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Corrupción. Endesa y el capitalismo de Estado.

Corrupción. Endesa y el capitalismo de Estado.

Tras los últimos movimientos empresariales en la OPA sobre Endesa, muchos han creído ver una resolución del caso al más puro estilo capitalista: la alianza entre Enel y Acciona ha superado el precio ofrecido por E.On, que ha tenido que retirarse de la puja porque su oferta era insuficiente, los accionistas de Endesa venderán sus títulos al mejor postor y la propiedad de la compañía se habrá determinado en los mercados de capitales.
¿Verdad que suena bien? Ni rastro de dirigismo político ni de intervencionismo reprochable. Pura y simple libre competencia.
Lo siento, pero cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
El caso Endesa es un ejemplo de lo que pasa no en un auténtico sistema capitalista, sino en el capitalismo corporativista, también conocido como neoliberalismo o capitalismo de Estado.
El capitalismo corporativista, a diferencia del liberalismo, se caracteriza porque el Estado utiliza su poder político para influir y orientar las decisiones de los individuos. Impuestos, subvenciones y regulaciones son sus rasgos diferenciadores. Es cierto que los individuos son libres para elegir, pero están sometidos a la fiscalización, la supervisión y el control del Estado.
La OPA de Gas Natural sobre Endesa estuvo diseñada desde el principio para pagar réditos electorales a los aliados del Gobierno socialista y manejar la compañía, merced al control que los políticos ejercen sobre las cajas de ahorro. El PP se opuso a la operación so pretexto de una supuesta concentración monopolística de poder, pero lo que pretendía era conservar su influencia en Endesa gracias a Caja Madrid.
Ya expliqué en su momento por qué desde un punto de vista liberal no cabía criticar la oferta de Gas Natural sobre Endesa por el tamaño resultante de la empresa, sino únicamente por el origen y el calado políticos de la operación. Por supuesto, para un poder político cualquier recurso a la demagogia es bueno, con tal de que satisfaga sus sus aspiraciones.
La aparición en escena de E.On, el 20 de febrero de 2006, pareció dar un respiro al PP y encabritó al PSOE. La oferta de Gas Natural parecía exigua ante lo que estaba dispuesto a pagar la alemana. Si todo terminaba así, el PSOE no podría cumplir sus compromisos y, lo que era peor, tomar el control de la primera eléctrica española.
Los engranajes del Estado se pusieron en marcha para tratar de obstaculizar la operación. Al día siguiente Zapatero se dirigía en tono mafioso a Bernotat para advertirle de que el Gobierno no aprobaba la OPA de E.On. En un sector tan altamente regulado como el eléctrico, Zapatero recordó a aquél que el marco regulatorio y la rentabilidad prevista para Endesa no eran "reales".
Dicho y hecho: unos días después, el Gobierno aprobaba un decreto-ley (recordemos que, según la Constitución, sólo pueden dictarse en caso de "extraordinaria y urgente necesidad") por el que se ampliaban las competencias fiscalizadoras de la CNE, controlada por el PSOE, para abarcar la OPA de E.On. Tal era la situación de acoso que, en la reunión que mantuvieron en abril Angela Merkel y Zapatero, la canciller alemana pidió al Gobierno español que respetase las reglas. Petición que, obviamente, el Ejecutivo socialista no atendió.
En julio, la CNE aprobaba unas durísimas condiciones para la OPA, entre las que destacaban la obligación de vender el 15% de los activos de Endesa y la de ceder algunos activos a empresas españolas.
E.On quería comprar; el Gobierno y la CNE, ponerle tantas trabas que finalmente desistiese de hacerlo. Tal fue la cacicada que incluso la ultraintervencionista Comisión Europea protestó airadamente y exigió que las condiciones fueran retiradas.
El Gobierno, consciente de que sus intenciones estaban quedando al descubierto y de que su táctica era insostenible, decidió entonces seguir un camino mucho más sibilino.
En los mercados de capitales es común que los inversores recurran a los brokers para ocultar su identidad. Así no descubren sus cartas; y si existen oportunidades de beneficio son capaces de aprovecharlas con disimulo. Pues bien, el Gobierno se buscó su propio broker: Acciona. Así, el 25 de septiembre la empresa de la familia Entrecanales compró el 10% de Endesa.
Recordemos que E.On comunicó su intención de adquirir Endesa el 20 de febrero. Siete meses después, la alemana no había adquirido ninguna acción de ésta, mientras que Acciona se hizo rápidamente con el 10%. La razón fue que la Ley del Mercado de Valores española, con la absurda excusa de proteger al pequeño inversor, obligaba a que toda empresa que quisiera adquirir más del 25% de una compañía lanzara una OPA.
Sin embargo, como vemos, el procedimiento para lanzar una OPA es lentísimo (y carísimo). Hasta el 16 de noviembre la CNMV no autorizó la oferta pública de adquisición. En todo este período Acciona pudo ir adquiriendo porcentajes inferiores al 25% de Endesa sin necesidad de lanzar una OPA y someterse a un proceso tan rígido. Así, el 20 de octubre ya controlaba el 20% de la compañía.
No es de extrañar que el Gobierno, inserto de lleno en este cambio de táctica, intentara lavar su imagen retirando buena parte de las condiciones que la CNE impuso a E.On. Simplemente, ya no las necesitaba.
El problema es que Acciona no podía comprar más de un 25% sin presentar una OPA, así que el Gobierno, tras reunirse en Ibiza con Prodi, concertó la participación de otro actor: la empresa pública italiana Enel, que adquirió en febrero de 2007 otro 10% de la compañía. Unas semanas después, Enel compraba hasta el 24%, de nuevo sin necesidad de acudir al lentísimo procedimiento de la OPA.
Aun cuando Endesa se encontraba ya en su práctica totalidad en manos de Enel y Acciona, E.On decidió a la desesperada aumentar el precio de su oferta hasta los 40 euros por acción, lo cual fue autorizado por la CNMV con la restricción de que no podría volver a incrementar el precio de la OPA. Siendo conscientes de ello, Enel y Acciona filtraron el rumor de que ya estaban dispuestos a lanzar una OPA a 41 euros la acción, deshaciendo así cualquier posibilidad real de E.On.
Si además tenemos en cuenta el profundo control que el Gobierno sigue ejerciendo sobre las empresas eléctricas españolas (hasta el punto de que fija sus precios), ¿a alguien le extraña que E.On decidiera retirar su OPA?
No, todo esto nada tiene que ver con un sistema capitalista. E.On no debería haber sido acosada con chantajes y regulaciones políticas; y, lo que es más importante, debería haber tenido la opción de comprar las acciones de Endesa en cualquier momento en que sus propietarios hubieran estado dispuestos a vender, sin necesidad de pasar por rígidas y lentas supervisiones.
El matonismo inicial del Gobierno dio paso al aprovechamiento de la ley en beneficio de quien ha sido capaz de bordearla: Enel, Acciona y el PSOE. Quien quiera ver en todo este despropósito un ápice de libre mercado, simplemente se equivoca. Una operación con futuro empresarial ha sido sustituida por otra cuyo principal reclamo son las recompensas por el buen servicio que pueda dejar caer el Gobierno español.
De momento, la historia, como ya predijera el pitoniso Zapatero, ha terminado con un final feliz para el Gobierno. Con todo el arsenal legislativo a su favor, lo extraño habría sido lo contrario.
Así que ya sabe: si quiere invertir en grandes empresas españolas, más le vale tener buenos contactos en las altas esferas políticas. Si no recurre a las burocracias corruptas, no obtendrá resultados, por muy rentables que pudieran ser. ¡Y a esto algunos lo llaman capitalismo!

4 comentarios

Rafael del Barco Carreras -

JUICIO GRAN TIBIDABO

¿Quién falta en el banquillo?.



Rafael del Barco Carreras



Un tal José Ruiz, con agentes captadores, consigue en los años 90, 30.000 mil millones de unos 10.000 ahorradores. Paga comisiones a sus captadores e intereses a sus inversores al margen de las “normas oficiales”, y sus acciones tienen el valor que él marca para seguir captando más dinero. Lo clásico, la mecánica de cualquier pirámide. También lo normal en la creación de tantos grupos financieros españoles, quebrados por fraude. Pero a diferencia de otros, éste invierte el dinero, que resta después de pagar el elevadísimo coste de continuar captando, en operaciones de ventas a plazo, leasing, cargando fuertes intereses. Y un buen día llegan los inspectores del Banco de España y la CNMV, Comisión Nacional del Mercado de Valores, y le dicen que se acabó. El hombre firma lo que le ponen delante para no parar de inmediato con sus huesos en la cárcel, y el “chiringuito financiero” pasa a manos “oficiales”.

La segunda parte, la que debería dilucidarse en el Juicio actual, pasados dieciséis años, es el porqué, cómo y quién decide que esas operaciones a plazo, las letras a cargo de compradores de coches, maquinaria o todo tipo de bienes “muebles e inmuebles”, los 30.000 millones que cubren a todos los inversores se abonen en el BANCO HISPANO AMERICANO, convertidos en dinero contante y sonante. Un banco debatiéndose entre posibles fusiones para apuntalar su existencia, presidido por José María Amusátegui, abogado del Estado procedente del “club de altos cargos franquistas”, que con su segundo Angel Corcóstegui cobrarán la indemnización más fabulosa del Mundo por jubilarse un año antes de la edad reglamentaria, 109.000.000 de € casi 18.000 millones de pesetas para el SEGUNDO y unos 7.000 millones para él. Tan extraña la diferencia entre uno y otro, y tan anormales las astronómicas cifras que se denunciaron, rematando lo rocambolesco la sentencia de “inocencia”. Amusátegui conocía desde mucho antes a Javier de la Rosa, interviniendo en el fiasco del Banco de Madrid de los Franco. Insisto que en ese “poti poti de historias y supermillones” desaparecieron mucho más de 30.000 millones, entre otros las acciones de los grandes bancos propiedad del grupo TORRAS-KIO, paquetes mayoritarios perdidos por las cuentas no contabilizadas de las propias filiales bancarias en paraísos fiscales, con otra sentencia de INOCENCIA.

TOTAL. Primero nadie preguntará a Don Mariano Rubio, Gobernador del Banco de España, que también pasó por la cárcel, o a sus sucesores y coetáneos en la Inspección del Banco, o a Luis Carlos Croissier, Presidente del CNMV (hombres del Ministro de Hacienda Carlos Solchaga), porqué permiten ese abono “regalo” a quien se dio de baja en el “Registro de Altos Cargos de Banca” por su desastrosa actuación en el Banco Garriga Nogués, 1985-6, y en cuanto a Bolsa, sus manejos con las acciones del Grupo Torras-KIO son de escándalo “alterando precios”, 1988 al 90, sin olvidar, y bien recordada por el Vicepresidente de aquel Gobierno, Narcís Serra, su implicación DIRECTA (según firmó el Juez Especial José Álvarez Martínez, sin implicarlo) en el Caso Consorcio de la Zona Franca, que el mismo Serra descubrió y denunció, 1975 al 80. Y más, cómo se fabrica una OPA con el propio dinero de la intervenida sociedad Consorcio Nacional del Leasing SA.

Ellos contestarían ante un tribunal que esas arbitrariedades y hasta actuaciones delictivas las ordenó “alguien”... y ese alguien quedará en el olvido, cuando es indispensable para que con la “responsabilidad civil subsidiaria” cobraran los reales propietarios de los 30.000 millones. Pero ese hilo para sacar el ovillo ya se rompió al inicio del sumario (en la hégira del Fiscal Jefe Vitalicio Carlos Jiménez Villarejo y su segundo José María Mena), cuando los perjudicados reclamaron, y ahora, y en este Juicio, solo cabía imponer las penas por apropiación indebida, falsedad documental, administración fraudulenta, delito fiscal, y estafa, a Javier de la Rosa Martí, y siete acusados más. Y desde el primer momento se les tratará con “guante blanco”. Y repito, comparar sus cuatro meses de cárcel con mis tres años preventivo en el Consorcio de la Zona Franca, o los trece años de sumario, con mis siete meses, y la traca final de los TRES AÑOS por toda petición fiscal y parte acusadora privada, y “borrón y cuenta nueva”, es de escándalo…pero si ni siquiera esos 10.000 perjudicados se echan a la calle… ni menos los 300.000 que gritaron a favor de JORDI PUJOL cuando la Banca Catalana… pues bueno…!a vivir que son dos días!... ¡Spain is diferent!...y la CATALONIA mucho más…ver www.lagrancorrupcion.com


Rafael del Barco Carreras -

EXCELENTÍSIMO SEÑOR DON ALFONSO HERNÁNDEZ PARDO

Cuando en 1977 se aprueba la Constitución es Presidente de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Barcelona. Y cuando en 1980 se denuncia el caso CONSORCIO DE LA ZONA FRANCA, el Gobierno Suárez ya lo ha nombrado PRESIDENTE DE LA AUDIENCIA. Más sutilezas y derivaciones paralelas.



Por Rafael del Barco Carreras



Si otros ya se manifestaban “demócratas”, o progresista, Eladio Escusol Barra (fiscal del caso), él se mantenía furibundo franquista. Sin aparente sintonía con otro de los miembros del Especial Tribunal que juzgará el caso, José Luis Barrera Cogollos (en cuya toma de posesión de Presidente de la Audiencia en el 2000 se elogia que en su época franquista se atreviera a clamar por los Derechos Humanos, e incomprensible la reelección en el 2005 cuando la Audiencia es un caos, los grandes casos con media de diez años hasta los juicios, y el 30% de bajas laborales según un estudio de la nueva Generalitat de izquierdas) o Adolfo Fernández Oubiña (“contratado” por el Bufete Piqué Vidal, y cuya vida y milagros merece un libro aparte). El futuro demostrará su especial talante, expedientados los dos, Barrera pasará a lo Civil, y Oubiña de Presidente de la Sección Primera a de nuevo juez de instrucción.

Don Alfonso, hombre de boina, pero su mujer luciendo brillantes en un Premio Planeta junto a Luis Pascual Estevill (por desgracia mi abogado). Otro letrado, en el colmo del cinismo, me espetó que por suerte para mí Don Alfonso me condenó solo a los dos años, diez meses y veintiún día pasados en prisión de los doce pedidos por Fiscalía, Ayuntamiento y Consorcio, pero yo nunca he sufrido el síndrome de Estocolmo, y desde entonces le he maldecido todos los días de mi vida, aunque nunca se me ocurrió el disparate de otra de sus víctimas que pistola en mano entró en el Palacio de Justicia dispuesto a matarlo. Lo abatieron antes de perderse por los tétricos pasillos.

A mi entender fue de los “duros” nombrados por Adolfo Suárez para mantener el ¨Orden”. Si el orden franquista como el de siglos del Imperio se basaba en Capitanía General, Virreinato, con el Ejército y sus ramificaciones Guardia Civil y Policía Nacional, la Audiencia formaba el segundo gran pilar institucional. El pilar de eso que Franco y los suyos definían el “Estado de Derecho”, donde la pirámide fascista del “ordeno y mando” funcionaba a la perfección. Los juicios se predeterminaban, los bienes se asignaban, y todo parecido con “Justicia” una burla. El Régimen lo abarcaba todo. Y si en lo Civil el Registro de la Propiedad nos descubriría sagas familiares acumulando fortunas (a pesar de los sueldos de miseria), en lo Penal, la Policía y Guardia Civil con sus torturas, y el “hábilmente interrogado”, decidían los sumarios y sus señorías firmaban las sentencias en juicios no más largos e inteligibles que una misa en latín.

Estrasburgo definiría la Audiencia de Barcelona revolcando los casos clave de aquella época, los asesinatos del ex alcalde franquista Viola, o del poderoso industrial Bultó, el incendio de la discoteca Escala, o la represión contra los alocados “rojos”. Sin olvidar los muertos en la Modelo entre los motines de 1977 y la represión hasta 1983. El Poder Absoluto degenera a quien lo ejerce. El “dolo” (voluntad de delinquir) no existía, el “desacato” mantenía firmes a cualquier, ya fuera abogados, testigos o culpables, los fiscales obedientes al Mando, y la SALA determinaba con su SOBERANÍA las pruebas que sustentarían el fallo (habitual que en los pasillos esperaran “testigos” profesionales a tanto la declaración), y la segunda instancia, pilar de la Justicia Democrática y obligada por la Carta de Derechos Humanos de la ONU firmada por España, no existía, pues el recurso al Supremo solo determinaría si el procedimiento se ajustaba a derecho, sin valorar las pruebas convertidas por la Sala en parte de su infalibilidad papal, y siempre se ajustaba, a menos que un “mando superior” entorpeciera el procedimiento.

Y Hernández Pardo, un fingido fanático de la divina procedencia del Poder, y cuando él solo debía mantener la maquinaria en funcionamiento (ya no juzgaba por Presidente de la Audiencia) se atribuye un caso “goloso”, el CONSORCIO DE LA ZONA FRANCA, para él solo, quitándoselo al juez legal y natural, el Presidente de la Sección Primera, Manuel Derqui Valbuena, como si la Constitución no existiera. Actuando a lo virrey se saca de la manga disposiciones del pasado siglo (referentes a sustituciones accidentales) y constituye una Sala para ese solo caso, y el “órgano colegiado” se convierte durante dos años en bicéfalo, firmando al mismo tiempo con dos composiciones. ¿Porqué?. Dinero, mucho dinero, aunque no era el caso más suculento del momento, 1.200 millones denunciados. La punta del iceberg, por debajo muchos miles de millones a mano, con el Banco Garriga Nogués y Javier de la Rosa Martí (y tras él el primer banco nacional, el Banesto, todo el franquismo de entonces y la Caixa…con su enorme Caja B, dinero negro). Sin olvidar que quien le nombra Presidente, el Gobierno Suárez, también está presente en el caso a través del Consorcio, y los suyos en Barcelona recibiendo créditos del Banco. Si los acusadores, Serra y Maragall con su abogado Rafael Jiménez de Parga (que también lo era de Banesto) ya lo habían descubierto, y hasta el instructor Ezequiel Miranda de Dios vivía en un hermoso piso del abogado de los De la Rosa, Juan Piqué Vidal (abogado también de JORDI PUJOL), el caso merecía su personal control, demostrando que el orden jerárquico franquista se hallaba por encima de la Constitución, y que el Presidente de una Sala (en teoría propietario de la plaza desde su nombramiento impreso en el BOE) era un simple muñeco de quita y pon. Y no solo se reservó el caso sino que nombró un Juez Especial, José Álvarez Martínez, para cerrar las peligrosas investigaciones que decretara Miranda de Dios ante mi insistencia. Y aquí, todos los abogados contestándome “se recurre al Supremo, al Constitucional…”, entre cretinos anda el juego… ya matizaré.

Con los años, considerando que Don Alfonso presidía la Junta Electoral Provincial de Barcelona, y en 1980 JORDI PUJOL desbanca a los alocados “rojos” con ganas de poner patas arriba todas las instituciones y máxime la Audiencia (sede de represión), imaginé la mano divina, no en vano, por encima de la LEY, obedecían al “Dios, Patria y Rey”. Si la alcaldía cayó en buenas manos, Narcís Serra del clan Samarach, y después Pascual Maragall del de Porcioles, olvidando el marxismo propio de los “hijos de papᔠcontestatarios, la incipiente y peligrosa Generalitat de Tarradellas, con vocación de Estado, es decir, de tragarse la Audiencia, debía librarse de rojos foráneos e incontrolados. Evidente que ante la izquierda furibunda y catalanistas nunca ganarían los corruptos de la Derecha Clásica, tipo Eduardo Bueno, el “bueno para Cataluña” (hombre de Banesto y por tanto de De la Rosa). Debía pues facilitarse la victoria a un banquero, que habría olvidado tres años de cárcel tras quince de ganar dinero con el franquismo, y de familia de “derechas de toda la vida”, o sea, fieles al Régimen. Un flautista para esa Cataluña de los sueños de un millón de catalanistas. Y ganó Pujol, y la Audiencia seguiría un largo camino sin ingerencias “rojas”, con tiempo para domesticar a las “ordas” a base de sueldos y chollos, y consolidar cargos, retiros y fortunas. Murió como su adorado Dictador, en la cama.

Ver detalles en www.elconsorcio.net


Jose C. R. -

Jamás he tenido el poder de forzar a otros a seguir mis planes si no es haciendo que los demás los compartan voluntariamente. Es decir, jamás he tenido poder. Vamos, que no me he encontrado en una situación que se parezca ni remotamente a sentarse en La Moncloa, ni me veré en esa tesitura. De modo que sólo puedo imaginarme la sensación que produce tener la voluntad de imponerse sobre los demás y creerse con la capacidad de tumbar cualquier oposición, pero me da la impresión de que José Luis Rodríguez Zapatero la conoce perfectamente.

Fíjense, si no, en el caso Endesa. Acuerda entregársela a Gas Natural a 21,30 euros por acción, de los cuales se paga en dinero dos terceras partes, y financiando parte del coste con la venta de una parte de los activos a Iberdrola. Como quiera que ese acuerdo tiene sentido en un patio de colegio o de prisión, pero no en un mercado abierto, E.On ve la oportunidad de adquirir la empresa española a muy buen precio (27,50). Gas Natural no tiene con qué enfrentarse a la alemana, pero Zapatero sí, o al menos eso es lo que hace ver desde el comienzo.

Apela al nacionalismo; él, que no cree en España. Cambia la legislación para dar más poder a la CNE, ese organismo risible, y utilizarlo para hacer menos atractiva a E.On la compra de la española. ¿Qué en el "corazón de Europa" le dicen que allí los Tribunales no son como la fiscalía española? ¿Qué le recuerdan que no le van a permitir saltarse las leyes? Ahí se las den todas, mientras tanto tiene tiempo para imponerse.

Como E.On avanza impertérrita, mueve los hilos buscando alguna empresa española que la frene. Suenan varios teléfonos, pero es el de Acciona el único que da buen resultado. La empresa entra, pero no logra detener a los alemanes. El Gobierno barrunta un acuerdo de la empresa de los Entrecanales con E.On, y le basta con hacer mención de la regulación sobre energías renovables, la gran apuesta de Acciona, para que ésta responda en primer tiempo de saludo. No hay trato con E.On. Aún así, todo indica que los alemanes se llevarán el gato al agua, de modo que Zapatero pactó con Prodi la entrada de Enel.

Adam Smith ya advertía del error de quienes ven la sociedad como un tablero de ajedrez, porque aquí las fichas tienen su propio impulso. Nuestro iletrado presidente no lo ha tenido en cuenta y ha topado con un alfil rebelde: Manuel Conthe, que ya se había atrevido a poner en evidencia que un periodista de la SER fue el encargado de entregar en la CNMV un dossier contra Francisco González; un hombre así resulta imprevisible. Conthe, hasta donde yo sé, no es un hombre dado a compromisos. Y, hablemos claro, se ha negado a ser una pieza más en la estrategia zapateril y tiene más aprecio por su dignidad y su persona de lo que Zapatero es capaz de concebir. Como en todas, en esta historia hay un elemento que mantiene abierto el final: que hay personas que, como Manuel Pizarro o Manuel Conthe, no tienen miedo de alzarse sobre sus pies.

Emilio D. G. -

En la historia del caso Endesa aún quedan muchas páginas por escribir y, como en todo buen thriller que se precie, el resultado final no tiene por qué ser necesariamente ni el desguace de la eléctrica española ni su control definitivo por parte del tándem Enel-Acciona. La empresa pública italiana y la constructora controlada por la familia Entrecanales ni mucho menos las tienen todas consigo. Por el contrario, para este dúo ahora todo son prisas, porque el tiempo juega en su contra.

Enel y Acciona temen la judicialización del caso Endesa, una salida natural al punto en que se encuentra en estos momentos este culebrón propio de una república bananera, porque tendría costes muy importantes para ambas compañías que, llegado el caso, podrían dar al traste con sus planes. Los procesos judiciales son siempre inciertos, tanto en su desarrollo como en sus resultados y, en este caso, ni los italianos ni los Entrecanales pueden contar con la intervención del Gobierno para sacarles las castañas del fuego como ha hecho con el dimisionario presidente de la CNMV, Manuel Conthe. La Justicia, afortunadamente, sigue teniendo bastantes ámbitos de independencia en este país y podría llegar a fallar en contra de las pretensiones de aquellos que han puesto tanto afán en dinamitar la OPA de E.On sobre Endesa.

Además, los tribunales españoles no son los únicos que pueden intervenir en todo este feo asunto. Enel y Acciona compraron en su momento acciones de la eléctrica española a precios por debajo del ofrecido en su OPA, diciendo que no tenían ninguna intención de presentar oferta alguna por la compañía que preside Manuel Pizarro, cuando luego se ha visto que han seguido justo por el camino contrario. Por ello, cualquier accionista que se sienta perjudicado por ello puede emprender la vía judicial, tanto aquí como en Estados Unidos. Y la Justicia norteamericana es muy seria en estos asuntos, como ha venido demostrando a lo largo de los últimos años en todas las demandas que se presentaron contra quienes, de forma ilegítima o mediante información privilegiada, se beneficiaron de la burbuja bursátil de las punto.com.

La judicialización del caso Endesa implica, ante todo, dos cosas. Por un lado, una fuerte incertidumbre acerca de cómo va a terminar todo esto sin que, a estas alturas de la historia, nadie pueda decir cuál va a ser el desenlace final. Por otro, importantes costes financieros para pagar los créditos que han financiado la entrada de Enel y Acciona en Endesa. De esta forma, el problema de la financiación de las maniobras del tándem asaltante entra de lleno en escena. Los créditos generan intereses que hay que pagar y, después, hay que devolver el dinero prestado. Además, ahora hay que solicitar nuevos préstamos para acometer la culminación del asalto a Endesa, pero ¿quién va a conceder los nuevos créditos ante tanta incertidumbre que, como una niebla densa, impide ver el final del camino? ¿A qué precio se van a conceder dichos créditos?

Las cosas, desde luego, no pintan tan bien para Enel y Acciona como parecía hace una semana, después del pacto que ambas compañías alcanzaron con E.On para que los alemanes se retirasen del campo de batalla. La oscuridad que se cierne sobre sus pretensiones tiene también tintes políticos que juegan en su contra. Hasta ahora, las dos compañías han campado tranquilamente por sus respetos no solo con la connivencia del Gobierno español, sino con su ayuda descarada para quitar de en medio cualquier obstáculo que se pudiera interponer entre ellos y su objeto de deseo. Pero cuanto más se demore la escritura del último capítulo de este fo-lletón por entregas, más posibilidades hay de que pueda producirse un cambio político en este país que dé al traste con sus intenciones. El PP ya se lo ha advertido a Acciona y, desde luego, las encuestas sobre intención de voto no dejan lugar a dudas de que, a un año vista de las próximas elecciones generales, y con todo lo que aún puede caer sobre este país, los populares tienen posibilidades de victoria en las urnas, lo que cambiaría por completo el panorama actual del caso Endesa.

Manuel Pizarro, el presidente de la eléctrica española, conoce perfectamente todo esto. Además, es un hombre inteligente, que sabe jugar muy bien con los tiempos y que tiene una habilidad más que demostrada para manejarse con los mercados financieros a la hora de defender a Endesa. De hecho, lleva haciéndolo año y medio, contra todo y contra casi todos, y por ahora nadie ha conseguido arrebatarle el control de la compañía. La judicialización del caso Endesa, por tanto, puede darle a Pizarro un tiempo precioso para evitar que la empresa quede en manos de Enel y Acciona. En realidad, todo se está poniendo en contra de este tándem, sobre todo un tiempo cuyo paso puede dictar a esta historia un final muy distinto al previsto en los últimos días.