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Blázquez augura «consecuencias» si el Gobierno rompe con la Iglesia.

Blázquez augura «consecuencias» si el Gobierno rompe con la Iglesia.

El futuro del nuevo presidente pasa por el Arzobispado de Zaragoza - La clase de Religión y la financiación, temas clave del flamante Episcopado.

«Verdad con amabilidad». Esta será la máxima del nuevo presidente del Episcopado, Ricardo Blázquez, cuyo futuro inmediato pasa por el Arzobispado de Zaragoza. En aras de esa fórmula, el todavía titular de la Diócesis de Bilbao advirtió al Gobierno de «consecuencias» si rompe los acuerdos Iglesia-Estado, al tiempo que señalaba que quiere mucho al cardenal Rouco, pero sin que eso le lleve a coincidir «con él en todo».

Blázquez no termina de creérselo y se siente presa de «agradecimiento, sorpresa, disponibilidad y consciencia» del peso que le cae encima. Pero tras la resaca de su nombramiento, parece dispuesto a asumir a fondo el legado del cardenal Rouco en lo doctrinal, a la vez que hace ya gala de un estilo propio y marca ciertas distancias con su mentor y padre pastoral en las formas. «Con el cardenal Rouco mantengo unas relaciones de profunda amistad. Le quiero y le valoro, aunque no esté en todo de acuerdo con él», dijo en declaraciones a la Cope.

Rouco es un canonista y su argumentación tiende siempre a ser jurídica y cuadrada. Blázquez es un teólogo y su argumentación se orienta hacia lo espiritual. Eso sí, sin excesivos adornos ni florituras verbales.

Por ejemplo, mientras Rouco exhibía los cánones y las leyes civiles y eclesiásticas como base de las relaciones con el Gobierno, Blázquez solicita al Ejecutivo que atienda a la realidad social, dice que la Iglesia no pide «privilegios» y «confía» en que los socialistas no impugnen los acuerdos Iglesia-Estado de 1979. Pero, a renglón seguido, advierte de lo que pasará si lo hacen: «Tendremos que atenernos todos a las consecuencias».

Quizás por eso reconoce que las actuales relaciones Iglesia-Gobierno atraviesan un momento de «cierta perturbación y confusión». Y tras el diagnóstico, la solución: «Serenidad y claridad por parte de todos» y «decir la verdad con amabilidad».

En lo doctrinal, por lo tanto, no habrá cambio alguno. Ni puede haberlo. Blázquez es un teólogo de raza, absolutamente ortodoxo, fiel a Roma e inspirador de los kikos. Como dice el propio Blázquez: «Mantengo la posición de la Iglesia». En todo y a rajatabla.

En cuanto al aborto y a la eutanasia, por ejemplo, explica que «no se puede cortar el itinerario de la vida humana desde su concepción hasta la muerte». Bendice la familia tradicional «de varón y mujer, abierta al don de los hijos»; asegura que «si se mantiene la familia, ganamos todos, y si se desmorona, perdemos todos»; y se posiciona claramente contra el matrimonio homosexual.«Eso no es un matrimonio y no debe serlo desde el punto de vista cristiano, ético ni cultural».

Dialogante y flexible, pero tenaz, Blázquez recuerda al Ejecutivo socialista los otros dos grandes contenciosos pendientes: la financiación y la clase de Religión. En cuanto a lo primero, defiende el actual sistema de financiación que «respeta perfectamente los derechos de los ciudadanos».

En cuanto a la clase de Religión, insiste en el argumento que últimamente viene utilizando el Episcopado: «Los padres tienen derecho a elegir el tipo de educación que quieren dar a sus hijos según sus convicciones», como lo demuestran los tres millones de firmas recogidos por los padres católicos y que hoy entregarán en La Moncloa.

En círculos eclesiásticos se da por seguro que Blázquez no seguirá mucho tiempo en Bilbao. «Es una Diócesis demasiado complicada para que la regente el presidente del Episcopado y la cabeza visible de la Iglesia española», dice un eclesiástico muy cercano al nuevo jefe de los obispos. Reforzado por el voto de confianza de sus hermanos en el Episcopado, Roma tiene previsto trasladar a Blázquez al Arzobispado de Zaragoza antes del verano, donde sucederá al que también fuera durante dos trienios presidente de la CEE, Elías Yanes.

Por cierto, el modelo de don Elías al frente del Episcopado será el que siga Blázquez casi al pie de la letra. Vendrá todas las semanas dos o tres días a Madrid, potenciará los órganos colegiados y se fajará con los medios, aunque esto último, como gran tímido que es, le cueste mucho.

Para tapar el agujero que Blázquez va a dejar en Bilbao, Roma sigue pensando en ascender al obispo de Vitoria, Miguel Asurmendi, cuyo nombramiento no sería contestado en Euskadi. El hueco dejado por Asurmendi lo cubriría en Vitoria Gonzalo Bilbao, el eterno vicario general de la Diócesis y hombre de gran predicamento entre fieles y curas.

Tras su ajustada derrota, Rouco, por su parte, tiene todas las puertas abiertas. Podrá elegir cuando quiera y optar por seguir al frente del Arzobispado de Madrid o por dirigir un dicasterio de prestigio en Roma. Por ahora, el cardenal de Madrid seguirá en su Diócesis (que se encuentra en pleno proceso sinodal) y continuará siendo el «hombre de Roma en España». A medio plazo, y ya con otro Papa en Roma, puede que Rouco se plantee el culminar su carrera con un retiro dorado en la Curia romana.

El cardenal dice a todo el que le pregunta: «Me siento en paz».Pero en su entorno no se ha digerido la derrota del purpurado madrileño. Y se buscan culpables. Algunos ya apuntan al Nuncio papal, Manuel Monteiro de Castro, por no haber retirado a los progresistas que ya han presentado la renuncia (Yanes, Oliver, Echarren, Fernández) y haberlos sustituido por hombres de Rouco. «Se perdieron cuatro votos y se dejaron de ganar otros cuatro; en total, ocho votos. Más que suficientes para que Rouco hubiese vuelto a ganar», dicen sus incondicionales.

21 comentarios

Santiago Martin J. -

Joseph H. Weiler, director del Jean Monnet Center for Internacional and Regional Economic Law and Justice, pronunció el 14 de marzo, la conferencia titulada “Constitución Europea: como reconciliar identidad y tolerancia”, en la que analizó cómo la omisión de la raíces cristianas en la Constitución europea responde a un laicismo, propio sólo de algunos Estados de la Unión: “si se es pluralista no se puede aceptar la eliminación de la simbología (cristiana) de la mitad de los ciudadanos de Europa”.

El conferenciante, quien se definió como un “judío laicista”, explicó que en las Constituciones nacionales de varios países europeos (como Alemania, Italia, entre otros) se hace referencia expresa al cristianismo, y que al primar la identidad constitucional de algunos Estados sobre otros se está distorsionando la identidad de 200 millones de ciudadanos europeos, la mitad de la población de la UE: “Después de la caída del Muro, pareciera que el mayor enemigo de la democracia es la religión (cristiana)”.

D. R. -

El nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez, anunció hoy su intención de seguir en Bilbao y compatibilizar su nuevo cargo con el de Obispo de la diócesis vizcaína.
El prelado abulense hizo público este anuncio en una conferencia de prensa celebrada en Bilbao a su regreso del plenario de obispos que renovó la cúpula eclesial española.

Jose Francisco Serra -

La Iglesia, cuando dialogue con el Gobierno, lo hará no con el respaldo de los votos de sus miembros, sino con la certeza y seguridad de que cuenta con el argumento de una antropología, de un pensamiento claro y clarificador sobre el hombre y sus necesidades. La voluntad de cooperación de la Iglesia con la autoridad legítima no significa, en ningún caso, negociación o mercadeo de verdades fundantes del hombre y de su comprensión. Como ha dicho el cardenal Rouco, hay cuestiones de la agenda política del gobierno “que suscitan serias reservas y aun clara oposición para quienes contemplamos la convivencia social desde una perspectiva cristiana que sume la ética natural o racional en los planteamientos de nuestra cultura moral y legal”.

La tarea de la Iglesia no es la política. Otras cuestión es que la específica aportación de la visión cristiana de la vida, y de la necesaria iluminación que le magisterio realiza de los acontecimientos de la historia, tenga una serie de consecuencias en el orden político, en la convivencia social. La conciencia que tiene la Iglesia sobre su rol en la sociedad alienta decisivamente la implicación de los católicos en la vida pública. Aquí nos encontramos con un importante terreno de juego para las próximas confrontaciones entre la Iglesia y el Gobierno: el papel que los católicos españoles protagonizan en esta confrontación social y cultural. (FIN)

Jose Francisco Serra -

La primera idea que debemos tener en cuenta es que la referencia de Juan Pablo II a “una mentalidad inspirada en el laicismo” se debe, y se puede, aplicar a Europa toda, a las sociedades llamadas occidentales. Esa mentalidad es la que está sirviendo de freno a la acción de la Iglesia que, por ser fiel al mandato de su fundador, está volcada en el desarrollo de la persona humana y la salvaguarda de su trascendencia. Ese síntoma de nerviosismo generalizado que presenta el pensamiento laicista simboliza más un afán destructivo de la configuración de la persona que una pretensión de pluralidad social. ¿Quién tiene miedo, y por qué hay que tener miedo, a que se trabaje por la verdad sobre el hombre? Sólo quien es consciente que su ideología se sustenta en la fuerza y el interés, del tipo que sea, más que en la razón –incluso quien convierte a la razón como motor del interés y del poder sin escrúpulos–, manifiesta su debilidad enfrentándose, no con las cartas boca arriba, sino con las cartas marcadas de la opinión pública y la ingeniería social, a quien considera su contrario. No en vano por Moncloa parecen tener sobrecarga de estudios sociológicos en los últimos meses. (continua....

Jose Francisco Serra -

Los obispos españoles son agustinianos: unidad en lo substancial; libertad en lo accidental, mas en todo, caridad. La elección del Vicepresidente de la Conferencia, en la persona del arzobispo de Toledo, ofrece un tándem de difícil igualación para enfrentarse a los retos del presente, que no son pocos. Sería ingenuo aventurar que la Iglesia en España va a cambiar en sus relaciones con el gobierno, o que va a entregar las armas de su cosmovisión en la confrontación cultural.

Los principios, como ha recordado el nuevo presidente en su fugaz comparecencia inicial, siguen siendo los mismos. El discurso de cardenal Rouco Varela, en la sesión inaugural de la Asamblea Plenaria, ha pasado mediáticamente inadvertido en la vorágine de las informaciones de lo ocurrido posteriormente. Sin embargo, con su intervención se ha referido, como ya había hecho en similares ocasiones durante los dos últimos parlamentos, a los grandes pilares que rigen las relaciones entre la Iglesia y el Estado. (continua....

Carlos G. H. -

Aún así, a su ministerio en Bilbao no le han faltado espinas a lo largo de estos años. Quizás parezca una obviedad, pero conviene recordar que el obispo no lo es todo en la Iglesia, y que ni debe ni puede hacerlo todo en ella. No creo que Ricardo Blázquez haya visto fructificar todas las sugerencias que ha intentado impulsar en estos casi diez años: algunas habrán caído en pedregal y otras necesitan más tiempo para madurar. Rechazo por completo la manida historia del “síndrome de Estocolmo” o de una supuesta debilidad personal, pero a buen seguro que más de una vez se ha visto en la amarga disyuntiva de aceptar formulaciones que no le satisfacían o provocar un enfrentamiento de incalculables consecuencias. No seré yo quien juzgue esas opciones, y allá quien se atreva a hacerlo.

Ahora Monseñor Blázquez deberá ocuparse de los asuntos que afectan a la Iglesia en el conjunto de España. A lo largo de su trayectoria tiene bien probada su capacidad para el debate cultural, su apertura y valoración de los nuevos carismas eclesiales, y su sintonía plena con la urgencia de la nueva evangelización que señala el vigente Plan pastoral de la CEE. Por otra parte, Don Ricardo no realizará este trabajo solo sino en estrecha comunión con el conjunto de los obispos, comenzando por el Vicepresidente Cañizares y el Cardenal Rouco, su antiguo maestro y amigo. Los tiempos son recios, más allá de los gobiernos de turno, pero eso no es algo que deba arredrar a un paisano de la santa andariega, que bebe cada día en la mejor tradición de nuestra Iglesia. (FIN)

Carlos G. H. -

Pero ¿cuál es, más allá de caricaturas y prejuicios, el perfil del nuevo Presidente de la CEE? Ricardo Blázquez es un abulense de pura cepa que se formó en la Universidad Gregoriana de Roma, donde se especializó en Eclesiología. Con treinta y seis años era ya Decano de la Facultad Teología en la Pontifica de Salamanca. En aquel claustro salmantino compartió docencia y amistad con el entonces joven Antonio María Rouco, del que posteriormente fue obispo auxiliar en Santiago de Compostela. De la confianza que siempre ha inspirado a sus hermanos obispos dan buena cuenta los tres trienios consecutivos en que presidió la delicada Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe, un periodo en el que hubo de derrochar firmeza y diálogo. Su principal colaborador en esa tarea fue el Padre Martínez Camino, a quien ahora reencuentra como Secretario de la Conferencia Episcopal. Después de tres años como obispo de Palencia, el Papa le llama en 1995 a la difícil tarea de presidir la diócesis de Bilbao, donde fue recibido con fuerte oposición por el nacionalismo y una parte del clero de la diócesis. Desde el primer momento introdujo acentos novedosos en la pastoral diocesana, contribuyendo activamente a la clarificación pastoral del fenómeno del terrorismo e intensificando los gestos de cercanía con las víctimas, a las que pide perdón por las ocasiones en que no se hayan sentido suficientemente acompañadas por la Iglesia. (continua....

Carlos G. H. -

Eliminado Rouco en la segunda y preceptiva votación, se abrió un escenario completamente nuevo en el que el obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, se perfilaba como receptor de votos que procedían de las diferentes sensibilidades de la Conferencia. Por un lado, se tenían muy presentes su probada solidez doctrinal (¡nueve años al frente de Doctrina de la Fe!) y su esforzado servicio a la Iglesia en las difíciles condiciones de la diócesis de Bilbao, y por otro, su estrecha relación original con el propio cardenal Rouco, primero en el claustro de la Pontificia de Salamanca y después en la sede compostelana., donde fue su primer obispo auxiliar. La otra opción, secundada por la mayoría del bloque que había sostenido la continuidad de Rouco, era el Arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, un hombre de fuerte personalidad y notable perfil público, otro puntal del episcopado que sin embargo no ha logrado concitar el suficiente consenso. En todo caso, el equilibrio entre ambas personalidades salta a la vista: cuarenta votos frente a treinta y siete, en la tercera votación. (continua....

Narceo C. -

Sería realmente chocante y significativo que aquellos que en décadas pasadas fueron defensores y aliados de la presencia de la Iglesia y de los cristianos en la sociedad (participación en sindicatos, asociaciones culturales, de participación ciudadana, grupos de acción local...) fueran ahora, en otro contexto cultural, los más críticos con la presencia de esta misma Iglesia negando su derecho a hacerse presente en la sociedad. Evidentemente la aportación de la Iglesia es “a la sociedad en cuanto tal, a los hombres que la componen y a aquellos que la rigen, el servicio de la iluminación sobrenatural, de la purificación constante y del estímulo para cuanto sea verdaderamente humano” (Conferencia Episcopal Española, Testigos del Dios Vivo)

Por desgracia, en estas nuevas circunstancias, se echa en falta no la acción enérgica de la cúpula episcopal ante los desafíos que presenta la política actual; se echa en falta, sobre todo, la presencia de los cristianos en la política y su capacidad de organizarse antes de que los problemas entren en metástasis. (continua....

Narceo C. -

Es verdad que en estos últimos tiempos, la política está mostrando un bajo perfil moral, y en numerosas ocasiones alcanza gran desprestigio entre los ciudadanos. La política habitualmente se guía por el pragmatismo y seguramente hay bastantes razones para su rehabilitación, pero, aún en ese supuesto, mal harían los cristianos si asumieran la descalificación de la política sin un sentido crítico, de discriminación y discernimiento respecto a las causas y las razones de tal desencanto. Las intervenciones de la Iglesia española, desde los años 70, han aportado un respaldo moral al compromiso político pero la Iglesia institucional no puede ser la oposición. Hay muchos mecanismos para que los cristianos participen y sean protagonistas de la gestión de la vida pública. En esto hay que ser sagaces y estar preparados mediante la participación en los numerosos cauces que nos ofrece la sociedad civil, el tercer sector, el asociacionismo, el debate social, etcétera. “Sabiendo que la legítima diversidad de opiniones sobre las cuestiones sociales no debe impedir la necesaria coincidencia de los cristianos en defender y promover los valores y proyectos de vida derivados de la moral evangélica” (Testigos del Dios Vivo).. (FIN)

Narceo C. -

En estos días pasados, aunque es una situación frecuentemente repetida, se reunieron los dirigentes de la Conferencia Episcopal Española y la Vicepresidencia del Gobierno. Ante una reunión de este calado siempre surge la pregunta de si colaborar o enfrentarse a una política gubernamental hostil contra la Iglesia Católica.

Ya en los años de la Guerra Civil y del régimen de Franco, se planteó por parte de uno de los principales testigos católicos españoles del Siglo XX, Ángel Herrera Oria, una de las teorías más debatidas sobre la relación de la Iglesia con la autoridad reconocida, me refiero a la doctrina del acatamiento al poder constituido. Estamos ante una cuestión muy compleja donde se mezclan las ideologías, las convicciones cristianas y, por qué no, la realidad práctica del “clima” político que estamos viviendo.

Una de los grandes enemigos del bien común es la fragmentación de la sociedad y en eso estamos por diversas razones que van más allá de lo religioso. La postura de la Iglesia institucional es de responsabilidad, no de lucha política. Es más, su misión como Iglesia Católica es poder ofrecer su mensaje y su compromiso con la realidad que tenemos. Y ante las tentaciones de evadirnos del compromiso con la sociedad española y sus problemas, hay que decir que el mensaje cristiano no aparta a los cristianos de la tarea de la construcción del mundo sino que les obliga a llevar a cabo ésta como un deber. (continua....

Dolores Izquierdo -

En su primera aparición, el cardenal Karol Wojtyla, recién elegido sucesor de Pedro y vicario de Cristo, en su alocución destacó una frase que a lo largo de su Pontificado ha repetido decenas de veces: «No tengáis miedo. Abrir las puertas de vuestro corazón a Cristo». No tener miedo a decir y defender la verdad, a ser testigos de Cristo, a difundir la doctrina de la Iglesia, a defender la dignidad de la persona y sus derechos, el primero de todos, el derecho a la vida.
Gracias Santo Padre por su testimonio al servicio de Dios, del hombre y de la Iglesia, y especialmente en esta nueva etapa de su vida, gastada por el paso de los años y de las enfermedades, que no son obstáculo para defender con más fuerza a la Iglesia, a los más débiles e indefensos. Gracias Santo Padre por su testimonio, ante la enfermedad, el dolor, las limitaciones físicas y la ancianidad, que vive con una gran dignidad, fortaleza y alegría.
Somos muchas las personas mayores y enfermos que en esta última etapa de la vida nos sentimos confortados con su ejemplo.

Sonsoles Bailli -

Recientemente estuve dando una vuelta por la sección de libros de un comercio. Me quedé pasmada. Pensaba que el catolicismo era una cosa de retrógrados, anticuada... y resulta que estoy equivocada. Entre las novedades resaltaban una serie de libros dedicados exclusivamente a la Iglesia. Había uno sobre los jesuitas, otro sobre el Opus Dei, otro sobre el camino neocatecumenal, otro que debe tratar sobre distintos asuntos de la Iglesia que se llamaba algo así como «Ángeles y Demonios»... Me sorprende que queramos quitar las clases de religión y, a la vez, intentemos dar información sobre la misma por otros cauces. Por otro lado, nunca he visto ningún libro que hable sobre los «entresijos del Budismo», ni nada parecido, ni lo quiero, pues deseo que se respeten todas las creencias. Me gustaría recomendar al lector que quiera saber algo sobre las distintas asociaciones que hay en la Iglesia, que acuda al Catecismo de la Iglesia Católica y al Código de Derecho Canónico, donde sale todo, eso sí, sin novelas ni morbillo, pero con rigor científico e histórico. Y si quiere leer algo recién escrito, también encontré entre las novedades «Memoria e Identidad», de Juan Pablo II.

Ramón Gutierrez -

Hace ya algunas semanas que un conocido dirigente socialista ha pedido a la Iglesia «que se acostumbre a perder sus privilegios». Como no da más detalles, no sé si se refería a la aportación económica del Estado o a algún otro privilegio como el de ayudar a los pobres que acuden diariamente a Cáritas, a las casas de transeúntes, a los comedores para indigentes. Puede que se refiera a las personas enfermas y solas a las que atienden otra tantas órdenes. O a los religiosos que atienen a enfermos de sida, o a leprosos, o a los miles de voluntarios en países llenos de miseria y de violencia.
Según datos hechos públicos por Cáritas, el número de personas sin hogar en España oscila entre las 27.000 y las 30.000, siendo la mayor parte de éstas, un 67 por ciento aproximadamente, atendidas en centros gestionados por la propia Cáritas o diferentes órdenes religiosas.
Cuando se habla del dinero que el Estado aporta a la Iglesia Católica, se debería hablar también del dinero que la Iglesia ahorra al Estado.
¿Cuánto dinero habría de poner el Estado para que todo siguiese funcionando como hasta ese momento? ¿Podría ser que un gran número de personas y servicios de atención quedasen desatendidos? ¿De dónde sacarían además los miles de voluntarios que lo hacen gratuitamente? ¿No supondría un aumento considerable del presupuesto?

Juan Garcia M. -

Los primeros años de su ministerio sacerdotal los desarrolló en Valencia. Después se trasladó a Madrid donde se dedicó especialmente a la docencia. Entre 1985 y 1992 fue director del Secretariado de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe de la Conferencia Episcopal Española. Fue nombrado Obispo de Ávila el 6 de marzo de 1992. Recibió la ordenación episcopal el 25 de abril de ese mismo año. El 1 de febrero de 1997 tomó posesión de la diócesis de Granada. El 24 de octubre de 2002 fue nombrado Arzobispo de Toledo, sede de la que tomó posesión el 15 de diciembre de ese mismo año.
En la CEE ha sido presidente de la Subcomisión Episcopal de Universidades (1996-1999) y de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis, desde 1999. El Papa Juan Pablo II lo nombró miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe el 10 de noviembre de 1995. Cañizares ha sido fundador y primer presidente de la Asociación Española de Catequetas, miembro del Equipo Europeo de Catequesis y director de la revista Teología y Catequesis. (FIN)

Juan Garcia M. -

En agosto de 1995 el nombre de Ricardo Blázquez sonó como candidato a ocupar la diócesis de Bilbao(vacante desde la jubilación en 1993 de Luis María Larrea) y se vio en vuelto en la polémica desatada a raíz de unas declaraciones de Xabier Arzalluz en contra de la designación de un obispo de origen no vasco para Bilbao. Finalmente, el 8 de septiembre de esa misma fecha fue nombrado Obispo de Bilbao, convirtiéndose en el quinto prelado desde que se fundó la diócesis en 1950.
Blázquez, que ha condenado públicamente el terrorismo en diversas ocasiones, pidió, a finales de 2000 perdón "por las carencias de cercanía y atención que ha podido tener la Iglesia de Vizcaya con las víctimas del terrorismo", y en agosto de 2002 pidió implícitamente a ETA que "deje de existir" al referirse a la "organización terrorista", en el transcurso de una homilía pronunciada en la basílica de Begoña.

Antonio Cañizares Llovera, arzobispo de Toledo desde 2002, nació en la localidad valenciana de Utiel el 15 de octubre de 1945. Cursó los estudios eclesiásticos en el Seminario diocesano de Valencia y en la Universidad Pontificia de Salamanca, en la que obtuvo el doctorado en Teología, con especialidad en Catequesis. Fue ordenado sacerdote el 21 de junio de 1970. (continua....

Juan Garcia M. -

El Arzobispo de Toledo, monseñor Antonio Cañizares Llovera, ha sido elegido vicepresidente de la Conferencia. Sustituye al Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela, monseñor Fernando Sebastián Aguilar, que ha ocupado el cargo desde el 26 de febrero de 2002. Cañizares quedó en segundo lugar para sustituir a Rouco Varela al frente del Episcopado en la votación decisiva con monseñor Ricardo Blázquez, obispo de Bilbao y nuevo presidente de la Conferencia Episcopal.

La elección de monseñor Blázquez ha sido por mayoría simple de 40 votos, con el apoyo decisivo de obispos vascos y catalanes. El arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, se quedó a un solo voto de su tercre mandato, para lo que requería dos tercios de los 76 electores. En la segunda votación, Rouco obtuvo 51 votos, a uno sólo de obtener la mayoría necesaria. Blázquez necesitaba la mayoría simple que consiguió gracias a 40 votos.

Ricardo Blázquez Pérez, sacerdote y obispo de la diócesis de Bilbao, nació en Villanueva del Campillo, Ávila, en 1942. Estudió Teología en la Universidad Gregoriana de Roma, por la que se doctoró en 1972. El 8 de abril de 1988 el Papa Juan Pablo II le nombró obispo auxiliar del arzobispo de Santiago, Antonio María Rouco Varela. El 26 de mayo de 1992 fue nombrado por Juan Pablo II obispo de la diócesis de Palencia. En febrero de 1993 fue elegido presidente de la Comisión Episcopal para la Defensa de la Fe y como tal entró a formar parte de la Comisión Permanente del Episcopado. (continua....

Pablo Dominguez -

La Iglesia, agregó, tiene sus propios parámetros y cualidades, "se diferencia más de lo que se parece de la vida política", hay elecciones pero no hay partidos, ni grupos organizados para llevar adelante sus intereses; lo que hay es renovación de edad, de talante, de manera de ser, de carismas y de personas, y por ello cada tres años se procede a la renovación. Estas elecciones cada trienio, explicó, no significa que haya cambios de programas, sólo de personas porque de lo que se trata es de ayudar a los obispos a evangelizar, a cumplir con la misión específica de la Iglesia.

Sobre un posible encuentro entre el presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, y el presidente de la Conferencia, Ricardo Blázquez, Martínez Camino explicó que Zapatero había llamado el martes a Blázquez para saludarle y que habían hablado de mantener un encuentro próximamente. Esta intención de celebrar un encuentro ya estaba planteada anteriormente, agregó Camino, y "ahora de nuevo se plantea la voluntad de hacerlo". Confiemos en que pronto se pueda conocer la fecha. (FIN)

Pablo Dominguez -

"De acuerdo con las orientaciones precisas del Concilio Vaticano II, la Iglesia sabe bien que, en cuanto Iglesia, su misión y su tarea no es la política, en la que los ciudadanos y, por tanto, también los católicos pueden actuar de modo responsable en virtud de diferentes concepciones, legítimas, de la cosa pública y siguiendo diversos caminos para resolver los problemas a los que han de responder los gobernantes", agregaba Rouco en su discurso.

Martínez Camino dijo también que el vicepresidente de la CEE hasta estas elecciones, el arzobispo de Pamplona, Fernando Sebastián, y él mismo, habían informado a la Asamblea Plenaria sobre el contenido del encuentro que habían mantenido en la Moncloa con la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, y el ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar.

La Iglesia tiene sus parámetros

El portavoz agregó que junto a la información facilitada sobre la reunión por Fernando Sebastián, los obispos se habían interesado por algunas cuestiones concretas de esa conversación. En relación con las interpretaciones en clave política que sobre las elecciones y sus resultados habían venido facilitando los medios de Comunicación, Camino indicó que "es bastante habitual asimilar comportamientos y formas de la vida política" al funcionamiento y actuación de la Conferencia Episcopal, pero "que no por habitual suficientemente exacta". (continua....

Pablo Dominguez -

No obstante, Martínez Camino quiso dejar claro que el hecho de que las elecciones no estén marcadas por factores externos no significa que los prelados estén al margen de la realidad: los obispos están en contacto directo, dijo, con la vida social y diaria, pero las elecciones en la Conferencia "discurren desde los parámetros habituales" que marcan los Estatutos.

Relaciones con el Gobierno

Preguntado sobre si la elección de Blázquez contribuiría a mejorar las relaciones con el Gobierno, el secretario y portavoz se remitió a las palabras del obispo de Bilbao tras ser elegido para presidente de la CEE, quien había parafraseado alguna frase del discurso del cardenal Rouco, en la apertura de la Asamblea Plenaria el pasado lunes. Hemos declarado, dijo Rouco entonces y, al día siguiente Blázquez, "nuestra voluntad de mantener unas relaciones positivas de colaboración con las legítimas autoridades del Estado, en el marco del ordenamiento constitucional y de los Acuerdos vigentes entre España y la Santa Sede, guiándonos siempre por el criterio superior de la convivencia solidaria y del bien común". (continua....

Pablo Dominguez -

El secretario y portavoz de la Conferencia Episcopal, Juan Antonio Martínez Camino, dijo este viernes que la elección del obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, como nuevo presidente no obedece a factores externos a la CEE, ni a la conflictividad en las relaciones con el Gobierno en los meses pasados. La elección "se ha producido dentro de un proceso electoral perfectamente válido según los Estatutos".

Martínez Camino hizo estas afirmaciones durante la rueda de prensa habitual al término de la reunión de la Asamblea Plenaria de los obispos españoles, y afirmó que el nombramiento de Blázquez "no es ninguna sorpresa", se ha producido "dentro de un proceso electoral perfectamente válido según los Estatutos", en comunión y relación fraternal entre los obispos, y responde a la continuidad institucional de la Conferencia.

En respuesta a las preguntas de los periodistas, el portavoz agregó que una cosa son las informaciones periodísticas sobre los posibles resultados en las elecciones para renovar los cargos de la CEE, y otra los resultados mismos. Una vez más, como ha ocurrido en elecciones anteriores, precisó, se ha demostrado que cada obispo vota en libertad y que no se pueden adelantar antes de las votaciones los resultados que luego se producen. (continua....