aparecieron los cadáveres podridos. Las caras estaban deshechas, la carne podrida, pero los guardias, psicópatas, que obligaban a las mujeres a beber orina, o sangre, o excrementos humanos, o les introducian un billete en la vagina y le pegaban fuego, chillaban a las mujeres de Grüben: "Echaos encima", las mujeres hacian lo que les mandaban y los guardias volvian a chillar: "Abrazadlos, besadlos, fornicad con ellos". Con las culatas de los fusiles golpearon a las mujeres en la cabeza hasta que los ojos, la nariz y la boca estaban dentro de la carne podrida de los cadáveres (...) En este lugar no había duchas y como estos cadáveres habían muerto de tifus, 64 de estas mujers de Grüben murieron de esta enfermadad (...) Czeslaw fué al club judio, dos habitaciones en el segundo piso en Rüppelstrsse, ya que todos sus amigos eran judios, a pesar de que el declaro que era polaco católico (...) Casi el 20% de los alemanes de Lamsdorf lograron sobrevivir (1.576 de un total de 8.564 entre hombres, mujeres, niños, niñas y bebés) . (p. 130)

"En el campo de concentración de Myslowitz, cerca de Kattowitz, judios supervivientes de Auswitz decian a los alemanes: "Cantad", "¿Qué quereis que cantemos?", "Cantad lo que querais u os disparamos", los alemanes cantaban una canción que habían aprendido en el "kindergaten": "Todos los pájaros vienen...", "¡Cerdos!" les gritaban los judios y empezaban a pegarles. Cada dia morian unos 100 prisioneros alemanes en Myslowitz. (p. 110).

"El jefe del campamento en Lamsdorg, Chaim Studniberg, le pegó fuego a una barraca de alemanes y gritó: ‘Sabotaje’, y cuando las alemanas recogian arena que llevaban en sus ropas al incendio para tirar a las llamas, empujaba a las asustadas mujeres al fuego. Los guardias sujetaron a un alemán por la barba a la que pegaron fuego y después le pegaron fuego al hombre.

INFORMES DE OTROS INVESTIGADORES.

John Sack no está solo en sus experiencias. Con respecto al campo de concentración de Lamdorf, las investigaciones de Sack se pueden comparar con las del médico del campo Hans Esser en su libro "Lamsdorf. Dokumentation über ein polnisches Vernichtunglager", (Laumann-Verlag, Dülmen, 1.977). Según el doctor Essen 8.064 alemanes fueron emplazados en este campo de los horrores. 6.488 murieron, o sea, el 80%. La cifra total corresponde a la que nombra Sack. Además Esser cita supervivientes alemanes que cuentam el uso de torturas y otros métodos de exterminio descritos por Sack.

En la República Federal Alemana, un ministerio sobre desplazados, publicó el año 1.961 una obra en varios volúmenes sobre los expulsados alemanes del este y central Europa: "Documentation der Vertreigung der Deutschen aus Ost-Mitteleuropa, herausgegeben von Bundesministerium für Vertriebne, Flüchtlinge und Kriegsgeschädigte", DTV, München, 1.984, edición igual a la de 1.961.

Otra fuente de información es el trabajo de Heinz Nawratils "Die deutschen Nachkriesverluste", Herbig, München-Berlín, 1.988, al igual que la obra del historiador hispano-estadounidense Alfred Maurice de Zayas "Amnerkungen zur Vertreibung der Deutschen aus dem Osten", Kohlhammer, Stuttgart, 1.986. Estos autores se han esforzado en fijar el número de muertos. Las de Heins Nawratis están basadas en material estadístico de la Statistisches Bundestamt de la RFA. No solo incluyen las cifras de expulsados sino también de los que fueron trasportados a la URSS donde perecieron, alemanes de Hungría y Rumania, Prusia Oriental: 299.000 víctimas, Pomerania: 364.000 víctimas, Brandemburgo: 207.000 víctimas, Silesia: 466.000 víctimas, Danzig: 83.000 víctimas, Báltico, 51.000 víctimas, Checoslovaquia con Sudetes: 272.000 víctimas, Polonia (fronteras de 1.939): 185.000 víctimas, Hungria: 57.000 víctimas, Yugoslavia: 135.000 víctimas, Rumania: 101.000 víctimas, "suma: 2.230.000 víctimas. El autor remarca que con gran seguridad son cifras "a la baja". Aqui tampoco se cuentan los alemanes de Rusia, víctimas de la URSS por represión o deportaciones.

Alfred Zayas da las siguientes cifras: territorios alemanes del este: 1.225.000 víctimas, Checoslovaquia 267.000 víctimas, resto de paises: 619.000 víctimas, total 2.111.000 víctimas. Los dos dan cifras grandes y bastante parecidas. Una cifra segura absoluta, es imposible de saber.

YUGOSLAVIA

Sobre la situación del campo de concentración Rudolfsgnad en Theiss (Tisza) en Yugoslavia cuenta Erich Kern en su libro "Verbrechen am deutschen Volk", K. W. Schütz Preuss., Oldemburg, 1.964. Allí los partisanos de Tito, además de unos pocos hombres en condiciones de trabajar, internaron 23.000 mujeres y niños alemanes. Los comunistas mataron esta gente indefensa a conciencia dejándolos morir de hambre. Un testigo cuenta: "A los prisioneros de los campos de concentración no se les dió nada para comer durante varios dias. En enero durante cinco dias seguidos, no dieron nada de comer a los prisioneros. Tampoco los dias de navidad, del 24 al 27 de diciembre. Durante unos meses de invierno murieron 7.400 mujeres y niños.Un solo dia murieron de hambre 113 mujeres y niños que fueron arrojados en una gran fosa en Hutweide (...) . Un comandante del campamento que fué sustituido a los tres meses, presumía de que con sus métodos en el campo de Rudolfsgnad había liquidado 5.000 alemanes de los demonios sin pegar un solo tiro. (Kern, p. 222).

En Trieste campaban los comunistas yugoslavos de esta manera: "Durante 40 dias (...) los partisanos de Tito practicaron una cruel y sangrienta venganza. En unas semanas desaparecieron unos 7.000 italianos y alemanes(...). La mayoria víctimas de la venganza ciega de los partisanos de Tito, según investigaciones recientes mas de 1.100 prisioneros de guerra alemanes fueron bestialmente masacrados y arrojados a unas cuevas-agujeros que hay a unos kilómetros de Trieste (...). En "Foiba Miniera" deberia haber los restos mortales de unos 3.800 prisioneros de guerra italianos y de unos 800 alemanes. Así estaba Yugoslavia en muchos lugares tras la "liberación".

Oficialmente los alemanes fueron declarados "fuera de la ley". En noviembre de 1.944 la "Liga antifascista para la liberación nacional" declaró lo siguiente: 1) Todas las personas que viviesen en Yugoslavia y fuesen de origen alemán, perdian automáticamente la ciudadania yugoslava y todos los derechos civiles. 2) Todas las propiedades de las personas de origen alemán, pasaban a ser propiedad del estado. 3) Las personas de origen alemán no tienen ningún derecho ni pueden dirigirse a ningún tribunal para pedir protección. Osea, que cualquier alemán podia ser robado, encarcelado, maltratado y asesinado. Esta decisión fué dada a conocer por el comisario político de Tito, Moshe Pijade.

CHECOSLOVAQUIA

John Sack cuenta lo que ocurrió con los alemanes en Checoslovaquia: "Un amigo (de Pinkus) estaba en Praga donde trabajaba en el servicio secreto. Por alguna razón que Pinkus desconocia, Stalin dejó que este servicio se llenase de judios. El amigo de Pinkus le dijo "ven", y le enseñó una cárcel para alemanes que había allí. Era de cinco pisos, y los alemanes que Pinkus vió no estaban en celdas, sino en las escaleras. Jóvenes y ancianos alemanes subian y bajaban sin descanso por las escaleras, cuando un alemán se caia, nadie se paraba a ayudarle, sino que le pasaban por encima, todos los alemanes estaban desnudos, y los checos en los cinco pisos les gritaban: "deprisa cerdos alemanes, raza de señores, ¡Heil Hitler!, y cuando caian les pegaban con porras de goma y los obligaban a seguir. (Sack, 96).

El gran maestro de ajedrez Ludek Pachmann cuenta lo siguiente sobre lo que ocurrió a los alemanes en Praga: "Si hay un infierno en la tierra, estaba en Praga el 5-5-1.945. En las farolas de mi amada ciudad había colgados de los pies y como antorchas vivientes, hombres de las SS (...). Bandas armadas que se llamaban partisanos expulsaba gente de sus casas. En la desembocadura del Wassergasse colgaban tres cadáveres desnudos, con amputaciones que los hacian irreconocibles, les habían sacado todos los dientes, la boca era un agujero sangrante. Otros alemanes eran obligados a arrastrar a sus muertos en Stefangasse. Ancianos, mujeres, niños eran torturados, castigados hasta la muerte. Violaciones, bárbaras atrocidades (...). Yo no cuento estas barbaridades para difamar a mis compatriotas sino porque estoy convencido de que solo habrá entendimiento entre los pueblos cuando todos reconozcan como ocurrieron los hechos" ("Hör zu", 5 noviembre 1.982).

Sobre la masacre de Aussig (Ústi) el 30 de julio de 1.945, cuenta una mujer que fué testigo: "Estaba en una pequeña peluqueria en Markplatz en Aussig, de allí veia casi toda la plaza. Poco después vi como ferroviarios checos con uniforme y también civiles checos perseguian alemanes que habían sido obligados a llevar brazaletes blancos. En grupos de 30 o 40 se arrojaban sobre una víctima y la pateaban hasta la muerte. La cabeza y la cara no eran mas que una masa sangrienta deforme. Vi al menos 12 alemanes en esa situación. Entre las víctimas había también mujeres y chicas jóvenes. Pude escuchar los gritos de las jóvenes cuando eran apaleadas. Al mismo tiempo venian trabajadores del turno caminando sobre el puente nuevo, en el que la "caza del hombre" se desarrollaba de la misma manera. Entre 30 y 50 trabajadores alemanes fueron arrojados en Brückenplatz, y arrojados por los soldados checos a la mina si aún daban señales de vida. Muchos alemanes malheridos fueron arrojados al Elba, y se les disparaba si flotaban. Los supervivientes de este baño de sangre fueron trasladados al campo de Lerchenfeld. Calculo que unos 700 alemanes perdieron la vida en Aussig. Parece ser que este baño de sangre fué bien planeado. Media hora después de la detonación los soldados checos de Körneschule tomaron las armas y sin orden aparente participaron en la caza callejera. A las tres un trabajador checo de buen corazón envió a casa unos trabajadores alemanes del depósito de municiones, que explotó antes de tiempo y contra las protestas de los alemanes de que la jornada de trabajo aún no había acabado." (Kern, p.253).

Las persecuciones contra los alemanes de los Sudetes no fueron tan graves en los campos de concentración como en las calles y plazas de Checoslovaquia, donde checos "normales" participaron en estas orgias sangrientas. ¿Tiene esto su explicación en que el régimen nazi fuese especialmente duro con Checoslovaquia?, no, Erich Kern nos da otra explicación. De los paises eslavos ocupados Checoslovaquia salió mejor librada. Heydrich había conseguido ganarse una gran parte de los checos para la causa alemana. En primer lugar los alemanes no se metieron en la vida privada y cultural checa, y en segundo lugar, Heydrich introdujo el bien desarrollado sisitema social alemán en el protectorado Böhmen-Mähren. Los trabajadores que más ganaron por un sistema de "bonos" y producción fueron los trabajadores checos. En todos los lugares ocupados por Alemania había algún tipo de resistencia más o menos fuerte. En Böhmen-Mähren la resistencia fué mínima y hubo menos atentados que en la misma Alemania. Todos los funcionarios checos se quedaron en sus puestos de trabajo y la producción fué alta hasta el final de la guerra. Incluso tras el atentado y muerte de Heydrich por unos checos y la venganza alemana de Lidice al ejecutar a los 184 hombres, la situación siguió tranquila. Cuando acabó la guerra, los checos no podian enseñar ninguna resistencia heróica contra la ocupación, como por ejemplo en Varsovia en 1.943 los judios y los polacos en general en 1.944. Por lo que muchos checos debian tener mala conciencia como un pueblo de colaboradores, y tras la derrota alemana quisieron "remediarlo" con violencia contra indefensos civiles.

EXPULSIONES, MASACRES, VIOLACIONES.

La resolución de las expulsiones de los 16 millones de alemanes de los paises del este se decidió por los aliados en Jalta en febrero de 1.945 y en Postdam en julio y agosto de 1.945. Las expulsiones y las masacres comenzaron en el otoño de 1.944. El ejército rojo entró en terreno alemán el 19 de octubre de 1.944, y ya el mismo dia se hizo la primera masacre de civiles alemanes en Nemmersdorf, Prusia Oriental. Lo que le siguió fué una interminable serie de asesinatos, masacres, saqueos, violaciones que obligaron a millones de personas a huir en pánico. El número exacto de cuantos murieron congelados en las carreteras hacia el oeste, o de hambre y enfermedades, nunca lo sabremos.

Un especial y amargo capítulo fué las violaciones en masa de mujeres y jóvenes alemanas. Aquí siguen algunas línes de un artículo del periódico "Das Ostpreussenblat" del 4-2-1.995, publicado en la celebración obligatoria de la derrota de mayo de 1.945: "En lugares oficiales de la república federal se preparan para celebrar la ‘liberación’, pero los prominentes mandatarios alemanes no dedican un solo minuto ni un pensamiento a las mas de 1.220.000 mujeres alemanas que fueron violadas por los ‘liberadores’ (...), ni a las mas de 180.000 mujeres alemanas que murieron por causa de las violaciones, asesinadas tras las violaciones o por enfermedades contraidas en las violaciones. Prácticamente nadie se ha dedicado a estas violaciones para ‘arreglar cuentas con el pasado’. Es una paradoja que debamos a una figura frontal del movimiento del 68 que las violaciones hayan salido a la luz. La directora de cine Hilke Sander empezó a finales de los 80 a recoger material para una película de la ‘suerte’ de las mujeres alemanas al final de la II guerra mundial. Anuncios en la prensa resultaron en muchas contestaciones de las víctimas. La sra. Sander se sorprendió de ver que casi nadie había dedicado la atención a este asunto. Igualmente se sorprendió al constatar que en diferentes hospitales de Berlín había denuncias y tratamientos de esas mujeres de abril y mayo de 1.945. Con la ayuda de la historiadora Barbara John y con la ayuda de estadísticas de población, médicos y otros expertos la sra. Sander consiguió despertar el interés en el canal de TV ARD para la película "Violaciones al final de la guerra" para financiar el proyecto. Pero, como ella misma contó la redacción femenina se mostró muy fria. Seis empresas dependientes de la ARD descartaron la idea de la financiación (...) Con dificultades pudo acabar el proyecto. El resultado fué una película en dos partes con el título: BeFreier und Befreite Krieg, Vergewaltigung, Kinder (...) Hilke Sander muestra como los hombres reciben medallas por sus heridas mientras las mujeres han de seguir viviendo con sus heridas sin que nadie se interese por ellas.

En la Wermarch había una total prohibición de violar mujeres en tierra enemiga, y, si alguien lo hacia era condenado a muerte por fusilamiento. Al contrario, el poder soviético animaba a sus soldados a violar a las mujeres alemanas. El responsable de esto fué el propagandista número uno de Stalin: Ilja Ehrenburg. Este mandaba a los soldados a "romper el status racial de las mujeres alemanas", decia: "los alemanes no son personas. Desde ahora la palabra ‘alemán’ es la peor de las maldiciones (...) Matad a los alemanes! Te lo manda tu anciana madre. Mata a los alemanes. No pierdas la ocasión. No hagas fallos Mata" (Heinz Nawratil, pag. 76)

No fué solo en el este y bajo la dictadura comunista donde se hicieron masacres con indefensos alemanes. En el oeste y bajo las democracias occidentales se hicieron también grandes crímenes contra la población civil y prisioneros alemanes.

 

BOMBARDEOS DE TERROR CONTRA LA POBLACIÓN CIVIL ALEMANA.

Bombardeos de ciudades se hicieron por ambos bandos, pero los bombardeos alemanes de ciudades británicas, Rotterdam, etc. nunca alcanzaron la intensidad de la destrucción total por parte de los aliados de cuidades alemanas. Además, fueron los británicos los que empezaron. La noche del 11 de mayo de 1.940 los británicos empezaron un bombardeo de terror de plenas zonas urbanas en la ciudad de Mönchengladbach como primer objetivo. Durante meses se conformó Hitler con protestas. Ya en noviembre de 1.940 los alemanes bombardearon Coventry. Las cifras de muertos varian, de 380 (David Irwing) a 586 (Lutz Budrass). Además, Coventry era un objetivo importante militar. La ciudad era el centro de la industria de motores de avión. Las fábricas estaban en la zona antigua de la ciudad y por eso el bombardeo fué duro. Es estúpido decir que los alemanes en primer lugar querian aterrorizar a la población civil.

Sin embargo es lo que hicieron los británicos. A principios de 1.942 el profesor Fredrick Alexander Lindeman, consejero de Churchill en asuntos de guerra de aviación dijo: "Los bombardeos se han de hacer contra las vivendas de los trabajadores. La clase media, con sus viviendas mas separadas es un derroche de bombas. Si los bombardeos se hacen contra la población civil – las fábricas y puestos militares son mas difíciles de localizar y destruir – seria posible destruir la mitad de las viviendas de todas las ciudades con mas de 50.000 habitantes." El profesor Lindeman, mas tarde nombrado Lord Cherwill, fué un estratega de los bombardeos de terror, un asesino de masas desde su mesa de trabajo (Kern, pag. 136)

Como ejemplo del genio diabólico de Lindemans se puede nombrar el bombardeo de terror sobre Hamburgo en julio de 1.943. Erich Kern escribe: "La empresa se planeó diabólicamente y se ejecutó diabólicamente. Se dieron órdenes de que por cada mina aérea si arrojasen 20 bombas explosivas y 120 bombas incendiarias. El orden de lanzamiento estaba programado. Primero las minas que destruian los techos para que las bombas incendiarias prendiesen mas fácil , después las pesadas bombas explosivas, para destruir cañerias e instalaciones y después las incendiarias (...) Pronto ardia la ciudad como una antorcha. La gente que huia al aire libre, salia al asfalto ardiendo y morian por miles. Otros no podian salir de los sótanos ya que las casas se derrumbaron encima. La misma estrategia se usó en Dresden, pero en mucha mayor cantidad" (Kern, pag. 138)

En Hamburgo fueron masacrados de esta manera durante unos dias en julio de 1.943 entre 40.000 y 55.000 personas. Como comparación en Gran Bretaña, durante toda la guerra con bombardeos y V-1 y V-2 murieron 51.509 personas.

El peor ejemplo fué Dresden, por la cantidad de muertos en la tormenta de fuego que destruyó la ciudad y por la ridiculización de las cifras de muertos, la prensa "correcta" alemana dice 35.000 muertos tras la noche de bombardeo por parte británica y estadounidense la noche del 14 de febrero de 1.945.

El teniente coronel de la Bundeswehr, Eberhard Matthes era en febrero de 1.945 jefe de la defensa de Dresden. Dice que tras algunas semanas se habían identificado totalmente 35.000 cadáveres, identificado parcialmente unos 50.000 (tal vez por iniciales, anillos de boda, etc.), y 168.000 cadáveres no pudieron ser identificados, total 253.000 muertos (Askania Annual, abril 1.985)

Esta cifra coincide bastante con una orden de 23 de marzo de 1.945 en la que se decia que se habían contabilizado 202.040 muertos, la mayoria mujeres y niños, y que se esperaba que la cifra subiese a 250.000 muertos. (David Irwing, Der Untergang Dresdens, Ullstein, 1.994, psg. 31) Una cifra oficial de Dresden del 31 de julio de 1.992 firmada por Karin Mitzacherklich, de la municipalidad, da la cifra de muertos entre 250.000 y 300.000.

La cifra de 35.000 corresponde a las víctimas identificadas. Como la zona interior fué totalmente destruida, fué imposible precisar la cantidad de muertos. Muchísimas fueron imposibles de reconocer. Dresden estaba en ese momento llena de gente que huia del este y podria haber habido un millón de personas. La finalidad del bombardeo fué masacrar la mayor cantidad posible de civiles y destruir la mayor cantidad de monumentos posible. Zonas militares prácticamente no había, y además no fueron atacadas. (Irwing pag. 248). Dieter Georgi, superviviente de Dresden, confirma los bombardeos de terror sobre la población civil. La base militar aérea de Klotzsche, solo a 8 kms. de Dresden no recibió ni una bomba. Dresden era un importante punto de comunicación por ferrocarril pero durante el primer bombardeo no alcanzaron las estaciones de ferrocarril ni una bomba. Un tren con munición pudo salir hacia el frente del este, a pesar de que deberia haber sido fácil de distinguir. Dieter Georgi se refugió en la ribera del Elba y vió como los pilotos británicos con vuelo rasante deberian haber visto que solo había civiles. Dieter fué profesor de teologia, entre otros lugares en Harward y su informe "Los bombardeos de Dresden" fué publicado en el "Harward Magazine" de marzo-abril de 1.995.

Tras Dresden, la orden fué destruir Chemnitz, a unos 60 kms. de Dresden, pero no las fábricas, sino masacrar a los refugiados que habían escapado de Dresden. La orden no fué llevada a cabo debido al mal tiempo. (Irwing, pag. 189)

Sobre Dresden se lanzaron casi 650.000 toneladas de bombas incendiarias. Los testimonios de supervivientes son apocalípticos (Irwing pag. 233)

Diez dias tras Dresden, el 23 de febrero de 1.945, le llegó el turno a Pforzheim, allí murieron 17.000 personas. Erich Kern cuenta: "La primera bomba hizo explotar la zona donde estaba el gas. En un radio de tres kms. No quedó piedra sobre piedra. Un grandísimo incendio se transformó en un huracán de fuego. Los que no murieron el el bombardeo murieron asfixiados en los sótanos o huyendo entre las llamas. La ayuda de los bomberos era imposible debido a los montones de escombros de dos o tres metros de altura que cubrian las calles." Estas masacres se realizaron cuando se sabia el final de la guerra.

Cuantos alemanes fueron masacrados por los bombardeos de terror es imposible de saber, ya que los registros civiles de muchas ciudades también se destruyeron. David Irwing supone que cerca del millón (David Irwing, Und Deutschalands Städte starben nicht, Wetbild Verlag, Augsburg, 1.989, pag. 373) Otros dicen que dos millones (Schweizer tat, el 19 de enero de 1.955, citado por Kern, pag. 134) lo que parece un poco exagerado.


LOS VENCEDORES DEJAN A LOS VENCIDOS MORIR DE HAMBRE.

El año 1.989 apareció el libro del investigador canadiense James Bacque titulado Other Losses. El año 1.994 apareció una traducción al alemán: Der geplante Tod (Ullstein Berlin). Trata un tema que nadie se atreve a rebatir: De los cerca de 8 millones de soldados alemanes prisioneros de los aliados, 1’7 millones nunca volvieron a casa, o sea, cerca del 20%. Nadie discute la cifra, solo se acusan mútuamente. Los alliados occidentales dicen que estos 1’7 millones de soldados alemanes murieron en los campos de concentración soviéticos.

Esto es fácil de controlar. Los occidentales hicieron muy mal sus archivos mientras los soviéticos del NKVD/MGB/KGB lo controlaron muy bien. James Bacque tras estudiar archivos constata que la URSS tomó 4.100.000 prisioneros de los que unos 600.000 murieron en los campos de trabajo. Del total de prisioneros 2’4 millones eran alemanes, de estos murieron unos 450.600, los supervivientes fueron autorizados a volver a Alemania. Si descontamos la cifra de 450.600 de los 1’7 millones que faltan hay aún una cifra de 1’25 sin aparecer. De estos murieron probablemente entre 100.000 y 200.000 en campos de Yugoslavia, Polonia y otros paises del este. Falta que los aliados de occidente aclaren que pasó con cerca de 1.000.000 de prisioneros alemanes.

Esta cifra, un millón coincide con la de James Bacque da en sus estudios sobre la enorme cantidad de muertos en los campos de prisioneros franceses y estadounidenses en la Alemania ocupada. Hay que puntualizar que esto ocurrió acabada la guerra, o sea, en tiempo de paz, cuando los aliados occidentales lo controlaban todo y tenian almacenes llenos de comida. Además la Cruz Roja había entregado 13 millones de paquetes de comida que cada uno de ellos podia mantener a una persona adulta un mes. Estos paquetes no fueron repartidos a sus destinatarios: los prisioneros alemanes. Una cifra de comparación: durante la guerra, en los campos de prisioneros alemanes sobrevivieron el 98’5% de los prisioneros aliados occidentales. Esto fué debido a que los alemanes siempre dejaron que los prisioneros recibiesen los paquetes de la Cruz Roja sin demora.

En los campos de prisioneros estadounidenses y franceses de la zona ocupada había mas de 6.000.000 de soldados alemanes en pequeños habitáculos con alambre de espino, seguramente, hombro contra hombro. Un soldado que sobrevivió porque su madre era estadounidense y esperó en vano ser liberado pronto por ese motivio, cuenta las penalidades en el campo de Rheinwiesenlägren: "Estabamos en pequeños habitáculos con alambre de espino al aire libre, no nos daban casi nada de comer. Las letrinas eran troncos sobre agujeros junto al alambre. Para dormir haciamos un agujero con las manos y nos apretabamos allí. Como había muchos enfermos había que hacer las necesidades en el suelo. Muchos estaban tan enfermos que no podian ni bajarse los pantalones. Pronto estaba la ropa como el suelo completamente sucio, el mismo lugar donde estabamos, nos sentabamos y dormiamos. Al principio no nos daban ni agua, solo agua de lluvia. Dos semanas mas tarde tuvimos agua de una conducción. Pero nadie tenia nada para recoger el agua, así que directo a la boca y a esperar turno, a veces esperabamos toda la noche (...) Mas de la mitad de los dias no nos daban nada para comer, otros dias una pequeña ración "K" Por el embalaje deduje que nos daban una décima parte de lo que daban a sus soldados. Al final nos daban tal vez un 5% de la ración normal de la US-Army. Me quejé al comandante y le dije que no cumplia las convenciones de Ginebra, pero el me dijo: ‘olvida la convención, tu no tienes derechos’. En esas condiciones empezó a morir mucha gente. Algunos dias después de entrar sanos al campo, mucha gente moria." (James Bacque, Der geplante Tod, pag. 53).

Los prisioneros no recibieron barracones ni tiendas de campaña , a pesar de que de estas últimas había gran cantidad. La situación en los campos franceses la describe Le Figaro en septiembre de 1.945: "Una fuente de confianza cuenta que hay mucha mortandad, y no de enfermedad sino de hambre, hombres que pesan de 35 a 40 kilos." (Bacque, pag. 116) Le Figaro entrevistó al general Buisson que dijo que los prisioneros recibian unas 900 calorias al dia, "Los médicos han explicado que es lo suficiente para que si están en la cama sin moverse no se mueran de repente".

James Bacque ha hecho sus estudios y entrevistas con supervivientes de los campos aliados que estuvieron en marcha desde 1.945 a 1.950. Bacque cuenta que 1.700.000 hombres y jovenes alemanes murieron de hambre, enfermedades e inhumanas formas de trabajo. Muchos pasaron al aire libre rodeados de alambre de espino en lugares superpoblados el invierno de 1.945-46, uno de los mas frios en Europa en 100 años.

EL PLANEADO HOLOCAUSTO DE ALEMANIA.

Primero Bacque fué alabado por su libro por historiadores que desconocían estos hechos. Después fué criticado por diversos grupos judios, tras los cuales historiadores que antes lo habían alabado se desdijeron de lo anterior, diciendo lo típico: "mal interpretado, mal citado". Un ejemplo de estos historiadores veletas es Stephen Ambrose que empezó a atacar a Bacque. Con sus bien documentados informes, Bacque, en 1.997 sacó otro libro: Crimes and Mercies, donde da mas detalles del genocidio de alemanes por parte de los aliados entre 1.945-50. Durante estos 5 años murieron millones de alemanes de hambre debido a la política de subalimentación llevada a cabo por los aliados a conciencia. Lo siguiente es un resumen de un artículo publicado por Bacque en el periódico de Toronto Globe and Mail el 20 de septiembre de 1.997:

Tan pronto como acabó la guerra en 1.945, empezaron los EEUU y Canadá a enviar enormes cantidades de comida a la gente que a causa de la guerra corria el riesgo de morir de hambre. Esta ayuda no tenia fronteras. Enemigos recientes como Japón e Italia recibieron grandes cantidades, al igual que el nuevo enemigo la URSS. Pero esta "humanidad" tuvo una frontera: Alemania se quedó fuera.

La quinta parte de Alemania anectada por Polonia y la URSS tenia las tierras mas fértiles y los 14 millones de alemanes que habitaron y cultivaron estas tierras sobrevivian en lo que quedaba de Alemania. Las fuerzas de ocupación aliadas prohibieron emigrar a los alemanes. Organizaciones internacionales no fueron autorizadas a mandar ayuda humanitaria a Alemania el primer año de acabada la guerra, después la ayuda era bastante limitada. Cuando la ayuda fué autorizada ya era tarde para bastantes millones de alemanes.

El plan para destruir Alemania fué concebido por el ministro de finanzas de EEUU Henry C. Morgenthau. Este plan consistia en desmantelar Alemania como nación industrial y transformarla en un pueblo de primitivos agricultores. El plan empezó a tomar forma en el cuartel general de Eisenhower en agosto de 1.944. Eisenhower queria dar a Alemania un tratamiento "bueno y duro" y lo motivó con que "todo el pueblo alemán era paranoico".

Morgenthau hizo un protocolo de su encuentro con el presidente de EEUU Franklin D. Rooesveklt y Winston Churchil en Quebec en septiembre de 1.944. El ministro de exteriores británico Anthony Eden, su colega de EEUU Cordell Hull al igual que el ministro de la guerra de EEUU Henry L. Stimson protestaron energicamente contra el plan Morgenthau, diciendo que una Alemania de agricultores no podria sobrevivir. Hull y Stimson le dijeron a Roosevelt que si ese plan se llevaba a la práctica moririan alrededor de 20 millones de alemanes.

La mayoria de historiadores opina que el plan Morgenthau no se llevó a cabo tras estas protestas. Morgenthau dijo a su vez que el plan se llevó a cabo. En el periódico New York Post del 24 de noviembre de 1.947 escribió "El plan Morgenthau para Alemania (...) fué una parte del tratado de Postdam, una declaración política y una promesa de una actuación (...) firmada por EEUU, Gran Bretaña y la URSS."

Los aliados obligaron a disminuir la producción de combustible, tractores, acero y otros productos que fueron importantes para la guerra. Disminuyeron la producción de fertilizantes en un 82%. Disminuyeron el valor de las exportaciones alemanas (que ellos controlaban) por lo que disminuyó la entrada de capital con la que los alemanes hubiesen podido comprar alimentos del exterior. Gran cantidad de la fuerza de trabajo estaba en campos de concentración. Los seis meses después de acabar la guerra, la producción industrial de Alemania disminuyó en un 75%, la producción agrícola disminuyó en un 65%. Sesenta millones de alemanes empezaron a pasar hambre en su enorme cárcel.

James Bacque muestra en su último libro como diplomáticos y militares de EEUU en Alemania planearon sistemáticamente el hambre entre los alemanes. Hace poco se ha quitado el sello de secreto a los archivos de Robert Murphy y el trabajo de Robert Patterson, que se guardaban en el Instituto Hoover de Stanford. Murphy era el mas alto diplomático y consejero en Alemania y Patterson ministro de guerra tras 1.945. En un escrito del archivo de Murphy se da a entender que la cifra de muertes en Alemania era mas del doble de la reconocida oficialmente. En el archivo nacional de Ottawa Bacque encontró documentos de 1.946 de los militares de EEUU en Alemania en los que se dice que las muertes en la zona de ocupación era de 21’4 por 1.000 mientras que la cifra oficial que se daba era de 11’7 por 1.000.

Documentos investigados por Bacque en Ottawa, Moscú, Washington y Stanford muestran que los aliados no solo destruyeron la mayoria de la industria, sino que hicieron disminuir la producción agrícola de tan manera que durante bastantes años los alemanes tuvieron menos comida que los holandeses durante la ocupación alemana.

"De 1.945 a mediados de 1.948 se vió como una nación era destruida" dijo el capitán médico de marines Albert Behnkes. Este comparó el hambre holandés y alemán. Durante meses la ración de comida para los alemanes en zona aliada era de solo 400 calorias por dia. En gran parte de Alemania era de unas 1.000 calorias, oficialmente durante mas de dos años nunca fué mas de 1.550. Los holandeses recibieron siempre mas de 1.394 calorias por dia. Por su colaboración en el "hambre" holandesa, el líder nazi Arthur Seyss-Inquart fué juzgado en Nürenberg y ahorcado

Una comparación de las poblaciones alemanas de 1.946 y 1.950 muestra las consecuencias de los racionamientos de comida. Las estadísticas de 1.950 muestran 5’7 millones de personas menos de lo que debería haber sido con respecto a la estadística de 1.946, descontando los muertos oficiales, nacimientos e inmigrantes (expulsados del este y prisioneros retornados) durante los años 1.946-50.

Cual es la cifra de muertos por hambre en la Alemania ocupada de 1.945 a 1.950? James Bacque en su último libro llega a la conclusión de 9 millones de muertos. Hay que puntualizar que eso fué en tiempos de paz y que fueron bastantes mas que los que murieron durante la guerra. O sea, hay que añadirlos a esos otros.

El plan Morgenthau fué detenido al final. A principios de 1.946 protestaron senadores de EEUU, entre ellos Kenneth Wherry y William Langer contra "el loco y brutal plan de Morgenthau". Importante para la opinión pública fué el libro del pacifista y editor británico Victor Gollancz "Our Threatened Values", de 1.946. Importante destacar que Victor Gollancz era judio, en contraste con los asesinos de masas Berman, Pijade, Lindeman y Morgenthau así como Ehrenburg. Sobre Gollancz hay que decir también que lideró una organización para paliar las necesidades de los árabes en Palestina.

Tarde pidió el presidente Truman intervenir. La mortalidad infantil en muchas cuidades alemanas alcanzaba el 20%, muchísimo mas alto que antes de la guerra o el resto de Europa en ese tiempo. En Kiel, zona de ocupación inglesa la tuberculosis había aumentado mas del 70% comparado con antes de la guerra.


CORRECCIÓN POLÍTICA Y ENFERMEDAD MENTAL.

Este genocidio de alemanes ha sido muy poco relatado en la prensa. La prensa que presume de humanismo. Dicen que todas las personas tienen el mismo valor pero se ve que no es así al leer este artículo. Un ejemplo: Cuando las peores masacres de Bosnia la prensa escribia que era el peor genocidio desde el exterminio de los judios por Hitler. Los doce millones de alemanes muertos no cuentan para nada.

Otro ejemplo: el año 1.995 la editorial Piper de Munich editó una versión en alemán del libro de John Sacks "An Eye for an Eye". La traducción alemana se titula "Auge um Auge – Opfer des Holocausts als Täter". De repente dice la editorial que ha decidido retirar el libro. Esto ocurre cuando la editorial sueca (de propiedad judia) Bonniers se convierte en el mayor propietario de Piper. Como razón se dice que " podria haber confusión al comparar el holocausto con crímenes durante el mismo periodo". La decisión de Piper de retirar el libro fué saludado con alegria por una unida prensa "alemana".

Un último ejemplo (para no cansar al lector): un humanista, el jubilado profesor de historia Åke Sandin (sueco) ha estudiado el destino de de los derrotados, entre otros, los alemanes tras la segunda guerra mundial. Ha escrito artículos en la revista "Pax" y participado en programas de radio. Por esto fué acusado de antisemita y falsificador de historia entre otros por el periódico Expressen, propiedad de los Bonnier (judios), y por el "comité sueco contra el antisemitismo". Sin embargo, ni Expressen ni los demás pudieron demostrar que nada de lo que Åke Sundin había escrito o dicho fuese falso.

La "corrección política" es una enfermedad. La medicina contra la "corrección política" son hechos. Hechos, hechos y mas hechos.

Cuanto mas grave sea la enfermedad, mas hechos incómodos hay que tomar en dosis mas grandes, para ver si el paciente tiene alguna oportunidad de sanar.

Lars Adelskogh. Revista Nexus

22 comentarios

cris -

No es nada nuevo el saber que la gran rusia desde su revolucion solo se ha dedicado a sembrar el terror y el asesinato como norma habitual.Ya en la segunda guerra mundial mandaban a sus soldados al frente sin armas sabiendo que iba a ser una matanza,por eso todas esas muertes deberian incluirse en los miles de millones de muertos por el comunismo,pero no nos dejemos atras a los aliados causantes de millones de muertos,muertes que fueron con premeditacion y alevosiba y que hoy siguen ocultado la verdad,por eso cuando se erigen en veladores de la libertad me descojono

antonio -

por desgracia la historia la cuentan y escriben siempre los vencedores, y claro siempre cuentan lo que les interesa, CREO QUE EN UNA GUERRA SIEMPRE todos los ejercitos beligerantes son azsesinos en potencia y siempre TODOS cometen verdaderas barvaridares......

Juan -

si me equivoco corrijanme pero no era harry Salomon truman judio? o Josepth Gughasvily Stalin tambien como devastaron al pueblo ruso , como lo hicieron con alemania y como lo estan haciendo los neoconservadores judios con la gran nacion americana hoy en dia Ford tenia razon hay que tener cuidado con esta raza

Juan -

si no por que un judio es el principal financiador del uso de la marihuana en California quieren desgraciar a ese pueblo; por que no hace eso en israel? por que los judios son judios y los demas goyim como ellos despreciativamente nos llaman

Juan -

es dificil pero muchos de los orquestadores de la masacre contra el pueblo aleman fueron judios no olvidar y muchos de los orquestadores hoy en dia de la masacre contra el ppueblo americano tambien lo son

español -

1.100.000 de civiles alemanes exterminados en bombardeos
planificados a tal efecto por la sofisticada tecnología crematoria, constantemente
"mejorada" a lo largo de la guerra, de la aviación inglesa.
En resumen:!quemar vivos a mujeres, ancianos y niños! Pero, ¿no era eso el
"holocausto"?
Este plan estratégico, denominado "bombardeo
moral", tenía la supuesta finalidad de provocar en
el pueblo alemán una reacción de rebelión contra
el régimen nazi, pero cuando se comprobó que el
resultado era el contrario, siendo así que
difícilmente se podía justificar la causa aliada
amparándola en semejantes métodos, los ataques
aéreos incendiarios contra la gente común y
corriente prosiguieron incluso hasta después de
que el ejército alemán, prácticamente derrotado, no presentara ya una resistencia
digna de ese nombre (por ejemplo, en el ataque a Pfüllingen). Conviene añadir que
el plan británico tenía como norte asesinar a 15.000.000 de alemanes y comenzó
en 1941, es decir, antes de que pueda hablarse en algún sentido (ya veremos cuál)
de un holocausto judío por obra del Tercer Reich.
Más de 12.000.000 de civiles alemanes fueron sometidos a limpieza étnica,
calificada según la legislación internacional vigente de "crimen contra la
humanidad", en los territorios de Alemania que, como los Sudetes, Prusia Oriental,
Silesia y Pomerania, pasaron a incorporarse, sin mediar tratado alguno y a guisa de
botín de guerra, a la URSS, Polonia y Checoslovaquia.
Más de 2.500.000 de civiles alemanes resultaron exterminados como consecuencia
de dicho proceso de limpieza étnica.
Más de 1.000.000 de militares alemanes desarmados murieron, por hambre,
enfermedades y malos tratos, en los campos de concentración norteamericanos y
franceses después de la Segunda Guerra Mundial. El comportamiento alemán con
los prisioneros ingleses, norteamericanos y franceses -no así en el caso de los rusosrespetó
empero, en todo momento y con contadas excepciones, las normas de la
Convención de Ginebra.

Más de 2.000.000 de militares alemanes desarmados perecieron de la misma
manera en los campos de concentración soviéticos.
A estas cifras hay que sumar los ciudadanos soviéticos de etnia germana,
completamente ajenos al nazismo, deportados a Siberia por Stalin, así como las
minorías germanohablantes en países de Europa como Hungría, Rumanía y
Yugoeslavia, objeto también de todo tipo de atrocidades después de la guerra. Por
si fuera poco, 8.000.000 de alemanes perecieron por inanición a partir del año 1945
como consecuencia de la deliberada política de castigo -de la cual conocemos al
autor intelectual: el banquero judío norteamericano Henry Morgenthau- impuesta por
los aliados a la nación vencida. En total, tenemos como poco 6 millones de
alemanes exterminados fuera de las operaciones militares por los valientes y
simpáticos cruzados del humanismo cristiano y la democracia y el socialismo que
aparecen en las películas de Hollywood mascando chicle.
Semejantes cifras, empero, pueden alcanzar los 14 millones de muertos, sin contar
los desplazados forzosos ya mencionados (en total, 25 millones de alemanes
afectados por vulneraciones de los derechos humanos), de manera que la cantidad
de seis millones no es producto de exageración alguna, sino una estimación muy
moderada y computada a la baja.
De estos alemanes nada se sabe, no se han rodado en Hollywood películas sobre el
tema y sólo poco a poco empezamos a tener noticia del escándalo a través de
libros e investigaciones de heroicos historiadores que son automáticamente
estigmatizados por el sistema demoliberal, todo ello en nombre de la ideología
antifascista, la misma que justificó este auténtico "holocausto olvidado" y que sigue
vigente so pena de excomunión social en los pomposamente autodenominados
países libres.
Conviene recordar que el fascismo originario, el régimen de Mussolini -el único que
puede de forma rigurosa ser calificado de fascista-, no perpetró genocidio alguno,
25 son las penas de muerte que, tras un juicio en regla, se aplicaron a terroristas
eslavos en los veinte años que duró la existencia del Estado fascista. Además,
muchos fascistas ampararon a los judíos perseguidos por la Gestapo, pues esta etnia
estaba sobrerrepresentada -respecto a su porcentage dentro de la población total
italiana- en el propio partido fascista. Pensemos que sólo la banda terrorista marxistaleninista
ETA ha asesesinado más de 1000 personas inocentes por motivos racistas (la
ideología de Sabino Arana, !pero el fascismo no era racista!), ya sea de un tiro en la
nuca, ya mediante artefactos explosivos, no obstante lo cual a los abertzales sólo se
les reclama condenar los atentados etarras para poder reintegrarse
alborozadamente en la fiesta progre de la sociedad "democrática" (?) y
desempeñar incluso cargos públicos, algo que está vetado a los "fascistas" a pesar
de que no hayan asesinado a nadie y por muchas condenas o matizaciones que
hagan sobre el pasado histórico de dicha corriente política.

fernando -

Las potencias ocupantes rusa, británica, francesa y norteamericana transformaron efectivamente a Alemania en un enorme
campo de la muerte. Las democracias occidentales capturaron al 73 % de todos los prisioneros de guerra alemanes en sus
zonas de ocupación. Murieron muchos más Alemanes tras la guerra que durante las batallas, bombardeos masivos y campos
de concentración de la guerra. Como resultado de la política del imperialismo aliado, entre 1945 y 1950 perecieron entre
nueve y trece millones. Semejante genocidio tuvo tres fuentes principales:
– primero entre los 13,3 millones de Alemanes de origen que fueron expulsados de las regiones orientales de Alemania, de
Polonia, Checoslovaquia, Hungría, etc., según los Acuerdos de Postdam; esta depuración étnica fue tan inhumana que no
llegaron a destino –tras las nuevas fronteras alemanas de la posguerra–, más que 7,3 millones de ellos; los demás
desaparecieron en las peores circunstancias;
– luego, entre los prisioneros de guerra alemanes que murieron debido al hambre y a las enfermedades en los campos
aliados: entre 1,5 y 2 millones;
– por fin, entre la población en general que no tenía para sobrevivir más que raciones de 1000 calorías cotidianas, lo que no
garantizaba sino una larga hambruna y epidemias –más de 5,7 millones murieron de enfermedades.

Torres -

La burguesía occidental sigue presentando aquel período como un periodo de reajuste para la población alemana, tras los
horrores inevitables de la Segunda Guerra mundial, al ser las privaciones la consecuencia natural del desbarajuste de la
posguerra. El argumento de la burguesía es que, de todos modos, la población alemana se merecía semejante trato por
haber empezado la guerra y como castigo por los crímenes de guerra del régimen nazi. Este argumento asqueroso es
particularmente hipócrita por muchas razones. La primera es que la destrucción total del imperialismo alemán ya era un
objetivo de guerra para los Aliados antes de que se decidiera utilizar la «gran coartada» de Auschwitz para justificarla. El
segundo es que los que fueron directamente responsables de la subida al poder del nacionalsocialismo y de sus ambiciones
imperialistas –los grandes capitalistas alemanes– salieron relativamente indemnes de la guerra y de sus consecuencias. A
pesar de que varias personalidades fueron ajusticiadas tras el juicio de Nuremberg, la mayoría de funcionarios y patrones de
la era nazi ocupó puestos en el nuevo Estado instalado por los Aliados. Los proletarios alemanes, los que más sufrieron
la política de los Aliados en la posguerra, no tenían la menor responsabilidad en la instalación del régimen nazi, sino que, al
contrario, habían sido sus primeras víctimas.

Jesus Asensi -

Harto de tontos, tu eres el mas tonto de los tontos. La bomba atomica no se la tiraron a Alemania porque no la tenia perfeccionada y tenian que ocupar el terreno, capturar prisioneros importantes para fabricar (precisamente) la bomba atómica, etc.
El EJE (norteamericanos, ingleses, franceses y demas aliados)cometieron mas crimenes de guerra que los alemanes (Dresde, Colonia, Franfur, etc.)y no te digo ya la URSS. Mucho mas que la masacre de los judios. Mataron despues de la guerra, a 9 millones de alemanes civiles (ancianos, mujeres y niños)de hambre, mientras los aliados tenian pudriendose en sus almacenes gigantescos, ingentes cantidades de suministros alimenticios. El plan Marsall no alcanzó a los alemanes asta unos años despues de perder la guerra.
La historia, es la Historia verdadera.

Harto de tontos -

No te quejes hombre, un par de bombitas atómicas sobre Berlín quizás hubiese solucionado la papeleta antes.

fede -

Winston Churchill dijo el 27.2.1945:

“Pensamos aplicar medidas aún más drásticas y efectivas que en la última posguerra, ya que ahora entendemos más de este negocio, de manera que un proceder ofensivo por parte de Alemania será algo completamente imposible durante generaciones”. (Gollancz, Victor, Unser bedrohtes Erbe, Zürich 1947, p. 153)

Lorenzo Ramirez -

Ayer es el pasado. Se fue y no volverá. La primera ley es sobrevivir. La segunda es avanzar y conquistar.

Lorenzo Gomez B. -

Atrocidades americanas en Alemania.

Investigadores AMERICANOS en el Tribunal de los EE. UU. en Dachau, Alemania, usaron los métodos siguientes para obtener confesiones: Palizas y apaleamientos brutales. Arrancar dientes y romper mandíbulas. Juicios simulados. Confinamiento solitario. Actuación de impostores como sacerdotes. Raciones muy limitadas. Privación de servicios espirituales. Promesas de absolución. Quejas que involucran estos métodos de tercer grado fueron recibidas por el Secretario del Ejército Kenneth Royall la Primavera pasada [1948]. Royall nombró al fiscal Gordon Simpson de la Corte Suprema de Texas y a mí para ir a Alemania e inspeccionar los informes. Acompañado por el Teniente Coronel Charles Lawrence, Hijo, fuimos a Munich, Alemania, a establecer oficinas allí, y oimos continuos testimonios de la manera en la que las atrocidades americanas fueron cometidas.

Pero primero, un poco de historia. La Primavera pasada la Corte Suprema rehusó la petición de habeas corpus del Coronel Willis N. Everett, Hijo, un abogado americano que había servido como consejero de la defensa para los 74 alemanes acusados en el famoso caso de Malmedy. Everett es un abogado muy capaz, un caballero sincero y de conciencia. No es un fanático.
En su petición, Everett declaró que los alemanes no habían recibido un juicio justo. Everett no pretendió que todos los acusados alemanes eran inocentes, pero puesto que ellos no habían tenido un juicio justo, no había ninguna manera de distinguir al inocente del culpable.
La tragedia es que tantos americanos, habiendo luchado y ganado la guerra con tanto sudor y sangre, ahora digan, Todos los alemanes deben ser castigados. Nosotros ganamos la guerra, pero algunos de los nuestros quieren seguir matando. Esto me parece perverso.

Si las chocantes acusaciones de Everett fueran verdad, habrían echado un borrón en la conciencia americana por toda la eternidad. El hecho que hubo atrocidades cometidas por los alemanes durante la guerra contra los americanos, o por americanos contra los alemanes, no disminuiría nuestra desgracia en lo más mínimo si las tales atrocidades en período de paz permanecieran impunes.

Nuestra cometido específico no sólo era examinar las acusaciones del Coronel Everett, sino también examinar los casos de las 139 penas de muerte que en ese momento permanecían sin ejecutar: Ya se habían ejecutado 152 alemanes. Los 139 hombres condenados que todavía estaban vivos entraron en tresgrupos. Fueron acusados de estar relacionados con los crímenes del campo de concentración de Dachau, en la matanza de aviadores americanos, o en las matanzas de Malmedy. Permítanme decir que yo creo que los crímenes por los que estos alemanes fueron juzgados realmente tuvieron lugar, y que algunos alemanes eran culpables de ellos.

Pero nosotros no debemos permitir que odio indiscriminado a todos los alemanes que fue generado durante y después de la guerra, nos ciegue en la necesidad de castigar solamente a los culpables.

Después de esta investigación, y después de hablar con todas las partes, yo no creo que el pueblo alemán supiera lo que el Gobierno alemán estaba haciendo. Estoy convencido que la población alemana no tenía ninguna idea qué crímenes diabólicos el archidemonio, [Heinrich] Himmler, estaba cometiendo en los campos de concentración. De las atrocidades que hemos descubierto, debe de haber sido el mismo príncipe de los diablos.

Pero en cuanto a los alemanes en general, ellos lucharon en la guerra como leales ciudadanos con una patria que apoyar, y defender.

Algunos aviadores americanos, derribados en raids de bombardeo sobre Alemania, resultaron muertos por paisanos alemanes. Estos alemanes sentían que los aviadores americanos eran los asesinos de sus esposas, madres y niños indefensos que estaban en las ciudades bombardeadas, lo mismo que los ingleses sentían que los aviadores alemanes eran sus asesinos. E'sa es la guerra.
Yo sentía profundamente por estos aviadores. Tuve dos hijos en la fuerza aérea. Jimmy realizó 35 misiones sobre Alemania y volvió a casa a salvo, gracias a Dios! Dick realizó 32 Misiones y fue finalmente derribado sobre Italia. Pasó 12 meses en un campamento de prisioneros de guerra alemán y fue correctamente bien tratado. Está ahora en un sanatorio en Arizona recuperándose del tifus que contrajo en el campamento.

II

Las matanzas de Malmedy, en la cuales un grupo de prisioneros americanos de guerra fueron abatidos después de ser capturados durante la Batalla de las Ardenas, realmente sucedió. Pero ¿no podemos distinguir nosotros entre la afirmación de que estas atrocidades sucedieron, y la de que fueran cometidas por estos 74 alemanes que habían estado en Malmedy, o cerca, en ese momento?

Porque algunos individuos alemanes sádicos y perversos lo hicieron, ¿estamos procediendo correctamente diciendo que todos y cada uno de los alemanes que tenemos en nuestras manos son culpables y debemos acabar con ellos? Personalmente yo no creo eso. E'sa no es la forma de pensar que yo aprendí en mi iglesia, o ustedes aprendieron en la suya.

Bajo insistencia rusa, los americanos no podrían volver a juzgar a estos hombres. La filosofía rusa en estos asuntos es que los investigadores determinan la culpabilidad o inocencia del acusado, y el juez meramente determina la sentencia. Nosotros aceptamos la fórmula rusa de ningún nuevo juicio, pero nosotros ganamos en obtener la presunción de inocencia antes del juicio.

La prohibición americana de evidencias basadas en declaraciones de lo oído ha sido suspendida. Se admitieron testimonios de segunda y tercera mano, aunque el Juez General de la Abogacía advirtió contra el valor de la evidencia del rumor, sobre todo cuando fue obtenido, como era el caso, dos o tres años después del acto. El Teniente Coronel Ellis y el Teniente de la acusación declararon que era difícil de obtener correctas evidencias. Perl dijo al tribunal, Teníamos un caso difícil de tratar y tuvimos que usar métodos persuasivos. Admitió ante el tribunal que los métodos persuasivos incluyeron varios expedientes, incluyendo alguna violencia y juicios simulados. Ulteriormente dijo al tribunal que los casos se basaban en declaraciones obtenidas por tales métodos. Las declaraciones que se admitieron como evidencias fueron obtenidas de hombres que habían sido mantenidos primero en confinamiento solitario durante tres, cuatro y cinco meses. Fueron encerrados entre cuatro paredes, sin ventanas, y ninguna oportunidad de ejercicio. Dos comidas al día se les empujaban a través de una hendedura en la puerta. No les permitieron hablar con nadie. No tenían comunicación con sus familias o cualquier clérigo o sacerdote durante ese tiempo.

Este encierro solitario demostró ser suficiente en sí mismo en algunos casos para persuadir a los alemanes a firmar declaraciones preparadas. Estas declaraciones no sólo involucraron al firmante, sino que a menudo involucraban a otros acusados.

III

Nuestros investigadores ponían una capucha negra en la cabeza del acusado y entonces le golpeaban en la cara con guantes, le daban patadas y lo golpeaban con porras de caucho. Muchos de los acusados alemanes tenían los dientes arrancados. Algunos tenían las mandíbulas rotas.

Todos menos dos de los alemanes, en los 139 casos que nosotros investigamos, habían sido golpeados en los testículos más allá de cualquier reparación. E'ste era el PNO, Procedimiento Normal de Operaciones de los investigadores americanos. Perl admitió el uso de juicios simulados y los métodos persuasivos incluyendo violencia y dijo que el tribunal era libre de decidir el peso de considerar la evidencia así recibida. Pero todos la aceptaron.

Un acusado de 18 años, después de una serie de palizas, estaba escribiendo una declaración que le estaba siendo dictada. Cuando llegaron a la página 16, el muchacho fue encerrado durante la noche. Por la mañana temprano, alemanes en celdas cercanas le oyeron murmurar. Yo no proferiré otra mentira. Cuando después el carcelero entró para conseguir que terminara su declaración falsa, encontró ahorcado al alemán de un barrote de la celda, muerto. Sin embargo la declaración por la que el alemán se había ahorcado para eludir la firma fue presentada y se admitió como evidencia en el juicio de los otros.
A veces un prisionero que rehusaba firmar era llevado a un cuarto pobremente iluminado, donde un grupo de investigadores civiles, vistiendo uniformes del Ejercito de los EE. UU. estaban sentados alrededor de una mesa negra con un crucifijo en el centro y dos velas ardiendo, una en cada lado. Usted tendrá su juicio americano ahora, fue dicho al acusado.

El falso tribunal pronunció una falsa sentencia de muerte. Entonces al acusado le fue dicho, Usted será ahorcado en unos días, en cuanto el general apruebe esta sentencia: pero entretanto firme esta confesión y podremos conseguir su absolución. Algunos todavía no firmarían.

Nos quedamos asombrados de que el crucifijo fuese utilizado tan burlonamente.

En otro caso, un sacerdote católico ficticio (realmente un investigador) entró en la celda de uno de los acusados, oyó su confesión, le dio la absolución, y entonces le dijo en tono amistoso: Firme lo que los investigadores le piden. Eso le dará su libertad. Aunque sea falso, yo puedo darle ahora darle de antemano la absolución por las mentiras que diga.

Nuestro informe final acerca de estos procesos ha sido enviado al Secretario del Ejército Royall. A pesar de las muchas instancias, como las que he descrito, no encontramos ninguna conspiración general para obtener evidencias inadecuadamente. Con la excepción de 29 casos, no vimos ninguna razón por las que las ejecuciones no deban llevarse a cabo. Para las otras 110, había suficiente evidencia competente de otras fuentes para garantizar la pena de muerte, con exclusión de la evidencia obtenida por el tercer grado.

Los 29 hombres cuyas sentencias recomendamos sean conmutadas ciertamente no han tenido un juicio justo según normas americanas. Veintisiete de ellos han visto sus sentencias reducidas a cadena perpetua, uno de ellos a 10 años, y otro a dos y años y medio, según nuestras recomendaciones. Nosotros también recomendamos un programa permanente de clemencia para la Reconsideración de las sentencias de otros prisioneros condenados en casos de crímenes de guerra.

El Secretario Royall ha salvado nuestra conciencia nacional. ¿Podríamos sostener como americanos alguna vez nuestras cabezas si no hubiera aparecido? Ha salvado nuestro prestigio nacional y nuestra reputación internacional.

Sin embargo, a pesar de la acción del Secretario Royall en este asunto, hay poco espacio real para la complacencia por parte de los americanos. Más bien nuestro informe revela, por implicación, que nosotros todavía tenemos una situación seria en Alemania que aclarar. Es más, cinco de los hombres para quien nosotros recomendamos la conmutación han sido ahorcados desde que entregamos nuestro informe. 100 de los 139 que pedimos investigar están ahora muertos.

IV

Los investigadores americanos que cometieron estas atrocidades en el nombre de la Justicia americana y bajo la bandera americana vagan libremente. En este punto hay dos objetivos que deben ser conseguidos:

1. Aquellos prisioneros cuyas sentencias de muerte no se han conmutado y quiénes no han sido todavía ahorcados deben ser salvados pendientes de una total revisión judicial.
2. Los investigadores americanos que abusaron de los poderes de la victoria y prostituyeron la justicia a la venganza, deben exponerse en un juicio público, preferentemente en los EE. UU., y perseguidos. A menos que estos crímenes cometidos por americanos sean expuestos por nosotros en casa, el prestigio de América y la justicia americana sufrirá un daño permanente e irreparable. Podemos reparar parcialmente nuestra propia mala conducta si lo investigamos rápidamente y públicamente lo condenamos y repudiamos. Si esperamos que nuestros enemigos agiten nuestra culpa en el extranjero, solo podremos agachar nuestras cabezas en admisión avergonzada.


JUEZ EDWARD L VAN RODEN




EDWARD L. VAN RODEN, un juez de Pennsylvania sirvió en la Primera y Segunda Guerra Mundial y en esta última como Jefe de la División de Justicia Militar para el Teatro europeo donde prestó servicio en Normandía, Bélgica, el Rhineland y en las Ardenas. En 1946 fue reasignado al servicio activo y sirvió en varias importantes Cortes marciales en Alemania. En 1948 el Secretario del Ejército Royall le nombró para una comisión extraordinaria encargada de investigar el Programa de Crímenes de Guerra de Dachau.

zaragoza -

Cientos de miles de prisioneros alemanes son mostrados al
público en un desfile por las calles de Moscú que terminó en Siberia.
M enos del 5% salvó la vida y regresó a su país muchos años después.
Todavía se encontraban bolsones de resistencia alemana, por aquellos que se negaban a capitular. Pero, la tragedia no había terminado, luego de la firma de la rendición incondicional, los rusos se lanzaron a una orgía de violaciones, saqueos y asesinatos, que el Alto mando Soviético justificó, "como revancha por las atrocidades cometidas por los alemanes en Rusia."

Nadie sabe con certeza cuántos muertos civiles y militares hubo en Berlín entre el 16 de abril y el 2 de mayo de 1945. Muchos estiman en 200.000 civiles y militares alemanes y 150.000 soldados soviéticos, además de decenas de miles de heridos en ambos bandos. La ciudad de Berlín estaba en ruinas y la población en pánico. Cuando las fuerzas francesas, estadounidenses y británicas llegaron a Berlín para ocupar las zonas previamente demarcadas, pudieron comprobar el salvajismo con que los rusos se vengaron. Nada útil quedó para ser utilizado. Fueron arrancadas las tuberías de agua, cables telefónicos, instalaciones eléctricas; fueron saqueadas bibliotecas, hospitales, bancos, universidades; de las casas particulares se llevaron todo cuanto pudieron, aquel que se resistiera era muerto en el acto. Fábricas enteras fueron desmontadas y llevadas a Rusia, dejaron a la ciudad sin alimentos, con una población que vagaba entre las ruinas tratando de protegerse del humo de los incendios. Los berlineses que eran descubiertos tratando de escapar a las zonas que serían ocupadas por los aliados occidentales, eran asesinados sin contemplaciones.

El día de la firma del Acta de Rendición, en Londres, Winston Churchill anunció por la BBC, el fin de la guerra en Europa. En una parte de su discurso dijo textualmente; "Sin embargo, ahora podemos permitirnos un breve período de regocijamiento." Aunque no se refirió a las 100.000 violaciones que cometieron los rusos, resultó irónico, porque en esos momentos en Berlín se desataba una orgía de sangre y muerte.

De cualquier forma, la guerra en Europa, había llegado a su fin.

ygnoter -

cuando James Bacque empezó a visitar editoriales para publicar su libro treinta (30) editoriales de EE.UU. lo rechazaron, termino publicándolo en Canadá y Alemania donde fue un éxito, en el país de las libertades las editoriales “serias” dejaron a su público sin conocer una dramática e interesante historia.

Esta historia, estoy seguro, nunca aparecerá en el Chanel History, lo cual no quiere decir que no exista, la tomaron los revisionistas con lo cual no desacredita para nada la historia, lo triste es que los “serios” miraron para otro lado.

Creo que los crímenes de guerra son inherentes a la misma, y los cometen dirigentes e individuos de todos los bandos, no solo los “salvajes” alemanes y rusos, y los demócratas por serlo no son limpios e impolutos, justamente tengo un articulo del 13/9/2005 de “El Diario” de Paraná que dice “Revelan que el Reino Unido torturó a miles de prisioneros alemanes”,esta información se origino en The Guardian que diría no es revisionista, según documentos desclasificados de los Archivos Nacionales británicos el centro de torturas funcionaba en Londres, y fue creado por el gobierno de Winston Churchill (si el mismo).

De acuerdo con ese informe, los 3.000 prisioneros en su mayoría alemanes era golpeados, torturados, privados del sueño, forzados a permanecer de pie por más de 24 horas y amenazados con ser ejecutados si no suministraban información sobre el enemigo. Según algunas declaraciones de ex prisioneros, muchos murieron en el centro de detención clandestino por falta de alimentos o por ser abandonados bajo temperaturas de frío extremo, en duchas especialmente construidas para las torturas.

El centro de torturas habrías sido construido bajo las ordenes del ministerio de Defensa británico, con el pleno consentimiento de Churchill y sus ministros de gobierno, agregó el diario.

Lamentablemente estas noticias salen en un recuadrito de los diarios y nadie investiga ni se publican libros sobre ello, sobre todo los escritores “serios”.

Sobre Churchill y sus andanzas tendría para hacer un buen informe, porque los seres humanos no preguntan sobre su nacionalidad ni su ideología para ser crueles.

Hay un libro que se publicó en la década del treinta en EE.UU. que se llamaba “Alemania debe perecer” donde un señor de apellido Kauffman de origen judío, predicaba que todos los alemanes debían ser esterilizados, este escrito fue muy difundido en el Tercer Reich como muestra de lo que querían los enemigos de Alemania, posteriormente Morgenthau explicito su famoso plan para desmantelar Alemania, muchos creyeron que este plan no se cumplió, pero el mismo autor dijo que hasta 1947 se llevo a cabo, yo me referí a la muerte de soldados alemanes en mi informe, pero el plan fue mucho más amplio, por lo que se murieron miles de civiles de hambre.

Esto es genocidio, los alemanes debían morir porque eran bárbaros, era una raza salvaje, el mismo desprecio tuvieron contra los japoneses encerrándolos preventivamente en campos de concentración a pesar de ser yanquis de origen japonés.

En fin hay mucha tela para cortar, como bombardear Dresden ciudad plagada de refugiados, sin importancia militar y borrarla del mapa porque al criminal jefe de la fuerza aérea británica “bombardero” Harris se le ocurrió .

español -

Impresionante... La verdad, existen muchas cosas que ignoramos respecto a la SGM y sin duda alguna esta constituye una de ellas, pero tengo una duda: Ante quién se hubieran podido quejar los Alemanes respecto al trato que sufrían en un campo de concentración de los ganadores de la guerra?? Alguien hubiera intervenido para defenderlos???

Torres -

Muchos de los que no desean ser oprimidos no les importaría ser opresores. El mismo camino llevamos en España.

ciudadano -

Quiero agregar que el tema de los prisionesros del ejército Rojo en manos alemanas y luego " liberados" ( los que sobrevivieron) y mandados al Gulag, es una tragedia muy poco conocida de las secuelas de la II G.M.
Pero no es de extrañar. El " gran defensor de Stalingrado", Chuikov, fusiló durante esa batalla a.......13.000 soldados
soviéticos !!!! ( Ver Anthony Beevor) .
¡ Así cualquiera defiende!

socialista pero menos -

Efectivamente, el mero hecho de rendirse a los alemanes fue considerado traición. Antony Beevor, en "Stalingrado", narra una anécdota muy cruel: durante la batalla de Stalingrado, un piloto soviético miembro del Partido fue derribado. Creyendo que había caído tras las líneas alemanas, quemó su carné pensando en lo que le habían enseñado: que los alemanes ejecutaban inmediatamente a los miembros del Partido. En realidad había caído tras las líneas rusas, y fue acusado de traición por haber quemado el carné del Partido... kafkiano.

lancelon -

Pero una de las cosas peores del tema de los prisioneros rusos es que luego de la derrota de Alemania, Stalin con su paranoia, envió a la mayoría de los supervivientes al propio Gulag soviético.

husar -

Conversaciones entre el canciller alemán Konrad Adenauer y el gobierno soviético (1955): liberación de los últimos prisioneros alemanes

En septiembre de 1955, Konrad Adenauer, canciller del nuevo gobierno de Alemania Occidental, voló a Moscú para reunirse con los dirigentes de la URSS. Durante sus discusiones, Adenauer sacó a colación un tema muy sensible:

"... Permítanme empezar con el asunto de la liberación de aquellos alemanes aún encarcelados dentro del área o esfera de influencia de la Unión Soviética, o bien de los que se les impide abandonar dicha zona. Existe el propósito de que se plantee dicho problema desde un principio, dado que es una cuestión que no deja de importar a toda familia alemana. Deseo con todo mi corazón que ustedes comprendan el espíritu con el que deseo abordar este problema. Para mí sólo se trata de un punto de vista humanitario. Es intolerable pensar que, más de diez años después del final de la guerra, haya aún hombres que estén separados de sus familias, de su patria, y de su normal y pacífico trabajo, unos hombres que se vieron envueltos, de una forma u otra, en el torbellino de la guerra. No deben ver ninguna provocación en mis palabras: está fuera de toda duda que no se pueden establecer relaciones normales entre nuestros Estados mientras dicho asunto quede sin resolver. De esa normalización es de lo que estoy hablando. Planteemos claramente un asunto que es una fuente diaria de recuerdo de un pasado lejano y triste."

El Primer Ministro soviético Nikita Bulganin le respondió:

"El canciller federal, señor Adenauer, ha expuesto como primera cuestión la de los prisioneros de guerra. En nuestra opinión se trata de un claro malentendido. No existen prisioneros de guerra alemanes en toda la Unión Soviética. Todos los prisioneros de guerra alemanes fueron liberados y repatriados. En la Unión Soviética sólo existen criminales de guerra de los antiguos ejércitos de Hitler, criminales que fueron juzgados por tribunales soviéticos por crímenes especialmente graves contra el pueblo soviético, contra la paz y contra la Humanidad. En efecto, 9.626 hombres han sido retenidos hasta el 1 de septiembre (1). Pero dichos hombres deben ser retenidos en la cárcel por criminales, según las nomas y reglas más humanas. Se trata de hombres que perdieron su compostura humana: son hombres culpables de atrocidades, de incendios, de asesinatos perpetrados contra mujeres, niños y ancianos. Fueron debidamente sentenciados por tribunales soviéticos y no pueden ser considerados prisioneros de guerra.
El pueblo soviético no puede olvidar los crimenes capitales cometidos por esos elementos criminales, como, por ejemplo, el fusilamiento de siete mil hombres de Kiev, en Babi Yar. No podemos olvidar ese millón de personas que fueron gaseadas y quemadas. Nadie puede olvidar las toneladas de cabello que fueron cortados y clasificados a mujeres torturadas hasta la muerte. Existen muchos que presenciaron lo sucedido en Maidanek. En los campos de Maidanek y Auschwitz más de cinco millones y medio de personas, todas inocentes, fueron asesinadas. El pueblo ucraniano nunca olvidará aquellas personas inocentes asesinadas en Járkov, donde fueron fusilados o gaseados miles de seres humanos. Podría mencionar los campos de concentración de Smolensko, Krasdonar, Stavropol, Lvov, Poltava, Nóvgorod, Oriol, Rovno, Kaunas, Riga, y muchos otros, donde cientos de miles de ciudadanos soviéticos fueron torturados hasta la muerte por los fascistas de Hitler. No podemos olvidar aquellas gentes inocentes, asesinadas, gaseadas y enterradas vivas; no podemos olvidar las ciudades y aldeas abrasadas, las mujeres, muchachos y niños asesinados. Y esos 9.626 hombres que he mencionado son criminales que cometieron tales monstruosos crimines..."

(1) 2.000 de ellos fueron hechos prisioneros en Stalingrado

Adenauer respondió rápidamente:

" Así, pues, señor Primer Ministro, usted ha hablado acerca de prisioneros de guerra. Permítanme que llame su atención sobre el hecho de que, en mis declaraciones de ayer, las palabras prisionero de guerra no fueron mencionadas. Evité a propósito dicha expresión. Si usted examina atentamente mis declaraciones, verá que hablaba de personas que eran retenidas. Usted ha mencionado criminales de guerra y sentencias dictadas por tribunales soviéticos. Hemos tenido hechos similares en nuestras relaciones con Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia. Pero dichos Estados han llegado a la conclusión de que las sentencias dictadas en aquellos países en el primer período de posguerra no estaban libres de las emociones propias de la atmósfera de aquel momento específico...
Se han cometido muchas maldades.
Esto es cierto: las tropas alemanas invadieron Rusia. Y también esto es cierto: se cometieron muchas maldades. Pero también esto es cierto: los ejércitos rusos invadieron Alemania (para su defensa, lo admito sin vacilar), y sucedieron también muchas cosas horribles en Alemania durante la guerra. Creo que, si entramos en un nuevo período de nuestras relaciones, y esto es lo que queremos realmente, no debemos mirar tan de cerca el pasado, pues de ese modo sólo comenzaremos a levantar obstáculos."

El Secretario General del PC, Nikita Kruschev, atacó vehemente los puntos de vista de Adenauer:

"Señor canciller, usted ha dicho al final de su declaración que los soldados soviéticos, cuando cruzaron las fronteras soviéticas y penetraron profundamente en su país, también cometieron crímenes: debo rechazarlo categóricamente, pues esto no fue el caso y la parte alemana no puede presentar ninguna prueba de ello (2). Los soldados soviéticos expulsaron a las otras tropas de su país y las persiguieron, cuando no quisieron rendirse. Si hubiésemos dejado en paz a dichas tropas, podrían haberse preparado para otra invasion. No nos podíamos detener a mitad de camino, sino que debíamos destruir al enemigo que se atrevió a alzar sus armas contra nosotros. Por ello, los soldados soviéticos cumplieron con su sagrado deber hacia su patria al continuar aquella guerra y sacrificar sus vidas. ¿Eso son horrores? Si unas tropas hubiesen invadido Alemania, y Alemania se hubiese defendido y hubiesen destruido al enemigo, ¿diría usted que eso son horrores? Habría sido un sagrado deber de Alemania. Por esas razones, soy de la opinión de que se ha hecho una observación insultante contra los soldados soviéticos. Y ello me obliga a hacer esta declaración".

El 14 de septiembre de 1955, Adenauer celebró una rueda de prensa en Moscú:

"... El Gobierno soviético, los señores Bulganin y Kruschev, han declarado expresamente durante las negociaciones que, en la Unión Soviética, ya no existen prisioneros de guerra alemanes, sino 9.626 criminales de guerra convictos, según dicen ellos.
Todos abandonarán la Unión Soviética en un próximo futuro. Serán parcialmente amnistiados y liberados; en tanto la Unión Soviética crea que cometieron graves crímenes, serán objeto de extradición a Alemania para ser tratados según las leyes de nuestro país. Creo que esto aliviará muchas pesadumbres, no sólo a esas casi diez mil personas que están aquí en la Unión Soviética, sino también a sus numerosos familiares en nuestro país. Ahora debo también informar de que su Primer Ministro Bulganin me ha dicho, y me ha autorizado a decírselo a ustedes, que toda esta acción empezará incluso antes de que hayamos llegado a Bonn..."

(2) Evidentemente, Kruschev sabía que no era cierto.

De esta forma, terminaba la aventura de los últimos prisioneros de guerra alemanes en la Unión Soviética.

Gonzalez H. -

Según datos soviéticos, el Ejército Rojo capturó como prisioneros a unos 2,4 millones de soldados alemanes que sufrieron un grado de mortalidad por debajo del 15 por ciento (unos 360.000 soldados). Sin embargo, tal como reconocen dichas fuentes, hubo muchos soldados de la Wehrmacht capturados que nunca fueron registrados ni contados por las autoridades responsables, especialmente durante los dos o tres primeros años de la guerra. Así que las cifras presentadas por las fuentes soviéticas son con toda certeza inferiores a las reales, que nunca se sabrán con seguridad. Las fuentes alemanas, basadas en los informes de los prisioneros retornados y en las estadísticas existentes de la Wehrmacht sobre las pérdidas alemanas, arrojan cifras más elevadas: unos 3 millones de soldados hechos prisioneros por el Ejército Rojo, con un grado de mortalidad de entre el 25 y 30 por ciento mientras estaban en cautividad (entre 750.000 y 900.000 soldados). Este alto porcentaje de mortalidad fue, sin embargo, sensiblemente inferior al que sufrieron los prisioneros soviéticos en manos alemanas; de los 5,7 millones de soldados soviéticos capturados por los alemanes, murieron en cautividad 3,5 millones, es decir, el 57 por ciento. Estos porcentajes son impactantes, sobre todo si se comparan con el grado de mortalidad entre los prisioneros británicos y estadounidenses en manos alemanas: entre el 3,5 y 5,1 por ciento. Los soldados de los ejércitos aliados de Alemania capturados por el Ejército Rojo (unos 2 millones, principalmente rumanos, italianos, húngaros, checos) también sufrieron un índice de mortalidad comparable, inferior o mayor al de los alemanes. Por ejemplo, las fuentes soviéticas, que van a la baja, informan que los italianos cautivos sufrieron aproximadamente un 56 por ciento de mortalidad, los rumanos un 29 por ciento, y los húngaros un 10 por ciento.